c) La tercera característica de la vida
es la inmanencia. Esta palabra procede del latín
in-manere, que significa permanecer en. Inmanente es lo que
se guarda y queda dentro. Por ejemplo: nutrirse, crecer,
leer, llorar, dormir son operaciones inmanentes, que quedan
para el que las ejecuta, aunque puedan ser vistas desde
fuera. Lo que es uno lo es por tener algo propio, por tener
un dentro. Las piedras, en cambio, no tienen un dentro. Para
el viviente vivir es ser, en unidad, con un mundo
interior.
d) La cuarta característica podemos
llamarla autorrealización. Lo vivo se distiende a lo
largo del tiempo hacia una plenitud de desarrollo y hacia la
muerte. Ningún viviente esta acabado en el nacimiento,
sino que protagonizan un proceso (crecer, reproducirse,
morir) que tiene cierta estructura de proyecto: hay un
despliegue; un hacerse efectiva la potencia, un crecimiento.
Es decir, los seres vivos tienen fin, perfección,
plenitud. Vivir es crecer.
e) Por ultimo, la vida tiene un ritmo
cíclico y armónico; es decir, su movimiento se
repite, vuelve una y otra vez a empezar, y se va desplegando
a base de movimientos repetidos, cuyas partes están
internamente proporcionadas unas con otras, hasta formar un
todo unitario, una armonía que los clásicos
llamaban cosmos.
1.2. Definición de la Vida
Según Verneaux explica que la primera tarea que
se impone es formarse una concepción de la vida, es decir,
forjar un concepto o una definición. Nuestro único
camino consistirá en partir de la observación de
los seres en los que la vida es manifiesta, ya que seria un mal
método empezar por aquellos de los que no se sabe de
cierto si viven o no; su caso solo puede dilucidarse si
previamente se tiene una noción precisa de la
vida.
1.2.1. Punto de Vista
Científico
Se ha encontrado algunas definiciones defectuosas. Por
ejemplo: "La vida es el conjunto de los fenómenos comunes
a todos los seres vivientes" (Dastre). O también: "La vida
es el conjunto de las funciones que resisten a la muerte"
(Bichat). Pero el mas cercano a una definición de la vida
es Claude Bernard que dice: "La vida por sus operaciones
características, mostrando que estas operaciones son
propias del ser vivo. Son la organización, la
nutrición, la reproducción, la conservación
y la evolución".
La primera es sin duda la fundamental, hasta el punto
que a menudo se toman como equivalentes las expresiones "cuerpo
vivo" y "cuerpo organizado".
La organización consiste en la
diferenciación de las partes y la coordinación de
las funciones: un cuerpo vivo esta constituido por órganos
diferentes que concurren al bien del conjunto. La
nutrición, o asimilación, es la
transformación de una substancia inerte en la substancia
misma del ser vivo. La reproducción es una división
de células que culmina en un nuevo organismo semejante al
primero.
1.2.2. Punto de Vista
Metafísico
La metafísica explica que el ser vivo se mueve
porque una parte del organismo traslada una sensación de
movimiento hacia otra parte del cuerpo, puesto que esta
organizado y comporta diferentes órganos; pero son partes
del mismo ser, de modo que al considerarlo en su conjunto, su
acción queda en él.
1.3. Operaciones Vitales del Ser Vivo
Según García y Ángel (2003) definen
que la psicología experimental, uno de los primeros
conocimientos que adquiere el niño de pocos meses de vida
es la distinción entre los seres vivos y los demás
objetos. ¿Qué diferencia al ser vivo del inanimado?
El conocimiento espontáneo nos advierte de algunas
diferencias entre estos dos mundos, aunque en ocasiones la
frontera entre lo inerte y lo animado no es del todo clara. Para
delimitar la frontera entre lo animado y lo inanimado se suele
acudir a la descripción de una serie de rasgos que
caracterizan al ser vivo.
1.3.1. Automovimiento
El movimiento es un hecho que afecta a todo ser
material; pero ese movimiento puede proceder de otro ser o bien
proceder de un principio intrínseco (automovimiento).
Podemos decir que vivir es, en primer lugar, moverse a uno mismo:
lo vivo es aquello que tiene dentro de sí mismo el
principio de su movimiento, lo que se mueve "solo", es decir, sin
necesidad de un agente externo que lo impulse. Se puede
añadir a esto que vivir es un modo de ser, porque esta
característica del automovimiento afecta radicalmente a
quien la tiene, de tal modo que "para los vivientes, vivir es
ser".
1.3.2. Unidad
La unidad, es decir, la cohesión interna entre
las partes, es una propiedad que poseen todos los seres.
