- El
Barroco Español - Pedro
Calderón de la Barca (1600 – 1681) - Tema
del Libre Albedrío: La vida es
sueño - Lope
de Vega (1562 – 1635) - Teatro
Nacional del Siglo de Oro: Lope de Vega - Teatro
cortesano: Calderón de la Barca
El Barroco es una
época contrapuesta al Renacimiento que destaca por un
siempre presente sentimiento de desconfianza, pesimismo y
desengaño.
El siglo XVII y el auge de las premisas
barrocas coincidieron en España con un brillante y fecundo
período literario que dio en llamarse Siglo de Oro.
Estéticamente, el barroco se caracterizó, en
líneas generales, por la complicación de las formas
y el predominio del ingenio y el arte sobre la armonía de
la naturaleza, que constituía el ideal
renacentista.
En el plano de
la Literatura dominan, en cuanto al estilo,
la exageración, los contrastes (la belleza-
la fealdad, lo trágico-lo cómico, la verdad- la
mentira…), los aspectos impresionistas y
la falta de equilibrio (unas veces se deforma la
realidad y otras se idealiza y se embellece). Y en la
temática, fruto de la visión amarga de la vida, se
tratan, entre otros asuntos, la sátira de la
vanidad humana, la ambición, el dinero…,
la fugacidad de la vida "Tempus Fugit" (paso
veloz hacia la muerte), la representación de la existencia
como un teatro o un sueño y el reflejo
realista y desengañado de la vida como una lucha
del ingenio para vencer
la miseria.
El Barroco
Español
Entre los rasgos más
significativos del barroco literario español resulta
relevante la contraposición entre dos tendencias
denominadas conceptismo y culteranismo, cuyos máximos
representantes fueron, respectivamente, Francisco de Quevedo y
Luís de Góngora. Los conceptistas se preocupaban
esencialmente por la comprensión del pensamiento en
mínimos términos conceptuales a través de
contrastes, elipsis y otras y otras figuras literarias. Por el
contrario, los culteranos buscaban la delectación de una
minoría culta mediante el recurso a metáforas,
giros e hipérboles, con modificación de las
estructuras fraseológicas, en busca del máximo
preciosismo.
Característica del barroco
hispánico fue también la contraposición
entre realismo e idealismo, que alcanzó su máxima
expresión en la que estaría llamada a convertirse
en una de las cumbres de la literatura universal, El ingenioso
hidalgo don Quijote de la Mancha (primera parte, 1605; segunda,
1615), de Miguel de Cervantes.
En esta época se distinguió además
una línea clasicista diferenciada en dos corrientes
básicas: la escuela sevillana, en la que destacó
Rodrigo Caro, y la escuela aragonesa, cuyos representantes de
mayor entidad fueron los hermanos Bartolomé Leonardo y
Lupercio Leonardo de Argen sola, cultivadores de una
lírica doctrinal y moralizante.
En el ámbito de la prosa narrativa del
período barroco halló su marco la figura de Miguel
de Cervantes Saavedra, autor también de poemas y comedias,
que ha sido considerado unánimemente como la gran figura a
lo largo de la gestación y la evolución de las
letras españolas. En el Quijote, Cervantes creó el
prototipo a partir del cual nacería la novela moderna.
Concebida en principio para satirizar las novelas de
caballerías, los dos protagonistas de la obra, don Quijote
y Sancho, han perdurado como símbolos de dos visiones
enfrentadas del mundo: la idealista y la realista.
Otras obras relevantes de Cervantes, siempre
ensombrecidas por la universal dimensión del Quijote,
fueron las Novelas ejemplares (1613) y Los trabajos de Persiles y
Segismunda, novela publicada póstumamente en
1617.
Pedro
Calderón de la Barca (1600 – 1681)
Pedro Calderón de la Barca
nació en Madrid el 17 de enero de 1600 de familia hidalga.
Se educó en el Colegio Imperial de los Jesuitas en Madrid,
en el que se familiarizó con los poetas clásicos
latinos. En 1614 se matricula en la Universidad de Alcalá
y, el año siguiente, en Salamanca, donde estudió
Cánones y Derecho hasta 1620.
Fue soldado en la juventud y sacerdote en la vejez, lo
que era bastante habitual en la España de su tiempo. En
sus años jóvenes su nombre aparece envuelto en
varios incidentes violentos, como una acusación de
homicidio y la violación de la clausura de un convento de
monjas. De su vida militar existen pocas noticias, aunque consta
que tomó parte en la campaña para sofocar la
rebelión de Cataluña contra la Corona
(1640).
Contrasta lo impulsivo y mundano de su juventud con lo
reflexivo de su madurez. En 1642 pide su retiro como militar y
entra al servicio del duque de Alba. Goza, desde entonces de un
período de tranquilidad para la creación literaria.
En 1651 recibe las órdenes sacerdotales y se traslada a
Toledo como capellán de los Reyes Nuevos.
Vuelve en 1663 a Madrid por orden de Felipe IV que le
nombra capellán de honor. Murió en Madrid el 25 de
mayo de 1681.
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