La agricultura a través de la aportación
de sus recursos excedentarios puede facilitar el desarrollo
económico. Su mejora de productividad reduce sus
necesidades de mano de obra, por lo que puede facilitar flujos de
trabajadores al sector industrial y servicios, con lo que se
producen los fenómenos de la urbanización y el
éxodo rural. La aportación de capital de la
agricultura puede ser un desencadenante del desarrollo. Los
beneficios del sector pueden canalizarse mediante
inversión directa al resto de sectores. Además, al
ser la agricultura un sector de producción estacional y
errática, la obliga a tener un ahorro permanente que el
sistema financiero puede canalizar hacia la industria. La
evolución de los precios relativos (con un superior
incremento de los precios industriales respecto a los agrarios)
provoca un flujo financiero de recursos de la agricultura a la
industria. Por último, el sistema fiscal y arancelario al
gravar la producción agraria puede facilitar la
obtención de recursos que se destinen a apoyar la
industrialización desde el sector
público.
1.3 Agricultura tradicional y
moderna
La agricultura tradicional es la que se basa en las
técnicas y factores de producción utilizados desde
tiempos inmemoriales (capital animal y trabajo), sin avances
tecnológicos y con una baja productividad (limitada por
fertilidad del suelo y el clima) que impide allegar recursos para
invertir, lo que a su vez explica su baja capitalización y
su alta intensidad en mano de obra. En términos relativos,
la mano de obra es barata en relación al resto de factores
(tierra, animales, maquinaria) que son caros. Las explotaciones
suelen ser de baja dimensión y no especializadas con la
mayor parte de su producción destinada al autoconsumo y
por lo tanto fuera del mercado.
La agricultura moderna sin embargo se caracteriza por su
mayor productividad consecuencia de la optimización del
uso, mejora de calidad e incorporación de nuevos inputs.
La mejora de la eficiencia agrícola se instrumenta a
través de la sustitución de inputs limitados
–de alto precio– por inputs industriales y de servicios.
Los inputs (mano de obra y tracción animal) en la medida
que se encarecense sustituyen por otros inputs, como la
maquinaria, los fertilizantes, las semillas. La mejora de la
productividad no se explica por el incremento de los inputs sino
por el cambio técnico del sector: mejora biológica
de variadades, mejora de nutrientes (piensos para animales y
fertlizantes para vegetales), perfeccionamiento de
técnicas de cultivo, aplicación de economías
de escala y super-especialización de las explotaciones. El
principal destino de la producción de la agricultura
moderna es la industria agroalimentaria que aumenta el valor
añadido de la misma y la adapta a las nuevas
demandas.
1.4 Los instrumentos de intervención en el
sector agrario
La agricultura ha sido un sector tradicionalmente
apoyado desde el sector público a través de
subvenciones y protección frente al exterior, lo que ha
provocado un encarecimiento de sus productos a los cosnumidores.
Las causas esgrimidas para favorecer al sector suelen ser las de
la vertebrar el territorio (evitando despoblamiento de zonas
rurales), razones estratégicas de autoabastecimiento, el
poder político del sector o la inestabilidad y deterioro
de los precios y rentas percibidos por los agricultores. Las
políticas de intervención suelen ser de diversos
tipos: en primer lugar, medidas estructurales que intentan
mejorar la eficiencia de los productores, creando
infraestructuras (comunicaciones, regadios,
electrificación, etc) que favorezcan el desarrollo rural .
De forma complementaria se subvenciona la provisión de
determinados inputs y/o se potencian los canales de
comercialización. Por su parte, las medidas de
estabilización de precios, se justifican por la
variabilidad de los cosechas debida a la climatología y a
la inercia de las cosechas. Para ello se interviene en los
mercados creando stocks reguladores. Por último, las
medidas de apoyo a rentas. Se instrumentan a través de
subvenciones directas al sector, precios elevados de
intervención y/o protección de competencia
exterior.