Así lo enseña la Metafísica: todo ente, en
la medida en que es posee una unidad intrínseca. Pero la
unidad admite grados. "Aunque se admita la existencia de
substancias en el mundo no vivientes, es claro que la
noción de substancia se realiza de modo primario en lo
vivientes, que tienen una unidad y una individualidad
especialmente fuertes". Una piedra posee unidad, pero su unidad
es pequeña: basta un golpe certero para que se convierta
en dos o más piedras. En los seres vivos, esa unidad entre
las partes es mayor.
Podemos, en efecto, dividir al ser vivo: pero el
resultado no suele ser la obtención de dos o más
seres vivos, sino más bien su destrucción. La
cohesión interna de las diversas partes del viviente es
tan fuerte que si se pierde esa unidad el ser vivo desaparece
como tal. Las piedras son "unas" en mucha menor medida que los
animales, porque no se cuentan por su numero, sino por su peso.
En cambio, los seres vivos, las cabezas de ganado por ejemplo, se
cuentan por su numero, es decir, por sus individuos por que el
individuo es todo él.
En otras palabras, los seres vivos no pueden dividirse o
partirse sin que mueran. Incluso los organismos que se reproducen
por bipartición originan dos individuos nuevos, diferentes
al original.
1.3.3. Organicidad
La unidad de los seres vivos no significa uniformidad;
es decir, las partes que componen el ser vivo no son
homogéneas, a diferencia de lo que ocurre en los seres
inertes. Espontáneamente se capta que los seres inertes
poseen escasa diferenciación interna, de tal modo que cada
parte que integra la substancia material posee
características semejantes. Si partimos una roca los
pedazos resultantes son por igual piedras sustancialmente iguales
unas a otras. Pero los seres vivos son organismos, es decir,
poseen una organización interna no homogénea: cada
parte cumple una función en el todo. Los seres vivos "son
sujetos claramente diferenciados de otros, que poseen partes
organizadas de modo cooperativo en un organismo que tiene sus
propias necesidades, metas y tendencias. El dinamismo propio de
los vivientes incluye la actividad de diferentes partes que
cooperan en la realización de las metas del viviente:
estas partes realizan funciones que se integran de modo unitario,
cooperando en el mantenimiento, desarrollo y reproducción
del organismo.
1.3.4. Inmanencia
Esta palabra procede del latín in-manere, que
significa "permanecer en", es decir, "quedar dentro", "quedar
guardado". Aristóteles en su libro de la Metafísica
distingue dos tipos de operaciones:
a) Las operaciones transeúntes
son aquellas cuyo fin y efectos permanecen fuera del sujeto
que realiza la acción.b) Las operaciones inmanentes, por el
contrario, son las operaciones cuya causa y efectos
permanecen en el sujeto.
1.4. Naturaleza del Ser Vivo
Según Verneaux explica que es clásico y
cómodo presentar la doctrina tomista con relación a
dos errores modernos inversos el uno del otro.
Pero debemos guardarnos de presentarla como un "justo
medio" o como una síntesis, ya que, históricamente,
las doctrinas modernas son productos de descomposición de
la doctrina tomista.
1.4.1 El Vitalismo de la Escuela de
Monpellier
La idea general es esta: Las actividades de un ser vivo
no tienen nada en común con las de los cuerpos brutos, no
están sometidas a las leyes comunes de la física y
de la química. El ser vivo esta, pues, constituido por un
"principio vital" que ejerce "fuerzas vitales", de naturaleza
inmaterial. Es una substancia distinta del cuerpo. La materia y
la vida están yuxtapuestas.
1.4.2 El Mecanismo
Su tesis general es que todo, en un ser vivo, es
reductible a las leyes fisicoquímicas. Todo se explica
"mecánicamente", es decir, por movimientos y según
la causalidad eficiente. En consecuencia, se esfuerzan en
demostrar que la organización no es mas que un mecanismo
complejo, que los fenómenos de irritabilidad, de tropismo,
de cambio de lugar, son solamente fenómenos
mecánicos, químicos o eléctricos, que la
generación es solo una consecuencia de la nutrición
y que la nutrición es una serie de reacciones
químicas.
1.4.3 El Vitalismo Aristotélico
Ha sido rehabilitado por Claude Bernard y el
neovitalismo contemporáneo, cuyos principales
representantes son, en Alemania, H. Driesch y, en Francia,
Cuento. Sus principales tesis son las siguientes:
1. Los cuerpos vivos están sometidos a
las leyes comunes de la materia bruta. Esta es la verdad del
mecanicismo, y el vitalismo resulta insostenible si la
niega.2. Pero el ser vivo presenta ciertos
fenómenos irreductibles a las leyes de la materia e
inexplicables mecánicamente: la inmanencia, la
finalidad interna de las operaciones. No es este un acto
separarlo, aislado, es un aspecto de las actividades vitales.
