Rescate de la avioneta de Jimmy Angel en la meseta del Auyantepuy (página 2)
El
Flamingo
Se requería de darle un trato bastante delicado,
motivado a que algunas partes estaban cristalizadas,
todavía en sus tanques había residuos de
combustible, nos impusimos una rigurosa secuencia del
desmantelamiento, la cual fue la siguiente, en vista de estar con
la cola en alto, se bajo y se colocó en posición
horizontal, se empezó a desmantelar cada uno de los planos
lo cual no hubo ningún problema, solo que eran muy largos
y hubo la necesidad de seccionarlos y formar dos paquetes de
cuatro secciones cada uno, una vez que llegó el
helicóptero de la Base de Operaciones en Canaima se
enviaron con la premura del caso, antes de que las nubes se
posaran sobre la meseta, el representante de Radio Caracas TV,
era el muy popular Oscar Yánez y un cubano, que era el
camarógrafo, de nombre Luis Rodríguez y los
señores Luis H Oberto y M. Fritz los cuales estaban por la
TVN-5, en la noche como a las siete Oscar Yánez, con su
inteligencia innata, hacia el comentario del desarrollo de la
actividad llevada a cabo durante el día, en esa
oportunidad, muy emocionado, manifestó, "que partes de la
avioneta volvían a surcar los parajes que tanta
emoción le produjeron al muy popular Jimmy Ángel",
cada información que entregaba por radio, se
convertía en una prosa poética, cargada de
emoción y realidades; ya caída la tarde y cuando el
frío arreciaba con temperaturas que rallaban entre cinco y
siete grados, los comentarios de ley, y las anécdotas de
los hechos que se habían suscitado durante el trabajo,
antes de que el ocaso hiciera su aparición y el astro rey
se ocultara, los mas jóvenes aprovechábamos la
permanencia del helicóptero UH-1930,
PLANO IZQUIERDO DEL
FLAMINGO
Para volar hasta la caída del río churun,
el cual forma la maravilla del mundo conocido como el
Kerekunai-meru, o sea el salto Ángel, la caída de
agua mas alta del mundo con sus 1100 metros de altura, lo que
impresionó al piloto Jimmy Ángel y tuvo la
osadía de aterrizar en la meseta para apreciarlo de cerca,
sucediendo lo imprevisto, como un aciago día del mes de
Octubre de 1937; como señalaba anteriormente no
íbamos a la orilla de la caída del río y
allí aprovechábamos para el chapuzón de ley
con una aguas gélidas envidia de un glaciar, antes, los
pilotos con su cargamento humano, Capitán Rafael
Fernández López, y su copiloto Capitán
Pereney Bravo, se lucían haciendo acrobacias sobre el
mencionado salto, luego, con el helicóptero bajaban a todo
lo largo de la caída de agua y ya cerca de la tierra
aplicaba potencia y ascendía hasta el tope de la
montaña, allí aterrizábamos y luego el
disfrute de las aguas frías y cristalinas que iban a
formar esa maravilla del mundo, en la noche bajo la mirada
complaciente del astro de la noche y el titilar de las estrella
en un universo infinito, que de paso es algo indescriptible las
infinitas constelaciones y estrellas que se observan en esas
noches oscuras, nos permite darnos cuenta lo insignificante que
es el hombre en estas dimensiones; con un menú de guerra o
de campaña, conformada por pan, espagueti sin salsa, carne
molida y un jugo de limón, ésta suculenta cena,
preparada por soldados, envidia de los mejores restaurantes
europeos, se repitió por todo el tiempo que estuvimos en
esos seis mil pies de alturas, una vez engullida dicha cena, nos
reuníamos en grupos, se encendía una fogata y se
procedía a contar todo lo acontecido durante el día
e incluyendo lo que se pensaba hacer al día siguiente, no
podían faltar los chistes picarescos unos
pornográficos, otros de cortes muy conservadores y otros
que no se le encontraban ni entrada ni salidas, los cuales
producían risas por pura cortesía, y en el
transcurso de la conversación se dejaba de vez en cuando,
escapar su mentirillas como para darle mas picante a la tertulia.