Los efectos perversos de las políticas de apoyo a
la agricultura son múltiples. Los más visibles son
que los consumidores pagan precios más altos que los que
en otro caso podrían pagar (a principios de los noventa,
los precios de los productos agrarios en los países
desarrollados doblaban los precios mundiales) lo que a la postre
puede incluso alterar sus pautas de consumo. Estas
políticas tienen un elevado coste presupuestario, que en
algunos casos incluso supera el valor de la producción
bruta del sector. De hecho, los incentivos creados con las
políticas agrarias generan una inercia de excdentes
agrarios que autalimenta el gasto, lleva costoso gastos de
adquisición y almacenamiento, y cuya venta en los mercados
internacionales medainte subvenciones, distorsiona los mismos. Al
subvencionar la oferta se propicia un trasvase de recursos al
sector guaidos por la busqueda de esa rentabilidad artificial,
por lo que en ocasiones las subvenciones se capitalizan a
través de la revalorización de los factores (tierra
y trabajo) que dan lugar a las mismas, lo que a su vez dificulta
obtener economías de escala.
La industria en la
economía mundial
2.1 Industrialización y crecimiento
económico
La industrialización constituye una de las claves
del crecimiento económico. La industria suele ser el
sector que lidera las mejoras de productividad al asimilar con
facilidad el progreso tecnológico y las nuevas
técnicas y ser susceptible de utilizar intensivamente el
factor capital. Es más, los procesos de
especialización, eficiencia productiva e innovación
tecnológica del sector suelen constituir una de las
condiciones previas al progresoe conómico. Además,
en la medida que transforma y elabora productos, que a su vez
incorporan otros inputs intermedios (productos semielaborados y
materias primas) la industria suele gozar de elevados
multiplicadores que arrastran al resto de sectores productivos
difundiéndose así el crecimiento al conjunto de la
economía. Especialmente relevante es el hecho de que la
producción industial es comercializable a nivel
internacional lo que permite alcanzar amplias economías de
escala y obtener recursos del exterior a través de las
exportaciones. El sector en ambientes competitivos suele
experimentar continuas transformaciones en las que cambian la
importancia de las distintas empresas y ramas que lo componen,
surgiendo nuevas, desapareciendo otras y transformándose
las más. El potencial de crecimiento de las distintas
ramas, desde la perspectiva de la oferta, suele venir muy
condicionado por la intensidad tecnológica de su
producción (cuanto mayor y más novedosa sea
más probable es que sus mercados estén en fase
expansiva) y la evolución relativa de sus costes (siendo
especialmente relevantes, los laborales, los energéticos,
los financieros, etc. ). De igual forma, hay que considerar el
crecimiento potencial de la demanda, los cambios en la
población, renta, gustos, productos sustitutivos y
complementarios, etc., como determinantes de la evolución
de los distintos submercados. En general, los productos
industriales tienen una elevada elasticidad renta.
2.2 La estructura y organización de las
industrias
La estructura y organización de los mercados
industriales condiciona fuertemente el desempeño y
evolución de las empresas que operan en ellos. Las
principales variables económicas que se han de considerar
para comprender el funcionamiento de la industria suelen
derivarse del tamaño de las empresas y del grado de
concurrencia de las mismas. Existen comportamientos diferenciales
como la obtención de economías de escala, de
alcance o gama y la propensión a innovar o a
internacionalizarse que dependen de la dimensión. De hecho
la creciente importancia de las peraciones corporativas de
fusiones y escisiones nos indican la necesidad de optimizar la
dimensión empresarial.
El nivel competitivo del sector es crucial para explicar
la eficiencia y el nivel de innovación de sus operantes.
Existen sectores muy concurridos donde los precios no pueden
alejarse en exceso de los costes medios de producción y
con una alta presión para innovar y mejorar sus productos
y procesios. Los factores que pueden alejar a un sector de la
situación de competencia perfecta (con multitud de
oferentes, con libertad de entrada y salida y precio-aceptantes)
son diversos. Uno es la excesiva concentración de la
oferta, entendida como una alta cuota de mercado de los
principales operadores. Asimismo, la existencia de barreras
económicas de entrada, -como son la aparición de
fuertes economías de escala, monopolios
tecnológicos o técnicos de producción y la
producción de bienes diferenciados o lo que es lo mismo de
baja elasticidad-precio-, concede un gran poder de mercado a las
empresas ya establecidas en relación a sus competidores
potenciales futuros.
