Dar a conocer los cambios que implican el
envejecimiento, los cuales van a determinar la
adaptación de las personas a estos mismos.
Comprender en la actualidad la realidad de los
adultos mayores.
Al conocer las implicancias del envejecimiento
comenzar a desarrollar actividades de prevención e
impulsar el envejecimiento activo como medida para prevenir
la soledad y evitar o retrasar la situación de
dependencia.
CAPITULO I
El proceso de
envejecimiento
El envejecimiento es un proceso universal que afecta a
todos los seres vivos. Desde el mismo momento de nacer se inicia
un proceso continuo, denominado senescencia, que presenta una
serie de modificaciones orgánicas y funcionales.
Éstas se manifiestan gradualmente a lo largo de la vida y
con variaciones en su aparición, según el medio
ambiente en el que se desarrolle el individuo y sus condiciones y
calidad de vida. Es decir, el envejecimiento es un
fenómeno individual, que, aunque conocido, sorprende
cuando se evidencia en uno mismo, porque nadie envejece por
otro.
La concepción popular de la vejez suele asumir de
forma indiscriminada la relación entre este proceso y la
muerte, la enfermedad, la dependencia, la soledad, una menor
capacidad adquisitiva y la pérdida de estatus, todo ello
directamente asociado a una situación de vida totalmente
negativa y contrapuesta a todos los valores considerados como
positivos: juventud, trabajo, riqueza, etc. Por tanto, y desde
esta perspectiva, el envejecer iría en contra de la
"felicidad" del hombre. Evidentemente, la alternativa a este
planteamiento debe partir de la propia sociedad: los individuos
componentes de los grupos sociales deben diseñar y
resolver proyectos de vida más amplios en los que tengan
cabida diferentes concepciones de los valores y de la propia
vida, para ser capaces de desarrollar nuevos códigos
relacionales y, por tanto, para que cada uno de estos individuos
tenga oportunidad de vivir pudiendo satisfacer sus aspiraciones y
necesidades.
El proceso de envejecimiento no puede plantearse de
forma comparativa con otras fases del desarrollo del hombre. Es
importante tener en cuenta que las diferencias
intrageneracionales cambiarán las características
del colectivo de ancianos en épocas distintas. Las
fórmulas que son válidas para los ancianos actuales
pueden no serlo para los ancianos futuros ya que las condiciones
y características de vida de unos y otros diferirán
enormemente (valores culturales, alimentación, ambiente,
enfermedades, etc.).
El envejecimiento es un proceso de transformación
progresiva e irreversible y, debe considerarse tanto un
acontecimiento individual como un fenómeno
colectivo.
La concepción de la salud que plantea una
visión sistémica, considera al individuo como un
elemento integrante de un todo y, a la vez, como un conjunto de
elementos que interactúan para conseguir un objetivo
común: el equilibrio. Este "todo" no es más que la
suma de los elementos, y la interacción armónica de
todos ellos permitirá al individuo mantenerse en
salud.
En el hombre, a lo largo del proceso de envejecimiento y
debido a la propia evolución biológica, se producen
unos cambios considerados "normales", que será preciso
conocer para diferenciarlos de cualquier proceso capaz de alterar
su salud. Estas modificaciones constituyen uno de los principales
motivos de atención de las personas que cuidan a los
ancianos, ya que cualquier pequeña causa es capaz de
romper "el equilibrio funcional" individual, dejando al anciano
en una situación de inestabilidad o fragilidad.
Los cambios anatomofisiológica que se producen a
lo largo del desarrollo del hombre se inician al mismo tiempo que
la propia vida y se hacen palpables de forma muy notable en los
primeros años de existencia. Sin embargo, los cambios
asociados al envejecimiento se inician de forma poco aparente,
para exteriorizarse poco a poco. Todo esto requiere un ajuste y
adaptación orgánica de cada individuo que le
permita mantenerse en salud, lo que determinará,
respectivamente, su capacidad de resistencia y adaptación.
Los requerimientos individuales para resolver las necesidades de
la vida cotidiana son distintos y están sujetos a las
incapacidades o limitaciones personales para funcionar de forma
independiente. Se puede hablar entonces del nivel funcional
óptimo como aquel que permite al anciano ser lo más
independiente posible.
Atendiendo a este planteamiento, es preceptivo analizar
los cambios que se producen en el envejecimiento para que su
conocimiento permita identificar las posibles limitaciones
consecuentes, responsables de la disminución de las
capacidades funcionales, y diferenciarlas de situaciones de
enfermedad. Así, se puede definir al anciano sano como
"aquel sujeto con alteraciones funcionales, al límite
entre lo normal y lo patológico, en
equilibrio inestable y con adaptación de los trabajos
funcionales a sus posibilidades reales de
rendimiento".
Todas las modificaciones que acompañan al
organismo humano a lo largo de este proceso repercuten en la
expresión de las necesidades individuales, que, aunque,
como hemos dicho, son las mismas en esencia que en el adulto,
difieren en su forma de expresión y especialmente en la
forma de satisfacerlas, ya que el autoconcepto, los
hábitos de vida y los conocimientos que el anciano tenga
sobre su salud serán premisas fundamentales que
condicionarán su capacidad de respuesta.
La conciencia y posterior aceptación de esta
mutación orgánica y funcional, inherente al proceso
de envejecimiento, ayudará al individuo a asumir su
déficit y a no plantearse expectativas de respuesta
más allá de sus capacidades funcionales.
Las conductas que desarrolla el anciano para
desenvolverse en las actividades de la vida cotidiana generan una
demanda específica y diferente de la expresada por el
mismo individuo en cualquier otra etapa de su vida. La
relatividad de lo "necesario" alcanza en geriatría una
dimensión distinta y hace que requiera profundizar en el
conocimiento del individuo anciano en toda su expresión.
Así, la dualidad carencia/demanda de cuidados se convierte
en una cuestión extremadamente delicada y en la que
intervendrán tres factores básicos: las aptitudes
individuales, el entorno y el nivel de desarrollo alcanzado por
el individuo, determinando el aceptar o no el proceso de
envejecimiento como una nueva etapa del ciclo vital, por tanto
podemos afirmar que la relación dependencia/independencia
está condicionada a los recursos individuales.
Se considerará "anciano independiente" aquel que
es capaz de solucionar las dificultades que le presentan las
actividades de la vida cotidiana, y "anciano dependiente" aquel
que es incapaz de resolver las dificultades que le genera la
actividad cotidiana. Así, el anciano independiente
utilizará los recursos de que disponga o que tenga a su
alcance (propios o comunitarios), para satisfacer sus necesidades
vitales, mientras que el anciano dependiente no será capaz
de ello.
La consideración biopsicosocial del hombre y la
influencia que el paso del tiempo tiene sobre él nos
llevan a plantear los cambios que se producen a lo largo del
proceso de envejecimiento desde tres perspectivas: cambios
biológicos, cambios psíquicos y cambios sociales;
éstos en su conjunto caracterizarán el perfil del
anciano e influirán en la satisfacción de sus
necesidades. Por ello, el proceso seguido para abordar el tema
parte de la explicación somera de tales cambios, y de la
influencia de éstos en las necesidades
básicas.
Cambios biológicos. Desde esta perspectiva se
analizan los cambios en la estructura
anatomofisiológica del organismo: el envejecimiento de
las capacidades físicas y sus limitaciones
asociadas.Cambios psíquicos. Incluyen los cambios de
comportamiento, la autopercepción y las reacciones
frente al fenómeno del envejecer propio y ajeno, los
problemas de la relación con los demás y los
conflictos, creencias y valores del propio individuo y de su
visión de la vida y de la muerte. Anciano sano/anciano
enfermo. Recuperado el 25 de setiembre del 2009 de
http://club.telepolis.com/torrefdz/enfermero_y_licenciado6.htm
Cambios físicos o
biológicos
Con el paso del tiempo en los sistemas y aparatos que
componen el organismo se producen una serie de modificaciones,
que afectan tanto a la estructura como a la función
corporal.
Hay una serie de modificaciones que podemos considerar
globales o generales:
A. Tendencia a la atrofia:
Es observable por: disminución del peso y volumen
en los órganos, disminución del contenido
hídrico, aumento de tejido conectivo y reducción de
la vascularización capilar.
