Los estudios históricos económicos sobre Cuba fueron los más beneficiados en esta etapa, sobresaliendo las investigaciones de Manuel Moreno Fraginal, Julio Le Riverend, Oscar Pino Santos y Juan Pérez de la Riva.
Manuel Moreno Fraginal (1920-2000), escribe su excelente monografía, "El Ingenio: complejo económico-social cubano del azúcar" (1964), obra que marca un momento superior en los estudios sobre la industria azucarera y su íntima relación con la sociedad cubana.
Julio Le Riverend aporta en este período dos libros fundamentales, "La República" (1960), escrito con un criterio metodológico marxista abarca los gobiernos de la República burguesa en apretada y acertada síntesis y "Historia Económica de Cuba" (1963), primer libro con una visión generalizadora de la evolución económica de Cuba.
En otras ramas de los estudios históricos es de señalar el trabajo de selección documental de la Dra. Hortensia Pichardo (1904-2001), quien realiza una extensa recopilación de documentos fundamentales de la Historia de Cuba y los presenta en cuatro tomos, con una breve nota introductoria para cada escrito: "Documentos para la Historia de Cuba"
La década es rica en estudios históricos monográficos, aunque predomina en las investigaciones y ponencias una cierta rigidez metodológica e interpretativa, así como el olvido, conciente o no, de ciertas zonas, períodos y hechos del pasado cubano.
En cuanto a la creación de textos de historia para la enseñanza el primero que se crea en "Historia de Cuba" (1965) de Olga López, preparado para los cursos de Superación para Maestros, editado en separatas. Abarca desde las sociedades pre-hispánicas en Cuba hasta la Revolución de los años 30s del siglo XX, en dos tomos adaptado al nivel medio de enseñanza y basado en la metodología marxista. Sergio Aguirre se ocupa de preparar su texto Historia de Cuba (1966) para la enseñanza secundaria con igual orientación metodológica.
En 1967 se publica una "Historia de Cuba" editada por el MINFAR, en la que no aparece el autor, hoy se sabe que fue preparada por Jorge Ibarra. Es la más completa de las obras para la enseñanza de la historia nacional, por el amplio y acertado uso de las fuentes bibliográficas y los abarcadores panorama de la evolución del proceso socio-cultural de la isla. Consta de seis partes, con énfasis en las luchas por la independencia de Cuba, a la que parece supeditar todo con un marcado matiz ideológico, en lo que lleva a sobrevalorar determinados aspectos con respectos a otros de igual relevancia.
En cierre ideológico fue mucho más fuerte en las Ciencias Sociales donde el marxismo leninismo no podía ser cuestionado, principalmente en historia y filosofía, obligadas a realizar análisis solo a partir de las concepciones del materialismo histórico, Negando dogmas, la sociedad cubana se aferra a un nuevo dogma.
Es de resaltar el apoyo científico y material que recibieron las ciencias cubanas en la década del 60s por parte de sus similares de los países socialistas de Europa: instrumental, bibliografía, intercambios y formación de investigadores, fueron de una inestimable ayuda en su momento.
Cuba adquiere un alto ritmo de desarrollo en ramas científicas casi desconocidas antes de 1959, la socialización de los logros obtenidos crean la base para el avance científico-técnico, pero las dificultades económicas del país, impiden aplicaciones y actualizaciones en ramas del saber humano.
El deporte derecho del pueblo
En 1959 se creó la Dirección General de Deportes (DGP), dirigida por el capitán del Ejército Rebelde Felipe Guerra Matos. Bajo el lema: "Más deporte y menos vicios" este organismo emprende las primeras reformas en la rama deportiva dentro del país. Sus primeras gestiones fueron encaminadas a convertir los campeonatos nacionales en verdaderamente nacionales con la participación de todas las provincias; otra de las grandes preocupaciones iniciales de los directivos del deporte fue en la construcción de áreas deportivas en apartados lugares de la geografía insular.
Ya para 1961 se perfila un programa conducente al desarrollo de todas las especialidades deportivas del programa olímpico y un amplio plan de participación popular en programas recreativos de educación física y de práctica deportiva, para implementar este programa se crea una nueva institución rectora del deporte: el Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y la Recreación (INDER) (23 de febrero de 1961) presidido en sus inicios por José Llanusa.
La creación del INDER supuso la creación de las bases para un despegue de las actividades deportivas del país y el impulso de la participación popular en programas masivos recreativos y de educación física. En este último aspecto se implementó el programa, "Listo Para Vencer" (LPV) dirigido a medir la eficiencia física de todos los cubanos y estimular la práctica de ejercicios físicos.
