Lo que nos interesa del autor prusiano es su
teoría sobre las morales de señor y de esclavo. La
diferencia entre estas dos clases de hombres reside en su modo de
entender la moral. La moral de señores identifica el
binomio bien-mal con noble-despreciable apartando de ellos
atributos como la cobardía, la compasión, el temor
y todo lo que tiene que ver con pensamientos débiles de
las personas, pensamientos que pueda provocar no alcanzar el fin
mismo que toda persona sana debería seguir: la lucha por
la vida, por los recursos necesarios y por la reproducción
propia. Este ha sido siempre el secreto del crecimiento de unas
especies sobre otras, la competición individualizada
provoca el avance de toda la especie en conjunto al otorgar "la
vida" a aquel individuo que vence sobre los demás y que
consigue de esta manera modificaciones heredables (Darwin) que o
bien crean una especie nueva o mejoran la presente. Es la clave
del capitalismo actual y como ya veremos del montaje de nuestra
sociedad.
Por el contrario, la moral de esclavos nace de los
oprimidos y débiles y condena los valores y las cualidades
de los poderosos denigrando el orgullo propio y la fe en uno
mismo. Una vez condenado el poderío y la gloria de los
señores van en contra de las propias doctrinas del
Darwinismo fomentando cualidades perjudiciales para la
perpetuación y mejora de la especie como la
compasión, el servicio (propios del la religión
cristiana) la paciencia y la humildad en un intento de crear una
moral que haga más llevadera su condición de
esclavos. Al verse obligados a obedecer a los señores
hacen de la obediencia una virtud promoviendo al mismo tiempo
valores como la mansedumbre y la misericordia (palabra monopolio
absoluto del cristianismo).
Al esclavo se le enseña que el sufrimiento, la
agonía y la privación de los placeres son virtudes
en este mundo y que con ellos se conseguirá un
paraíso en un mundo futuro del que se tiene "fe" de su
existencia. Estas ideas las obtenemos de las bienaventuranzas
cristianas:
1. Bienaventurados los pobres de espíritu: porque
de ellos es el reino de los cielos.
2. Bienaventurados los mansos: porque ellos
poseerán la tierra.
3. Bienaventurados los que lloran: porque ellos
serán consolados.
4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
justicia: porque ellos serán saciados
5. Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos
obtendrán misericordia.
6. Bienaventurados los limpios de corazón: porque
ellos verán a Dios.
7. Bienaventurados los pacíficos: porque ellos
serán llamados hijos de Dios.
8. Bienaventurados los que sufren persecución por
la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.
Los sufrimientos, la inmovilidad, la opresión y
la castidad sufridas por los esclavos en este mundo se prometen
tornados en felicidad en un mundo futuro. Además se
arremete desvirtuando modelos de comportamiento propios de la
vida del ser humano que son parte, en mayor o menor medida, de
toda persona que vive en nuestro siglo con los pecados
capitales:
lujuria
gula
avaricia
pereza
ira
envidia
soberbia
Es tanto el calado que la moral de esclavo (moral
cristiana) ha tenido en el subconsciente colectivo que los
anteriores "pecados" han pasado a ser desvirtuados por toda la
sociedad en general ya se sea religioso o no. Este tipo de
actitudes han sido catalogadas como "malas" e indeseables cuando
son parte inherente de los sentimientos de todo ser humano y son
además parte del motor interno que nos impulsa a
superarnos, a superar a los demás y a luchar por la
vida.
En contraposición al esclavo que acata las reglas
establecidas, sufre, se resigna, se conforma y lleva una vida
privada de placeres. Nietzsche nos habla del surgimiento de un
ser superior que rompe con la moral esclavista cristiana y crea
una propia que satisfaga lo que llama su voluntad de poder. Ese
ser nuevo ser es el llamado superhombre y su voluntad de poder es
la fuerza que desprende para crecer con respecto a él
mismo y a los demás, negar la moral de rebaño
cristiana, vivir de forma individual o colectiva pero siempre
teniendo como fin el beneficio propio y la satisfacción de
sus propios intereses terrenales.
Si identificamos la idea del superhombre con las
teorías de Darwin nos daremos cuenta de que esa figura
pseudofilosófica de la que habla Nietzsche no es
más que el exponente de la lucha por la vida hecha hombre
y llevada al extremo. El superhombre, entonces, debe ser
entendido como un ser que, guiado por sus propias pasiones,
intereses siempre terrenales y sentimientos más primitivos
y no cohibidos ayuda a toda la humanidad aportando sus
modificaciones heredables ya no biológicas sino
conductuales. Lo debemos entender como un ser que busca su propio
beneficio y que de esta manera reporta un bien a toda la
humanidad fruto de la más sana
competición.
Al igual que las empresas, las personas que triunfan de
la competición con otras son las que más valor
aportan a la comunidad por lo que se debería crear una
conciencia colectiva de competitividad que asegurara que solo los
más capaces son los que lideren. Esta es la esencia de la
idea del superhombre que se encuentra en toda la historia de la
humanidad aunque no nos demos cuenta.
Desde que nacemos hasta que morimos nos encontramos en
una lucha constante por la perpetuación de nuestros genes,
el sometimiento de los demás y la victoria de uno mismo.
Es algo que llevamos en el subconsciente que nos anima a luchar
por la vida, a desechar opciones de vida que consideramos
perdedoras y a reivindicar otras que tenemos como merecedoras de
ser heredables por la humanidad.
Entonces, si se supone que en nuestra sociedad todos los
individuos buscan inconscientemente su propio beneficio, la
satisfacción propia y el sometimiento de los demás
aun sin saberlo. ¿Qué aporta la religión
cristiana? ¿Cómo es posible que se haya convertido
en el pilar de nuestra sociedad cuando anima al individuo a darlo
todo por los demás, a amar al prójimo como a uno
mismo? Ese es el principal problema que va en contra de la
principal ley de la teoría evolutiva: la lucha por la
vida, por los recursos limitados y por la perpetuación de
la especie.
¿Y cómo es posible que la religión
vaya en contra de la teoría evolutiva cuando parece haber
sido la clave de la ascensión de nuestra especie? Tan
sencillo como que la religión está dentro del
círculo evolutivo y es un arma muy poderosa para someter,
controlar y privar al propio ser humano del disfrute de una vida
plena y de esta manera coarta sus posibilidades de llegar de a
perpetuar de forma satisfactoria sus genes tanto químicos
como conductuales, más cuanto más cala la
religión en nuestro pensamiento.
Entonces ¿la religión es un arma producida
por el ser humano para detener o dificultar la propia lucha por
la vida de los que la procesan?¿Es una manera de
entorpecer el desarrollo "sano " de superhombres
imponiéndoles una moral postiza esclavista que les
impedirá vivir una vida plena de satisfacciones terrenas,
luchar por superar a los demás y tener orgullo
prometiéndoles un mundo futuro del que tienen que tener fe
de su existencia y en el que alcanzará la gloria y la
felicidad? Parece ser que así es, y entonces
¿quién se beneficia de esta imposición que
se le pone a los religiosos, los que no lo son o los que dicen
que si lo son? ¿Y por qué intentamos que otros no
alcancen el llamado perfil de superhombre, no desarrollen todo su
potencial, no disfruten de las satisfacciones terrenas y
desperdicien sus vidas en pos de un mundo futuro? Claro
¿Lucha por la supervivencia o el filtro natural definitivo
al ser humano?
Si analizamos las bases de la moral cristiana resumida
en los diez mandamientos y los contrastamos con cómo se
comporta el común de los mortales en la actualidad
llegamos a una sospechosa contradicción que nos puede
hacer darnos cuenta que algo falla.
Amarás a Dios sobre todas las
cosas.No tomarás el nombre de Dios en
vano.Santificarás las
fiestas.Honrarás a tu padre y a tu
madre.No matarás.
No cometerás actos
impuros.No robarás.
No dirás falso testimonio ni
mentirás.No consentirás pensamientos ni
deseos impuros.No codiciarás los bienes
ajenos.
Si continuamos analizando la figura de Jesús que
relata la Biblia y que la religión cristiana nos pone de
ejemplo de vida santa llegamos también a una flagrante
contradicción. Jesús servía a los
demás ¿Quién lo hace en la actualidad sin
nada a cambio? Nadie. Jesús deseaba ser pobre
¿Quién quiere ser pobre en la actualidad? Nadie.
Jesús parecía ser abstemio en cuanto a la
sexualidad se refiere ¿Quién lo es y lo quiere ser
actualmente? Nadie. Jesús murió por la humanidad
¿Quién quiere morir? Nadie.
¿Cómo es posible que la filosofía
de vida de la persona más famosa de la humanidad sea la
menos compartida? Sencillo, porque va totalmente en contra de lo
que dicta la teoría de la evolución que lleva cada
individuo en el subconsciente e impide el desarrollo natural del
ser humano.
Todo lo anterior nos debería llevar a pensar que
la religión es una trampa en la que caen los menos
inteligentes y que se encarga de hacer un "filtro natural" como
lo hace la naturaleza pero mucho más sutil y perverso que
convierte seres humanos capaces en un principio de luchar por su
propia vida en perdedores.
Esto nos lleva a pensar que el superhombre
debería ser un ser amoral (entendiendo la moral como la
comprendemos en la actualidad), un ser sin principios
éticos, cuyo único fin es su desarrollo personal,
el alcance del poder y la sumisión de los demás
individuos. Una idea que de inmediato rechazaría el humano
medio inconsciente, piadoso, humanitario y falto de orgullo que
se encuentra atrapado por el sistema de valores, digamos
estándar, que se nos inculca al nacer fruto de siglos de
sometimiento a la moral de esclavos.
Es por esto que en la actualidad todo nos
llevaría a pensar que los únicos superhombres que
existen son los niños que todavía no han sido
pervertidos por la moral esclava y que basan sus actos en el
egoísmo y el culto al yo. ¿Es esto así?
¿O es posible que exista una parte de la humanidad adulta
consciente de la trampa que supone la creencia firme en el
sistema esclavista de valores cuyo fuero interno les haya
permitido adoptar comportamientos "correctos" (y éticos)
de cara a la galería mientras hacen todo lo humanamente
posible por ascender en la escala social desenvolviéndose
con acciones que van en contra de lo legal y comúnmente
punible? Este sería el caso de personas que
conscientemente rompen con los valores establecidos y esclavistas
porque en su fuero interno no los comparten pero lo hacen de
manera inteligente, sin sospecha de los pobres esclavos que
siguen las doctrinas perdedoras que se les han enseñado.
Estaríamos entonces ante los verdaderos superhombres que
consiguieron esquivar el remordimiento creado por la moral
esclava religiosa y utilizan lo que comúnmente se
llamarían atajos para enriquecerse, conseguir poder y
finalmente consumar lo que consideran más importante: la
evolución de la especie.
Entonces el ideario de estos individuos de los que no se
conoce existencia (pues su revelación iría en
contra de su propia inteligencia y en contra del propio filtro
evolutivo humano de los que son participes) debería estar
contenido en todos los escritos religiosos y morales existentes y
sería la antítesis de los mismos. Utilizando los
diez mandamientos que hemos usado anteriormente para despertar la
sospecha de una moral incumplida y eliminando el NO que hemos
dicho a la aceptación del esclavismo.
Amarás a Dios sobre todas las
cosas.Tomarás el nombre de Dios en
vano.Santificarás las
fiestas.Honrarás a tu padre y a tu
madre.Matarás.
Cometerás actos
impuros.Robarás.
Dirás falso testimonio y
mentirás.Consentirás pensamientos ni
deseos impuros.Codiciarás los bienes
ajenos.
En cuanto al primer mandamiento, en principio la
creencia de un ser místico no está reñida
con la actitud antes descrita y, es más, es posible que
para ciertos individuos la justifique al estar trabajando por la
evolución y el bien de la humanidad como ya se ha
explicado hace la búsqueda del beneficio
individual.
Autor:
Carlos
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