B. Disminución de la eficacia
funcional:
A nivel celular se produce:
Un descenso del número de células, que
en el caso de algunos sistemas, como el nervioso, se
considera que puede producirse en un rango de pérdida
de unas 100.000 por día. Aunque este valor pueda
parecer muy grande, hay que indicar que el número
aproximado de neuronas que puede contener el sistema nervioso
central es de billones.Un aumento del tamaño celular, la
pérdida de elementos celulares provoca un intento de
contrarrestar la carencia mediante el crecimiento de las
células restantes. Por otro lado, las células
hipertrofiadas suelen presentar dentro del tejido una
distribución menos regular.
A nivel tisular:
Los tejidos que pierden células no recambiables
suplen la pérdida incrementando el tejido de relleno, el
tejido conectivo ocupa espacios que ahora son no
funcionales.
A nivel sistémico
Sistema
músculo-esquelético
i. Articulaciones
Cambios macroscópicos a nivel del
cartílago articular. Cambia la proporción de sus
componentes, aumentando la rigidez del colágeno.
Así se observa: fibrosis local periférica,
pérdida de elasticidad y artrosis en el 80% de mayores de
55 años, en los que se pueden apreciar cambios
radiológicos debido a:
A. Desciende el riego sanguíneo del
hueso subcondral
Menor remodelación ósea
Cambios en la geometría de la
articulaciónCambios en la distribución de las fuerzas en
la articulación
B. Micro fracturas en el hueso
subcondral
Articulaciones vertebrales: Las articulaciones
vertebrales sufren una serie de cambios a nivel del disco
intervertebral que van a causar una serie de transformaciones
físicas:
Aumento de la densidad por pérdida de agua,
se vuelve más duro, consistente y delgado. Estos
cambios determinan:Disminuye la estatura: ¼ parte de la longitud
de la columna vertebral es discal.Disminuye la flexibilidad del raquis.
La atrofia de los discos, juntamente con la artrosis
a nivel articular en las vértebras, produce el
desplazamiento de las apófisis espinosas hacia arriba
dando una línea media espinal más
huesuda.
Articulaciones de los miembros: Las articulaciones del
miembro superior son las que presentan menos alteraciones, se
mantiene la envergadura de los brazos que sirve para estimar la
estatura de la persona.
Las articulaciones del miembro inferior son las que
soportan mayor presión y desgaste, y por lo tanto mayores
cambios. Esta zona, menos resistente por sí misma, se
torna más frágil y quebradiza, lo que explica las
frecuentes fracturas de cuello y trocánter en la
ancianidad.
Con el envejecimiento, la pérdida de fuerza en
los músculos y ligamentos dan lugar a un pie plano con un
giro hacia afuera (valgus) y los centros de presión se
desplazan al borde interno del pie, los arcos de la bóveda
plantar se desequilibran dando lugar a la aparición de
callosidades y a la dificultad en el equilibrio corporal, la
alineación y la marcha.
ii. Hueso
Pérdida de masa ósea:
Disminución del peso del esqueleto con la
edad.Desmineralización: Mineral y matriz
orgánica.Osteoporosis.
Adelgazamiento de las trabéculas en el hueso
esponjoso. Trama ósea más delgada.Aumento de las lagunas de reabsorción y
aumento de esponjosidad en las zonas del endostio en el hueso
compacto.
Sexo y diferencias raciales:
Las mujeres pierden, en 30 años, el 25% unos
700 gramos de los 3000 de su esqueletoLos hombres pierden 12% unos 450 gramos de sus 4000
de esqueletoLa razón de pérdida Mujeres/Hombres es
de 3:2Las mujeres de raza negra presentan una
pérdida inferior, de carácter
genéticoConsecuencias derivadas de las alteraciones
osteoarticulares
Modificaciones de la silueta:
Disminución de estatura: 1 cm/10 años
al disminuir la longitud de la columna vertebral.Cambios en la curvatura de la columna: Cifosis
torácica:Aumenta el diámetro antero
posterior.Disminuye el diámetro transverso.
Cambios en los planos corporales: Inclinación
de los planos:Plano frontal hacia delante.
Plano sagital hacia abajo.
Plano transverso hacia delante.
Desplazamiento del centro de gravedad del ombligo a
la sínfisis púbica.Flexión de caderas y de rodillas.
Inclinación de la cabeza.
Modificación del triángulo de
sustentación: Hacia el arco interno del
pie.
iii. Músculos
Descenso en el número de fibras
musculares.Aumento extracelular de líquido intersticial,
grasa y colágeno.Densidad de capilares por unidad motora
disminuidos.A nivel celular hay un intenso depósito de
lipofuscina.
Función:
Pérdida gradual de fuerza
muscular.Prolongación del tiempo de contracción
y de relajación.Descenso en el desarrollo máximo de
tensión.
Cambios en el sistema cardiovascular
i. Cambios anatómicos
a) Cambios anatómicos
cardíacos
Hipertrofia miocárdica.
Áreas de fibrosis y aumento del contenido de
colágeno endocardio.Reducción del número de fibras
miocárdicas e hipertrofia de las
residuales.Fibras musculares con incremento de
lipofuscina.Engrosamiento y rigidez de las válvulas
cardíacas.Disminución del número de
células del sistema de conducción.
b) Cambios anatómicos
vasculares
Las paredes arteriales se hacen más
rígidas.Incremento de la relación
colágeno/elastina de aorta y grandes vasos.Disminución de la elasticidad de las fibras
colágenas.Membrana basal endotelial engrosada.
ii. Cambios funcionales
Disminución del gasto cardíaco (1%
/Año) en respuesta al estrés o
ejercicio.El gasto cardíaco disminuye con la edad, a
los 70 años es inferior en un 25% que a los
20.Disminución de la frecuencia cardíaca
en respuesta al estrés o ejercicio. La menor capacidad
de respuesta del sistema simpático explica la
reacción alterada del corazón al
ejercicio.Disminución del flujo sanguíneo
coronario.Aumenta la duración de la contracción
ventricular con la edad.Tono vasomotor disminuye.
Respuesta menor a la estimulación
beta-adrenérgica.Aumento de la resistencia periférica
(1%/Año). Disminución de la cantidad de
elastina y de músculo liso en las paredes arteriales,
las paredes se hacen más rígidas.Aumento de la presión arterial, mayor en la
sistólica.Aumento de la velocidad de la onda de
pulso.
Cambios en la sangre y sistema
inmunitario
Prácticamente no hay cambios en la sangre y sus
componentes con la edad. A pesar del descenso en la masa celular
activa del organismo, el volumen sanguíneo no
disminuye.
Aunque la anemia en los ancianos es frecuente, no parece
ser consecuencia del envejecimiento normal sino más bien
de una respuesta al estrés, que con muy poca probabilidad
originaría un problema hematológico en el joven. En
los neutrófilos de ancianos y jóvenes la
secreción enzimática basal es la misma, pero tras
la exposición a agentes estimulantes, la velocidad y
cantidad total de enzimas liberadas está claramente
reducida en el anciano.
La determinación de los efectos de la edad sobre
la función inmunitaria es difícil de precisar
debido a que existen demasiados factores individuales y externos,
aparte de la edad, que son muy influyentes, como la
nutrición, la contaminación ambiental, las
enfermedades previas, las influencias de los sistemas endocrino y
nervioso, etc.
Sistema respiratorio
i. Cambios morfológicos
Disminución en la movilidad de las costillas
y contracción parcial de los músculos
respiratorios, debido a la cifosis progresiva, la
osteoporosis y el colapso vertebral junto con la
calcificación de los cartílagos
costales.Se reduce la adaptabilidad de la pared
torácica y el pulmón se vuelve más
rígido.Reducción en el número de
alvéolos, los restantes son mayores con espesas fibras
elásticas. Existe una atrofia de las paredes
alveolares.
ii. Cambios funcionales
La elevación de las costillas y el
adelgazamiento del diafragma dan lugar a unaumento del 50% de la capacidad residual funcional
entre los 30 y 90 años.El volumen residual, medida del equilibrio de las
fuerzas elásticas del pulmón aumenta el 100%.
No cambia la capacidad pulmonar total.Disminuye el flujo espiratorio forzado.
Disminuye la capacidad respiratoria
máxima.Desciende la presión parcial de
oxígeno entre un 10 y un 15%.Consumo de oxígeno: La cantidad máxima
de oxígeno en condiciones de estrés se reduce
en un 50% hacia los 80 años, justificándose no
por falta de ventilación alveolar sino por fracaso de
la perfusión, retraso en la difusión de
oxígeno y deterioro en la utilización por parte
de los tejidos estresados.La reducción de la fuerza de los
músculos espiratorios disminuye la efectividad
propulsiva de la tos, que junto a la disminución de la
actividad ciliar en el revestimiento bronquial y el aumento
del espacio muerto, pueden dar complicaciones
mecánicas e infecciosas ya que se retienen secreciones
en tráquea y bronquios.