El punto de discusión es, pues, la existencia de la
finalidad en el ser vivo.
1.5. El Alma Humana: Principio Vital y
Forma
Según Yepes y Aranguren definen que la
noción de alma en la tradición aristotélica
y en parte de la filosofía analítica, no es
dualista.
1.5.1 Concepto del Alma
Es un concepto fundamentalmente biológico, pues
designa lo que constituye a un organismo vivo como tal,
diferenciándolo, de los seres inertes, inanimados o
muertos. En ella se afirma que también las plantas y los
animales tienen alma, pues es evidente que también ellos
se distinguen de lo inerte. Una botella de plástico y un
rosal son seres que se comportan de modos muy diversos: el
segundo se mueve a si mismo, tiene cierta unidad y cierto
proyecto (crece).
La botella de plástico, sencillamente, se queda
pasmada en su quietud. En ella no hay vida (en realidad ya es
bastante difícil afirmar que una botella tenga identidad
alguna: apenas tiene entidad). Así, "un cuerpo animado, no
es un cuerpo mas un alma, sino un determinado tipo de
cuerpo".
En primer lugar, alma no se opone a un cuerpo. Sucede
más bien que el ser vivo tiene dos dimensiones: una
materia orgánica y un principio vital que organiza y
vivifica esa materia. Ese principio vital, aquello por lo cual un
ser vivo esta vivo, es el alma: "el primer principio de vida de
los seres vivos", lo que les hace ser y ser lo que
son.
El alma es, por tanto, el principio vital de los seres
vivos; la forma del cuerpo; la esencia del cuerpo
vivo.
1.5.2. Posturas: Concepciones del Alma
1.5.2.1. Dualidad
Según Yepes y Aranguren señalan que el
hombre tiene una constitución dual. Así se presenta
también la vida humana (vida-muerte, noche-día,
sueño-vigilia, altura-profundidad, juego–trabajo,
amor-odio, sujeto-objeto, bien- mal, gozo-dolor, hombre-mujer,
izquierda-derecha, etc.). Hay siempre una dualidad y duplicidad
de dimensiones, de ritmos, de tiempos, de situaciones.
1.5.2.2. Dualismo
Hay una visión del hombre, muy extendida, que
conlleva una exageración de este rasgo básico de la
vida humana.
Esta visión convierte la dualidad en dualismo al
acentuar excesivamente uno de los dos polos, de modo que terminan
separándose y oponiéndose.
Principalmente, en la cuestión que nos interesa,
el dualismo opone cuerpo-alma, materia-espíritu, de modo
que la separación de ambos parece irrevocable, llegando
incluso a convertirse en franca oposición. El cuerpo y el
alma, dice el dualismo, son dos realidades separadas, que se
deben explicar separadamente. Así, se presentan como dos
elementos diferentes u contrapuestos que se yuxtaponen sin
unirse, del mismo modo en que las peras no hacen unidad con las
manzanas aunque se encuentren en el mismo frutero. Por un lado
estará la materia, el cuerpo, y por oro, el alma, el
espíritu. O, en expresión de Descartes, hay que
distinguir entre res cogitans y res extensa, sustancia
pensante y sustancia material.
CAPITULO II:
Los grados de la
vida
2.1. La Vida Vegetativa
Según Yepes y Aranguren explican que propia de
las plantas y todos los animales superiores a ellas. Tiene tres
funciones principales: la nutrición, el crecimiento y la
reproducción. En la primera, lo inorgánico exterior
pasa a formar parte de la unidad del ser vivo. La
nutrición se subordina al crecimiento. La
reproducción consiste en ser capaz de originar otro ser
vivo de la misma especie. Es decir, de hacer que la especie sea
inmortal, ya que el individuo no puede serlo. "En la escala de la
vida, la relevancia del individuo y su independencia frente a la
especie es cada vez mayor hasta llegar al hombre, en el que la
relevancia de la autorrealización individual excede
plenamente a la de la especie".
Según Verneaux dice que hay pocas cosas que
añadir respecto de la vida vegetativa. Bastarán
cuatro afirmaciones.
2.1.1. El Vegetal es un Ser Vivo
Aunque su vida sea menos manifiesta que en el animal, no
obstante, puede descubrirse por sus operaciones
características: organización, nutrición,
reproducción, etc.
