- Introducción
- Objetivo
- La lluvia
ácida - Origen
- Causas de la lluvia
ácida - Consecuencias
provocadas por la lluvia ácida - Azufre como
contaminante - Nitrógeno
como contaminante - Fuentes de
emisión de la lluvia ácida - ¿Qué
actividades humanas originan la emisión de estos
gases? - Lluvia
Ácida: Un Problema Regional - Acidificación del medio: procesos en la
atmósfera, suelo y agua - Efectos
- ¿Qué
daños origina la lluvia
ácida? - Efectos sobre la
salud humana - Efecto de la
acidificación sobre los bosques - Efectos sobre la
fauna y flora - Efectos sobre las
aguas subterráneas - Reducción
de la contaminación - Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
La lluvia ácida y otros tipos de precipitación
ácida como neblina, nieve, etc. han llamado recientemente
la atención pública como problemas
específicos de contaminación atmosférica
secundaria; sin embargo, la magnitud potencial de sus efectos es
tal, que cada vez se le dedican más y más estudios
y reuniones, tanto científicas como políticas ya
que en la actualidad hay datos que indican que la lluvia es en
promedio 100 veces más ácida que hace 200
años. De una manera natural, el bióxido de carbono,
al disolverse en el agua de la atmósfera, produce una
solución ligeramente ácida que disuelve con
facilidad algunos minerales. Sin embargo, esta acidez natural de
la lluvia es muy baja en relación con la que le imparten
actualmente los ácidos fuertes como el sulfúrico y
el nítrico, sobre todo a la lluvia que se origina cerca de
las zonas muy industrializadas como las del norte de Europa y el
noreste de los estados unidos.
La lluvia ácida es una forma de contaminación
causada por la emisión de bióxido de azufre y
óxidos de nitrógeno a la atmósfera.
Más del 90% del azufre y del 95% de las emanaciones de
nitrógeno se originan de las actividades humanas. Estos
contaminantes primarios del aire, se derivan del uso del
carbón en la generación de electricidad, la
fundición de metales, y el uso de combustibles
fósiles en vehículos automotrices. Una vez
liberados a la atmósfera, estos contaminantes pueden
transformarse químicamente en contaminantes secundarios,
tales como el ácido nítrico y el ácido
sulfúrico, los cuales se disuelven fácilmente en el
agua. Las gotitas de agua ácida resultantes pueden ser
arrastradas grandes distancias por los vientos dominantes,
precipitándose luego como lluvia ácida, nieve
ácida, o niebla ácida. Los científicos han
descubierto que la contaminación aérea resultante
de la quema de combustibles fósiles es la mayor fuente de
lluvia ácida. Las sustancias químicas principales
en la contaminación aérea que generan lluvia
ácida son el bióxido de azufre y los óxidos
del nitrógeno. La lluvia ácida comienza
regularmente en las nubes altas, donde el bióxido de
azufre y los óxidos de nitrógeno reaccionan con el
agua, el oxígeno, y los agentes oxidantes. Esta
combinación forma una solución caliente de
ácido sulfúrico y de ácido nítrico.
La luz del sol amplifica la velocidad de estas reacciones. El
agua de lluvia, la nieve, las nieblas, y otras clases de
precipitaciones que contengan esas soluciones calientes de
ácidos sulfúrico y nítrico, caen a la tierra
en forma de lluvia ácida. Cerca del 40% de los
óxidos de nitrógeno son generados por los medios de
transporte(coches, camiones, autobuses, y trenes), así
como cerca del 25% en los generadores termoeléctricos, y
del 35% a partir de otras combustiones, como por ejemplo, las
industriales, las comerciales y las domésticas (del
hogar). La vegetación y las cosechas naturales son
dañadas por la lluvia ácida, pues inhibe la
germinación y la reproducción de las plantas,
acelera la erosión de la tierra y extrae los nutrientes
del suelo. Además, hace más solubles a los
elementos tóxicos, por ejemplo el aluminio. Altas
concentraciones de aluminio en el suelo pueden detener la
absorción y el metabolismo de los nutrientes por las
plantas.
Objetivo
Con respecto a las medidas a tomar para evitar la
acidificación de las aguas, la solución a largo
plazo es la reducción de las emisiones. Con respecto las
medidas a corto plazo tenemos la neutralización de lagos y
demás corrientes de aguas, mediante el agregado de una
base, lo que provoca un aumento de pH. La acción anterior
causa la precipitación de aluminio y otros metales que
luego sedimentan en el fondo y además está
relacionado con la disminución en los niveles de mercurio
en los peces.
Si bien la medida antes mencionada permite restituir las
condiciones de vida de flora y fauna en esas aguas, aparecen
problemas por la acumulación de metales tóxicos en
los lechos de los cursos. Con respecto a las aguas
subterráneas la acidez se puede combatir colocando un
filtro de carácter básico cerca del fondo del pozo
para que actúe como neutralizante. Alternativamente el
suelo cercano a la zona del pozo puede ser tratado con una
sustancia básica. Peor si solo se desea contrarrestarse la
corrosión, esto puede ser realizado mediante la
sustitución del cobre por otro material menos susceptible
en la construcción de las cañerías.
Este tipo de soluciones, como dijimos al principio son
efectivas para un corto periodo de tiempo y por lo general son
caras, teniendo en cuenta que quien las paga no fue quien
realmente causó el problema. Para lograr el objetivo de
limitar las emisiones se debe usar la tecnología
más adecuada para la combustión así como de
limpieza de los gases desprendidos.
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