Cambios en el sistema gastrointestinal
i. Cambios morfológicos
Boca: Disminución de la producción de
saliva. Erosión de dentina y esmalte.Retracción de la encía y
reducción de la densidad ósea en el surco
alveolar.Esófago: Descenso en el número de
fibras musculares (también a nivel de la faringe)
tanto lisas como esqueléticas, las restantes
experimentan hipertrofia.Estómago: Atrofia de la mucosa
gástrica, probablemente por aceleración de la
muerte celular y por enlentecimiento en la renovación
celular.Intestino grueso: Aumento de tejido conectivo, una
cierta atrofia mucosa, hipertrofia de la muscular mucosa. La
diverticulosis del colon sigmoide está presente al
menos en 1/3 parte de los individuos mayores de 60
años y en los 2/3 de los mayores de 80 años. En
la diverticulosis existe un aumento de elastina en la tenia
coli, con un aumento del grosor de la tenia y del
músculo liso circular. Estos cambios pueden conducir a
un acortamiento del colon y a unas presiones intraluminales
mayores.Hígado: Descenso del tamaño
hepático.Páncreas: No hay descenso significativo en el
peso del páncreas (95 g), sin embargo la
pérdida de tejido funcional puede quedar enmascarada
por un aumento de tejido graso.
ii. Cambios funcionales
a) Motilidad:
En personas muy ancianas se han detectado reducciones en
la amplitud de las contracciones esofágicas más por
debilidad en la contracción del músculo liso que
por pérdida de control nervioso sobre el mismo.
Función del esfínter esofágico inferior
disminuida. Pirosis postprandial, hernia de hiato.
Hay pocas modificaciones descritas en la motilidad
gástrica e intestinal, existiendo una disminución
del tono muscular intestinal. La incontinencia fecal aumenta con
la edad debido a una disminución del tono del
esfínter y a las heces semilíquidas.
b) Secreción:
Gástrica
Acido gástrico: La secreción desciende
intensamente entre los 40 y 60 años de edad hasta 1/5
parte de sus valores iniciales, después se
estabiliza.La pepsina desciende bruscamente entre los 50 y 60
años.
c) Absorción:
La función más importante del sistema
gastrointestinal se mantiene para todos los
nutrientes:
Proteínas: Posibles defectos en la
absorción de aminoácidos.Glúcidos: Posible disminución en la
velocidad de absorción.Grasas: No hay diferencias significativas en la
absorción de lípidos.Función hepática: Las enzimas
hepáticas de los ancianos pueden ser menos inducibles
que las de individuos más jóvenes. La
consecuencia más importante respecto al deterioro de
la función enzimática hepática es la
propensión a contribuir a reacciones
farmacológicas adversas en enfermos ancianos, debido a
un metabolismo de fármacos enlentecido.Función vesicular biliar: Los mecanismos de
estabilización y absorción de colesterol se
vuelven menos eficientes y aparece la litiasis biliar en un
10% de hombres y un 20% de mujeres entre los 55 y 65
años, llegando al 40% a los 80. Aumenta la frecuencia
de colelitiasis.
Cambios en el sistema renal
i. Cambios morfológicos
Cada riñón contiene 1 millón de
nefronas en el momento del nacimiento, éstas aumentan de
tamaño, pero no en número, hasta llegar al estado
adulto. Durante la maduración se pierden algunas, pero
después la pérdida se acelera de forma que entre
los 25 y 85 años el número desciende de un 30 a un
40%. La pérdida de masa renal no es uniforme, siendo mayor
en la corteza que en la médula. Las nefronas restantes se
hipertrofian, aunque a pesar de ello el peso del
riñón disminuye.
ii. Cambios funcionales
La función también se ve
disminuida:
Tasa de filtración glomerular, desciende un
40% desde los 20 hasta los 90 años.Flujo plasmático renal, disminuye en un 53%
variando de 600 ml/min a 300 ml/min.Reabsorción de glucosa máxima,
desciende en un 43% (pudiendo aparecer
glucosuria).Secreción máxima de paraaminohipurato,
desciende en un 47,6%. – Menor capacidad para
reabsorber el Na.Aumento del nitrógeno urético en
plasma, menor capacidad de excreción.Disminución moderada en la capacidad de
concentración de la orina.Respuesta a las sobrecargas ácidas o
básicas retrasadas y prolongadas.
Cambios en el sistema nervioso
i. Cambios morfológicos
El encéfalo se mantiene estable hasta los 50
años (aunque el inicio de la pérdida de peso y
volumen comienza a los 30 años) para ir disminuyendo su
volumen a razón de un 2% por década. En el proceso
se ven implicadas tanto la sustancia gris como la blanca, aunque
la sustancia gris se pierde antes que la blanca.
Adelgazamiento de las circunvoluciones cerebrales,
en particular las frontales y las parietales. Con la edad hay
una tendencia a la atrofia cortical y a la dilatación
ventricular. Los surcos corticales se ensanchan.Reducción neta del flujo sanguíneo
cerebral.Acumulación de proteínas anormales en
los cúmulos y placas.Acumulación intracelular del pigmento
lipofuscina, que se produce en vacuolas de almacenamiento y
que cuantitativamente está relacionada con la
edad.Diversas lesiones anatómicas guardan una alta
correlación con la demencia senil, pese a la edad de
inicio. Las más comunes son las placas seniles y los
cúmulos neurofibrilares.Las alteraciones dendríticas son de
interés relevante. El hipocampo desempeña un
papel crucial en la formación y mantenimiento de la
memoria, y de la densidad dendrítica y de las espinas
dendríticas depende la entrada de información a
las neuronas. En el encéfalo senil (y de dementes) se
puede observar pérdida progresiva de entramado
dendrítico de las neuronas piramidales.Velocidad de conducción menor, entre los 50 y
los 80 años desciende un 15%.
Órganos de los sentidos
Vista:
Pérdida de elasticidad del músculo
orbital, provoca disminución de la movilidad ocular,
inversión o eversión del borde del
párpado inferior.Degeneración del músculo elevador y
pérdida de grasa orbital dando un exoftalmos o
hundimiento de los ojos de la órbita.Agudeza visual disminuida.
Descenso de la capacidad de acomodación. A
medida que la persona envejece los ejes del cristalino se
modifican. El continuado crecimiento del cristalino hace que
se ensanche hacia adelante reduciendo la cámara
anterior del ojo, provoca un cambio que puede hacer aparecer
una cierta miopía o astigmatismo.Aparición del arco senil, un depósito
de lípidos que forma un círculo blanco a nivel
del borde externo del iris.
Oído
Más de 1/3 de las personas mayores de 75
años experimentan una pérdida auditiva.
El umbral medio para los tonos puros aumenta con la edad
para todas las frecuencias y para ambos sexos. La
correlación anatómica es la degeneración del
órgano de Corti en el extremo basal de la
cóclea.
Gusto y olfato
Hay una pequeña disminución en el
número de papilas gustativas y atrofia, se pierde la
capacidad de detección de sabores salados más que
de los dulces. También hay una reducción en la
capacidad de identificación olfatoria, aunque no
varía la inervación.
Tacto
Reducción en la agudeza del sentido del tacto. En
el curso del envejecimiento se producen pérdidas
selectivas de sensibilidad vibratoria, discriminación de
dos puntos y reconocimiento táctil, mientras que la
sensibilidad posicional, el tacto ligero o la presión son
normales.
Cambios en el sistema endocrino y
reproductor
La característica fundamental del organismo
anciano es una reducción progresiva en su capacidad para
mantener la homeostasis frente al estrés ambiental. El
efecto general de los cambios del envejecimiento sobre el sistema
neuroendocrino es una resistencia progresiva a la
retroalimentación negativa de los órganos diana.
Por tanto, incluso aunque la respuesta inicial a unos
estímulos estresantes sea la adecuada, a medida que el
organismo envejece hay un aumento de la probabilidad de que la
respuesta pueda ser persistente y, finalmente, inapropiada e
incluso nociva para el organismo.
a) Cambios estructurales en el aparato
reproductor masculino: La disminución de testosterona
circulante produce los siguientes efectos:
Disminución en el tamaño de los
testículos, perdiendo firmeza.Degeneración de los túbulos
seminíferos haciéndose más tortuosos y
gruesos.Disminución de volumen y viscosidad del
líquido seminal.Hipertrofia prostática, con contracciones
más débiles.
b) Cambios estructurales en el aparato
reproductor femenino: La disminución de
estrógenos en la menopausia concreta más, que
en caso del varón, el momento de pérdida de
fertilidad.
