- Ambrosio Alfinger
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Ambrosio Alfinger
En 1527 Juan de Ampués, enviado por la Audiencia de Santo Domingo, fundó una población española en un sitio que llamó Santa Ana de Coro. Apenas tenía un año de vida la iniciada colonia, cuando el Emperador Carlos V, con el objeto de conseguir el dinero que ofrecía la compañía Welser, de banqueros alemanes, cedió a éstos, como feudo de la corona, todo el territorio de Venezuela, desde el Cabo de la Vela hasta Maracapana, con derecho a conquistar tierra adentro, fundar dos ciudades y tres fortalezas bajo el mando de un Gobernador o Adelantado, que nombraría la compañía.
1528. El primer Adelantado que nombraron se llamó Ambrosio Alfinger, el cual llegó á Coro á fines de este año.
Alfinger trajo para atender a sus expediciones descubridoras unos 400 infantes y 80 de caballería, todos nacionalizados como españoles, según las ordenes del Rey. El adelantado se hizo cargo del Gobierno, y se apresuró a recorrer territorios, deseoso de no perder tiempo y reembolzar lo más pronto posible lo que había entregado al Emperador la Compañía.
Bajo el dominio de Alfinger, capitanes y soldados todos tenían facultad de saltear y robar, asolando, quemando caseríos, y cautivando cada cual para sí a los míseros indígenas que enviaban a vender como esclavos a las Antillas. De aquel botín daban una parte al Adelantado y otra guardaban para entregar después a la Compañía alemana.
1530. Alfinger volvió a Coro a rehacerse y preparar una nueva expedición por el lado de occidente. Entre quienes acompañaban a Alfinger se cuentan muchos de los que después se hicieron notables en la conquista del Nuevo Reino de Granada.
Llegaron al sitio que hoy llaman Río de Hacha. De allí pasaron al Valle-Dupar y bajaron hacia las márgenes del río Magdalena por la laguna de Tamalameque. En aquellos lugares consiguieron muchos dijes e ídolos de oro. El tesoro era tan pesado, que Alfinger resolvió descansar en aquel lugar algún tiempo, y enviar a Coro los 60,000 castellanos de oro que llevaba, con un oficial seguro, acompañado de veinticinco hombres y de los indígenas que necesitase para cargar todo aquello. De aquellos expedicionarios el único que regresó a Coro, años más tarde, fue Francisco Martín.
Cansado Alfinger de aguardar el regreso de los que había mandado a Coro, resolvió continuar su viaje de descubrimiento por las orillas del río Magdalena. Como aquella ruta era dificilísima, se internó por las agrias serranías que forman hoy las provincias de Vélez y Soto en el departamento de Santander en Colombia.
Alfinger subió con su tropa medio desnuda y sin tener con qué abrigarse, de las ardientes márgenes del río Magdalena, a los helados páramos de lo que hoy día se llama Estado de Santander, por territorios de indios Guanes.
Caminaron por en medio de aquellos riscos y serranías, pasando en pocas horas del clima más ardiente al más frío, rodeados de peligros de todo género, y animados siempre por la esperanza de descubrir oro y más oro, lo cual era toda su ambición y su único anhelo.
Semejantes penalidades acabaron con la existencia de algunos españoles y cerca de trescientos indígenas, que habían llevado como esclavos desde las ardientes márgenes del mar.
Los Guanes fundamentaron su economía en el agro, minería, industria, caza y pesca. Cultivaron: maíz, yuca, tabaco, patatas, calabazas, ahuyamas, plátano, algodón y fique. Recolectaron oro de aluvión, piedras y cuarzos. Trabajaron el barro para hacer recipientes y para utilizarlo en construcciones de bahareque en sus bohíos. Hilaron algodón y fique y elaboraron mantas a color. Intercambiaron productos agrícolas e industriales con las tribus vecinas del sur: Muiscas y Laches.
Los que habitaban las tierras del sur de Lebrija fueron ante todo agricultores, hiladores, tejedores de mantas de algodón y fique; procesadores de la palma de nacuma para las esteras de rusque; alfareros de vasijas y moyas. Los del norte, más cercanos a los ríos y quebradas, a las zonas boscosas de Santa Rosa, Aguirre, la Victoria y Cuzamán, fueron pescadores y cazadores; mineros del río de oro, los que habitaban las laderas de la Aguada, El Oso y Llanadas. Sus relaciones eran más cercanas con los Chitareros del oriente, los Chiriguaníes del norte y los Yariguíes del occidente.
En sus labores cotidianas y pacíficas los encontró la expedición conquistadora de alemanes españolizados y españoles comandados por el alemán Ambrosio Alfinger en 1.529. Ambrosio Alfinger había sido nombrado Gobernador de Coro, por la compañía Welser o Welzares, en virtud del contrato de concesión firmado entre ésta y el emperador Carlos V, el 27 de marzo de 1.528. Fue el primer conquistador que pisó las tierras de Santander por la región del Río Lebrija. Llegó por el norte. Venía de Maracaibo. Penetró, abusivamente, en tierras de La Gobernación de Santa Marta. Recorrió parte de las Serranías de Perijá y de los Motilones, el Valle del Cesar y Chiriguaná, el valle del Magdalena adjunto al piedemonte de la Cordillera Oriental, hasta la desembocadura del río Sogamoso al río Magdalena.
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