Las iniciaciones son tan viejas como el mundo. En las
tribus son los rituales que marcan las diferencias entre sus
miembros. Es a través de un ritual cómo el
niño se convierte en hombre, y cómo el hombre se
convierte en cazador o en guerrero.
El Warachicuy, es un rito de iniciación o fiesta
de imposición de "waras", que realizaban los incas, para
hacer el transito de la juventud a la madurez, a través de
rigurosas pruebas físicas de destreza de los hombres, para
que demuestren su valor y habilidad y así jerarquizarlos
en su futura vida militar o excluirlos de ella.
Todas las naciones practicaron ritos bautismales
(iniciación religiosa), en Babilonia y Egipto los
candidatos a la iniciación en los misterios eran
primeramente bautizados, dice que se les prometía como
consecuencia la "regeneración y el perdón de todos
sus perjurios". Las naciones escandinavas bautizaban a sus
recién nacidos, en el Perú y México
tenían ordenes monásticas, de hombres como de
mujeres, donde se castigaba con la muerte el quebrantamiento de
los votos, embalsamaban los cadáveres al modo egipcio y
adoraban al sol y la luna.
En las tribus del África la primera
iniciación es capital; saca al neófito del estado
de felicidad natural de la infancia, y lo convierte en un ser
apto para la vida social y la procreación. La
instrucción precede o sigue al rito cuya fase principal es
frecuentemente una manipulación de los órganos
sexuales del o de la joven: circuncisión y
ablación, que tienen la función de eliminar la
parte femenina que todo hombre tiene en el prepucio, o la parte
masculina, que representa el clítoris femenino. Al
término de esta operación están en
condiciones de contraer matrimonio.
Las modificaciones de los órganos sexuales pueden
ser sustituidas por sacrificios llamados "tribales" como, la
abrasión de los dientes en los saras del Chad, Nubas de
Sudán o los mongos del Zaire. También pueden
colocarse labros o discos en los labios o en la nariz. Todas
estas transformaciones hacen que los cuerpos de los adolescentes
pasen del dominio de la naturaleza al de la cultura y los
trasladan de las libertades de la infancia a la realidad de la
vida adulta. En todos los casos, el cambio de nombre de los
iniciados expresa la transformación operada.
Nuestras primeras vivencias marcan nuestras preferencias
en la vida. Y las iniciaciones espirituales marcan el futuro por
donde vamos a caminar espiritualmente.
Es inmensa la diversidad de rituales que podemos llegar
a conocer hoy en día, iniciaciones esotéricas o
sencillamente espirituales. Cada secta, religión,
gurú o chamán, tiene las suyas totalmente
diferentes de las demás. El ritual de iniciación,
como el bautismo, difiere tremendamente según sea tratado
por una religión u otra, por una secta u otra. Tan notable
es la diversidad de iniciaciones existentes que muy a menudo se
utilizan otros calificativos, para denominar los rituales
iniciáticos, con la intención de diferenciarlos de
los demás: Sesión de apertura de la mente, tomar el
conocimiento supremo, abrir los chacras, tomar los sacramentos,
apertura del tercer ojo, recibir al espíritu santo,
despertar de la conciencia, renacer, etc.
En la mayoría de los casos, cada
iniciación da paso a una experimentación posterior.
El discípulo deberá ir desarrollando su
espiritualidad con la herramienta que se le ha dado, o caminando
en la nueva vía espiritual que se le ha abierto.
Transcurrido un tiempo, madurada la enseñanza
esotérica, se suele dar paso a una nueva
iniciación, a un grado o nivel mayor.
Existen iniciaciones que sólo se dan una sola vez
en la vida. Hay vías espirituales que representan los
pasos que se dan en las iniciaciones mediante cámaras. A
medida que el iniciado avanza en su evolución espiritual.
Cada iniciación le hace pasar a una nueva cámara, y
así progresa durante su vida, hasta llegar a las
más recónditas profundidades donde se encuentran
las cámaras más secretas de las enseñanzas
esotéricas.
En el chamanismo, el aprendiz de brujo penetrará
en los escenarios animistas ayudándose a menudo con
alucinógenos. Si la vía es afiliada al yoga, al
estudiante se le darán las secretas técnicas yoguis
que deberá de utilizar a lo largo de su vida para crecer
interiormente. Si se trata de una religión más
basada en las creencias que en las vivencias, se recibirán
las iniciaciones como supuestas gracias divinas que
presumiblemente ayudaran en el caminar por la vida, aunque para
creérselo haga falta tener bastante fe.
Los elegidos para ser iniciados pueden ser aquellos que
les corresponde por la edad, por sus méritos, o,
sencillamente, porque el iniciador ya las considera preparados
para alcanzar el estado propicio para recibir las buenas
nuevas.
Para toda iniciación, hace falta la persona que
será iniciada y un iniciador. Los iniciadores pueden ser
los dirigentes de la secta, o aquellos a quienes ellos hayan
designado como sus representantes: Pueden ser los sacerdotes de
la religión, o en muchos casos grandes mediadores ya
muertos que desde el otro mundo tienen la bondad de derramar sus
gracias sobre los pobres mortales.
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