AV: A los canales, como a toda empresa no les
conviene depender del humor de una persona. Entonces prefieren
declararse "Dueños de la idea" y contratar "esclavos"
escritores que la desarrollen. Por muy poca plata y obedeciendo
sin chistar. A mi siempre me contratan porque les gusto lo
último que hice, y una vez que soy su empleado, me quieren
explicar o enseñar, como hacer mi trabajo. Les falta
sentido del humor… justamente. Por eso ellos tienen el
dinero… y a mi se me ocurren los chistes.
A: Pareciera que en los programas de humor de los
últimos años vale más el histrionismo del
capocómico que la originalidad de los guiones
¿Creés que hay una necesidad de pasar del humor
tradicional a un humor más vulgar, apelando al doble
sentido, la improvisación y la exhibición del
cuerpo femenino como recursos de mercado?
AV: En general, la TV, su contenido, es
considerado por los ejecutivos como "lo que hace la gente entre
que come y va al baño." Y ese es el rigor con que se lo
elabora. Igual, de Gasalla para acá, no ha habido
verdaderos capocómicos. Pero como siempre se dice, la
cultura, su absorción por parte de la mente humana, te
ayuda a tener pensamientos propios, y una sociedad con millones
de pensamientos propios es ingobernable. Así que el plan
es uniformar pensamientos. Y simplificarlos. El chiste o la
ocurrencia, solos, sueltos, son la expresión más
mínima y simple del humor. Todos podemos caminar gracioso,
pero solo Chaplin filmo "El gran dictador". Es mucho más
fácil ser gracioso, que elaborar una pequeña
historia con un muy buen final. La improvisación es un
sinónimo de televisión. Puede ser buena o mala. La
improvisación improvisada suele ser mala. La
exhibición del cuerpo femenino me parece no solo necesaria
si no hasta obligatoria. El día que deje de haber mujeres
en bolas o casi, yo dejaré de mirar televisión. Y
es un recurso de siempre. Mirá los cuadros impresionistas
del enano que iba a ver el can can.
A: El humor se dispersa por toda la televisión
en un formato más mediatizado, pero… ¿está
en realidad en alguna parte? ¿Queda hoy algún
capocómico?
AV: El capocomico es por definición,
el jefe de los cómicos. Si tiene una cabeza generadora de
personajes lo suficientemente potentes, seguramente
conseguirá un grupo de cómicos que trabajen con el.
Los grupos de humor que yo más admiro, carecían de
capocomico, aunque algunos de sus integrantes fuera más
popular que otro. Les Luthiers, Monty Python, Los uruguayos (de
telecataplum, jaujarana, comicolor, hiperhumor). Incluso los
hermanos Marx, con groucho a la cabeza, siguen siendo un grupo. Y
curly funciona gracias a Moe y Larry. Y con respecta a si queda
algún capocomico, la respuesta es: si, queda. Pero estoy
muy ocupado contestando las preguntas de los estudiantes de
periodismo.
A: Si, los estudiantes de Periodismo son muy
molestos… por suerte estudio Relaciones Públicas.
¡Muchas gracias por tu tiempo! Un beso.
AV: Deberías estudiar periodismo…
otro.
Entrevista a Fredy Villarreal
Actor.Comenzó su carrera en "Videomatch"
haciendo sketches humorísticos para dicho programa,
siendo el más recordado, el papel de "Figuretti".
Durante 2004 y 2005 actuó en el programa "No hay 2 sin
3" junto a Pablo Granados y Pachu Peña, encarnando
varios personajes, uno de los más populares era la
imitación que hacía de Chiche Gelblung en un
sketch que se llamaba "Chiche Bombón". En 2008 estuvo
en "La risa es bella" por Canal 13, donde él era el
protagonista. Además, debutó en el verano en
Villa Carlos Paz, en teatro con "La risa es bella", junto a
Fernando Ramirez y Sebastián Almada. Desde mayo de ese
mismo año Freddy participó en la sección
de humor en "Showmatch 2009", entre sus papeles más
destacados allí está el de interpretar a
Néstor Kirchner y Fernando de la Rúa en "Gran
Cuñado 2009". En "Gran Cuñado Vip"
participó interpretando a famosos, como Gerardo
Sofovich, el "Coco" Alfio Basile y Juan Román
Riquelme. También en 2009 integró el
trío del programa "Zoom, mirá de cerca", junto
a Daniel Tognetti y Andy Kusnetzoff, que se emitió de
lunes a viernes a las 19 por Canal 13. En 2010 integró
el programa "HDP (Humor De Primera)", con varios humoristas
como Pablo Granados, Pachu Peña, Martin Campilongo y
Martín Bossi, entre otros.
ALUMNA: Muy atrás quedó la época
en la que la TV estaba inundada de ciclos humorísticos
encabezados por capocómicos, desde Pepe Biondi, Alberto
Olmedo, Juan Carlos Altavista, la troupe uruguaya de Telecataplum
y hasta el mismísimo Tato. De hecho, a excepción de
Guillermo Francella, el medio local atraviesa una alarmante falta
de capocómicos
Desde tu experiencia en los medios,
¿Cómo ves el panorama del humor en la
televisión actual?
FREDY VILLARREAL: De un tiempo a esta
parte (aproximadamente hace unos 10 años), los
programas de humor con sketches, sucesión de gags, paso de
comedia, vodevil, etc. han dejado de verse con la frecuencia que
tenían en su existencia. Y fueron reemplazados por
otros programas que suscitaron la risa, como los resúmenes
semanales de la propia televisión, programas de
cámaras ocultas y algunas que otras comedias. Todos
estos programas me refiero hechos en argentina. La llegada del
cable con su gran cantidad de canales y los videoclubes y
hoy la internet, ampliaron las expectativas de quienes
elegían cubrir la necesidad de la risa impulsada
por estos medios masivos. Canales en cable dedicados a las
comedias, películas alquiladas de corte
humorístico, paginas de internet de recopilación de
videos graciosos de todo el mundo, programas de TV de
edición de imágenes
humorísticas provocaron que se aprecie menos las
producciones nacionales del desarrollo de sketches como los
ejemplos citados antes de estas preguntas, donde se me recuerdan
a varios capocómicos. Incluso esto último, la falta
de nuevos capocómicos es sin duda la respuesta al
efecto de la gran cantidad de humoristas que se pueden ver hoy en
imágenes tan globalizadas. Es decir, a mayor cantidad de
cómicos en el mundo se hace más difícil
proclamar a un capocómico, puesto que quienes consideran a
alguien como el mejor comediante son pequeñas
minorías al lado de la cantidad de espectadores que
consumen el género. En la época de los programas
anteriormente citados como "Hiperhumor", "La tuerca", "No
toca botón", etc., había solo cuatro canales en los
televisores y la gente se tenia que parar para cambiar de emisora
porque no existían los controles remoto. Es decir
que, con pocas opciones, costaba menos imponer a un humorista que
al tiempo se transformara en capocómico. Otro motivo para
nada despreciable es lo económico. Este tipo
de programas de humor de diferentes situaciones en
diferentes locaciones, obligan a la productora o al canal que lo
desarrolla a construir muchas escenografitas atento a la
diversidad creativa de los guionistas humorísticos y
resulta mas fácil hoy, en cuanto a lo económico,
insisto, poner a un conductor que sea gracioso y presente
diferentes situaciones grabadas o editadas de otros medios que
generar creaciones propias producto de la originalidad de
ficcionar. No puedo negar que me divierten estas nuevas
estructuras, pero no colman mis expectativas de querer volver a
ver ese tipo de programas que añoramos.
A: ¿Qué pensás del cambio que
sufrieron los programas de humor desde décadas
atrás, cuando era tradicional, genuino y se respetaba a
ultranza la idea del Autor? ¿A qué creés que
se deba este cambio?
Eran momentos diferentes, no obstante la gente se
rió, se ríe y se reirá de lo mismo siempre,
cambian sin duda los tecnicismos para lograr que el
espectador se ría. El reallity ha sido un fenómeno
total en la TV y pareciera ser que causa más efecto ver a
alguien que nos haga reír desde su propia realidad
que la de aquel personaje que ficcione situaciones. Me da la
sensación de que los hechos reales nos hicieron ver a
personajes que no actuaban al hacernos reír, son ellos
mismos, con lo cual este fenómeno logro incorporar un
matiz diferente de ver el humor. Hoy dan más gracia las
desgracias de personalidades del espectáculo que cualquier
actor que se proponga inventar un personaje y actuarlo como se
debe para que parezca real. Contestando la pregunta la falta de
dinero, la gran cantidad de segmento de humor
globalizados le dejaron un lugar que llenó este nuevo
fenómeno de observar al humor.
