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¿Las cosas son en realidad como las percibimos? (página 6)



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Los sofistas, entre los cuales se destacan
Protágoras y Gorgias, asestaron un contundente golpe de
cambio a la filosofía de los presocráticos y
revolucionaron el pensamiento filosófico de su tiempo,
cuya vigencia aún es evidente. Sus concepciones
tenían de común la renuncia a la religión,
la explicación racionalista de los fenómenos de la
naturaleza, el relativismo ético y moral. Su
revolución, entre otros aspectos, consistió en
filosofar sobre el hombre y no sobre la naturaleza como lo
hicieron sus antecesores.

La sofística se caracteriza por el abandono del
tema de la física o preocupación por el mundo, la
naturaleza, para pasar a la preocupación por el hombre: es
la vuelta del hombre sobre sí mismo. "La sofística
es la sustitución de los problemas de la naturaleza por
los problemas del hombre, sobre todo los pedagógicos y
sociales" (Paideia, de Werner Jeager). El centro de
atención fue el ser humano, como sujeto conocedor, que
actúa en la vida pública: el hombre como animal
político, que debía aprender a pensar, a razonar y
a convencer, es decir, adquirir habilidades en la retórica
basada en la controversia: la erística. El hombre
político, el orador, el ciudadano, es ahora el ideal del
hombre. Por eso insistían en que había que educar
al ser humano para sacar mayor provecho de aquello que
quería hacer. La oratoria, como arte de la
persuasión, fue un modo de alcanzar, mediante el discurso
público, el agrado de la ciudadanía y ser elegido
así para un cargo público. El arte de la oratoria
consistía en un arte capaz de convencer y demostrar que se
tenía razón. La sofística plantea el
problema del ser y del no ser, pero se mueve en el ámbito
de la retórica, del bien decir, sin que importe la verdad
o la falsedad de lo que se dice.

Los sofistas colocan los temas del conocimiento de la
ética por encima del tema de la cosmología. Se
desentienden de la problemática cosmológica
anterior y centran su reflexión en el pensar y actuar del
hombre. Difunden en el pueblo la inquietud por el discurso
racional y el deseo de saber. Elaboran el concepto de justicia y
amplían el concepto de ley, relativizando las leyes
civiles particulares con la afirmación de una naturaleza
común a todos los hombres que fundamenta el derecho y la
ley natural. Imprimen un gran avance a la gramática y la
retórica al perfeccionar el uso del lenguaje y la
oratoria. "Los sofistas son considerados como los fundadores de
la ciencia de la educación: pusieron los fundamentos de la
pedagogía y la formación intelectual sigue en gran
parte, toda vía hoy, los mismos senderos"
(Paideia, de Werner Jeager).

A los sofistas les interesaba más el razonamiento
lógico que la verdad en sí misma. Les importaba
sobre todo educar a verdaderos oradores que pudieran triunfar en
el futuro. Su ideal era educar para la dirección
política, a través de la palabra brillante,
enderezada a persuadir, ya que para Gorgias la palabra
servía para convencer o embelesar.

Los sofistas desconfiaron de la capacidad de la
razón humana para responder al interrogante de qué
son las cosas, lo cual condujo a un relativismo respecto a la
verdad absoluta. Sus antecesores habían filosofado sin
sentir la duda inquietante de la capacidad de la razón
humana para alcanzar la verdad. Opinaban que, aunque existiera
una respuesta a las preguntas filosóficas, los seres
humanos no seríamos capaces de encontrar respuestas
seguras a los misterios de la naturaleza y del universo. Por eso
relativizaron las posiciones antagónicas de
Heráclito y Parménides.

Como el hombre es la medida de todas las cosas, todo es
relativo, no se puede conocer la verdad. Según
Protágoras, no existen verdades universalmente
válidas y objetivas. Puede cada cual mirar las cosas a su
manera, "Como cada cosa me parece, así es para mí;
y como aparece a ti, así es para ti". La verdad no existe,
sino mi verdad. Es bueno y verdadero aquello que a cada cual
parece bueno y verdadero. Todo es relativo; las cosas son como
parecen. El hombre mediante su opinión y valoración
da sentido a la realidad. Todo es bueno o malo dependiendo del
punto de vista de quien lo mire. De ese modo se constituye el
hombre en la medida de todo lo que se quiere presentar como
verdad; y consiguientemente todo lo que es valor, norma, ley,
idea e ideal. "El hombre es la medida de todas las cosas, de las
que son en cuanto son, y de las que no son en cuanto no son".
Siempre hay que valorar lo que es bueno o malo, correcto o
incorrecto, en relación con las necesidades del hombre.
"Haciendo hincapié en la importancia de la
percepción humana, sofistas como Protágoras dudaban
que la humanidad pudiera ser capaz de alcanzar nunca la verdad
objetiva a través de la razón, y defendían
que el éxito material, en lugar de la verdad, debía
ser el propósito de la vida" (Enciclopedia Microsoft
Encarta).

Con escepticismo afirmaban que nada existe; que si algo
existiera, no podría ser conocido; y que si algo existiera
y pudiera conocerse, no podría comunicarse a los
demás. Todo ello propicia el cambio del punto de mira de
la razón, que se vuelve hacia el mismo ser humano y su
propia capacidad de conocer. Pero aunque no seamos capaces de
encontrar la respuesta a todos los enigmas de la naturaleza,
sabemos que somos seres humanos obligados a convivir en sociedad.
Por eso, los sofistas optaron por interesarse por el ser humano y
por su lugar en la sociedad.

Sistema platónico

Platón, considerado como uno de los mejores
pensadores de Occidente, estableció un asombroso y
extraordinario sistema filosófico que ha tenido una
impresionante influencia hasta la época actual, ya que
sirve de base y fundamento a la civilización
occidental.

Platón, para la construcción de su
formidable y extraordinario sistema filosófico, se
nutrió de planteamientos de los Presocráticos,
principalmente de los pitagóricos, Heráclito y
Parménides, y de los sofistas y de Sócrates. De los
pitagóricos tomó la doctrina sobre el origen y la
preexistencia de las almas, su inmortalidad y sus
reencarnaciones; la necesidad de la ascética, y la
función catártica de la filosofía. De
Heráclito el dinamismo, el cambio, el devenir de las cosas
o del ser. De Cratilo el fluir de las cosas o el principio de que
en la naturaleza todo fluye y nada tiene consistencia firme y
estable. De Parménides y los eleatas (de donde obtuvo la
mayor influencia) la intuición intelectual, la
razón, el pensamiento; la teoría de los dos mundos:
el mundo sensible o de la realidad sensible (apariencias) y el
mundo suprasensible o de la realidad suprasensible, inteligible
(verdades), y la dialéctica (discusión por medio de
argumentos). De Sócrates la idea de concepto o los
conceptos permanentes o generales (el verdadero ser); la
convicción moral profunda o preocupación moral y
política; el anhelo por llegar a la esencia de las cosas,
y el método inductivo de investigación.

En su filosofía se observan múltiples
influencias asimiladas y conciliadas en una síntesis muy
personal. "A partir de estas influencias y en una
aspiración permanente de captar y expresar la realidad,
Platón trata de responder a los grandes interrogantes del
ser, del saber y del obrar, elaborando así una gran
síntesis filosófica que durante muchos siglos ha
cautivado la simpatía de espíritus inquietos y
generosos, y que aportó al filosofar actitudes valiosas y
perdurables" (Filosofía Grecorromana, de Juan
José Sáenz Adrados y Luis José
González Álvarez).

Las teorías postuladas por Platón son, en
su mayor parte, un trabajo derivado de la enseñanza que
recibió de Sócrates. "A más de
discípulo de Sócrates y conservador de sus
principios, Platón se conduce como el coordinador
que articula y recoge todos los descubrimientos que sus
antecesores habían aportado a la filosofía.
Armonizando los criterios de milesios y pitagóricos, de
Heráclito y Parménides, y de los mediadores entre
éstos, elabora la maravillosa síntesis de su
sistema, explicando su concepción del cosmos, del hombre y
del conocimiento, de un modo genial y único"
(Introducción a la filosofía, de Mercedes
y Rosaura García Turudi).

Francisco Gutiérrez, en su libro Vida y obra
de Filósofos y Pensadores,
precisa que Platón
ha sido uno de los filósofos más importantes e
influyentes de todos los tiempos, y agrega que tras continuar con
el pensamiento de su maestro Sócrates, creó un
sistema filosófico en el que ideas precisas e intuiciones
religiosas se aúnan; y este sistema, con todos los
defectos que se le puedan anotar desde la perspectiva del siglo
XX, tuvo una perdurabilidad de más de mil años. "En
realidad, no sería exagerado decir que Platón es
fundamental para comprender la mentalidad occidental en general,
y cristiana-católica en particular" (Vida y obra de
Filósofos y Pensadores).

El núcleo del pensamiento de Platón es la
antagonía entre el conocimiento verdadero (la
exísteme) y la mera opinión (la doxa). "Toda la
obra de Platón constituye la búsqueda de un valor
absoluto, susceptible de unificar en un solo haz el ser y el
existir" (Diálogos de Platón, de la
colección de Grandes Pensadores de SARPE). Su portentoso e
influyente sistema, que es de capital importancia para la
filosofía, es un ejemplo de excelente elaboración
literaria. La expone a través de excelsos diálogos,
en los cuales difunde el método dialéctico,
haciendo un espectacular derroche del más depurado y
encantador lenguaje para construir portentos de poéticas
metáforas; además, aporta nuevas expresiones al
lenguaje filosófico, cuyo uso ha perdurado hasta nuestros
días. "El diálogo, principal recurso utilizado por
el filósofo griego, reproduce fielmente el discurso
hablado y, además, le proporciona más valor a su
investigación filosófica, la cual se reviste de
trascendencia social; de esta manera, Platón reafirma su
concepción de la filosofía como una labor
encaminada hacia el desarrollo tanto individual como de toda
sociedad… Los diálogos de Platón crearon la
base para las teorías elaboradas por los pensadores de la
cultura de occidente" (Personajes del Mundo, de
Prolibros).

