- Resumen
- Introducción
- El impacto de la esclavitud masiva
- La Sociedad Patriótica de la Habana
- El pensamiento político y filosófico del período
- Mejoramiento de la enseñanza de las clases dominantes e interés por la educación popular
- Expansión de la imprenta
- Reformismo y cubanía en la literatura
- El despegue del teatro
- La música y el baile
- Un arte al servicio de la burguesía criolla
- Del barroco al neoclásico: arquitectura criolla
- El impulso científico
- Bibliografía
Resumen
El período de la historia de Cuba que presentamos es uno de los fundamentales en la consolidación de la cultura y la sociedad criollo, base de la cultura y la sociedad cubana actual. Esta etapa se caracteriza por el protagonismo de los ricos criollos de la isla, fundamentalmente habaneros que supieron aprovechar las coyunturas políticas y económicas de su época para desarrollar una próspera economía de plantación que serviría de base al desarrollo cultural de la isla. Estos avances tienen como base la explotación de miles de esclavos africanos que fueron traídos a la fuerza a la isla, en una cruel cruzada para poblar la isla de una mano de obra barata y resistente. Miles de ellos murieron en el trayecto, otros miles en los campos de caña y los barracones, pero su impronta cultural quedó a pesar de todo en la cultura nacional mestiza y trasculturada, sin ellos Cuba sería otra.
Introducción
La ocupación de La Habana y sus alrededores por las fuerzas militares inglesas significó un duro golpe para la monarquía española que comprendió a valorar la importancia estratégica que para su política colonial tenía la posesión de Cuba y es especial La Habana, Llave del Nuevo Mundo. Es por ello que negoció la devolución de esta a cambio de la extensa colonia de La Florida, territorio prácticamente abandonado por la autoridades de España.
Pero el daño político fue aún mayor, la pujante oligarquía habanera, que durante estos primeros sesenta años del Siglo de las Luces habían consolidado un poder económico basado en la producción azucarera, fue la que más se benefició con esta ocupación, por las medidas de liberalización del comercio y el contacto directo con la economía más poderosa y floreciente de aquellos años, la inglesa. Por esta razón el monopolio comercial español y en primer lugar el ejercido por los comerciantes de Cádiz y Sevilla quedó desarticulado y obsoleto, emergiendo en esta coyuntura una oligarquía criolla, principalmente habanera, ambiciosa, autosuficiente y unida alrededor del logro de su objetivo principal, convertir a Cuba en la principal abastecedora de azúcar para el mercado mundial de la época.
Los diez meses que duró la ocupación británica fueron de mucha importancia para los pobladores de la ciudad, principalmente para los ricos criollos habaneros que tuvieron un breve período de comercio con Inglaterra y sus posesiones, sin trabas arancelarias, ni intermediarios, lo que le permitió valorar las ventajas de una política de libre comercio y el alcance que este podría tener para la economía de la isla. Se calcula que más de 500 buques ingleses vinieron al puerto de La Habana, intercambiando mercancía y esclavos de los cuales fueron introducidos entre cinco mil y diez mil principalmente para el uso de la industria azucarera.
A pesar de los beneficios económicos la población criolla no era partidaria de la ocupación inglesa y mantuvo una actitud fría para con el ocupante y de rechazo con aquellos que colaboraron con las autoridades inglesas, animados por un patriotismo criollo de apego a sus tradiciones y costumbres de origen español.
La sociedad criolla de La Habana y su Cabildo, respetado por los ingleses en sus funciones de gobierno local, creó un fuerte sentimiento de reproche a las autoridades y al ejército español que tan mal habían defendido la ciudad.
Ante esta realidad y a la salida de los ingleses de La Habana en 1763, la monarquía española ensaya en Cuba una nueva política que venía dando frutos en la península bajo el impulso del rey Carlos III (1759-1788), el Despotismo Ilustrado, política que habían dado tibios resultados en las regiones peninsulares, con la creación de las Sociedades Patrióticas de Amigos del País y el Real Consulado de Comercio.
El Despotismo Ilustrado encuentro en Cuba un terreno abonado, un sentimiento criollo de pertenencia y diferenciación con el peninsular, que ha venido madurando a lo largo de tres siglos; una economía con posibilidades de desarrollo y una clase rica dispuesta a invertir para acelerar el desarrollo económico y social de la isla. Por ello la nueva política colonial se propone mejorar el status con la aplicación de medidas económicas y sociales que aceleraran el desarrollo de la isla y aumentaran los beneficios para la Corona.
El gobierno español comienza por mandar al frente del gobierno colonial de la isla a funcionarios capaces y de probada pericia para introducir gradualmente los cambios acordes con las aspiraciones de los criollos y los intereses de la metrópoli que incluirán una apertura al conocimiento y las ciencias que beneficiara al país.
Estos Capitanes Generales comienzan las grandes obras defensivas de la ciudad que impidieran una nueva ocupación de la misma; se reconstruyen los castillos del Morro y La Punta y se completa el anillo con la enorme fortaleza de La Cabaña y las no menos imponentes del Príncipe y Atarés, que junto a los baluartes y castillejos hicieron de La Habana, una plaza inexpugnable. Entre tanto se autoriza en 1765 el comercio directo de Cuba con nueve puertos españoles y en 1789 se autoriza la libre introducción de esclavos.
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