Atrofia del útero, vagina y resto del aparato
genital, con pérdida del soportevascular.
Regresión en los caracteres sexuales
secundarios, sin embargo se mantienenprácticamente hasta final de los 60
años.Aumento en las gonadotropinas.
Cambios en el sistema tegumentario: pile, pelo y
uñas
Piel
Adelgazamiento de las capas celulares de la
epidermis.Reproducción celular más lenta, las
células son más grandes e
irregulares.Descenso del número de melanocitos,
así la función fotoprotectora está
disminuida.Disminución de la inmunidad celular
cutánea y la sensibilidad a
antígenos.Dermis adelgazada, mayor tendencia a que la
epidermis resbale sobre la dermis. Hay un aumento de la
fragilidad vascular. Se reduce el número de capilares
dando lugar a la palidez cutánea y dificultando los
procesos de cicatrización.La elastina pierde sus características
elásticas, el colágeno se hace más
rígido dando lugar a las arrugas y a la flojedad de la
piel en el anciano.Pérdida de grasa subcutánea, desciende
el grosor de los pliegues cutáneos.Las glándulas sudoríparas descienden
en tamaño, número y función,contribuyendo a la sequedad de la piel y a una
disminución funcional de la
termorregulación.Disminución de la secreción de las
glándulas sebáceas.
Pelo
Disminución en el diámetro del tallo
(parte del pelo que emerge de la piel).Velocidad del crecimiento del pelo
disminuida.Disminución de producción de melanina
por parte de los melanocitos.
Uñas
Velocidad de crecimiento de las uñas menor
(0,83 mm/semana a los 30 años a
0,52 mm/semana a los 90 años).
Reducción del aporte vascular al lecho
ungueal dando lugar a uñas mates, quebradizas, duras y
gruesas con estriaciones longitudinales por alteración
de la matriz ungueal.
Cambios psíquicos
Para comprender en toda su amplitud los cambios
psíquicos atribuibles a la edad hay que considerar la
interrelación entre:
Las modificaciones anatómicas y funcionales
en las estructuras cerebrales (ya analizadas en el
envejecimiento del sistema nervioso y órganos de los
sentidos).Las modificaciones en las funciones cognitivas
(inteligencia, memoria, resolución de problemas,
creatividad).Las modificaciones en la efectividad (vivencia de
las pérdidas, motivación,
personalidad).
Modificación de las funciones
cognitivas:
La disminución de las funciones cognitivas
durante el envejecimiento es uno de los aspectos que suele
vivirse como una gran amenaza para el bienestar e incluso para la
integridad personal. Muchas personas ancianas, por ejemplo,
refieren la pérdida de memoria con mayor angustia, que un
dolor crónico, o toleran peor la falta de relación
familiar que un determinado proceso de enfermedad.
Ateniéndonos a la estrecha relación entre estos
aspectos y a la lenta evolución con que suelen producirse
las modificaciones en esta área, resulta difícil
generalizar el alcance de las pérdidas ya que la persona
anciana irá adaptándose poco a poco e incluso
ensayará y pondrá en práctica estrategias
sustitutorias para los déficits que van
apareciendo.
Hay que considerar que la evaluación del
funcionamiento cognitivo está sujeta a dos
premisas:
a) La subjetividad en la interpretación
de las capacidades intelectuales.b) La poca familiaridad de las personas
ancianas en el uso de los instrumentos utilizados a este
fin.
Esto establece posibles limitaciones a la
medición de las habilidades mentales, sobre todo si no va
acompañada de la observación y conocimiento de las
características del proceso de envejecimiento.
i. Inteligencia
La edad, por sí sola, no parece ser un factor que
modifique de forma apreciable la utilización de las
facultades mentales, aunque las personas mayores suelen utilizar
los conocimientos adquiridos a lo largo de su vida para compensar
la lentitud de respuesta a distintos estímulos. Esta
situación nos permite identificar la estabilidad como una
de las principales características de la inteligencia en
los mayores.
El enlentecimiento de las capacidades intelectuales es
el factor clave que hay que tener presente en los cambios
psíquicos, y su traducción en el comportamiento
individual se caracteriza por: fatiga intelectual, pérdida
de interés, pérdida de atención y/o
dificultad en la concentración. A menudo, este cambio de
ritmo no es más que un reflejo del enlentecimiento
orgánico general, por tanto si consideramos que la persona
anciana precisará invertir mayor cantidad de
energía para adaptarse a las diferentes situaciones que le
plantea su proceso de envejecer, podremos entender la naturaleza
de sus respuestas.
La forma de inteligencia que reconocemos como
inteligencia fluida guarda relación con el aprendizaje y
precisa una base neurofisiológica. En ella se sitúa
la creatividad, el comportamiento innovador y permite al
individuo la resolución de problemas nuevos. La
inteligencia cristalizada, la relacionamos con la experiencia y
la reflexión. Está vinculada a los aspectos
culturales, educacionales y de experimentación. Permite al
individuo dar respuesta a los problemas utilizando las
estrategias aplicadas en la resolución de situaciones ya
vividas.
Parece fácil deducir pues que la inteligencia
fluida, que depende de la capacidad de adaptarse rápida y
eficazmente a situaciones nuevas, estará disminuida,
mientras que la inteligencia cristalizada se mantendrá e
incluso aumentará, al estar directamente relacionada con
la experiencia.
El razonamiento verbal no parece sufrir cambios, aunque
sí se aprecia una ligera pérdida en la capacidad
para la conceptualización y la flexibilidad
mental.
Se observa también un declive en la agilidad
mental precisa para la coordinación de movimientos,
especialmente relacionada con el funcionamiento de la vista y el
oído.
Los componentes de la inteligencia humana
(percepción, razonamiento, abstracción,
formación de conceptos, y resolución de problemas)
están influenciados también por múltiples
aspectos personales, educacionales, culturales, o del propio
entorno, por eso las manifestaciones en el comportamiento
individual son diferentes, así como las respuestas a las
situaciones de cambio.
ii. Memoria
La pérdida de memoria reciente parece ser el
signo general característico de los cambios
psíquicos, durante el envejecimiento. A la persona le
resulta difícil evocar sucesos recientes y sufre
además pequeños olvidos. Diferentes factores se
interrelacionan además con esta pérdida de memoria,
aunque no se conocen las causas exactas ni tampoco el alcance de
esta interacción, abarcan desde los cambios
neurológicos y circulatorios que afectan la función
cerebral, la oxigenación y la nutrición celular,
hasta la motivación, la pérdida de interés
por el entorno, los sentimientos de impotencia, los estados
depresivos, el desacuerdo con la situación de vida actual,
vivencia de duelos, etc.
Las personas ancianas refieren dificultad de para
retener informaciones poco significativas, especialmente si deben
esforzarse mucho o si en el momento de recibir esa
información tienen su foco de atención en alguna
otra actividad. También expresan tener problemas en la
organización secuencial de la información
recién llegada, así como en la capacidad para
sintetizar.
La memoria a largo plazo, o memoria remota, parece estar
bien conservada, los ancianos recuerdan situaciones y hechos
antiguos, pero también acontecimientos nuevos almacenados
en su memoria remota. Son capaces de evocar con detalle, hechos
que tuvieron lugar en otra época, época por otro
lado seguramente significativa en su historia de vida. La memoria
remota permite recordar y conservar el vocabulario, las
experiencias, los recuerdos y mucha más información
útil sobre el mundo que les rodea y sobre sí
mismos.
Es importante tener presente que la memoria visual se
conserva intacta durante más tiempo que la memoria
auditiva o que las relaciones temporo-espaciales.
La memoria sola no tiene ningún significado si no
va acompañada del mantenimiento de la actividad mental.