Platón buscaba la relación entre lo eterno
y lo inalterable, y lo que fluye (transcurre). Y su
aspiración más profunda era entender la realidad
absoluta (las ideas) superando la movilidad y la contingencia de
los seres del mundo físico.

Dividió la realidad en dos mundos: el ideal y el
sensible. El mundo real es el mundo de las ideas, y el sensible
el de las apariencias. El mundo ideal es el mundo suprasensible,
ideal, inteligible, estático, de la verdad, de la
razón, del pensamiento, de la luz, superior, invisible,
perfecto, es original, el mundo ideal, caracterizado por ser
único, eterno, infinito, inmóvil, inmutable,
indivisible, celeste, puro, abstracto, donde las cosas son, es el
mundo mental. El mundo aparente es el mundo sensible,
ininteligible, cambiante, aparente, físico, inferior,
imperfecto, visible, terreno, de la opinión, de los
sentidos, de las sombras, de los fenómenos, de la
imitación, es una copia, el mundo de las cosas,
caracterizado por ser múltiple, temporal, finito,
móvil, mutable, divisible, material; es el mundo donde las
cosas no son.

Estableció que el camino hacia la cosa en
sí era la ciencia o el conocimiento: sensibilidad
(opinión), razón (matemáticas) e
intuición (ideas); el amor y el ascetismo. Planteó
que mediante la virtud (armonía cósmica), la
purificación o el ascetismo se logra la felicidad, la cual
se alcanza a través de la contemplación libre de
las ideas, liberando el alma de apegos materiales.

Planteó que la misión del filósofo
es sacar a los demás hombres de las tinieblas de la
ignorancia y de las sombras de la opinión para que
contemplen la verdadera realidad del mundo de las ideas,
presidido e iluminado por el sol de la Idea del Bien (la idea
suprema); porque muchos hombres que nunca han contemplado la luz
de la verdad ni las cosas reales, creen contemplar la realidad en
las sombras. "Los hombres viven soñando y sólo el
filósofo trata de despertar". Platón nos advierte
que las cosas sensibles son sombras, apariencias,
imitación, reflejo y participación imperfecta de la
verdadera realidad. Sólo a la luz de la filosofía y
de la dialéctica se puede conocer dónde está
la justicia en la vida pública y en la vida
privada.

Su teoría de las ideas domina todo el pensamiento
platónico y responde a su aspiración más
profunda: "entender la realidad absoluta superando la movilidad y
contingencia de los seres del mundo físico"
(Filosofía Grecorromana, de Juan José
Sáenz Adrados y Luis José González
Álvarez).
El centro de la filosofía de
Platón lo constituye su teoría de las formas o de
las ideas. En el fondo, su idea del conocimiento, su
teoría ética, su psicología, su concepto del
Estado y su concepción del arte deben ser entendidos a
partir de dicha perspectiva.

Las ideas son la realidad absoluta, el verdadero ser, el
ser perfecto, el ser realísimo, el arquetipo, el modelo,
la unidad, el fin, la realidad, objetos permanentes, cosas en
sí, grados supremos del ser, entidades estables,
inmutables, simplicísimas, inteligibles, puramente
inteligibles, verdaderas realidades, causa y fuente de todas las
cosas. Son esencias que sólo captamos en nuestro
pensamiento y sobre las que descansa el mundo del verdadero
ser.

Las ideas son realidades que existen, las únicas
existentes, puesto que las cosas que vemos y tocamos son sombras
efímeras; son lo que son, indirectamente y por
metaxis o participación con las ideas. Los seres
que contemplamos en nuestra existencia sensible, en el mundo
sensible, no son más que sombras efímeras,
transitorias, imperfectas, pasajeras, reproducciones
ínfimas e inferiores de las ideas. El conocimiento, la
"episteme", consiste en elevarnos por medio de la
dialéctica, de la discusión, de las tesis que se
contraponen y se van depurando en la lucha de unas contra otras,
para llegar desde el mundo de lo sensible, por la
discusión, a una intuición intelectual de este
mundo suprasensible, compuesto por las unidades sintéticas
que son las ideas. Todas las ideas penden de una idea principal a
todas ellas: la idea del bien.

La teoría de las ideas se
puede entender mejor en términos de entidades
matemáticas. Un círculo, por ejemplo, se define
como una figura plana compuesta por una serie de puntos, todos
equidistantes de un mismo lugar. Sin embargo, nadie ha visto en
realidad esa figura.
Lo que la gente ha visto son figuras
trazadas que resultan aproximaciones más o menos acertadas
del círculo ideal. De hecho, cuando los matemáticos
definen un círculo, los puntos mencionados no son
espaciales, sino lógicos. No ocupan espacio. No obstante,
aunque la forma de un círculo no se ha visto nunca (y no
se podrá ver jamás) los matemáticos y otros
sí saben lo que es. Para Platón, por lo tanto, la
forma de círculo existe, pero no en el mundo físico
del espacio y del tiempo; existe como un objeto inmutable en el
ámbito de las ideas, que sólo puede ser conocido
mediante la razón.

Las ideas tienen mayor entidad que los objetos en el
mundo físico, tanto por su perfección y estabilidad
como por el hecho de ser modelos, semejanzas que dan a los
objetos físicos comunes lo que tienen de realidad. Las
formas circular, cuadrada y triangular son excelentes ejemplos de
lo que Platón entiende por idea. Un objeto que existe en
el mundo físico puede ser llamado círculo, cuadrado
o triángulo porque se parece ("participa de") a
la idea de círculo, cuadrado o
triángulo.

Platón hizo extensiva su teoría
más allá del campo de las matemáticas. En
realidad, estaba más interesado en su aplicación en
la esfera de la ética social. La teoría era su
forma de explicar cómo el mismo término universal
puede referirse a muchas cosas o acontecimientos particulares. La
palabra justicia, por ejemplo, puede aplicarse a centenares de
acciones concretas porque esos actos tienen algo en común,
se parecen a, participan de, la idea de justicia. Una persona es
humana porque se parece a, o participa de, la idea de humanidad.
Si humanidad se define en términos de ser un animal
racional, entonces una persona es humana porque es racional. Un
acto particular puede considerarse valeroso o cobarde porque
participa de esa idea. Un objeto es bonito porque participa de la
idea, o forma, de belleza. Por lo tanto, cada cosa en el mundo
del espacio y el tiempo es lo que es en virtud de su parecido con
su idea universal. La habilidad para definir el término
universal es la prueba de que se ha conseguido dominar la idea a
la que ese universal hace referencia.

Platón concibió las ideas
de manera jerárquica: la idea suprema es la de Dios que,
como el Sol en el Mito de la Caverna, ilumina todas las
demás ideas. La idea de Dios representa el paso de
Platón en la dirección de un principio
último de explicación. En el fondo, la
teoría de las ideas está destinada a explicar el
camino por el que uno alcanza el conocimiento y también
cómo las cosas han llegado a ser lo que son. En lenguaje
filosófico, la teoría de las ideas de Platón
es tanto una tesis epistemológica (teoría del
conocimiento) como una tesis ontológica (teoría del
ser).

En su teoría del conocimiento sostiene que nada
de lo que existe en el mundo de los sentidos permanece. No se
puede saber nada con seguridad de algo que cambia constantemente
"No puede haber conocimiento firme sobre lo que carece de
firmeza". Sólo podemos tener conocimientos seguros de
aquello que vemos con la razón. La razón es la
misma para todas las personas. La razón es eterna y
universal porque sólo se pronuncia sobre asuntos eternos y
universales. Como la razón es la misma para todas las
personas, es eterna y universal, y sólo se pronuncia sobre
asuntos eternos y universales, podemos conocer lo que es eterna y
universalmente verdadero, eterna y universalmente hermoso y
eterna y universalmente bueno. No podemos tener conocimientos
seguros sobre algo que vemos con los ojos. Sólo podemos
tener ideas vagas sobre lo que sentimos, pero sí podemos
conseguir conocimiento cierto sobre aquello que reconocemos con
la razón. Lo único verdaderamente existente en
sí y por sí son las ideas.

El conocimiento atraviesa por tres grados: sensible,
racional discursivo y racional intuitivo. El conocimiento
sensible tiene por objeto los seres materiales que se nos dan a
través de los sentidos. A los sentidos corresponde un
mundo variable, inestable, del cual no puede existir una
verdadera ciencia. El conocimiento racional discursivo versa
sobre el número y la cantidad; se refiere a las verdades
matemáticas. El conocimiento racional intuitivo se refiere
a los seres carentes de toda materia y de toda cantidad; es el
mundo de las ideas; sólo de éste puede haber
verdadera ciencia. El mundo inteligible o de las ideas es el
verdadero, el objetivo, eterno, inmutable y sólo de
él hay ciencia.
La teoría de las ideas de
Platón y su teoría del conocimiento están
tan interrelacionadas que deben ser tratadas de forma conjunta.
Influido por Sócrates, Platón estaba persuadido de
que el conocimiento se puede alcanzar. El conocimiento debe ser
certero e infalible, y debe tener como objeto lo que es en verdad
real, en contraste con lo que lo es sólo en
apariencia.

