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Psiquismo y magnetismo (página 6)



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Además, la visión la distancia a
través de los cuerpos opacos excluye la posibilidad del
uso de los órganos ordinarios de la vista. Forzoso es,
pues, si se admitía que en el estado de sonambulismo un
sentido nuevo se desenvuelve, como sede de facultades y de
percepciones nuevas, que desconocemos, y de las cuales no nos
podemos percibir, si no por analogía y por el raciocinio.
Como vemos nada de imposible hay en esto; ¿ms cómo
siendo la sede de ese nuevo sentido? No es fácil
determinarlo con exactitud. Lo mismo pasa en los
sonámbulos proveen a tal respecto cualquier
indicación precisa. Unos hay que, para ver mejor, aplican
los objetos sobre el epigastrio, otros sobre la frente, otros
obre la nuca el sentido de que se trata no parece, por tanto,
circunscrito a un lugar determinado; es todavía cierto,
que a su mayor actividad reside en los centros nerviosos,. Lo que
es positivo es que el sonámbulo ve. ¿Por
dónde y cómo? Es lo que ni él mismo no puede
explicar.

"Notemos, que en el estado sonambúlico, los
fenómenos, de la visión y las sensaciones que lo
acompañan son, esencialmente diversos de los que se pasan
en el estado ordinario, por lo que no nos serviremos del
término "ver", si no por comparación y por no
faltar naturalmente con que designemos una cosa desconocida. Un
pueblo compuesto de ciegos de nacimiento carecen de una palabra
para designar la luz y referir las sensaciones que ella produce a
alguna de las que fuesen familiares por estar sujetos a
ellos.

Alguien procuraba explicar a un ciego la
impresión viva y deslumbrante de la luz sobre los ojos.
Comprendo – dice el – es como el sonido de una
trompeta. Otro, un poco mas prosaico sin duda, y cualquiera hace
que comprendiese la emisión de los rayos luminosos en
puñados de colores, respondió: Ah, si, es como un
pan de azúcar. Estamos en las mismas condiciones,
relativamente a la lucidez sonambúlica: somos verdaderos
ciegos y del mismo modo que estos últimos con
relación a la luz, comparándola al que tiene
más analogía con nuestra facultad visual.
Más si quisiéramos establecer analogía
absoluta entre esas dos facultades y juzgar de una por la otra,
forzosamente nos engañaremos, como los dos ciegos que
acabamos de citar. Es ese el error de casi todos los que buscan
deseosos convencerse por la experiencia: intentan someter la
clarividencia sonambúlica a las mismas pruebas que la
vista ordinaria, sin ponderar que entre ellas la única
relación existente es la del nombre que les damos. De
ahí como los resultados no siempre les corresponden a la
expectativa, haya más simple negar.

"Si procedemos por analogía, diremos que el
fluido magnético, diseminado por toda la Naturaleza y
cuyos focos principales parece que son los cuerpos animados, y el
vehículo de la clarividencia sonambúlica, como el
fluido luminoso es el vehículo de las imágenes que
nuestra facultad visual percibe. Ahora, así como el fluido
luminoso torna transparentes cuerpos que la atraviesa libremente,
el fluido magnético, penetrando todos los cuerpos sin
excepción, torna inexistentes los cuerpos opacos para los
sonámbulos. Tal la explicación mas simple y mas
material de lucidez, hablando desde nuestro punto de vista. La
tenemos como cierta, por cuanto el fluido magnético
incontestablemente desempeña importante papel en este
fenómeno; e ahí por lo tanto, no podrá
elucidar todos los hechos. Hay otros que los abraza todos.
Más, para exponerla, se hacen indispensable algunas
explicaciones preliminares.

En la visión la distancia, el sonámbulo no
distingue un objeto de lejos, como lo haríamos nosotros
como el auxilio de una luneta No es que el objeto, por una
ilusión de óptica, se aproxima de él,
el es que se aproxima del objeto. El sonámbulo ve el
objeto exactamente como si este se hallase a su lado; se ve
así mismo en el lugar que el observa; en una palabra; en
una palabra: se transporta para ese lugar. Su cuerpo, en el
momento, parece extinto, la palabra le sale más surda, el
sonido de su voz presenta cualquier cosa en singular; la vida
animal también parece que se le extingue; la vida
espiritual está toda en el lugar donde lo transporta a su
propio pensamiento; solamente la materia permanece donde estaba.
Hay pues cierta porción del ser que se le separa del
cuerpo y se transporta instantáneamente a través
del espacio, conducía por el pensamiento y por la
voluntad. Evidentemente, es inmaterial esa porción; de no
ser así, produciría algunos de los efectos que la
materia produce. Es a esa partícula de nosotros mismos que
llamamos: alma.

"es el alma que confiere al sonámbulo las
maravillosas facultades de que el goza. El alma es quien dadas
ciertas circunstancias, se manifiesta, aislado en parte y
temporariamente de su involucro corpóreo. Para quien
quiera que haya observado con atención los
fenómenos de sonambulismo en toda su pureza, es patente la
existencia del alma, tornándosele una insensatez
demostrada ante la evidencia la idea de que todo en nosotros
acaba con la vida animal. Se puede, pues, decir con alaguna
razón que el Magnetismo y el Materialismo son
incompatibles, si algunos magnetizadores se apartan de esta regla
y prefieren las doctrinas materialistas, es sin duda que se han
ceñido a un estudio muy superficial de los
fenómenos físicos de magnetismo y no procuran
seriamente la solución del problema de la visión la
distancia. Como quiera que sea, nunca vimos un único
sonámbulo que no se mostrase penetrada de profundo
sentimiento religioso. Fuesen quienes fuesen sus opiniones en el
estado de vigilia.

volviendo a la teoría de la lucidez. Siendo el
alma el principio básico de las facultades del
sonámbulo, necesariamente en ella es que reside la
clarividencia no en esta o en aquella parte circunscrita del
cuerpo material. Esa la razón por que el sonámbulo
no puede indicar el órgano de esa facultad, como
designaría los ojos, si se tratase de la visión
exterior. El ve por toda su parte moral, esto es, por toda su
alma, visto que la clarividencia es uno de los atributos de todas
las partes de la inteligencia. Donde quiera, pues que el alma
pueda penetrar, hay clarividencia; esa la causa de la lucidez de
los sonámbulos a través de todos los cuerpos, sobre
los mas espesos envoltorios y todas las distancias.

Una objeción, como es natural, se presenta a ese
sistema y nos presenta la respuesta a ella. Si las facultades
sonambulitas son las mismas del alma desprendida de la materia,
¿por qué no son constantes esas facultades?
¿Por qué algunos sonámbulos son más
lúcidos de lo que pueden ser los otros? ¿Por
qué, en un mismo individuo, la lucidez es variable? Se
concibe la imperfección física de un órgano;
más no se concibe la del alma. Esta se halla presa al
cuerpo por lazos misteriosos que no nos fuera dado conocer antes
que el Espiritismo hubiese la existencia y el papel del peri
espíritu. Habiendo sido esa cuestión tratada de
modo especial en la ""revista Espirita "y en las obras
fundamentales de la Doctrina, no nos entenderemos aquí
sobre ella, limitándonos a decir que es por nuestros
órganos materiales que el alma se manifiesta al exterior.
En nuestro estado normal, esas manifestaciones quedan
naturalmente subordinadas a la imperfección del
instrumento, del mismo modo que el mejor artífice no puede
hacer obra perfecta con utensilios arruinados. Así, por
muy admirable que sea la estructura de nuestro cuerpo, cualquiera
que haya sido la providencia de la Naturaleza, con
relación a nuestro organismo, para el ejercicio de las
funciones vitales, por encima de esos órganos sujetos a
todas las perturbaciones de la materia, de ahí la sutileza
de nuestra alma. En cuanto, pues ella se conserva presa al
cuerpo, sufre los obstáculos y las vicisitudes.

El fluido magnético no es el alma; es un lazo, un
intermediario entre el alma y el cuerpo, actuando mas o menos
sobre la materia es que se torna mas o menos libre el alma, donde
la diversidad de las facultades sonambulitas. El sonámbulo
es el hombre despojado apenas de una parte de sus vestiduras y
cuyos movimientos son embarazosos por lo que el carece de de esas
vestiduras.

Solamente cuando hayan sido alejados de sí los
últimos restos de la ganga terrena, como la mariposa que
abandona a su crisálida, se encuentra el alma en la
plenitud de si misma y goza de libertad completa en el uso de sus
facultades. Si hubiese un magnetizador bastante poderoso para dar
libertad absoluta al alma, se rompe el liamen terrestre y la
muerte inmediata se seguiría. El sonambulismo, por tanto,
hace que pusiésemos el pié en la vida futura;
surgió una punta del velo que se ocultan sobre las
verdades que el Espiritismo nos hace hoy entrever. No la
conoceremos, todavía en su esencia, sino cuando nos
hubiéramos desembarazado de la cobertura material que en
este mundo la oscurece".

No se debe aprovechar de la clarividencia de los
sonámbulos para fines meramente especulativos, para
satisfacción de nuestra curiosidad o para otros objetivos
que no dicen al respecto al tratamiento y la cura de las
molestias.

Es cierto que en las investigaciones en el
interés general de la Humanidad jamás serian
realizadas si ese precepto fuese absoluto., lo que
impediría el avance en ese terreno y el posible
descubrimiento de nuevos fenómenos. Mas para tales casos
entregues a operadores experimentados y prudentes, cesa el rigor
de la prohibición, desde que sean conscientemente
observados los cuidados necesarios e imprescindibles para
salvaguardar la salud del paciente.

Como quiera que sea, tengamos siempre en mente que la
clarividencia del sonámbulo se manifiesta con mas
precisión no prescribiendo para si mismo el tratamiento de
que carece, la marcha de su molestia, las crisis que se
verificaran y el tiempo de la cura.

Otros enfermos podrán valerse de la clarividencia
del sonámbulo para tratamiento y cura de sus males. Para
eso no habrá necesidad de colocar el enfermo en
relación directa con el sonámbulo, a fin de obtener
una consulta. Se utiliza por regla, objetos intermediarios, que
sean de uso del enfermo, especialmente de una mecha de sus
cabellos.

Los cabellos, principalmente, dice Bué (258),
poseen la propiedad de conservar y manifestar, mejor que
cualquier otro objeto, el estado patológico del enfermo;
los cabellos, esos nervios externos, como les llama Louis Lucas,
son efectivamente, nervios verdaderos acumuladores de la fuerza
radiante; su calidad se modifica, al mismo tiempo que la
irradiación nerviosa se trasforma con la edad, el sexo, el
temperamento, la idiosincrasia, el estado de salud o de molestia,
y puede decirse que las impresiones táctiles y olfativas,
que ellas dan, se hallan en relación directa con la
evolución física y psíquica del
ser.

El sonámbulo, el cual se tome una mecha de
cabellos procura primeramente formar una impresión por el
tacto; manoseándolos, palpándolos,
alargándolos en todos los sentidos; sometidos, en seguida,
al examen del olfato: cerrándolos por mucho tiempo; y el
olfato, ese sentido instintivo desenvolviéndolo en tan
alto grado entre los animales, parece aquí por
analogía, desempeñar en el estado primitivo que
caracteriza el sueño magnético, una importancia
especial.

CAPITULO IX

Núcleos en
potenciación

Los núcleos en potenciación representan
puntos agitados abarcando dimensiones superiores con
relación a la materia, haciendo parte de la zona del
inconsciente (zona espiritual) en región especifica
(inconsciente pasado) son como unidades PSI. De variadas
potencialidades en virtud de los grados evolutivos en que se
encuentran. Esos grados estarían representados por las
adquisiciones que las múltiples personalidades (cuerpo
físico) pueden ofrecer a una determinada
organización espiritual dentro de su vivencia evolutiva.
De esa manera, a través de las experiencias, los
núcleos en potenciación irían acumulando,
con potencialidad, las aptitudes de las realizaciones que la vida
pueda ofrecer.

Por la diversidad de experiencias los núcleos
serian variables en potencialidades. En su conjunto
representaría la propia energética psíquica
espiritual, en una determinada gama vibratoria para que de ese
modo, cada núcleo o conjunto de núcleos pueda tener
su intima condición.

Los núcleos en potenciación de esa manera,
podrían ser evaluados en fase de nuestras medidas
mentales. Por lo tanto encontrándose en las áreas
instintivas poco evolucionadas, o de algún modo
sobrecargadas de experiencias negativas, serán fuentes de
energía en fajas apartadas del bien y del amor. Todos
ellos reflejarían sus impulsos en la zona consciente o
humana, con el manantial con que se hallan
arremetidas,

Frente a la posición psicológica del
hombre de nuestros días, podemos anotar que los
núcleos en potenciación mas carentes y menos
evolucionados, son los que se reflejan con mayor insistencia en
la periferia conciencial, todo por necesidades constructivas con
la finalidad de afirmar la propia evolución; es el
núcleo carente buscando ampliación de
potencialidades. Todos esos núcleos estarían
obligados, vibratoriamente, y aproximados por el parentesco
primitivo

Esas "diminutas unidades" serían distribuidas por
millones, en los campos del psiquismo profundo, por sus
constantes formaciones, y representadas por aptitudes adquiridas
e indestructibles; de ese modo haciendo parte del espíritu
con su condición de inmortalidad.

Si fuésemos al caso de desear evaluar las
estructuras de esas unidades PSI, podríamos decir, que en
su constitución entrarían diminutos núcleos,
en potenciación con el fin de sustentar el potencial
energético. Es como si fuesen pequeños remolinos,
unos dentro de los otros penetrando en grados dimensionales cada
vez más afinados, en la medida que se acercasen del centro
del núcleo en potenciación.

Toda esta energética seria atributo de
dimensiones superiores a las conocidas es decir, de la cuarta
dimensión, donde se encuentran los ritmos del sonido, de
la electricidad, la luz, rayos Roentgen, etc., así,
podríamos nombrar esa dimensión más avanzada
como dimensión PSI, noi más la cuarta y si la
quinta dimensión, donde los núcleos en
potenciación tendrían el campo ideal de sus
manifestaciones.

En el decir de P. Ubaldi: "No existiría ni cuarta
ni quinta dimensión, y si dimensiones de una nueva
estructuración, siempre con representaciones trina; Luego,
la cuarta y quinta dimensiones harían parte de la primera
y segunda posiciones del nuevo sistema.

Para entender los aspectos de sus posibles
presentaciones podríamos decir que los núcleos en
potenciación, en contacto entre los unos y los otros,
unidos por hilos de específicas energías,
típicos filamentos, tomarían la forma de un rosario
donde las "cuentas" serían los propios núcleos en
potenciación. Con eso, el filamento unificador de esos
núcleos, enrollando sobre él mismo una verdadera
madeja que constituirían un hilo sin fin.
Existirían tantos puntos según fuesen las
adquisiciones y experiencias incorporadas para las regiones
espirituales, ampliando la "ilación" que también
sería energía de aquella faja.

Esos núcleos tendrían en los genes
cromosómicos las telas ideales de sus manifestaciones y el
local por donde todas las experiencias de la vida psíquica
fuesen absorbidas. De esa forma, los genes de los cromosomas y
los núcleos en potenciación del inconsciente o zona
espiritual, constituirían respectivamente, los puntos de
llegada y partida de la vivencia energética
PSI.

Figura I

Monografias.com

Presentación esquemática de las
expansiones energéticas del núcleo en
potenciación.

Figura 2

Monografias.com

Si procuraremos presentar otro aspecto del núcleo
en potenciación que sería su estructura funcional,
diríamos que ellos estarían constituidos con el
tenor energético de las tres bases del inconsciente o zona
espiritual (Ver figura No. l).

El inconsciente puro, el inconsciente pasado y el
inconsciente actual. La figura 3 nos muestra el esquema del
núcleo, en potenciación con sus sedimentos
radiantes, por eso las vibraciones variarían de acuerdo
con la posición en que se encuentra en las regiones del
psiquismo profundo.

En el esquema de la mente humana (figura 1) la
distribución de los núcleos por la zona del
inconsciente pasado variaría de acuerdo con su propia
carga energética. Los más evolucionados, es decir,
los más bien constituidos en aptitudes estarían
más en contacto con el inconsciente puro; los menos
evolucionados, más pobres en adquisiciones,
estarían situados en la parte más externa en
contacto con el inconsciente actual. Con eso, su
composición variaría de acuerdo con su
situación.

Los que se encontraran más hacia la zona del
inconsciente puro serían núcleos con mayor carga
energética del inconsciente puro y, por eso, más
evolucionados. Los que estuviesen más próximos del
inconsciente actual serían los menos evolucionados, los
más carentes, los más necesitados de
construcción y, por lo tanto más afinados en
vibraciones con la organización física como que
allá buscando los campos de las experiencias.

Los núcleos en potenciación cuanto
más hacia el centro del inconsciente, más
quintaensenciados, más purificados, y cuanto más
para la periferia, más condensados vibrando con la materia
del cuerpo físico. Son esos núcleos más
periféricos los que sustentaría la vida celular de
la organización física por las telas de los genes
cromosómicos ahora siendo influenciados y orientados por
los más evolucionados, situados más hacia el centro
del psiquismo.

Por todo, los núcleos en potenciación
sería la verdadera estructura del psiquismo de
profundidad, donde sus energías, coleccionadas en las
experiencias multimilenarias, constituirían un campo
vibratorio transcendiendo a la vida física.

Los factores y experiencias múltiples del medio
externo, absorbidos sobre formas de aptitudes son como si
estuviesen incorporados a sus fuentes de inmortalidad,
prosiguiendo siempre un proceso evolutivo en la búsqueda
de un amor integral, para representar mecanismos de constante
relación cósmica

NÚCLEOS SEXUALES PSI:
CORRELACIÓNADOS CON LA ZONA
FÍSICA

Partiendo del conoBcimiento ya expuesto, que esa
hipótesis de trabajo pueda ofrecer respecto a los
núcleos en potenciación, podemos decir, que su
estructura funcional se perdería en dimensiones superiores
donde las energías del espíritu se extienden. Es
claro y lógico que la zona consciente del intelecto humano
queda absolutamente aislada (conscientemente), por no poseer
elementos específicos que puedan detectar aquellos campos
vibratorios superiores. Es comprensible también que los
núcleos en potenciación puedan presentar
variaciones de acuerdo con la región en que se encuentran
y del sector al que pertenezcan.

Todas las actividades de la psiquis están en
dependencia de la información de espesos campos del
inconsciente pasado. Esta región del inconsciente presente
un vasto y expresivo campo de actividades, donde podríamos
anotar las variaciones de sus energías de conformidad de
los núcleos en potenciación a los cuales pertenecen
las fuentes mas próximas de la periferia.

Haciendo límites con el inconsciente actual,
serian los campos de energías más condensadas,
más afinadas con la materia. Las fuentes
energéticas más intensas, que hacen límites
con el inconsciente puro, serian de energías más
quintaesenciadas y más evolucionadas, de manera a
incentivar y orientar los campos más externos. Es en ese
sector más interno (figura 2) acoplados a los campos del
inconsciente puro, donde tendrían nacimiento dichas
energías sexuales, por condiciones de impulsos
creativos.

Los núcleos responsables por las fuerzas
sexuales, ahora originadas en la vecindad del inconsciente puro,
no quedarían limitados a esa región. Se
sucederían en cadena hasta los limites del inconsciente
actual, en adelante manteniendo los contactos de sus campos
(figura 2). En esa posición, emitiría
energías que vencerían las barreras del
inconsciente actúa, para adaptaciones, con el fin de
alcanzar la zona corporal en la afirmación del sexo al que
pertenecen en determinada etapa palenginésica. Los
núcleos en potenciación de esa categoría, en
cuanto más se aproximen a la periferia próxima del
inconsciente actual), serian más "personificados" y
cargados de energías adaptadas a los órganos
sexuales del cuerpo físico, quiere decir, que esos
núcleos mostrarían la predominancia de la polaridad
sexual que el cuerpo físico revela. Al paso que los
núcleos más internos próximos al inconciente
puro serian más "impersonales" con una carga de
energía de mayor totalidad donde las dos fuerzas
(masculina y femenina) se encontrasen ajustadas, como si
estuviesen fundidas.

Frente a tal propuesta, se percibe que en cuanto
más en el centro del inconsciente, más la fuerza
creativa se revela en totalidad; en cuanto más hacia la
periferia, se muestra con predominancia masculina o femenina. Ese
campo energético espiritual o del inconsciente,
presentándose ahora también como energía
sexual, sería bien diferente de aquel que se muestra en
los órganos genésicos de la región
corporal.

Con esto, queremos decir que la energética
sexual, cuanto más interna es más sutil, al punto
de un esfuerzo de expresión, la denominaremos como
energía supersexual; así hacemos diferencia de esa
energética: Mientras más interna más
incorporada y evolucionada presentando un máximo
potencial, cuanto más externa, ya haciendo
distribución a través del inconsciente actual para
las células corporales, más dividida,
caracterizándose más condensada y más
afinada con la materia. Cuanto más interna, más
presentan las fuerzas totalizadoras del sexo, en un verdadero
bloque o conjunto, a punto de ser absolutamente "impersonal";
cuanto más externas más se expresa la fuerza sexual
orientada en una de las posiciones del sexo (masculino o
femenino); de ahí su personificación.

Esos núcleos en potenciación por la fuerza
de irradiación, influenciarían sus estructuras
vecinas destinadas a otros menesteres, es como si los
núcleos en potenciación sexuales irradiasen un
colorido específico e influenciasen a los demás con
su propia tonalidad (figura 2).

En esa conceptualización de las energías
del inconsciente (o espíritu), miramos y percibimos que
los campos de las fuerzas sexuales serían bien expresivos
y, en la zona consciente los más variados ángulos
emocionales que se presentarían con colorido sexual por el
envolvimiento de aquellas fuentes específicas de la propia
alma, pero jamás siendo resultado de exclusivas
actividades de los órganos sexuales de la
organización física. Por lo tanto, no debe de haber
confusión con las actividades sexuales ligadas
directamente a los órganos sexuales y a las
energías sexuales que poseemos. Así, ahora las
actividades sexuales en la periferia sean orientadas por esas
fuerzas del espíritu. Como esas fuerzas sexuales del
espíritu, para las cuales preferimos la
denominación "fuerzas creativas", bañan y envuelven
las demás fuerzas de los múltiples e innumerables
núcleos de potenciación del inconsciente pasado,
muchas de las actividades del psiquismo pueden mostrar las
influencias de aquel colorido. Es bastante común en las
artes las influencias y segregación de esas
energías, ligadas a los campos sexuales internos, a
través de símbolos y variadas
imágenes

Freud al percibir las fuerzas del inconsciente en la
zona intelectual, que es la más periférica,
sintió el colorido del componente sexual. Como analizaba
el inconsciente en fase de organización física,
igual con el resultado de ese trabajo consciencial solo
podría haber tomado ilaciones psicológicas en esas
zonas más condensadas, con símbolos más
personificados y con exclusiva tonalidad de esa región.
Por eso, vio el sexo en todo, por eso el sexo en periferia, o el
sexo resultante del trabajo hormonal del cuerpo psíquico,
creando a su psicología en esta faja con horizontes
profundamente limitados.

El inconsciente para Freud, era consecuencia funcional
de las unidades neuronales. Freud, realmente hace la abertura de
los velos del alma. Muchos han buscado elevar esas posiciones
ligadas al sexo, en cuanto que otros apenas exaltan instintos
primitivos, sobresaltando erotismo con hipertrofia en la
licencia, fundamentándose en gran parte en la
fisiología de Marcuse. Jung, fue más lejos al
percibir que más allá de las fuerzas sexuales,
existían otros campos influyentes de las actividades
psíquicas, donde los "arquetipos" serían las
fuentes de origen de los mismos. Reconoció los valores de
aquellos eventos y analizó las fuerzas del inconsciente en
sus debidas posiciones al influenciar la psiquis consciente. Con
su manera de ver sintió la dinámica del
inconsciente como una totalidad (libido) con los arquetipos y
símbolos y sus respectivas inmersiones en la zona
inconsciente, inclusive, los de tonalidad sexual.

En la posición de las fuerzas sexuales existen,
tanto en el campo masculino como en el femenino, las dos fases
donde una de ellas es sobrepujada y envuelta. Jung, trae consigo,
una profundidad del inconsciente, a su imagen femenina, como la
mujer a su imagen masculina. Son como contrastes en equilibrio.
Jung, llamó a la imagen masculina "animus" y a la femenina
como "anima", como la mujer y su "animus". La fuerzas de
manifestación de esas imágenes del inconsciente
(contradictorias con la zona (consciencia), son inagotables y
variables en tonalidades, y en las medidas de cada
situación psíquica interna podrían revelarse
a través de los sueños como proyección de
esas imágenes.

La feminidad de la zona inconsciente del hombre, como la
masculinidad de la zona inconsciente de la mujer se proyecta en
la vida consciente común, en los cambios de humor, con los
correspondientes a las fuerzas del inconsciente que representan.
Así el "anima" sería, en el lenguaje de Jung, en el
arquetipo del femenino como el "animus" y el arquetipo del
masculino. En el "anima" en la que estaría la madre, la
profesora, la estrella del cine, la presentación de una
mujer ideal, los caprichos de expresión femenina; Todo
eso, dependiendo de la fase de la vida en que el individuo se
encuentra, por cuanto la proyección del "anima"
estará relacionada con el andamiaje psicológico de
determinada edad. Lo mismo para la mujer con relación al
"animus" representado por el padre, el maestro, el héroe
de los cuentos o del cine, por el atleta, etc., y los reflejos en
las producciones artísticas.

