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La Radio y la Investigación Periodística (página 2)



Partes: 1, 2

En ocasiones la información
está tan cerca que casi rosa el cuerpo del reportero,
ocurre lo peor: no la ve, ni la siente o escucha porque su
atención se localizaba bien lejos. El acto de presencia es
una condición básica del periodista al tanto de los
detalles. La concentración es un tesoro para la
óptima investigación. Estar en ese lugar y no en
otro. Para un investigador mantenerse al tanto de todo lo que
ocurre a su alrededor es una máxima que tiene como
consecuencia el éxito. No solo encuentra quien busca, se
encuentra más cuando todos los sentidos están
presentes.

No es suficiente con investigar, preguntar,
confeccionar una noticia y trasmitirla bajo todos los preceptos
del lid periodístico: qué, quiénes,
cómo, dónde, cuándo y por qué.
Entendidos en la búsqueda de contenidos ocultos o por
descubrir afirman que hay que explorar los antecedentes y las
raíces que originan el acontecimiento. El periodista
deberá cuidarse de no caer en la inactividad creada por el
letargo mental. Ojo en oportunidades compañeros reporteros
rechazan determinadas fuentes o elementos para un trabajo de
género x como consecuencia de un análisis
superficial y dejarse llevar por las emociones. El rechazo para
continuar o no en la investigación debe basarse en
hechos.

Escudriñar motivos, causas que
dieron lugar a los sucesos encuestados constituye práctica
cotidiana porque en un hecho pueden intervenir varios factores,
diversos elementos y disímiles actores; todos ellos deben
ser desentrañados por el profesional que investiga y
anotar todos los detalles. Es hora que el reportero de radio se
quite la tendencia de apenas escribir. Redactar para cualquier
periodista es como esculpir para el artista o diseñar para
el arquitecto.

En las facultades de periodismo lo primero
que se enseña después del lid es ajustarse a la
verdad porque toda investigación reporteril debe visitar,
contactar al mayor número posible de fuentes y a todas las
accesibles que conduzcan al mejor conocimiento de los hechos. Se
sabe que un periodista no tiene "pelos en la lengua" pero de la
forma que enfoque las preguntas, con la eficacia que indague
así recibirá las respuestas que busca. Si hay que
hacer la misma interrogante en varias ocasiones, se hace.
Insistir, persistir son cualidades que lo llevaran al
éxito. El periodista conecta los diferentes extractos
sociales, en Teoría de la información (Moles
Abrahán, 1969: 89) escribió sobre el particular:
"el periodista es un vaso comunicante de la sociedad".
(3)

Es posible que el día que el
periodista se presentó a la fuente no encontrara todos los
elementos, entonces hay que volver en la jornada siguiente o en
otra hasta que alcance lo que se busca porque el reportero
además de su perseverancia debe poseer cierta habilidad
natural que le permita adquirir fácil y rápidamente
informes orales, escritos y visuales al instante.

La
búsqueda de los hechos

Los acontecimientos son impersonales.
Cuando un locutor o periodista desde una radio o televisora
desconoce los hechos, los desfigura o interpreta de manera
errónea no solo pone en duda la credibilidad personal sino
la del medio por donde comunica el mensaje. Debemos partir que
los hechos no se crean, ni se fabrican; existen y el periodista
que es un buscador los encuentra, llega a "olerlos" los intuye.
El investigador parte de pequeñas hipótesis o
preguntas que lo llevan hasta los hechos.

¿Cómo se puede distinguir que
cosas son hechos y cuales no lo son? ¿Cómo
reconocer que alguien está enterado de los hechos?
¿Cómo identificar un hecho cuando nos encontramos
ante él? Las interrogantes pueden ser desde tres hasta un
número infinito, pero no resulta del todo eficaz
excedernos en las preguntas. Desde la antigüedad se tiene el
concepto filosófico de Aristóteles que es bueno
preguntar, pero no es bueno hacerlo exageradamente hasta el punto
de depender por completo de las indicaciones externas a uno. Hay
que saber hacerse preguntas y buscar una o varias respuestas por
sí mismo; si ninguna es conveniente, entonces hay que
recurrir a quien nos puede ayudar.

Pueden colaborar desde los archivos
personales transitando por las fuentes del lugar hasta los
testigos de los hechos y los propios protagonistas.

En oportunidades escuchamos comunicadores
que al dar a conocer una información o una noticia se
aprecia ambigüedad, carencia de datos que totalicen una
descripción veraz de los hechos. ¿Causas? Los
informes deben ser de primera mano, consecuencia de estar en el
lugar, de ver y oír los sucesos con integralidad. En
ocasiones el buscador de información estuvo allí,
donde ocurrió el hecho, pero no captó una
visión completa de los fenómenos acaecidos. Le
faltó paciencia para apreciar los diversos puntos de
vistas. No fue objetivo y puso en duda su competencia.

Ser objetivo significa dejar que la vista,
nuestros ojos, oídos y todos los sentidos descubran los
detalles que originaron los acontecimientos, de esta forma no es
difícil ser exactos y los argumentos son contundentes
porque se viven, de lo contrario se cae en el simplismo de
ahí la importancia de hurgar en una o diferentes
intenciones para elaborar una información precisa,
ajustada a la verdad. El periodista es un guía social como
es el locutor o comunicador. Ser auténtico, claro y
sincero en los materiales que escribe y dice a través de
los medios eleva su profesionalidad y el respeto de la
comunidad.

Construir una información detallada
con el propósito de cruzar indicios en la búsqueda
de los hechos nos puede remitir a mapas, planos, gráficos,
esquemas, pinturas, vistas fotográficas, videos,
caricaturas o hasta modelos de control estadístico. Son
elementos que ilustran datos exactos comparables con los medios
de enseñanza de un maestro o conferencista con esta
práctica hacemos gala de un periodismo de precisión
cada día más necesario.

Un periodista equilibrado, a tono con la
profesión sabe de antemano que al utilizar un hecho que
nos parezca incompatible con la naturaleza y experiencia humana
necesita comprobarlo. Ser cautos o precavidos en el momento de
emitir criterios es una máxima. La tendencia a exagerar o
minimizar los acontecimientos plagia la realidad. Si los hechos
que conocemos, por limitados que sean no concuerdan con las
alegaciones del comunicador las sospechas del error o falsedad
estarán bastante justificadas y el periodista o locutor,
si aspira a conservar el respeto de sus oyentes deberá
rectificar la información o dar explicaciones de su
error.

Como los periodistas al igual que otros
investigadores no siempre están en el lugar de los hechos,
tienen que acudir a testigos presénciales que
reúnan determinados requisitos entre ellos la certeza de
que estuvo presente durante el suceso o parte de él, que
vio lo ocurrido en estado consciente y que estuvo atento a lo que
estaba sucediendo. Cualquier detalle por pequeño que
resulte puede contribuir a la conformación de una nota que
reseñe los hechos.

¿Soy
competente sin investigar?

El periodista investiga con el afán
de lograr consecuencias, provocar efectos, cambios positivos en
el entorno que faciliten un pensamiento diferente ante los
fenómenos. Si el estudio afecta el modo de vida
comunitario, solo se queda en la exploración y la
enunciación de los hechos luego de descubrir los
conflictos, la utilidad de la investigación, el valor de
uso es de bajo.

Cuando el profesional de la
comunicación tiene claro el objetivo que persigue, se
plantea preguntas claves que den respuesta a la hipótesis
formulada crea las condiciones de la conveniencia del estudio sin
subordinar el cuestionamiento, si es viable, incluso
ético, realizar dicha investigación.

La actividad laboral de un periodista se
identifica por investigar constantemente, observar los detalles,
oír desde la perspectiva de tener paciencia para escuchar
testimonios, ruidos o cualquier sonido que pueda convenirle en
sus indagaciones en la práctica de reunir muestras del
explorar cotidiano.

El periodista es un buscador de argumentos
para exponerlos con elegancia cautivadora, no olvidemos su
función social, la de medidor de los procesos de la
vecindad y al propio tiempo edificador de realidades, promotor de
nuevas ideas. Un artículo que apele a la conciencia, una
crónica que cale en el alma de un oyente por la forma y
sus contenidos, se convierte en un puente de luz para la
creación.

El estilo, la pulcritud y la
organización del trabajo reporteril actúa en los
públicos receptores. La búsqueda de nuevos y
variados contenidos conforma la arcilla nacida desde el
anonimato. El periodista es un descubridor, pero ante todo, es un
ser humano que se equivoca, que asume el error como una
lección y al propio tiempo retoma el camino sin el polvo
que lo hizo detenerse. En la investigación
periodística una actitud de ofensiva es signo de triunfo,
ningún obstáculo debe detenerlo, sin embargo, lo
hermoso son justamente los contratiempos.

Aguardar la oportunidad es la otra arista
del éxito, hay estudios que deben esperar como los
campesinos lo hacen con las estaciones para sembrar, esa
paciencia nos es defensiva, es táctica en el contexto de
la estrategia trazada.

