Marcadores motores para una batería de pruebas físicas para el proceso de selección de los atletas (página 2)
A modo de resumen, es importante destacar que coincidimos con los criterios de Ozolin (1983) y Verjoshanski (1990) cuando plantean que las posibilidades de mejorar la velocidad son ilimitadas y cobra un gran significado, la educación, la enseñanza y el desarrollo, auque reconocemos las importancia e incidencia de los caracteres hereditarios en la rapidez, así como el condicionamiento del desarrollo neuromuscular en la misma.
La labilidad muscular es la capacidad del tejido neuromuscular de responder a un número determinado de estímulos en la unidad de tiempo, por lo que en la medida que el tejido muscular sea capaz de dar respuesta a un mayor número de órdenes emanadas del sistema nervioso central, mayores serán las potencialidades de ser rápido.
El tiempo que demora el impulso nervioso en pasar de una neurona a otra se denomina tiempo sináptico, por lo que mientras menor sea este tiempo, más rápida llegará la respuesta a los músculos y en consecuencia se podrá mostrar mayor rapidez.
El organismo posee un sistema de regulación de la acidez o alcalinidad de la sangre llamado sistema Buffer que juega un papel fundamental cuando se ejecutan actividades rápidas con procesos anaerobios lactácidos en función de neutralizar la acidez producto del aumento del ácido láctico en sangre.
Hasta aquí, podemos darnos cuenta del papel que juega el sistema nervioso, así como la influencia del factor genético en la rapidez, de ahí que a la hora de seleccionar marcadores motores nos inclinemos en primer orden por aquellos donde se manifiesten características del potencial nervioso individual como en el caso de los tramos cortos donde están presente la aceleración y velocidad máxima, así como aquellos donde el corredor muestre el desarrollo del sistema Buffer para neutralizar la acidez, no obstante los factores del medio son los que determinan en mayor medida el desarrollo de la rapidez.
El entrenamiento por área funcional es de vital importancia en el entrenamiento moderno, entendemos por el mismo la aplicación de cargas determinadas de trabajo, las cuales provocan modificaciones funcionales específicas.
En la actualidad, se reconoce la íntima conexión entre el ámbito cardiovascular – respiratorio con la musculatura: tanto el uno como el otro actúan aeróbica o anaeróbicamente, según el nivel de exigencia y en forma paralela. Para mantener la actividad muscular es necesaria la producción inmediata y reemplazo del ATP. Existen tres sistemas disponibles para proporcionar la energía necesaria para resintetizar el ATP. Esos sistemas son dependientes, tanto de la intensidad como de la duración del ejercicio. Siempre es la descompensación del ATP en ADP y en un grupo fosfato el que proporciona la energía final para el proceso biológico. Los tres sistemas de obtención de la energía son:
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