2.1.2. El Vegetal tiene un alma
La cuestión ya esta decidida. Si el vegetal es un
ser vivo, tiene un alma, que es su forma o su principio de vida.
Esta alma es inmaterial, está presente en todas las partes
del organismo porque las vivifica.
2.1.3. El alma vegetal no es
espiritual
Llamamos espiritual a un ser cuya existencia no depende
de la materia. Ahora bien, el vegetal no presenta ninguna
operación a la que no concurra intrínsicamente la
materia. Aunque sus operaciones estén finalizadas,
inmanentes en un sentido amplio, son materiales, las realiza un
órgano.
2.1.4. El alma vegetal no es
subsistente
Ello deriva de que no es espiritual. Desaparece, muere,
deja de existir en el momento en que el cuerpo esta desorganizado
mas allá de un cierto punto en el que ya no es apto para
vivir.
Hay que dividir, pues, las nociones de alma y
espíritu, y concebirán nivel de ser intermedio
entre la pura materia y el espíritu; si esto nos resulta
difícil, es solo en razón de la herencia
cartesiana. El mismo problema se plantea, además, para el
animal. En cuanto a la desaparición del alma, se concibe
bastante bien por analogía con la desaparición de
las formas sensibles. Cuando se rompe una esfera de cristal,
desaparece su forma redonda, porque solo existía en
dependencia de un cierto estado de la materia. Igualmente, cuando
se corta un árbol, su principio de vida desaparece, porque
solo existía mediando una cierta organización del
árbol.
2.2. La Vida Sensitiva
Según Yepes y Aranguren el segundo grado es la
vida sensitiva, que distingue a los animales de las plantas. La
vida sensitiva consiste en tener un sistema perceptivo que ayuda
a realizar las funciones vegetativas mediante la captación
de diversos estímulos: lo presente, lo distante, lo pasado
y lo futuro.
En cuanto son captados, esos cuatro tipos de
estímulos provocan un tipo u otro de respuestas. La
captación se realiza mediante la sensibilidad (externa e
interna). La estimulación captada a través de la
vida sensitiva produce una respuesta: el instinto, que es la
tendencia del "organismo biológico a su objetivos
más básicos mediada por el conocimiento", por
ejemplo el hambre o la pulsión sexual.
2.2.1. La Sensibilidad y las Funciones
Sensitivas
Según Yepes y Aranguren la sensibilidad que
llevamos a cabo el conocimiento sensible y esta compuesta por los
sentidos externos y los internos. "La vida sensitiva se
caracteriza por estar regida por el conocimiento y el apetito de
lo real concreto". La sensibilidad es la forma más
elemental de conocimiento.
Daremos, en primer lugar, una definición
intuitiva del conocimiento:"conocer es el modo mas intenso de
vivir". Cuando se conoce algo, se vive mucho mas, porque al
poseerse lo que se conoce se "dilata" el propio vivir, se es mas.
"Vivir conociendo es vivir mucho mas". Y se conoce porque a
nuestro principio activo (el alma) le "sobra" actividad y fuerza,
de modo que no se limita a informar el cuerpo, sino que es capaz
de abrirse a otras realidades sin perder por ello la
formalización que realiza en el cuerpo: "los sentidos
reciben la forma sensible de las cosas sin recibir su
materia".
Conocer es una posesión inmaterial de la forma de
otra cosa sin perder por elo la propia forma y sin afectar a la
forma de lo conocido. Esta apropiación se llama
intencionalidad. La actividad cognoscitiva comienza por los
sentidos externos, cuyo acto es la sensación. Esta
actividad se continúa en los sentidos internos, cuyos
actos son la percepción, la imaginación, la
estimación y la memoria. Ahora se mostraran muy brevemente
las características de los diferentes actos cognoscitivos
que forman la sensibilidad externa e interna.
2.2.1.1. Sensación
La sensación capta cualidades sensibles o
accidentes particulares de los cuerpos, pero no la naturaleza,
esencia o totalidad de ellos. Son por así decirlo,
"aspectos" de esos cuerpos que impresionan nuestros sentidos
externos: el ruido de un motor, el azul del cielo, etc. Esas
cualidades son "captadas" por un "receptor especializado", que es
el sentido externo respectivo (vista para el color, oído
para el sonido, olfato para el olor, gusto para el sabor y tacto
para las características físicas del propio cuerpo
o del cuerpo de otro).