Utilizar medios simples como listas, agendas, notas, calendarios,
etc., permite recordar a las personas mayores sus ocupaciones,
responsabilidades o actividades, sin representar para ellos
graves inconvenientes.
iii. Resolución de problemas y
creatividad
La dificultad en la organización de la
información, la rigidez de pensamiento, junto con la
prudencia en la toma de decisiones, puede condicionar la
capacidad para resolver los problemas. Si la situación es
poco precisa, la decisión se hace difícil, y la
capacidad para resolverla disminuye. El elemento condicionador
por excelencia, capaz de limitar las respuestas del anciano,
será el tiempo. Sin embargo, sus soluciones suelen ser
mucho más tácticas y valiosas, cuando ponen en
práctica sus experiencias de vida y su
sabiduría.
La creatividad es difícil de medir ya que
está íntimamente relacionada con lo cognitivo y con
la afectividad. No hay límites de edad en la creatividad,
ni tampoco está reservada a unos cuantos elegidos. Las
personas mayores pueden descubrir su potencial creativo a
través de nuevas experiencias o nuevas actividades que,
acompañadas de entusiasmo por la vida, les hacen sentirse
reconocidos.
Modificaciones en la afectividad
La mayoría de personas ancianas han adquirido una
madurez emocional a través de sus experiencias vitales, lo
que le permite responder a situaciones de pérdidas
afectivas. Sin embargo, su estado de salud física y
mental, así como la calidez u hostilidad del medio en el
que viven, influirán en la expresión de su
emotividad. Con la edad aumentan las crisis, los problemas, los
factores estresantes cobran mayor importancia; y se agravan por
las difíciles situaciones de vida que presentan muchas
personas ancianas, y también a causa de la
disminución de las fuerzas físicas para hacer
frente a esas dificultades.
i. Motivación
La motivación representa el impulso generador de
actividades dirigidas a la satisfacción de un objetivo
preciso. No podemos esperar que las mayores ocupen las 24 horas
del día con las mismas actividades que otras personas
más jóvenes, pero sí debemos procurar que
las que realizan sean satisfactorias, les hagan sentir
útil y participantes en la sociedad. La imaginación
es importante a la hora de pensar cuáles son los intereses
de las personas mayores, pero es esencial plantearse que tanto la
propuesta como la decisión deben tomarla ellos mismos. Los
centros cívicos, las asociaciones, el voluntariado, etc.,
son recursos hacia los que hay que dirigir a las personas mayores
que lo necesiten.
ii. Personalidad
Suele afirmarse que los rasgos de la personalidad del
individuo se remarcan con la edad.
Cuando hablamos de personalidad madura, hablamos de
personalidad que se mantiene estable si no aparece ningún
problema de enfermedad. Ciertamente el individuo no suele
presentar cambios espectaculares en su personalidad, aunque si
realiza ciertos ajustes según las circunstancias vitales.
Así, la personalidad puede verse afectada por diversos
factores:
Estado de salud, entorno familiar, pérdidas
afectivas, situación de vida, experiencias,
etc.
Los análisis de tipologías referidas a
personas mayores hacen referencia a la adaptación al
envejecimiento. Así se identifican personalidades
"adaptadas" y personalidades "mal adaptadas". Entre las primeras,
estarían los ancianos realistas, contentos de vivir esta
etapa de su vida de forma satisfactoria, que se mantienen activos
e interesados por todo lo que les rodea. Y también, los
que siendo más pasivos que los anteriores, están
contentos de ser jubilados y de no tener ninguna
obligación con la sociedad. O los que son estrictos
consigo mismos, que han antepuesto el deber al placer, y que
creen que serán vulnerables en el momento en que cese su
actividad.
Entre las segundas, las mal adaptadas,
identificaríamos a las personas coléricas,
negativas y hostiles, que siempre están descontentas, que
no aceptan envejecer y que tienen miedo a morir. O aquellos cuyo
balance de vida es negativo, se sienten culpables de todo y
consideran la muerte como única salida a su
situación de vida desagradable.
Cambios más frecuentes en relación con la
personalidad
Marcada tendencia a la introversión: no
opina, se queda callado, se aísla.Rechazo e inadaptación a la vejez y una
inconformidad severa con la imagen corporal.Pérdida de la autoestima: Es la manera de
percibirse, esto permite la propia evaluación; depende
la manera que cada uno tiene de enfrentar la vida, valorarse
a sí mismo y valorar a los demás, y de ella
depende en gran medida también, la manera más o
menos airosa, exitosa, que cada uno practica para enfrentarse
a los conflictos y dificultades de la vida. Adulto
mayor:aspectos psicoafectivos del envejecimiento (1998, 20 de
setiembre). Recuperado el 05 de octubre del 2009 de
http://www.ubiobio.cl/vitrina/envejecim.htmManifestaciones de insatisfacción con la
vida: Para ellos la vida ya no tiene sentido, falta de
interés en las actividades normalmente placenteras. No
se aprecia en personas mayores y ancianas que sean más
intelectuales o que permanezcan mentalmente activas.
José Luis Ysern de Arce. Adulto mayor:Aspectos
psicoafectivos del envejecimiento. Recuperado el 24 de
setiembre del 2009 de
http://www.ubiobio.cl/vitrina/envejecim.htmComportamiento contradictorio: Temen a la soledad
pero con frecuencia no aceptan las proposiciones que se les
hace para evitarlas como una forma de no enfrentar nuevos
abandonos o rechazos en el futuro.Labilidad emocional y afectiva constantes: Por el
menor motivo se entristecen, lloran o exhiben una
incontinencia emocional inadecuada.Quejas continuas: Ya sea en torno a su salud o
pérdida de autonomía, sus quejas regularmente
detalladas en su expresión, crean irritación en
quienes los escuchan con sistematicidad, estas quejas
demandan afecto e interés hacia sí mismos, pero
suelen testimoniar más bien una disfunción de
su sociabilidad y capacidad de amar y una forma de replegarse
sobre sí mismos.Apego a su hábitat (espacio,
territorialidad): Se les hace difícil adaptarse a
nuevos lugares, necesitan su espacio, su privacidad, exigen
respeto a su rincón y sillón favorito, ya sea
en hogar o en instituciones donde permanezcan temporalmente o
por tiempo indefinido. Perfil psicológico del anciano
(2007, 21 de agosto). Recuperado el 28 de setiembre del 2009
de
http://www.revistaciencias.com/publicaciones/EElZZFlApyukFuYMNz.php
Cambios sociales
Los cambios sociales que se producen durante el
envejecimiento se refieren principalmente al cambio de rol del
anciano, tanto en el ámbito individual como en el marco de
la propia comunidad. Asimismo considera las diferencias
generacionales existentes a nivel de comportamiento social, y la
dificultad de adaptación e integración que suele
presentar la persona anciana ante estos cambios.
Cada etapa del desarrollo individual tiene su
importancia. En el anciano este desarrollo estará sujeto a
unas premisas fundamentales, no experimentadas de la misma forma
por todos los individuos, ni con la misma secuencia de
aparición temporal. Estas premisas están
íntimamente ligadas a la vivencia de su envejecimiento y a
la capacidad para aceptar y adaptarse a él. Por tanto, el
ser consciente de las limitaciones en todas sus facetas
permitirá al anciano establecer planes de vida
satisfactorios.
Desde la perspectiva del trabajo de enfermería,
la "colectivización" de los cuidados afecta negativamente
al fomento de la independencia, por lo que se puede caer
fácilmente en problemas de desindividualización,
pérdida de autoafirmación, daño emocional y
aislamiento social. José Noriega Borge, Misericordia
García Hernández, Pilar Torres Egea. Proceso de
envejecer: cambios físicos, cambios. Recuperado el 15 de
octubre del 2009 de
http://www.arrakis.es/~seegg/pdflibro/Cap2.pdf
Cambio en el rol individual
Aunque los límites de la extensión de rol
individual son difíciles de medir, a grandes rasgos los
cambios en su dinámica se plantean desde tres dimensiones:
El proceso de envejecimiento. Recuperado el 05 de octubre del
2009 de
http://web.usal.es/~acardoso/temas/envejecimiento.htm
Como individuo único, capaz de
decidir, con opiniones, creencias y valores propios, con una
historia de personal e influido por un medio externo, con una
concepción especial de la vida y de la
muerte.Como integrante de un grupo familiar, sus
relaciones con él y el relevo de su papel en el seno
de la familia.Como persona receptora y representante de afecto,
capaz de afrontar las pérdidas.
A. El anciano como individuo
único
En la última etapa de la vida de las personas se
hace patente la conciencia de que la muerte está
más cerca y es previsible que ocurra en un futuro
más o menos inmediato. La concepción de la vida y
de la muerte adquiere en este momento un nuevo sentido. La
respuesta individual del anciano frente a la vida y la muerte
está condicionada por una serie de factores: creencias
religiosas, cultura, factores educacionales, las propias
experiencias sobre la muerte vividas a lo largo de su existencia
y el estado en que se encuentre.
