Relación geográfica, arqueológica e histórica de los pueblos de los reyes Iztacala y San Juan Iztacala (página 2)
La fase Nevada situada para 1,400-1,250 a.C. representa para el sur
de la cuenca, el surgimiento de un amplio conjunto de formas cerámicas
y líticas. Las cerámicas de esta época presentan gran calidad
en elaboración y acabados decorativos, pintados, pulidos e incisos. También
se incrementa la elaboración de figurillas humanas de arcilla.[7]
Para la zona norte-oeste de la cuenca, vamos a empezar a encontrar evidencias de ocupación humana con influencia de la cultura Olmeca, la cual se encontraba en pleno florecimiento en la costa del Golfo de México. Durante el Formativo Temprano, en las fases Ayotla (1,250-1000 a.C.) y Manantial (1,000-800 a.C.), destacan sitios aldeanos como Tlatilco en Naucalpan; El Arbolillo en Cuautepec, y al sur la isla de Tlapacoya en Chalco.
Los habitantes de estas aldeas practicaban una extensa agricultura basada en el cultivo del maíz, el frijol, la calabaza y el chile; complementaban su alimentación con la caza, la pesca y la cría de animales domésticos como guajolotes y perros. Los entierros contienen grandes ofrendas de objetos de cerámica refinada y figurillas antropomorfas de arcilla que representan personajes muy ataviados. Hay un alto desarrollo de la producción artesanal en el tallado de la lítica, la lapidaria, la cestería, el trabajo del hueso y la cerámica.[8]
Figura 13. Cajete trípode Rojo sobre Blanco de la fase Zacatenco. CINAH Edo. Mex. Chalco.
Durante las siguientes fases cronológicas, denominadas Tetelpan (800-700 a.C.) y Zacatenco (700-400 a.C.), las antiguas aldeas crecen en tamaño y surgen otras nuevas. Para el área Noroeste, destacan las aldeas preclásicas de El Arbolillo-Zacatenco en la sierra de Guadalupe y la de San Miguel Amantla en Azcapotzalco, otros sitios se localizan en Ecatepec, en Loma de Atoto en Naucalpan, Hipódromo, San Juanico, Lomas de Chapultepec y Tetelpan; mientras tanto, al sur destacan Cuicuilco, Sub Pedregal de San Ángel y San Francisco; en Chalco, continúa el asentamiento en el sitio de Zohapilco-Tlapacoya.
Le sigue en secuencia la Fase Ticoman, (400–200 a.C.), la cual destaca con los sitios de Ticoman y Zacatenco en Cuauhtepec, el Rancho La Cañada cerca del Cerro del Tenayo, y San Miguel Amantla, en Azcapotzalco.
En el sitio de Zacatenco, las viviendas se construyen en las laderas del cerro localizado a las orillas del lago. La agricultura se intensifica y se complementa con la cacería y la cría de especies locales. La cerámica presenta una especialización de tipos decorados mediante técnicas como el pulido y el pintado, con gran variedad de formas tanto domésticas como para uso ritual. Se elabora gran cantidad de figurillas femeninas de arcilla que evidencian un culto a la fertilidad. También se da un culto especial a los muertos, que se entierran con ofrendas de vasijas, cuentas, objetos de piedra trabajada y vasijas.[9]
El otro sitio de nuestra área es San Miguel Amantla al sur de Azcapotzalco, donde se desarrolla un asentamiento aldeano del Formativo, durante las fases Zacatenco-Ticoman. Este sitio era un importante productor de cerámica de gran calidad y variadas formas. Los habitantes aprovechaban los abundantes recursos que les ofrecían los lagos y los bosques mientras que las fértiles tierras del valle permitieron el florecimiento de la agricultura.[10]
Así pues, durante este periodo los grupos siguen dependiendo de la agricultura, la caza y la pesca, complementadas con la recolección. Las siembras se realizan de forma sencilla con coa, y se construyen terrazas y canales en las laderas de los cerros y lomas; inicia también la construcción de arquitectura cívico-religiosa; se levantan templos, basamentos y plataformas para casas; las aldeas se concentran alrededor de los centros ceremoniales, donde radican los dirigentes y sacerdotes; la elaboración de artesanías alcanza un alto grado de especialización, y se intensifica el contacto intercultural con otras regiones de Mesoamérica, como el Occidente y el Sur. Surge también el culto a deidades como Tlaloc, dios del agua y Huehueteotl, dios del fuego, y un culto importante a los muertos, a quienes se les entierra con ricas ofrendas de bienes suntuarios, domésticos, alimenticios y ornamentales.[11]
Figura 14. Figurillas antropomorfas femeninas de arcilla para el culto a la fertilidad. CINAHEM. Chalco.
El área de Los Reyes y San Juan se sitúa en medio de esta zona de asentamientos formativos del noroeste de la cuenca, como Azcapotzalco, el Rancho la Cañada en el Tenayo y Zacatenco-Ticoman en Cuauhtepec. Es en esta época cuando al parecer inicia la historia de Iztacala. Los sitios se ubican justo entre las cota de nivel de los 2,250 y 2,300 metros de altitud, a la orilla del lago, en la zona de planicie y al pie de monte bajo. Aunque no se han reportado ocupaciones de esta época en el área, es posible que existiera alguna, tal vez en la planicie y en la zona entre Xocoyohualco, Tepetlacalco, El Pueblo de Los Reyes y La Loma de Tlalnepantla.
En el Pueblo de Los Reyes y en el Vaso Regulador el Fresno, se pueden observar restos en superficie de cerámicas prehispánicas teotihuacanas, Coyotlatelco-toltecas y aztecas así como lo que fue al parecer un montículo, ya destruido, lo que nos indica que existió una antigua ocupación indígena en al lugar. Entre los materiales observados se pudo identificar una pequeña orejera de barro pulido, muy parecida a las reportadas para la fase Ticoman (Vaillant, 1930:18). Esta fue la única evidencia que podría datar del Formativo en el lugar, aunque también podría tener una fecha más tardía, ya que se le encontró asociada a materiales teotihuacanos.
