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Teoría General del Estado (página 4)



Partes: 1, 2, 3, 4

Elegir un hombre o una asamblea de hombres que represente su personalidad; y que cada uno considere como propio y se reconozca a sí mismo como autor de cualquiera cosa que haga o promueva quen representa su persona, en aquellas cosas que conciernen a la paz y a la seguridad comunes; que además, sometan sus voluntades cada uno a la voluntad de aquél, y sus juicios a su juicio.

ASÍ PREVÉ EL CONTENIDO DE LA PROMESA:

Autorizo y transfiero a este hombre o asamblea de hombres mi derecho de gobernarme a mí mismo, con la condición de que vosotros trasferiréis a él vuestro derecho, y autorizareis todos sus actos de la misma manera.

Hobbes expresa una perspectiva individualista y consensual del poder: para estar obligado a obedecer a una autoridad, debe haber pactado previamente su obediencia. El Estado, hay que insistir, deja de ser vista como una expresión del diseño natural: es un artefacto, una criatura, una máquina, un artificio de la voluntad humana.

Si bien es cierto que el poder del soberano es derivado es, al mismo tiempo, ilimitado. Si se observa con detenimiento la estructura del contrato, se observa que el Estado no es contratante. No está, en consecuencia, obligado por el contrato. Representa a los contratantes pero no está limitado por ellos. Podría decirse que esa persona artifical permanece, frente a los individuos, en estado de naturaleza. El Estado se forma con una delegación de poder, no de derechos. De esta manera se realiza una transformación de importancia en la naturaleza del miedo, esa sustancia esencial en el pensamiento y en la vida de Thomas Hobbes. El miedo natural se extingue. Nace el miedo político. Un miedo concentrado en el "temor común." El temor artificial del Estado que, por su propia naturaleza, implica cierta serenidad frente a la angustia del miedo radicalmente descentralizado. Un precedente de la noción weberiana del Estado.

El contrato es suma de poderes. Todos los poderes de la naturaleza se transfieren a la institución artificial del Estado. Así nace el Leviatán. La Biblia resaltaría precisamente esa fuerza del monstruo: "No existe potestad en la tierra que se le iguale." Esa es la imagen de la soberanía. Hobbes, lector de Bodin, describe los atributos de la soberanía como características esenciales del Estado. Para el autor del Leviatán las marcas de la soberanía son la irrevocabilidad, el carácter absoluto y la indivisibilidad.

Irrevocabilidad. El pacto de sumisión es un pacto entre individuos, no entre el pueblo y el soberano. No existe ningún cuerpo intermedio entre los individuos aislados y el poder soberano. No existe el pueblo, si no es como producto derivado del Estado, es decir de su representante común. Fuera del Estado hay masa, no pueblo. Por ello no hay posibilidad lógica de una rebelión popular. El contrato no se puede rescindir. No bastaría el consentimiento de los otorgantes del contrato sino también del beneficiario del contrato, es decir, del soberano. La revolución en Hobbes, pues, ni lícita ni posible.

Poder absoluto. En Hobbes no encontraremos las raíces del constitucionalismo. El pacto no limita al soberano. El soberano lo ejerce sin límites externos. El individuo que entra al estado político conserva solamente su derecho a la vida, derecho irrenunciable. Lo que podríamos llamar, siguiendo a Bobbio, como la carta de derechos hobbesianos se reduce a lo siguiente: "Si el soberano ordena a un hombre (aunque injustamente condenado) que se mate, hiera o mutile a sí mismo, o que no resista a quienes le ataquen, o que se abstenga del uso de alimentos, del aire, de la medicina o de cualquiera otra cosa, sin la cual no puede vivir, ese hombre tiene libertad para desobedecer." Nada más.

El soberano, por otra parte, no está sometido al derecho positivo. El autor de la ley no puede estar sometido a su creación. Y no existe otro derecho que el que emana de la voluntad del soberano. Debe aceptarse que el soberano está sometido a las leyes de la nauturaleza. Pero, como ya apuntamos, estas leyes son reglas de prudencia que no constituyen una limitación –un impedimento externo– a la conducta del Estado. Ley es el mandato del soberano. Y la ley es la única medida de la justicia. Observamos aquí una expresión radical de lo que Bobbio llama positivismo ético: es el derecho positivo lo que define lo justo: "Donde no hay ley no hay justicia." La ley natural y la ley civil se contienen la una a la otra, dice Hobbes. El derecho positivo engulle al derecho natural. Las conductas no están prohibidas porque sean malas en sí mismas. Son malas porque han sido prohibidas por el soberano.

Poder indivisible. Hobbes ataca duramente la idea del gobierno mixto y la noción de la división del poder político. "Dividir el poder no es otra cosa que disolverlo, porque los poderes divididos se destruyen mutuamente." El soberano tiene todos los poderes: poder coactivo, legislativo, ideológico, económico y eclesiástico.

El poder soberano es también un poder ideológico. Si recordamos la importancia del lenguaje en el sistema hobesiano, podríamos reinterpretar las consecuencias del contrato. El contrato es un mecanismo que crea un universo político de sentido unívoco. No hay forma de exagerar la importancia que el lenguaje tiene en el diseño. El Estado es legislador pero es, sobre todo, el definidor. Esa caracteriza pone fin a su mecanicismo. La sociedad no es simplemente un compuesto de resortes y palancas, es un mundo de significados. El soberano, como señala Wolin, es el agente público que termina con las significaciones inconstantes que varían de acuerdo al capricho de los hombres. Platón construyó su república con palabras. Hobbes hizo de su Leviatán un productor de palabras.

JOHN LOCKE

29 de agosto de 1632 en Wrington, Somerset, Inglaterra y fallecido el 28 de octubre de 1704 en Oates, Essex, Inglaterra.

La tradición medieval que Locke recogió a través de Hooker constituye una parte esencial de los ideales constitucionales de la Revolucion de 1688.

Nacido en la localidad de Bristol en agosto de 1632, es considerado uno de los fundadores del liberalismo. Recibió una instrucción privada liberal que lo llevó a ser bachiller en artes, dado que su padre, un jurista puritano, estaba a favor del gobierno representativo y de la soberanía popular. En 1656 se aboca a la medicina y a la ciencia experimental y a la teoría política en Oxford.

Trabajó en el armado de una constitución británica en Carolina. A pesar de criticar al cartesianismo -entiende que todos los conocimientos del hombre provienen de la experiencia objetiva, diferenciándose de la postura cartesiana que entiende al hombre como un mero receptor de ideas innatas- toma de éste el método sistémico para la elaboración de tratados. En 1670 publica el Ensayo sobre el Entendimiento Humano (en 1690 volvería a publicarlo en una edición extendida).