El temor y la angustia que rodean la muerte, y que el
anciano suele verbalizar de modo general, están ligados a
la imagen que cada individuo tiene de este trance, siendo la
soledad, la oscuridad y el sufrimiento los componentes que
más le preocupan.
La ancianidad es también el momento en el que las
personas necesitan asumir, reasumir su existencia pasada y
efectuar una relectura de su vida, ya que cada uno de nosotros
necesita saber que ha conocido momentos épicos en los que
afrontó con valor ciertas dificultades; y como en toda
epopeya, contándolos, uno los embellece un poco, los
aumenta; seguramente por eso los ancianos repiten siempre las
mismas cosas. Remover los recuerdos no es siempre experimentar
nostalgia, con la amargura de las penas. Puede ser, por el
contrario, una reconciliación con la vida pasada,
apreciando todo su contenido de gozo y de alegría, y
tratando de asumir mejor, con la distancia y perspectiva que
permite la edad, las desgracias y las penas, tratando de
dominarlas mejor.
B. El anciano como integrante de un grupo
familiar
El envejecimiento transforma el rol del individuo en el
seno familiar. Las relaciones familiares cambian. El anciano no
suele vivir con sus hijos y nietos, ya que ni las
características de la estructura familiar ni los problemas
de espacio en las viviendas lo facilitan. Este fenómeno es
más habitual en las zonas urbanas que en las
rurales.
Las relaciones entre el anciano, sus hijos y sus nietos
pasan en general por dos etapas diferentes:
Cuando el anciano es independiente y no tiene
problemas de salud, es una ayuda para la familia, participa
en las tareas del hogar y se encarga del cuidado de los
nietos, con los que establece unas relaciones de
complicidad.En el momento en que aparecen problemas de salud y
de dependencia, las relaciones suelen invertirse: el anciano
pasa de proporcionar ayuda a recibirla, de cuidar a ser
cuidado, perdiendo peso específico dentro de la
familia. Entonces siente que sus opiniones y decisiones no
tienen tanto valor lo que le genera sentimientos de rechazo,
inutilidad y abandono.
C. El anciano como persona capaz de afrontar
las pérdidas
La ancianidad es una etapa de la vida caracterizada
fundamentalmente por las pérdidas (pérdida de
facultades físicas, pérdidas afectivas,
pérdidas económicas…). Todas estas
pérdidas van acompañadas de una serie de
sentimientos como tristeza, pesar o dolor, y de una serie de
reacciones tanto emotivas como de comportamiento de "duelo". La
pérdida afectiva, especialmente relacionada con el
cónyuge, es la que adquiere mayor
trascendencia.
Las pérdidas afectivas van acompañadas de
una gran tensión emocional y de un sentimiento de soledad.
Pasa por períodos de pena y de dolor, y por periodos de
remordimiento alternativamente unidos a reacciones de
cólera, tanto dirigidas hacia el desaparecido por haberlo
abandonado, como hacia las personas que le rodean para desplazar
sus sentimientos y frustración. Estas pérdidas
acarrean, en general, grandes cambios en su vida cotidiana como
cambios de domicilio, nuevas responsabilidades…
De estas vivencias, la consecuencia que ocasiona
más problemas es la soledad. Este sentimiento es muy
difícil de superar. Por ello, algunos ancianos deciden
formar nuevas parejas, ya que las necesidades emocionales
precisan la misma atención que en otras etapas de la vida.
La sociedad, y en particular la familia, suelen poner reparos a
estas nuevas uniones, porque no se entiende que el anciano tenga
sentimientos y necesite compartir sus emociones y estar
acompañado.
La viudez
Una de las duras realidades que se presentan en la
3º edad es la pérdida del ser con el que se ha
compartido una larga etapa de la vida. La repercusión por
la pérdida del cónyuge dependerá, en gran
medida, del grado de dependencia que se valla
estableciendo.
La soledad del viudo: desde el punto de vista
psicológico, la soledad es más un sentimiento
que un concepto objetivo. El sentimiento de soledad es
personal e íntimo pero incluye la respuesta de
más personas y circunstancias que rodean al individuo
que se siente solo. La viudez es la ruptura del eje
fundamental de la familia, que es la pareja.Condiciones de la vida del viudo: la soledad del
viudo se ve agravada por la dependencia económica. Si
el anciano que queda viudo padece alguna enfermedad, puede
tener más dificultades para superar esta estado. Las
enfermedades invalidantes agravan la soledad del viudo, pues
tras el fallecimiento del cónyuge se encuentra con que
no puede desarrollar los mecanismos de relación que
puede poner en marcha el viudo sano. Otro problema es la
burocracia, el anciano se encuentra en un entramado de
gestiones, no siempre comprensibles, como es el arreglo de
los papeles para cobrar las pensiones, etc.Actitud de los hijos: es importante que los hijos
comprendan en que soledad queda su padre o su madre y que
traten en que soledad queda su padre o su madre y que traten
de aliviarla. Estas situaciones tienen distintos aspectos
personales. Sería interesante que los hijos organicen
la atención de quien ha quedado solo en función
de las necesidades de este y no de la propia comodidad. En
ocasiones, los hijos toleran mal el sufrimiento de los padres
y pretenden evitándolo a toda costa, pero hay que
comprender que hay un tipo de sufrimiento completamente. La
tercera edad. Recuperada el 12 de octubre del 2009
de
http://html.rincondelvago.com/la-tercera-edad.html
Cambio de rol en la comunidad
La contribución individual del hombre al grupo de
pertenencia puede tener amplias perspectivas; sin embargo, la
sociedad en general valora tan sólo al hombre activo, al
que aporta trabajo y genera riqueza. No obstante, hay que
considerar que los ancianos que ya han cumplido con su etapa
productiva todavía tienen posibilidades de aportar
conocimientos y de realizar tareas de ayuda comunitaria. La
dimensión del papel del individuo, dentro de la comunidad,
gira entorno a dos grandes ejes: la actividad laboral y la
actividad social, caracterizadas por la participación en
las tareas comunitarias. El hecho de envejecer modifica el rol
que se ha desarrollado, pero no de forma individual, sino en el
momento que la sociedad lo incluye dentro del grupo de ancianos,
aproximadamente a los 65 años.
A. Rol social
El modelo de sociedad un tanto rígida e
inamovible de principios del siglo XX ha sido sustituido por la
libre elección de la pertenencia a un grupo. La
búsqueda de identidad individual se plantea ahora sobre la
base de la comparación con los demás, con lo que
resulta inevitable pertenecer a un grupo determinado. Los cambios
sociales producen en el anciano la sensación de no
pertenencia al grupo escogido, al tiempo que el joven no es capaz
de integrarlo en su grupo. Las costumbres, el estilo de vida y la
concepción de la propia existencia separan las
generaciones e inciden negativamente en el mutuo reconocimiento
de los individuos que las componen.
Como consecuencia de este rechazo, se da la
proliferación de grupos paralelos formados
únicamente por ancianos lo que provoca un mayor
distanciamiento intergeneracional. Estos grupos quieren hacer
oír su opinión reclamando un mayor protagonismo
social y debatir su forma de aportar algo a la sociedad y de
canalizar el gran potencial que poseen.
B. Rol laboral: la
jubilación:
En el rol laboral, el gran cambio viene dado por el
momento de la jubilación, esta nueva situación
comporta para el anciano, en ocasiones, una serie de
consecuencias negativas que es necesario analizar para poder
evitarlas.
La jubilación es la situación de una
persona que tiene derecho a una remuneración o
pensión, después de haber cesado total o
parcialmente en su profesión u oficio. Es un permiso
social para desligarse del trabajo, que se obtiene por el hecho
de haber cumplido una edad previamente reglamentada o unos
años de trabajo preestablecidos.
Consecuencia de la jubilación
En todos los países se ha dado prioridad al
aspecto económico, sin tener en cuenta los aspectos
físicos, psicológicos y sociales que comporta el
hecho de la jubilación, ni tampoco el difícil
proceso de adaptación por el que pasan algunas personas.
La adaptación es difícil porque la vida social y
sus valores están orientados en torno a la actividad y al
trabajo que se realiza, de modo que estos proporcionan y
condicionan, en la mayoría de las ocasiones, la
personalidad, las relaciones, las relaciones y el "rol social".