Sobre la base de estos proyectos el INDER patrocina la participación popular masiva en grandes actividades de grupo que se iniciaron en el mismo 1961 con la presentación en el desfile por el 1ro de Mayo diez tablas gimnásticas que involucraron a 25 mil cubanos en la Plaza de la Revolución, con personas de todas las edades. Ese mismo año el 25 de julio se celebra el Primer Festival Gimnástico Deportivo en el participaron 70 mil personas. Este masivo movimiento gimnástico caracterizó toda la década de los 60s, un hermoso y costoso precedente del deporte masivo. El gran animador de estos programas gimnásticos lo fue el profesor Orlando Tapia Zamora.
Junto con el INDER se crea la Escuela de Educación Física y Deporte "Comandante Manuel "Piti" Fajardo", que más tarde sería el Instituto Superior de igual nombre y que tenía como objetivo, formar a los cuadros profesionales, profesores e instructores que llevarían adelante el deporte nacional.
En los primeros años de la Revolución, coexistía junto a este esfuerzo por masificar el deporte, la práctica del deporte profesional en Cuba, muy ligado a las organizaciones norteamericanas del "deporte rentado". La radicalización de la Revolución y las presiones políticas de los EE. UU., puso en contradicción a ambas formas de práctica deportiva, por lo que el Gobierno Revolucionario optó por la eliminación del deporte profesional en todas sus manifestaciones dentro del territorio nacional (19 de marzo de 1962).
En 1963 se inauguraron los 1º Juegos Escolares Nacionales, base de la pirámide deportiva de país y cantera fundamental del deporte competitivo cubano. Estos juegos fueron la cantera de la que surgieron las generaciones de atletas que tanta gloria le han dado a Cuba en los últimos cincuenta años. También se crearon los Juegos Juveniles, Inter-Tecnológicos, competencias de obreros y torneos de carácter social y recreativo cuyo objetivo era brindar un sano esparcimiento a toda la población.
Al inaugura dicho evento Fidel Castro dijo: "( )y ustedes, de entre los que han demostrado vocación por el deporte, firmeza con el deporte, dentro de lo que han demostrado tenacidad con el deporte, condiciones de deportistas, de entre ustedes, jóvenes hoy, saldrán el día de mañana campeones que defenderán con orgullo la bandera de la Patria en las competencias internacionales"[83]
También en esta década se inauguran en las provincias y regiones del país, las Escuelas de Iniciación Deportiva (EIDE), para captar y desarrollar talentos escolares y juveniles en cada territorio y las escuelas de Perfeccionamiento Atlético (ESPA), para continuar el desarrollo de atletas con talento, cantera de los equipos nacionales de alto rendimiento.
Se crean áreas especiales para la práctica especializada de deportes, muchas de ellas atendidas por voluntarios y los Consejos Voluntarios Deportivos (CVD), base de deporte masivo cubano.
Junto a estas estructuras para mejorara el deporte y la recreación en el país, se produce la llegada de entrenadores y especialistas de los países socialistas que contribuyeron decisivamente a la preparación de atletas, entrenadores, árbitros y especialistas, así como al desarrollo de la medicina deportiva.
En 1966 se crea el Departamento de Traumatología del deporte y el Instituto de Medicina Deportiva, ambos dirigidos por el famoso médico ortopédico y especialista en traumatología, Rodrigo Álvarez Cambra.
En cuanto al desarrollo de los diversos deportes, en necesario comenzar por el beisbol, deporte nacional y el único que tenía una infraestructura organizativa, tradición y nivel mundial, desde antes del triunfo de la Revolución. Más que un deporte, el beisbol es el espectáculo de masas más sobresaliente en Cuba, movilizador de millones de personas que lo siguen de manera apasionada, ocupando importantes espacios de los medios de comunicación y de masas.
Al triunfo de la Revolución existía la Liga Profesional de Beisbol, con cuatro equipos: Habana, Almejares, Cienfuegos y Marianao, que jugaban un campeonato invernal. Al llegar la Revolución al poder se reanudan estos torneos, comenzando el 14 de abril de 1959, inaugurado por el propio Fidel. Ese año el campeonato se lo adjudicó el equipo de Almendares, que poco después ganó la Copa del Caribe en representación de Cuba.[84]
La confrontación política de la Revolución Cubana con la oligarquía criolla y los norteamericanos influye en la organización del campeonato profesional cubano en 1960, las autoridades de EEUU, no autorizan a los jugadores yanqui para jugar en Cuba. Como consecuencia se crea la Asociación de Peloteros Profesionales de Cuba que se encarga de organizar el último torneo profesional en Cuba, iniciado el 17 de octubre de 1960 con peloteros cubanos en los cuatro equipos y ganados por el equipo Cienfuegos el 15 de febrero de 1961.