A: Pareciera que en los programas de humor de los
últimos años vale más el histrionismo del
capocómico que la originalidad de los guiones
¿Creés que hay una necesidad de pasar del humor
tradicional a un humor más vulgar, apelando al doble
sentido, la improvisación y la exhibición del
cuerpo femenino como recursos de mercado?
FV: Insisto que nos reiremos siempre de lo
mismo, de la ingenuidad de un tercero, de la desfachatez, de lo
absurdo, de la tragedia doméstica y no tan
doméstica (algunos aseguran que humor es tragedia
más tiempo), de la infantilidad disfrazada de
adultez, de las degradaciones físicas y morales y
todo esto puede verse al lado de una chica semidesnuda o no, o
promovida por una persona que tenga llegada en la gente
improvisando y mostrando aquí el fenómeno reallity.
Insisto: no cambia el humor, la gente no se ríe de
otra cosa, solo lo ve desde otro lugar al humor.
A: El humor se dispersa por toda la televisión
en un formato más mediatizado, pero… ¿está
en realidad en alguna parte? ¿Queda hoy algún
capocómico?
FV: El humor está siempre en la
realidad, nos da gracia situaciones que no salen por
televisión también. No existen tantos
capocómicos como antes o es más difícil
descubrirlos.
Conclusión
El objetivo de este trabajo fue exponer la trascendencia
del género humorístico en la televisión y en
la radiofonía nacional a través del tiempo hasta la
actual escasez o cuasi desaparición de los autores y
actores cómicos. Se planteó responder a una serie
de interrogantes que se analizarán a
continuación:
* ¿Se acabaron los grandes
autores del humor?
No sabemos si se acabaron, pero al menos podemos afirmar
que actualmente no tienen un lugar en los medios debido los
nuevos hábitos de consumo del género que se han
instalado con el correr de los años y los nuevos formatos
que se produjeron. Los mismos autores del pasado, como Juan
Carlos Mesa, se vieron obligados a adaptarse al nuevo estilo de
humor de la última década (Juan Carlos no escribe
libretos actualmente, pero aporta su genialidad a una columna de
humor en un programa de radio)
* ¿Se acabaron los grandes
actores capocómicos?
La improvisación, el chiste fácil y
repetitivo, el doble sentido y las imitaciones dieron paso a una
nueva era de humoristas. El actor capocómico originario de
las primeras décadas de la televisión y de la radio
no se luce por estos días en los medios.
* ¿No tienen espacio en la
televisión o en las estaciones de radio argentinas debido
a los nuevos formatos que se consumen actualmente?
En base a lo investigado en el presente trabajo, podemos
estimar que en la televisión actual y según el
criterio de los productores, el puntaje de raiting es lo que
importa, a tal punto que, con tal de ganar audiencia, los
programas tienden a utilizar el llamado "humor fácil",
chabacano, apelando así a la vulgaridad o bien, utilizando
por ejemplo factores como la sexualidad para "vender" humor. Por
esta razón, los humoristas de décadas atrás
se vieron desplazados y reemplazados al mismo tiempo por estos
personajes "carismáticos" que sirven como medio para
conseguir más puntos de raiting y justificar así
los costos de producción.
* ¿Ya no se apuesta a este
género?
Los problemas económicos que sufrió el
país no parecen haber "esquivado" a los medios de
comunicación. Tal es así, que uno de los factores
que influyen en la escasez actual de capocómicos es
justamente el dinero. Los costos de producción de un
programa de sketches superan ampliamente a los utilizados
actualmente para producir un programa donde el humor está
presente, pero desde otro lugar. No tiene un autor ni un actor
capocómico, sino que tiene más bien un conductor
gracioso que maneja el humor mezclado con diversos formatos y
estilos. En la radio y en la televisión actual, los
humoristas son los mismos conductores, columnistas y
colaboradores. Utilizan el humor en sus rutinas productivas para
hacer más ameno su trabajo y atraer a los espectadores u
oyentes, dando una visión más "digerible" de la
realidad diaria.
* ¿Se importan formatos de ciclos
de humor extranjeros para televisión debido a la falta de
ideas dentro del género humorístico
argentino?
Aparentemente no es el único motivo. Los cambios
operativos en el mercado mediático obligan a las
productoras a comprar formatos ideados en el exterior y
adaptarlos aquí. Esta fue una alternativa a las comedias
que se venían produciendo en el país y, como el
éxito de la primera emitida fue rotundo, se repitió
el recurso un par de veces más, incluso se llevaron a cabo
producciones puramente nacionales, también
exitosas.
* En este contexto, ¿en
qué lugar quedaron los guionistas y actores de
humor?
Los guionistas, como se afirma en párrafos
anteriores, debieron adaptarse a los nuevos espacios del humor si
su intención era seguir en el camino de la comedia. Los
humoristas de estos tiempos están "mechados" en formatos
de entretenimiento, concursos, certámenes, programas de
archivo y demás estilos.
* En los tiempos modernos, ¿los
oyentes ya no se comprometen con el humorista radial ni los
televidentes con el humor de sketch televisivo?
Esta presunta falta de compromiso se debe a que no hay
humoristas puros en los medios. El humorista de hoy no es
capocómico, no es respaldado por un gran libretista ni
innova en genialidad y calidad. El humorista de hoy puede ser al
mismo tiempo el conductor del programa, un colaborador o un
columnista.
* ¿Se podría decir que el
humor de hoy por hoy está en programas como "Caiga Quien
Caiga", "Televisión Registrada", "Duro de
Domar"?
En base a lo investigado en las grillas de
programación televisiva se puede afirmar que estos
formatos de programas utilizan el humor como recurso de
atracción. No es humor puro y concreto: no tienen
humoristas de primer nivel, pero en ellos se encuentra el humor
hoy por hoy. En un conductor, en un panelista, en un comentarista
y hasta en los mismos productores que participan en la humorada
oportunista. Es lo que "vende" hoy en día, es lo que el
público compra por una cuestión de
hábitos.
Para finalizar, se puede concluir que quien desee
revivir aquellos años de oro del humor ficcional en radio
y en televisión, solo deberá contar con un equipo
profesional de trabajo, hacer a un lado las ambiciones
económicas y superficiales y abrir paso a una nueva era
del humor en los medios. Algunos pueden conformarse con lo que se
le ofrece actualmente en los medios, mientras otros
añoraremos los ciclos humorísticos de calidad que
se podían disfrutar en familia muchos años
atrás.
Los autores y actores capocómicos no encuentran
un lugar propio y estelar en los medios de hoy en día. Su
escasez o cuasi desaparición se debe a un mix de factores
que entran en juego: los costos de producción, las nuevas
"ofertas" de los medios en cuando al estilo y formato de lo que
se reconoce como humor actualmente y la gran cantidad de canales
por los que llegan al público. Supieron ser estrellas
brillando en un firmamento poco competitivo, donde
prevalecía la calidad del actor y la genialidad del autor.
Hoy por hoy, forman parte del recuerdo de millones de personas a
las que les arrancaban sonrisas y carcajadas a diario.
El mundo ha cambiado, las personas cambian, los
contextos… las historias. Pero el humor sigue presente en toda
nuestra realidad, adquiriendo diferentes estilos y formas,
encarnado por diferentes personajes y en la voz de diferentes
personalidades. De otra forma, no sería tolerable la vida
misma.
Bibliografía
consultada
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Argentina en otra época. Buenos Aires: Ediciones
de la Flor.Ulanovsky, C.; Panno, J.; Merkin, M.; Tijman, G.
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Días de Radio II 1960 – 1995. Buenos Aires:
Emecé.Ulanovsky, C.; Sirvén, P. (2007) Siempre
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Edición : 1a ed. Beatriz Viterbo, 1999Buero, Luis – Historia de la
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– Medios de comunicación II – Universidad
de Morón, 2010¿Dónde está el humor?,
Hernán Ferreirós, Revista Rolling Stones,
Nº 149, 15/07/2010.Televisión > un género en
decadencia, Emanuel Respighi, Página/12; Cultura
y espectáculos, 22/02/2006Entrevista a Enrique Pinti, Paola Florio,
Revista Mía, Familia, 23/07/2010
Fuentes on line
Autor:
Lucrecia Meoniz
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