2.2.1.2. Percepción
Las sensaciones no se dan aisladas, sino relacionadas
unas con otras, integradas en la percepción. La
percepción es una actividad cognoscitiva que lleva a cabo
la unificación de las sensaciones mediante una
síntesis sensorial. El ruido de un motor, mas el olor a
gasolina, mas una forma características, nos hace percibir
que se trata de un coche. Mediante la percepción se captan
también los llamados sensibles comunes: número,
movimiento o reposo, figura, magnitud o cantidad, que son
cualidades que se perciben por varios sentidos a la
vez.
La percepción, llevada a cabo por lo que la
tradición clásica llama sentido común,
unifica las sensaciones y las atribuye a un único objeto,
que se percibe como sujeto de las distintas cualidades sensibles
primarias y secundarias. Percibo un coche porque unifico mis
sensaciones y las atribuyo a un único objeto
percibido.
2.2.1.3. Imaginación
El archivo de las percepciones es la imaginación,
que puede reproducir objetos percibidos (imaginar un caballo o un
hombre) y elaborar nuevas síntesis sensoriales no
percibidas, sino puramente imaginadas (imaginar un
centauro).
La creatividad de la imaginación puede acentuarse
en determinadas personas o determinadas culturas, e incluso caer
en la exageración: vivir en la ilusión de una
apariencia, no queriendo reconocer que las imágenes que
nos hacemos sobre cosas o sobre personas son falsas, o parciales.
Tendemos a imaginar todo lo que pensamos y sentimos, porque no
podemos conocer el mundo si no es a través de la
sensibilidad: no afrontamos demasiada realidad "de cara", porque
el hombre no esta hecho para eso. Por eso nos solemos expresar
por medio de metáforas, incluso en las conservaciones que
pretendemos que sean mas científicas. La metáfora
es la conversión de la imaginación en lenguaje, y
una clara señal del carácter encarnado del
espíritu humano. Nuestro discurso racional va
acompañado por representaciones imaginativas. Y es que, la
creatividad humana es un uso inteligente de la
imaginación.
2.2.1.4. Estimación
La estimación "consiste en poner en
relación una realidad exterior con la propia
situación orgánica" y la propia vida. Preferir algo
a otra cosa (una hamburguesa antes que un plato de coles) es una
estimación, porque en ella realizo una valoración
de mi relación respecto a esas realidades: percibo si me
gusta, si me apetece, si me conviene.
En consecuencia, se puede afirmar que la
estimación es una cierta anticipación del futuro:
rige el comportamiento que voy a tener respecto del objeto
valorado.
Así, por ejemplo, un cordero estima poco
conveniente la permanencia frente a un lobo antes de que este se
decida a depredar un rato sobre él. Y se aleja no por
motivos estéticos (que no los tiene, la belleza o fealdad
del lobo no son determinantes en su conducta), sino porque estima
que el futuro será incierto al lado del lobo. Si no
tuviera estimativa, siempre caería bajo sus fauces. No
sentiría miedo, no viviría en alerta, pero tampoco
podría sobrevivir: mediante la estimativa se adquiere
experiencia sobre las cosas y sobre como comportarse frente a
ellas. Si ya me ha ocurrido algo que me agradó (o
viceversa), ya puedo adelantar lo que acaecerá en una
circunstancia similar. La estimativa hace que no sea necesario
repetir de los paltos que no gustan.
2.2.1.5. Memoria
La memoria conserva las valoraciones de la estimativa y
los actos del viviente. Retiene la sucesión temporal del
propio vivir. La memoria tiene base orgánica, y puede ser:
sensible (cerebralmente localizable) e intelectual (cerebralmente
no localizable, al menos en parte).
Tiene una importancia portentosa en la vida humana, pues
es la condición de posibilidad del descubrimiento y
conservación de la propia identidad y el modo de enlazar
con el pasado, conservándolo: sin ella no sabríamos
que hicimos ayer, quienes somos, a que grupo pertenecemos, con
que recursos contamos, no siquiera que me cabe esperar, pues
desconocería la posición existencial en que me
encuentro. Por la memoria podemos contar historias: la propia, la
de la familia, la de la patria. Nos dotamos de unidad y se la
damos a nuestro entorno.