Un hecho relevante del beisbol profesional cubano fue la victoria del equipo Cubans Sugar King en la Liga de la Florida, con categoría Triple A, por primera vez en su última presentación, ya que los magnates del beisbol rentado de los estados Unidos le retiraron a La Habana la sede del equipo y poco después este desaparece por falta de peloteros cubanos.
Continuando sus presiones los dueños de equipo de las Grandes Ligas Norteamericanas, presionan a los peloteros que militan en equipos de ese país para que no participen en los torneos cubanos. Ante la crisis en que se ve envuelto el torneo profesional cubano y la voluntad de la Revolución de abolir el deporte profesional en Cuba, se suspende la Liga Profesional Cubana y se organiza la Serie Nacional de Beisbol, regida por los principios de la práctica del deporte aficionado y la representación de todas las provincias del país desde la base.
El 14 de enero de 1962 en el rebautizado Estadio Latinoamericanos del Cerro, en La Habana, se inicia la I Serie nacional de Beisbol con cuatro equipos: Occidentales, La Habana, Azucarero y Orientales, compuestos por peloteros desconocidos por los conocedores del beisbol cubano, pero que no eran bisoños en el desempeño deportivo, la mayoría jugaba en las ligas informales del interior del país y en la capital. Esta primera serie fue ganada por el equipo Occidentales.
La II Serie Nacional la gana debuta el legendario equipo Industriales de la capital, ganador del torneo en serie extra con Orientales. El Industriales repite en la III, IV y V Serie, dirigido por Ramón Carneado.
El equipo azul de la capital era toda una maquinaria de jugar beisbol entregada a su afición que abarrotaba el Estadio Latinoamericano y garantía segura de llenar cualquier estadio del interior del país: el equipo más popular de la década tiene entre sus integrantes, peloteros de la talla de: Pedro Chávez, Urbano González, Ricardo Lazo, Tony González, Eulogio Osorio, Yayo Linares, Germán Águila, Antonio Jiménez, Jorge Trigoura, Raúl Reyes, Manuel Hurtado Alfredo Street, Antonio "Chucho" Rubio, Andrés Liaño, Julio Rojo, Antonio "Guaguita" López y otros muchos que contribuyeron a consolidar la calidad de la pelota cubana no profesional.
A partir de la V Serie Nacional (1965-1966) el número de equipo aumenta a seis con la creación de la zona Central con las provincias de Matazas y Las Villas.
La VI Serie Nacional la gana el equipo Orientales en memorable final con Industriales consagratorio para el lanzador derecho oriental, Manuel Alarcón y para el novato industrialista Agustín Marqueti.
La VII Serie (1967-1968) se amplia el número de equipo a 12, campeón y selección de las entonces seis provincias cubanas, con esta estructura termina la década. Esa temporada fue ganada por el equipo La Habana.
La VII Serie (1968-1968) fue ganada por los Azucareros de Las Villas; los Henequeneros de Matanzas ganaron la IX Serie y la X por los Azucareros.
El beisbol cubano revolucionario fue ganando paulatinamente en calidad, apoyado por una afición que lo acogió como suyo en toda la isla. El mejoramiento de la infraestructura, con modernos estadio en las grandes ciudades del interior, la ampliación del calendario y la programación de juegos en todo el país, lo convierte en el gran espectáculo del cubano.
Surgen nuevos ídolos de la pelota cubana, tanto al bate (Miguel Cuevas, Pedro Chávez, Urbano González, Roberto Valdés); en el pecheo (Manuel Alarcón, Modesto Verdura, Aquino Abreu, Manuel Hurtado), como en la defensa (Antonio González, Antonio Jiménez, Andrés Telémaco, Lázaro Pérez). Ellos confirmarían la calidad de un movimiento deportivo que asombra hoy a todo el mundo.
En la arena internacional el beisbol revolucionario se anota su primer gran éxito en el XV Campeonato Mundial de Beisbol, celebrado en Costa Rica en 1961, al ganar invisto el torneo con 9 victorias.