Otras variables que inciden en el desempeño de
los sectores son las institucionales. En ocasiones las distintas
empresas que operan tienen vinculos entre si, asociativos, de
colaboración, de dominio, participación, etc., que
pueden condicionar su comportamiento. Así, existen
empresas que son diversificadas (operan en distintos sectores) o
integradas verticalmente (abarcan todas las fases del proceso
productivo). Más importantes aún son las
regulaciones que afectan a la libertad de operar en un sector o a
las condiciones en que se tiene que desempeñar la
operativa en el mismo. Existen sectores altamente regulados,
muchas veces en función de los intereses de las propias
empresas productoras, que distorsionan el juego de la libre
competencia dentro del mismo lo que puede provocar distorsiones
asignativas e ineficiencias entre sus agentes.
Los modelos de organización del proceso de
trabajo han evolucionado a lo largo del tiempo. Así, en la
primera revolución industrial se pasó del taller
artesano a la fábrica manufacturera. Posteriormente, en la
segunda revolución industrial se implantó el
tailorismo en la que se buscaba y la estandarización de
tareas y productos. El fordismo llevó consigo la
incorporación de las cadenas de motaje y por lo tanto la
producción en masa. La tercera revolución
tecnológica se caracteriza por la robotización de
los procesos (toyotismo) y la incorporación de la
informática y de las nuevas tecnologías de la
información en el proceso productivo. Las empresas mofican
sus relaciones con el mercado a través de la
producción flexible o just in time.
2.3 Innovación tecnológica en la
industria
Las ondas de prosperidad económica a largo plazo
se explican por las variaciones en la productividad de los
factores, que a su vez dependen del progreso técnico y la
innovación tecnológica. La innovación es una
variable interrelacionada con el ciclo de vida de los productos y
sectores. En las fases iniciales y de expansión de los
productos, el innovador goza de unas rentas temporales de
monopolio que sólo decaen cuando se produce la
generalización y difusión de los resultados de la
innovación que al posibilitar la entrada de nuevos
competidores hace desaparecer los beneficios exatraaordinarios,
que además se beneficiaban de la fuerte demanda que tienen
los productos en sus etapas iniciales. En general los sectores
que más recursos dedican a la I+D+I (investigación,
Desarrollo e Innovación) suelen ser los que disfrutan de
más crecimeinto y retribuyen mejor al capital empleado en
los mismos, lo que propulsa su expansión. Por el
contrario, los sectores donde se estanca el proceso innovador
suelen estar en declive o retroceso. Ante ello, las
economías que más progresan son en general las que
poseen más sectores y/o empresas innovadoras.
Las innovaciones no suelen surgir de forma uniforme en
el tiempo sino que suelen coincidir en momentos temporales en que
se desarrolla un descubrimiento con capacidad de arrastre y
aplicación en otros productos y/o procesos, los llamados
clusters o racimos de innovaciones que a su vez suelen
dar lugar a fuertes fases de crecimientoe conómico. Entre
estos núcleos de innovación podemos señalar:
la máquina de vapor, los motores eléctricos y de
combustión, la petroquímica, la Televisión,
el teléfono, etc. En la actualidad estamos al inicio de
una onda larga de crecimiento como cosnecuencia de la confluencia
de los paradigmas de la sociedad de la información
(ordenadores y y telecomunicaciones), nuevos materiales y la
biotecnología.
Dentro de las innovaciones es necesario distinguir entre
innovaciones de procesos (destinadas a mejorar la eficiencia de
la producción y a reducir costes) y las innovaciones de
productos (destinadas a introducir nuevos bienes y servicios en
el mercado para satisfacer nuevas demandas. A lo largo de las
distintas fases del ciclo económico suele cambiar la
importancia relativa de ambos tipos de innovaciones. En las fases
recesivas, las empresas tienden a concentrar sus innovaciones en
el área de procesos y reducción de costes. Las
expansiones económicas tienden a producirse como
consecuencia del desarrollo de la innovación de productos,
cuya producción se extiende de las empresas pioneras al
resto de empresas del sector a través de los procesos de
difusión y convergencia tecnológica. Este mayor
crecimiento en los sectores innovadores se extiende al resto de
economías a través de sus efectos arrastres sobre
las industrias de carácter básico y de bienes de
equipo, cuya competitividad relativa va a depender en buena
medida de su éxito en las innovaciones de
procesos.
El sector servicios en
la economía mundial
3.1 Definición y clasificación de los
servicios
No existe una definición general de servicios que
puede englobar con exactitud y precisión las
múltiples y dispares actividades englobadas en el sector,
ya que en alguna medida es un sector cajón de sastre o
residual. Ante esta circunstancia se suele aproximar al concepto
de servicios por dos vías alternativas: una es a
través de las características más frecuentes
y compartidas en los mismos, actividades que producen algo
intangible, invisible, no almacenable y de corta duración,
la otra es a través de la enumeración de los
múltiples subsectores que lo engloban, que a su vez
generan otro tipo de dificultad, la de efectuar clasificaciones
entre sus actividades. A nuestros efectos y a título de
consenso vamos a referirnos a la que efectúa la
Contabilidad Nacional que distingue entre servicios no destinados
a la venta (los prestamos al margen del sistema de precios,
generalmente por el sector público, educación,
sanidad, servicios sociales, etc. ) y servicios de mercado, entre
los que a su vez se suele distinguir entre servicios a empresas
(financieros, profesionales, auxiliares, etc), servicios de
distribución (transporte, comunicaciones, comercio, etc. )
y servicios personales (hosteleria, ocio, servicio
doméstico, reparaciones, etc. ).
Los mercados de servicios gozan de ciertas
singularidades que condicionan su análisis. La primera, es
que el consumo de servicios suele ser simultáneo en el
tiempo a su producción, lo que impide su almacenaimiento y
obliga a una coincidencia temporal y espacial entre productor y
consumidor, que altera (reduce) las condiciones de competencia y
comercio del sector. La segunda, es que en general los usuarios
desconocen las características y circunstancias de los
servicios que demandan hasta que los han consumido, lo que
posibilita la aparición de algunos fallos de mercado. Uno
es el "riesgo moral" que surge ante posibilidad de que el
productor una vez demandado el servicios y aprovechando la
probable no repetición del mismo y que el usuario
desconoce su calidad actúa de forma desleal con su
cliente, como por ejemplo un restaurante con un turista
extranjero o un profesional con un cliente esporádico.
Otro es la "selección adversa" que nace ante la
imposibilidad a priori de distinguir entre buenos productores por
parte de los clientes (ejemplo, servicios profesionales) o buenos
consumidores por parte de los productores (ejemplo mercado de
seguros y préstamos), con lo que puede suceder que los
mejores productores y consumidores se vean expulsados del
mercado. Ambos tipos de circunstancias suele obligar a la
existrencia de regulaciones que determinen los requisitos que han
de cumplirse para el acceso y durante el ejercicio de
determinadas actividades y a que la fama, imagen del productor
sea un mecanismo mayor de comeptencia que el precio.
3.2 La terciarización de las economías
desarrolladas
El sector servicios ha ido ganando peso en las
economías más desarrolladas hasta convertirse en el
sector principal y cuya importancia en términos de
actividad y empleo supera a la del conjunto de serctores,
situándose por encima del 60 por 100. A este
fenómeno se le denomina terciarización y obedece
tanto a factores de demanda como de oferta.
Desde la óptica de demanda, el consumo de
servicios puede considerarse como un bien superior, que a medida
que aumenta la renta ve incrementada más que
proporcionalmente su demanda, cumpliendose así la Ley de
Engel entre los distintos tipos de servicios: los servicios a las
familias aumentan su demanda por los cambios
socioeconómicos que conlleva el desarrollo
(incorporación de la mujer al mercado de trabajo, mayor
ocio, etc. ); los servicios a empresas taambién se ven
beneficiados por el cambio tecnológico y los procesos de
externalización con que responden las empresas a la
creciente competencia, de hecho los productos industriales tienen
un componente creciente de servicios, cuya demanda es
complementaria; por último, los servicios públicos,
se ven beneficiados también del desarrollo que aumenta las
demandas y posibilidades de prestar servicios como la sanidad, la
educación, etc.
Desde la perspectiva de la oferta el sector servicios
suele estar muy condicionado por el hecho de que su productividad
relativa suele crecer a menores ritmos que el resto de sectores.
Esto se explica por que sus singularidades (proximidad y
coincidencia entre productores y consumidores) le obligan a tener
un carácter más intensivo en mano de obra lo que
reduce las posibilidades de capitalizarlo y de incorporar el
progreso tecnológico. Además, la falta de
competencia del sector, por la intervención pública
y por la dificultad del comercuio ineternacional (que obliga a
desplazr al conusmidor y/o al productor), reduce los incentivos a
ser eficientes y a incrementar la productividad.
Como consecuencia del fuerte crecimiento potencial de su
demanda, la estructura cerrada y protegida de sus mercados y la
baja productividad relativa de su oferta, la adquisición
de los servicios tiende a ser en términos relativos cada
vez más costosa. Este diferencial positivo de precios
provoca una afluencia permanente de recursos (trabajo y capital )
al sector servicios desde el resto de sectores
3.3 Reformas estructurales, Infraestructuras y
crecimiento
El nuevo entorno de la economía mundial de
globalización y permanente cambio tecnológico
obliga a que la política económica tenga que asumir
especiales responsabilidades en conribuir a la competitividad y
flexibilidad de nuestro sistema productivo, o lo que es lo mismo
de la oferta. Entre los instrumentos que utiliza para acercarse a
estos fines destacan las reformas estructurales que intentan
incrementar el nivel competitivo de los mercados, ya que en
asusencia de competencia merman los incentivos para innovar y
controlar los costes y se ralentizan los cambios necesarios en la
asssignación de recursos para adapatarse a las
transformaciones relativas en el entorno (gustos, precios,
costes, cambios tecnológicos) y aprovechar las nuevas
oportunidades. Las economías más flexibles pueden
reorrientar sus recusrsos rápidamente y a bajo coste, en
respuesta a situaciones de desequilibrio , obedeciendo a los
indiacdores de los precios relativos. En concreto al sector
servicios su falta de competencia es especialmente perniciosa en
aquellos subsectores que se incorporan a la estructura de costes
de la industria o servicios comerciables que operan a nivel
internacional ya que ello les impide prosperar en los mercados
mundiales. Las infraestructuras económicas aumentan la
competitividad de las economías en la medida que, sobre
todo las de transporte y comunicaciones, ayudan a mejorar la
productividad del sector privado. La acumulación de
infraestructuras suele tener rendimientos crecientes por su
carácter de red y por la desaparición de cuellos de
botella que obstaculizan la actividad económica. Por
último, las infraestructuras facilitan las interelaciones
económicas y acercan al resto del mundo,
convirtiéndose así en una de las condiciones
básicas imprescindibles para el desarrollo.
Orientación
bibliográfica
Los aspectos sectoriales no suelen incluirse en la mayor
parte de los manuales clásicos de economía mundial,
con la excepción del manual de Cándido
Muñoz, "Estructura Económica Mundial" editado por
Civitas. Por ello, suelen ser más apropiados obras
específicas. Así para el sector agrícola
tenemos el "Agricultural Outllook" que publica la OCDE
bianualmente, el "Estado mundial de la agricultura, pesca y
alimentación" que edita anualmente la FAO ó el
"Introduction to agricultural Economics" de J. Penson, Prentice
Hall, 1995. Entre los manuales de economía industrial, es
especilamente reseñable el "Industrial Economics" de P. R.
Y G.J. Ferguson, MacMillan, 1994. Por último, para el
sector servicios el trabajo más citado es el de Juan
Ramón Cuadrado y Clemente del Río, "Los servicios
en España", Piramide, 1993.
Autor:
Alex Quispe Huaman
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |