Aporte de los aborígenes americanos al mundo –
Monografias.com
Generalmente hay conocimientos sobre las ventajas
político-económicas que produjo el Descubrimiento
de América para el mundo occidental y se conocen las
principales contribuciones europeas al Nuevo Mundo. En cambio, se
ha insistido muy poco sobre los aportes de los aborígenes
americanos a la cultura universal. Es más, en muchos casos
los historiadores presentan una imagen distorsionada sobre el
impacto que han causado los americanos autóctonos. Muchos
consideran que tan sólo han contribuido al mestizaje
biológico del cual es producto el poblador moderno y a
veces admiten que los indígenas han impreso rasgos
secundarios, como su artesanía y su folklore a la cultura
occidental. La verdad es muy distinta, y donde tal vez se ha
sentido con mayor fuerza la contribución indígena
es en el número y en la variedad de plantas útiles
que han aportado al resto del Globo, ya que el indio americano
cultivó desde tiempos remotos algunas de las plantas
alimenticias más importantes del mundo. Por ejemplo, si el
único regalo de nuestros aborígenes hubiese sido el
maíz, ya sólo con ello merecerían nuestra
máxima gratitud. Pero el aborigen americano no sólo
aportó gran cantidad de plantas alimenticias, sino
también plantas medicinales, estimulantes e industriales
con sus respectivos utensilios y técnicas indispensables
para su procesamiento y consumo.
Las principales plantas alimenticias que domesticaron
los indígenas americanos antes de la llegada de
Colón son: el maíz (zea mays), la papa
(solanum tuberosum), la yuca (nanihot esculenta),
la batata (ipomoea batatas), diversos granos del
género Phaseolus como por ejemplo la caraota y otros
frijoles; diversas cucurbitáceas como la auyama; el apio
(arracacia esculenta), el cacao (theobroma cacao),
el ají dulce y picante o chile (capsicum sp.), el
maní (arachis hypogasa), el tomate (lycopersicum
esculentum); y diversos frutos como el aguacate (persea
americana), la piña (ananas sativus), la
lechoza (carica papaya), la guayaba (psidium
guajava), la guanábana (anona muricata), la
Chirimoya (ancha cherimolia), el merey (anacardium
occidentales) y el mamey (mammea americana), para
citar los más conocidos en el mercado urbano.
Entre las plantas medicinales que ha aportado el
indígena americano a la Farmacopea universal se destacan
la quina (cinchona sp.), la coca (erythoroxvlon
coca), el ipecacuana (cophalis ipecacuana), la
zarzaparrilla (smilax medica) y el bálsamo de
copaiba (diversas especies del género Copaifera). Entre
las plantas estimulantes aportadas nadie desconoce el impacto del
tabaco (nicotiana tabacum); también cabe destacar
la yerba mate (llex paraquariensis) y la vainilla
(vainilla fragans), entre muchas otras.
Pocas actividades industriales modernas se pueden
concebir sin la presencia de tales plantas útiles
americanas como el algodón (especies diversas del
género Goseypium), el sisal o henequán
(agave sisalana), el caucho o hule (heves
brasiliensis), el chile y Bafatá (mimusops sp.)
y la sarrapia (coumarouna sp.). Algunas plantas como el
añil o índigo (indigofera eufruticona).
Actualmente en decadencia, tuvieron gran importancia durante la
Colonia para teñir paños. Se podrían agregar
muchas otras plantas silvestres útiles, que previenen en
su mayoría de la región amazónica, y en
donde los indígenas aprovecharon desde mucho tiempo
atrás una serie de palmeras (por ejemplo, el palmito),
árboles madereros y diversas plantas que producen gomas y
resinas, bálsamos, pigmentos (onotos), tintes,
condimentos, venenos (curare), bebidas, medicinas, alimentos no
cultivados (nueces) y muchos otros.
No ha sido suficientemente destacada la trascendencia
que han tenido las plantas alimenticias americanas en el mundo,
desde el punto de vista demográfico. El crecimiento
demográfico a partir de 1492 fue de tal magnitud
que se considera que ha sido el desarrollo biológico
más impresionante del pasado milenio. Los especialistas
estiman que tan sólo ha habido dos instancias previas en
la historia de la humanidad en que se ha producido una
repercusión similar a la causada por las consecuencias
biológico-demográficas de los viajes de
Cristóbal Colón y de su generación de
navegantes y exploradores. Estas ocurrieron primero cuando el
hombre o protohombre desarrolló sus primeras herramientas
y por segunda vez cuando el hombre inventó la agricultura.
El factor primordial que permite el crecimiento
demográfico lo constituye el aumento y mejora en el
suministro de alimentos. Y precisamente se deben a los indios
americanos varios de los alimentos agrícolas más
importantes de todo el mundo. De éstos, el maíz,
las papas, las batatas, los frijoles y la yuca son los
alimentos americanos consumidos en mayor proporción en los
últimos cuatro siglos.
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