Figura 15. La pirámide de Cuicuilco en el Pedregal, importante
vestigio de la antigua ciudad sepultada por toneladas de ceniza y lava de la
erupción del volcán Xitle. Foto Chavelzon, 1983, INAH.
La última etapa de ocupación formativa en la cuenca, es la fase Cuicuilco (200 a.C.- 0). De esta época destaca un gran asentamiento a los pies del Ajusco, donde se erigen grandes plataformas cívico-ceremoniales. Este gran asentamiento había logrado el control sobre otros centros del área desde fases anteriores. Para estas fechas continúa la ocupación en otros sitios como Tlapacoya, y comienza a tomar importancia otro gran asentamiento que ya se venía desarrollando cerca de Texcoco y Acolman: la gran ciudad y centro ceremonial de Teotihuacan. Cuicuilco empieza a decaer y se derrumba finalmente tras la erupción del volcán Xitle, que lo sepulta junto con Copilco, bajo toneladas de lava y ceniza ardiente. El sitio continuará como centro menor hasta el 300 d.C. (fases Tzacualli, 0-150 d.C. y Miccaotli, 150-300 d.C.) fecha en la que una nueva erupción volcánica cubre el sitio y obliga a los pobladores a abandonarlo definitivamente.[12]
Figura 16. Ubicación de sitios del Formativo al Norte-Oeste de la Cuenca. Tomado de Castillo Mangas, op.cit.
Igual ocurre con los demás sitios con ocupación formativa. En el noroeste de la cuenca, sólo San Miguel Amantla en Azcapotzalco y Pueblo Perdido en Ciudad Satélite continuarán levemente habitados durante la fase Tzacualli. Las terribles erupciones del Xitle y posibles situaciones políticas, ocasionan el abandono de los otros antiguos asentamientos formativos de la cuenca. [13]
La caída y destrucción de Cuicuilco; el desastre ecológico en la cuenca causado por el Xitle, y la llegada de nuevos grupos que también huyen de los desastres volcánicos causados por el Popocatepetl en la región de Puebla, dan paso al ascenso de un nuevo centro rector de toda la zona y de buena parte de la Mesoamérica del Clásico, la Ciudad de Teotihuacan.
El clásico
Durante el Periodo Clásico, nuevamente se inicia la ocupación de sitios en toda la zona, estableciéndose algunos centros bajo la rectoría de Teotihuacan, que se encuentra en pleno apogeo. La ciudad sagrada ahora ejerce el dominio de toda la cuenca y del Altiplano Central; su fama y prestigio influye religiosa, económica y políticamente a toda Mesoamérica.
Figura 17. Ruinas de la ciudad sagrada de Teotihuacan, en el actual Estado de México.
Los grupos teotihuacanos se establecen en áreas que poseen recursos básicos, ubicadas en las planicies aluviales-lacustres y cerca de los ríos.[14] En estos sitios aparecen asentamientos importantes con áreas habitacionales formadas por cuartos alrededor de patios centrales y pequeños templos, dedicados a deidades de la lluvia, el agua, la primavera, la muerte, el fuego, etc. En estos conjuntos habitacionales residían grupos de familias dedicadas a la agricultura y a la fabricación de diversas artesanías, como cerámica, figurillas, al trabajo de la obsidiana, a la elaboración de petates, adornos, telas, pieles, al comercio, a la pesca, etc.
Figura 18. Materiales teotihuacanos del Pueblo de Los Reyes.
1.- fragmentos de jarra incisa y tecomate fitomorfo de
cerámica fina Anaranjado Delgado.
2.- bases anulares de cajetes curvo convergentes.
3.- orejera sólida, posiblemente Ticoman o Teotihuacan temprano.
4.- fragmento de cuña de hueso pulido con borde afilado.
5.- fragmento de cazuela bruñida con perforación bicónica.
La fase teotihuacana Miccaotli-Tlamimilolpan (150-350 d.C.), esta representada en el área noroeste por sitios como San Miguel Amantla en Azcapotzalco, Pueblo Perdido en Ciudad Satélite y Viveros de La Loma, en Tlalnepantla; al oeste se encuentran otros sitios en Polanco, en Chapultepec, en cerca del Metro San Antonio y en Coyoacán.[15]
En la siguiente fase teotihuacana Xolalpan (350-450 d. C.), continúan los asentamientos en Coyoacan, San Antonio y Chapultepec; también Azcapotzalco y Pueblo Perdido al noroeste. Algunos asentamientos Miccaotli-Tlamimilolpan desaparecen y otros tienden a aumentar, ya que la población se traslada y concentra en Teotihuacan, la ciudad de los dioses y en los centros urbanos secundarios como Azcapotzalco. Lo mismo ocurre para la zona sur, en las riveras del lago de Chalco, Iztapalapa y Texcoco.
Para la fase Metepec (450-520 d.C.), la hegemonía y el poder de la gran metrópoli teotihuacana llega a su punto crítico. La mayoría de los anteriores asentamientos Xolalpan desaparecen, y solamente se encuentra como sitio importante, la villa de San Miguel Amantla en Azcapotzalco, que sin embargo, a finales de esta fase quedará igual que Teotihuacan, casi abandonado.[16] Son varias las causas aún no esclarecidas que se enumeran para la caída y destrucción del Estado teotihuacano a finales de la fase Metepec, cuya capital es incendiada, destruida y casi totalmente abandonada; lo mismo ocurre con todos los demás sitios teotihuacanos de la cuenca del Valle de México.
Figura 19. Restos de una unidad habitacional teotihuacana, localizada durante las excavaciones del DSA-INAH, en el predio Van Beuren, en San Miguel Amantla, Azcapotzalco. Tomado de Gracia Chávez, op.cit.
Es durante el periodo Clásico cuando vamos a tener la evidencia en Iztacala, de un pequeño asentamiento humano, localizado cerca del Pueblo de Los Reyes. Un grupo teotihuacano se establece a la orilla del Río de Los Remedios, entre San Jerónimo Tepetlacalco y el pueblo de Los Reyes, en terrenos del actual Vaso regulador El Fresno. En este lugar se pueden observar lo que parecen ser restos un montículo de lodo, adobes y fragmentos tepetate, que fue destruido al realizarse el emparejamiento del terreno para construir áreas deportivas, en épocas recientes.
El material cerámico diagnóstico recolectado en superficie y algunas figurillas, nos sitúan en las fases teotihuacanas Miccaotli, Tlamimilolpan-Xolalpan, y Metepec. Los tipos cerámicos representados pertenecen a los grupos Pulido, Bruñido y Pintado, en tonos café a café oscuro y Bayo. Entre los materiales se identifican fragmentos de ánforas, cajetes y vasos curvo divergentes de soporte de botón o de base plana; vasos tipo Bícromo Rojo sobre Café Inciso; vasijas Cráter y fragmentos de ollas Bruñidas. También se recuperaron algunos fragmentos de cerámica fina y bases anulares de cajetes semiesféricos del grupo Foráneo conocido como Anaranjado Delgado.
Figura 20. Restos cerámicos teotihuacanos del Pueblo de Los Reyes.
Se identificaron también gran cantidad de tejos elaborados con trozos de cerámica, tal vez utilizadas como pesas de red de pesca o fichas para el juego de patolli (similar a las damas chinas); así como fragmentos de figurillas antropomorfas ataviadas, de los tipos Teotihuacan II y III.
Otros materiales observados en el sitio teotihuacano de Los Reyes, fueron objetos líticos como lascas, navajas prismáticas y puntas de proyectil de obsidiana gris veteada y verde dorada, procedente de los yacimientos de Teotihuacan-Otumba, Estado de México y de la Sierra de Las Navajas en Pachuca, Hidalgo y algunos fragmentos de sílex y basalto. Se recuperaron también algunos materiales de lujo, procedentes de regiones distantes, como un fragmento de pizarra, tal vez oaxaqueña o chiapaneca; un fragmento de una vasija de alabastro blanco fino poblano y un canto rodado de piedra verde sin trabajar. También fragmentos de manos y metates de basalto; pulidores de mango y de asa para pisos y aplanados elaborados de tezontle, y pulidores elaborados con cantos rodados para pulir cerámica. Se localizó también un hueso que fue pulido para elaborar una gubia con punta afilada.
Figura 21. Fragmentos de vasos trípodes y cajetes del grupo Pulido Café Bayo
Es posible que los habitantes teotihuacanos del Pueblo de Los Reyes, construyeron sus casas con los materiales sencillos que la zona les proveía, como arcilla, tepetate y cantos rodados de andesita; las decoraron con aplanados de arcilla y arena en las paredes y pisos, y la techaron con vigas de madera, zacate y hojas de maguey. Desafortunadamente, el montículo teotihuacano fue destruido hace unos años, al construirse la Unidad deportiva, lo que nos impide conocer la forma y la distribución de la unidad habitacional. Aunque por analogía con otros sitios teotihuacanos, es posible que esta tuviese unos 60 por 60 metros y contase con muro perimetral, uno o varios patios centrales con altar, y áreas separadas para habitación, para preparación de alimentos y para elaborar artesanías.
Figura 22. Mujeres indígenas hilando algodón y moliendo maíz con un metate,
y carpintero cortando madera (Códice Mendocino).
El riachuelo de los Remedios les proporcionaba agua para beber, lavarse, preparar alimentos y para regar sus milpas donde cultivaban maíz, frijol, calabaza, huauhtle, tomates, chiles y cebollas, plantas medicinales, nopales, magueyes para obtener pulque y algodón para elaborar sus vestimentas; también de éste, del río de Tlalnepantla y de la orilla del lago obtenían mediante la pesca con redes algunos peces y otros animales acuáticos.
Figura 23. Objetos teotihuacanos de piedra de Los Reyes.
1.- Pulidor para argamasa, elaborada de tezontle negro.
2.- Pulidor para cerámica o enlucido, de basalto riolítico negro.
3.- Canto de piedra verde sin trabajar.
4.- Fragmento de cajete de tecalli blanco (alabastro).
5.- Navajas de obsidiana verde dorada y gris.
6.- Lasca alargada de basalto.
7.- Fragmento de pizarra.
8.- Lasca irregular de sílex blanco.
9.- Puntas bifaciales de obsidiana.
La zona de pie de monte, en ese entonces poblada de árboles, les proveía frutos como tejocotes y tzapotes; también les proporcionaba madera para construir canoas para pescar y trasladarse; para encender fogatas donde cocinar sus alimentos y para cocer algunas vasijas de cerámica como vasos, cajetes y ollas que elaboraban con la arcilla de las orillas del río.
Figura 24. Familia indígena en las labores del hogar, según una lámina del códice Mendocino.
En estos bosques buscaban algunos animales como venados, conejos, armadillos, ardillas, aves, etc. que cazaban usando lanza dardos y largos proyectiles con puntas de obsidiana y sílex; cortaban y preparaban la carne y piel usando largas navajas de fina obsidiana verde y gris que adquirían a comerciantes que pasaban por el lugar y que también traían cerámicas finas Anaranjado Delgado y objetos rituales y de lujo como piedras verdes, pizarra y alabastro trabajado.
La orilla del lago les proveía de diversos recursos lacustres, como tules para elaborar petates y cestos tejidos; también diversos alimentos como huevas de mosco ahuauhtli, sal, pescado blanco y amarillo, tortugas, ajolotes, ranas y algunas aves como patos.
El grupo familiar teotihuacano de Los Reyes, se reunía en torno a un pequeño altar donde rendían culto a las deidades del agua y la lluvia, la primavera, el sol, la luna la tierra y el viento, representadas en pequeñas figuritas de barro cocido con forma de personajes masculinos y femeninos ricamente ataviados con penachos, moños, bandas frontales y ricas vestimentas.
Para asegurar el favor de los dioses se les ofrendaba alimentos y bebidas como chocolate, atole, pulque, tamales, guajolotes, chapulines, tortillas y otros manjares, servidos en hermosos platos, vasos, jarras, ollas y cajetes de cerámica pulida color café, bayo y rojo; encendían brasas de carbón y tiras de madera de ocote en un brasero decorado con adornos de arcilla moldeados y pintados con plumas, animales, semillas, plantas y flores.
En sus tiempos libres algunos miembros se reunían en torno a un tablero en forma de cruz para jugar patolli, usando semillas como dados y tejos de cerámica como fichas. Seguramente en ocasiones importantes visitaban a sus familiares y amigos que residían en la gran villa teotihuacana de Amantla-Ahuizotla en Azcapotzalco, y mantenían relaciones familiares amistosas o comerciales con los habitantes de los asentamientos aledaños de Viveros de La Loma y Pueblo Perdido en Satélite.
Quizá alguna vez al año emprenderían un peregrinaje a la ciudad de Teotihuacan, para visitar los templos y rendir culto a los dioses, sorprendiéndose al contemplar las majestuosas y relucientes pirámides y palacios ricamente decorados con pinturas y adornos de piedra labrados; sus grandes templos, las fastuosas ceremonias y el bullicioso gran mercado. Al ver a la populosa ciudad llena de vida y en todo su esplendor jamás imaginaron que un día, toda esa grandeza sería destruida y que la ciudad quedaría abandonada y reducida a ruinas y cenizas.
Figura 25. Jugadores y cazador.
Epiclásico
Tras la caída de Teotihuacan, un nuevo grupo humano cobrara importancia y se hará presente en la cuenca sobre las ruinas de los asentamientos teotihuacanos. A esta momento se conoce como fase Coyotlatelco, y se sitúa entre el 600-750 d.C., justo después de la caída de la ciudad de los dioses y antes del ascenso de los Toltecas.
Destacan en este periodo algunos pequeños asentamientos Coyotlatelco como Coyoacan, San Miguel Chapultepec, Santiago Ahuizotla en Azcapotzalco, Pueblo Perdido y Cerro Moctezuma en Naucalpan, y en nuestra área las laderas del Cerro del Tenayo y en Tenayuca, Ecatepec y Coacalco.[17] Al Sur, en la cuenca del lago de Chalco, surgen Xico, Cerro Portezuelos, Xometla, Jolalpan, y Tepetitla en Texcoco. También aparecen asentamientos en el Cerro de la Estrella; en el valle de Teotihuacan, sobre las ruinas de la ciudad y en las cuevas.
Figura 26. Cerámicas Coyotlatelco de Tenayuca. Ignacio Marquina[18]
Caracteriza a esta fase un tipo de cerámica de color café claro decorada con diseños en rojo cuyo origen se remonta al Norte de México,[19] lo que llevaría a pensar que estos grupos procedían de dicha región. Esta cultura es el antecedente directo de una nueva cultura que tomará el control del Altiplano Central y dominará otras regiones muy lejanas de Mesoamérica: la cultura Tolteca.
Entre los materiales arqueológicos reconocidos para el Pueblo de Los Reyes, se identificaron solo algunos fragmentos de este tipo cerámico consistentes en cajetes semiesféricos Rojo sobre Café y cerámicas Bruñidas.
Posclásico
Hacia el 750-1,050 d.C. el Estado Imperial Tolteca con su sede en Tula, alcanza su máximo apogeo y su influencia se extiende a gran parte de Mesoamérica y por supuesto, aparecen también asentamientos en la cuenca, entre los que destacan Zumpango, al Norte del lago, y otros en Chalco, Azcapotzalco y Tenayuca.
Según las versiones de las fuentes, la historia tolteca inicia con el gobernante chichimeca Mixcoatl, quien se establece en Culhuacan, cerca del Cerro de la Estrella, hacia el 900 d.C. Mixcoatl se une a una señora llamada Chimalman, con quien procrea un hijo, Ce Acatl Topiltzin en 935-977 d.C. Al morir Mixcoatl, asesinado por un usurpador, Topiltzin se refugia con su madre en Tepoztlan, y al crecer, asume el trono de Mixcoatl, trasladándolo primero a Tullantzingo y estableciendo finalmente la capital tolteca en Tula, Hidalgo, donde se erige como sumo sacerdote del dios Quetzalcoatl.
Figura 27. Restos del templo de los Atlantes de Tula, en el actual Estado de Hidalgo;
antigua capital del Estado Tolteca. INAH.
Tras una serie de problemas internos, Topiltzin abandona Tula entre 987-999 d.C., y durante su viaje, pasa por varios lugares del valle de México, como Xico, en Chalco, desde donde parte rumbo a Tlillan Tlapallan, en Coatzalcoalcos, y de ahí hasta Yucatán. Al abandonar Topiltzin Tula, el gobierno recae en manos de varios gobernantes, siendo el último Huemac, bajo cuyo reinado cae finalmente la capital tolteca hacia 1,156 –1,168 d.C.[20]
Figura 28. Asiento de Xolotl señor Chichimeca y su esposa Tomiyauh en Tenanyocan Oztopolco, en la orilla norte de la laguna de México (Códice Xolotl, lámina. 2).