2.3. La Vida Intelectiva
Según Yepes y Aranguren el tercer grado de la
vida es la vida intelectiva, que es la propia del hombre. En ella
se rompe la necesidad del circuito estimulo-respuesta. "Por
encima de los animales están los seres que se mueven en
orden a un fin que ellos mismos se fijan, cosa que es imposible e
hacer si no es por medio de la razón y el intelecto, al
que corresponde conocer la relación que hay entre el fin y
lo que a su logro conduce, y subordinar esto a aquello". Las
características propias y diferenciales de este grado
superior de vida son las siguientes:
a) El hombre elige intelectualmente sus propios
fines (exceptuando lo vegetativo-respiración,
crecimiento, etc.) y no se conforma con los fines e la
especie, sino que también se propone fines personales
o tiene en sus manos la tarea de hacer su propia vida,
escribir su propia vida, etc.b) En el hombre, los medios que conducen a los
fines no vienen dados, sino que hay que encontrarlos. Hay una
separación de medios y fines que hace que no se den
respuestas automáticas a los estímulos. La
apertura del hombre es a la totalidad y, por lo tanto, la
respuesta del hombre también debe ser
concretada.
2.3.1. El cuerpo como Sistema
La idéntica radicalidad de biología y
razón en el hombre puede apreciarse en la
morfología de su cuerpo. En el cuerpo la biología
esta al servicio de las funciones intelectivas. Hay una
correspondencia entre la inteligencia y la morfología del
cuerpo. Esto se advierte en primer lugar en que es un cuerpo no
especializado, sino que esta abierto a una indeterminada cantidad
de posibilidades: no tiene un lugar donde vivir, sino que puede
ocupar todo el globo; se viste, y construye casas; utiliza las
manos para adaptar el mundo humanizándolo; su cara es
expresiva y se le llama rostro; sonríe; anda erguido y por
eso puede ocupar los brazos en otras actividades; es
corporalmente comunicativo; su unión sexual es frontal,
cara a cara; puede hablar, usar o fabricar instrumentos, mirar de
frente al mundo, hacer gestos simbólicos, etc. Si no
tuviéramos un cuerpo adecuado para realizar las funciones
intelectuales, éstas se quedarían atenazadas, no
pudiéndose expresar en el mundo que habitamos.
El cuerpo humano tiene un carácter
sistémico, porque todos sus elementos están
funcionalmente interrelacionados. No cabe entender las manos
aisladas del intelecto, o de la posibilidad de hablar, o de la
inespecialización instintiva. Forman parte de un todo, y
solo en el todo pueden cumplir sus funciones. En consecuencia,
algunos de sus rasgos constituyentes, como el bipedismo, la
posición libre de las manos, que no necesitan apoyarse en
el suelo, la postura erecta y vertical de la columna vertebral,
la posición frontal de los dos ojos para mirar hacia
adelante y no hacia los lados, y el mayor y mas peculiar
desarrollo cerebral, remiten unos a otros de un modo
sistémico: no se pueden concebir aisladamente.
2.3.2. El Principio Intelectual de la Conducta
Humana
Buena parte de los objetos de las actividades del hombre
corren por cuenta de la elección y aprendizaje
individuales. En nuestro caso, el instinto viene en buena parte
completado o desplazado por el aprendizaje. Aprendemos a comer, a
andar, a comunicarnos; nuestra infancia es tremendamente
prolongada y necesitada de ayuda, necesitamos de los
demás, etc.
En el hombre el aprendizaje es mucho más
importante que el instinto. Al hombre no le basta con nacer,
crecer, reproducirse y morir para alcanzar su realización
propia. Somos más complicados que una patata o un
pájaro. Nuestra vida no es automática, tenemos por
delante la tarea de resolverla, y el éxito no esta
asegurado. El hombre es el único animal capaz de hacer
fracasar su vida voluntariamente, del mismo modo que solo la
lleva a su mejor fin si quiere. Lo propiamente humano es la
capacidad de darse a si mismo fines y de elegir los medios para
llevarlos a cabo. Esto es la libertad: el hombre es dueño
de sus fines. Y en cuanto es dueño de sí, es
persona, es mucho más que un caso, un individuo, de una
especie.
Por eso se dice que la conducta humana esta principiada
por el conocimiento intelectual. Cada quien elige los medios y la
concreción de los fines: es tarea de cada hombre elegir
sus fines y los medios que a ellos conducen. Y eso solo es
posible si esa elección se realiza mediante el
conocimiento previo de las posibilidades que tenemos al alcance
de la mano. Medico, abogado, ingeniero, vagabundo, mentiroso o
ladrón son distintas opciones ante nuestros ojos.
Así, en el hombre se rompe el circuito estimulo-respuesta.
Somos un ser abierto. Esto quiere decir que la biología
humana esta interrumpida por la vida intelectiva: en el hombre el
pensamiento es tan radical y tan natural como la biología,
y por eso la misma biología humana solo se entiende desde
la condición intelectual del hombre.