Hay momentos que debemos dar un paso
atrás para volver con mayores y mejores ímpetus. Si
el reportero escoge los caminos trillados para llegar a las
cumbres de sus propósitos no disfrutará lo
auténtico de vivir nuevos paisajes, otras experiencias. En
la vida todos somos distintos y para llegar a la meta hay
diversidad de senderos. El fin de un estudio investigativo sobre
las más diversas temáticas aún no se conoce,
de manera que toda, nueva, y buena idea de conocer el universo,
el pequeño espacio donde vive el hombre, observarlo y
transformarlo es como una la filosofía de la virtud,
necesaria que no espera.

La predisposición a la
investigación periodística es un vicio que se
elimina desde un profundo análisis, desde algunas
interrogantes y respuestas ¿Soy competente sin investigar?
Pero el periodista se responde: soy periodista porque busco y
él que busca encuentra. ¿
Cómo encontrar?
La solución se localiza en asumir el planteamiento a
cualquier problema desde lo particular, con un sentido racional,
desterrar lo ambiguo, lo confuso, lo general, la inconsistencia y
la incoherencia.

El comunicador un
atleta de la discusión

La discusión no debe ser un pleito
para generar violencia o diferencias entre compañeros. La
discusión es el campo para desarrollar ideas y
energías positivas que eleven la calidad humana.
Locutores, periodistas y actores realizan ejercicios
sistemáticamente para mantener la capacidad profesional
tal fueran atletas de alto rendimiento. La articulación y
la interpretación son dos campos vitales en el desarrollo
de las prácticas diarias.

Los ejercicios fundamentales que se
recomiendan son la discusión de temas entre colegas y
público, el debate, la lectura en voz alta de textos de
periódicos o guiones. Toda esta actividad
acompañada del uso de técnicas de
memorización se erige como escenario de
superación.

La discusión de un tópico
determinado entre compañeros desarrolla la elocuencia y la
capacidad de escuchar. Es una forma de conversación que
ejercita el intercambio de ideas y genera nuevas propuestas. No
es discutir, por discutir, se deben asumir conversaciones
provechosas, que "den trigo" para el propio trabajo y la
superación intelectual.

El hablar en público es otro
ejercicio que el profesional de la palabra no debe
desdeñar porque facilita desarrollar la
concentración y puede identificar los puntos fuertes y
débiles que posee el orador y servirle para el
desempeño de sus funciones.

Un periodista es una persona presta a
comunicar, a escuchar e interpretar los fenómenos de su
entorno y provocar cambios positivos en las relaciones
sociales.

El debate de un tema muestra el dominio que
un periodista tiene de la elocuencia y del conocimiento
adquirido. Los galenos poseen una cultura de los intercambios de
ideas sobre patologías y pacientes. El profesional de la
prensa debe ser como el médico: eterno atleta por la
salud.

¿Cómo hacer mejor una
discusión y defender nuestros puntos de vistas? En el
ejercicio de adquirir habilidades hay leyes de la
comunicación que no deben soslayarse. Un intercambio entre
personas sentadas en círculos, una frente a otra resulta
de mayor efectividad.

El autor de una proposición
deberá presentar sus puntos de vistas en lenguaje claro y
sin equívocos, y defenderlo con sus mejores argumentos.
Mostrar solidez, sensatez y seguir un esquema rigurosamente
lógico. No olvidemos, en un debate cada periodista, u
orador parte de una posición relativamente fija que debe
defender, pero hay otro frente a él como posiciones
distintas. La defensa constará entonces de de argumentos y
pruebas.

La
información nace de saber escuchar

La comunicación oral obedece a
objetivos individuales y sociales, el escuchar implica
responsabilidad y oportunidad de aprender. Algunos consideran que
el vinculo entre emisor-receptor es como una calle de doble
sentido. Ideas que van y vienen. Para asimilarlas o rechazarlas
se necesita de concentración.

Cuando no se establece la
comunicación generalmente la responsabilidad, es achacada
a la otra persona, lo que no siempre es justo. Un periodista, que
es un buscador de noticias o informes debe preocuparse por
obtener la atención del interlocutor. La cualidad de
aptitud de oyente es carta de triunfo en la elevación de
la virtud.

Hacer resúmenes por escrito de lo
que se habla con un interlocutor facilita el camino hacia el
conocimiento, se pueden hacer anotaciones delante o
después, según las circunstancias y la persona con
quien se hable. Pero es la cortesía quien nos lleva hasta
él éxito de saber escuchar y de encontrar lo que se
busca.

La cortesía está presente
como credencial natural en cualquier parte que se quiera recibir
consideración y respeto, es también una vía
óptima de recabar información desde la
posición de escucha, una manera sencilla de demostrar amor
y sinceridad, y ante esos atributos, cualquier tesoro escondido
aparece.

Cuando el periodista ha aprendido a
escuchar el caudal de información se multiplica porque las
fuentes noticiosas elevan la autoestima como consecuencia de la
adecuada relación que se ha creado y se estrechan los
lazos entre receptor-emisor. El que informa siente que lo que
dice es importante para el que lo escucha y, con esto, la
comunicación y la interrelación se hacen más
fluidas, respetuosas y agradables.

Una buena relación entre los
periodistas y la fuente reduce la aparición de conflictos
e inadecuadas interpretaciones y amplia el desarrollo de nuevas
percepciones porque escuchar con atención, ofrece una
imagen de respeto y de inteligencia. Todavía los medios de
prensa y la radio no es una excepción, no reflejan toda la
dinámica de la vida social, se impone salir un poco de los
informes institucionales, escuchar más a los protagonistas
que fabrican en las industrias y a los hombres y mujeres que
siembran la tierra. Investigar en una reunión, en una
convención puede resultar más fácil que
traspasar una montaña para escuchar el testimonio del
lugareño.

Algunas
cualidades y estilos del periodista
investigador

Todo periodista es un investigador, vive de
escudriñar el entorno. La eficacia del trabajo del
periodista radica en la habilidad para obtener una
información y construir de ella una noticia, un
comentario, una crónica o decidir la realización de
una entrevista. Generalmente el caudal de contenidos se halla en
las personas, de manera que el periodista debe ser un experto en
las relaciones humanas para sostener y mantener una
conversación.

La duda sirve de mucho como la curiosidad
en el proceso de investigación, Aristóteles
escribió: "Es de importancia para quien desee alcanzar una
certeza en su investigación, el saber dudar a
tiempo"

El Periodista es un observador por
antonomasia, en alerta constante y la curiosidad activada,
pendiente de los acontecimientos que se produzca y que puedan
relacionarse con su trabajo. Es una persona muy sensible capaz de
buscar, encontrar causas y consecuencias de determinadas
actitudes o manifestaciones que atenten contra el normal
desarrollo de la sociedad. Tiene a la tenacidad como
virtud porque para la búsqueda de informaciones las
características de ser firme, porfiado y constancia le
abren el camino hacia el éxito.

La paciencia es otro de los atributos del periodista
independientemente del diarismo y la habitualidad de la radio
junto a la persistencia. El profesional del medio debe ser cauto
a la hora de emitir un criterio porque después que salga
al aire el oyente da por seguro los hechos. No es tiempo perdido
registrar cuidadadosamente el escenario de los hechos una y otra
vez antes y durante la búsqueda de informaciones, o volver
a llamar al testimoniante. Si se equivoca en algunos de los datos
ofrecer disculpa es necesaria, pero un verdadero profesional debe
ser asertivo.

En la radio como en otro medio hay trabajos o proyectos
investigativos que pueden durar días, meses o más
tiempo por la espera de encontrar nuevas pistas e informaciones
como haría un investigador policial.
Precisión y exactitud constituyen virtudes
en la labor periodística. El Rigor propicia la
credibilidad suficiente para mantener la sintonía con la
radio.

El planteamiento del problema a investigar es de lo
primero que debe hacerse de manera que los métodos para
encontrar los contenidos deseados son imprescindibles si se parte
de una hipótesis. La dimensión y la intensidad del
conflicto determinan el tiempo a ocuparse del problema que se
desconoce. La premura atenta contra la eficacia.

Las técnicas como bases
cuantitativas no solo sirven para elaborar tratados o tesis
también se emplean en la búsqueda de noticias de
manera que las encuesta, escalas, observación con
planillas y análisis estadísticos permiten
construir la realidad que necesita el oyente de radio. Estos
requerimientos facilitan un periodismo de
precisión.

Cada género que se realiza por el
periodista si se quiere desarrollar un análisis profundo
necesita de leer documentos, consultar expertos, estudiar hechos
anteriores para comparar y poder cuantitativamente y
cualitativamente arribar a conclusiones. Tomar el periodismo a la
ligera es una imprudencia que provoca lamentables accidentes en
el conocimiento social.

1 López, José Ignacio,
volumen 5, Manual Urgente para Radialistas, Venezuela,
2006

2 Araujo Cremilda, El Rol del Periodista,
La Habana, 1989

3 Moles Abrahán, Teoría de la
información, Brasil, 1969

Bibliografía
consultada

El Rol del Periodista, autor Cremilda
Araujo Medina

Manual urgente para Radialistas apasionadas
y apasionados

Autor José Ignacio López
Vigil

Imagen, Diseño y comunicación
corporativa

Autor Ghaddra M. González

Teoría de información y
percecao estética Autor Abrahán Moles

 

 

Autor:

Carlos Rafael Diéguez
B.

Partes: 1, 2
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