Ya que para Platón lo que es real tiene que ser
fijo, permanente e inmutable, identificó lo real con la
esfera ideal de la existencia en oposición al mundo
físico del devenir. Una consecuencia de este planteamiento
fue su rechazo del empirismo, la afirmación de que todo
conocimiento se deriva de la experiencia. Pensaba que las
proposiciones derivadas de la experiencia tienen, a lo sumo, un
grado de probabilidad. No son ciertas. Más aun, los
objetos de la experiencia son fenómenos cambiantes del
mundo físico; por lo tanto, los objetos de la experiencia
no son objetos propios del conocimiento.

La teoría ética de Platón
descansa en la suposición de que la virtud es conocimiento
y que éste puede ser aprendido. Dicha doctrina debe
entenderse en el conjunto de su teoría de las ideas. Como
ya se ha dicho, la idea última para Platón es la
idea de Dios, y el conocimiento de esa idea es la guía en
el trance de adoptar una decisión moral. Mantenía
que conocer a Dios es hacer el bien. La consecuencia de esto es
que aquel que se comporta de forma inmoral lo hace desde la
ignorancia. Esta conclusión se deriva de su certidumbre de
que una persona virtuosa es realmente feliz y como los individuos
siempre desean su propia felicidad, siempre ansían hacer
aquello que es moral.

El mundo de las ideas está configurado mediante
una jerarquización de las ideas. "La idea suprema es el
Bien; por debajo de ella se encuentran la belleza y la justicia.
Todas las demás ideas se irían situando por debajo
de estas tres en virtud de su importancia. El bien, la belleza y
la justicia forman la trilogía platónica del mundo
de las ideas" (Enciclopedia Superior, Círculo de
Lectores). Las ideas se caracterizan por la jerarquía en
que se encuentran ordenadas; "de la idea de bien se desprenden
todas las otras ideas, como la belleza, la verdad y la
simetría; después están las ideas que hacen
referencia a las virtudes y valores morales; a
continuación, los conceptos matemáticos y,
finalmente, las esencias de los seres sensibles" (Personajes
del Mundo,
de Prolibros).

Platón pensaba que persiguiendo el bien, es
decir, lo justo, el alma se purifica; se prepara a conocer la
verdad, primera e indispensable condición de su progreso.
Continuando, ensanchando la idea de lo bello, el alma alcanza la
belleza intelectual, esa luz inteligible, madre de las cosas,
animadora de las formas, sustancia y órgano de Dios.
Sumergiéndose en el alma del mundo, el alma humana siente
nacer sus alas. Persiguiendo la idea de lo verdadero, alcanza la
pura esencia, los principios contenidos en el espíritu
puro, reconoce su inmortalidad por la identidad de su principio
con el principio divino.

Según Platón, la razón del ser
humano es algo eterno y mutable. Tiene un cuerpo material y un
alma racional. Todo lo que podemos tocar y sentir fluye. Todo lo
que pertenece al mundo de los sentidos está formado por
una materia que se desgasta con el tiempo. Todo está hecho
con un molde eterno e inmutable: ideas. ¿Qué es el
mundo de las ideas? La realidad detrás del mundo de los
sentidos. Las ideas son eternas e inmutables. El grado supremo de
Ser (ideas) corresponde al grado supremo de conocimiento
(dialéctica).

Uno de los componentes sobresalientes de su sistema lo
constituye el método dialéctico, que es un
procedimiento discursivo que consiste en depurar las ideas
obtenidas intuitivamente, mediante la contraposición de
otras ideas (tesis y antítesis), hasta esclarecer las
primeras. La dialéctica es la ciencia del razonamiento
lógico. Es el arte de descubrir la verdad gracias a la
discusión, poniendo de relieve y eliminando las
contradicciones del adversario. Sirve para aprender a entender la
naturaleza de la realidad, es decir, las formas. Es la
única ciencia que sistemáticamente se propone
definir la naturaleza esencial de las cosas. No deja "piedra sin
remover" en la búsqueda de la verdad. En ningún
momento baja la guardia, cuestiona todas las presuposiciones que
encuentra a su paso y no está contenta hasta que ha
llegado a una definición final. Un hombre no llega
realmente a comprender algo hasta que es capaz de expresar lo que
es, hasta que pueda definirlo. Es un proceso que se inicia con
una pregunta sobre la naturaleza de algo (una pregunta como
"¿Qué es la justicia?") y que prosigue hasta
conseguir, mediante un largo debate, una definición.
Durante la discusión se cuestionan un buen número
de presuposiciones y se descartan varias respuestas incorrectas a
la pregunta original.

La dialéctica tiene un sentido ascensional, para
pasar de lo múltiple a lo uno, de lo contingente a lo
necesario, de lo particular a lo común, de lo móvil
a lo inmutable, de las apariencias a la realidad, de las
imágenes a la verdad. Hace de la verdad un camino
ascensional que opera con afirmaciones y negaciones, es decir,
por contradicción en diálogo que genera mutuas
oposiciones.

Platón tenía una idea
antagónica del arte y del artista aunque aprobara algunos
tipos de arte religioso y moralista. Su enfoque tiene que ver una
vez más con su teoría de las ideas. Una flor
bonita, por ejemplo, es una copia o imitación de las ideas
universales de flor y belleza. La flor física es una
reproducción de la realidad, es decir, de las ideas. Un
cuadro de la flor es, por lo tanto, una reproducción
secundaria de la realidad. Esto también significa que el
artista es una reproducción de segundo orden del
conocimiento y, en realidad, la crítica frecuente de
Platón hacia los artistas era que carecían de un
conocimiento verdadero de lo que estaban haciendo. La
creación artística, observó, parecía
tener sus raíces en una inspirada locura.

La República, la mayor
obra política de Platón, trata de la
cuestión de la justicia y de la estructura del Estado
ideal; por lo tanto de las preguntas: ¿qué es la
justicia?, ¿quién es un individuo justo? y
¿qué es un Estado justo? En esta formidable obra
sostiene que:

  • Toda ciudad es en verdad dos ciudades que
    están en guerra entre sí.

  • El gobierno debe consistir en la coordinación
    de todas las fuerzas sociales y en la adaptación de la
    vida pública al progreso total.

  • La política es la rapacidad por el
    presupuesto y los cargos públicos.

  • El pueblo no está nunca convenientemente
    educado para escoger sus propios gobernantes. Porque el
    pueblo no comprende nada; y no hace más que ir
    repitiendo lo que le dicen sus dirigentes.

  • El gobierno de las masas es un mar demasiado
    tempestuoso para que la nave del Estado pueda navegar por
    él.

  • Toda democracia desemboca insensiblemente en
    tiranía. Locura es dejar al capricho de la multitud la
    elección de los funcionarios.

  • No habrá estados mejores mientras no haya
    hombres mejores.

El Estado ideal, según
Platón, se compone de tres clases. La estructura
económica del Estado reposa en la clase de los
comerciantes. La seguridad, en los militares, y
el liderazgo político es asumido por los
reyes-filósofos. La clase de una persona viene
determinada por un proceso educativo que empieza en el nacimiento
y continúa hasta que esa persona ha alcanzado el
máximo grado de educación compatible con sus
intereses y habilidades. Los que completan todo el proceso
educacional se convierten en reyes-filósofos. Son aquellos
cuyas mentes se han desarrollado tanto que son capaces de
entender las ideas y, por lo tanto, toman las decisiones
más sabias. En realidad, el sistema educacional ideal de
Platón está, ante todo, estructurado para producir
reyes-filósofos.

Asoció las virtudes tradicionales
griegas con la estructura de clase del Estado ideal. La
templanza es la única virtud de la clase
artesana, el valor es la virtud de la clase militar y la
sabiduría caracteriza a los gobernantes. La
justicia, la cuarta virtud, caracteriza a la sociedad en
su conjunto. El Estado justo es aquel en el que cada clase debe
realizar su propia función sin entrar en las actividades
de las demás clases.

Platón aplicó al análisis
del alma humana un esquema semejante: la racional, la voluntad y
los apetitos. Una persona justa es aquella cuyo elemento
racional, ayudado por la voluntad, controla los
apetitos.

Su concepción del Estado se relaciona con sus
ideas psicológicas: la clase social de los gobernantes se
corresponde con el alma racional del individuo; la de los
militares, con el alma irascible; la de los comerciantes y
agricultores, con la concupiscible. A cada una de estas clases
corresponde la respectiva virtud de prudencia, fortaleza y
templanza, a las que se une la justicia, como reguladora del
conjunto. La prudencia es la causa de hacer rectamente las cosas.
La fortaleza es la causa de preservar y no acobardarnos en los
peligros y temores. La templanza es la causa de refrenar los
apetitos desordenados, y no dejarnos cautivar de pasión
alguna, sino que vivamos honestamente. La justicia es la causa de
operar justamente en la sociedad y tratos.

La prudencia o sabiduría regula el alma racional
(localizada en la cabeza). Es una orientación hacia los
bienes divinos. Regula las acciones, disponiéndolas para
huir del mundo engañoso de las apariencias y
orientándolas hacia la contemplación de las
realidades superiores. La fortaleza o el valor regula el apetito
o alma irascible (localizada en el pecho), la cual impulsa a las
pasiones nobles y generosas, sacrificando los placeres al deber.
La templaza o la moderación regula el alma concupiscente
(localizada en el vientre) poniendo moderación en los
apetitos del hombre. La justicia es una virtud general que
armoniza a todas las demás. Tiene por objeto poner orden y
armonía en el conjunto, asignado a cada parte la
función que le corresponde dentro de la totalidad. Refleja
así el orden del universo. "Por la justicia nos asemejamos
a lo que es invisible, divino, inmortal y sabio".