Un caso de estudio interesante, a la luz de la
psicología de Jung, es él celebre cuadro la
Monaliza, de Leonardo de Vínci. La interpretación
de la famosa sonrisa de la dama, La Gioconda, que no
correspondería al modelo, si es que, realmente lo tuvo,
sería reflejo del alma femenina "anima" del gran artista.
En el pensamiento de Jung, cuando la mujer presenta tonalidad
masculina como en la competencia de dirección a empresas,
revelaciones típicamente masculinas, sería el
efecto de su "animus" proyectándose en la tela consciente;
su propia imagen de la zona inconsciente en el caso del hombre,
la emersión de su ánima en la zona consciente
resultaría en actitud de mayor sensibilidad, de
fácil aceptación de ideas y también cierta
sumisión en fase de determinadas situaciones. El hombre
presentaría actitudes más delicadas, de ese modo
con mayor sensibilidad.

Cuando esas fuerzas "animus" y "anima" están bien
conjugadas son mediadores equilibrados y constructivos entre el
inconsciente y el consciente. Y la naturaleza, tanto la masculina
como la femenina, estará siempre buscando la parte
complementaria para realizaciones y afirmaciones. Ese pensamiento
de Jung ofrece una psicología dinámica más
sustanciosa y mucho más lógica, las más
antiguas filosofías presentarían esas
energías del alma con su necesaria ambivalencia. La figura
5, constituye una de las representaciones más antiguas de
la humanidad; de origen chino taigitú ha tenido
innumerables interpretaciones, de ahí, la idea central de
ese tipo de mándala que traduce dualidad en constante
equilibrio. Podemos decir que son campos de polarizaciones
opuestas con su habitual movimiento evolutivo; esto es, en la
medida en que los instintos como fuerza del alma, fuesen
madurando para situaciones más positivas, los torbellinos
que constituyen sus campos vibratorios se irían
perfeccionando y, consecuentemente también, las fuerzas
sexuales que por ahí transitan.

La dualidad de esos campos, a pesar de su polaridad, no
constituye una constante perenne, pero si un equilibrio buscando
armonía en la propia razón evolutiva, de esa
manera, la filosofía china denominaba una de las zonas
como Yim y la otra como Yang representando las posiciones
opuestas de la vida: En Yim estaría un polo de nacimiento
(inicio de la consciencia), en Yang el camino de su
expresión madurativa, de un lado la sombra, y del otro
lado la luz, de un polo, el masculino, del otro polo el
femenino.

Transfiriendo la esquemática para la zona del
inconsciente espiritual, situemos en esos dos campos,
respectivamente, la zona masculina y la femenina. Cada una de
esas zonas posee en su camino una pequeña área del
otro campo, para traducir la existencia de diminuta fuente de
energía sexual opuesta (figura 3). Tanto la zona masculina
como la femenina poseen en su seno con equilibrio
armónico, pequeño campo sexual de otra
polarización. Si el individuo fuere del sexo masculino
posee más allá de su energética sexual de
predominancia, una pequeña fuente de potencia sexual
femenina, sin mayores influencias en su organización por
sus limitados influjos.

Los que estuvieren en la faja femenina también
presentarán una pequeña fuente sexual masculina
limitada y como dominada. De ahí, se concluye que tanto
los campos masculinos como los femeninos poseen dentro de su
propio contenido, fuerzas sexuales opuestas, denominadas de esa
manera. Esto quiere decir, que la zona en evidencia, masculina o
femenina, mantiene la luz de su preponderancia, en cuanto que la
opuesta queda como que temporalmente en la sombra, de esa manera
con pequeños reflejos en los otros campos. Es en ese
equilibrio de fuerzas que la evolución se va afirmando; en
los casos de desvíos patológicos de esas fuentes
habría desenvolvimiento de fuerzas incoherentes, cuyas
reacciones que siempre muestran actitudes desarmónicas,
visan, en último análisis, al restablecimiento de
los contenidos del psiquismo de profundidad.

En nuestro concepto, sobre los núcleos en
potenciación sexuales, parten las fuerzas totalizadoras
del sexo, de acuerdo con la necesidad evolutiva de aquella etapa
reencarnatoria, y de esa manera, podrían aparecer tanto en
el hombre como en la mujer impulsos del sexo opuesto en
tonalidades aceptables y comprensibles, en los casos en que no
haya distorsiones enfermizas de esas energías del
psiquismo, la expresión de la energética sexual
estará siempre relacionada con el panorama evolutivo y la
necesidad de vivencias conscienciales de la faja sexual de
predominancia. Por lo tanto la oscilación sexual, entre
sus dos polos, estará ligada a la posición
evolutiva de cada ser, y a las variaciones que esas cargas
específicas sufren en determinadas fases de la vida en el
cuerpo físico, el respectivo caparazón
psicológico que el individuo presenta.

Encontramos que Jung, por haber penetrado en el
inconsciente con mayor profundidad que Freud y por las
experiencias paranormales en que participó, debía
haber concluido dentro del panorama científico, sobre la
inmortalidad de los campos del inconsciente. Si llegó a
esa conclusión no nos informó con precisión
y apenas dejó filtrar en sus últimos conceptos
algunos coloridos al respecto.

De todo, podemos concluir que Freud, abrió los
velos del alma a los estudios universitarios. Jung, sondeó
y evaluó muchos de los campos del inconsciente. Otros
vendrán, con el fin de colocar en la psicología de
nuestros días, la gran ecuación sobre inmortalidad
y palingenesia.

Las fuerzas sexuales del ser, por los conceptos
expuestos, existen tanto en el hombre como en la mujer, en el
psiquismo de profundidad de manera doble, bisexual, e
integrado.

A medida que nos aproximamos a la periferia de la
estructura psíquica, esas fuerzas sexuales tienden a
dividirse y a expresarse en la tonalidad de su propia necesidad
(construcción evolutiva) en la zona consciente; por eso,
en cuanto más hacia el centro del alma, o sea del
inconsciente puro, es más unida, más integral, de
carga bisexual completa. Si ajustáramos esos conceptos en
un esquema de inmortalidad, al lado de sus construcciones en los
movimientos reencarnatorios, comprenderemos el valor de la
energética – PSI sexual en los mecanismos de la vida,
más allá de explicarnos toda la
fenomenología de la psicología dinámica,
cuyos hechos están encarcelados en un caudal de
explicaciones intelectuales sin un eje de pensamiento
coordinador. El propio Jung, delante de las fuerzas evolutivas
del inconsciente y en constantes renovaciones (reencarnaciones),
creó el inconsciente colectivo para explicar el manantial
pretérito que el hombre carga en su totalidad
psicológica por no haber incorporado la idea de las
renovaciones del YO, con las respectivas absorciones de
experiencias que las reencarnaciones propician, tomó
caminos de complejidad intelectual para poder sustentar la
temática en cuestión, por haber percibido la
voluminosa energía del psiquismo; se desprendió de
los conceptos freudianos, y apenas abordaban los reflejos de esas
energías en la tela consciencia en conformidad con la
teoría de la sexualidad.

La doctora Nice de Silveira, en su libro sobre Jung y su
Obra, hace una citación que transcribe: la noción
de la bisexualidad de todo ser humano antes de ser aceptada por
la ciencia, ya era una intuición antiquísima. La
encontramos por ejemplo, en el mito de los andróginos,
presentada por Aristófanes en el banquete de
Platón. Los andróginos eran seres bisexuados,
redondos, ágiles y tan posantes, que Zeus llegó a
temerlos. Para reducirles las fuerzas los dividió en dos
mitades: masculino y femenino. Desde entonces cada uno busca
ansiosamente su mitad. El hombre y la mujer sufren ese mismo
sentimiento, expreso por el mito de ser incompletos, pues la
naturaleza del hombre presupone a la mujer, y la naturaleza de la
mujer presupone al hombre".

Podemos decir que el espíritu hominal, posee en
sus fuerzas PSI sexuales uno de los pilares de su propia
evolución intelectiva y ética, por ser la
consecuencia de adquisiciones multimílenarias y en
constantes renovaciones para el burilamiento y armonía del
Psiquismo. La meta a ser alcanzada, será siempre un nuevo
tipo de conciencia. En cuanto el espíritu no se presente
integrado en su doble fuerza sexual, exteriorizará
siempre, en el proceso reencarnatorio, la posición que
viene a exigir experiencias y vivencias en la zona física.
Con eso, podemos aquilatar cual sea la posición sexual de
los espíritus. Ellos poseen el potencial de esas
energías de modo integrado en la bisexualidad, cuanto
evolucionados; en los menos adelantados, las fuerzas
estarán pendientes en la polarización masculina o
femenina, con variaciones mayores o menores, en fase del grado
evolutivo en que se encuentra.

Conviene referir que los espíritus, por su
vestidura psicosomática, se presentan en las videncias
comunes con aspecto de su última encarnación
humana, y con eso traduciendo también, su polaridad
sexual. Tanto los espíritus masculinos y femeninos se
expresan e imprimen condiciones armoniosas con su posición
genotípica, existiendo las variaciones de
polarización del sexo, o así mismo la
integración de esos potenciales por condiciones
evolutivas.

Contingencias de ese orden pondrán decirnos que
el sexo, masculino o femenino, es una disociación
energética con finalidad de adquisiciones evolutivas. El
espíritu, encarnado o desencarnado, presentará la
potencia sexual, ahora masculina, como también femenina
por encontrarse necesitados de realizaciones. Solamente los
más evolucionados, por las aptitudes adquiridas,
incorporarán en su esencia los dos factores, (masculino y
femenino), para representar una unisexualidad por la bisexualidad
madura en las etapas reencarnatorias.

Traducimos la totalidad dinámica del psiquismo
como energética, originaria del inconsciente puro y en
cuya zona más periférica, tomarían origen
las raíces de las fuerzas sexuales (figura 2).
Éstas, en esa región, representarían un
campo de energías creativas, perfectamente nutridas y
orientadas por el foco central del psiquismo (inconsciente puro)
que a su vez, también se responsabilizaría por los
demás núcleos en potenciación del
inconsciente pasado. Los núcleos en potenciación
ligados a las fuerzas sexuales del inconsciente (fuerzas
creativas por excelencia) serían distribuidos por la orla
del inconsciente puro y en cadena (figura 2), buscando el
inconsciente actual; en los trazos de su pasaje dejarían
su influencia por toda el área del inconsciente pasado y,
lógicamente, del inconsciente actual.

El proceso evolutivo, auxiliando todos los campos de la
vida, como también, recibiendo y comparando todo el
producto de los trabajos y experiencias que la zona consciente
puede desenvolver. Por lo tanto, no solo la corriente
psíquica centrífuga (del centro para la periferia)
a nutrir e influenciar los fenómenos vitales de la
organización física, como también, la
corriente centrípeta (de la periferia para el centro) al
llevar todo el material desenvuelto y realizado en las telas
conscienciales. Así, existiría un ciclo vital donde
corrientes vibratorias de energías variarían de
acuerdo con la faja que trasiga; Cuanto más a la
periferia, más condensación y
personificación, cuanto más hacia el centro
más quintaesencia y más
purificación.

Las fuerzas sexuales corpóreas, ya ajustadas,
concurren para la manutención del equilibrio interno. Ese
ajuste debe ser entendido de modo amplio, en el sexo bien
conducido, es cuando la castidad con sentido y
sublimación, son también posiciones creativas del
alma. Las fuerzas resultantes de esos mecanismos de
sublimación sexual, serán siempre aprovechadas en
la ampliación de otras actividades del psiquismo, donde
los sentimientos positivos, auténticos y más nobles
se incorporan a sus resultados. Por lo visto, podemos decir que
los núcleos en potenciación PSI sexuales,
localizados en las fajas más periféricas del
psiquismo (límites con el inconsciente actual), se
expresan como fuerzas personificadas del sexo, masculino o
femenino; cuanto más localizados en las vecindades del
inconsciente puro, engloban las fuerzas bisexuales, buscando una
totalidad, para representar una esencia creativa.

El espíritu o energética del inconsciente,
en su parte central e interna, carga las potencialidades de los
dos sexos cuyas irradiaciones, a medida que alcanza la periferia,
van demostrando su polarización masculina o femenina, con
todos los grados y variaciones posibles, de acuerdo con factores
kármicos y de proyecciones reencarnatorias. De esa manera,
los núcleos PSI sexuales en conformidad con los
potenciales dinámicos con que carga, situarían la
personalidad del individuo (zona consciente) en la faja de su
necesidad evolutiva, para el lado masculino o en el lado
femenino. Y dentro de esa faja, con las oscilaciones de mayor o
menor masculinidad o feminidad.

La fuerza sexual naciendo en las vecindades del
inconsciente puro, como potencia creativa del alma,
presentaría en sus núcleos en potenciación
una predominancia de fuerzas semejantes a las del inconsciente
puro. Por lo tanto, irían sufriendo variaciones a medida
que alcance la periferia límite con el inconsciente
actual, es decir, el núcleo en potenciación en la
vecindad del inconsciente actual que tendría predominancia
sobre las fuerzas ahí existentes. En otros
términos: los núcleos PSI sexuales más
internos, poseerían mayor tenor de fuerzas del
inconsciente puro (figura 3a) y como absorbiendo las tonalidades
bisexuales. Los núcleos en potenciación sexuales
más periféricos estarían con predominancia
de fuerzas del inconsciente pasado y actual (figura 3b). Al
traducir fuerzas más condensadas y direccionadas en los
polos masculino y femenino, con sus diversos grados y
variaciones, igual que con las fuerzas desarmonizadas en los
casos patológicos.

CAPITULO X

Introducción a la medicina
psicomagnética

Convenientemente aplicados, el Magnetismo, la
Sugestión y la Acción Psíquica pueden
producir un alivio en la mayor parte de las enfermedades
psicosomáticas.

Antes de empezar a dar las técnicas operatorias,
deseamos dar aquí algunas indicaciones
generales.

En primer lugar, el magnetizador no debe considerarse un
superdotado, que con unos pocos gestos y palabras le basten, para
suprimir la enfermedad a excepción de la mediumnidad
curativa, innata en algunas personas, que con imposición
de unas pocas palabras, les es suficiente lograr éxitos,
en la terapéutica psicomagnética. De otro modo,
para restablecer la salud es indispensable un esfuerzo sostenido
y constante, sobre todo, en el tratamiento de las enfermedades,
que han llegado al estado critico, bien sea de carácter
fisiológico o de influencia espiritual,
"obsesión".

El magnetismo permite excitar el vigor de uno o varios
órganos caídos, regula y desbloquea el aparato
inmunológico, restaura el metabolismo y dinamiza los
centros neurofluídicos o chakras.

La sugestión, aplicada en el estado de vigilia o
de sueño provocado, tiene una acción muy profunda
sobre todas las funciones, perturbaciones motrices, sensoriales,
nerviosas y psíquicas. Por si sola puede realizar curas
extraordinarias.

La acción del pensamiento movido por la voluntad
puede realizar todo lo que el magnetismo y la sugestión
sean capaces de obtener.

La combinación de los tres medios de
acción citados, logrará siempre más, en el
mismo espacio de tiempo, que uno de ellos aplicado aisladamente,
y cualquiera, que sea el desarrollo psicomagnético de una
persona, cumpliendo estrictamente las instrucciones detalladas
que a continuación expondremos, por lo regular se
llegará a un resultado satisfactorio.

ALGUNAS RECOMENDACIONES EN LOS PROCEDIMIENTOS
HIPNÓTICOS

Nos proponemos en las siguientes páginas, dar
nociones de la terapia psicomagnética, aplicando
sencillamente, las instrucciones, el aprendizaje con
perseverancia y tenacidad alcanzará éxitos en sus
sanos propósitos.

El operador deberá evitar el pronunciamiento de
largas y sofisticadas palabras decoradas, con una sofistica
abstracta y rebuscada; sin embargo, habiendo realizado la
entrevista previa para el análisis, conociendo algo de la
cultura del sujeto, de sus inquietudes y problemas, es cuando
podemos ordenar y armar los argumentos, las estrategias,
estímulos y sugestiones apropiadas, para el caso a
tratar.

La práctica de la experimentación
constante crea la mejor actitud para el operador; desarrolla en
él una calma imperturbable; una perfecta impasibilidad
ante las demostraciones admirativas o críticas, con
respecto a las ciencias psíquicas; una confianza
justificada en la eficacia de los medios de acción
psicomagnética y por encima de todo, la condición
íntima, de que muchos estados fisicoquímicos son
inmutables.

Cuando una persona conviene, a que con ella realicemos
esta experiencia, de hecho, ha dado principio la influencia
hipnótica.

El procedimiento a emplear con un sujeto que se dispone
al proceso, bien sea a un médium o cualquiera de aquellos
que hacen parte de la tipología más indicada para
el asunto, se puede variar de técnica, si el caso lo
amerita; pero si no se presenta renuencia o impedimento, es
conveniente no hacer variación o cambio. La experiencia y
la información recogida en la entrevista indicarán
el mejor camino a seguir, y siempre será posible optar,
por el que ofrezca menos molestia o perturbación para el
sujeto, cuya personalidad debe tenerse, en primer término,
como factor digno de respeto y comedimiento. La diversidad entre
las personas con las que practica un hipnotizador, teniendo en
cuenta la edad, carácter, criterio, o arquetipos, tiene
que indicarle el camino de su actuación, para la cual le
será muy útil tener nociones de psicología.
Tanto el novato como el profesional, seguramente, no deben
ignorar que nadie se prestará a ser hipnotizado si no
está seguro de quedar exento de todo perjuicio,
momentáneo o posterior, para lo cual, el que hipnotiza
debe ser un modelo de pulcritud o por lo menos, no poseer una
reputación que se pueda cuestionar.

Para obtener facultades de hipnotizador no es requisito
indispensable exhibir una imponente prestancia física,
académica, ni personalidad de renombre. Toda persona por
modesta y humilde que sea, puede hacerlo si dedica sus estudios y
experimentos a actuar con firmeza, tenacidad, fe, sinceridad y
honradez.

Entre los recursos eficaces con que cuenta el
hipnotismo, figura en gran parte la fascinación, pues
ésta es una de las causas, que explica la posibilidad de
que muchos sujetos puedan ser hipnotizados. A veces tiene
más importancia saber abstenerse, de ensayar con aquellos
que resultan renuentes o inabordables, entre ellos, los
individuos manifiestamente obsesos, con rasgos paranoides,
psicóticos, neuróticos o desequilibrados que de no
haber sido tratados previamente mediante tratamiento
psicológico y el recurso espirita, al llegar al trance
hipnótico, este en su estado anímico, o
influenciado por espíritus malhechores lo
aprovecharían para desencadenar tendencias criminales, o
simplemente, instintos perversos, escudados en una completa
irresponsabilidad y cuya culpa vendría a recaer en el
hipnotizador, aunque fuese solamente de manera indirecta. Caso
parecido ocurre con los efectos de la embriaguez, y la
drogadicción en la que el hombre rompe esquemas
despojándose de los preconceptos, paradigmas, formalismos
y todo aquello que forma sus arquetipos que se convierten en
camisa de fuerza para actuar de manera consciente en estado de
vigilia; pues en estos casos, quien le compromete en sus actos,
es la subconsciencia, o sea, el ego en su legitimidad. Puede ser
aprovechado por obsesores durante el trance, como vemos en tantos
casos de delitos cometidos, sin que después del
acometimiento el delincuente o poseso se logre
recordar.

En la gran mayoría de los sujetos hipnotizados,
es necesario que se hable como queriendo revelar ideas antes no
expresadas y su válvula de escape es el palabrerío,
por medio del cual se descargan emociones represadas.

Hablan pero sin esperar debate, ni siquiera un
diálogo, porque no les hace falta un interlocutor,
siéndole suficiente la asistencia de un oyente. Una sola
pregunta del hipnotizador es suficiente para abrir un cauce que
dé curso a sus ideas y sentimientos.

Los operadores novatos deben aprender a escuchar sin
interrumpir, concediendo especial atención a todo lo que
exterioriza el sujeto y que para él debe ser de
importancia suprema, como supone lo sea para el hipnotizador.
Éste, se abstendrá por el momento de cuestionar o
corregir al sujeto, cosa que será recibida como una
injerencia inoportuna o inadecuada, mereciendo inhibirla como
tal.

Es de tener en cuenta que las sugerencias,
cuestionamientos y adoctrinamientos, se deben aplicar en la fase
pre-final de los procesos hipnoterapéuticos. Esto porque,
aún bajo el estado hipnótico, el sujeto permanece
consciente y por ello, todo lo que dice procede de alguna buena
razón, expresando una verdad auténtica, aunque a
nuestro juicio, tenga más apariencia de alucinación
o espejismo, por lo antes dicho, jamás se debe impedir
obstruir el curso de las ideas que vaya exponiendo un sujeto en
estado hipnótico; porque su oposición podría
ser tan sorpresiva, que pudiese llegar a despertarlo.

ESTÍMULO Y ENTUSIASMO

El estímulo, tiene que partir del hipnotizador y
el entusiasmo tiene que anidar en el hipnotizado. Si éste
se siente apreciado y comprendido cuando verbaliza sus emociones
o sentimientos, durante su estado hipnótico, siente con
agrado encontrarse en manos de un amigo personal, con el que
establece la estimación recíproca, reconociendo su
preeminencia como persona de más capacidad y experiencia,
que le comprende, estimula y al que hay que obedecer, sin reparo,
respetando fielmente sus indicaciones, que inicialmente no
deberán ser incompatibles con las ideas y sentimientos,
que el propio sujeto exterioriza al hablar.

Las frases que el hipnotizador debe emplear en prueba de
agrado hacia la verbalización del sujeto,
contendrán placeres y encomios, que promoverán su
entusiasmo, así como su agradecimiento y que harán
la sesión mucho más agradable veamos:

"sus pensamientos son geniales"

"es usted un admirable idealista"

"admiro la vivacidad de su ingenio"

"su locución es interesante"

""sus palabras me han deleitado"

"felicito a usted por su buen juicio"

"le escucho con atención y
admiración"

Se recomienda intercalar, las sugestiones positivas, que
hayan dado motivo a la sesión.

La civilización ha venido implantando,
sólidamente, hábitos de una vida
antihigiénica y desordenada, en el comportamiento mental y
corporal.

Entre éstos, una alimentación arbitraria,
en particular, que casi todos los que son lesionados, por
afecciones crónicas conservan sus perturbaciones de la
misma manera que las han creado.

Tratando las enfermedades por los medios
psicomagnéticos hay que esforzarse por convencer al
enfermo, para que haga desaparecer las fuentes de
intoxicación que mantiene. Para esto, hay que emplear toda
la influencia del magnetismo, de la sugestión y de la
acción psíquica, con el objeto de someterlas
costumbres de un enfermo a las leyes de la higiene
psicosomática

CAPITULO XI

Objeto de la
cultura psíquica

El objeto de la cultura psíquica es desarrollar
los medios con los cuales podemos obrar con propósito
deliberado en nosotros mismos, las personas extrañas, y la
trama de los acontecimientos, que nos afectan. Es preciso,
primero, tener conciencia de tales medios, resolverse a
aplicarlos y por último, hacerlos intervenir y
desarrollarlos de tal manera, que representen un papel tan
importante, como sea posible, en el determinismo de nuestra
existencia

La cultura psíquica interesa a todos los que
están dispuestos a realizar un esfuerzo aplicado en las
condiciones requeridas, para que tenga su máximo efecto.
Con el designio de mejorar su salud, aumentar la resistencia de
su organismo, obrar sobre sus funciones por autosugestión.
de regularizarla impresionabilidad, sentimentalidad,
impulsividad, memoria y las demás manifestaciones
inconscientes, subconscientes, y colocarlas bajo la
dirección de la idea reflexivas, del juicio y de la
voluntad, de poder anular, si el caso ocurre, la influencia sobre
ellos, de los otros considerados, individualmente del medio
ambiente, del colectivo, con objeto de conservar la entera
libertad de su pensamiento y de su acción De ejercer una
influencia decisiva, predisponiéndoles en su favor de
manera que con, especiales consideraciones y el aprecio de sus
facultades, aptitudes, de su valor intrínseco,
etc.

De saber en su esfera cómo inspirar los
sentimientos y las ideas susceptibles. De orientar,
últimamente, a los que han de interesarle. – De reunir la
mayor suma de elementos de éxito o de resistencia a la
adversidad. De efectuar un progreso continuo, acrecentando la
extensión o el vigor de sus facultades y la amplitud de su
inteligencia y sus medios de acción.

DETERMINISMO Y LIBRE ALBEDRIO

El ser humano, por un determinismo en el cual no se cree
que tenga ninguna intervención, se encuentra colocado en
condiciones de existencias programadas. Su estado
psíquico, sus facultades, tendencias, aptitudes, su
género de vida no dependen de la ley de casualidad, pues
están estrechamente encadenadas con la ley de causa y
efecto y de vidas pasadas. Así, los talentos y aptitudes
son innatos en el inconsciente.

Las tendencias y los conceptos, en parte, son
poderosamente influidos por el medio cultural e
idiosincrásico que nos rodea; también, por la
orientación recibida en la infancia y la adolescencia, por
las impresiones impuestas, por los acontecimientos, etc. La
cultura psíquica, además de la cultura Espirita,
nos permite comprender en amplia medida la cadena de sucesos en
nuestra vida, lograr diferenciar los que corresponden a la ley de
causa y efecto y aquellos que provienen de la casualidad. Los
acontecimientos negativos que provienen de la ley de causa y
efecto, los evitaremos con el altruismo, el amor y el servicio; y
los de casualidad, si es que así lo consideramos, los
evitaremos con prudencia y sensatez, utilizando una directiva
concebida tan libremente, como sea posible.