Un año después el equipo nacional se va sin medallas en los Juegos Centroamericanos efectuados en Jamaica, al ocupar el cuarto lugar, pero en 1963 en los Juegos Panamericanos de Sao Paulo, Brasil, gana la medalla de oro con balance de siete victorias y un solo fracaso.
La siguiente presentación internacional del equipo Cuba de beisbol fue en los Centroamericanos de San Juan, Puerto Rico (1966), recuperando el título de la zona frente al conjunto anfitrión con el que terminó empatado en el calendario regular y le gana el juego extra con Pedro Chávez como campeón de bateo con 444 puntos de average.
Los Panamericanos de Winnipeg (1967) en beisbol fue ganado por el equipo de los Estados Unidos ganándole a Cuba en play-off, jugado después de terminar invicto el torneo oficial.
En 1968 Ciudad de México organizó un torneo de beisbol al término de la Olimpiada, los cubanos vuelven a perder la medalla de oro con los EE.UU.
Estas dos derrotada aumentan la rivalidad entre ambos conjuntos que se presentaron muy bien preparados en el XVIII Campeonato Mundial de Beisbol celebrado en Santo Domingo (1969). Tras celebrar un magnifico torneo el equipo cubano obtiene el título derrotando a los yanquis en el último partido, teniendo en el lanzador matancero Gaspar "Curro" Pérez la héroe indiscutible por su relevo y su participación a la ofensiva en el juego decisivo.
Otro de los deportes con arraigo y tradición en Cuba era el boxeo, en el cual el país había aportado al pugilismo profesional figuras de calidad probada que llegaron a alcanzar títulos mundiales, como fueron los casos de Eligio Sardiñas (Kid Chocolate) y Kid Gavilán.
Con la Revolución se erradicó el deporte profesional, incluyendo el boxeo. Muchos de los atletas profesionales criollos se unieron al movimiento deportivo auspiciado por la Revolución, como entrenadores de las figuras, entre ellos estaba Alcides Sagarra, devenido entrenador principal de las escuadras nacionales de boxeo.
Para afianzar el boxeo amateur, el INDER creó en 1961 el Torneo Nacional Playa Girón, que era el campeonato nacional de esta disciplina y que ha servido de cantera al pugilismo cubano y del cual han salido los atletas que han representado a Cuba en los grandes torneos internacionales.
La primera salida de boxeadores cubanos se produjo el propio año 1959 al asistir a los Juegos Panamericanos de Chicago, en el cual no alcanzaron medallas. En 1960 a la Olimpiada de Roma asistió el atleta Esteban Aguilera (63,5 Kg.), eliminado en la primera pelea. En 1962 en los Juegos Centroamericanos de Jamaica se incluye en la delegación de Cuba una escuadra de boxeadores dirigida por el entrenador We We Barton, conquistando cuatro medallas de oro, dos de plata y una de bronce.[85]
Los Juegos Panamericanos de Sao Paulo se ganó la medalla de oro en los puños de Roberto (Chocolatito) Pérez (51 Kg.) y una plateada para Leonardo Alcolea (75 Kg.)
En las Olimpiadas de Tokio, Japón, Cuba presentó seis boxeadores, alcanzando sus primeras cuatro victorias olímpicas por intermedio de Fermín Espinosa (54 Kg) y Félix Betancourt.
Con equipo completo el boxeo cubano se presentó en San Juan, Puerto Rico, en los IX Juegos Centroamericanos y del Caribe, ganado cinco medallas de oro, tres de plata y tres de bronce.
A los Juegos Panamericanos de Winnipeg también se llevó una escuadra completa y se alcanzaron, tres medallas de oro, tres de plata y una de bronce.
Las XIX Olimpiadas celebradas en México (1968) fueron testigo de las primeras medallas olímpicas del boxeo criollo, Enrique Regueiferos (63,5 Kg.) y Rolando Garbey (71 Kg.) ganaron sendas medallas de plata.
Ante el empuje y calidad del boxeo nacional se hizo necesario organizar un torneo internacional en Cuba, para foguear a los atletas del patio. Surge en mayo de 1968 el Torneo Internacional Giraldo Córdoba Cardín, al que acudieron boxeadores de los países socialistas europeos.
Los métodos de entrenamiento científico y la ayuda de entrenadores soviéticos potencian las condiciones naturales del cubano para este deporte de combate y los ayuda a superar las mañas del boxeo rentado y preparar la maestría que caracteriza actualmente la escuela cubana de boxeo.
Similar ayuda recibieron otras ramas del deporte, algunas de ellas casi desconocidas en Cuba y que iniciaron un progreso ascenso a planos de calidad debido a los programas de entrenamiento, el apoyo oficial y la asesoría de entrenadores de los países socialistas, principalmente de la Unión Soviética.
El ajedrez con su gran precursor José Raúl Capablanca, organiza desde 1962 un fuerte torneo internacional que lleva su nombre y en el que figuraron en esta década encumbradas figuras de todo el mundo y en el que figuraron los mejores jugadores cubanos.
El primer torneo contó con la participación de los Grandes Maestros soviéticos, Vasily Smyslov, ex campeón mundial; Borias Spasski, Campeón Mundial Juvenil, en ese momento y Lev Polugaiesky; el legendario GM argentino Miguel Najdor, el GM checoslovaco Ludek Pachman; los yugoslavos, GM Soltan Grugoric y GM Boris Ivkov, el hungaro E. Haag, el bulgaro Zoltan Miles, el colombiano Boris de Greiff y el MI de origen español y radicado en Cuba, Francisco J. Pérez, junto a los Maestro Nacionales cubanos, Eleazar Jiménez, campeón de Cuba, Rogelio Ortega y Eldis Cobo. El torneo fue ganado por el argentino Najdorf seguido de Boris Spasski.
Durante toda la década el Capablanca se convirtió en uno de los torneos más fuertes del mundo por el que desfilaron grandes figuras del ajedrez mundial, entre ellos el GM estadounidense Robert Ficher que tuvo que competir por teléfono, al negarle las autoridades de su país la visa para venir a Cuba.
En 1966 el país organizó su primer gran certamen mundial, la XVII Olimpiada Mundial de Ajedrez en el que participaron los mejores ajedrecistas del orbe y fue clausuras con una simultánea gigante en la Plaza de la Revolución José Martí, de La Habana.
En el ajedrez despunta en estos primeros años la figura del MI Eleazar Jiménez (1928-2000) quien alcanza su título en 1963, fue tres veces Campeón Panamericano, ganó el Interzonal de 1969, torneo en el que Cuba obtuvo su segundo título de Maestro Internacional para Silvino García. Su mejor actuación internacional fue la victoria en el Torneo Costa del Sol"66.
En 1967 se realiza en las aguas al sur de Cuba el III Campeonato Mundial de Caza Submarina y Cuba se alza con su primer título mundial colectivo e individual, después del triunfo de la Revolución.
Las vueltas ciclísticas a Cuba se iniciaron el 23 de febrero de 1964 con salida inicial desde Santiago de Cuba y con 72 pedalistas, todos cubanos. El ganador de esta primera versión fue Sergio "Pipián" Martínez, quien repetiría sus victoria en 1966, 1968 y 1969, máximo ganador de este evento y que se convertiría en sinónimo de la vuelta a Cuba en bicicleta por sus persistentes triunfos en estas primeras ediciones; su carisma personal y la insistente repetición de su sobrenombre por el público, cuando pasa la caravana multicolor de ciclistas, en homenaje a su entrega deportiva. La vuelta se convertiría en un fenómeno de masas al atravesar todo el país en un recorrido alegre y dinámico que cada febrero esperan los cubanos.
El desarrollo deportivo cubano tiene como medidor más importante, los ciclos olímpicos, que para nuestra área geográfica comienza con los Juegos Centroamericanos y del Caribe, continúa con los Juegos Panamericanos y termina con los Juegos Olímpicos.
La primera delegación deportiva que organiza la Dirección General de Deporte fue la que representaría a la isla en los III Juegos Panamericanos de Chicago, Estados Unidos. Era una pequeña comitiva que ocupó el lugar once con 20 medallas (2 de oro, 11 de plata y 7 de bronce). En 1960 en la Olimpiada de Roma la mejor actuación de Cuba fue el cuarto lugar conquistado por Enrique Figuerola en los cien metros planos.
La presencia cubana en los VIII Juegos Centroamericanos y del Caribe organizados por Jamaica (1962) significaron el despegue del movimiento deportivo cubano. La delegación cubana gana un total de 52 medallas (12 de oro, 20 de plata y 20 de bronce), en medio de un hostigamiento constante de los enemigos de la Revolución.
Un año después en Sao Paulo, Brasil (1963), se celebran los IV Juegos Panamericanos, que dejaron un saldo de 44 medallas para Cuba (21 de oro, 9 de plata y 14 de bronce)
La XVIII Olimpiada de Tokio, Japón (1964), le da a Cuba la satisfacción de volver al medallero olímpico después de dieciséis años de ausencia, Enrique Figuerola gana la medalla de plata en cien metros planos.
El tercer ciclo de esta década se inicia con los IX Juegos Centroamericanos y del Caribe, marcados para San Juan, Puerto Rico (1966), a los que Cuba tiene que acudir en un barco de la marina mercante, el Cerro Pelado, y fondearlo frente a la sede del evento para presionar a las autoridades coloniales norteamericanas que no querían concederle visas a los cubanos. Ante este gesto digno y valiente el gobierno de los Estados Unidos tuvo que ceder y autorizar la participación de los deportistas criollos. La amplia delegación cubana se adjudicó los juegos con 190 medallas (96 de oro, 33 de plata y 61 de bronce).
En los V Juegos Panamericanos de Winnipeg (1967), los atletas de la mayor de Las Antillas alcanzan un digno tercer lugar por países, solo superados por Estados Unidos y el anfitrión Canadá, con 127 medallas (11 de oro, 48 de plata y 68 de bronce), antesala de las gran actuación de los cubanos en la XIX Olimpiada de Ciudad México. Allí los cubanos ganan cuatro medallas de plata, las dos mencionadas en boxeo y los segundos lugares en los relevos 4 x 100 mts. (Masculino[86]y femenino[87]
Comenzaba el gran despegue del deporte cubano que tendrá por protagonista un movimiento deportivo basado en la pasividad, el apoyo del estado y el esperado cuidado de selección y entrenamiento del atleta.
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Autor:
Ramón Guerra Díaz
nataljmarti[arroba]bp.patrimonio.ohc.cu
guerradiazramn1[arroba]gmail.com
[1] Este documento se conoce como ?La Historia me Absolver?? y contiene en s?ntesis el programa de la Revoluci?n, base de las primeras medidas que tom? el Gobierno Revolucionario.
[2] D? cada cual seg?n su capacidad, reciba cada cual seg?n su trabajo.
[3] Ernesto Guevara, ?El socialismo y el hombre en Cuba? en Lecturas de Filosof?a. La Habana 1968: 577
[4] ?dem: 579
[5] Fidel Castro: Palabras a los intelectuales. La Habana, 1961
[6] Carlos Rafael Rodr?guez: ?Problemas del arte en la Revoluci?n? en Revista Revoluci?n y Cultura. N? 1. La Habana, 1967
[7] Ernesto Guevara. Obra citada: 583
[8] Fidel Castro. Santa Clara, 26 de julio de 1965. Lecturas de Filosof?a, Tomo II: 541
[9] Fidel Castro. La Habana, 3 de octubre de 1965. Lecturas de Filosof?a, Tomo II: 544
[10] La frase completa es ?Ser culto es el ?nico modo de ser libre?. Jos? Mart?, Obras Completas, Tomo 8:289
[11] Actual Plaza de la revoluci?n Jos? Mart?
[12] La imprenta en Cuba. Jos? G. Ricardo. P?g. 240
[13] La coletilla fue un recurso revolucionario de los trabajadores de la prensa para responder en los mismos peri?dicos las mentiras que propalaban los due?os y los periodistas al servicio de la reacci?n.
[14] Algunos autores hablan de el quinquenio gris(1971-1976), en realidad toda la d?cada del 70 y buena parte de los 80 estuvo muy permeada del dirigismo cultural m?s estrecho
[15] Revoluci?n gr?fica de Lunes. K.S. Cabrera. La Jiribilla, abril-mayo, 2008
[16] La imprenta en Cuba. Jos? G. Ricardo. P?g. 258
[17] Proyecci?n de un origenista: las invenciones de Gast?n Baquero. Carmen Ruiz Barrionuevo. Rev. UNION, N? 18, 1995
[18] Seud?nimo con el que se presentaba Jes?s Orta Ruiz.
[19] Panorama de la Literatura Cubana. Conferencia. Camila Henr?quez Ure?a. La Habana, 1970
[20] La l?rica en la Revoluci?n. Yolanda Ricardo. Rev. Revoluci?n y Cultura. N? 95, 1980
[21] Cuatro dimensiones en la poes?a cubana despu?s del triunfo de la Revoluci?n. J?ri Talvez. La Gaceta de Cuba. Octubre, 1988
[22] ?dem
[23] La editorial ?El Puente? (1960-1965) a cargo de Jos? Mario Rodr?guez public? 35 libros.
[24] Entre los autores que aparecen en la antolog?a est?n, Francisco D?az Triana, Georgina Herrera, Joaqu?n G. Santana, Jos? Mario Rodr?guez, Ana Justina, Isel Rivera, Miguel Barnet, Belkis Cuza Mal?, Santiago Ruiz, Nancy Morej?n y Reinaldo Felipe.
[25] La tercera orilla. V?ctor Fowler. Rev. UNION. Ene-Mar., 1995
[26] Entorno a la joven poes?a cubana. Guillermo Rodr?guez Rivera, en Ensayos Voluntarios. 1984
[27] Literatura Cubana (1959-1978), Salvador Arias, en La Cultura Cubana Socialista. 1992
[28] Lectura de Domingo par el hombre com?n. V?ctor Fowler. La Gaceta de Cuba. Octubre, 1988
[29] ?dem
[30] En otro lugar la poes?a. Arturo Arango.
[31] Cuba: cultura y sociedad. Francisco L?pez Segrera. 1989
[32] La distancia art?stica en ?La Habana para un infante difunto?.Jolanta K. Bak, en Revista Iberoamericana N? 164. ene-mar, 1991
[33] De esta forma eran nombrado los esclavos que escapaban de sus amos y se asentaban en los bosques y campos intrincados, viviendo al margen de la ley.
[34] Literatura y Revoluci?n. Jos? Lezama Lima, en rev. Revoluci?n y Cultura. N? 51 y 52. 1968-69
[35] Chesterter, Lezama Lima y la funci?n social del arte. Efra?n Barradas en rev. Uni?n. N? 1, 1983
[36] ?Breve historia del teatro?, Rine Leal.
[37] ?dem
[38] Los cubanos pudieron apreciar la obra cuatro d?cadas despu?s con la puesta del grupo Mefisto Teatro en el 2007. Las suspicacias la pisaron en su momento los cuidadores de la ideolog?a de la ortodoxia marxista.
[39] ?El teatro de t?teres en Cuba?. Carucha Camejo. Revista Conjunto. N? 2. sep.-oct., 1964
[40] ?Un t?tere es un s?mbolo, no tiene que repetir al hombre?.Entrevista a los directores del Gui?ol Nacional. Rene Leal. Revista Conjunto. N? 9, 1970
[41] ?Papalote en su vuelo?. Waldo Gonz?lez. Revista Bohemia. N? 11 / 1996
[42] Revista Nuestro Tiempo. N? 28, marzo-abril, 1959
[43] Rine Leal: Breve Historia del Teatro en Cuba. 1980
[44] As? fueron llamadas por la cr?tica especializada y el p?blico conocedor: Loipa Araujo, Josefina M?ndez, Aurora Bosch y Mirta Pla
[45] Ponencia de Alicia Alonso. En la rev. Orbita del Ballet Nacional de Cuba. La Habana, 1978
[46] ?dem
[47] Loipa Araujo: La Escuela Cubana de Ballet. Anuario de la Ense?anza Art?stica. Tomo II. 1986-1987
[48] Jos? Rafael Vilar: Del sue?o a la memoria; Jorge Lefebre. Rev. Revoluci?n y Cultura. N? 3/ 1991
[49] Roberto P?rez Le?n: Entrevista a Ramiro Guerra. ?Por los or?igenes de la danza moderna en Cuba?. La Habana, 1986.
[50] Danza Contempor?nea de Cuba en di?logo con el mundo. Jorge Brook. Rev. La Jiribilla. N? 429. Julio 2009
[51] Apuntes sobre la creaci?n musical actual?, Victoria Eli Rodr?guez, en rev. Universidad de La Habana. N? 227, 1986
[52] Leonardo Acosta en su ensayo ?Problem?tica de la m?sica y su difusi?n en Cuba? ( ?Del tambor al sintetizador?, La Habana, 1989), se?ala que adem?s del bloqueo econ?mico de los EE.UU. el ?autobloqueo? al hacernos los sordos a lo que suced?a en el exterior y la creaci?n en 1968 de un sistema centralizado de contrataci?n que desarticul? el movimiento musical y destruy? la mecanismos habituales de acercamiento entre el p?blico y los m?sicos populares?
[53] ?La emperatriz del danzonete?. Ra?l Mart?nez Rodr?guez, en Rev. Revoluci?n y Cultura. N? 7, 1988
[54] ?Din?mica de la Nueva Trova en la cancion?stica cubana? (1era parte), Danilo Orozco Gonz?lez, en Rev. Revoluci?n y Cultura. N? 16, abril 1982.
[55] Entrevista a Juan Formell. Guillermo Vilar. Rev. Caim?n Barbudo. Julio, 1990
[56] ?No es f?cil compay, no es f?cil?, Leonardo Padura en ?Gaceta de Cuba?, Febrero, 1990
[57] ?dem
[58] ?El rock en Cuba. Historia de un hijo descarriado?, Humberto Manduley en Rev. Revoluci?n y Cultura. N? 4, 1994
[59] ?No es f?cil compay, no es f?cil?, Leonardo Padura en ?Gaceta de Cuba?, Febrero, 1990
[60] Cat?logo de la Expo'Reencuentro de Antonia Eiriz. Enero 1991
[61] Oficio de leer. Graciella Pogolotti. La Habana, 1983
[62] ?dem
[63] Dise?o gr?fico cubano: su d?cada inici?tica, Adelaida de Juan en: www.lajiribilla. cubaweb.cu /2004/ n170_08/170_06.html
[64] Sobre la fotograf?a cubana, Mar?a Eugenia Haya, en Revista Revoluci?n y Cultura, mayo, 1980
[65] Una historia cautivante, Mar?a de los ?ngeles Pereira, en rev. Revoluci?n y Cultura, N? 3, 1994
[66] Una historia cautivante. Mar?a de los ?ngeles Pereira, en rev. Revoluci?n u Cultura N? 3, 1994
[67] Nuestro Cellini. Aldo Men?ndez, en rev. Revoluci?n y Cultura N? 78, 1979
[68] Un mundo nuevo de im?genes. Nelson Herrera Isla. Rev. Universidad de la Habana, N1 209, 1979
[69] Carmelo genio y figura. Juan S?nchez. Rev. Bohemia. N? 34, 1990
[70] Instituto Nacional de Industrias Tur?sticas (INIT).
[71] Actual Centro de Prensa Internacional de La Habana.
[72] La cer?mica escult?rica en Cuba. Mar?a Elena Cubr?as. Rev. Universidad de la habana. N? 227, 1986
[73] Nombre popular que reciben en Cuba las revistas de historietas.
[74] ?Vida y pel?culas de Tom?s Guti?rrez Alea?, Irina B?kova: rev. Am?rica Latina, Mosc?, agosto/1988
[75] ?Historias de la Revoluci?n y Joven Rebelde?, Eduardo Heras Le?n: rev. Pensamiento Cr?tico N? 42, julio-agosto/ 1970
[76] Secci?n Constante. Rev. Revoluci?n y Cultura. N? 1, 1967
[77] Cine documental cubano. Julio Garc?a espinosa., en rev. Pensamiento Cr?tico. N? 42, julio, 1970
[78] Un libro para Santiago. Rolando P?rez Betancourt, en per. Granma, 3/jun./1995
[79] Entrevista a Santiago ?lvarez. Rev. Bohemia 7/abr./1989, pp. 4-6
[80] La telenovela: ?show sentimental o discurso de la periferia?, Eliseo Altunaga en rev. La Gaceta de Cuba, N? 2, 1997
[81] Fueron erradicadas enfermedades como la poliomielitis (1963), paludismo (1968) y la difteria (1971). La tuberculosis y el t?tano se redujeron a casi cero.
[82] ?Uso y abuso de Cl?o?, Alejandro de la Fuente, en rev. La Gaceta de Cuba, febrero, 1990
[83] Discurso de Fidel Castro en la inauguraci?n de los 1? Juegos Escolares. 23 de agosto 1963. Granma Digital
[84] La Copa del Caribe es un torneo de clubes campeones de las Ligas Profesionales del Caribe, que a?n se juega hoy en el cual los equipos cubanos fueron campeones hasta su ?ltima comparecencia en 1959.
[85] Fueron medallistas de oro: Osvaldo River? (54 Kg.), F?lix Betancourt (63,5 Kg.), Virgilio Jim?nez (67 Kg.) y Leonardo Alcolea (71 Kg.)
[86] En la posta masculina de Cuba corrieron H?ctor Ram?rez, Juan Morales, Pablo Monte y Enrique Figuerola. Su tiempo fue de 38, 3 seg.
[87] En la posta femenina cubana corrieron Marlene Elejalde, Fulgencio Romay, Violeta Quesada y Miguelina Cobi?n.
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