- Antecedentes
- Parroquia Y Convento De Los Santos
Apóstoles Felipe Y Santiago El Menor De
Azcapotzalco - Capilla Del Rosario
- Capilla De La Tercera Orden O De San
Francisco - Capilla Del Señor De La
Vida - Templo
De San Simón Y San Judas Tadeo - Capilla De San Lucas
- Templo
De La Inmaculada Concepción - Templo
Del Apostol Santiago El Mayor - Capilla De Santa Barbara
- Capilla De Los Santos Reyes
Magos - Capilla De Santa Catalina De
Alejandria. - Templo De San Juan Apóstol Y San Juan
Bautista - Capilla De San Salvador O Del Señor De
Nextengo - Templo De San Miguel
Arcángel - Capilla De La Asunción De Santa
María - Capilla De San Juan Evangelista
Huacalco - Capilla De San Francisco De Asís
Xocotitla - Capilla De Santa Apolonia
- Capilla De San Francisco De
Asís - Capilla De Santa Lucia
- Templo De San Pedro Xalpa
- Capilla De San Andrés
- Ruinas De La Capilla De San
Andres - Capilla De Nuestra Señora Del Pilar Y De
San José - Capilla De San
Bartolomé - Capilla De San Marcos
- Templo De San Martín
Obispo - Capilla De Santo Domingo
- Capilla De San Mateo
- Parroquia De Jesús
Nazareno - Templo Del Apóstol Santo
Tomás - Templo De San
Sebastián - Relacion De Capillas De
Azcapotzalco - Fuentes Consultadas
ANTECEDENTES.
Durante la conquista militar de los pueblos del Anahuac
en 1521, a manos de los soldados españoles dirigidos por
Hernán Cortés y apoyados por varios pueblos
indígenas, cae el Imperio de los Aculhuas de Tezcoco, los
Mexicas de Tenochtitlan y los Tepanecas de Tlacopan,
también conocido como la Triple Alianza.
Al derrumbarse las cabeceras dirigentes, un nuevo orden
comienza a regir a los pobladores de Mesoamérica; los
antiguos señoríos y ciudades quedan ahora sometidos
a un nuevo opresor, el conquistador español, a quien el
pueblo indígena deben pagar los tributos y la fuerza de
trabajo.
Los antiguos templos, palacios y demás obras
maestras creadas durante siglos por las culturas nativas, son
destruidos por el nuevo amo español, y la cultura, las
artes, las tradiciones, la ciencia y la religión
prehispánicas, desaparecen arrasadas por el fuego, o
sepultadas bajo los escombros y las ruinas de las monumentales
construcciones piramidales.
Al concluir la conquista militar con la espada de los
habitantes de pueblos y ciudades asentados en la Cuenca de
México, inicia la conquista cultural y espiritual con la
cruz. La evangelización de los grupos indígenas
inicia desde el principio de la Conquista, con dos
clérigos que llegan con Cortés: fray Juan
Díaz y fray Bartolomé de Olmedo, de la Orden de la
Merced, agregándose poco después otros más
como fray Pedro Melgarejo, franciscano; fray Juan de las
Varillas, mercedario, fray Juan Ruiz de Guevara, y
otros.
En 1523, llegan otros tres religiosos franciscanos: fray
Juan de Tecto, fray Juan de Aora y fray Pedro de Gante, quienes
comienzan a dar a los indígenas, principalmente a
niños e hijos de nobles, la doctrina cristiana,
además de enseñarlos a leer, escribir, y a
practicar varias artes, como la pintura, el canto, la escultura,
y varios oficios, como canteros, sastres, carpinteros, zapateros
y herreros.
El 23 de junio de 1524, llega a la Ciudad de
México un grupo de frailes franciscanos, enviados por fray
Francisco de los Ángeles; a este grupo se le
conoció como Los Doce Apóstoles, al frente de los
cuales se colocó a fray Martín de Valencia. Este
primer grupo se dividió en partes para realizar la labor
evangelizadora en ciudades como México, Tetzcoco,
Tlaxcala, Huexotzingo y Tlalnepantla, donde iniciaron la
construcción de las primeras capillas y la
fundación de conventos, desde los cuales realizaban
visitas a los pueblos para enseñarles la nueva
religión Católica. Otros más se unieron al
grupo sucesivamente, en los siguientes años de 1525 y
1526.
El 2 de julio de 1526, llega a Nueva España un
nuevo grupo de religiosos, los padres predicadores de la Orden de
Santo Domingo, bajo la orden de fray Tomás Ortiz, pero
varias calamidades merman al grupo poco tiempo después de
su arribo, quedando solo unos cuantos del grupo original, como
fray Domingo de Betanzos, fray Gonzalo Lucero, Fray Vicente de
las Casas y fray Bartolomé de la Calzadilla; no
será sino hasta 1528, con la llegada de fray Vicente de
Santa María con otro grupo de frailes, que inicia la labor
evangelizadora de los padres dominicos, quienes a partir de
entonces fundan y se establecen en las provincias de Santiago de
México, San Vicente de Chiapas y Guatemala, San
Hipólito de Oaxaca y Puebla de los Ángeles,
fundando y construyendo templos y conventos en sitios como
Ecatepec, Azcapotzalco, Amecameca, Chalco, Tepoztlan, Coyoacan,
Oaxtepec, etc.
Los últimos en llegar, será los padres
Agustinos, quienes arriban a la Nueva España el 22 de
Marzo de 1533, estableciéndose en lugares como Cuitzeo,
Actopan, Tlayacapa, Yecapixtla, Acolman, Meztitlan, Mixquic, etc.
Los Jesuitas, llegan el 28 de septiembre de 1572, los Carmelitas
se establecen en 1581, y otros más como los
Jerónimos, Mercedarios, Juaninos y
Penitenciarios.
En la antigua ciudad de Azcapotzalco y en los poblados
aledaños, los frailes franciscanos son los primeros que
comienzan la evangelización y la protección de sus
habitantes; con la ayuda de los indígenas tepanecas y
mexicanos de sus dos parcialidades, destruyen los viejos
teocallis de los dioses tutelares indígenas y con sus
piedras inician la construcción de varias capillas que
sitúan en el centro de los antiguos calpullis o barrios
sujetos, Así pues, los barrios recibieron el nombre de un
santo cristiano, pero conservaron en segundo término, su
antiguo nombre indígena.
Hacia 1528-1529 arriba a la antigua cabecera tepaneca un
grupo de frailes dominicos, guiados por fray Lorenzo de la
Asunción; se establecen y comienzan la construcción
de nuevas capillas y de un convento e iglesia, que dedican a los
Santos Apóstoles Felipe y Santiago el Menor; los dominicos
continúan durante los siguientes siglos la labor
evangelizadora iniciada por los franciscanos.
Así, quedan conformados los 27 barrios con nombre
cristiano, conservando en segundo término el nombre
indígena del calpulli prehispánico. En cada uno de
estos barrios se erigió entonces una capilla dedicada al
nuevo santo que sustituyó al dios tutelar del barrio,
quedando de la siguiente manera.
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