Tres días duró el desmantelamiento del fuselaje,
sobre todo por la gran dificultad que nos presentó el tren
de aterrizaje, cuyos pernos y tornillos estaban completamente
oxidados; entre el grupo que conformaba el rescate estaba un
señor de avanzada edad, de apellido Mercay, el cual se
hizo acompañar como ayudante a su hijo que en esos
momentos prestaba el servicio militar en la Base Aérea de
Boca de Río y era Cabo primero, así mismo dos
soldados de nombre Luis Pulgar y Francisco Monsalve, el
Señor Mercay era francés y veterano de la II guerra
mundial, técnico en materia de aviación, gracias a
el, se pudo desmontar el componente de aterrizaje, una vez
vencido este obstáculo, se procedió a desmontar
todos los componentes de la cola, o sea el timón de
profundidad y el timón de dirección, motivado a los
treinta y tres años de intemperie por parte de la
avioneta, había pequeños componentes, que casi
hacían que se abortara la misión, pero siendo
fieles a nuestro lema
La Laguna de
Canaima
"La fortuna ayuda a los audaces" se
vencían todos los obstáculos que se presentaba,
muchos allí presentes comentaban que el espíritu de
Jimmy Ángel nos estaba ayudando, ¿en que se basaban
para hacer este comentario? en lo siguiente: con nosotros
subió a la montaña un Ingeniero de nombre Gustavo
Henny, que junto con la esposa de Jimmy Ángel
hacían pasajes rasante sobre la meseta, buscando un sitio
donde aterrizar, sin darse cuenta que era un piso de barro y
seguro que al aterrizar la avioneta capotearía, cuenta su
copiloto, que el piloto empezó a efectuar el aterrizaje
con mucha cautela, hasta que se decidió a efectuar el
aterrizaje, para sorpresa de los cuatro ocupantes que la aeronave
se hundió en el fango y sucedió lo inesperado toda
la parte del motor se hundió en el fango, quedando con la
cola en alto, salieron de la avioneta gateando, y comenta el
copiloto, que Jimmy Ángel, se paró al frente de su
avión y lloró como un niño cuando pierde su
juguete, en vida quiso rescatarla pero no tenía los
recursos para hacerlo, a su muerte exigió que sus cenizas
fueran esparcidas en la meseta del Auyantepuy, y que le bajaran
su avión de la meseta y fuese colocada en un sitio
poblado, así se hizo, o sea que la mano del dueño
de la avioneta estuvo con nosotros efectuando las labores de
rescate. Una vez desmantelado los timones antes mencionados, se
fueron colocando en un sitio cerca del helipuerto de allí
se bajaban a Canaima, una vez desmontado el tren de aterrizaje,
los timones, quedaba lo mas difícil, el fuselaje y el
motor, el fuselaje porque medía unos ocho metros, el motor
por lo pesado y aun conservaba la hélice, la cual estaba
completamente atascada por haber permanecido dentro del barro por
espacio de treinta y tres años, para desmontar el motor,
se desconectaron los parales que lo sujetaban, lo cual no tuvo
ninguna dificultad luego venia el desmontar la hélice,
sorpresa, en el primer intento para extraer el perno que la
sujetaba, este cedió como si en vez de barro, hubiese
estado sumergido en aceite, todos nos miramos la cara de
sorpresa, venía el turno del fuselaje, el cual hubo
necesidad de seccionarlo en tres partes, y se agolpó en el
sitio para ser
enviado a Canaima, el traslado de estas partes
presentaron cierto grado de dificultad en su traslado, muy en
particular el motor, que al elevarse el helicóptero, el
motor, el cual colgaba de una eslinga, empezó a girar y a
bambolearse de una forma descontrolada, lo que hizo que el
helicóptero no se sentía seguro, ameritando por
parte de sus pilotos posarse en tierra de nuevo, después
de varios intentos lograron sacar del sitio el componente y
llevárselo a la base de operaciones, con el fuselaje no
hubo problema al igual que el resto de los componentes, una vez
evacuada la ultima pieza del avión, se construyó un
muro de piedras traídas del río que forma el Salto
Ángel, donde se colocó una placa alusiva a la
hazaña del explorador y el trabajo, mencionando a los
integrantes de la Misión Auyantepuy.
SALTO DEL ANGEL, 1100 METROS, LA CAIDA
DE AGUA MAS ALTA DEL MUNDO.