Es de aclarar, que aquello, que denominamos como
casualidad, en cierto modo es pura utopía; pues si el
suceso aparenta ser ocasionado por otras circunstancias
consideradas ajenas a lo personal, tales como: El escenario, la
época o cualquier otra aparente causa de uno u otro modo,
es involucro kármico, puesto que todo cuanto existe en el
universo se desarrolla dentro de esas leyes. . De ahí que
el evangelio nos enseña, que: "ni la caída de una
hoja de un árbol, Dios la ignora".

Principios generales- El primer paso que ha de darse es
reducir en lo posible el instinto inferior, "ID" y en lo que se
refiere a la vida psíquica, adoptando reglas, de donde
resulte el equilibrio de las funciones orgánicas y la
facilidad de su dirección. Esta regularización
acarrea, en cierta medida, la del automatismo psicológico,
de la impulsividad, impresionabilidad, intelectualidad,
subconsciente e inconsciente; percepciones, memoria etc. Resulta
de especial interés, para el sujeto que se somete a su
propia influencia, comprender su finalidad, al menos en lo que se
refiere al mejoramiento, de su conducta individual y los
beneficios inherentes a la misma. Tales como, desechar vicios y
malos hábitos, acrecentar la buena salud, vigorizar la
energía física y estimular la capacidad
intelectual. Una de las cosas que dan atractivo a la vida, es el
disfrute de la influencia y la ilusión, que es un evidente
factor de felicidad, puesto que, podremos dominar mediante las
influencias y crear las ilusiones más gratas.

A cerca de la felicidad mucho se ha disertado y escrito,
unos la fincan en la riqueza, otros, en la buena salud; los
optimistas, en la buena suerte; los artistas, en la
inspiración, los inventores, en sus novedades a veces
útiles; los eruditos en la cultura; los religiosos, en la
meditación; algunos políticos, en la
gobernabilidad, sin embargo, con su demagogia y el ingenio para
crear impuestos crecientes para disfrutarlos mediante la
corrupción burocrática, mientras tanto el pueblo,
condenado al lamento y la resignación.

La felicidad, es un estado de ánimo que se
produce cuando todo sale bien. La riqueza, salud,
inspiración, el fervor religioso, la ambición, el
poder, etc., son influencias exteriores, que al obrar en
nosotros, nos proporcionan, cada una, su cuota de felicidad y
ensoñación.

La autosugestión asegura, poco a poco, la
preponderancia de las ideas, sanamente deliberadas. Y coloca la
voluntad bajo su dirección; tiene además, una
acción directa sobre las funciones orgánicas,
facultades, tendencias, costumbres y permite reeducar
sistemáticamente él Ego y transformar la
impulsividad, resultante del determinismo con un automatismo,
según las deliberaciones así mismo razonadas. Todo
eso, exige una serie de esfuerzos, comparables a los que
efectúa un nadador para remontar la corriente de un
río. La buena voluntad, pura y simple, permite siempre una
tentativa de reacción, que sí es repetido,
desarrolla el poder de voluntad, la energía moral y crea,
poco a poco, la costumbre de mantener y de ejecutar sus
decisiones.

La voluntad es el principal elemento de la influencia
personal; merced a ella se consigue: aplicar con fruto las leyes
de la sugestión, adaptándolas a la vida; obrar con
ese juicioso espíritu de método y la
fijación en las ideas, que dan siempre el éxito al
menos en cierta medida, y reunir para la lucha y la resistencia,
todas las energías y todos los medios de
acción.

LA IDEA, EL CONCEPTO, LA
REALIZACIÓN

Toda idea, ampliamente meditada, conduce a un concepto
preciso, que en razón de las leyes estrechas de
solidaridad, de lo moral y lo físico, obra en el organismo
de igual modo, que en razón de la ley de asociación
de las ideas. Dicho concepto modifica más o menos las
tendencias, las inspiraciones que se elaboran en el subconsciente
para luego sedimentarse en el inconsciente.

La cultura psíquica hace intervenir la idea que
hace falta para modificar ventajosamente el determinismo. Al
deseo de cambio psicofísico, de progreso, éxito,
evolución, que la literatura espirita, se esfuerza en
estimular, para crear en sí mismo el determinismo,
confinado en dicho esfuerzo, por medio de la lectura,
meditación, autosugestión, etc. El pensamiento es
una verdadera potencia.

En el hipnotismo, los fisiólogos han tenido la
prueba experimental de ésta potencia y que por
sugestión se modifica la composición de la sangre;
en las emociones violentas o curas operadas, por los efectos
reflejos y vasomotores, con una profunda impresión, en el
intelecto del enfermo. Algunos psicólogos saben de la
importancia del papel de las ideas procedentes del exterior,
sobre la mentalidad de los colectivos y de los
individuos

Los psiquistas han impulsado el estudio del pensamiento,
hasta sus efectos exteriores, hasta en su acción sobre las
personas en quienes se piensa y varios de ellos, igual que los
Espiritas, opinan que, nuestras actividades intelectuales, crean
verdaderos agentes, cuyas influencias son actuantes en nosotros
mismos, en los demás y en los acontecimientos que nos
afectan.

ES NECESARIO HACER UN
ESFUERZO

Existen individuos bien dotados los cuales un aliento
innato ha hecho la vida fácil y válida; la mayor
parte de las satisfacciones, por las que lucha la humanidad,
piensan raramente, en la cultura psíquica. No experimentan
el deseo de remontar la corriente. Su personalidad posee dos o
tres buenos impulsos, cuya actividad les permite representar
fácilmente, un papel bastante útil y
simpático, para valerle una situación
envidiable.

Están bien servidos, por sus facultades innatas;
pero también le son estrechamente tributarios. No siendo
unilateral la actividad de su "yo", su valor físico es
débil o nulo, para todo lo que no se refiere al
género de trabajo a que son predispuestas El artista,
literato, ingeniero, médico, hombre de negocios, artesano
dotado de facultades excepcionales para su profesión, por
la misma facilidad de sus éxitos es incitado a una
pasividad, de la que puede resultar golpes adversos y hasta el
aniquilamiento de su valor. Para el uno, será una
pasión psíquica o moral, que sórdidamente le
domina y le conducirá a una condición
mórbida; para el otro, una herida emocional, cuyo recuerdo
desequilibrará para siempre su armonía interior,
para el tercero, un fracaso financiero, imposible de rehacer, sin
que ponga en acción cierta clase de facultades, que nunca
pensó en desarrollar, etc..

Sin hablar de lo peor, vemos con frecuencia a un hombre
notoriamente intrépido, esclavizado por un hijo (a) ; o un
industrial de mérito, incapaz en su vida privada; un
beneficiario de gruesa sinecura en el juego, que le devora
cantidades exageradas de dinero; un artista que, por
desesperación de amor, cae en la toxicomanía y se
hunde física y moralmente; un individuo cuyos recursos
disminuyen, atormentado día y noche, por la idea de tener
menos lujos y menos satisfacciones de amor propio llegando a
condenarse en el suicidio.

Consideremos cuánto más potente es la
personalidad de otros individuos, tan bien favorecidos, como los
anteriores, por facultades excepcionales que encontraron al
principio de su vida, pero con serios obstáculos para el
desarrollo de sus méritos y la expansión de sus
talentos. Tuvieron que luchar. Han debido imponerse, no solamente
con esfuerzos de trabajo, sin los cuales nadie llega a nada
honroso, sino también con privaciones, que les revelaron
su poder de dominio sobre sus apetitos y hasta, sobre sus
necesidades. Debieron renunciar temporalmente a la mayor parte de
las alegrías, disfrutadas por los jóvenes de su
edad. Inquebrantables han tenido que resistir a los impulsos, que
le conducían a dispersar sus energías y medios
materiales, ignoraron la adulación y vanidad, alcanzaron
una buena cuota de humildad, sin caer en el complejo de
inferioridad. La medianía, penuria, oscuridad, no arruinan
su vigor moral, evitándoles, por el contrario, esa
multiplicidad de estados del alma, en que el hombre, incapaz de
desprenderse de los lazos amablemente tendidos por la vanidad del
colectivo, que derrocha estérilmente sus
fuerzas.