Fue un empirista y opuesto al racionalismo por considerar al conocimiento como inherente al plano de los sentidos, a diferencia de Hobbes que era un empirista desde el punto de vista del conocimiento, aunque racionalista en relación a su teoría política. De las sensaciones, entendidas por Locke como "ideas simples", proceden las demás ideas "complejas" por un proceso de asociación y combinación. Su concepción empirista luego sería ampliada por David Hume.

El empirismo contribuye al destierro de la concepción escolástica medieval. Locke se emancipa de todo elemento religioso. Trata de explicar la naturaleza rompiendo con todas las concepciones previas, y desarrollando un nuevo espíritu crítico acerca de la realidad de su tiempo. En esta época existe una clara idea de progreso que emancipa el pensamiento de la cosmovisión escolástica y lo acerca a un individualismo más desarrollado.

En 1687, durante el reinado de Jacobo II, se producen las reacciones protestantes, como respuesta el intento de restauración de la iglesia católica en Inglaterra. Locke toma contacto en Holanda con Guillermo de Orange, quien a partir de la Gloriosa Revolución de 1688 simbolizaría la supremacía del parlamento.

Locke es considerado como uno de los pensadores más representativos de la tradición anglosajona, siendo reconocido como uno de los padres intelectuales de la Revolución de 1688 en Inglaterra. Así como Hobbes creó una corriente atomística, Locke crea el paradigma liberal. Discrepa con Hobbes acerca de la naturaleza del hombre, al cual lo considera como esencialmente bueno.

En 1695 escribe una obra de contenido religioso donde afirma que el único requisito para un cristiano es creer en la misión redentora de Jesús, aunque separa a la religión del poder político. Para Locke la religión era importante, aunque como renacentista prefería una racionalidad basada en la tolerancia religiosa. Afirmaba que ningún individuo poseía tanta sabiduría como para imponerle al resto una religión, y entendía a lo religioso subordinado a lo político. Sin embargo, no admite a los católicos (al responder éstos al poder de Roma); a los mahometanos (por ser totalmente ajenos al mundo europeo); y a los ateos. Discrepaba con Hobbes en relación a la concepción de que el Estado debía incluir un poder religioso. Cualquier estructura orgánica religiosa tarde o temprano se erige como absolutista.

En 1696 es designado Consejero del Departamento de Comercio Interior.

Su primera crítica al absolutismo se orientaba al poder de los reyes (Primer Tratado), refutando básicamente los argumentos de Robert Filmer, que planteaba que los decretos de la autoridad debían ser considerados como equivalentes a los designios divinos y, por ende, la infalibilidad del rey. En igual sentido, también polemiza con Hobbes, planteando que la sujeción hacia el patriarca es suponer que el hombre nunca fue ni será libre.

Su Segundo Tratado constituye un ensayo sobre los alcances y fines del gobierno civil. Abunda aquí también en críticas al pensamiento de Hobbes, coincidiendo con éste sólo en el individualismo, y proponiendo la realización de una teoría política para el gobierno civil. Su teoría del contrato social se establece a partir de hombres libres, no entre gobernantes y gobernados.

En lo que respecta al estado de naturaleza, no lo percibe inmerso en un estado de guerra al estilo de Hobbes, aunque tampoco lo considerada en una situación de paz sostenible. La razón de ello se vincula con la ausencia de organización y con una acción humana que no necesariamente se sustenta en el reconocimiento expreso de los derechos naturales, más allá del interés personal. Ante este estado absoluto de libertad e igualdad, y por ende, de egoísmo, no resulta infrecuente que se termine vulnerando el derecho a la vida, la libertad y a la propiedad.

Es por ello que Locke, a pesar de sostener que el estado de naturaleza se configura desde la paz, buena voluntad, asistencia mutua y conservación, lo juzga como inestable y, consecuentemente como a un estado de guerra potencial del que no resulta ajena la justicia por mano propia. Todo hombre aquí protege lo suyo lo mejor que pueda.

La necesidad de superar el estado de naturaleza se justifica por el hecho de que no todos los hombres poseen un mismo nivel de racionalidad, lo cual hace que algunos individuos se apoderen de los bienes de los otros. A diferencia de Hobbes entiende a la propiedad como inherente al derecho natural y consecuentemente, dentro del estado de naturaleza.

Aunque es generalmente reconocido a partir de su énfasis en la propiedad privada -él era un gran propietario dedicado al negocio de la seda y también tenía participación en el comercio de esclavos-, su teoría política no se circunscribe a ello. Locke entendía que el derecho natural también suponía el derecho a la vida y a la libertad de los individuos. Por razón natural el hombre tiene derecho a todos los bienes que juzgue necesarios para su subsistencia, con lo cual es factible de ser apropiado todo aquello que obtenido de la naturaleza haya sufrido modificaciones a partir del trabajo individual. En el estado de naturaleza lo que predomina es la noción de propiedad común y el reconocimiento colectivo al propio trabajo se halla inhibido al no existir un pacto expreso de todos los individuos.

En su noción contractualista se reafirma el consentimiento de sus miembros como condición básica de derivación de la sociedad civil, renunciando cada uno al derecho propio, y quedando luego ligados el poder civil y el poder político (este último desde un criterio de poder limitado). Locke forja así la noción de doble pacto: entre individuos (pacto de asociación), y entre comunidad y poder político (de sujeción). Creía que la riqueza individual contribuía al mejoramiento o bienestar general. Desde una concepción restrictiva, planteaba que sólo podían formar parte del poder político aquellos hombres con propiedad al tiempo que los pobres, por carecer de ella, no podían ser asimilados como ciudadanos en su total dimensión.

Locke, siguiendo la experiencia de la Revolución inglesa, entiende que la forma de gobierno dependerá de lo que la comunidad, luego de concretado el pacto de asociación, haga con su poder, pudiendo conservarlo o delegarlo a un cuerpo legislativo, al que considera como supremo en el gobierno, pero al igual que el poder ejecutivo, de base limitada. Todo avasallamiento a la libertad, la vida, o la propiedad es nula en sí misma, tanto del ejecutivo como del legislativo. De suscitarse ello, el pacto de sujeción pierde validez, cobra vigencia el derecho de resistencia, y el poder regresa al pueblo en nombre de los derechos inalienables de libertad personal, consentimiento y libre adquisición y disfrute de la propiedad.

JEAN-JACQUES ROUSSEAU

Ginebra, actual Suiza, 28 de junio de 1712 – Ermenonville, Francia, 2 de julio de 1778

Ésta obra de Juan Jacobo Rousseau menciona a un Ciudadano de un Estado libre y miembro del poder soberano; a un hombre nacido libre, pero ya destacan, la dominación y la subordinación como factores importantes.

Según él, la sociedad natural y más antigua es la familia, y la caracteriza como el modelo de las sociedades políticas.

En lo referente al Derecho, destaca que la fuerza no hace el Derecho; y los ciudadanos sólo estamos obligados a obedecer los poderes legítimos. En cuanto a las relaciones entre las sociedades, menciona que nadie tiene derecho a someter a otro, sino sólo en beneficio de ambos, el derecho de conquista se basa en la Ley del más fuerte y el derecho de Esclavitud, es nulo, ilegítimo y absurdo.

El modo de buscar la asociación, según Rousseau, no implica limitar a los demás, sino al contrario, dándoles libertad de elegir. En cuanto al Estado Civil, el hombre pierde la libertad natural, pero gana la libertad civil y la propiedad de lo que posee.

Respecto al comportamiento del hombre, dice que la libertad moral hace al hombre verdadero dueño de sí mismo, lo cual considero que es aceptable, porque se refiere a los valores, que son tan importantes dentro de una sociedad, para relacionarse pacíficamente.

De acuerdo a la propiedad, se puede delimitar el "poder" que ejerce el soberano sobre ésta y el derecho de propiedad de cada particular queda subordinado al derecho de propiedad de la comunidad.

La soberanía es el ejercicio de la voluntad general, por lo que es inalienable. A su vez, la voluntad general, atiende al interés común, es la soberanía, distinguir derecho y deberes, y la voluntad de todos, al interés privado. El pacto social establece igualdad, impone deberes y otorga derechos para todos. El Contrato Social garantiza la vida.

En un Estado bien gobernado hay pocos castigos porque hay pocos criminales. Además, es preciso que convenciones y leyes unan y relacionen los derechos y deberes y encaminen la justicia hacia sus fines

La Ley puede crear privilegios pero no otorgarlos a determinada persona, toda función que se relacione con el objeto individual no pertenece al poder legislativo.

Ahora bien, las "facultades" u "obligaciones" del legislador, deben encaminarse a buscar el bien del pueblo, el cual a su vez, debe poner especial atención y participación para que se logre éste objetivo.

Según Rousseau, para que el Estado guarde equilibrio debe haber igualdad entre el poder del gobierno y el de los ciudadanos. (la fuerza: poder ejecutivo; la voluntad: poder legislativo)

En la "Democracia", el soberano puede confiar el depósito del gobierno a todo el pueblo o su mayoría; la "Aristocracia" reduce o limita al gobierno, depositándolo en manos de la minoría; la "Monarquía", concentra todo el gobierno en un magistrado único de quien los demás reciben el poder.

Ahora bien, Rousseau nos plantea 3 clases de Aristocracia: *Natural: es propia de los pueblos sencillos; *Electiva: es la mejor, es la Aristocracia propiamente dicha; y *Hereditaria: constituye el peor de todos los gobiernos. La corona se hace hereditaria en algunas familias y eso origina la inconstancia del gobierno monárquico.

El sistema simple es el mejor por el hecho de ser simple, pero es necesario que todas las partes tengan igual autoridad sobre los súbditos.

La Monarquía conviene a las naciones opulentas; la Aristocracia a los Estados mediocres en riqueza y la Democracia a los pequeños y pobres.

El fin de una asociación política es la en todo el Estado, bien constituido. La autoridad soberana obra por medio de las leyes y procurando la conservación y la prosperidad de sus miembros. El gobierno se degenera cuando se concentra o se disuelve el Estado. Las leyes adquieren nuevas fuerzas, pero el pueblo está reunido. En la soberanía toda ley que el pueblo en persona no ratifica es nula. El acto que instituye un gobierno no es un contrato; sino una ley.

CHARLES LOUIS DE SECONDAT, SEÑOR DE LA BRÈDE Y BARÓN DE MONTESQUIEU

18 de enero de 1689 – 10 de febrero de 1755

DEL ESPÍRITU DE LAS LEYES

Aproximadamente a la mitad del siglo XVII se publica esta obra de Montesquieu y es una obra de filosofía jurídica y política, que se sostiene en la razón y en el método experimental. Le llevó a Montesquieu 20 años de su vida el preparar su libro.

Como era de esperarse, el contenido de su libro es atacado y por ello, Montesquieu se ve en la necesidad es escribir un libro posterior llamado: "Defensa del espíritu de las leyes", pues como sabemos, él sostiene que todo estaba sujeto a las leyes, incluyendo la naturaleza inanimada, las inteligencias superiores al hombre y la misma divinidad, razones de sobra para que su libro fuera censurado.

El método reviste en esta obra, una importancia decisiva, pues produce la natural aplicación de las secuencias doctrinarias con los datos de la experiencia, permitiendo la existencia simultánea de premisas.

Montesquieu considera que la naturaleza es fundamentalmente la acción de los hombres entre sí, y esto cambia el sustento clásico del derecho natural.

El concepto de hechos del autor, es amplio y comprende los actos del hombre, las tradiciones, lo que se controvierte y lo que no se controvierte y la aplicación de la razón.

El modelo aristotélico y el de Montesquieu muestran afinidades, las descripciones de uno se unen a la preferencia por los detalles, no por un afán de clasificarlo todo, sino por aprender a través de los cambios, cualquiera sea su magnitud, la dinámica de una sociedad, que está hecha de sucesivas síntesis de comprensión.

El movimiento positivista tuvo un fundado aprecio no solo con relación a la obra de Montesquieu, sino también con relación a la de Rousseau y aun con Hobbes, considerando a los dos primeros como fundadores de la Sociología. Lo que interesa destacar es que este adelanto es el proyecto de la modernidad.

Los arqueotipos según Locke, eran modelos o síntesis mediante los cuales es posible descubrir nuevos conceptos y enriquecer o complementar los existentes.

La inteligencia con sus operaciones y la mancomunidad de los hechos con sus significados contingentes, otorgan a la ley los fundamentos de su legitimación, pero tanto la inteligencia como los hechos proceden de la sociedad.

De aquí procede la filosofía jurídica y la política de Montesquieu. Que, como se ha dicho, no parte de la ley, llega a la ley; no parte de la separación de poderes, llega a la separación de poderes.

Según Montesquieu, las leyes en su más amplia significación, son las relaciones necesarias que se derivan de la naturaleza de las cosas. En ese sentido todos los seres tienen sus leyes: las tiene el mundo material, los animales, la divinidad, las inteligencias superiores al hombre y el hombre mismo. Todo está sujeto a leyes, toda ley particular se relaciona con otra ley del mismo carácter y depende de una ley más general. El desarrollo histórico es así y la organización del saber también.

Plutarco afirma que la ley es reina de todos, mortales e inmortales, o dicho de manera semejante que la ley es una relación universal o que la ley es lo común.

Cuando Montesquieu utiliza en la razón de la ley el concepto de relación necesaria, está incluyendo en ella al mismo tiempo, las nociones de necesidad y de contingencia, tan claramente identificadas, y que componen y caracterizan las leyes de la ley, y dice él mismo: "me ha parecido que en medio de la infinita diversidad de leyes y costumbres, los hombres, no se comportaban solamente según su fantasía".

En otras palabras: las reglas más generales que conducen la inteligencia, su aplicación teórica y práctica, en el conocimiento múltiple de las cosas del mundo, son inseparables, tanto en su proyecto como en sus resultados.

Este libro, está hecho de las relaciones que las leyes establecen entre los hombres y de las relaciones que surgen de la comunicación entre los hombres y las cosas. Esas relaciones necesarias que componen la definición de la ley, derivan de la naturaleza de las cosas. De esta manera, los seres son por sí, pero en definitiva son por sí siempre con relación a otros, las relaciones son infinitas, pero son a la vez la mediada de existencia de las cosas, y así son entendidas.

Además de los objetos físicos materiales que existen en el mundo, existe también la integridad del hombre, espíritu y cuerpo, las instituciones humanas y las sociales, la ciudad, la familia, los grupos de intereses, etc. Montesquieu asegura que las leyes derivan de la naturaleza de las cosas, es decir, traen la naturaleza de las cosas su origen.

Esta obra está constituida por una combinación de verdades teóricas y practicas que derivando de la sociedad vuelven a ella de otra manera, es una embocadura de desajustes, un desafío a la sociedad y al hombre social que ambos deben resolver.

El autor considera al poder como una facultad constitutiva del ser y de la sociedad. Es decir, el impulso del poder proviene del individuo o de la sociedad.

En relación al poder individual, Montesquieu sostiene que es una experiencia eterna, que todo hombre que tiene poder siente la inclinación de abusar de él, yendo hasta donde encuentre un límite. La problemática fundamental es determinar si su origen es divino o proviene del pueblo. Es preciso determinar su esencia.

La dialéctica de Montesquieu propone desarrollar el conjunto de los antagonismos que contiene el poder, para ponerlos al servicio de la ley, que es en definitiva una de las antítesis del poder y de otra manera constituye su legitimidad.

En Montesquieu estamos considerando una teoría del poder global y de sus límites, que surge de la práctica, de las metodologías de análisis, comparación, clasificaciones de hechos y sus generalizaciones.

Hace 250 años puso en nuestras manos a través de la teoría de separación de poderes y la teoría de la ley, instrumentos que permiten afirmar que el Estado es cada uno de nosotros y todos a la vez, en conjunto.

Carlos Luis de Secondat, barón de la Brede y Montesquieu, nace el 18 de enero de 1689 y muere el 10 de febrero de 1755.

TOMMASO CAMPANELLA

Stilo, Calabria, 5 de septiembre de 1568 – París, 21 de mayo de 1639

Campanella fue ante todo, un reformador social, razón por la cual pasó más de 30 años en prisión. Fue acusado tanto de herejía como de conspiración política.

Inicialmente, se inspiró en Bernardino Telesio (1509-1588), aunque más tarde diferenció su pensamiento. Telesio pretendió estudiar la naturaleza a partir de sus propios principios, que para él se reducían a la acción del calor y el frío sobre lo corpóreo, alejándose de esta forma tanto de aristóteles como de la magia. Telesio afirmaba la autonomía de la naturaleza y en consecuencia, la necesidad de estudiarla de modo indepdendiente a la metafísica a partir de la información que suministra la experiencia sensible. Se observa en el pensamiento de Telesio, algun componenetes animista inspirado en los presocráticos.

Campanella, a diferencia de Telesio, se acerca algo más a la magia y al animismo. Su teoría del conocimiento afirma que todo conocimiento deriva de la sensibilidad y a ella se reduce. Entonces, el conocimiento sensorial proporciona certeza absoluta y por lo tanto no requiere pruebas de ninguna clase. El escepticismo no tiene sentido porque hay una facultad innata en el alma que nos asegura principios indudables, el primero de los cuáles es que exisitimos, pensamos, queremos y podemos. Este conocimiento de sí mimo está presupuesto en cualquier conocimiento de las cosas exteriores. Nos conocemos, ante todo, a nosotros mismos, y solo conocemos las cosas exteriores en cuanto nos conocemos modificados o impresionados por ellas. Campanella extiende esta conciencia a todos los seres. Pese a que sería erróneo afirmar que Campanella realiza un planteo problemático de la realidad, se advierte en este punto semejanza, con las ideas que más tarde desarrollará Descartes.

Una de sus obras más destacadas fue La imaginaria ciudad del sol, que fue escrita en 1602 pero no fue publicada hasta 1623. Es una utopía en la que el autor expone su concepción de ciudad ideal. Está dispuesta en forma de diálogo entre un almirante genovés y el Gran Maestre de los Hospitalarios. El marino cuenta al caballero cómo se vio obligado a tocar tierra en la Isla de Taprobana, donde los indígenas lo conducen a la Ciudad del Sol, que está rodeada por siete murallas, dedicadas cada una a un astro. En la punta de un monte se encuentra el templo dedicado al Sol.

La organización política de esta singular República es de carácter teocrático. Se mezclan los asuntos religiosos y públicos de manera irrescindible. El supremo gobernante es el Sacerdote Sol, auxiliado por los Príncipes Pon, Sin y Mor, competentes respectivamente en materia de poder, sabiduría y amor. Al príncipe Pon le corresponde conocer el arte guerrero y de los ejércitos; al Príncipe Sin, la enseñanza de la ciencia y la sabiduría, y al Príncipe Mor, las labores de la procreación y la educación de los infantes.

Los Ciudadanos de esta República filosófica, conocedores de que la propiedad privada engendra el egoísmo humano e incita a los hombres a enfrascarse en crueles luchas, han convenido en que la propiedad sea comunitaria. Todos los hombres habrán de trabajar pero los funcionarios serán los que harán la distribución de la riqueza. Hasta los actos más íntimos son en común en esta ciudad.

Trata de una sociedad comunista ideal en la que el poder está en manos de hombres sabios y sacerdotes. Con esto podemos ver cuan influyente fue la Iglesia sobre Tommaso Campanella. La imaginaria ciudad del sol contribuyó a desarrollar la ideología progresista y a estimular el progreso social.

EL MARXISMO FRENTE A LA TEORIA DEL ESTADO Y EL PODER POLITICO

Dentro del repertorio bibliográfico de Marx no existe siquiera una obra dedicada de manera exclusiva a la teoría del Estado, situación que por algunos es atribuida a la concepción que el filósofo tenía de la sociedad. Sin embargo dentro del contexto de las obras de Marx podemos inferir que no propósito del filósofo entrar a realizar un estudio sistemático de la temática Estatal. Por lo anterior el estudio de la filosofía de Marx respecto del  Estado debe realizarse teniendo en cuenta, distintos apartes referenciales de sus obras.

NATURALEZA DEL ESTADO SEGÚN EL MARXISIMO

 

De acuerdo a los planteamientos realizados hasta el momento, podemos señalar que el Estado constituye un elemento más de la superestructura de la sociedad soportada sobre la base constituida a partir de las relaciones de producción. Por lo anterior, Marx no dimensiona al Estado de la manera como lo hacen las tendencias ideológicas liberales, dado que simplemente lo denomina como un instrumento de dominación de clase.

 

En el Manifiesto del partido comunista escrito conjuntamente por Marx y Engels, se afirma respecto de la organización detentadora del poder público lo siguiente: ¨ El poder político, hablando propiamente, es la violencia organizada de una clase para la opresión de otra ¨ .

 

Para Bobbio uno de los importantes estudiosos de Marx, se plantea acerca de la concepción de este último respecto del Estado lo siguiente:

 

Marx considera el Estado como un puro y simple instrumento de dominación, tiene una concepción del Estado que yo llamo técnica para oponerla a la prevaleciente concepción ética de los escritores anteriores. Dos elementos principales de la concepción negativa del Estado en Marx son: a) La consideración del Estado como pura y simple superestructura que refleja la situación de las relaciones sociales determinadas por la base social. y b) La identificación del Estado con el aparato o los aparatos de los que se vale la clase dominante para mantener su dominio, razón por la cual el fin del Estado no es un fin noble como la justicia, la libertad, el bienestar, etc, sino pura y simplemente el interés especifico de una parte de la sociedad, no el bien común, sino el bien particular de quien gobierna que, como hemos visto, siempre ha hecho considerar un Estado que sea expresión de una forma corrupta de gobierno.

  

En este mismo sentido Rozo Acuña plantea que de acuerdo a la teoría marxista el antagonismo de las clases sociales hizo necesaria la formación del Estado como un instrumento para mantener las condiciones generales de la producción en virtud de la opresión violenta del pueblo trabajador y en aras de lograr la salvaguarda de los intereses minoritarios de la minoría explotadora.

 

Algunos de los más prominentes teóricos del marxismo como Kosntantinov, afirmaron que: ¨el Estado representa la organización de clase de poder político que defiende y afianza los pilares en que se asienta el dominio sobre de tal o cual gendarmería. Dispone de ciertos órganos de poder – el ejército, la policía, los jueces, las cárceles, etc. para asegurar el dominio político de la clase que domina económicamente y para aplastar la resistencia de las demás clases"

 

Para el marxismo en una sociedad donde existe la propiedad de los distintos medios de producción, en la cual se generan las distintas formas de desigualdad social, a favor de una minoría y contra una mayoría no puede concebirse al Estado como algo distinto a un instrumento de dominación de clase, dado que no existiría otra manera de mantener los privilegios de una minoría sobre los perjuicios de la mayoría.

 

Sin embargo de acuerdo a los planteamientos de los representantes del marxismo, el Estado burgués representa un progreso respecto de las otras formas de Estado. En este sentido Kuusinen manifiesta que ¨el Estado democrático burgués es un gran paso en comparación con los otros tipos anteriores. La revolución burguesa puso fin al régimen de la monarquía absoluta, que se había hecho odiosa al pueblo"

 

Lo anterior se coadyuvado por LENIN al afirmar que: ¨la república democrática y el sufragio universal han marcado un enorme progreso en relación con la servidumbre, ellos han dado a proletariado la posibilidad de arribar a esta unión, a esta coherencia de la cual el disfruta ahora: de formar sus rangos ordenados y bien disciplinados

 

De los anteriores elementos descritos, inferimos que el Estado para el marxismo en general, engendra tres características claramente  delimitadas:

Hace parte de la estructura social y por ende se encuentra determinado en sus categorías constitutivas por la base, la cual es a su vez forjada de acuerdo al modo de las relaciones de producción existentes.

Es concebido como un instrumento de para mantener la dominación de clase, es decir frente a las circunstancias actuales la burguesía y el proletariado. iii) Frente a los anteriores estados, el liberal o burgués desde la óptica del marxismo constituye un avance en razón a las libertades que se le otorgan a la clase oprimida en este caso el proletariado.

 

EL SOCIALISMO DE ESTADO

 

De acuerdo al análisis marxista del modelo capitalista, las fuerzas de producción se encuentra en un nivel de desarrollo palpable, lo que hace pensar ineludiblemente que las relaciones de producción sufrirán una transformación para efectos de estar acorde con los niveles de desarrollo de las fuerzas productivas. En este sentido los marxistas vislumbran la transición al comunismo como un hecho en el cual el proletariado juega un papel fundamental.

 

La concentración de los capitales en un número de manos cada vez menor y un proletariado cada vez mas conciente de su condición, llevarán según el marxismo a una revolución que acarreará al proletariado a apropiarse del Estado, para de esta manera llevar a cabo la fase del socialismo de Estado, que en la literatura marxista recibe el nombre de la Dictadura del Proletariado. En esta fase histórica el Estado se hará propietario de los medios de producción bajo la dirección del proletariado, desposeyendo a todos los propietarios de los medios de producción, impidiéndoles a estos la disposición sobre sus bienes.

 

Los marxistas prevén que dicha apropiación del aparato estatal deber darse a través de la revolución violenta como mecanismo idóneo para el logro de los fines de clase. Por otro lado los socialistas no marxistas critican el método revolucionario  y la violencia que trae consigo la ¨ dictadura del proletariado ¨ como medio de construir el socialismo. Plantean que mediante reformas progresivas pueden darse los presupuestos necesarios para la socialización de los medios de producción.

 

En la Crítica al programa de Gotha, Marx se inclina por la primera de las posiciones aduciendo que ¨ entre la sociedad capitalista y la comunista está el período de la transformación revolucionaria de una en otra. A el corresponde un período político de transición cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado ¨

 

Dicha modalidad de Estado es asimilable a una forma de transición, que da lugar para la transformación a una sociedad estatal, lo cual desencadena en una transformación institucional. En aquel momento dicho período era asimilado a lo acontecido en la comuna de París, como un periplo dentro de los albores de la revolución.

 

En la realidad social un ejemplo regularmente asimilable a lo pretendido por la filosofía marxista es lo acontecido en el marco de la revolución de Octubre, la cual dio origen a la conformación de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

LA DESAPARICIÓN DEL ESTADO

 

En el momento en que todos los medios de producción pasen a ser de propiedad del Estado, se llevará a cabo una transición puesto que el Estado se hará innecesario, dado que no habrá explotación del hombre por el hombre, elementos de subordinación y privilegio entre las clases. Siguiendo con los planteamientos de Marx, expuestos en la Critica al Programa de Gotha,  se esgrime lo siguiente:

 

En una fase superior de la sociedad comunista, después de desparecida la servil subordinación de los individuos a la división del trabajo, para que también desaparezca el contraste entre trabajo físico y trabajo mental; después de que el trabajo no solo se haya convertido en medio de vida sino incluso la primera necesidad de vida; después de que paralelamente el desarrollo general de los individuos hayan crecido también sus fuerzas productivas y las fuentes de riqueza corporativa fluyan en abundancia; solo entonces podrá cruzarse el estrecho horizonte legal burgués y la sociedad podrá inscribir en sus banderas la consigna: Cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades.

 

Al ser el Estado un instrumento de dominación de clase, ante la desaparición de estas últimas y por ende del antagonismo que se suscitaba anteriormente a la dictadura del proletariado y los fenómenos de dominación, pierde su razón de ser el ente Estatal y por lo tanto debe desaparecer. Esta segunda fase se denomina comunismo científico.

 

Dichas circunstancia genera un nuevo paradigma social donde se encuentra ausente el Estado, desapareciendo por ende todos los componentes de la sociedad capitalista. En este sentido Kelsen, uno de los críticos del marxismo, manifiesta:

 

 En el momento que la explotación desaparezca sustituyéndose la propiedad privada por la propiedad colectiva de todos los medios de producción, entonces ya no hará falta ninguna aparato coactivo puesto que habrá sido suprimida toda antítesis posible entre el querer subjetivo y el -deber ser- objetivo del orden social. El Estado – al cual presenta esta teoría esencialmente como orden coactivo- deviene superfluo y muere.

 

  Es necesario resaltar que hasta el momento en la historia de la humanidad ninguna sociedad ha transcurrido a este segundo Estado, el comunista, por lo que dicha situación aunado con ciertos acontecimientos como la desarticulación de la URSS, la caída del muro de Berlín, la apertura económica de la China, han ocasionado la necesidad de realizar un replanteamiento del marxismo, como ideología política, escuela económico y filosofía social.

 

 

El marxismo como filosofía del mas diverso componente, constituye a nuestro juicio una temática, cuyo verdadero dimensionamiento ha determinarse por parte del investigador, demanda el mayor grado de objetividad posible exento de toda clase de perjuicio ideológico, religioso o político. Por lo anterior es necesario presentar las siguientes percepciones cuya naturaleza corresponde a las inferencias realizadas a partir de las observaciones realizadas.

 

Como primera medida, es necesario resaltar que el marxismo como ideología constituye una apreciación distinta de la sociedad, cuyos niveles de diferenciación constituyen un aspecto a valorarse por el juicio de la historia. Si bien es cierto que otros autores anteriores a Marx, advirtieron sobre los problemas sociales que existían (y aun existen) en las sociedades modernas, o menos cierto es que ninguno propuso alternativas sustentadas contra dichos flagelos sociales, frente a los cuales Marx esgrimió la necesidad de un proceso revolucionario, excesivo para unos y necesario para otros.

 

Frente a lo acontecido en la realidad social podemos destacar aspectos negativos y positivos, que de la aplicabilidad en una enorme cantidad de veces errónea de los postulados de Marx, se dieron en distintos entornos sociales.

 

Las revoluciones realizadas en vocería del marxismo constituyen un ejemplo de lo que no es marxismo. En cuanto a la revolución rusa, engendrada mediante un proceso regentado por Lenin se inicio la primera prueba experimental de los principios marxistas. Sin embargo, el enorme propósito que bajo la regencia de este último se tenía se vio abocado a la desconfiguración total de sus propósitos, cuando una de las más brutales tiranías que haya concebido el mundo, bajo el feroz mando de Stalin, se convirtió en el opresor del pueblo ruso, a un nivel mayor que el de cualquier clase dominante. La anterior situación  acompañada de una burocratización excesiva de las distintas esferas estatales, transbordó al cementerio al mayor bastión del comunismo en el mundo, bajo el etiquetamiento del Glasnot y la Perestroika, llevándose consigo las instituciones de otros quince países socialistas.

 

En Cuba, la revolución ampliamente vilipendiada como una merecida derrota del imperio norteamericano, ha terminado en la mas clara muestra de lo que constituye la violación de los derechos humanos, partiendo de las ejecuciones realizadas en un inicio por parte del comando general hasta los impedimentos en la libertad de tránsito de los

Habitantes naturales de la isla. Como punto culminante de los anterior se ha proclamado una dictadura personalista en la isla cuyo tinte de transición se encuentra ausente y por el contrario ha recibido más un revestimiento de monarquía hereditaria en línea colateral, cuando Fidel Castro frente a sus complicaciones de salud puso en disposición de su hermano Raúl, la regencia de los destinos del país cubano.

 

Por otro lado el caso de la China, ha trasmutado más hacia un totalitarismo de Estado con un componente capitalista, que disloca las proclamas del programa marxista, junto a las variantes de la inspiración maoísta de su revolución.

 

De igual manera se debe señalar los procesos revolucionarios que se dieron en la órbita terrestre, que si bien es cierto constituyeron enormes avances en la lucha contra las precariedades de las clases menos favorecidas, algunas en materia de reconocimientos de derechos en especial los de segunda generación, no cumplieron con las fases descritas en la critica al programa de Gotha. Tales fueron por ejemplo: la Revolución mexicana, la sandinista, etc.

 

Sin embargo, todas estas muestras de la realidad social que hemos enumerado, constituyen a nuestro parecer, acontecimientos históricos cuyas características propias le son ajenas al marxismo, y cuyos errores y críticas de igual manera no son imputables al genio de Marx, y mucho menos disminuyen su tamaño intelectual. A pesar de lo anterior, no podemos pasar por alto un factor cuyo grado de ingerencia se desprende de circunstancias como las anteriormente comentadas.

 

En este sentido es necesario proceder a cuestionarnos sobre la aplicabilidad del marxismo en cuanto a su perspectiva de sociedad dentro de nuestra realidad. Para lo anterior debemos hacer un paralelaje con los hechos mencionados anteriormente. Podríamos inferir sin lugar a esfuerzo mental alguno, que el marxismo y su programa revolucionario, constituye dad sus elementos altruistas, un evento de difícil acontecer .

 

Dadas las condiciones humanas que le son inherentes al hombre, quien se encuentra agobiado por el individualismo y carente de los elementos propios de la concepción grupal y colectiva, no podríamos abocar con confianza siquiera moderada, una cercanía de la predicción marxista, no sin antes advertir que un acontecimiento de tal naturaleza en la actualidad correría una suerte similar a la de los sucesos descritos.

 

Por otro lado el marxismo como ideología ha contribuido de manera clara a la transformación del régimen político imperante en la actualidad: El régimen liberal constitucional.

 

No es casualidad que a nuestra constitución de 1991 se le haya agregado a su articulado la denominación de Estado social de derecho. Dicho concepto jurídico – político se remonta a la transformación que tuvo el Estado liberal clásico o Estado de Derecho, como producto de las apreciaciones que de la realidad social hacían los distintos movimientos de izquierda bajo la égida del marxismo, que aunándose un componente esencialmente social, formuló este apelativo.

Dicha denominación obedece al carácter intervencionista y democrático, que se le fueron adhiriendo al Estado de Derecho, cuya única función se constituía en ejercer las funciones de gendarme, limitándose únicamente al mantenimiento del orden público sin encontrarse dentro de su órbita de acción, el beneficio de las clases oprimidas por el hambre , la miseria entre otros  factores de patología social. Dicha circunstancia hizo insuficientes los principios promulgados por la Revolución francesa de 1789, los cuales también daban al traste con la precaria situación en la que se encontraba la mayoría de la población, agravado con la indiferencia del órgano estatal.

 

Bajo las anteriores circunstancias se inspiró la transmutación del Estado de derecho, al cual le fue encomendada una tarea intervencionista frente al conglomerado social, humano y territorial, sobre el cual desplegaba su soberanía. A dicha modificación se le acompañó un catálogo adicional de derechos a los establecidos en la Revolución francesa, los cuales son denominados como de segunda generación, que acompañados de los mecanismos de efectivización de los mismos, constituyeron un avance respecto de las prioridades de la actividad del Estado.

 

Dicha concepción de Estado fue alimentada ideológicamente, por las teorías revisionistas de Eduard Berstein, las cuales alimentadas por personalidades como Harold Lasky, lider del partido laborista inglés, en Europa; el ecuatoriano Eloy Alfaro, en Latinoamérica y Rafael Uribe[28], incluso el general Benjamín Herrera[29], en nuestro país, los cuales imprimieron una nueva visión de Estado, una concepción socialdemócrata.

 

En Colombia gobiernos como el de Alfonso López Pumarejo, son un ejemplo fidedigno de los que constituyen de acuerdo a sus programas y planes de gestión, gobierno de corte socialdemócrata, atendiendo a las reformas pretendidas durante su administración  en especial las correspondientes a la propiedad privada y a las reivindicaciones sociales logradas  en materia de derechos sociales y económicos. 

 

Esta nueva inspiración de Estado, no hubiera sido concebida si no fuera por el estruendoso avance que en las conciencias de los individuos generó las revoluciones engendradas bajo la inspiración marxistas las cuales hicieron eco en algunas sociedades.

 

 

En cuanto al tema de la opresión de la clase trabajadora, se debe señalar, que si bien es cierto que aún existen países como el nuestro donde las condiciones laborales de la clase trabajadora, representan un factor de condena por parte de los organismos internacionales, las circunstancias a las que estos se enfrentan son distintas a los factores sociales frente a los cuales eran sometidos los miembros de la clase proletaria. La disminución de la jornada laboral, el derecho de asociación sindical, son ejemplos del progresismo que bajo la efigie del sistema democrático ha tenido la clase trabajadora.

 

Por último es necesario señalar que si bien es cierto la poca probabilidad de materializarse los postulados del marxismo, no podemos bajo estos argumentos amilanarla enorme importancia y el aporte que al mundo intelectual dio la filosofía de Marx. De igual manera el hecho de entrar a analizar las situaciones sociales de la actualidad nos lleva a poner de manifiesto que las denuncias realizadas por el marxismo aún tienen vigencia: el enorme grado de desigualdad social presente en la mayoría de las sociedades, flagelos que aquejan a la población mundial como el hambre y la miseria, la concentración de riqueza  en pocas manos, la imposibilidad de acceder en la forma requerida a los servicios de salud y educación, entre otros son factores que deslegitiman los valores y principios por el régimen liberal.

FRIEDRICH ENGELS

Barmen-Elberfeld, actualmente Wuppertal, Renania, entonces parte de Prusia, 28 de noviembre de 1820 – Londres, 5 de agosto de 1895

Uno de los fundadores del marxismo, jefe y maestro del proletariado internacional, amigo y colaborador de Marx. En los primeros años de la década de 1840, Engels abandona las posiciones de demócrata revolucionario, y cumple el tránsito al comunismo científico. Engels contribuyó con una aportación valiosísima a elaborar todas las partes integrantes del marxismo: la filosofía, la economía política y el comunismo científico. Se encontró con Marx en 1844; con él dirigió el movimiento obrero revolucionario y creó la nueva doctrina revolucionaria. "No es posible comprender el marxismo ni es posible exponerlo coherentemente sin tener en cuenta todas las obras de Engels" (V. I. Lenin). En 1844 publicó Engels en los "Anales franco-alemanes" su primer trabajo sobre economía política: "Esbozo de una crítica de la economía política". Marx lo calificó de ensayo genial sobre la economía política proletaria. En este trabajo se analizan los fenómenos y contradicciones fundamentales del capitalismo desde el punto de vista del proletariado revolucionario, se someten a crítica las concepciones de los representantes de la economía política burguesa y a los apologistas directos del capital (Malthus y otros). En 1845, Engels dio a la luz el libro "La situación de la clase obrera en Inglaterra", en el que trazó un cuadro estremecedor de las penalidades de la clase obrera.

Al mismo tiempo mostró, por primera vez, que el proletariado no es sólo una clase que sufre: su dura situación económica le obliga a luchar por su emancipación derrocando el régimen capitalista. En 1845-1846 Engels escribió con Marx "La ideología alemana", libro en que por primera vez se hace una amplia exposición de los principios fundamentales del comunismo científico. En esta obra, se enuncia la idea de que las formaciones sociales se suceden unas a otras en virtud de determinadas leyes, se demuestra que el hundimiento del capitalismo es inevitable, se explica que el proceso del desarrollo social se basa en el desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción. En 1847, Engels escribió "Principios del comunismo", proyecto de programa de la "Liga de los comunistas". Estos "Principios"" sirvieron de base para el "Manifiesto del Partido Comunista" (1848), redactado por Marx y Engels, donde el marxismo aparece como una concepción coherente del mundo y como una unidad integrada por la economía política, la filosofía y el socialismo científico.

En la elaboración teórica del marxismo y en su defensa desempeñó un papel muy importante la obra de Engels "Anti—Dühring" (1878). Escrita como trabajo polémico contra el ideólogo burgués E. Dühring, contiene una exposición multilateral del marxismo.

En la segunda parte del libro ("Economía política") y partiendo de la doctrina económica de Marx, Engels define el objeto y el método de la economía política, pone de manifiesto el papel revolucionario de las fuerzas de vanguardia en el tránsito de la vieja a la nueva sociedad, muestra la conexión recíproca existente entre la economía y el poder político, analiza el origen de las clases y las premisas económicas de la revolución socialista. Engels expone, asimismo, la concepción marxista del valor, de la plusvalía, del trabajo simple y complejo del capital, de la renta del suelo y del dinero. El capítulo X del "Anti-Dühring" se debe a la pluma de Marx, quien trata en él de algunos problemas concernientes a la historia de la economía política. En la tercera parte ("Socialismo""), Engels caracteriza los rasgos principales de la futura sociedad comunista, cuyo establecimiento constituye, para la humanidad, el salto del reino de la necesidad al reino de la libertad.

En la "Dialéctica de la naturaleza"" (obra escrita entre 1873-1882, publicada en 1925), Engels demostró que el trabajo desempeñó el papel decisivo en el nacimiento, desarrollo y perfeccionamiento del hombre y de la sociedad humana. En 1884, escribió "El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado", libro considerado por Lenin como una de las obras fundamentales del socialismo moderno. En este trabajo, Engels explicó, desde un punto de vista marxista, la sociedad primitiva, el origen y desarrollo de la división social del trabajo, de la producción mercantil, de la propiedad privada y del Estado. Engels ayudó sistemáticamente a Marx en su labor sobre "El Capital". Después de la muerte de Marx (1883), Engels dirigió durante 10 años el movimiento obrero internacional y llevó a cabo una labor gigantesca en la preparación para la prensa de los tomos II y III de "El Capital"" (el tomo II se editó en 1885; el III, en 1894). "En realidad, estos dos tomos de "El Capital" son el trabajo de dos hombres: de Marx y Engels" (V. I, Lenin). Engels formuló una serie de ideas profundas sobre las nuevas peculiaridades del capitalismo en el bosquejo de "La bolsa", en las notas complementarias al tomo III de "El Capital" y en otros trabajos. Es muy importante el libro de Engels "El problema campesino en Francia y en Alemania" (1894), en el que se da un gran paso adelante en el estudio del problema campesino. Engels hizo hincapié en la necesidad de atraer a los campesinos al lado del proletariado en los países de población campesina importante, y ello como condición capitalísima para la conquista del poder político. También señaló cuál iba a ser la política del futuro Estado proletario respecto a los campesinos. Engels demostró la necesidad de pasar de la pequeña economía campesina privada a la economía colectiva, y subrayó que este paso no se ha de realizar por la fuerza, sino por medio del ejemplo y de la ayuda social. A la vez que indicó la necesidad de expropiar la gran propiedad territorial y la propiedad industrial capitalista, admitió la posibilidad de que se indemnizaran. La gran doctrina revolucionaria creada por Marx y Engels ha sido desarrollada en nuevas condiciones históricas, por Lenin, y en la época actual la desarrollan y enriquecen los partidos marxistas-leninistas. El nombre de Federico Engels goza de un respeto y un cariño infinitos entre los trabajadores de todo el mundo.

CONCLUSIÓN

Es evidente que estos filósofos y pensadores idealizaron la forma de Estado porque se encontraban en un acuerdo de que el Estado, debe de ser manejado por la persona mas apta para desempeñar este cargo y que debe de velar los intereses públicos de su territorio.

Dando así la pauta para la formación e idealización de nuevos sistemas de gobierno en torno a nuestro mundo donde los regímenes autoritarios, totalitarios, las dictaduras, los imperios y cualquier sistema se basan en estas nociones que señale anteriormente, para darle forma a un manejo de repartición de justicia y administración de cualquier país.

Es indiscutible que se requiera la equidad de un control supremo y que se encuentre sobre muy encima de los intereses individuales. Mas sin embargo es de suma importancia tomar en cuenta que el Estado en su constitución y forma, esta establecido como el conjunto de seres humanos que se estatuyen en un territorio, forman un gobierno y en mi apreciación personal, seres en constante evolución y movimiento.

Es por esto que no se puede considerar al Estado como un objeto inanimado pues resultaría precario e inconveniente si se pretende alcanzar la máxima estabilidad e igualdad entre los hombres.

El presente ahora se construye en la noción de Estado que han venido desarrollando los grandes pensadores a través de todos los tiempos de la humanidad; que es simplemente la observación de la realidad que nos rodea, y a la que asignamos intuitivamente el significado; significado que encontramos a través de un buen libro o de un excelente catedrático como el Lic. Ricardo Zúñiga Arellano, quien en las aulas del saber, fundamenta el interés y devenir el del hombre en sociedad

"El Estado debe de caminar de la mano con el hombre, para formar un todo, y que como tal, sea la sombra del individuo que atiende a su llamado".

López Manuel Bernardo

Noviembre de 2009

FUENTES DE INFORMACIÓN

Wikilpedia.com

Google.com

Historia Universal, Editorial Esfinge

Introducción a la Filosofía por Raúl González

Textos Filosóficos I-II, UNAM

Apología de Sócrates

La República de Platón

La Política de Aristóteles

El Pensamiento de Morgan

La Ciudad de Dios por San Agustín

La Summa Teológica por Santo Tomas de Aquino

El Príncipe por Nicolás Maquiavelo

Leviatán Thomas Hobbes

John Locke Vida y Obra, Fondo de Cultura

El Contrato Social por Jean-Jacques Rousseau

Del Espíritu de las Leyes por Charles Luis de Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu

La Imaginaria Ciudad del Sol por Tommaso Campanella

Manifiesto del Partido Comunista por Carlos Marx y Federico Engels

Brumario 18 por Carlos Marx

 

 

Autor:

López Manuel Bernardo

manuelbl[arroba]live.com.mx

Lic. Ricardo Zuñiga Arellano

Grupo "O"

Partes: 1, 2, 3, 4
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