Reflexionó sobre las grandes dimensiones del
derecho: Lo justo (deber ser); lo legal (ser), y lo formal (norma
escrita). No siempre todo lo justo es legal. Planteó que
"el hombre hace el mal porque desconoce el bien". Algo que sea
legal no quiere decir que sea moral y, por la misma regla de
tres, que sea moral no quiere decir que sea legal Advirtió
que las apariencias o sucedáneos del gobernante son
ambición, prestigio, condecoraciones, honor, poder,
riqueza.

La influencia ejercida por Platón recayó,
principalmente, en la labor filosófica de su alumno
Aristóteles, a pesar de sus controversias. Platón
proporcionó elementos que permitieron el establecimiento
de la psicología, la pedagogía y la ética.
"En la cultura occidental, el platonismo constituye una
constante, que impregna toda la historia de las ideas. El
logos platónico (ética, doctrina del alma,
teoría del conocimiento, ontología) se mantuvo
vivo… El platonismo está en la base de los
simbolistas medievales, e inspira a los panteístas del
Renacimiento italiano. Partes vitales de la doctrina
platónica son fácilmente reconocibles en Plotino,
en San Agustín y en Escoto Eriúgena. Para Pascal,
Platón es uno de los elementos filosóficos que
preparan el advenimiento del cristianismo. La intuición de
la idea y del ser, tan especialmente platónicas, reaparece
en Descartes y en la razón suficiente de Leibniz. El
platonismo, su convicción de que todo conocimiento es
conocimiento de algo, es el marco en que opera la
fenomenología y es el sistema de referencia de Spinoza,
Kant y Hegel. Pues Platón tuvo una notable influencia en
el nacimiento y desarrollo del Idealismo alemán,
especialmente en Schelling" (Diálogos de
Platón,
de la colección de Grandes Pensadores
de SARPE).

Según la Enciclopedia Microsoft Encarta,
la influencia de Platón a través de
la historia de la filosofía ha sido inmensa. Su Academia
existió hasta el año 529, en que fue cerrada por
orden del emperador bizantino Justiniano I, que se oponía
a la difusión de sus enseñanzas paganas. El impacto
de Platón en el pensamiento judío es obvio en la
obra del filósofo alejandrino del siglo I Filón de
Alejandría. El neoplatonismo, fundado en el siglo III por
el filósofo Plotino, supuso un importante desarrollo
posterior de las ideas de Platón. Los teólogos
Clemente de Alejandría, Orígenes y san
Agustín de Hipona fueron los primeros exponentes
cristianos de una perspectiva platónica. Las ideas
platónicas tuvieron un papel crucial en el desarrollo del
cristianismo y también en el pensamiento islámico
medieval.

Durante el Renacimiento, el primer centro de
influencia platónica fue la Academia Florentina, fundada
en el siglo XV cerca de Florencia. Bajo la dirección de
Marsilio Ficino, sus miembros estudiaron a Platón en
griego antiguo. En Inglaterra, el platonismo fue recuperado en el
siglo XVII por Ralph Cudworth y otros que se dieron a conocer
como la Escuela de Cambridge. La influencia de Platón ha
llegado hasta el siglo XX de la mano de pensadores como Alfred
North Whitehead, que una vez le rindió tributo al
describir la filosofía como una simple "serie de
anotaciones de Platón".

La influencia del pensamiento platónico ha sido
decisiva en las corrientes idealistas hasta fines del siglo XIX,
desde los escolarcas de la Academia, y en movimientos como el
escepticismo, estoicismo, eclecticismo, etc. El platonismo
está presente en la tradición latina, árabe,
judía y bizantina, así como en el Renacimiento y en
los moralistas ingleses del siglo XVII.

Platón es, quizá después de
Aristóteles, el pensador que más actualidad tiene
en nuestro tiempo. Su "teoría de los dos mundos", por
citar sólo una parte de su vasto e importantísimo
pensamiento, de una u otra manera, influye en nuestra forma de
ver el mundo, de pensar y de actuar. "Hace más de veinte
siglos que murió, pero sigue más vivo que las dos
terceras partes de los hombres que habitan la tierra en estos
momentos. Platón, Platón, manifestó alguna
vez: "Lo que digo puede no ser verdad, pero si no lo es le anda
rasando" (GOULD M., Laurence. La ciencia y el humanismo de
nuestro tiempo.
CORREO DE LA UNESCO. Promoción
Cultural, S.A., Bacelona, 1973).

Sistema aristotélico

Aristóteles, luego de estudiar toda la
filosofía de sus predecesores, la sintetizó y
sistematizó, estableciendo un formidable sistema que
ejerció una influencia extraordinaria hasta el siglo
XVI.

Aristóteles representa la forma más pura y
clásica del realismo metafísico. Su
filosofía constituye la expresión más
acabada y completa del mismo. Acometió el estudio del ser,
y desde entonces los demás filósofos no han
terminado el estudio de las categorías del ser, que son
las directivas del pensamiento lógico y los aspectos
reales de todo ser en general: sustancia, cantidad, cualidad,
relación, lugar, tiempo, acción, pasión,
posición y estado. Planteó por primera vez el
problema de la estructura del ser, considerando que ésta
es, al mismo tiempo, estructura del pensar: da a las
categorías un sentido a la vez lógico y
ontológico.

Su filosofía representa el esfuerzo máximo
y mejor logrado para estructurar en general una concepción
del universo de tipo realista. "La influencia que la
filosofía de Aristóteles ha tenido en el mundo es
algo extraordinario, algo formidable. Toda la antigüedad
después de él se apodera de la magnífica
enciclopedia científica que constituyen sus obras. Su
Metafísica, su filosofía primera,
constituyen también la base del pensamiento
filosófico desde entonces para todo el mundo, ya sea para
aceptarlo y desarrollarlo, ya a veces para oponerse a él;
pero siempre la oposición supone aceptación, aunque
sea para combatir", precisa el filósofo español
Manuel García Morente en sus Lecciones Preliminares de
Filosofía
, y aclara que la técnica
filosófica (maestría para analizar conceptos
finalmente, para establecer distinciones, para conducir las
distinciones certeramente a la finalidad que se persigue) no se
adquiere sino en contacto profundo con la filosofía de
Aristóteles.

Una de las aportaciones
características de la filosofía de
Aristóteles fue la nueva noción de causalidad. Los
primeros pensadores griegos habían tendido a asumir que
sólo un único tipo de causa podía ser
explicatoria; Aristóteles propuso cuatro: la causa
material (materia de la que está compuesta una cosa), la
causa eficiente o motriz (fuente de movimiento, generación
o cambio), la causa formal (la especie, el tipo o la clase) y la
causa final (objetivo o pleno desarrollo de un individuo, o la
función planeada de una construcción o de un
invento). Así pues, un león joven está
compuesto de tejidos y órganos, lo que constituiría
la causa material; la causa motriz o eficiente serían sus
padres, que lo crearon; la causa formal es su especie
(león); la causa final es su impulso innato por
convertirse en un ejemplar maduro de su especie. En contextos
diferentes, las mismas cuatro causas se aplican de forma
análoga. Así, la causa material de una estatua es
el mármol en que se ha esculpido; la causa eficiente, el
escultor; la causa formal, la forma que el escultor ha dado a la
estatua (Hermes o Afrodita, por ejemplo); y la causa final, su
función (ser una obra de arte).
Aristóteles pensaba que su noción de las
causas era la clave ideal para organizar el conocimiento. Sus
notas de clases son una impresionante prueba de la fuerza de
dicho esquema.

Lo que más preocupaba a Aristóteles era la
naturaleza viva. Fue el último gran filósofo griego
y el primer biólogo de Europa. No sólo
utilizó la inteligencia, sino los sentidos. Creó el
lenguaje profesional que usan las ciencias actualmente.
Sistematizó, fundó y ordenó las distintas
ciencias.

A juzgar por algunos aspectos tratados en el presente
texto, desprevenidamente se podría pensar que
Aristóteles es un personaje que se equivocó en
muchos de sus planteamientos. ¡Cuidado! ¡Las
cosas no son lo que parecen ni parecen lo que son!
Como
filósofo debo hacer una "defensa" de este filósofo
y científico griego, considerado por el consenso
occidental como el pensador más brillante y genial de toda
la historia de la filosofía.

A pesar de sus "equivocaciones", es el pensador
más influyente en el fundamento de la tradición
occidental. La filosofía debe a Aristóteles el
despliegue en disciplinas particulares. Su división de las
ciencias en teóricas, prácticas y poéticas,
y sus esquemas lógicos se han mantenido durante muchos
siglos y aún hoy perduran en no pocos aspectos. Aunque la
mayor parte de los escritos de Aristóteles se han perdido,
su doctrina ha tenido mayor influjo en la historia que la de
ningún otro pensador hasta el presente. Todas sus
obras se distinguen por la síntesis de fuerza especulativa
y una apertura nada común a los fenómenos
empíricos. "Las categorías aristotélicas,
fuertemente asidas a la tradición escolástica, han
constituido un universo intelectual de necesaria referencia",
aclara el filósofo Rafael Méndez en su libro
"Clásicos del Pensamiento Universal
Resumidos
".

El pensamiento aristotélico estructura los
cimientos de la cosmovisión moderna. Este auténtico
filósofo, un hombre de amplísimos alcances, con
saber enciclopédico, hizo invaluables aportes en el campo
de las ciencias, la zoología, la botánica, la
biología, la astronomía, la cosmología, la
física, etc., los cuales determinaron una visión
más general del mundo hasta los tiempos de la modernidad.
La ciencia política o politología debe
muchísimo a este singular pensador. A pesar de que
Platón, en su obra La República, presentó de
forma utópica cómo debía ser la ciudad
perfecta, "la mayor parte de los estudiosos coinciden en que
Aristóteles fue el auténtico precursor de la
ciencia política. Entre otras aportaciones, su tratado
Política sobre los diferentes regímenes
anticipó el gran esfuerzo que implica clasificar las
formas del Estado y sigue ejerciendo una fuerte influencia sobre
esta ciencia" (Biblioteca de Consulta Microsoft
Encarta).