Esta pérdida de rol lleva consigo una serie de
consecuencias que repercuten en la situación
económica e incluso en la salud física y
psíquica.
Las relaciones sociales se reducen de forma importante
al dejar el ambiente laboral; los recursos económicos
disminuyen en casi todos los casos, siendo en general
insuficientes; el exceso de tiempo libre exige una
reorganización de la vida cotidiana y una
utilización de los recursos personales y culturales para
evitar la angustia que produce el "no tener nada que hacer".
Además, esta etapa coincide con la pérdida de los
seres queridos, y la marcha de los hijos para crear su propia
familia.
Diferentes gerontólogos han realizado estudios
para medir el impacto que produce la jubilación. Se han
descrito tres rupturas fundamentales:
La primera, la constituye la desvalorización
que supone el cese del trabajo como una situación
injusta de identidad social y de crisis de
personalidad.La segunda, el contar con un excesivo tiempo libre
que en muchos casos es difícil de emplear.La tercera, la ausencia de socialización en
esta nueva etapa.
En esta línea también se han descrito
repercusiones sobre la salud, como perturbaciones emocionales,
por estados depresivos y ansiedad, acompañadas de astenia;
trastornos del sueño, y manifestaciones
hipocondríacas que pueden influir en la aparición
de otro tipo de enfermedades.
Por el contrario, otras teorías mantienen que el
empleo del tiempo libre en la jubilación puede constituir
satisfacciones personales que evitan que se produzca esta
situación de crisis y de falta de identidad. Que el paso a
la jubilación sea satisfactorio o no dependerá de
la preparación y de la familiarización del
individuo con todo lo que conlleve esta nueva etapa.
Preparación para la jubilación
Ante las consecuencias descritas anteriormente, en
algunos países desarrollados se están realizando
programas de preparación para la jubilación. Los
programas que se desarrollarán deben ser impartidos por un
equipo multidisciplinar. Los grupos deben ser reducidos en cuanto
a número de participantes, con el objeto de favorecer la
participación y el intercambio de opiniones. Previamente
al diseño del curso, se requiere conocer las
características socioculturales del grupo para que su
resultado sea más efectivo y realista.
Los tres objetivos básicos de los cursos que
preparan para una mejor adaptación a la jubilación
deben ser:
Cómo proyectar el futuro financiero
(económico).Cómo ocupar el tiempo libre.
Conocimiento de las alteraciones y/o problemas de salud
que se puedan presentar con la edad. José Noriega Borge,
Misericordia García Hernández, Pilar Torres Egea.
Proceso de envejecer: cambios físicos, cambios. Recuperado
el 15 de octubre del 2009 de
http://www.arrakis.es/~seegg/pdflibro/Cap2.pdf
CAPITULO II
Implicancias sociales
del envejecimiento
Discriminación y
Abandono
El abandono que sufren los ancianos es una
problemática que se vive a diario, son innumerables las
historias que existen sobre la discriminación que sufren
en el núcleo familiar. No se toman medidas para remediar
esto, se debe educar a la sociedad para evitar esta
problemática social.
Una de las razones más comunes de abandono es
cuando el anciano ha cumplido con su vida laboral útil.
Entonces es considerado como persona no productiva en la sociedad
actual, transformándose en una carga potencial de gastos
para la familia a la que pertenece. El anciano es desplazado a un
rincón del hogar, reduciéndose su mundo social
provocándole aislamiento, soledad, cambios afectivos y
variaciones en sus estados de ánimo. Pueden sufrir por
parte de su propia familia un apropiamiento del hogar de forma
paulatina, siendo desplazado a dependencias donde se ignora su
opinión.
Cuando el anciano pertenece a un grupo familiar extenso
y nadie se quiere preocupar o hacerse cargo de su cuidado, se le
hace sentir que es una carga. Circunstancia que lo lleva a
estados de depresión, rechazo, desequilibrio emocional, y
su estado anímico decae, llevándolo a cuadros
depresivos, deseando que llegue al momento de morir para llegar
al término de su calvario. Siendo esta etapa de la vida la
más dura y triste para una persona que debería
disfrutar y descansar con agrado hasta el término de su
vida, instancia que toda persona desea. La soledad que le aflige
se ve reflejada muchas veces en el desear la muerte, para no ser
carga de nadie y también para no ser una
molestia.
En esta sociedad se subestima a los ancianos. No todos
están enfermos de la cabeza para que los traten y les
hablen como si fueran unos niños, o para que les quiten
sus pertenencias. Tener dificultades para desplazarse no
significa que no puedan realizar actividades que los hagan
sentirse útiles. Muchos ancianos se desconectan del mundo
porque están terriblemente solos, porque son marginados de
toda actividad familiar. Incluso no somos capaces de tener tiempo
para caminar un poco más lentos, ni para escuchar una
frase mal articulada de un anciano.
El deterioro sería menos penoso si la familia del
anciano comenzara por tratarlo como un igual que tiene cosas que
decir; basta un saludo, una sonrisa y no subestimarlo. Por una
mera cuestión de interés egoísta los
ancianos son a veces desapoderados de la administración de
sus bienes por sus propios familiares o instituciones (muchos se
ven despojados de sus ahorros, casas o pensiones).
Existen muchas clases de malos tratos a ancianos. Se
considera aquel acto cometido contra una persona mayor, que
atente contra su vida, integridad física, sobre su
seguridad económica, su libertad o comprometa gravemente
el desarrollo de su personalidad, dentro del ámbito
familiar o institucional. A los ancianos hay que saber
escucharlos, oír sus preocupaciones y temores, darles
nuestro afecto, que se sientan útiles, y ante todo
tratarlos con amor y cariño. El que tengan 80 años
no quiere decir que no piensen, o que dejaron de tener
sueños. En todo momento realmente merecen ser
respetados ya que ellos son los que nos han legado todo, son los
guardianes de la sabiduría humana, son auténticos
sabios llenos de experiencias en sus largas vidas. Maika Etxarri
(2006, 9 de noviembre). Discriminación y abandono en los
ancianos. Recuperado el 18 de setiembre del 2009 de
http://luzblanca7.espacioblog.com/post/2006/11/09/-discriminacion-y-abandono-ancianos-maika
Maltrato, abuso y
violencia
Cualquier acto u omisión que produzca
daño, intencionado o no, practicado sobre personas adultas
mayores de 60 años ó más, que ocurra en el
medio familiar, comunitario o institucional, que vulnere o ponga
en peligro su integridad física o psíquica,
así como el principio de autonomía o el resto de
derechos fundamentales del individuo, constatable objetivamente o
percibido subjetivamente.
Caritas del perú. Problemática del abuso y
maltrato del adulto mayor en la sociedad. Recuperado el 17 de
octubre del 2009 de
http://www.gerontologia.org/portal/archivosUpload/Caritas_Peru_ponencia_maltrato_al_adultomayor.pdf
Tipos de abusos y maltratos
El abuso físico está definido como
actos de violencia que causan dolor, daño o
lesión, deterioro o enfermedad, e incluye ataduras,
empujones, alimentar por la fuerza y uso inapropiado de
restricciones físicas o medicación.El psicológico o emocional es la conducta que
causa angustia mental; por ejemplo, amenazas, insultos
verbales y no verbales, aislamiento y
humillación.El financiero es el abuso del dinero o bienes de la
persona anciana para ganancia personal del abusador; es como
actuar como un ladrón (dinero, cheques de seguridad
social, pensiones), o también haciendo uso de la
coerción (cambio de testamento o concesión de
poderes).El abuso por negligencia es el fallo de la persona
que está al cuidado del anciano, para satisfacerle las
necesidades básicas de la vida diaria, y esa
negligencia puede ser física, emocional o financiera.
La física puede ser el fallo para entregarle de los
lentes, la dentadura, las medidas de seguridad y la higiene;
la negligencia emocional incluye aquellos fallos para proveer
al anciano de estimulación social, como por ejemplo,
dejarlo solo por largos períodos; y la negligencia
financiera se produce con los fallos para usar los recursos
disponibles para restaurar o mantener el bienestar del
anciano.El abuso sexual está definido como el
contacto íntimo no consensual, o la exposición
o alguna otra actividad cuando el anciano es incapaz de dar
su consentimiento.Existe también el llamado abuso por
negación, que es una conducta del anciano que
compromete su salud y seguridad; puede ser ejemplificado por
un adulto viejo que rehúsa la necesidad de ayuda en
varias actividades diarias.
En la categoría de misceláneos se incluyen
otros tipos de abuso como la violación de los derechos de
la persona en cuanto a su dignidad y autonomía, el abuso
médico y el abandono.
La prevalencia de casos de abuso en el
anciano no es fácil de obtener debido a algunos factores
como el miedo al desquite, la vergüenza, el sentimiento de
culpa, la incapacidad de responder cuestionarios o la presencia
de demencia. En cuanto a la clasificación social, se sabe
que ocurre en todas las razas, religiones y nivel
socioeconómico. Igualmente, según el sexo, las
mujeres son clásicamente las víctimas del abuso,
además reportan los hechos más que los hombres, y
en ellas la severidad del daño es típicamente
mayor. Rita Campillo Motilval (2002, abril). Violencia con el
anciano. Recuperado el 19 de octubre del 2009 de
http://bvs.sld.cu/revistas/mgi/vol18_4_02/mgi1542002.htm
La población de adultos mayores, principalmente
los que viven en la pobreza, han recibido muy poca
atención por parte de investigadores, prestadores de
servicios y diseñadores de políticas
públicas. Existe un limitado número de estudios que
se han enfocado en la relación entre envejecimiento,
género y pobreza. Sobre todo la inequidad persistente a
nivel mundial en el acceso a oportunidades para una mejor calidad
de vida entre las mujeres ancianas que viven en pobreza. Las
inequidades del envejecimiento y el género están
íntimamente vinculadas con la pobreza a través de
una interrelación muy compleja, la cual debe ser entendida
como el resultado de una secuencia de acciones y experiencias
sociales diferenciadas por sexo que se inicia en edades tempranas
y que culminan en la vejez. En el mundo, las mujeres
añosas tienden a vivir en pobreza más que los
hombres, y el crecimiento de este grupo poblacional con grandes
desventajas sociales continúa aumentando de manera
importante.
Inequidad de género
El género debe entenderse como una
construcción social no natural que permea todos los
rincones del tejido de una sociedad y se refiere al conjunto de
características, oportunidades y expectativas que un grupo
social asigna a las personas y que éstas asumen como
propio, basándose en sus características
biológicas, en su sexo. Los roles de género se
construyen desde la infancia a través de la crianza y la
educación escolar y familiar, y determinan las actitudes y
conductas de hombres y mujeres en la sociedad. De esta forma, el
nivel de bienestar de las mujeres y los hombres en la vejez es
resultado de la trayectoria de vida que siguieron, así
como del contexto social, económico e institucional que
los rodeó. De acuerdo con esto, los hombres y las mujeres
en la vejez se encuentran en diferentes estados de vulnerabilidad
de acuerdo con el rol social y cultural y el nivel de
protección institucional que la sociedad les otorga.
Históricamente, la falta de reconocimiento de las
relaciones de género como característica
fundamental de la jerarquía social ha actuado como una
eficiente barrera para abordar adecuadamente los problemas de
equidad que enfrentan los hombres y las mujeres, principalmente
en la vejez. Las mujeres en edad de la vejez tienden más a
vivir sin una pareja que los hombres. Esto se da como resultado
parcial de que, como ya se mencionó anteriormente, en
promedio las mujeres vivan más años que los
hombres.
Además, las mujeres tienden a formar uniones con
hombres de mayor edad que ellas, y tienden menos que los hombres
a formar nuevas uniones en casos de viudez, separación o
divorcio. Por ello, durante la vejez, más mujeres que
hombres se encuentran sin pareja, lo que las coloca en una
situación vulnerable, tanto desde el punto de vista
económico como social. Dicha vulnerabilidad por la falta
de una pareja se observa sobre todo en países en
desarrollo, donde la participación de las mujeres ancianas
en la vida social y económica ha sido sumamente limitada,
y su rol social depende, en gran medida, de su situación
como hija, esposa o madre a lo largo de su vida. Salud
pública de México (2007, abril). Género
y pobreza: determinantes de la salud en la vejez. Recuperado el
17 de octubre de
http://www.scielosp.org/pdf/spm/v49s4/v49s4a11.pdf
Seguridad social y
económica
Dado que la vejez es una etapa de la vida caracterizada
por la disminución de actividades en gran medida
laborales, implica también una disminución de los
ingresos.
En los países en desarrollo sólo una
minoría de los ancianos cuenta con los beneficios de un
sistema de jubilación. La inseguridad económica es
un problema que afecta a todos los ancianos, pero particularmente
a aquellos que desarrollaron actividades laborales en el sector
informal y que no cotizaron para recibir una jubilación o
una pensión en la vejez. Las mujeres ancianas están
sobrerepresentadas en este grupo de adultos mayores que no
reciben ingresos. Debido a los roles de género
tradicionales, las mujeres tienen menos probabilidad de trabajar
para generar ingresos y ahorros que les permitan solventar sus
necesidades económicas en la vejez. Por ello, las ayudas
familiares se hacen necesarias para apoyar a los adultos
mayores.
Acceso a los servicios de
salud
El difícil acceso de los adultos mayores a los
servicios de salud no solo se debe a problemas financieros, sino
también a la insuficiente de infraestructura de la
comunidad, a las condiciones geográficas,
demográficas y socioeconómicas, al poco
conocimiento de esta población acerca de la salud, a las
particularidades de la cultura dominante, al desconocimiento de
la población acerca del envejecimiento, entre otros. La
diversidad de temas relacionados con la salud de los adultos
mayores indica que las causas de esas desigualdades son
multifactoriales. Revista Panamericana de Salud Pública
(2006, 6 de junio). Problemas de salud de los adultos mayores en
una población de la frontera entre México y los
Estados Unidos. Recuperado el 20 de octubre de
http://www.scielosp.org/scielo.php?pid=S1020-892006000600010&script=sci_arttext
Así también en muchos países, el
acceso a los servicios de atención a la salud está
determinado por la participación en el mercado laboral en
el sector formal. En los países en desarrollo, las mujeres
que han trabajado toda su vida para generar ingresos,
generalmente, se incorporan a la economía informal y no
cotizan en las instituciones que aseguran una vejez libre de
problemas o, por lo menos, que otorgan servicios de la salud en
la senectud. Para Además, tradicionalmente, las mujeres
usan los servicios de salud con mayor frecuencia que los hombres
a lo largo de su vida, debido a las necesidades de
atención derivadas por la reproducción y el cuidado
de los hijos.
Esta característica puede colocarlas en una
posición ventajosa ante los hombres, ya que a edad
avanzada, cuando la salud requiere mayor atención, las
mujeres pueden estar más familiarizadas con el manejo de
su propia enfermedad que los hombres. Salud pública de
México (2007, abril). Género y pobreza:
determinantes de la salud en la vejez. Recuperado el 17 de
octubre de
http://www.scielosp.org/pdf/spm/v49s4/v49s4a11.pdf
Institucionalización
El modelo de familia se ha modificado, pero sigue
constituyendo el soporte principal de los seres humanos. Sin
embargo siempre han existido personas necesitadas de la
protección social, bien por la falta de una familia,
porque esta no se encuentra en las condiciones de brindarles la
atención especial que requieren. Las causas que llevan a
una persona a trasladarse a una casa a un asilo o residencia son
diferentes: se ha atribuido factores físicos y
psicológicos como tener un carácter dependiente o
no tener una persona que lo atienda, experimentar pérdidas
físicas, económicas o sociales. Sin embrago ciertos
estudios han determinado que la decisión de internamiento
se da por la interacción de tres variables: a) el
creciente deterioro físico, b) la incapacidad o falta de
voluntad de las personas con quienes convive para prestarle la
debida atención al anciano que los necesita, c) la falta
de servicios comunitarios que ayuden a mantener una vida
independiente.
No es la falta de salud la variable determinante para la
institucionalización de las personas, sino la falta de
apoyo social.
Por otro lado, las propias personas ancianas prefieren,
en cierto caso, mantener su independencia frente a sus hijos
(as), siendo muchas veces la institucionalización la
alternativa que hace posible esta decisión. La familia es
el primer recurso que utilizan y desean utilizar las personas
ancianas cuando por viudez, falta de salud, escasez de recursos,
precisan del apoyo ajeno.
En general las familias así como los mismos
adultos mayores recurren a la institucionalización cuando
la situación resulta difícil de
sobrellevar.
Institucionalización de personas ancianas: un
reto sociológico. Recurado el 14 de octubre del 2009 de.
http://dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=758587
Ausencia de confidentes:
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |