Esta superlucha, cada vez más violenta, influirá decisivamente en la política del mañana y en la forma misma de la nueva civilización. En esa superlucha, de forma consciente o inconsciente, cada uno de nosotros desempeña un papel activo. Ese papel puede ser destructor o creador.
Un destino que crear
Unas generaciones nacen para crear, otras para mantener una civilización. Las generaciones que desencadenaron la segunda ola de cambio histórico se vieron obligadas, por la fuerza de las circunstancias, a ser creadoras. Los Montesquieu, Mili y Madison inventaron la mayor parte de las formas políticas que todavía aceptamos como naturales. Apresados entre dos civilizaciones, su destino era crear.
Hoy, en todas las esferas de la vida social, en nuestras familias, nuestras escuelas, nuestros negocios y nuestras iglesias, en nuestros sistemas energéticos y nuestras comunicaciones, nos enfrentamos a la necesidad de crear nuevas formas de la tercera ola, y millones de personas de muchos países están empezando ya a hacerlo. Sin embargo, en ninguna parte es la obsolencia más avanzada o más peligrosa que en nuestra vida política. Y en ningún terreno encontramos actualmente menos imaginación, menos experimento, menos disposición a considerar un cambio fundamental.
Incluso las personas que son audazmente innovadoras en su propio trabajo -en sus bufetes o sus laboratorios, en sus cocinas, sus aulas o sus empresas – parecen petrificarse ante cualquier sugerencia de que nuestra Constitución o nuestras estructuras políticas están anticuadas y necesitan ser sometidas a una radical revisión. Resulta tan aterradora la perspectiva de un profundo cambio político, con sus riesgos concomitantes, que el statu quo, por surrealista y opresivo que sea, parece, de pronto, el mejor de los mundos posibles.
A la inversa, tenemos en toda sociedad un fleco de seudorrevolucionarios, penetrados en anticuadas presunciones de la segunda ola, para los que ningún cambio propuesto es lo bastante radical. Anarcomarxistas, anarcorrománticos, fanáticos de derecha, guerrilleros de salón y terroristas sinceros sueñan en tecnocracias totalitarias de utopías medievales. Incluso mientras nos adentramos en una nueva zona histórica, ellos alimentan sueños de revolución extraídos de las amarillentas páginas de panfletos políticos del pasado.
Pero lo que nos espera mientras la superlucha se intensifica no es una nueva representación de ningún drama revolucionario anterior, ningún derrocamiento centralmente dirigido de las élites gobernantes a cargo de algún "partido de vanguardia" que arrastre tras de sí a las masas; ningún espontáneo y supuestamente catártico levantamiento de masas provocado por el terrorismo. La creación de nuevas estructuras políticas para una civilización de la tercera ola no se producirá en una sola y climática convulsión, sino como consecuencia de mil innovaciones y colisiones a muchos niveles, en muchos lugares y durante un período de décadas.
Esto no excluye la posibilidad de violencia en el tránsito al mañana. La transición de la civilización de la primera ola a la de la segunda fue un largo y sangriento drama de guerras, revoluciones, hambres, migraciones forzadas, golpes de Estado y calamidades. Hoy, lo que está en juego es mucho más alto; el tiempo, más corto; la aceleración, más rápida; los peligros, aún mayores.
Mucho depende de la flexibilidad e inteligencia de las élites, subélites y superélites de hoy. Si estos grupos demuestran ser tan miopes, poco imaginativos y asustadizos como la mayoría de los grupos gobernantes lo fueron en el pasado, se opondrán rígidamente a la tercera ola y aumentarán con ello los riesgos de violencia y su propia destrucción.
Si, por el contrario, se dejan llevar por la tercera ola; si reconocen la necesidad de una democracia ensanchada, pueden unirse al proceso de crear una civilización de la tercera ola, así como las más inteligentes de las élites de la primera ola anticiparon la llegada de una sociedad industrial de base tecnológica y se sumaron a su creación.
La mayoría de nosotros sabemos o percibimos lo peligroso que es el mundo en que vivimos. Sabemos que la inestabilidad social y las incertidumbres políticas pueden desatar feroces energías. Sabemos lo que significan la guerra y el cataclismo económico y recordamos con cuánta frecuencia ha surgido el totalitarismo de las intenciones nobles y la ruptura social. Sin embargo, lo que la mayoría de la gente parece ignorar, son las positivas diferencias entre presente y pasado.
Difieren las circunstancias de un país a otro, pero nunca en toda la Historia ha habido tantas personas razonablemente instruidas y colectivamente armadas con una tan increíble extensión de conocimientos. Nunca tantos han disfrutado de un nivel de opulencia tan elevado, precario quizá, pero lo bastante amplio como para permitirles dedicar tiempo y energía a la preocupación y acción cívicas. Nunca tantos han tenido la posibilidad de viajar, comunicarse y aprender tanto de otras culturas. Sobre todo, nunca tantos tuvieron tanto que ganar garantizando que los cambios necesarios, aunque profundos, fuesen realizados pacíficamente.
Las élites, por instruidas que sean, no pueden hacer por sí solas una nueva civilización. Se necesitarán las energías de pueblos enteros. Pero esas energías están a nuestro alcance y sólo esperan ser desenterradas. De hecho, si, particularmente en los países de alta tecnología, tomáramos como objetivo nuestro para la próxima generación la creación de instituciones y constituciones totalmente nuevas, podríamos liberar algo mucho más poderoso que la energía: la imaginación colectiva.
Cuanto antes empecemos a diseñar instituciones políticas alternativas basadas en los tres principios antes descritos –poder de las minorías, democracia semidirecta y reparto decisional-, más probabilidades tendremos de una transición pacífica. Es el intento de impedir tales cambios, no los cambios mismos, lo que aumenta el nivel de riesgo. Es el ciego intento de defender la obsolescencia lo que crea el peligro de derramamiento de sangre.
Esto significa que para evitar una violenta agitación debemos empezar ya a centrar nuestra atención en el problema de la obsolescencia política estructural en todo el mundo. Y debemos llevar esta cuestión no sólo a la consideración de los expertos, los constitucionalistas, abogados y políticos, sino también al público mismo… a organizaciones ciudadanas, sindicatos, Iglesias, a grupos de mujeres, a minorías étnicas y raciales, a científicos, amas de casa y comerciantes.
Debemos, como primer paso, desencadenar el más amplio debate público sobre la necesidad de un nuevo sistema político sintonizado con las necesidades de una civilización de la tercera ola. Necesitamos conferencias, programas de televisión, discusiones, ejercicios de simulación, convenciones constitucionales ficticias para generar el más amplio despliegue de imaginativas propuestas dirigidas a la reestructuración política, a hacer brotar un torrente de ideas nuevas: Debemos estar preparados para utilizar las herramientas más avanzadas a nuestro alcance: desde satélites y computadores, hasta videodiscos y televisión interactiva.
Nadie conoce con detalle qué es lo que nos reserva el futuro ni qué será lo que mejor funcione en una sociedad de la tercera ola. Por esta razón, debemos pensar no en una única y masiva reorganización ni en un solo cambio revolucionario y cataclísmico impuesto desde arriba, sino en miles de experimentos conscientes y descentralizados que nos permitan probar nuevos modelos de proceso decisional a niveles locales y regionales, antes de su aplicación a niveles nacionales y transnacionales.
Pero, al mismo tiempo, debemos empezar también a crear un organismo para una similar experimentación -y radicalmente nueva configuración- a niveles asimismo nacionales y transnacionales. Los generalizados sentimientos de desilusión, irritación y amargura contra los Gobiernos de la segunda ola pueden ser, o bien excitados hasta un fanático frenesí por demagogos deseosos de la implantación de regímenes autoritarios, o movilizados para el proceso de reconstrucción democrática.
Desencadenando un vasto proceso de instrucción social -un experimento de democracia anticipativa en muchas naciones a la vez-, podemos detener el empuje totalitario. Podemos preparar a millones de personas para las dislocaciones y peligrosas crisis que nos esperan. Y podemos ejercer una estratégica presión sobre los sistemas políticos existentes para acelerar los cambios necesarios.
Sin esta tremenda presión desde abajo no debemos esperar que muchos de los actuales líderes nominales -presidentes y políticos, senadores y miembros de comité central- desafíen a las mismas instituciones que, por anticuadas que estén, les dan prestigio, dinero y la ilusión -ya que no la realidad- del poder. Algunos raros y perspicaces políticos o funcionarios prestarán desde el principio su apoyo a la lucha por la transformación política. Pero la mayoría sólo se moverán cuando las demandas procedentes del exterior sean irresistibles o cuando la crisis se halle ya tan avanzada y tan próxima a la violencia, que no vean ninguna alternativa.
Por tanto, la responsabilidad del cambio nos incumbe a nosotros. Debemos empezar por nosotros mismos, aprendiendo a no cerrar prematuramente nuestras mentes a lo nuevo, a lo sorprendente, a lo aparentemente radical. Esto significa luchar contra los asesinos de ideas que se apresuran a matar cualquier nueva sugerencia sobre la base de su inviabilidad, al tiempo que defienden como viable todo lo que ahora existe, por absurdo, opresivo o estéril que pueda ser. Significa luchar por la libertad de expresión, por el derecho de la gente a expresar sus ideas, aunque sean heréticas.
Por encima de todo, significa dar comienzo ya a este proceso de reconstrucción, antes de que una mayor desintegración de los sistemas políticos existentes haga salir a las calles a las fuerzas de la tiranía e imposibilite una transición pacífica a la democracia del siglo XXI.
Si empezamos ahora, nosotros y nuestros hijos podemos tomar parte en la excitante reconstitución, no sólo de nuestras anticuadas estructuras políticas, sino también de la civilización misma.
Como la generación de los revolucionarios puros, nosotros tenemos un destino que crear.
Testimonios de gratitud
Para escribir la La tercera ola he utilizado varias fuentes de información. La primera y más convencional está constituida por la lectura de libros, periódicos, informes, documentos, revistas y monografías de muchos países. La segunda tiene su origen en entrevistas con autores de cambios de todo el mundo. Los he visitado en sus laboratorios, despachos, aulas escolares y estudios, y se han mostrado también generosos con su tiempo y sus ideas. Van desde expertos en cuestiones familiares y físicos, hasta miembros de Gobierno y primeros ministros.
Finalmente, en mis viajes me he servido de lo que creo que son unos ojos y unos oídos atentos. Con frecuencia, una experiencia directa o una conversación casual proyectan reveladora luz sobre la abstracción. Un taxista de una capital latinoamericana me dijo más que todas las animosas estadísticas de su Gobierno. Cuando le pregunté por qué sus compatriotas no hacían algo para protestar contra la desbocada tasa de inflación, se limitó a imitar el tecleteo de una ametralladora.
Me es a todas luces imposible expresar individualmente mi agradecimiento a todos los que me han ayudado. Sin embargo, tres amigos, Donald F. Klein, Harold L. Strudler y Robert I. Weingarten, se han tomado la molestia de leerse todo el manuscrito y ofrecerme sus perceptivas críticas y consejos.
Además, Lea Guyer Górdon y Eleanor Nadler Schwartz, que figuran ciertamente entre los mejores y más profesionales investigadores editoriales, revisaron los datos contenidos en el manuscrito para purgarlo de inexactitudes. Mrs. Schwartz permaneció junto a mí durante los últimos y ajetreados días para prestarme su jovial y generosa ayuda durante la preparación del manuscrito para el editor. Debo también una mención especial de gratitud a Betsy Cenedella de "William Morrow" por su excelente corrección. Finalmente, a Karen Toffler, que me ayudó en la confección del índice onomástico y de materias, vertiendo sus artículos conceptuales en el procesador computador durante las largas y avanzadas horas de la noche.
Huelga decir que sólo yo soy responsable de cualquier error que haya podido deslizarse en estas páginas, pese a nuestros mejores esfuerzos por evitarlo.
Notas
Los números entre paréntesis remiten a la bibliografía que se inserta a continuación de estas notas. Así (1) se refiere a la primera mención incluida en la bibliografía: Boucher, Francois, 20.000 Years of Fashion.
CAPÍTULO I
PÁGINA
10 Sobre los orígenes de la agricultura, véase Cipolla (103), p. 18.
10 Para los diversos términos utilizados para describir la sociedad emergente, véase Brzezinski (200) y Bell (198). Bell halla el origen del término 밯stindustrial력n su uso por un escritor inglés llamado Arthur Penty en 1917. Para la terminología marxista, véase (211).
11 Yo he escrito acerca de la 룩vilización superindustrial력n (502) y (150).
13 Entre otras fuentes se describen tribus sin agricultura en Niedergang (95); también Cotlow (74).
CAPÍTULO II
19 Para el comercio marítimo, véase (504), p. 3. El perceptivo libro de Geoffrey Blainey analiza los efectos del aislamiento y de las grandes distancias continentales en el desarrollo de Austria.
19 Las fábricas griegas se mencionan brevemente en (237), p. 40.
19 Sobre primeras perforaciones petrolíferas, véase (155), p. 30.
19 Las antiguas burocracias se describen en (17), vol. I, p. 34.
19 La máquina de vapor alejandrina se menciona en un capítulo de Ralph Linton en (494), p. 435; también, Lilley (453), pp. 35-36.
19 Sobre la civilización preindustrial, véase (171), p. 15.
19 Sobre la era Meiji del Japón (262), p. 307.
20 Las estimaciones sobre la población de bueyes y caballos de Europa están en (244), p. 257.
21 La máquina de vapor de Newcomen se describe en Lilley (453), p. 94, y Cardwell (433), p. 69. 33 Se cita a Vitruvio en (171), p. 23.
21 Instrumentos de precisión (438), prólogo e introducción.
21 El papel de las máquinas-herramientas se examina en (237), p. 41.
21 El comercio primitivo aparece brillantemente descrito en (259), pp. 64-71.
21 Los avances en la distribución en serie se describen en (29), p. 85. Para el desarrollo de la cadena A & P, véanse pp. 159 y 162.
22 Sobre los primitivos hogares multigeneracionales, véase (191), vol. I, p. 64.
22 La inmovilidad de la familia agrícola se describe en (508), p. 196.
23 Se cita a Andrew Ure en (266), pp. 359-360.
23 La enseñanza escolar en los Estados Unidos durante el siglo XIX se examina en (528), pp. 450-451.
23 La creciente duración del año escolar está tomada de Historical Statistics of the United States, p. 207.
23 Para la enseñanza obligatoria, véase (528), p. 451.
23 Se cita la declaración de la mecánica en (492), p. 391.
23 Dewing es de (14), p. 15
23 El número de corporaciones en los Estados Unidos antes de 1800 está tomado de (101), p. 657.
23 La inmortalidad de las corporaciones fue establecida por el magistrado John Marshall en Dartmouth College v. Woodward, 4 Wheat. 518, 4 L. Ed. 629 (1819).
25 Las corporaciones socialistas son el tema de un ensayo de León Smolinski en Survey (Londres), invierno de 1974.
25 En las naciones industriales socialistas de la Europa Oriental, así como en la Unión Soviética, la forma dominante es la llamada 륭presa de producción묠más exactamente descrita como 룯rporación socialista뮠La empresa de producción es típicamente propiedad del Estado, más que de inversores particulares, y está sometida a controles políticos directos en el marco de una economía planificada. Pero, al igual que en la corporación capitalista, su función básica consiste en concentrar capital y organizar la producción en serie. Además, como sus equivalentes capitalistas, moldea las vidas de sus empleados; ejerce una informal, pero poderosa influencia política; crea una nueva élite directiva, descansa en métodos administrativos burocráticos; racionaliza la producción. Su posición en el orden social era -y es- igualmente central.
25 La evolución de la orquesta se halla descrita en Sachs (7), p. 389, y en Mueller (6).
25 La historia postal es el tema del libro de Zilliacus (56); véase p. 56.
25 El peán de Edward Everett al Post Office está en (385), p. 257.
25 El alud mundial de correo se describe en (41), p. 34. Véase también el UNESCO Statistical Yearbook de 1965, p. 482.
26 Sobre el teléfono y el telégrafo, véase Singer (54), pp. 11-19. También, Walker (268), p. 261.
26 Las estadísticas telefónicas están tomadas de (39), p. 802.
27 La cita de Servan-Schreiber está tomada de (52), p. 45.
27 Una exposición del socialismo utópico se encuentra en (476), capítulo VIII.
CAPÍTULO III
29 El papel del mercado es examinado en la obra seminal de Polanyi (115), p. 49.
29 El mercado de Tlatelolco aparece vívidamente descrito en (246), p. 133.
29 Los comentarios del mercader de pimienta, en (259), pp. 64-71.
29 Braudel, de su magnífica obra (245), vol. I, pp. 247, 425.
29 Sobre la fusión de producción y consumo, véase (265), p. 30.
29 El papel social y político del consumidor es brillantemente examinado por Horace M. Kallen en su olvidada obra (61), p. 23.
30 Debo a mi amigo Bertrand de Jouvenel la observación de que la misma persona es empujada en direcciones psicológicas distintas por los papeles de trabajador y consumidor.
32 Sobre objetividad-subjetividad: la idea me fue sugerida por primera vez leyendo a Zaretsky (196).
CAPÍTULO IV
35 La historia de Theodore Vail está en (50). Vail fue una figura extraordinaria, cuya carrera nos dice mucho acerca de los primeros tiempos del desarrollo industrial.
36 La influencia de Frederick Winslow Taylor se halla descrita en Friedmann (79) y Dickson (525). También, la Taylor Collection, Stevens Institute of Technology. La opinión de Lenin sobre el taylorismo está tomada de (79), p. 271.
36 Los tests de inteligencia uniformizados se describen en (527), pp. 226-227.
35 Sobre la represión de las lenguas minoritarias, véase Thomas (290), p. 31. También, 냨allenge to the Nation-State묠Time (edición europea) del 27 de octubre de 1975.
35 Las medidas de la Revolución francesa con respecto al sistema métrico y un nuevo calendario se describen en Morazé (260), pp. 97-98; y Klein (449), p. 117.
35 Dinero acuñado privadamente y la uniformización de la moneda, de (144), pp. 10, 33.
35 Sobre política de precio único, véase (29).
36 The Advantages of the East India Trade se cita en (138), vol. I, p. 130.
36 Las conocidas observaciones de Adam Smith sobre el fabricante de alfileres están en (419), pp. 3-7. Smith atribuía el creciente aumento de la productividad a la creciente destreza desarrollada por el trabajador que se especializaba, al tiempo ahorrado al no cambiar de una tarea a otra y a las mejoras que el trabajador especializado podía introducir en sus herramientas. Pero Smith comprendía con claridad qué era lo que se encontraba en el corazón de las cosas: el mercado. Sin un mercado para relacionar al productor con el consumidor, ¿quién necesitaría, o querría, 48. 000 alfileres al día? Y -continuaba Smith- cuanto más grande fuese el mercado, más especialización podía esperarse. Smith tenía razón.
36 Los fríos cálculos de Henry Ford son de su autobiografía (442), pp. 108-109.
36 El número de ocupaciones está tomado del Dictionary of Occupational Titles, publicado por el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, 1977.
37 Lenin: de Christman (474), p. 137.
37 La función sincronizadora de los cantos de trabajo es de (8), p. 11.
38 La cita de E. P. Thompson es de 딩me, Work-Discipline and Industrial Capitalism묠Past and Present (Londres), n. ° 38.
39 Stan Cohén hizo esta observación en una crítica del libro de David J. Rothman The Discovery of the Asylum, en New Society (Londres), 7 de febrero de 1974.
39 Las cifras de producción europea de automóviles están tomadas de (126), p. 3917.
39 La concentración de las industrias del aluminio, el cigarrillo y los alimentos para desayuno es de Industry Surveys, de Standard & Poor, 1978, 1979. La concentración en la industria de la cerveza es de 뎥w Survival Plan for Olympia Beer묠The New York Times, 15 de mayo de 1979.
39 La concentración industrial alemana está documentada en (126), p. 3972.
39 El proceso concentrador en la industria tuvo su reflejo en el movimiento obrero. Al enfrentarse los sindicatos de muchos países a monopolios y trusts cada vez más grandes, también ellos se consolidaron. A principios de siglo, los Industrial Workers of the World -los llamados wobblies- expresaron su afán concentrador en una campaña en favor de lo que ellos denominaron 돮 B. U. 묠One Big Union, o 뵮 gran sindicato뮼/font>
39 Para la concentración vista por los marxistas, véase León H. Hermán, 딨e Cult of Bigness in Soviet Economic Planning련126), pp. 4349 y siguientes. Este trabajo incluye una conocida cita del socialista americano Daniel de León, quien, a finales del siglo pasado, afirmaba que 묡 escala mediante la cual la Humanidad se ha elevado a la civilización es la progresión en los métodos de producción, el creciente poder de los instrumentos productivos. El trust ocupa el extremo superior de esa escala. La agitación social de nuestro tiempo se centra precisamente en torno al trust. La clase capitalista intenta retenerlo para su uso exclusivo. La clase media trata de destruirlo, retrasando con ello el avance de la civilización. El proletariado se fijará el objetivo de preservarlo, mejorarlo y hacerlo accesible a todos뮼/font>
39 El artículo de N. Lebyu Khina está reproducido en (126), pp. 4362 y s.
39 La canción de Matsushita está tomada de 딨e Japanese Dilemma묠de Willard Barber, Survey, Londres, otoño de 1972.
39 Las cifras de empleados de la AT & T están tomadas de (39), p. 702.
40 Las estadísticas de la fuerza laboral francesa están tomadas de (126), p. 3958.
40 Sobre la concentración soviética y la 맩gantomanía려e Stalin, véase (126), pp. 4346-4352. Mientras se escribe esto, los soviéticos se están apresurando a terminar la instalación de fabricación de camiones más grande del mundo, que requerirá toda una nueva ciudad de 160. 000 habitantes, con un complejo de plantas y transmisores que se extenderá sobre cuarenta millas cuadradas, superficie casi doble que la de la isla de Manhattan. Este complejo es descrito en el vivido informe de Hedrick Smith (484), pp. 58, 59, 106 y 220. Smith dice que los soviéticos tienen 뵮 apego tejano a la grandeza exagerada que sobrepasa al de los americanos, del mismo modo que la ética del crecimiento económico nacional soviético ha superado a la ahora tambaleante fe americana en las bendiciones automáticas del crecimiento económico뮼/font>
40 Con respecto a la búsqueda del PNB, una divertida fantasía sugiere que las mujeres hagan cada una los trabajos domésticos de la otra y se paguen mutuamente por ello. Si cada Susie Smith pagase a cada Barbara Brown cien dólares a la semana por atender su hogar y a sus hijos, recibiendo al mismo tiempo una cantidad equivalente por prestar los mismos servicios a cambio, el impacto sobre el Producto Nacional Bruto sería asombroso. Si cincuenta millones de amas de casa americanas se dedicaran a esta absurda transacción, el PNB de los Estados Unidos aumentaría instantáneamente en un 10%.
40 La capitalización de las fábricas americanas en 1850 y las innovaciones introducidas en la administración de los ferrocarriles son de Alfred D. Chandler, Jr., y Stephen Salisbury, 뉮novations in Business Administration묠en (454), pp. 130, 138-141.
40 Sobre la defensa de un fuerte Gobierno central, véase (389), p. 20.
42 En su libro The Imperial Presidency (398), Schlesinger dice:눡y que decir que los historiadores y los científicos políticos, entre ellos quien esto escribe, han contribuido al aumento de la mística presidencial.뼯font>
42 La reacción del Gobierno ante la protesta política está en (482), pp. 189-190.
42 La cita de Marx está tomada de Christman (474), p. 359; Engels, p. 324.
42 El florecimiento de la Banca Central en Gran Bretaña, Francia y Alemania es reseñado por Galbraith en (127), pp. 31-35 y 39-41.
42 La lucha de Hamilton por crear un Banco nacional se narra en (254), p. 187.
CAPÍTULO V
45 La cita de Blumenthal está tomada de Korda (22), p. 46.
46 El desarrollo de la élite integracional en las naciones socialistas es tema de numerosas obras. Para las opiniones de Lenin, véase (480), pp. 102-105; Trotski está tomado de (475), p. 19, y (487), pp. 138 y 249; Djilas fue encarcelado por su La nueva dase (332); las quejas de Tito sobre la tecnología están en 듯cial Stratification and Sociology in the Soviet Union묠de Seymour Martin Lipset y Richard B. Dobson, en Survey (Londres), verano de 1973. Desde que James Burham abrió brecha con su libro The Managerial Revolution (330), aparecido en 1941, ha surgido una amplia literatura, que describe el ascenso al poder de esta nueva élite de integradores. Véase Power Without Property, de A. A. Berle, Jr. En The New Industrial State, John Kenneth Galbraith desarrolló más la idea, acuñando el término 봥cnostructura렰ara describir a la nueva élite.
CAPÍTULO VI
50 Para la síntesis de Newton, véase (433), p. 48.
50 La cita de De la Mettrie está tomada de Man a Machine (302), p. 93.
50 Adam Smith sobre la economía como sistema es de 돰erating Rules for Planet Earth묠por Sam Love, en Environmental Action, 24 de noviembre de 1973; la cita de Smith es de su obra postuma (148), p. 60.
50 Madison está citado de (388).
50 Para Jefferson, véase (392), p. 161.
50 Lord Cromer es citado en (96), p. 44.
50 Sobre Lenin, véase (480), p. 163. Trotski está citado de (486), pp. 5 y 14.
51 La observación de Bihari es de su libro (347), pp. 102 y 67.
51 Para V. G. Afanasiev, véase (344), pp. 186-187.
51 El número de funcionarios públicos elegidos se da en (344), p. 167.
CAPÍTULO VII
55 El intento de apoderarse de Abaco se describe en 딨e Amazing New-Country Caper묠por Andrew St. George, en Esquire, febrero de 1975.
55 Finer es de 딨e Fetish of Frontiers묠en New Society (Londres), 4 de setiembre de 1975.
55 Sobre pequeñas comunidades reunidas en imperios, véase Braudel (245), vol. II, capítulo IV. También Bottomore (490), p. 155.
55 La queja de Voltaire se cita en Morazé (260), p. 62.
56 Sobre los 350 miniestados de Alemania (285), p. 13.
56 Definiciones de la nación-Estado, tomadas de (277), pp. 19 y 23.
56 Onega (341), p. 171.
57 Para las fechas de los primeros ferrocarriles, véase (55), p. 13.
57 Morazé (260), p. 154.
58 Para Mazlish, véase (454), p. 29.
CAPÍTULO VIII
59 Productos alimenticios del extranjero: (119), p. 11.
59 Chamberlain y Ferry están tomados de Birnie (100), pp. 242-243.
60 Sobre los derviches y otras víctimas de la ametralladora, véase la excelente monografía de John Ellis (436).
60 De Ricardo sobre especialización (77), introducción, pp. XII-XIII.
61 El valor del comercio mundial está tomado de (119), p. 7.
62 La historia de la margarina es narrada por Magnus Pyke en (461), pp. 7 y sigs.
62 Sobre la esclavización de los indios amazónicos, véase Cotlow (48), pp. 5-6. El tema es tratado con más detalle en Bodard (70).
63 Woodruff está citado de (119), p. 5.
63 Sobre el control europeo: (497), p. 6.
63 El comercio mundial entre 1913 y 1950 se describe en (109), pp. 222-223.
63 Creación del FMI: (109), p. 240.
63 Para posesiones de oro de los Estados Unidos y préstamos del Banco Mundial a países menos desarrollados, véase (87), pp. 63 y 91.
63 Sobre opiniones de Lenin, véase (89); también, Cohén (73), pp. 36, 45-47. Los argumentos de Lenin y la cita de Lenin son de (146), pp. 22-23.
65 La actual lucha política en China puede ser vista como un conflicto acerca de si el país debe hacer o debe comprar. Un bando, denominado los radicales, se muestra favorable a la autosuficiencia y el desarrollo interno; el otro propugna el comercio con el mundo exterior. La noción de autosuficiencia atraerá mayor atención entre las naciones no industriales a medida que vayan comprendiendo los costes ocultos de ingresar en una economía mundial integrada construida para servir a las necesidades de las naciones de la segunda ola.
66 Sobre compras soviéticas de bauxita guineana, véase 듵ccess Breeds Success묠en The Economist, 2 de diciembre de 1978; las compras soviéticas a la India, Irán y Afganistán se detallan en 눯w Russia Cons the Third World묠en To the Point (Sandton, Transvaai, República Sudafricana), 23 de febrero de 1979. Este semanario sudafricano, pese a su evidente parcialidad, proporciona una gran información sobre el Tercer Mundo, especialmente África.
66 Para el imperialismo soviético, véase también Edward Crankshaw en (80), p. 713.
66 Sherman está tomado de (147), pp. 316-317.
66 Para un informe sobre el COMECON, véase 냏MECON Blues묠por Nora Beloff, en Foreign Policy, verano de 1978.
CAPÍTULO IX
69 Acerca de nuestro 뤯minio렳obre la Naturaleza, véase Clarence J. Glacken, 덡n Against Nature: An Outmoded Concept묠en (162), pp. 128-129.
69 Para Darwin y primeras teorías de la evolución, véase Hyman (306), pp. 26-27 y 56. Sobre darvinismo social: pp. 432-433.
70 Opiniones sobre el progreso de Leibniz, Turgot y otros son examinadas por Charles van Doren en (184), introducción general.
70 Heilbroner está citado de (234), p. 33.
71 Las unidades de medida del tiempo se describen en 딩me, Work-Discipline, and Industrial Capitalism묠por E. P. Thompson, en Past and Present, número 38. Véase también Cardwell (433), p. 13.
71 La adopción de la hora del meridiano de Greenwich se describe en (519), p. 115.
72 Las concepciones budista e hindú del tiempo son objeto de examen en (509), p. 248.
72 Para Needham sobre el tiempo cíclico en Oriente, véase (515), p. 47.
72 Whitrow, de (520), p. 11.
72 El uso del espacio por la civilización anterior a la primera ola es descrito por Morrill en (514), pp. 23-24.
72 Sobre ubicación de cabanas campesinas, véase 딨e Shaping of England's Landscape묠por John Patten, en Observer Magazine (Londres), 21 de abril de 1974.
72 Hale está tomado de (252), p. 32.
73 Las diferentes longitudes de una vara, de (44), pp. 65-66.
73 Para tarifas de navegación, consúltese Coleman (506), pp. 67-104.
74 Sobre sistema métrico: (449), pp. 116, 123-125.
74 Las observaciones de Clay están tomadas de (505), pp. 46-47.
75 Las pautas en forma de ese son descritas por John Patten en el artículo del Observer Magazine antes citado.
75 Sobre las personas consideradas como parte de la Naturaleza, véase Clarence J. Glacken en (162), p. 128.
75 Para el atomismo de Demócrito, véase Munitz (310), p. 6; Asimov (427), vol. III, pp. 3-4; y Russell (312), pp. 64-65.
75 Mo Ching y el atomismo indio, de Needham (455), pp. 154-155.
75 Para el atomismo como concepción minoritaria (312), pp. 72-73.
75 Descartes (303), p. 19.
75 Dubos, citado de (159), p. 331.
75 Sobre Aristóteles, véase Russell (312), p. 169.
75 El yin y el yang: Needham (456), pp. 273-274.
76 Newton, citado de sus 놵ndamental Principies of Natural Philosophy력n (310), p. 205.
76 Laplace, tomado de Gellner (305), p. 207.
77 Holbach, tomado de Matson (309), p. 13.
CAPÍTULO X
79 Sobre la revolución industrial en Europa, véase Williams (118); Polanyi (115), y Lilley (453).
79 El puesto de la contabilidad en un proceso de desarrollo social es descrito por D. R. Scott en (145).
80 Para los olores de la primera y la segunda ola (420), pp. 125-131.
80 Los viejos modales, en la extraordinaria obra de Norbert Elias The Civilizing Process (250), pp. 120 y 164.
80 Las comunidades de la primera ola como 묥trinas렳ociales se describen en Hartwell (107), y Hayek (108).
80 Vaizey está tomado de 뉳 This New Technology Irresistible?력n el Times Educational Supplement (Londres), 5 de enero de 1973.
80 La crítica de Larner apareció en New Society (Londres), 1 de enero de 1976.
83 El estudio de la American Management Association, resumido en (33), pp. 1-2.
CAPÍTULO XI
86 Para puntuación de los tests educacionales, véase 덡king the Grade: More Schools Demand A Test of Competency for Graduating Pupils묠The Wall Street Journal, 9 de mayo de 1978.
86 Sobre tasas de nuevos matrimonios: Social Indicators 1976, informe del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, p. 53.
86 Las contrafeministas se describen en 끮ti-ERA Evangelist Wins Again묠Times, 3 de julio de 1978.
86 El conflicto entre homosexuales y Anita Bryant, en 눯w Gay is Gay?묠Time, 23 de abril de 1979.
CAPÍTULO XII
89 La decisión de Rathbone sobre los precios del petróleo y la formación de la OPEP se describen en (168), capítulo VIII.
89 Centrales nucleares en Seabrook y Grohnde (163), pp. 7 y 88.
89 Los dos tercios de la energía mundial proceden del petróleo y el gas, basado en (160), p. 10.
89 Sobre la disminución de reservas de petróleo, véase 딨e Oil Crisis is Real This Time묠Business Week, 30 de julio de 1979.
90 Las plantas de gasificación y licuefacción del carbón se describen críticamente en Commoner (157), pp. 67-68. Véase también 끠Desperate Search for Synthetic Fuels묠Business Week, 30 de julio de 1979.
90 Las subvenciones oficiales a la energía atómica aparecen descritas en (157), p. 65.
91 Sobre el terrorismo y otros peligros relativos al plutonio, véase Thomas Cochram, Gus Speth y Arthur Tamplin, 됬utonium뺠An Invitation toDisaster묥n (166), p. 102;también, Commoner (157), p. 96.
91 Carr está tomado de (153), p. 7.
92 Los trabajos de Texas Instruments sobre células fotovoltaicas se describen en 녮ergy: Fuels of the Future묠Time, 11 de junio de 1979. El papel de Solarex, en 딨e New Business of Harnessing Sunbeams묠por Edmund Faltermayer, en Fortune, febrero de 1976. Véase también instrumentos de conversión de energía en 끠New Promise of Cheap Solar Energy묠Business Week, 18 de julio de 1977.
92 Sobre los soviéticos en la zona comprendida entre la troposfera y la estratosfera (153), p. 123.
92 Instalaciones de energía geotérmica aparecen descritas en 딨e Coming Energy Transition묠por Denis Hayes, en Tbe Futurist, octubre de 1977.
92 La energía marítima en Japón, de 뗡king Up to Wave Power묠Time, 16 de octubre de 1978.
92 Torre de energía de Southern California Edison: 녮ergy: Fuels of the Future묠Time, 11 de junio de 1979.
92 El desarrollo de la energía del hidrógeno aparece resumido en 냡n Hydrogen Solve Our Energy Crisis?묠de Roger Beardwood, en The Telegraph Sunday Magazine (Londres), 29 de julio de 1979.
92 뒥dox력stá descrito en 뗡shington Report묠Product Engineering, mayo de 1979.
92 Sobre superconductividad, véase 듣ientists Créate a Solid Form of Hydrogen묠The New York Times, 2 de marzo de 1979.
92 Para un breve examen de las implicaciones de las ondas Tesla, véase entrevista de Omni con Alvin Toffler, noviembre de 1978.
94 Sobre la transición de las industrias de la segunda ola a las de la tercera, véase 딨e Cross of Lorraine묠Forbes, abril de 1979. Las industrias nacionalizadas del carbón, el ferrocarril y el acero de Gran Bretaña son objeto de examen en 딨e Grim Failure of Britain's Nationalized Industries묠por Robert Ball, en Fortune, diciembre de 1975. Strttkturpolitik es de 눯w Schmidt Is Using His Economic Leverage묠Business Week, 24 de julio de 1978.
94 El anuncio de 뒯lls-Royce렦ue publicado por CW Communications, Newton, Mass., en Advertising and Publishing News, setiembre de 1979.
95 Puede juzgarse el alcance de la industria de computadores caseros en la primavera de 1979 por la obra Micro Shopper: The Microcomputer Guide, publicada por Micro-Age Wholesale, Tempe, Ariz. Véase también 됬ugging In Everyman묠Time, 5 de setiembre de 1977.
95 Las fibras ópticas en la industria de las comunicaciones se describen en 댩ghtbeams in Glass-Slow Explosión Under the Communications Industry묠por Robín Lanier, en Communications Tomorrow, noviembre de 1976. Las fibras ópticas en la industria telefónica y la comparación con el cobre son de una entrevista con Donald K. Connover, director general, Corporate Education, Western Electric Co., Hopewell, N. J.
95 Science es citada de su número de 18 de marzo de 1977.
95 Sobre el programa de lanzadera espacial: 딨e Shuttle Opens the Space Frontier to U.S. Industry묠Business Week, 22 de agosto de 1977.
95 Información sobre la uroquinasa, suministrada por Abbott Laboratories, North Chicago, 111.; Von Puttkamer está tomado de 딨e Industrialization of Space묠Futurics, otoño de 1977.
96 La identificación de TRW de las aleaciones está descrita en 뉮dustry's New Frontier in Space묠por Gene Bylinsky, en Fortune, 29 de enero de 1979.
96 Para los estudios de Brian O'Leary y las conferencias de Princeton, véase G. K. O'Neill, Newsletter on Space Studies, 12 de junio de 1977.
97 Sobre la extracción de proteínas del mar, la amenaza de extinción de la vida marina y el acuacultivo: 딨e Oceans: World Breadbasket or Breadkdown?묠por Robert M. Girling, en Friends Magazine, febrero de 1977.
97 Raymond es citado en John P. Graven, 딲opical Oceania: The Newest World묠Problems of Journalism: Actas de la Convención de 1977 de la Sociedad Americana de Directores de Periódicos, 1977, p. 364.
97 Minerales en el mar: 돣eanic Mineral Resources묠por John L. Mero, en Futttres, diciembre de 1968. Véase también 딨e Sea-Bed묠por P. N. Ganapati, en Seminar (Nueva Delhi), mayo de 1971; y 딨e Oceans: Wild West Scramble for Control묠Time, 29 de julio de 1974; y 듥abed Mining Consortia Hope to Raise the Political Anchor묠The Financial Times (Londres), 7 de agosto de 1979.
97 Medicinas de origen marino se describen en un folleto del Roche Research Institute of Marine Pharmacology, Dee Why, N. S. W., Australia.
97 Sobre tecnología de la plataforma oceánica, véase 놬oating Cities묠en Marine Policy, julio de 1977.
97 D. M. Leipziger habla de la discusión de 룯lonos령 la 먥rencia común력n 덩ning the Deep Seabed묠Challenge, marzo-abril de 1977.
99 Sobre genética: Howard y Rifkin (446); también 뉮dustry Starts To Do Biology With Its Eyes Open묠The Economist (Londres), 2 de diciembre de 1978.
99 Las políticas nacionales para el control de la investigación genética aparecen expuestas en Draft Information Document on Recombinant DNA, mayo de 1978, Comité Científico y Técnico de la Asamblea del Atlántico Norte.
99 El presidente de Cetus es citado de (446), p. 190.
99 La política oficial soviética está tomada de Socialism: Theory and Practice, resumen soviético mensual de la Prensa teórica y política, enero de 1976.
100 El informe a la National Science Foundation, Lawless, (452).
100 Sobre las revueltas ludditas contra las máquinas, véase (453), p. 111.
100 Las campañas antinucleares se describen en 냲usading Against the Atom묠Time, 25 de abril de 1977, y 뎵clear Power: The Crisis in Europe and Japan묠Business Week, 25 de diciembre de 1978.
100 La tecnología adecuada es objeto de examen en (425); véase también Harper y Boyle (444).
100 Un ejemplo del nuevo interés por la aeronave es el nuevo folleto de Aerospace Developments, Londres; también 댩ghter-Than-Air Transpon: Is the Revival for Real?묠por James Wargo, en New Engineer, diciembre de 1975.
CAPÍTULO XIII
106 Las cifras de circulación de periódicos están tomadas de la American Newspaper Publishers Association.
106 Sobre el porcentaje de americanos que leen periódicos véanse General Social Surveys de 1972 y 1977, por el National Opinión Research Cerner, Universidad de Chicago. Los descensos en la circulación de periódicos aparecen reflejados en 뎥wpapers Challenged as Never Bef ore묠Los Angeles Times, 26 de noviembre de 1976; véase también 딩me Inc. Buys Washington Star; It Will Pay Allbritton $ 20 Million묠The New York Times, 4 de febrero de 1978. Sobre la experiencia de Gran Bretaña con los periódicos, véase 뎥wspaper Sales묠por Tom Forester, en New Society (Londres), 16 de octubre de 1975.
107 E1 descenso en la circulación de revistas es examinado con detalle en The Gallagher Report, suplemento a su número de 22 de agosto de 1977.
107 Sobre la proliferación de revistas regionales y especializadas, véase la revista Folio, diciembre de 1977.
107 Richard Reeves está tomado de 끮d Now a Word from God…뼯font>
Washington Star, 2 de junio de 1979.
107 Las aficiones radiofónicas de los adolescentes son objeto de examen en Radio Facts, publicado por Radio Advertising Bureau, Nueva York.
107 Sobre la radio para comunicaciones entre particulares, o CB:렃itizens Band: Fad or Fixture?묠por Leonard M. Cedar, en Financial World, 1 de junio de 1976. El número de estas radios en servicio en 1977, de Radio Research Report, publicado por el Radio Advertising Bureau, Nueva York. La negativa de que la CB haya reducido la audiencia de programas radiofónicos regulares está en el comunicado de Prensa de 20 de junio de 1977 hecho público por CBS Radio Network. Véase también el estudio de Marsteller de que se da cuenta en Broadcasting, 15 de agosto de 1977.
108 Time: 딨e Year That Rain Fell Up묠en su número de 9 de enero de 1978.
108 NBC: 뗥bs Nailed for "Stupidity"; Share Seen Dipping 50%, por Peter Warner, enThe Hollywood Repórter, 15 de agosto de 1979.
108 Sobre la expansión de la televisión por cable, véase 냡ble TV: The Lure of Diversity묠Time, 7 de mayo de 1979; véase también Media Decisions, enero de 1978.
110 La distribución de programas por satélite es descrita en 뎥w Flexibility in Programming Envisioned Resulting from Upsurge in Satellite Distribution묠por John P. Taylor, en Televisión/Radio Age, 27 de febrero de 1978.
110 John O'Connor es citado de su 딖 on the Eve of Drastic Change묠The New York Times, 13 de noviembre de 1977.
CAPÍTULO XIV
113 Las etapas en el desarrollo de los computadores se exponen en una entrevista con Harvey Poppel, 27 de marzo de 1978.
113 Los gastos del proceso de distribución están tomados de International Data Corporation, Stamford, Conn.
114 Sobre el incremento de los computadores personales, véase 딨e Electronic Home: Computers Come Home묠por Lee Edson, en The New York Magazine, 30 de setiembre de 1979.
114 Coste de los computadores caseros: 뇥ts Set to Move Into Home Computers묠Business Week, 19 de marzo de 1979.
114 딨e Source력s descrita en los materiales suministrados por Telecomputing Corporation of America, McLean, Va.; también, entrevista con Marshall Graham, vicepresidente de marketing, 12 de octubre de 1979.
114 Fred la casa apareció en el Micro Shopper, publicado por Micro-Age, Tempe, Ariz., primavera de 1979.
115 Sobre las 묥yes de la robótica묠véase el clásico de Isaac Asimov (426).
115 La tecnología de reconocimiento de la palabra es objeto de examen en 냯mputers Can Talk to You묠The New York Times, 2 de agosto de 1978. Sobre Compañías que trabajan en la introducción de datos orales, véase Random-Access Monthly, mayo de 1979, publicación de Dean Witter Reynolds Inc., Nueva York. Las predicciones sobre computadores parlantes se valoran en 듰eech Is Another Micro-electronics Conquest묠Science, 16 de febrero de 1979.
117 Los 밲oblemas de entretejimiemo렳e describen en (462), p. 113.
CAPÍTULO XV
122 Para cifras sobre retracción en el sector fabril en las naciones de alta tecnología, véase el Yearbook of Labour Statistics de la Organización Internacional del Trabajo, 1961, 1965, 1966, 1975.
122 Sobre la exportación de la fabricación a los países en vías de desarrollo, véase 떡st Global Changes Challenge Private-Sector Vision묠por Frank Vogl, en Financier, abril de 1978; también, John E. Ullman, 딩des and Shallows묠en (12), p. 289.
122 La producción desmasificada se describe en Jacobs (448), p. 239. También: 됲ogrammable Automation: The Bright Future of Automation묠por Robert H. Anderson, en Datamation, diciembre de 1972; y A. E. Kobrinsky y N. E. Kobrinsky, 끠Story of Production in the Year 2000묠en Fedchenko (205), p. 64.
122 Para bienes de gran volumen como porcentaje de todos los bienes manufacturados, véase 냯mputer-controlled Assembly묠por James L. Nevins y Daniel E. Whitney, en Scientific American, febrero de 1978.
122 La serie corta de la producción de una sola clase aparece descrita en 뗨en Will Czechoslovakia Become an Underveloped Country?묠reproducido de Palach Press, Londres, en Critique (Glasgow), revista de estudios soviéticos y teoría socialista, invierno de 1976-77. También, 뎥w Programmable Control Aims at Smaller Tasks묠American Machinist, setiembre de 1976; 딨e Computer Digs Deeper Into Manufacturing묠Business Week, 23 de febrero de 1976; e 뉮 the Amsterdam Plant, The Human Touch묠por Ed Grimm, en Think, agosto de 1973.
123 La producción de series cortas en Europa es tratada en 뉮escapable Problems of the Electronic Revolution묠The Financial Times (Londres), 13 de mayo de 1976; y 끫er Outlook묠Northern Offshore (Oslo), noviembre de 1976.
123 Las series de producción del Pentágono se analizan en Robert H. Anderson y Nake M. Kamrany, Advanced Computer-Based Manufacturing Systems for Déjense Needs, publicado por el Instituto de Ciencias para la Información de California del Sur, setiembre de 1973.
123 Los métodos japoneses de producción de automóviles, descritos en la correspondencia de Jiro Tokuyama, Instituto Nomura de Investigación de Tecnología y Economía, Tokio, 14 de junio de 1974.
123 La cita de Anderson es de una entrevista con el autor.
124 Cámara 냡non AE-1뻠véase Informe de la Junta de Accionistas, Texas Instruments, 1977.
125 Sobre el número de transacciones de información y la elevación de los costes de oficina, véase Randy J. Goldfield, The Office of Tomo-rrow Here Today. Sección de anuncios especiales, Time, 13 de noviembre de 1978.
125 Los efectos sobre el empleo producidos por la automación de oficinas se examinan en 냯mputer Shock: The Inhuman Office of the Future묠por John Stewart, en Saturday Review, 23 de junio de 1979.
125 La oficina sin papeles de Micronet se describe en 놩rms Sponsor Paperless Office묠The Office, junio de 1979; y en 됡perless Office Plans Debut묠Information World, abril de 1979.
126 Alternativas al sistema postal son objeto de examen en 렁nother Postal Hike, and Then묠U.S. News & World Report, 29 de mayo de 1978.
126 El desarrollo del sistema postal preelectrónico alcanzó finalmente su punto culminante a mediados de los años setenta. U.S. News and World Repon del 29 de diciembre de 1975, indicaba: 녬 volumen de correo manejado por el Servicio Postal descendió durante el último año fiscal por primera vez en la Historia. Se espera que la disminución -unos 830 millones de objetos postales el año pasado -continúe y, posiblemente, se intensifique.렌a oficina de Correos basada en el papel -esa institución prototípica de la segunda ola- había alcanzado, finalmente, sus límites.
126 Los sistemas comerciales a través de satélites se hallan descritos en un 멮forme especial렰reparado por los doctores William Ginsberg y Robert Golden para Shearson Hayden Stone, Nueva York.
126 Vincent Giuliano es citado de una entrevista con el autor.
128 La mención de Goldfield sobre los 밡radirectores렳e basa en una entrevista con el autor.
128 La automación de oficinas y el estudio de siete naciones se incluyen en 딨e Coming of the Robot Workplace묠The Financial Times (Londres), 14 de junio de 1978.
CAPÍTULO XVI
132 Del trabajo en casa, en Compañías como United Airlines y McDonald's, se trata en 끠Way to Improve Office's Efficiency: Just Stay at Home묠The Wall Street Journal, 14 de diciembre de 1976.
132 Harvey Poppel es citado de una entrevista con el autor y de su predicción inédita 딨e Incredible Information Revolution of 1984.뼯font>
132 Latham es citado de (54), p. 19.
132 De los cambios experimentados en el trabajo no manual se trata en 딨e Automated Office묠por Hollis Vail, en The Futurist, abril de 1978.
132 De los descubrimientos del Institute for the Future se informa en Paul Baran, Potential Market Demandfor Two-Way Information Services to the Home 1970-1990, publicado por el Institute for the Future, Menlo Park, Calif., 1971.
132 La programación de computadores en el hogar se describe en 놩tting Baby Into the Programme묠The Guardian (Manchester), 9 de setiembre de 1977.
132 됥rsonas agrupadas en torno a un computador력stá tomado de 냯mmunicating May Replace Commuting묠Electronics, 1 de marzo de 1974.
133 Michael Koerner, citado en (26), vol. I, p. 240.
133 Para el modelo de casa a mitad de camino del grupo de Nilles, véase Electronics, 7 de marzo de 1974 antes citada.
133 El estudio fundamental sobre la sustitución de los desplazamientos cotidianos por las comunicaciones es (49).
CAPÍTULO XVII
140 Cárter es citado de 뒩ght Now묠McCall's, mayo de 1977.
140 E1 estadístico gubernamental sobre cuestiones familiares, doctor Paul Glick, de la Oficina del Censo, de los Estados Unidos, es citado del doctor Israel Zwerling, 뉴 Love Enough to Hold a Family Together묠Cincinnati Horizons, diciembre de 1977.
141 Porcentaje de población americana encuadrada en familias nucleares clásicas está tomado del Informe 206 del Departamento de Trabajo, Oficina de Estadísticas Laborales, 덡rital and Family Characteristics of the Labor Forcé in March 1976묠Monthly Labor Review, junio de 1977.
141 De personas que viven solas se trata en 딯day's Family-Something Different묠U.S. News ó- World Repon, 9 de julio de 1979; también 딲end to Living Alone Brings Economic and Social Change묠The New York Times, 20 de marzo de 1977; y 딨e Ways "Singles" Are Changing U.S.묠U.S. News & World Repon, 31 de enero de 1977.
141 Del aumento de parejas no casadas se informa en 땮wed Couples Living Together Increase by 117%묠The Washington Post, 28 de junio de 1979; véase también 눮U.D. Will Accept Unmarried Couples for Public Housing묠The New York Times, 29 de mayo de 1977.
141 Sobre tribunales ocupados en 뤩vorcios려e parejas no casadas: 눯w to Sue Your Live-in Lover묠por Sally Abrahms, en New York, 13 de noviembre de 1978; también 땮married Couples: Unique Legal Plight묠Los Angeles Times, 13 de noviembre de 1977.
142 Etiqueta y 룯nsejos a la pareja력stán tomados de 댩ving in Sin' Is In Style묠The National Observer, 30 de mayo de 1977.
142 Ramey es citado del boletín de noviembre-diciembre de 1975 de la Organización Nacional de No Padres, ahora rebautizada Alianza Nacional para la Paternidad Opcional.
142 Los matrimonios sin hijos son objeto de estudio en 뉮 New Germán Attitude on Family Life, Many Couples Decide to Porgo Children묠The New York Times, 25 de agosto de 1976; también, 덡rriage and Divorce, Russian Style-"Strange Blend of Marx and Freud"묠U.S. News & World Report, 30 de agosto de 1976.
142 Sobre niños en hogares uniparentales, véase (194), p. 1.
142 Mostrar cómo influyen en la familia la demografía, la tecnología y otras fuerzas no es afirmar que la familia sea un elemento pasivo en la sociedad que se limite a reaccionar o adaptarse a cambios sobrevenidos en otros puntos del sistema. Es también una fuerza activa. Pero el impacto sobre la familia de acontecimientos exteriores -la guerra, por ejemplo, o el cambio tecnológico- suele ser inmediato, mientras que el impacto de la familia sobre la sociedad puede ser diferido durante largo tiempo. El verdadero impacto de la familia no se percibe hasta que sus hijos crecen y ocupan su puesto en la sociedad.
142 El aumento de hogares uniparentales en Gran Bretaña, Alemania y Escandinavia es objeto de informe en 딨e Contrasting Fortunes of Europe's One-parent Families묠To the Point International (Sandton, Transvaal, República Sudafricana), 23 de agosto de 1976.
143 Se identifica la 릡milia agregada력n (331), pp. 248-249.
143 Davidyne Mayleas es citado de 끢out Women: The Post-Divorce "Poly-Family"묠Los Angeles Times, 7 de mayo de 1978.
143 Toda la rica variedad de combinaciones familiares es objeto de exploración en 놡mily Structure and the Mental Health of Children묠por Sheppard G. Kellam, doctor en Medicina, Margaret E. Ensminger, Licenciado en Artes, y R. Jay Turner, diplomado en Filosofía, en los Archives of General Psychiatry (American Medical Association), setiembre de 1977.
143 Jessie Bernard sobre la diversificación familiar es citado de (187), pp. 302 y 305.
149 Para información de Prensa sobre mujeres contratadas para inseminación artificial en Gran Bretaña, véase 끳tonishing Plan Says trie Judge묠Evening News (Londres), 20 de junio de 1978. También, 뗯man Hired to Have a Child묠The Guardian (Manchester), 21 de junio de 1978.
149 Los derechos de custodia de niños de las lesbianas son objeto de consideración en 늵dge Grants a Lesbian Custody of 3 Children묠The New York Times, 3 de junio de 1978; también, 떩ctory for Lesbian in Child Custody Case묠San Francisco Chronicle, 12 de abril de 1978.
149 Del proceso por 봲ato parental equivocado렳e informa en 듯n Sues Folks for Malpractice묠Chicago Tribune, 28 de abril de 1978.
149 Sobre parejas asociadas como fenómeno en el terreno de los negocios, véase 딨e Corporate Woman: "Company Couples" Flourish묠Business Week, 2 de agosto de 1976.
CAPÍTULO XVIII
151 Cárter y Blumenthal son citados en 릱uot;I Don't Trust Any Economists Today"묠por Juan Cameron, en Fortune, 11 de setiembre de 1978.
151 Sobre el 륣u묠véase André M. Coussement, 뗨y the Ecu Still Isi.'t Quite Real묠Euromoney, octubre de 1979.
151 El crecimiento de las euromonedas y de la red bancaria electrónica mundial se describen en 듴ateless Money: A New Forcé on World Economies묠Business Week, 21 de agosto de 1978; John B. Caoute, 딩me Zones and the Arranging Centre묠Euromoney, julio de 1978; y 냬ash over Stateless Clash묠Time, 5 de noviembre de 1979.
151 Los eurodólares fueron examinados por el autor en (98), p. 11.
151 El COMECON, centrado en la Unión Soviética, tiene sus propias dificultades interrelacionadas. En una acción sin precedentes, Erich Honecker, jefe de Estado comunista de la Alemania Oriental, denunció los reglamentos del COMECON como 밡rciales y miopes묠advirtiendo a Moscú que 뮡die tiene derecho a detener la producción de productos de la Alemania Oriental뮠(Véase Forbes, 20 de marzo de 1978.) La propia economía de la URSS se ha escindido en cuatro sectores distintos y en conflicto: un sector de alta tecnología militar, de la tercera ola, que clama continuamente por presupuestos mayores; un sector désvalidamente retrasado de la segunda ola, que se ve aquejado de falta de dirección empresariai y por escaseces mientras intenta satisfacer las crecientes demandas del consumidor, y un sector agrícola, más atrasado y peor planificado aún, que se ve asediado por sus propios e insolubles problemas. Por debajo de ellos existe un nebuloso cuarto sector, una 륣onomía fantasma렢asada en primas, chanchullos y corrupción, sin la cual no podrían existir muchas de las operaciones de los otros tres sectores. Dependientes en gran medida de infusiones de tecnología y capital procedentes de la economía mundial -y susceptibles a sus enfermedades -, las naciones industriales socialistas se ven también presas de fuerzas que escapan a su control. Por ejemplo, Polonia, se bambolea entre aumentos de precio de los artículos alimenticios, inducidos por la inflación, y las airadas protestas de los obreros. Habiendo recibido de Occidente préstamos por valor de 13.000 millones de dólares, se halla al borde de la bancarrota y suplica a sus acreedores que amplíen los plazos de rembolso. Las otras economías socialistas están empezando similarmente a desmasificarse, y también sus organizaciones productivas se ven asaltadas por la enorme ola de cambio. Sobre la corrupción en la URSS, véase Smith (484), pp. 86 y sigs. La dependencia en que se encuentra la URSS respecto de otros países en materia de tecnología y capital es objeto de consideración en 뒯llback, Mark II묠por Brian Crozier, en National Review, 8 de junio de 1978. Los problemas obreros y alimenticios de Polonia se examinan en 됯land: Meat and Potatoes묠Newsweek, 2 de enero de 1978; sus problemas financieros se tratan en 됯land's Creditors Watch the Ripening Grain묠por Alison Macleod, en Euromoney, julio de 1978.
153 La cita de Ettromoney es de su artículo 딩me Zones and the Arranging Center묠antes reseñado.
153 El papel del cajero internacional se describe en 듴ateless Money: A New Forcé on World Economies묠Business Week, 21 de agosto de 1978.
153 La aceleración en la comercialización y la televisión se examinan en 녤itorial Viewpoint묠Advertising Age, 13 de octubre de 1975.
154 De las revisiones de precios del COMECON se informa en 댧inflation se généralise묠Le Fígaro (París), 4 de marzo de 1975.
154 El economista británico Graham Hutton, en un estudio para el Instituto de Asuntos Económicos, escribe que 롳í como nuestra inflación se ha acelerado, así también todo el endeudamiento del Gobierno y de los negocios se ve obligado a hacerse más joven y más breve…, la velocidad de circulación se hace más rápida; los períodos de tiempo para incluso contratos de tres años tienen que ser revisados para incluir la esperada tasa de inflación de aceleración; las negociaciones salariales se tornan más rápidas y cortas뮠뉮flation and Legal Institutions묠en (129), p. 120.
155 Esquimales de Canada: 녳kimos Seek Fifth of Canada as Province, The New York Times, 28 de febrero de 1976.
155 Se da cuenta de las demandas indias en 듥ttlement of Indian Land Claim in Rhode Island Could Pave Way for Resolving 20 Other Disputes, The Wall Street Journal, 13 de setiembre de 1978; y 끠Backlash Stalks the Indians, Business Week, 11 de setiembre de 1978.
155 Sobre la minoria ainu en el Japon, vease 끩nu's Appeal Printed in Book, Daily Yomiuri (Tokio), 15 de noviembre de 1973. Sobre los coreanos: Rightists Attack Korean Office; Six Arrested, Daily Yomiuri (Tokio), 4 de setiembre de 1975.
155 David Ewing es citado de 딨e Corporation As Public Enemy No. 1묠Saturday Review, 21 de enero de 1978.
155 John C. Biegler es citado de 뉳 Corporate Social Responsibility a Dead Issue? Business and Society Review, primavera de 1978.
158 Jayne Baker Spain: 딨e Crisis in the American Board: A More Muscular Contributor, audiocinta producida por AMACOM, una seccion de la American Management Associations, 1978.
158 Olin procesada: vease informe de la junta trimestral y anual de accionistas de Olin, mayo de 1978.
158 Sobre la talidomida, vease 끠Scandal Too Long Concealed, Time, 7 de mayo de 1979.
158 Henry Ford II esta tornado de 뉳 Corporate Social Responsibility a Dead Issue?, Business and Society Review, primavera de 1978.
158 Las politicas de control de datos se describen en 딨e Mouting Backlash Against Corporate Takeovers, por Bob Tamarkin, en Forbes, 7 de agosto de 1978; y la 덩ssion Statement de la Compania.
160 Alien Neubarth esta tornado de 딨e News Mogul Who Would Become Famous, por David Shaw, en Esquire, setiembre de 1979.
160 Las palabras de Rosemary Bruner estan tomadas de una entrevista con el autor.
160 Sobre las multiples finalidades u objetivos de la corporacion, vease 딨e New Corporate Environmentalists묠Business Week, 28 de mayode 1979; tambien, 덃SI: The Future of Social Responsability묠por George C. Sawyer, en Business Tomorrow, junio de 1979.
160 Los informes de la Asociacion Americana de Contabilidad se describen en (16), p. 13.
160 De la sugerencia de Juanita Kreps se da cuenta en 끠Bureaucratic Brainstorm, por Marvin Stone, en U.S. News 6- World Report, 9 de enero de 1978.
161 La gigantesca firma suiza de alimentos y la cita de Pierre Arnold son de 뗨en Businessmen Confess Their Social Sins묠Business Week, 6 de noviembre de 1978.
161 Sobre informes sociales de las Compañías europeas, véase 녵rope Tries the Corporate Social Report묠por Meinolf Dierkes y Rob Coppock, en Business and Society Review, primavera de 1978.
161 Cornelius Brevoord es citado de 녦fective Management in the Future묠en (12).
161 Las observaciones de William E. Halal están tomadas de su 낥yond R.O.I.묠Business Tomorrow, abril de 1979.
CAPÍTULO XIX
164 El horario flexible ha engendrado una vasta literatura. Entre las fuentes aquí utilizadas figuran: 뗯rkers Fiad "Flextime" Makes for Flexible Living묠The New York Times, 15 de octubre de 1979; 놬exible Work Hours a Success, Study Says묠The New York Times, 9 de noviembre de 1977; 딨e Scheme That's Killing The Rat-Race Blues렰or Robert Stuart Nathan, en New York, 18 de julio de 1977; 뗯rk When You Want To묠revista Europa, abril de 1972; 놬exing Time묠por Geoffrey Sheridan, en New Society (Londres), noviembre de 1972; y Kanter (529).
166 El aumento del trabajo nocturno está descrito en 댥 Sommeil du Travailleur de Nuit묠Le Monde (París), 14 de diciembre de 1977; y en Packard (500), capítulo IV.
166 Del aumento producido en el número de trabajadores a jornada parcial se informa en 뉮 Permanent Part-Time Work, You Can't Beat the Hours묠por Roberta Graham, en Nation Business, enero de 1979; véase también 뇲owing Part-Time Work Forcé Has Major Impact on Economy묠The New York Times, 12 de abril de 1977.
167 El anuncio en televisión de Citibank está tomado de una transcripción proporcionada por la agencia de publicidad Wells, Rich, Greene, Inc., Nueva York.
167 Sobre predominio de trabajadores de los servicios respecto a trabajadores fabriles, véase (63), p. 3.
168 Acerca de las tarifas diurnas se informa en 녮vironmentalists Are Split Over Issue of Time-Day Pricing of Electricity묠The Wall Street Journal, 5 de octubre de 1978.
168 La defensa de Connecticut del horario flexible está tomada de 뙯ur (Flex) Time May Come묠por Frank T. Morgan, en Personnel Journal, febrero de 1977.
168 El impacto de los grabadores de vídeo sobre la audiencia de televisión es analizado en 뗩ll Betamax Be Busted?묠por Steves Brill, en Esquire, 20 de junio de 1978.
168 La conversación mediante computadores está descrita a partir de la experiencia del autor; materiales suministrados por el Electronic Information Exchange System, New Jersey Institute of Technology, Newark, N. J.; y de Pla.net News, diciembre de 1978, una publicación de Infomedia Corporation, Palo Alto, Calif.
170 Los salarios variables y los beneficios marginales son objeto de examen en 냯mpanies Offer Benefits Cafeteria-Style묠Business Week, 15 de noviembre de 1978.
170 Sobre tendencias en el arte alemán, véase Dieter Honisch, 뗨at Is Admired in Cologne May Not Be Appreciate in Munich묠Art News, octubre de 1978.
171 Sobre la comercialización en masa de libros en cartoné, consúltese 늵st A Minute, Marshall McLuhan묠por Cynthia Saltzman, en Forbes, 30 de octubre de 1978.
171 Sobre la descentralización en Kiev, véase (478), p. 67.
171 De la derrota del Gobierno socialista de Suecia se informa en 듷edish Socialists Lose to Coalition After 44-Year Rule묠The New York Times, 20 de setiembre de 1976.
171 La política de los nacionalistas escoceses se analiza en (370), p. 14.
171 El programa del Valúes Party de Nueva Zelanda fue expuesto en Valúes Party, Blueprint for New Zealand, 1972.
171 El crecimiento del poder del barrio es estudiado en 냩ties Big and Small Decentralize in Effort to Relieve Frustrations묠The New York Times, 29 de abril de 1979; y 뎥ighborhood Planning: Designing for trie Future묠Self-Reliance, publicada por el Institute for Local Self-Reliance, Washington, D. C., noviembre de 1976.
171 Sobre ROBBED y otros grupos de barrio, consúltese 끣tivist Neighborhood Groups Are Becoming a New Political Forcé묠The New York Times, 18 de junio de 1979.
171 El senador americano Mark Hatfield (R., Ore.) presentó en cierta ocasión un proyecto de ley destinado a revitalizar el barrio y el gobierno de la comunidad, permitiendo que un residente local entregue el 80% de sus impuestos federales a un gobierno de la comunidad local debidamente organizado.
172 La reorganización de Esmark fue descrita en 녳mark Spawns A Thousand Profit Centers묠Business Week, 3 de agosto de 1974; véase también el informe anual de Esmark, 1978.
172 La descripción del autor de la 롤hiocracia력s de (331), capítulo VIL
172 Las organizaciones de matrices se describen en (13).
172 El sorprendente crecimiento de la Banca local se detalla en 딨e Fancy Dans at the Regional Banks묠Business Week, 17 de abril de 1978.
174 La exención es examinada en 딨e Right Way to Invest in Franchise Companies묠por Linda Snyder, en Fortune, 24 de abril de 1978; también, Departamento de Comercio, Industria y Administración Comercial, Franchising in the Economy 1976-78. Sobre exención en Holanda: carta dirigida al autor por G. G. Abeln, secretariado, Nederlandse Franchise Vereniging, Rotterdam.
174 Un primer informe sobre la dispersión de la población fue 냩ties: More People Moving Out Than In, New Census Confirms묠Community Planning Repon, Washington, D. C., 17 de noviembre de 1975.
176 Lester Wunderman es citado de The Village Voice, 14 de agosto de 1978.
176 Anthony J. N. Judge es citado de 뎥tworking: The Need for a New Concept묠Transnational Associations (Bruselas), n.° 172,1974; y 끠Lesson in Organization From Building Design-Transcending Duality Through Tensional Integrity: Part I묠Transnational Associations, n.° 248, 1978.
CAPÍTULO XX
177 El aumento de los servicios sanitarios de autoayuda está documentado en 넯ctoring Isn't Just for Doctors묠de Robert C. Yeager, en Medical World News, 3 de octubre de 1977.
177 Máquinas para tomar la tensión arterial: 덥dical Robot: A Slot Machine for Blood Pressure묠Time, 10 de octubre de 1977.
177 Auge en la venta de instrumentos médicos: 딨e Revolution in Home Health Care묠de John J. Fried, en Free Enterprise, agosto de 1978.
179 Sobre organizaciones de autoayuda: Entrevista con el doctor Alan Gartner, codirector del New Human Services Institute. También, 낥reavement Groups Fill Growing Need묠Los Angeles Times, 13 de noviembre de 1977; y varios números del Self-Help Repórter, publicado por la National Self-Help Clearinghouse, Nueva York.
179 Más de 500.000 grupos de autoayuda citados por Dartner y Riessman (58), p. 6. Riessman y Gartner han realizado buena parte del trabajo más útil en materia de economía de los servicios. Su libro de 1974 (59) es indispensable.
179 Introducción de surtidores de gasolina en régimen de autoservicio: 듡ve on Gasoline: Pump It Yourself묠Washington Star, 6 de junio de 1975. También, 뎯w, the No-Service Station묠Time, 22 de agosto de 1977; 낵siness Around the World묠U. S. News & World Repon, 9 de febrero de 1976.
179 Clientes haciendo el trabajo de cajeros de Banco: 딥llers Work 24 Hour Day, and Never Breathe a Word묠The New York Times, 14 de mayo de 1976.
180 Tiendas que pasan a autoservicios: 놵ture shock/Store Service: The Pressure on Payroll Overload묠 Chain Store Age, setiembre de 1975. También: 덡rketing Observer묠Business Week, 9 de noviembre de 1974.
180 Caroline Bird, de (489), p. 109.
180 Material sobre la 묦iacute;nea fría려e Whirlpool, suministrado por Warres Baver, director de relaciones públicas, Whirlpool Corporation, Benton Harbor, Michigan.
180 Ventas de herramientas: 딯ols for the Home: Do-It-Yourself Becomes a National Passtime묠de John Ingersell, en Companion, septiembre de 1977. También, 됳ychographics: A Market Segmentation Study of the D-I-Y Customer묠Hardware Retailing, octubre de 1978.
180 Los datos de Frost & Sullivan están tomados de Study ofthe Market for Home Improvement and Maintenance Products, 1976, Home Center & Associated Home Improvement Products Market, 1978; y The Do-It-Yourself Market in the E. E. C. Countries, 1978, Frost & Sullivan, Nueva York.
182 U. S. News & World Report: 끠Fresh Surge in Do-It-Yourself Boom묠número del 23 de abril de 1979.
182 El director de Texas Instruments y Cyril Brown son citados de 딯p Management Develops Strategy Aimed at Penetrating News Markets뮠Electronics, 25 de octubre de 1978.
182 Profesor Inyong Ham, de entrevista con el autor.
183 Las palabras de Robert Anderson están tomadas de una entrevista con el autor.
183 Una interesante implicación del auge del prosumidor es un cambio en lo que podría denominarse la 멮tensividad de mercado렣otidiana. ¿Están unas sociedades más implicadas que otras en actividades de mercado? Una forma de medirlo es ver cómo invierte la gente su tiempo. A mediados de los años sesenta, sociólogos de una docena de países estudiaron cómo pasaban sus horas los habitantes de la ciudad. Los investigadores del 밲esupuesto de tiempo려ividieron la vida cotidiana en 37 clases diferentes de actividad, desde trabajar y ver la televisión, hasta comer, dormir o visitar amigos. Sin la menor pretensión de seguir un criterio científico, yo agrupé esas 37 actividades en tres categorías: las que me parecían más 멮tensivas력n relación con el mercado, las que no y las intermedias entre ambas. Por ejemplo, el tiempo que pasamos trabajando a sueldo, comprando en unos grandes almacenes o yendo y viniendo de nuestro lugar de trabajo es, evidentemente, más 멮tensivo력n términos de mercado que el tiempo que pasamos regando geranios en la ventana, jugando con el perro o charlando con los vecinos. Similarmente, algunas actividades, aunque su finalidad no guarda relación directa con el mercado, están, sin embargo, lo bastante comercializadas como para situarse en la zona intermedia. (Viajes turísticos organizados, fines de semana en la nieve, incluso algunas excursiones al campo, implican tantos artículos comprados, tantos servicios pagados y tantas transacciones económicas como para representar una forma modificada de actividad comercial.) Utilizando estas toscas categorías, revisé los estudios sobre la distribución del tiempo. No tardé en descubrir que algunos estilos de vida -y algunas sociedades- tienen una mayor 멮tensidad de mercado렱ue otras. Por ejemplo, los americanos de 44 ciudades pasaban, por término medio, sólo el 36% de sus horas de vigilia en actividades relacionadas con el mercado. El restante 64% de sus horas de vigilia se invertían en cocinar, lavar la ropa, cuidar el jardín, comer, cepillarse los dientes, estudiar, rezar, leer, participar en actividades de organizaciones de la comunidad, ver la televisión, charlar o, simplemente, descansar. Una pauta similar se observó en la Europa Occidental: el francés medio pasaba una cantidad equivalente de sus horas de vigilia en actividades relacionadas con el mercado. Para el belga era un poco más elevado el porcentaje: 38%. Para el alemán occidental, un poco más bajo: 34%.
Irónicamente, en cuanto nos desplazamos geográficamente hacia el Este y políticamente 먡cia la izquierda묠los números empiezan a aumentar. En Alemania Oriental, el más avanzado tecnológicamente de los países comunistas, la persona media pasaba el 39% de su tiempo en actividades relacionadas con el mercado. En Checoslovaquia, la cifra ascendía al 42%. En Hungría, al 44%. Y en la Unión Soviética alcanzaba el 47%. Por lo tanto, resulta que, debido principalmente a un mayor número de horas de trabajo, pero también a otras razones, el estilo de vida del ciudadano corriente tenía una mayor intensidad de mercado de Pskov que en su equivalente americano. Pese a la ideología socialista, una mayor cantidad de la vida cotidiana de la persona se invertía en comprar, vender e intercambiar bienes, servicios y, de hecho, trabajo.
184 Año laboral y absentismo en Suecia: 덥nos horas de trabajo묠por Birger Viklund, en Arbetsmiljó International-78
184 El equipo Bradlev se describe en los materiales suministrados por la Compañía: Bradley Automotive División of Thor Corporation, Edina, Minnesota.
186 Se cita a Funchs en 눯w Does Self-Help Work?묠de Frank Riessman, en Social Policy, setiempre/octubre de 1976.
188 Cómo se enfrentaban las sociedades primitivas con el desempleo aparece descrito en (106).
189 Una observación sobre el trueque y el dinero: El auge del prosumidor nos obliga a reconsiderar también el futuro del trueque. El trueque está adquiriendo últimamente una gran difusión. No se limita a pequeñas transacciones entre particulares, cambiando un sofá usado, por ejemplo, por alguna reparación en el coche, o intercambiando servicios jurídicos por asistencia odontológica. (Muchas personas están descubriendo que el trueque puede ayudarles a eludir impuestos.) El trueque está adquiriendo gran importancia también en la economía mundial, a medida que los países y las corporaciones -preocupadas por las rápidamente cambiantes relaciones entre divisas: cambian petróleo por cazas a reacción, carbón por electricidad, hierro brasileño por petróleo chino. Ese trueque es una forma de intercambio y encaja, por tanto, dentro del sector B. Pero gran parte de lo que los grupos de autoayuda hacen puede caracterizarse como una forma de trueque psíquico, intercambio de experiencias vitales y consejos. Y el papel tradicional del ama de casa puede ser interpretado como el trueque de sus servicios por los bienes ganados por un marido que trabaja fuera del hogar. Sus servicios, ¿forman parte del sector A o del sector B? Los economistas de la tercera ola empezarán a centrar la atención en estas cuestiones, pues, hasta que lo hagan, irá siendo cada vez más difícil comprender la economía real en que vivimos, tan distinta de la economía de la segunda ola que ahora se va desvaneciendo en la Historia. Similarmente, necesitamos preguntar por el futuro del dinero. El dinero sustituyó al trueque en el pasado, en parte porque era muy difícil hallar la equivalencia de complejos intercambios que implicaban muchas unidades diferentes de medida. El dinero simplificó radicalmente las cuentas. Pero la creciente posibilidad de utilizar computadores hace más fácil registrar transacciones sumamente complejas y, por tanto, hace también que el dinero sea menos esencial. Apenas si hemos empezado a pensar en estas cosas. El surgimiento del prosumidor, su relación con el trueque y la nueva tecnología se combinarán para hacernos pensar de nuevas maneras en los viejos problemas.
CAPÍTULO XXI
192 Resumen del informe del Urban Land Institute, en 뒵ral U. S. Growing Faster Than Cities묠International Herald Tribune, 4-5 de agosto de 1979.
192 Láseres, cohetes, etc.: 냯ntemporary Frontiers in Physics묠por Víctor F. Weisskopf, en Science, 19 de enero de 1979.
192 Struve está tomado de 뎥gotiating with Other Worlds묠por Michael A. G. Michaud, en The Futurist, abril de 1973.
192 Tratando de escuchar señales: Sullivan (468), p. 204.
194 Francois Jacob, de su artículo 넡rwinism Reconsidered묠Atlas World Press Review, enero de 1978.
194 넥rivación genética령 comentarios del doctor Motoo Kimura, de 딨e Neutral Theory of Molecular Evolution묠Scientific American, noviembre de 1979.
194 Sobre eucariotes y procariotes: 뗨at Carne First?묠The Economist, 28 de julio de 1979.
194 Los monos del Grant Park Zoo: 끰e Hybrid Produced묠Daily Telegraph (Londres), 28 de julio de 1979. También 돦iacute;d Evolutionary Doctrines Jolted by a Hybrid Ape묠The New York Times, 29 de julio de 1979.
194 La historia evolutiva: Warshofsky (470), pp. 122-125. También Jantsch; y Waddington (180), introducción.
195 El descubrimiento de la estructura del ADN es narrado por Watson en (471).
195 El descubrimiento de Kornberg y el 벥sumen popular뻠(446), pp. 24-26.
195 El crítico británico es S. Beynon John, 끬bert Camus묠en (5), p. 312.
195 Informe del Club de Roma: (165), pp. 23-24.
196 Concepción del tiempo de la tercera ola: Whitrow (520), pp. 100-101; también, G. J. Whitrow, 뒥flections on the History of trie Concept of Time묠en (510), pp. 10-11.
Gribbin, de (512), pp. XIII y XIV.
196 Agujeros negros: 딨ose Baffling Black Holes묠Time, 4 de setiembre de 1978; 딨e Wizard of Space and Time묠por Dennis Overbye, en Omni, febrero de 1979. También, Warshofsky (470), pp. 19-20.
197 Taquiones: (304), pp. 265-266.
197 Taylor es citado de su artículo 딩me in Particle Physics묠en (510), p.53.
197 Sobre Capra, véase (300), p. 52.
197 Tiempos alternativos y plurales: John Archibald Wheeler, 놲onteras del tiempo묠conferencia pronunciada en la Escuela Internacional de Física 녮rico Fermi묠Varenna, Italia, verano de 1977.
198 Disminución de la población en las ciudades: 뒵sh to Big Cities Slowing Down: Poli묠Daily Yomiuri (Tokio), 9 de julio de 1973; 노ploding Cities묠New Society (Londres), 5 de julio de 1973; 듷iss Kaleídoscope묠Swiss Review of World Affairs, abril de 1974.
198 El informe del American Council of Life Insurance está en 냨anging Residential Patterns and Housing뮠TAP Report 14, otoño de 1976.
198 Se cita Fortune de 뗨y Corporation Are on the Move묠por Herbert E. Meyer, mayo de 1976.
198 Arthur Robinson: 끠Revolution in the Art of Mapmaking묠San Francisco Chronics, 29 de agosto de 1978.
198 El mapa de Arno Peters es descrito en 딨e Peters World Map: Is it an Improvement?묠por Alexander Dorozynski, en Canadian Geographic, agosto-septiembre de 1978.
200 Simón Ramo es citado de (311), p. VI.
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