Su ética es uno de los productos más
elaborados y acabados del pensamiento humano. Según la
Biblioteca de Consulta Microsoft Encarta, "Aristóteles
estudió y sistematizó casi todas las ramas
existentes del conocimiento y proporcionó las primeras
relaciones ordenadas de biología, psicología,
física y teoría literaria. Además,
Aristóteles delimitó el campo conocido como
lógica formal, inició la zoología y
habló de casi todos los problemas filosóficos
principales reconocidos en su tiempo. Conocido por los pensadores
medievales como el filósofo, Aristóteles
es quizá el pensador más importante y de mayor
influencia en la historia y el desarrollo intelectual de
Occidente".

Sobre la grandeza de Aristóteles, Francisco
Gutiérrez reconoce en su libro "Vida y Obra de
Filósofos y Pensadores" que Aristóteles, "uno de
los más grandes filósofos de todos los tiempos", es
el padre del pensamiento occidental e inventor de la
lógica formal. "Aristóteles –señala-
es una de las glorias de Grecia y constituye, además
patrimonio de toda la humanidad. Sin Aristóteles,
sería virtualmente imposible entender la evolución
del pensamiento occidental hasta el Renacimiento. Evidentemente,
no puede despreciarse un sistema de ideas que ha sobrevivido
más de dos mil doscientos años". Por su parte, la
referida biblioteca Encarta sostiene que Aristóteles ha
sido considerado "como uno de los pensadores más
destacados de la antigua filosofía griega y posiblemente
el más influyente en el conjunto de toda la
filosofía occidental". El filósofo estadounidense
Lou Marinoff, en su libro Más Platón y menos
Prozac,
afirma que "Aristóteles desarrolló la
importancia y los usos del pensamiento crítico, sentando
las bases de siglos de investigación filosófica.
Fue pionero en muchas ciencias físicas y sociales, aunque
hoy en día sus aportaciones apenas tienen valor para los
científicos, dado que eran meras especulaciones
teóricas (no realizaba experimentos ni le preocupaban
demasiado las comprobaciones empíricas). También
inventó la lógica, que en su forma elemental es muy
provechosa para los clientes cuyos problemas son fruto de errores
de pensamiento crítico".

Según la Enciclopedia Microsoft Encarta,
la influencia de la filosofía de
Aristóteles ha sido general, contribuyendo incluso a
determinar el lenguaje moderno y el denominado sentido
común, y su concepto del "Primer Motor" como causa final
ha tenido un importante papel dentro de la teología. Antes
del siglo XX, decir lógica significaba en exclusiva hacer
referencia a la lógica aristotélica. Hasta el
renacimiento, e incluso después, tanto poetas como
astrónomos ensalzaron el concepto aristotélico del
Universo. El estudio de la zoología estuvo basado en la
obra de Aristóteles hasta que, en el siglo XIX, el
científico británico Charles Darwin
cuestionó la doctrina de la inmutabilidad de las especies.
En el siglo XX se ha producido una nueva apreciación del
método aristotélico y de su relevancia para la
educación, el análisis de las acciones humanas, la
crítica literaria y el análisis
político.

No sólo la disciplina de la
zoología, sino el mundo del saber en general, parecen
justificar el comentario realizado por Darwin, quien llegó
a afirmar que los héroes intelectuales de su época
eran simples colegiales al lado del viejo Aristóteles. "SE
ha estudiado a Aristóteles como gran filósofo y
metafísico. Pero ¿quién piensa en él
como una de las grandes figuras de la ciencia? ¿Se
enseña a los estudiantes que se le consideraba el
más grande de los naturalistas, el padre de la
biología, el hombre que inició el estudio de la
fisiología, la embriología, la anatomía
comparada y la ecología? Darwin no sabía que lo
fuera, y llegó a muy mayor antes de saberlo, momento en
que dijo: "No tenía la más remota idea de lo
maravilloso que fue Aristóteles" (GOULD M., Laurence.
La ciencia y el humanismo de nuestro tiempo. CORREO DE
LA UNESCO. Promoción Cultural, S.A., Barcelona,
1973).

El escritor y semiólogo italiano Umberto Eco, en
su libro El Nombre de la Rosa lo llama "El
Filósofo". Uno de sus personajes (el monje Jorge de
Burgos) lo ataca por haber cambiado la imagen del mundo: "Cada
libro escrito por ese hombre ha destruido una parte del saber que
la cristiandad había acumulado a lo largo de los siglos.
Los padres habían dicho lo que había que saber
sobre el poder del Verbo y bastó con que Boecio comentase
al Filósofo para que el misterio divino del Verbo se
transformara en la parodia humana de las categorías y del
silogismo. El libro del Génesis dice lo que hay que saber
sobre la composición del cosmos, y bastó con que se
redescubriesen los libros físicos del Filósofo para
que el universo se reinterpretara en términos de materia
sorda y viscosa, y para que el árabe Averroes estuviese a
punto de convencer a todos de la eternidad del mundo.
Sabíamos todo sobre los nombres divinos, y el dominico
enterrado por Abbone, seducido por el Filósofo, los ha
vuelto a enunciar siguiendo las orgullosas vías de la
razón natural. De este modo, el cosmos, que para el
Areopagita se manifestaba al que sabía elevar la mirada
hacia la luminosa cascada de la causa primera ejemplar, se ha
convertido en una reserva de indicios terrestres de los que se
parte para elevarse hasta una causa eficiente abstracta. Antes
mirábamos el cielo, otorgando sólo una mirada de
disgusto al barro de la materia; ahora miramos la tierra, y
sólo creemos en el cielo por el testimonio de la tierra.
Cada palabra del Filósofo, por la que ya juran hasta los
santos y los pontífices, ha trastocado la imagen del
mundo."

Aristóteles, a juzgar por la obra de Eco, de
Miguel de Cervantes Saavedra y de Herman Hesse, por no citar sino
a éstos, era un hombre una respetable sabiduría.
"Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y
desvelábase por entenderlas y desentrañarles el
sentido, que no se lo sacara ni las entendiera el mesmo
Aristóteles, si resucitara para sólo ello" (El
Quijote de la Mancha
). "Cuando la fiebre asciende, hasta un
Aristóteles puede comportarse de inexplicable modo"
(Narciso y Golldmundo).

El brillantísimo escritor e intelectual Jorge
Luis Borges, en su cuento La Busca de Averroes,
considera a Aristóteles como "manantial de toda
filosofía" y agrega que este griego fue "otorgado a los
hombres para enseñarles todo lo que se puede saber". En
una entrevista publicada en "El Tiempo Argentino", en
1984, afirma que la filosofía occidental ha tomado como
punto de partida a Aristóteles. En su opinión
alejarse de Aristóteles es peligroso.

A pesar de sus detractores, Aristóteles sigue
interesándonos porque se planteó el problema de la
ciencia. Así lo critiquemos, su epistemología llama
profundamente nuestra atención. "Al echar una mirada llena
de agudeza a todas las regiones de la naturaleza, a todos los
campos de la cultura, Aristóteles ha hecho, sin duda, una
obra de carácter enciclopédico, pero también
de ensayista de epistemología", reconoce Hervé
Barreau, uno de sus biógrafos. Su grandeza y contundente
vigencia radica en el hecho de ser el fundador de la
lógica formal, la biología y la política,
entre otras ciencias y artes, y haber sido el primer
filósofo que se negó a separar la experiencia y la
razón. "Aristóteles nos interesa hoy como
filósofo de la ciudad, como filósofo de la vida y
como filósofo del lenguaje", afirma Barreau.

El aristotelismo ha sido superado, es cierto, pero
Aristóteles, más allá del aristotelismo, no
pierde vigencia, es comentado y estudiado. Sus tres principales
invenciones (lógica, biología y política)
atraen nuestra admiración y nos imponen la
reflexión. "Sus trabajos suscitan aún nuestras
curiosidades por su precisión y por su amplitud, pero su
ejemplo provoca aún más nuestra ambición y
nuestra necesidad de saber", agrega Barreau. Aristóteles,
en concepto de Barreau, nos llegó tres aspectos o
exigencias que enmarcan el pensamiento y se trenzan
indefinidamente entre sí:

1. El pensamiento humano es prisionero del lenguaje y
debe explorar sus fuentes a fin de saber servirse de él.
"La silogística de Aristóteles ha repercutido sobre
el lenguaje que pretendía en ciencia lo que es esencial en
matemáticas", aclara. Por ello, Aristóteles puede
ser considerado como el primer instaurador consciente de una
matemática de la filosofía.

2. El pensamiento lógico-matemático nos
obliga a proceder de un modo axiomático, que es
válido en todos los campos.

3. En el mundo humano, son la palabra y la finalidad de
elementos constitutivos. Si el hombre no estuviera dotado de
lenguaje, no habría formado nunca con otros esta sociedad
en la que recibe la revelación de sí
mismo.

Matthew Stewart, un irreverente filósofo, quien
fustiga al Aristóteles platónico y ensalsa al
Aristóteles auténtico, sostiene que el
auténtico Aristóteles tenía sus manos y sus
pies firmemente plantados en la fascinante diversidad
empírica de la vida terrenal, porque el Aristóteles
platónico es confuso y contradictorio. "El
auténtico Aristóteles no fue un simple
filósofo; fue una universalidad entera. Fue el complejo
científico-industrial de su tiempo. Su mayor conquista fue
su labor en zoología, por la que se considera el fundador
de la ciencia de la biología", precisa. Johannes
Hirschberger, en su Historia de la filosofía nos
dice que "Aristóteles ha tenido el mérito de juntar
del modo más feliz en su filosofía política
identidad y realidad, el todo y la parte, la comunidad y el
individuo, derechos y deberes, todo esto en una admirable
síntesis, en la que uno de los dos presupone y afirma
siempre el otro, como dos conceptos correlativos mutuamente se
presentan y afirman, o como en una tensión polar de los
contrarios, los contrarios dan sentido al todo y el todo da
sentido a los contrarios… Dentro de un equilibrio
sorprendentemente bello se nos muestra siempre la
filosofía de Aristóteles como síntesis feliz
de teoría y práctica, de verdad y de vida". Es tan
valioso el aporte de Aristóteles que "gran parte de
nuestro vocabulario técnico, tanto científico como
filosófico, no es sino la traducción a las lenguas
modernas de los términos utilizados por
Aristóteles, y refleja, para bien o para mal, las sutiles
distinciones del filósofo" (Diccionario
filosófico,
de Dagobert D. Runes). Mijail Bakuninn
señala que Aristóteles, el verdadero padre de la
ciencia y de la filosofía positiva, fue el primero que
estudió como un analista y un experimentador que era, la
lógica, las leyes del pensamiento humano, y al mismo
tiempo el mundo físico, no en su esencia ideal, ilusoria,
sino en su aspecto real (Dios y el estado).

El imponente, incólume y perenne edificio del
multifacético saber que construyó
Aristóteles con sus innovadores planteamientos ha servido
de vivienda, recinto de trabajo, centro de estudio e
investigación, escenario político, claustro
filosófico, científico y religioso, y lugar de
convivencia social durante más de dos mil doscientos
años. Edificio que se ha mantenido firme, gracias a sus
sólidas columnas de física, lógica,
biología, zoología, botánica,
astronomía, cosmología, política,
mitología, arte de la retórica, crítica
literaria, psicología y filosofía, a pesar de los
duros embates y envestidas de nuevos planteamientos, nuevas
teorías, nuevos inventos, nuevos descubrimientos y de sus
detractores. Sus columnas más socavadas, como la
física, la astronomía y la cosmología,
aún resisten las demoledoras arremetidas, aunque con mucha
dificultad permanecen incólumes, porque ellas sostuvieron
durante mucho tiempo la estructura que sirvió de base a la
física, la astronomía y la astrofísica
modernas. El viejo edificio, con sus pilares resquebrajados y
socavados, seguirá en pie durante milenios por muchos de
sus saberes y porque el cristianismo, que posiblemente nos
influenciará durante algunos siglos más,
está sistematizado y estructurado en algunos de sus
planteamientos y en los de su maestro Platón. Así
sea en ruinas, el edificio aristotélico
proporcionará escombros útiles para el
saber.

Desde los Presocráticos hasta el periodo
helenista (cinismo, epicureismo, escepticismo, estoicismo y
neoplatonismo) brilló con luces resplandecientes la
filosofía griega, la cual constituyó el fundamento
de toda la posterior especulación de la filosofía
occidental. "Las hipótesis intuitivas de los antiguos
griegos presagiaron diversas teorías de la ciencia moderna
e incluso muchas de sus ideas morales fueron incorporadas a las
doctrinas del cristianismo. Igualmente, el pensamiento
político de los pensadores griegos influyó de forma
determinante a lo largo de la historia" (Enciclopedia
Microsoft Encarta).

Sistema cartesiano

El sistema aristotélico sufrió un golpe
profundo tras el surgimiento del sistema cartesiano, del sistema
de Renato Descartes (1596-1650). Muchas de sus ciencias, entre
ellas la física, sufrieron grandes modificaciones o fueron
superadas de manera sorprendente. Su doctrina metafísica
del ser, conocida como realismo aristotélico, fue
superado por el Idealismo cartesiano,
estableciéndose una nueva y revolucionaria
concepción y compresión del ser. De una actitud
espontánea, natural, extravertida, se pasó a una
actitud voluntaria, deliberada, artificial, introvertida. De
afirmar la existencia real de las cosas, en sí mismas y
por sí mismas, independientes de nuestros pensamientos, se
pasó a establecer la existencia del pensamiento como
única realidad existente y a dudar de la existencia real
de las cosas sensibles, del mundo que nos rodea. Esto
contribuyó a determinar otra forma de concebir y ver el
mundo, el universo, de percibir, interpretar y sistematizar la
realidad, el ser. El Idealismo, que superó al realismo,
construyó un mundo de pura sustancialidad
geométrica, que es el mundo de la ciencia moderna. Por eso
la ciencia moderna parte del pensamiento cartesiano. De él
arranca la físicomatemática. La filosofía de
Descartes inaugura una era de intelectualismo y de racionalismo
que se lanza sobre todos los problemas, del mundo, de la ciencia
y de la vida. Su sistema fue "el espolique que mueve todo el
pensamiento científico de un lado y filosófico del
otro en nuestra cultura moderna" (Lecciones preliminares de
filosofía,
de Manuel García
Morente).

Descartes razonó sobre diversos temas y
contribuyó a enriquecer las matemáticas, la
física, la metafísica, la medicina, la
tecnología y creó la geometría
analítica, superando la geometría plana de
Euclides. "Utilizó la ciencia y las matemáticas
para explicar y pronosticar acontecimientos en el mundo
físico. Si no podía comprobarlo, no creía en
nada. Su frase más recordada ("Pienso, luego existo")
muestra su idea principal: lo único de lo que no podemos
dudar es de nuestros pensamientos" (Biblioteca Microsoft
Encarta).
El sistema creado por Descartes "es un complejo
conjunto de elementos diversos, como el método, la
metafísica, la antropología filosófica, los
avances científicos, las matemáticas y las ideas
religiosas y filosóficas, entre otros" (Personajes del
mundo
, de Prolibros Ltda.). Su combinación del
álgebra y la geometría para resolver problemas le
sirvió para sentar las bases del cálculo de Newton.
Sus ideas "abrieron el camino a la investigación
sistemática de la física y la biología, al
idear modelos técnicos de los procesos que operan al
interior de esas ciencias pues, a partir de ellos, se pueden
construir los modelos del mundo real" (Personajes del
mundo
, de Prolibros Ltda.) También realizó
descubrimientos sobre las leyes de la luz y estableció un
derrotero nuevo en el estudio de la fisiología aplicando
su mecanicismo al funcionamiento del cuerpo humano. Se le
considera el padre de la filosofía moderna porque su
sistema constituye un punto de referencia para todo el
pensamiento racionalista y empirista. "Con Descartes adviene la
modernidad y con ésta se inaugura un nuevo horizonte: el
de la subjetividad. El yo pienso se convierte en el
primer principio indubitable de la nueva filosofía. Y a
medida que el incipiente Idealismo cartesiano avanza hacia el
Idealismo en sus diversas formas, el mundo natural y Dios
pasarán a ser meras cosas pensadas, y por lo mismo,
radicadas en el yo, nueva realidad radical. Dentro del
nuevo horizonte, las cosas no son lo que de suyo son, sino lo que
yo pienso que son" (Metafísica desde
Latinoamérica,
de Germán Marquínez
Argote).

El aludido Matthew Stewart, doctor en filosofía
de Oxford, con su mentalidad pragmática, de manera
irreverente, irónica y mordaz cuestiona y descalifica a
Descartes, negándole su paternidad de la modernidad, pero
reconoce su originalidad, su genio matemático y su
influencia sobre la ciencia; además de aceptar que fue uno
de los primeros en ofrecer una formulación clara y
razonable de la ley de inercia y una ley que describía los
ángulos formados por los rayos al atravesar una
superficie, registra que "defendió de forma consistente
las interpretaciones mecanicistas de los fenómenos
naturales, en detrimento de las teleológicas: pensó
que las explicaciones físicas debían describir
causa y efectos, más que presuntos propósitos de la
naturaleza o de Dios" (La verdad sobre todo, de Matthew
Stewart).

A pesar de sus detractores y de los puntos
débiles de su sistema, no se puede desconocer que su
irrefutable y evidente influencia ha sido fundamental en la
historia de la filosofía moderna y aún sigue
vigente. Descartes constituye un punto de partida y referencia
para todo el pensamiento posterior, que a partir de ese instante
se halla ya plenamente comprometido con la realidad. Muchos de
sus planteamientos, descubrimientos y creaciones siguen siendo
valiosos aportes para la filosofía, la ciencia, la
técnica, el progreso y la educación. Ángela
Calvo de Saavedra, profesora de la Pontificia Universidad
Javeriana, exalta la grandeza del pensamiento cartesiano y
reconoce sus valiosos aportes en los diferentes campos del
saber.

En la modernidad, con la influencia de Descartes, el
hombre, conocedor de su dualidad sustancial (res cogitans y res
extensa), implementó la sustancia pensante y logró
el dominio del mundo extenso a través de conocimiento
científico, surgiendo así el ideal de una
física técnica, del poder, de la
utilización, posesión, fabricación y
apropiación, tomando conciencia de que el saber es saber
hacer y poder hacer, un obrar técnico en el que el mundo
es un utensilio. "Descartes condujo con sus planteamientos a la
sociedad occidental por una vía que aún sigue
vigente, encaminada a enseñorearse de las fuerzas de la
naturaleza; él prescribió ciertos límites
anclados en saber detenerse a tiempo, no acariciar proyectos que
siendo útiles a unos, perjudiquen a otros. Es decir, que
hay una ley que nos obliga a procurar, en la medida de lo
posible, el bien general de todos los hombres. Desafortunadamente
la historia pronto olvidó esa condición interna del
auténtico quehacer científico"
(Filosofía II, de Ángela Calvo de
Saavedra).

Calvo de Saavedra resalta el valiosísimo aporte a
la racionalidad y a la educación que se manifiesta en la
actitud de duda y en viraje de la problemática del
conocimiento. La actitud de duda iluminó la
didáctica y comenzó a metodizar el proceso de
aprendizaje, haciéndolo racional. Descartes
revolucionó profundamente la problemática del
conocimiento porque no intentó agotar la mutiplicidad del
objeto sino reconstruirlo a partir de la actividad del sujeto, de
la razón, que deja de ser reflejadora pasiva de la esencia
existente fuera, en los objetos. "La educación
habrá de promover el despliegue autónomo de la
razón del educando; fomentar la iniciativa; entrarse en la
actividad reflexiva, abandonando la práctica tradicional
cimentada en amueblar la memoria con contenidos considerados
evidentes por populares y comunes. La razón no se dio al
hombre para obedecer sino para pensar, transformar y vivir mejor.
La clave: encaminarla bien, trabajar básicamente en el
método, garantía de unidad de la sabiduría
humana" (Filosofía II, de Ángela Calvo de
Saavedra).

En conclusión, el sistema de Descartes o
cartesiano, que establece un viraje espectacular dentro de la
tradición filosófica, impone una nueva manera de
percibir, interpretar y sistematizar la realidad, las cosas. El
problema metafísico encuentra la solución
sustancialista. "Yo descubro mi propio ser como ser
pensante; descubro entre mis ideas la idea de Dios como
garantía, afirmo la existencialidad de los objetos de mis
ideas claras y distintas; por consiguiente, del espacio,
movimiento, número y sus modificaciones. De donde
Descartes extrae una metafísica de las tres sustancias: la
sustancia pensante (el alma); la sustancia extensa (el cuerpo), y
Dios, sustancia infinita creadora" (Lecciones preliminares de
filosofía
). El ser se convierte en el sujeto que
constituye por la representación un horizonte de objetos.
La conciencia, el pensamiento, es la forma de afianzarnos en la
verdad. Hasta allí llega la duda universal,
metódica, calculadora, fría. Sólo desde el
pensamiento se proyectará todo: conocimiento, realidad,
existencia, sentir, querer… "Pienso, luego existo"
será la fórmula sobre la cual girará toda la
modernidad. El ser será una manifestación del
pensar. "Somos porque pensamos". El pensamiento pasa a ser el
centro de todo. La conciencia crea el ser y lo entrega a su
dominio.

Diferencias entre el realismo aristotélico y
el Idealismo cartesiano

Realismo aristotélico

1 ¿Quién existe? Las cosas, el mundo de
las cosas y yo en ellas. Esos seres son y son
inteligibles.

2 ¿Qué es saber? Tener muchos
conceptos.

3 ¿Cuál es el método? La
discusión (dialéctica) entre conceptos mal formados
y conceptos mejor formados. En búsqueda de la verdad,
emplea el método lógico, que consiste en
la aplicación de las leyes del pensamiento racional que
nos permite transitar de una posición a otra
posición por medio de los engarces que los conceptos
más generales tienen con otros menos generales, hasta
llegar a lo particular. La silogística ordena y demuestra
de manera lógica las verdades ya establecidas.

4 ¿Qué es el juicio? Operación
intelectual que consiste en afirmar o negar el predicado de un
sujeto.

5 ¿Cómo es la realidad de las cosas?
Dada.

6 ¿Cómo es la actitud? Natural,
espontánea, inocente, extravertida. El hombre adopta una
actitud natural de suponer que lo que existe son esas cosas que
ve, toca y toma.

7 ¿De dónde procede el conocimiento? De
las cosas (objeto) hacia mí (sujeto).

8 ¿Qué es primero? La cosa; el
conocimiento, después.

9 ¿Cómo es la cosa o el ser?
Inteligible.

10 ¿Existe discrepancia entre el conocimiento y
la realidad? No.

11 ¿Entre el pensamiento y la cosa hay perfecta
adecuación? Sí.

12 ¿Cómo se define la verdad? Por la
adecuación entre el pensamiento y la cosa, a través
de la formación de los conceptos. Un concepto es verdadero
cuando lo que el concepto dice y lo que la cosa es,
coinciden.

13 ¿Cómo son las cosas? Inteligibles y
tienen en su propio ser la esencia.

14 ¿Cómo es nuestra relación con
las cosas? Mediata, porque el concepto sirve de intermediario
entre nuestra mente y las cosas. Mediante el concepto conocemos
las cosas. Como nuestro conocimiento es mediato, es dubitable,
ofrece flanco a la duda.

15 ¿Cómo debuta? Por la
ontología.

16 ¿Cómo es la realidad del mundo
exterior? No es problemática.

17 ¿Cuál es la primera realidad
descubierta? Las cosas.

18 ¿Qué es lo único indubitable?
Nada.

19 ¿Cuál es la base del realismo? La
estructura del ser en general.

20 ¿Tiene realidad el mundo exterior? Sí.
Es un mundo sensible. Inteligible.

21 ¿De dónde sale el mundo? De las
cosas.

22 ¿Cómo es el mundo fuera de mis
pensamientos? Verdadero.

23 ¿Cuál es el principal problema? Crear
conceptos.

24 ¿Cuál es el centro de gravedad? Las
cosas.

25 ¿De dónde salen las cosas? Del mundo
exterior.

26 ¿Qué se opone entre el sujeto que
conoce y el objeto conocido? Los conceptos.

27 ¿Es problema la realidad del mundo exterior?
No. No es problema la existencia y la realidad de las cosas en el
mundo porque son en sí mismas inteligibles.

28 ¿Cómo es el ser de las cosas? El ser de
las cosas es antes e independiente de todo pensamiento, pero es
un ser inteligible, existe en sí mismo y por sí
mismo, independiente de mí. Uno de sus principales
postulados es la inteligibilidad de las cosas mismas

29 ¿Qué le interesa? Las cosas
sensibles.

30 ¿Cómo considera al ser? Bajo la especie
de la cosa, bajo la especie de la sustancia.

Idealismo cartesiano

1 ¿Quién existe? El pensamiento,
yo pensando, yo y mis pensamientos. "Yo soy una cosa que piensa".
La existencia radica sólo en ser una cosa que piensa. 2
¿Qué es saber? Obtener un conocimiento
indubitable, pasar de un saber confuso y oscuro a un saber claro
y distinto. Aclarar la certeza de nuestro conocimiento. Lograr
conocimientos certeros sobre la naturaleza de la vida. El
verdadero conocimiento no se alcanza mirando hacia los hechos,
hacia las cosas; se alcanza mirando hacia las ideas que tenemos
de las cosas.

3 ¿Cuál es el método? La
duda. Su método lo concibió como una necesidad de
dar a la filosofía un orden, una coherencia, hacer de ella
una disciplina para colocarla a salvo de las interpretaciones
subjetivas, de las mismas conjeturas. Es un método
racional-deductivo, propio de las matemáticas, que es un
saber universal, necesario y válido para todos en todas
partes. Descartes basa su filosofía en la búsqueda
de un nuevo método para explicar el mundo y el
conocimiento. Ese método debía reunir el rigor de
la lógica formal y de las matemáticas. Para hallar
la verdad, lo evidente, es necesario recurrir al proceso de la
duda metódica, porque la verdad debe ser una verdad
apodíctica (que vale por sí misma) independiente de
las verdades de la tradición y la autoridad (verdades de
fe); una verdad de la cual surjan las restantes a través
de un proceso deductivo. Este método no admite nada como
verdadero, como objetivo, mientras no se presente como algo
evidente. Permite llegar a la obtención de verdades firmes
y objetivas.

4 ¿Qué es el juicio? Afirmar las
ideas claras y distintas, negar las ideas confusas u
oscuras.

5 ¿Cómo es la realidad de las
cosas?
Demostrada o deducida o construida.

6 ¿Cómo es la actitud?
Artificial, voluntaria, adquirida, intencional, insólita,
introvertida. Por eso procede con cautela, precaución,
prudencia. La filosofía se vuelve de espaldas al sentido
común.

7 ¿De dónde procede el
conocimiento?
Del sujeto (yo) a las cosas (objetos). Prima
la idea de sujeto sobre el objeto, de la conciencia frente al
ser. No son los objetos o las cosas los que determinan la
objetividad de un conocimiento, sino las ideas que tengamos de
esas cosas en cuanto se presenten con claridad y
distinción.

8 ¿Qué es primero? El
conocimiento; la cosa, después.

9 ¿Cómo es la cosa o el ser?
Inteligente, pensante.

10 ¿Existe discrepancia entre el conocimiento
y la realidad
? Sí.

11 ¿Entre el pensamiento y la cosa hay
perfecta adecuación?
No.

12 ¿Cómo se define la verdad? La
verdad, además de verdadera, debe ser cierta. La
cuestión no es saber pocas o muchas cosas, sino saber de
verdad. No le interesa la cantidad de conocimiento, sino lo
indubitable. Le interesa la indubitabilidad. El pensamiento, como
fenómeno de la conciencia, es indubitable. No se puede
aceptar nada como cierto, como verdadero, hasta tanto no se
presente como un hecho real, palmario, evidente. La
filosofía debe ser axiomática, porque las verdades
axiomáticas deben ser fundamentadoras, evidentes,
distintas, claras, intuitivas, simples.

13 ¿Cómo son las cosas? Oscuras y
confusas. Hay que dudar mucho de los pensamientos confusos y
oscuros; de los pensamientos e ideas claras y distintas, poco. El
mundo sensible se compone de pensamientos oscuros y confusos, que
dan cuerpo y margen a la duda. Los objetos pensados por ideas
claras y distintas son reales.

14 ¿Cómo es nuestra relación
con las cosas?
Inmediata. Sólo el pensamiento llena
las condiciones de inmediatez.

15 ¿Cómo debuta? Por la
teoría del conocimiento (epistemología). Como
problema metafísico se plantea el problema del
método. Busca la certidumbre valiéndose del
método.

16 ¿Cómo es la realidad del mundo
exterior?
Es problemática.

17 ¿Cuál es la primera realidad
descubierta
? Yo pensando.

18 ¿Qué es lo único indubitable? El
pensamiento. El punto de partida del filosofar es la propia
interioridad, conciencia, yo, del sujeto pensante desde donde se
pueden alcanzar la objetividad y certeza de nuestros
conocimientos, la necesidad y la universalidad de la ciencia, la
convicción segura de nuestra propia existencia, la
objetividad de Dios, del mundo.

19 ¿Cuál es la base del Idealismo? La
identidad del pensamiento que es inmediato y el yo
mismo.

20 ¿Tiene realidad el mundo exterior?
Sí, pero es una realidad geométrica. Es un mundo de
la pura sustancialidad geométrica.

21 ¿De dónde sale el mundo? Del
yo. Es un mundo de ideas claras y distintas, un mundo de puras
realidades geométricas. El mundo está montado sobre
el yo pensante, la extensión y Dios. El yo pensante no es
algo que entre a ser contenido de conciencia, sino que es
conciencia continente.

22 ¿Cómo es el mundo fuera de mis
pensamientos?
Dudoso.

23 ¿Cuál es el principal
problema?
Cómo descubrir la verdad.

24 ¿Cuál es el centro de
gravedad?
El pensamiento.

25 ¿De dónde salen las cosas? Del
yo. El Idealismo consiste en pensar las cosas derivadas del yo.
La existencia es una consecuencia del pensamiento. En el pensar
se patentiza la existencia.

26 ¿Qué se opone entre el sujeto que
conoce y el objeto conocido?
Nada.

27 ¿Es problema la realidad del mundo
exterior?
Sí.

28 ¿Cómo es el ser de las cosas?
Dependen de mi pensamiento. No existen en sí y por
sí, ni fuera de mí.

29 ¿Qué le interesa? La
indubitabilidad.

30 ¿Cuál es el principal objeto de la
filosofía?
La búsqueda de un método
apropiado para filosofar.

31 ¿Cuál es el nuevo ser del
Idealismo?
El pensamiento puro.

32 ¿Cuáles son los residuos del
realismo?
La cosa, la sustancia. El pensamiento es una cosa,
yo soy una cosa que piensa, yo soy una sustancia pensante. Por
eso incluye también en el concepto de sustancia el
problema del fundamento del ser; hay dos clases de sustancia:
infinita (Dios) y finita, subdividida en espiritual, el alma (res
cogitans) y la corpórea, el cuerpo (res
extensa).

33 ¿Cómo sacar el mundo exterior del
pensamiento y del yo?
Hay dos soluciones: 1.
Sicológica. Investigar el alma (Hume). 2. Lógica.
Síntesis lógica del pensamiento (Kant). Hume
explica el mundo como producto de las leyes sicológicas
del alma. Kant explica el mundo como producto de las leyes de
síntesis lógica del pensamiento.

34 ¿Cuáles son las consecuencias del
Idealismo cartesiano?
El racionalismo y el subjetivismo. El
racionalismo consiste en la supremacía de la razón
sobre las cosas, sobre los objetos. Desde la razón todo se
puede justificar. El subjetivismo consiste en quitar o eliminar
el objeto como garantía de objetividad. El sujeto, la
evidencia, la claridad y distinción de las ideas es el
criterio que nos permite saber cuando algo es
verdadero.

Sistema kantiano

El extraordinario, genial y originario sistema kantiano
o kantismo, excelsa combinación (rigurosamente elaborada y
articulada) de Idealismo Trascendental, Criticismo, Apriorismo y
Agnosticismo, supuso un giro definitivo en la historia de la
filosofía occidental.

A partir del sorprendente y revolucionario sistema
kantiano, (que presenta la más contundente y definitiva
ruptura de la modernidad con el Realismo
aristotélico-escolástico), el sujeto será el
centro, a cuyo en torno girarán todas las cosas. Ya no
serán nuestros conocimientos los que deban regularse por
los objetos, sino los objetos los que deben regularse por
nuestros conocimientos. No será el sujeto el que deba
girar alrededor del objeto, sino el objeto en torno del sujeto.
El objeto debe girar en torno de las estructuras
apriorísticas de que viene dotado el sujeto; sólo
en ellas se garantiza la objetividad del conocimiento. En este
sentido, "la verdad para Kant, no será ya la conformidad
del pensamiento con los objetos conocidos, sino al contrario, lo
que hace que algo sea verdadero u objetivo, será la
concordancia con las leyes necesarias y universales del
entendimiento" (Filosofía moderna, de Hernando
Barragán Linares). La llamada revolución
copernicana
de Kant consiste en que ya no se ocupa de los
objetos sino de la manera que tenemos de conocerlos. No
sólo es la conciencia la que se adapta a las cosas; las
cosas también se adaptan a la conciencia. Su
revolución cambió la cosmovisión respecto de
las estructuras mentales con relación a la naturaleza, al
plantear que "el orden de la naturaleza se moldea según
las estructuras mentales y no, como se suponía
anteriormente, que la naturaleza es la que moldea las estructuras
mentales del hombre" (el Diccionario filosófico,
de Leonor Martínez Echeverri). La naturaleza del
conocimiento se halla condicionada por la naturaleza del sujeto.
El objeto de conocimiento ha de adecuarse a las facultades
cognoscitivas del sujeto, y no como pensaban los antecesores de
Kant: que el conocimiento debía adecuarse a la naturaleza
del objeto. Kant antepuso la investigación del conocer a
la investigación del ser. Kant dio un "giro copernicano" a
la metafísica, por cuanto ya no serán las cosas
quienes rigen al entendimiento, sino que es el entendimiento
quien rige y formaliza a las cosas. Es el sujeto el que crea el
objeto.

Su originalidad radica en el hecho de que, en lugar de
confiar ingenuamente en la razón como facultad capaz de
resolver los enigmas del universo, la somete a un riguroso
estudio, investigación o crítica para establecer su
capacidad, valor y límites antes de realizar cualquier
construcción sistemática de la
razón.

Su sistema también se denomina Idealismo
Trascendental, y trascendental significa en lenguaje kantiano la
condición para que algo sea objeto de conocimiento;
aquello que hace posible el conocimiento de la experiencia y no
traspasa los límites de la misma. Se refiere a las
condiciones a priori del conocimiento. Busca lo que es a priori
en los datos de la sensación. Condición que
descubrimos en un objeto, pero que ha sido puesta o supuesta por
el sujeto en el objeto, para convertirlo en objeto cognoscible.
Estudio de las condiciones de todo conocimiento, aportadas por el
sujeto cognoscente y sin las cuales no se podría dar
ninguna representación objetiva. Es todo conocimiento en
general que se ocupe, no de los objetos, sino de la manera que
tenemos de conocerlos, en tanto que sea posible a priori. La
filosofía trascendental es una filosofía
especulativa, teórica, que busca, ante todo, establecer
las condiciones a priori de todo conocimiento. El adjetivo
trascendental deriva de trascendente: lo que existe en sí
y por sí, independiente de mí. Su filosofía
también se denomina Trascendentalismo, por estar del lado
"de acá" de la experiencia, frente a la filosofía
trascendente que indaga "más" allá de la
experiencia. "El conocimiento trascendental es un conocimiento
acerca de nuestras formas de conocer las cosas. Más
concretamente, versa sobre nuestras maneras de conocer en la
medida en que este conocimiento es a priori" (La verdad sobre
todo,
de Matthew Stewart).

A través de su Idealismo Crítico o
Criticismo, que rechaza las teorías dogmáticas
precedentes, precisa que, antes de conocer algo, hay que analizar
el instrumento mismo del conocimiento (razón) y sus
posibilidades. "Evidentemente, la investigación de las
facultades cognoscitivas del hombre, el estudio de las fases
fundamentales del proceso cognoscitivo y el examen de las
relaciones entre el pensamiento y el conocimiento sensible son
los problemas de la filosofía" (VARIOS. Enciclopedia
Superior Círculo de Lectores
).

El pensamiento kantiano es una filosofía
crítica, es una teoría del conocimiento. "No del
conocimiento como germen, como posibilidad, sino como
conocimiento científico matemático de la naturaleza
ya establecido. Mediante un análisis riguroso de la
razón señala las condiciones del conocimiento
científico, los límites y las posibilidades de la
mente humana" (Lecciones preliminares de
filosofía,
de Manuel García Morente).
También se presenta como una reflexión universal
del espíritu sobre sí mismo, como una
reflexión del hombre culto sobre su total conducta
valorativa. Su intención era "interpretar la realidad como
un entramado regido por relaciones matemáticas"
(Personajes del mundo, de Prolibros). El sistema
kantiano "es el sistema filosófico más
extraordinario, más profundo, mas discutido y más
estudiado de todos cuantos existen" (Lecciones preliminares
de filosofía,
de Manuel García
Morente).

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