De esa misión surgieron muchas anécdotas,
entre ellas se creó una, que mencionaban unos animalitos,
que de noche hacían su aparición para comerse las
fruta y en cierta medidas asaltar la despensa, resulta ser que
estos, animalitos no eran mas que algunos integrantes del grupo,
que en el filo de la media noche cuando se le atornillaba el
hambre, lo que les quedaba era el pillaje, de igual forma cuando
alguno tenía que hacer sus necesidades
fisiológicas, la tortura era el regreso al campamento,
porque la gritería que se le formaba era de
vergüenza, y expresiones como: ¿me trajiste la
muestra de los labios? Y otras que daban vergüenza, unos
mas osados se acercaban a tomar fotos a los que en ese momento se
encontraban en cuclillas detrás de una mata o un mogote y
así transcurrían los interminables
días
El campamento lo conformaban varias carpas para dos
personas, la diana era a las siete de la mañana y se
encargaba de ella los soldados cocineros tocando con un tenedor o
cucharilla las ollas de cocinar, una vez que nos
levantábamos después de medio dormir, nos
desayunábamos, no podían faltar las sardinas
enlatadas con un picadillo de tomate y cebolla, de vez en cuando
un buen revoltillo de huevos, unas dos arepas y un cafecito con
tendencia a ser mas que chimbo, luego iniciábamos la tarea
del día, la cual era mi responsabilidad, asignar a cada
grupo lo que debía hacer, se presentaron ciertos roces con
un grupo de rescate denominado Grupo de Rescate Venezuela,
conformado por un estudiante de la UCV, de nombre Dom y Monserrat
y que por sobrenombre se le puso Topoyiyo, se caracterizaba por
ser demasiado mala conducta y relajado al extremo, había
que estarle llamando la atención permanentemente, otro
estudiante universitario de nombre Nedo Panis, estudiante de
arquitectura, mas reposado que el anterior pero de igual manera
era medio relajadito, por el servicio de Mantenimiento, un
Ingeniero de nombre Claudio Cassotti, el Señor Mercay y su
hijo, como médico estaba el Doctor Márquez a quien
por cariño lo llamábamos el "Che" por el Grupo de
Operaciones Especiales GARE 10 el Capitán Fernández
López y el Capitán Pereney Bravo y un maestro
Técnico de primera, cuyo nombre era, MT1 J.B. Mora, lo
llamábamos Avenita, por el Grupo de transporte Nº 6,
el Capitán Bartolomé Garrido y el Capitán
Bastidas Díaz, el jefe de maquina el maestro
Técnico Mayor Márquez Bello, muy conocido por sus
extravagancias lo que hizo lo conocieran mejor como el loco
Márquez Bello, por la Fuerza Aérea estaba el
Coronel Edgar Suárez Mier y Terán, jefe de la
misión, Teniente Coronel González Páez, jefe
de logística y el Capitán Juan Enrique Laurentin
Rojas, jefe del Grupo de rescate, el MTM Carlos Fuchs, MT2 a.
Valderrama, Los Doctores M Tovar y R, Romer, representaban la
Federación Venezolana de Aeroclubes, Víctor
Maldonado, Carlos Arenas y Antonio Márquez Bello,
representando a el Radio Club Venezolano. Después de
quince días encaramado en ese indescriptible altar
natural, una de las tantas bellezas con las que el creador nos ha
premiado, a ésta tierra de gente noble y trabajadora, se
dio por concluida la misión, el ciudadano Coronel
Suárez Mier y Terán, nos felicito a todos, lo mismo
hice yo con todo el personal bajo mi mando; esa misma tarde
algunos se embarcaron para bajar a Canaima, haciendo honor a que
el Capitán del barco es el último en abandonar la
nave, regresé a Canaima en el ultimo grupo que abandonaba
esa creación de Dios, una vez que llegamos a Canaima,
celebramos el éxito de la misión por todo lo alto,
en espera de ser evacuados hacia la ciudad jardín, ya era
domingo de carnaval, la avioneta del explorador Jimmy
Ángel, ya se encontraba en tierras árgueñas
para su ensamblaje, recuerdo que aproveche el helicóptero
que salió el domingo bien temprano para regresarme a
Maracay, fue un vuelo muy placentero y agradable ya que todo el
tiempo, fue rasante sobre el llano y la gran sabana, algo
inolvidable, lo mismo hicimos cuando ante nuestros ojos se
presentó el Orinoco, atravesamos los llanos de
Anzoátegui, Guarico y por fin la civilización,
Maracay, Ciudad Jardín, sueño y sede de los
aviadores. Cuna de la otrora Fuerza Aérea, siendo esta
odisea, convertida en misión, es una pagina mas para la
Aviación Militar Venezolana, con el pasar del tiempo solo
nos queda recordar aquel puñado de hombres de azul, hoy
día muchos de ellos en otras dimensiones,
regocijándose de la aventura emprendida, que con su
tesón lograron arrancar de la barbarie un icono
representativo por la proeza llevada a cabo por un caballero del
aire, geográficamente norteamericano, pero
sentimentalmente venezolano, conocido como …JIMMY
ANGEL.
SALTO ANGEL
Autor:
Juan Enrique Laurentin
Rojas
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