El hombre es un ser que esta por encima de la dictadura
del instinto. Su reacción no es automática. El
hecho de sentir hambre no me dice nada acerca de que debo comer:
para hacerlo tengo que decidir entre hamburguesa, pollo o
cualquier otra cosa. Es decir, en el hombre, la
satisfacción del instinto exige la intervención de
la razón, que puede decidir beber o no beber, comer o no
comer, o comer una cosa u otra. "la naturaleza biológica
humana no es viable al margen de la razón ni siquiera en
el plano de la supervivencia biológica". El hombre, ya se
ha dicho, necesita aprender a vivir. Y para hacerlo, necesita
razonar.
Una consecuencia: si el hombre no controla sus instintos
mediante la razón, no los controla de ninguna manera. El
hombre tiene que aprender a moderar sus instintos si no quiere
hacerse daño a si mismo o a otros. Si el hombre no se
comporta según la razón, sus instintos se tornan
desmesurados, cosa que no les sucede a los animales; hay hombres
iracundos, dominados por su parte afectiva, tristes,
cobardes…El hombre, si no es racional, es peor que los
animales, en cuanto la fuerza de sus instintos crece en él
de una manera excesiva que positivamente daña la realidad,
a los demás, a él mismo. Esta es una de las
derivaciones de la libertad.
CAPITULO III:
Concepciones del
origen de la vida
3.1. La Hipótesis Evolucionista
3.1.1. La Tesis Evolucionista
Según Jolivet (1982) el estudio cada día
mas extendido y preciso de las especies que componen la fauna y
la flora del globo terrestre, el descubrimiento de numerosos
fósiles que pertenecen a las especies actuales, pero con
caracteres somáticos menos acentuados que los de nuestros
días, el estudio de especies totalmente desaparecidas,
pero emparentadas al parecer a las especies sobrevivientes, y
otros muchos datos lo que se ha dado en llamar la teoría
transformista o evolucionista, según la cual todas las
especies actuales, vegetales y animales, del globo,
provendrían, por vía de evolución, de un
reducido numero de troncos primitivos o quizás de un solo
tronco.
3.1.2. Las Diferentes Formas de
Evolucionismo
3.1.2.1. Lamarck
Fue Lamarck, profesor en el Museo de Historia Natural de
Paris, el primero que formulo con claridad la hipótesis
evolucionista, especificando que los factores (o causas) de la
evolución eran, en su opinión, las tres siguientes:
el medio ambiente, la herencia y el tiempo. Las variaciones del
medio ambiente (clima, alimentación, temperatura) provocan
diversos cambios en el cuerpo viviente. Lo mismo sucede con las
necesidades, determinadas por el estado el ambiente, y que crean
poco a poco los órganos capaces de satisfacerlas (de
ahí el principio lamarckiano: "la función crea el
órgano"). Estos cambios se trasmiten por herencia,
fijándose así en la especie.
3.1.2.2. Darwin
Darwin vuelve a repetir las ideas de Lamarck, poniendo
en vez de la acción del ambiente de Lamarck la
concurrencia vital o lucha por la vida. Todo viviente, dice
Darwin, esta en lucha contra el medio y contra las especies que
le rodean. Esta lucha produce una selección natural, en el
sentido de que los individuos mas débiles sucumben,
sobreviviendo solo los más fuertes y los más aptos.
Esta lucha es por lo mismo un principio de diferenciaciones entre
los individuos. Las diferencias favorables y útiles
prosperan con el uso y se trasmiten por herencia.
3.1.2.3. De Vries
El naturalista holandés De Vries sostuvo que la
evolución no se realizó, según creyeron
Lamarck y Darwin, mediante pequeñas variaciones continuas,
sino por mutaciones bruscas y de gran amplitud, producidas por
fortuitas influencias.
3.2. Estado de la Cuestión
Dos problemas están en juego: el de hecho de la
evolución y el del mecanismo según el cual se
realizó.
3.2.1. El Hecho de la Evolución
Los sabios parecen estar de acuerdo en reconocer la
realidad de una evolución, al menos dentro de los
límites de los géneros y especies. Habría
habido, pues, en el origen de las especies y de los
géneros actuales, un reducido numero de troncos que, por
diferenciaciones sucesivas, habrían dado lugar poco a poco
a la actual multiplicidad. Parece haber pruebas suficientes a
favor de esta opinión. En cuanto a extender más
allá los dominios de la evolución, es decir a
emparentar los troncos que son el principio de las especies
actuales con tipos más generales y estos con un solo tipo
inicial, es, por el momento, al menos, ir más allá
de lo que permiten afirmar los hechos conocidos y realmente
establecidos.
3.3. Teoría de la
Creación.