La escasez de sus recursos, aislándolos de la
multitud, le ha acostumbrado a extraer de ellos mismos sus
inspiraciones, entusiasmos o estímulos. Son ahora fuertes
porque saben que pueden sufrir la posibilidad de una desgracia,
sucediendo a sus éxitos, no les atormenta; no
llegarían a temerla, por haber ya combatido con ella. Y si
les hiere o amenaza alguna aflicción independiente de su
voluntad, le opondrán la lucidez, la serenidad y la
rectitud de juicio, requeridas para evitarla, y si es posible,
paliar los efectos a aceptarla, fríamente sin exagerar su
importancia. Los que a la inversa de los anteriores, son
generalmente guiados por la comprobación introspectiva de
la insuficiencia de sus medios de acción. Algunos abordan
la cuestión de una manera muy determinada, y sacan
rápidamente, todo el beneficio posible.

Pero la mayor parte de ellos, ante el contraste de su
debilidad y de la especie de Súper Hombre, que se les hace
creer, enfáticamente, en los "cursos" usuales acaban por
desconcertarlos y con mucha facilidad se dejan vencer por la
tendencia a la inercia, que está en el fondo de nuestro
ser, creyéndose incapaz del esfuerzo, exigido por la
cultura psíquica.

Declaran que no tienen bastante voluntad; les rodean
personas ejerciendo una acción disolvente sobre su escasa
energía; que su nerviosidad les prohíbe toda
sucesión en las ideas; que esforzándose en
conservar, de propósito deliberado, tal o cal idea, les
fatiga o les da dolor de cabeza; que su trabajo diario,
adicionado con las preocupaciones en su vida privada, agota sus
reservas psicofisiológicas y todo esto, es con frecuencia
verdad. Persistimos, no obstante, en decirles: Haced un esfuerzo.
Muy poca cosa, para comenzar, concede solamente algunos minutos
de atención, reunid todos vuestros deseos de
liberación, todas vuestras aspiraciones al crecimiento de
vuestras fuerzas, todo vuestro impulso hacia las mejoras
psíquicas, morales, y materiales, toda vuestra repulsa
íntima contra las desarmonías que os estremecen,
contara el dominio del más fuerte, contra el "fardo"
aplastante que el destino ha colocado sobre vuestros
hombros… Haced un esfuerzo, montad la corriente! Ensayad!
No iréis, probablemente, muy lejos al primer impulso. Por
muy lamentable que sea la persistencia en vuestros errores,
habréis adquirido un poco más de fuerza, para la
segunda tentativa. Volved a ensayar! No soltéis el
objetivo, no lo abandonéis cuando vuestro deseo se
debilite; cuando la energía se os agote y la inercia se
apodere de vosotros, continuad pensando en la directiva del
éxito y rechazad la enojosa tendencia a la
renunciación.

Poco a poco, una nueva incitación a obrar,
más vigorosa que las precedentes, os comunicará un
nuevo impulso. Después de varias tentativas, se
harán sentir los primeros resultados, aquí se os
tiende, entonces, un nuevo lazo. De vuestra misma
satisfacción nacerá un impulso a descansar en los
laureles, creyendo la misión acabada. No os dejéis
engreír, proseguid en vuestro empeño, y que la
costumbre de un esfuerzo regular, sea en adelante la abalanza,
que fije el período diario del descanso y de la actividad
psíquica Para aplicar las indicaciones que van a seguir,
los menos bien dotados no son, como se puede creer, los mediocres
de que acabamos de hablar, si no, más bien los numerosos
individuos, lo mismo, hombres que mujeres, cuyos ideales se
formaría con bastante exactitud.

La idea de esfuerzo les parece dura de aceptar, con
mayor motivo, teniendo en cuenta, que no equilibran de ninguna
manera sus aspiraciones con sus facultades. Soñando con
disfrutar de todos los placeres del encumbramiento, sin advertir
la insuficiencia de sus medios actuales para conseguirlo. No
queremos negar la suerte, no dada en un conjunto de casualidades,
mal definidas, pero, quien puede enorgullecerse de captar esta
locura? Nos parece bien, por otra parte, que el mejor recurso
para seducir, sea obrar no contando con ella. Los contemplativos,
las almas refinadas, los decadentes, deben determinarse,
provisionalmente al menos, a realizar el esfuerzo voluntario.
Así, lograran echar para adelante en la consecución
de sus deseos, conservándolos si los obtienen, en medio de
la competencia general y también, no embotar con abandono
abúlico la facultad de sentir que les resulta tan
preciosa.

Alimentación, Respiración, Equilibrio y
Fuerza Nerviosa:

Con alimentación sana, correcta
respiración, oxigenación suficiente de la sangre,
es que se elabora y activa la circulación de esta
última. Son las tres, condiciones principales del
equilibrio fisiológico y de la adecuada
potencialización de la fuerza psíquica y nerviosa
comparemos ésta, a la electricidad necesaria al
funcionamiento regular y potente del cerebro y del sistema
nervioso.

La Respiración—Se puede considerar como un
depósito donde reconsume parte de la energía
nerviosa. Su papel indirecto sobre la fuerza nerviosa
deberá estar presente en el

espíritu del debutante, hasta que se
habitúe a lo aquí preconizado; airearse siempre
ampliamente, preferir el frío ala escasez de aire, no
cerrar nunca por completo la ventana de su dormitorio, caminar
todo lo posible, salir a paseos en bicicleta, adquirir cuanto
antes una posible sesión matinal de gimnasia respiratoria;
es activar la respiración por todos los medios. Con la
tentativa cien veces renovada, cuando se piensa rectificar la
posición del busto, irguiéndose sobre los hombros,
hará esta actitud habitual y continua.

Una aspiración completa, puede descomponerse en
tres tiempos: hinchazón de la parte inferior del abdomen,
extensión de las costillas y elevación de las cimas
pulmonares. Es necesario respirar hacia arriba. Los sedentarios,
cuyo trabajo habitual demanda atención sostenida que
debilita el ritmo respiratorio, son los más llamados a
compensar esa desventaja con la práctica moderada de un
deporte, o por lo menos, con sesiones de respiración
profunda, enviando el aire por encima de los pulmones. La
tuberculosis comienza en las cimas. Saturar todo el
parénquima pulmonar, de modo que el aire puro aumente,
poco a poco, la robustez del aparato respiratorio. De éste
modo, los flacos, los débiles, los que temen a los ligeros
fríos, pueden llegar a ser resistentes.

Después, del esfuerzo inicial de selección
en los alimentos y transcurridos varias semanas, su nuevo
régimen, que no es en suma otro, que el seguido por usted
actualmente, modificará su gusto y lo cultivara. En lo que
se refiere a la respiración, cuando al cabo de una cena,
aprecie sus resultados, reconocerá, que valía la
pena. Lo mismo con la alimentación mejorada, creando la
nueva costumbre impuesta al subconsciente, al automatismo que no
exige más esfuerzos.

Por último, surgirá la insidiosa voz de la
inercia diciendo: "No tengo bastante voluntad para aplicar todo
lo que usted dice, es necesario estar enérgico"
¿quiere usted decir, que no experimenta la
impulsión determinante, suficiente, para el esfuerzo que
le proponemos? No es la voluntad lo que fracasa, es el impulso.
Cuando el deseo de comunicar una noticia a uno de sus amigos, le
impulsa a salir de su casa con objeto de ir a su encuentro,
realiza usted un acto de voluntad.

Esta última facultad, se inclina del lado de la
balanza, donde acaba de obrar el deseo más potente. En el
ejemplo que hemos elegido, es el deseo de la aprobación,
(vanitas vanitatum) el que entra en juego. Se pudiera citar,
otros muchos casos demostrativos, de que posee usted la fuerza,
energía, determinación, la voluntad, etc., para
todo lo que le agrade. Su primer esfuerzo está bien
indicado; en las horas de aburrimiento o desilusión, lea y
relea las obras de cultura psíquica, los volúmenes
sobre las diversas formas de triunfar en la vida, obras
espiritas, las biografías de hombres enérgicos y
sabios cómo Gandhi, Teresa de Calcuta y otros
contemporáneos. Medite sobre su propio caso,
penetrándose bien de la posibilidad que se le presenta,
para tomar en sus manos el timón de su "yo" y asegurara su
salud, sus potencias. Formará usted, de ese modo, los
elementos del primer esfuerzo, de la primera impulsión
hacia el nuevo estado de cosas que usted desea. La observancia
del régimen alimenticio y de la respiración tiene,
por primer efecto, el facilitar grandemente el poder del
automatismo, de los hábitos intelectuales, de atenuar las
tendencias, con el fin de dominarlas, de esclarecer el intelecto
y de asegurar al psiquismo superior, la fuerza que dará
potencia y vitalidad.

CAPITULO XI

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