Al caer Tollan, capital del Estado Tolteca, hacia finales del siglo XII d. C. toda el área central del altiplano quedó desolada, y solamente unos cuantos centros sobrevivientes mantenían viva la tradición tolteca. Entre ellos, algunos en Yucatán, Guatemala, Oaxaca, Michoacán y Guerrero, y otros como Cholula en Puebla; dentro de la cuenca, se encontraba Culhuacan, y en Tenayuca, donde existió, a la orilla del antiguo lago, entre Iztacala, Tenayuca y Santa Rosa un importante asentamiento de este periodo, con estructuras habitacionales y templos, así como una tradición relacionada con los grupos Oaxaqueños de la fase Xoo, conocidos para la zona del sur de la cuenca, como Tlailotlacas;[21] otros puntos se situaban al sur del valle de México, en el lago y valle de Chalco y en la isla de Xico, donde sobrevivían algunos pequeños grupos de familias de origen tolteca.
Figura 29. Cerámicas toltecas con influencia oaxaqueña de la fase Xoo, procedentes de Santa Rosa, cerca de Tenayuca. (Tomado de Gracia Fragoso, Ballesteros y Alva Sánchez, 2009)
Figura 30. Cerámicas de tradición Mazapa -Tollan,
procedentes del sitio Santa Rosa, cerca de Tenayuca. (García Fragoso,
ídem.)
Es aquí cuando entra en escena el personaje más importante en la historia del noroeste de la cuenca, el Chichimeca Tecuhtli o señor chichimeca Xolotl.
Según las fuentes, Xolotl y su hijo Nopaltzin, llegan al valle de México, guiando a las hordas chichimecas del norte en busca de un lugar donde asentarse, y se encuentran con un panorama desolador: ciudades y pueblos abandonados y grupos de toltecas dispersos en varias partes a las orillas de los lagos.
El cronista Alva Ixtlilxochitl nos dice que:
"Los toltecas se habían destruido y estaba la tierra despoblada, cuando vino a ella el gran chichimeca Xolotl a poblarla, teniendo noticia por sus exploradores de su destrucción… Y habiendo entrado por los términos y tierra de los toltecas hasta llegar a la ciudad de Tollan, cabecera del imperio, en donde halló muy grandes ruinas despobladas y sin gente, por lo que no quiso hacer asiento en Tula, sino que prosiguió con sus gentes enviando siempre exploradores por delante para que viesen si hallaban alguna de las gentes que hubiese escapado de la destrucción y calamidad de esta nación, y cuales eran los mejores puestos y lugares para su habitación y población".[22]
Figura 31. Reconstrucción hipotética del aspecto de la gran pirámide de Tenayuca,
según el arquitecto Ignacio Marquina.op. cit.
Xolotl y su esposa Tomiyauh se asientan primero en Xoloc, cerca de Xaltocan y poco después toman como cabecera de su señorío la parte norte de la cuenca donde edifican la ciudad de Tenayuca Oztopolco ("lugar amurallado, lugar de muchas cuevas").
"…de buen temple, aires y de buenas aguas". [23]
Este lugar se encontraba situado cerca del Cerro del Tenayo, a orillas de la laguna de México, en tierras de nuestro actual Municipio de Tlalnepantla de Baz, donde gobernó como señor supremo de todo el Anahuac. Desde aquí reparte tierras y señoríos a los diversos grupos que lo acompañan: da Azcapotzalco a los tepanecas; Xaltocan a los otomazahuas y Coatlinchan y Tezcoco a los acolhuas; también establece alianzas matrimoniales con los pobladores sobrevivientes descendientes del linaje tolteca. Esto ocurrirá durante el siglo XIII.
Figura 32. Figuritas de arcilla procedentes de Tenayuca
de varias épocas; Ignacio Marquina, ídem.
El príncipe Nopaltzin, hijo y sucesor al trono chichimeca de Xolotl, se casa con una Princesa culhuacana de estirpe tolteca, llamada Azcatlxochitzin, hija de Pochotl, descendiente directo del linaje de Topiltzin, y de Toxochipantzin, hija de Nauhyotl señor de Culhuacan; de esta unión nacerá el siguiente señor chichimeca, llamado Tlotzin, quien funda su señorío en las cercanías de Coatlinchan, al cual denomina Tlatzallan- Tlallanoztoc.[24]
Según nos cuenta el códice tezcocano conocido como Mapa de Tlotzin, durante un recorrido que este hace por las tierras de Coatlinchan, ocurre un encuentro con un personaje de Chalco, de los últimos descendientes de la estirpe tolteca, llamado Tecpoyo Achcautli, quien tenía su casa y familia en la isla de Xico. Este personaje se convertirá en su ayo y desempeñará el papel de educador y civilizador de los chichimecas, enseñándole a Tlotzin la lengua náhuatl, a asar los alimentos, a gustar comidas preparadas; le muestra además las ceremonias y las formas de culto a los dioses como lo hacían los toltecas y a sembrar la tierra.[25]
Con este contacto se inicia el intercambio cultural entre los grupos toltecas y los chichimecas. Tlotzin, se unirá también a una señora de linaje tolteca, llamada Tocpachxochitzin, hija de Cuauhtlalpal, quien junto a Acatomatl, Cozcaquauh y Chalchiuhtlatonac, habían sido nombrados por Xolotl señores de la provincia de Chalco. [26]De esta unión nacerán los siguientes señores que conformarán la dinastía tezcocana, como Quinantzin, Techotlala e Ixtlilxochitl, y continuarán en el siguiente siglo XIV, con la labor de civilización de los grupos chichimecas, que heredarán la tradición de los grupos toltecas de Culhuacan y Chalco, y de otros grupos asentados al sur, llegados de la Mixteca, Itzocan y Cholula llamados tlailotlaques y chimalpanecas. [27]
A fines del siglo XIV y las primeras décadas del siglo XV, inicia una lucha por la hegemonía y el poder sobre la cuenca, entre el soberano de Tezcoco Ixtlilxochitl, (tataranieto por vía paterna), y Tezozomoc, soberano de Azcapotzalco (y nieto por vía materna) de Xolotl. Ambos soberanos se adjudicaban el titulo de gobernantes o Chichimeca Tecuhtli, que les confería el dominio sobre los demás pueblos del valle de México; la razón que avivó el fuego sobre esta disputa, ocurrió cuando el señor aculhua no quizo tomar como esposa a la hija del soberano tepaneca, y se unió a una hija de Huitzilihuitl, señor mexica.
Nos cuenta el cronista Alva Ixtlilxochitl que en el año ce tochtli 1370, el soberano de Texcoco fue jurado como señor de toda la tierra por sus súbditos, y su hijo Netzahualcoyotl se le nombró príncipe heredero. Ixtlilxochitl solicitó a Tezozomoc el reconocimiento y la obediencia bajo la amenaza de guerra, a lo cual respondió el señor tepaneca negándose y levantando su ejército contra Tezcoco.
Figura 33. División territorial de la cuenca y valle de México durante el Posclásico. El territorio de Tlalnepantla y de Iztacala se ubicaba en el señorío de Tenayuca. SEP.
Tezozomoc entonces hizo tratos con los señores de Otumba y de Chalco, quienes se unieron a su ejército en contra de Ixtlilxochitl, quien será capturado y muerto en Tepanohuayan por los ejércitos chalcas y otumpanecas.[28] Muerto Ixtlilxochitl, Tezozomoc se jura como señor de toda la tierra, y coloca como señores a Tlacateotzin en Tlatelolco y a Chimalpopoca en Tenochtitlan; e instala como cabeceras del vencido reino acolhua a Acolman con Teyolcocohuatzin y a Quetzalmaquiztli en Coatlinchan. Para Chalco señaló a Tocitecuhtli y para Otumpan a Quetzalcuixtli.
Tras la muerte de Tezozomoc hacia 1427, la lucha por el poder dará origen a un nuevo conflicto, ahora entre los hijos del soberano muerto: el sucesor tepaneca Quetzal Tayautzin y su ambicioso hermano Maxtla, señor de Coyoacan, quien se apodera del trono.
Por órdenes de Maxtla son asesinados su hermano Tayautzin y el señor mexica Chimalpopoca, que lo apoyaba. Es aquí donde entra a escena Netzahualcoyotl, heredero del trono acolhua. Este solicita la ayuda del señor de Chalco para levantarse contra Maxtla y atacar y destruir la cabecera de Coatlinchan. El nuevo señor mexica Izcoatzin, viendo los atropellos de los cuales era objeto el pueblo mexica por el usurpador Maxtla, decide unirse a Netzahualcoyotl en contra de los tepanecas. Los chalcas viendo esta alianza con los mexicas, a quienes tenían como odiados enemigos, retiran el apoyo que habían dado al señor de Tezcoco.
Tras una cruenta guerra, Maxtla y el Tepanecayotl caen en manos de los aculhuas y mexicas hacia 1428-1430, determinándose nuevas cabeceras con Izcoatzin en Tenochtitlan, Netzahualcoyotl en Tezcoco y Huehue Totoquihuatzin en Tlacopan, quienes se repartirán los pueblos anteriormente sujetos a Azcapotzalco. [29]
A partir de entonces, Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan (Tacuba), se erigen en una Triple Alianza que dominará a las demás ciudades y pueblos de todo el Altiplano Central y de buena parte de Mesoamérica. A los pueblos y ciudades se les sujetaba mediante la guerra y se les exigía tributo. Esta situación perduró desde 1430 hasta 1521, fecha en la cual caerá en manos de los invasores españoles y sus aliados indígenas, la cabecera del Imperio México- Tenochtitlan.
Figura 34. Tributos de los pueblos de Petlacalco (San Jerónimo), Xaxalpa, Yopico, Tepetlacalco (San Lucas), Tecoloapan, Tepechpan, Tequemecan, Huitzilopochco, Colhuatzingo,
Colotlan, Tepopolan, y Olac. (Códice Mendocino, lámina 4).
Todos estos eventos ocurrieron durante el periodo conocido como Azteca temprano, desde las fases arqueológicas Azteca I o Culhuacan-Chalco y Azteca II o Tenayuca (1150-1430 d.C. aproximadamente), que marca el fin de Tula, la llegada de los chichimecas de Xolotl a la cuenca, y el establecimiento y dominio primero del señorío de Tenayuca Oztopolco, seguido por el de Texcoco y el de Azcapotzalco; también la fundación de Tenochtitlan en 1325 y se cierra con la caída del Imperio Tepaneca y su cabecera Azcapotzalco, en 1420-1430.
Las siguientes fases Azteca III o Tenochtitlan (1430–1500 d.C.), marca el apogeo del Imperio Mexica y su dominio sobre Mesoamérica, y la Azteca IV o Tlatelolco (1500-1521), abarca los últimos momentos de vida del Imperio hasta la caída de Tenochtitlan y las demás cabeceras de la Triple Alianza, a manos de los conquistadores españoles en el siglo XVI.
Durante su fase temprana el periodo Azteca se identifica en la zona sur de la cuenca y se caracteriza por sus cerámicas de Culhuacan, Mizquic y Chalco, que conservan elementos toltecas, e influencias oaxaqueñas mixtecas, cholultecas e itzocantecas, como las cerámicas Azteca I-II, que incluye vasijas con hermosos diseños simbólicos en negro sobre un fondo café naranja, y molcajetes trípodes con fondo sellado. También existen cerámicas policromas con hermosos diseños simbólicos pintados en colores negro, rojo, blanco, café y naranja laca, como los el tipo Chalco y Xochimilco Policromo, influenciada por la cerámica Cholulteca temprana; de igual forma, las cerámicas bruñidas rojo y café de los tipos de Itzocan, en puebla.
El periodo Azteca tardío se caracteriza en la parte norte de la cuenca por sus vasijas y cerámicas de los grupos Azteca II, III y IV, que presentan diseños de líneas, flores, grecas, plumas, zacates, espinas y otros elementos pintados en color negro sobre un fondo naranja claro pulido; también tenemos otras típicas de Texcoco con una base bruñida de color rojo-cafe, con diseños bicromos y policromos en negro y blanco o naranja laca; existen otras en color blanco y crema pulido, con diseños en guinda y café procedentes del sur, de la región de Chalco-Xochimilco y unas cerámicas tardías bruñidas en fondo rojo, con decoraciones en negro del tipo Cuauhtitlan.
Desde su fundación por Xolotl entre los siglos XII-XIII, el señorío de Tenayuca ostentó el título de ser la cabecera principal de los demás pueblos del Anahuac. Esto continuó durante los gobiernos de los herederos de Xolotl: Nopaltzin y Tlotzin, hasta que Quinatzin Tlaltecatzin, hijo de Tlotzin, recibe la ciudad de Texcoco en donde instala su corte, que a partir de entonces se erigirá como cabecera del señorío.
El señorío de Tenayuca ocupaba la zona norte de la cuenca, a partir del río de Los Remedios; al sur limitaba con el señorío tepaneca de Azcapotzalco-Tlacopan, y con los islotes de Tlatelolco-Tenochtitlan localizados en la laguna; al norte limitaba con el señorío otomí-mazahua de Xaltocan. Tenayuca incluía todo el territorio de nuestro actual municipio de Tlalnepantla y todos los poblados a las orillas como Iztacallan, Atepetla y Xaloztoc.
Figura 35. Cerámicas Aztecas de Tenayuca. Marquina, ídem.
Existía una antigua calzada-eje, que comunicaba a Tenayuca con Tlatelolco y Tenochtitlan a través de la laguna, actualmente conocida como Calzada Vallejo, que continuaba atravesando los islotes hasta llegar al señorío de Culhuacan[30]
Figura 36. Conquista de los pueblos de Tenayuca (En el lugar amurallado) y Teocalhueyacan (En el lugar del gran templo), pueblos fundadores de Tlalnepantla. Códice Mendocino.
Al trasladar Quinantzin la capital del señorío chichimeca a Texcoco, la ciudad de Tenayuca pasa a ser un señorío de mediana importancia. Al ascender Tezozomoc al poder en Azcapotzalco, se convierte en parte del territorio sujeto a los tepanecas, y tras la caída de Azcapotzalco es conquistada junto con otras capitales tepanecas por los mexicas. En el Códice Mendocino aparecen los glifos de los pueblos fundadores de Tlalnepantla: Tenayuca como un cerro con una muralla, y Teocalhueyacan como un gran templo sobre un cerro.
Figura 37. Almena de piedra labrada con elementos del glifo del año, incrustada en la pared
de la capilla de Los Reyes
Para este momento, en el Pueblo de Los Reyes Iztacallan parece que existió un pequeño barrio o calpulli alrededor de un teocalli o templo azteca. Evidencia de éste monumento se puede observar en la antigua capilla de los Santos Reyes construida en el siglo XVI. La capilla fue erigida sobre una plataforma y presenta en sus paredes algunas piedras de andesita de lamprobolita rosa, labradas con elementos prehispánicos; destacan una almena de piedra usada como elemento decorativo o remate en los techos de los edificios y templos, y una escultura azteca de basalto con un rostro humano, parte de una antigua imagen de alguna deidad o una efigie del teocalli. Es posible que en esta época existiera a la orilla de la laguna un pequeño barrio de indígenas de Tenayuca dedicados a producir sal, oficio que al parecer le dio el nombre al lugar: Iztacallan.
Ejemplo de estos teocallis se pueden observar actualmente en los pueblos de Santa Cecilia Acatitlan y en San Bartolo Tenayuca; es posible que otros más existiesen también en San Jerónimo y en San Lucas Tepetlacalco, así como en Santa María Xocoyohualco.
Figura 38. Rostro de escultura indígena labrado en basalto gris,
en la pared de la Capilla del Pueblo de Los Reyes.
Los materiales arqueológicos de superficie observados en Los Reyes nos dan una ocupación para las fases tardías Aztecas III y IV (1400-1521 d.C.). Se trata de fragmentos de cajetes y molcajetes del tipo Bicromo Pulido Negro sobre Naranja; partes de un cajete para hilar, comales, ollas Monocromo Naranja y fragmentos de cajetes o copas pulqueras Bicromo y Policromo Bruñido de la loza Rojo café de Texcoco.
Figura 39. Cerámicas de la fase Azteca III-IV del Pueblo de Los Reyes: Monocromo Naranja,
Negro sobre Naranja y Bruñido Rojo Texcoco.
Al iniciar el siglo XVI hacia 1519, el imperio Mexica-Acolhua-Tepaneca se encontraba en su máximo esplendor; la Triple Alianza conformada por los soberanos Motecuhzoma Xocoyotzin de México-Tenochtitlan, Cacamatzin de Texcoco y Totoquihuatzin de Tlacopan, sujetaba y sometía al pago de tributos a casi todos los demás pueblos indígenas de Mesoamérica.
Figura 40. Reconstrucción de los dos templos gemelos de la pirámide de Santa Cecilia Acatitla,
en Tlalnepantla, hacia el siglo XVI.
Llegan entonces noticias a oídos del emperador Motecuhzoma Xocoyotzin, de la llegada a las costas del Chalchicueyecan (Veracruz), de unas "casas flotantes" habitadas por extraños seres blancos y barbados, cubiertos de metal, monstruos mitad hombre y mitad "venados", con armas que escupían "truenos y fuego". Se trata ni más ni menos que de la llegada de un grupo de soldados y mercenarios españoles encabezados por un Capitán de nombre Hernando Cortés, en cuyas manos caerá y será destruida la sociedad y la cultura indígena mesoamericana.
Figura 41. Reconstrucción del aspecto de la Gran Pirámide de Tenayuca en el siglo XVI,
en Tlalnepantla, Estado de México, Museo sitio de
Tenayuca, INAH.
Autor:
Gilberto Perez Rico
Arqlgo.
ENAH-INAH-CNCA
[1] Antimio Cruz, ?concluye rescate de mamutes en el Estado de M?xico?, Reforma, nota de enero 29 de 2002, http://www.geocities.com/cienciamx/palnot2.html
[2] Subdirecci?n de Salvamento Arqueol?gico del INAH.
[3] Carballal, S. Margarita; Rom?n Ch?vez, Ma., Et. Al. 1997 ?Los materiales: restos ?seos de la fauna pleistoc?nica. Regi?n de los lagos centrales de la Cuenca de M?xico? en A prop?sito del Cuaternario. Homenaje a Francisco Gonz?lez Rul, DSA, INAH, Mex. Pp. 18 ? 83.
[4] Crist?n, Alejandro, s/f. ?Vertebrados terrestres del Cenozoico Tard?o de M?xico?, tesis de licenciatura en preparaci?n, FES Iztacala; cita de Montellano Ballesteros Marisol, Instituto de Geolog?a, CU, UNAM.
[5] Seg?n los investigadores de la DSA del INAH, junto a los restos pleistoc?nicos localizados en Tlalnepantla en 2001, se encontraron tambi?n un fragmento de piedra caliza y otro de pedernal, materiales totalmente al?ctonos, lo que podr?a indicar que estos fueron tra?dos desde otras partes por estos antiguos cazadores-recolectores. Reforma, ?dem.
[6] Mastache, Guadalupe. 1993 ?El M?xico antiguo: mundo enigm?tico y complejo. Primera parte?. En Arqueolog?a mexicana. Abril-mayo 1993; Vol. 1, no. 1; INAH-CNCA, M?xico. Pp. 5-14.
[7] Niederberger, op.cit.
[8] Niederberger, Cristina, 1978. ?Inicios de la Vida Aldeana en la Am?rica Media?, en Historia de M?xico, Tomo 1, Salvat Mexicana de Ediciones. Pp. 93-121.
[9] S?nchez V?zquez Ma. De Jes?s Et. Al. 1993, ?Consideraciones generales del Precl?sico Medio en Zacatenco, D.F?, en A prop?sito del Formativo, Ma. Teresa Castillo Mangas, coord. SSA-INAH, PP.73-83.
[10] Castillo Mangas Ma. Teresa et. al. 1993, ?Una aldea del Formativo en San Miguel Amantla, Azcapotzalco, D.F.? en Ma. Teresa Castillo Mangas, 1993, ?dem, Pp. 59-71.
[11] Pi?a Chan, Rom?n. 1976. ?Las culturas precl?sicas del M?xico antiguo?, en Historia de M?xico, Tomo 1, Salvat Mexicana; pp. 135-184.
[12] Schavelzon, Daniel, 1983. ?La pir?mide de Cuicuilco. ?lbum fotogr?fico, 1922-1980?; Fondo de Cultura Econ?mica, M?xico.
[13] Garc?a Ch?vez Ra?l, 1991 ?Desarrollo Cultural en Azcapotzalco y el ?rea Suroccidental de la Cuenca de M?xico, desde el Precl?sico Medio hasta el Epicl?sico?. Tesis en Arqueolog?a; INAH-ENAH-SEP.
[14] ?dem.
[15] Garc?a Ch?vez, ?dem.
[16] ?dem.
[17] Garc?a, ?dem.
[18] Ignacio Marquina, Arquitectura Prehisp?nica, INAH, M?xico, 1981.
[19] Rattray, 1966:191; cita de Garc?a, ?dem.
[20] Ignacio Marquina, 1981, ?Arquitectura prehisp?nica? INAH-SEP, M?xico. pp. 146. Robert Cobean, 1994, ?El Mundo Tolteca? y M. Guadalupe Mastache Flores, ?Tula?; en Arqueolog?a Mexicana, Vol. II, # 7; INAH.
[21] Excavaciones recientes de los arque?logos del DSA del INAH, Edgar Garc?a Fragoso, Judith Alva S?nchez y Fabiola Ballesteros Sol?s en el sitio de Santa Rosa, cerca de Tenayuca, mostraron una importante ocupaci?n que se remonta a la fase Coyotlatelco-Corral Terminal (800-950 d. C seg?n Cobean o 600-750 seg?n Garc?a Ch?vez) y Mazapa (950-1,150 seg?n Cobean o 750-1,050 d. C., seg?n Garc?a Ch?vez), con estructuras ceremoniales, tumbas y cer?micas toltecas y con influencia oaxaque?a de la fase Xoo (800-1,100 d.C.).
[22] Alva Ixtlilxochitl Fernando. ?Historia de la Naci?n Chichimeca?; en Obras Hist?ricas; UNAM. Cap. IV, Tomo II, pp. 14-16.
[23] Alva Ixtlilxochitl; ibidem, Tomo II, pp. 14.
[24] Alva Ixtlilx?chitl; op. cit. Tomo I, pp. 295-298.
[25] Mapa de Tlotzin; Cita de Miguel Le?n Portilla, 1978 ?Los chichimecas de Xolotl?; en Historia de M?xico, Tomo 4, Edit. Salvat ; pp. 741-758.
[26] Ixtlilxochitl; Ib?dem, Tomo II, pp. 19-20.
[27] Ixtlilxochitl; Ib?dem; Tomo I, p. 315.
[28] Ixtlilxochitl, Ib?dem; Tomo I, pp. 326-242.
[29] Ibidem, Tomo I, pp. 354-371.
[30] Gonz?lez Aparicio, Luis. 1973 ?Plano reconstructivo de la regi?n de Tenochtitlan?. INAH-SEP, M?xico.
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