Según Verneaux queda aun que la vida haya sido
creada por Dios cuando el universo ha proporcionado las
condiciones de su posibilidad. Nada obliga por los demás a
admitir que Dios haya creado a la vez todas las especies
vivientes, ni tampoco que haya creado directamente a cada una en
momentos diferentes de la historia del mundo. No existe
razón metafísica que prohíba admitir una
evolución de las especies partiendo de un germen
primitivo, entendiendo siempre que Dios dirige la
evolución por medio de su providencia y que el hombre esta
excluido de ella porque tiene un alma espiritual que puede
proceder solamente de una creación directa de Dios, no
solamente para el primer hombre, sino para cada hombre en
particular.
3.4. El Origen del Hombre
Según Yepes y Aranguren el hombre si tiene un
cuerpo no especializado, y adaptado a su inteligencia,
¿Cómo ha obtenido esa adaptación? Si sus
tendencias y su comportamiento difieren del de los animales,
¿Cuándo empezó a ser diferente? ¿No
es, simplemente, un animal mas evolucionado?
El problema del origen del hombre no es una
cuestión sencilla pues es un hecho no experimentable; por
tanto, resulta difícil que la ciencia pueda esclarecerlo
del todo. Lo que nosotros podemos hacer es un conjunto de
reflexiones que pertenecen más a la antropología y
la filosofía que a un cuerpo de proposiciones
científico-positivas.
El origen del hombre no puede tratarse más que en
el contexto del origen y evolución de la vida dentro del
cosmos. Los hechos pasados que la ciencia puede testimoniar al
respecto son aun muy inciertos, y para interpretarlos se precisa
asumir algún tipo de supuestos, de visión
filosófica del mundo, que no son suministrados por la
ciencia misma. Fundamentalmente se dan dos supuestos:
1. La ley de la vida es producto del azar, y se
ha formando por combinación espontánea de
mutaciones genéticas, a partir de seres vivos muy
elementales: "el equilibrio y el orden de la naturaleza no
surgen de un control mas elevado y exterior (divino), o de la
existencia de leyes que operen directamente sobre la
totalidad, sino de la lucha entre los individuos por su
propio beneficio (en términos modernos, por la
transmisión de sus genes a las generaciones futuras a
través del éxito diferencial en la
reproducción)". En otras palabras: la evolución
no sigue un camino ascendente y predecible. Toda especie es,
en cierto sentido, un accidente. Este modo de ver las cosas
se puede denominar evolucionismo emergentista, y es
una elaboración actual de las teorías de
Darwin.2. La ley de la vida es parte de una ley
cósmica y de un orden inteligente, organizado por una
inteligencia creadora que ha dotado al cosmos de un dinamismo
intrínseco que se mueve hacia sus fines propios. Esto
se puede llamar en sentido amplio
creacionismo.
Conclusiones
Podemos concluir que la vida en si no existe, como
materia, solo es una palabra abstracta como la velocidad o la
luz, pero puede reflejarse a través de sus operaciones
vitales.La diferencia entre los seres vivos y los seres
inertes son las operaciones vitales y dentro de los seres
vivos existe grados de vida el cual son la vegetativa,
sensitiva e intelectiva el cual cada uno también tiene
un alma.El Alma y el cuerpo o materia son dos formas
opuestas pero que se unen para formar al ser
humano.
Bibliografía
Arregui, J. y Choza, J. (1992). Filosofía del
Hombre. Una Antropología de la intimidad. Quinta
edición. Navarra: Ediciones RialpChoza, J. (1998). Manual de Antropología
Filosofía. Madrid: Ediciones RialpGarcia, J. y Ángel, J. (2003).
Antropología Filosofía. Una Introducción
a la Filosofía del Hombre. Segunda edición.
Navarra: Ediciones Universidad de Navarra.Jolivet, R. (1982). Curso de Filosofía.
Tratado complejo. Buenos Aires: Club de Lectores.Verneaux, R. (1988). Filosofía del Hombre.
Curso de Filosofía Tomista. Barcelona:
HerderYepes, R. y Aranguren, J. (2003). Fundamentos de
Antropología. Un ideal de la Excelencia Humana. Sexta
Edición. Navarrra: Ediciones Universidad de
Navarra.
DEDICATORIA
A mis Padres por el apoyo y comprensión que me
han dado para el desarrollo de esta monografía.
AGRADECIMIENTO
A Dios por ser el artífice de mi vida.
A la Profesora Cotrina Alvarran Ruth, porque gracias a
sus enseñanzas que me ha brindado he podido culminar esta
monografía.
Autor:
Ríos Burga Giorgio
André
Chiclayo, 20 de Junio del 2008
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |