El papel del Clero del Valle del Mantaro en la lucha por la emancipación del Perú (página 3)
Acto seguido invistióse inmediatamente de un
título militar, sin desdeñar su condición
religiosa. Así, sus proclamas y órdenes generales
iban encabezadas con estas palabras: "El Coronel Fray Bruno
Terreros". Desde entonces para él, la guerra tenía
el carácter de guerra religiosa, y sabía inflamar
el ánimo de sus montoneros, arengándolos con el
Evangelio en una mano y el trabuco en la otra, como lo hicieron
en Francia los sacerdotes de la Vendée. Los hombres que le
seguían asistían a la misa que su caudillo
celebraba en los días de precepto, y algunos se
hacían administrar por él el sacramento de la
Eucaristía. Aquellos guerrilleros, más que por su
patria, se batían por su Dios. Morir en el combate era
para ellos conquistarse la salvación eterna. Bruno
Terreros, desde el momento en que Arenales se hizo presente en el
Valle, se plegó por entero al movimiento emancipador. Sin
titubear se puso a la cabeza del Batallón Leales, por lo
que Gamarra, en 1821, lo nombró comandante general de la
División de Sierras, o de Las Partidas Volantes.
Después le confió las Partidas de Guerrillas de
Chacapalpa. Un documento oficial, fechado el 22 de marzo de 1822,
dice de él:
"Desde que pasó el ejército libertador las
arenas del Perú, su patriotismo y adhesión a la
causa de la independencia ha sido tan notorio, y ha contribuido
del modo más activo a favor de ella". (Expediente de
Purificación de Curas. CDIP.1975).
Desde entonces, Terreros sería uno de los
guerrilleros más audaces y brillantes que actuaron en la
Sierra Central, hasta agosto de 1824.
Los testigos que lo vieron como es el caso del padre
Cépeda recuerdan haber visto llegar a la plazuela de la
iglesia de San Francisco en Lima a Fray Bruno, seguido de sus
guerrilleros, Y que, apeándose con gran agilidad, se
dirigió a la sacristía, de donde salió
revestido, y celebró misa en el altar de la
Purísima, con no poca murmuración de beatas y
conventuales. Cuentan, así mismo, que Fray Bruno Terreros
trataba sin misericordia a los españoles que tomaba
prisionero después de alguna escaramuza y que su
máxima era: "De los enemigos, los menos". (Idem.
1975)
Afianzada la independencia política,
renunció Fray Bruno su clase de coronel, solicitando de
Bolívar, por recompensa de sus servicios a la causa
nacional, el permiso de volver a su convento. El guardián
de San Francisco vio la pretensión de mal ojo, recelando
sin duda que el ex guerrillero trajese al claustro costumbres
belicosas. Informado de ello, Bolívar se dirigió al
arzobispado con los dos oficios siguientes: "Marzo 4 de 1825.-Al
Gobernador del Arzobispado.-Cuando por el feliz estado de las
cosas ha creído el coronel don Bruno Terreno que sus
servicios no son de necesidad, ha solicitado del Gobierno permiso
para retirarse a sus claustros del convento de San Francisco, de
cuya religión es hijo; y Su Excelencia el libertador,
teniendo por esta solicitud toda la consideración que ella
merece, por la conocida piedad que ella demuestra, se ha servido
acceder, y, en su consecuencia ha quedado el coronel Terreros
separado del servicio y en estado de restituirse a su convento.
Pero como no sería justo que se echase en olvido ni viese
con indiferencia la buena conducta que el coronel Terreros ha
observado mientras ha estado sirviendo al Gobierno, y los muchos
e importantísimos servicios que ha prestado a la causa
nacional en críticas circunstancias, Su Excelencia el jefe
supremo de la República me manda recomendar a V. S. al
expresado coronel Terreros con el doble objeto de que su
señoría lo atienda, dándole una
colocación correspondiente a su distinguido
comportamiento, y de que, valiéndose de los respetos de Su
Excelencia mismo, tome las medidas que sean conducentes, a fin de
que los prelados de San Francisco vean a Terreros con el aprecio
y consideraciones que tan justamente se ha granjeado.Me suscribo
de Useñoría, atento servidor, Tomás Heres".
(La Acción del Clero. CDIP. 1971:26).
"Marzo 4 de 1825.Al Gobernador del Arzobispado.Su
Excelencia el Libertador, encargado del mando supremo de la
República, ruega y encarga al reverendo gobernador
metropolitano que el padre fray Bruno Terreros, por sus grandes
servicios a la patria, por su buena conducta y aptitudes
sacerdotales, sea habilitado para obtener en propiedad cualquier
beneficio con anexa cura de almas, y que, si es posible, se le
dé colocación del curato de Chupaca, previo el
correspendiente examen sinodal.El ministro que suscribe se ofrece
de Useñoria, atento servidor, Tomás Heres". (Ob.
Cit.1971)
c) Fray Félix Aldao.-En el
ejército argentino que San Martín condujo al
Perú, vinieron algunos frailes que colgaron los
hábitos para vestir el uniforme. Según la
Enciclopedia Ilustra del Perú el más notable
entre ellos fue Fray Félix Aldao, de la Orden de la
Merced, capellán de un regimiento, que, sable en mano,
se metía siempre en lo más reñido del
combate. Aldao ganó en el Perú una fuerte suma
al juego, y llevándose, con disfraz de paje, a una
linda muchacha a quien sedujo, alcanzó durante la
época de Rosas la clase de general. El fraile Aldao se
entregó curiosamente a la embriaguez y a la lascivia
no dejó crimen por cometer, murió (ejerciendo
el cargo de gobernador o autócrata de Mendoza),
devorado por un cáncer en la cara, blasfemando como un
poseído. Como se ve, el fraile Aldao fué un
apóstata y su conducta no admite disculpa. Por el
contrario, si el franciscano Terreros tomó las armas
lo hizo como lo revela su proclama, impulsado por un
sentimiento religioso, tal vez exagerado, pero
sincero.
El aporte de Aldao a la independencia política
del Perú fue decisiva. Su papel en la lucha contra el
colonialismo fue el haber dirigido una partida de guerrilleros
que actuó no solo en el Valle del Mantaro sino en toda la
región central del Perú.
Después de la batalla de Azapampa, Ricafort
tomó el camino que lleva a Lima. Era ya enero de 1821.
Mientras tanto, el coronel José Félix Aldao se
marchó a Tarma con doscientos huancas aguerridos que
querían vengar la masacre de Huancayo. Reorganizado Aldao
regresó a este pueblo y avanzó hasta Izcuchaca, con
el objeto de contener a Carratalá, quien venía al
Valle del Río Grande al mando de una pequeña tropa.
Pero no lo pudo hacer y el jefe español tomó
posesión del puente el 19 del mismo mes, aunque acosado
por la furia de los runas que tenían muy fresca la memoria
del saqueo y "carnicería" de Huancayo.
Por entonces, Aldao tenía ya un ejército
de indígenas que hacía gala de gran espíritu
patriótico y que, inclusive, llamó la
atención del general San Martín, quien lo
consideró como un efectivo de reserva en la Sierra
Central. A dicho ejército, San Martín le dio los
nombres de Granaderos a Caballo del Perú e Infantes del
Perú. Aldao recibió el nombramiento de teniente
coronel.
El mando de los destacamentos se la concedió San
Martín a otro coronel llamado don Agustín Gamarra.
Era un Escuadrón de campesinos que peleaban sin orden.
Realizaban sus correrías un día y se retiraban a
sus labores el siguiente. Parecían aventureros, pero
valerosos, constantes y firmes en soportar las fatigas de la vida
errante y castrense, pues sabían sobreponerse a los
contrastes de la guerra.
Muy pronto, desde Lima, los españoles pensaron
que más ventajoso les era apoderarse de la Sierra Central
que estar en la capital del Virreinato. Por lo tanto, como centro
de sus operaciones quisieron tomar el Valle del Río Grande
(o Mantaro), debido a los abundantes recursos humanos y
materiales para aumentar sus tropas y mantenerlas, mientras
vinieran refuerzos de España. Por eso Valdez, al mando de
mil doscientos hombres fue comisionado para apoderarse del Valle
de los Huancas y para fijar Cuartel General en Huancayo. Era ya
febrero de 1821 y San Martín ordenó a Gamarra no
comprometer ninguna acción hasta que no recibiera ayuda.
Pero era ya una medida tardía, porque Ricafort y Valdez se
habían unido y avanzaban al, Valle del Río Grande,
lo que fue motivo para que la opinión y decisión de
los patriotas huancas desmayara un poco, al extremo que Gamarra
optó por dejar el Valle del Mantaro y pasó a
Oyón, a pesar de la oposición de Francisco de Paula
Otero, quien previó sagazmente que la División de
Ricafort invadiría y se apoderaría del Valle junto
con Valdez. Gamarra prácticamente hizo una fuga, perdiendo
en ella gran cantidad de elementos de guerra que le había
dejado Aldao.
En tal circunstancia, y en el entretanto que Arenales
llegaba al pueblo de Huaura, Valdez se aproximó a Jauja y
cuando sus tropas se preparaban para pasar el río de la
margen derecha a la izquierda, por el puente llamado de Las
Balsas, las heroínas Toledo les impidieron el cruce el 3
de marzo de 1821, aflojando las cuerdas del mencionado puente. De
manera que al pasar al trote, los realistas se desbarrancaron, al
romperse los cables, cayendo al agua los soldados, donde se
ahogaron muchos de ellos.
De todos modos Valdez y Ricafort atravesaron el
Río Grande por el mismo lugar de Las Balsas. En Ataura
tuvieron una escaramuza con los patriotas, mientras Aldao fugaba
a Tarma, para allí recibir algunas armas. Ricafort
atacó el pueblo de La Concepción de Achi,
entregándolo a la matanza y al incendio. Cuando San
Martín se enteró de lo sucedido, premió a
las Toledo dándoles la medalla del vencedor y la Banda
Patriótica, y en 1822 el grado de capitanas con registro
en el escalón activo.
En abril de 1821, San Martín decidió
emprender una segunda, campaña a la Sierra Central,
siempre al mando de Arenales, quien entró por Oyón
a Cerro de Pasco, pensando encontrar a los realistas. El 9 de
mayo comenzó su marcha cruzando lo más terrible de
las cordilleras. Cuando llegó al lomo de Los Andes tuvo
aviso de que Ricafort y Valdez bajaban sobre Lima, pero no pudo
perseguirlos. Carrátalá, sin embargo, había
quedado en la Sierra, por eso Arenales tuvo que seguir al frente.
Mientras tanto, Aldao, con sus avanzadas, hostilizaba a
Carratalá, y éste, sin fuerzas suficientes para
resistirle se retiró a Pasco. Pero aquí se vio
acosado por el patriota Alvarado, por lo que huyó al
pueblo de Los Reyes de Chinchaycocha, vecindario al que
ordenó incendiarlo.
Entretanto, Arenales arribó a Tarma el 21 de
mayo, continuando el día siguiente a la villa de Jauja,
adonde hizo su ingreso el 24 del mismo mes. Carratalá, por
su parte, se retiraba organizada y serenamente. Todo lo cual
ocurría simultáneamente con las conferencias de
Punchauca y Miraflores.
Cuando el ejército patriota ocupó Jauja,
Carratalá se retiró al pueblo de Concepción,
ignorando, según decía él, el avance de
Arenales. Este, por su lado, no aparentaba preocupación
por la actitud del jefe realista y se limitó a cubrir una
línea de avanzadas.
En jauja reunió un número competente de
mulas y caballos hasta completar doscientos cazadores. Con la
Caballería marcharon la noche del 24 en número de
setecientos hombres. Al amanecer llegaron los patriotas a
Concepción y, al rayar el alba, vieron como las tropas de
Carratalá iban por el Oeste del pueblo.
Carratalá salió de Concepción la
madrugada del 25 de mayo de 1821, vadeó el río por
Pilcomayo, dirigiéndose a las alturas de la margen derecha
en retirada a Lima. Al amanecer del día 26 llegaron al
pueblo de San Juan Bautista de Chupaca, al cual se hizo preceder
por un pelotón de soldados, quienes, cumpliendo sus
órdenes, penetraron al vecindario a toda carrera dando los
gritos de "(Viva la Patria!", "(Viva la Patria!.
Los sencillos chupaquinos, que no deseaban ver y
oír sino a los patriotas, no vacilaron en creer que
verdaderamente se trataba de ellos. En pocos minutos se
reunió toda la población en la plaza para secundar
tan agradables voces, felicitar y abrazar a, sus supuestos
hermanos. Las campanas de la iglesia fueron puestas a repique
para solemnizar la entrada de los falsos patriotas y
también como sería de reunión para las
gentes que vivían en los lugares más
distantes.
Fue en esas circunstancias, cuando los habitantes de
Chupaca se hallaban en su plaza, que Carratalá hizo su
ingreso con el grueso de sus tropas realistas, acercándose
a la multitud que lo aguardaba con tanto interés.
Entonces, en forma inicua, salvaje y cobarde mandó abrir
los fuegos bien difusos y compactos contra la multitud. El
resultado fue horroroso. La inerme población humana
quedó destrozada casi en su mayoría. Cuerpos
exánimes y desgarrados quedaron tendidos en medio de
charcos de sangre. Los que pudieron se dispersaron velozmente,
pero aturdidos por la traición y engaño. Unos se
metieron en las casas cuyas puertas encontraron abiertas; otras
echaron a correr por los campos y laderas vecinas; todo lo cual
sirvió de diversión para los realistas.
Estos, inmediatamente dieron rienda suelta al pillaje y
al saqueo; violaron mujeres y se embriagaron. Para que los actos
cometidos sirvieran de escarmiento ejemplar, Carratalá
mandó colgar de los pies, boca abajo, a varios hombres y
mujeres, en la torre de la iglesia matriz, donde los dejaron
hasta que murieron, no siendo descolgados sino cuando los
realistas abandonaron el pueblo. "Esto servirá de
escarmiento en lo futuro", dijo el verdugo
español.
La masacre horrenda acabó con una proclama
lanzada por el ínfame Carratalá. En ella
aplaudió sus atentados a nombre del rey. Explicó a
los habitantes sobrevivientes que ello había sido
consecuencia forzosa de la infidelidad y rebeldía de los
chupaquinos contra el monarca español.
Cuando esta noticia llegó a oídos del jefe
de la División Libertadora de la Sierra Central, Arenales
se llenó de indignación. Dirigió una
enérgica protesta al virrey para que se abstuviera, en el
futuro, de hacer ese modo de guerras. Aclaró que con tal
actitud de los realistas, la venganza de los pueblos iba a ser
terrible. (Tauro del Pino, Tomo I,1987:68).
d) Fray Luis Beltrán.-Otro de los
frailes franciscanos que tomó las armas fue Fray Luis
Beltrán que desempeñó un papel no menos
importante que Terreros o Aldao, hizo a la causa de la guerra
de "Independencia".
El Teniente Coronel Fray Luis Beltrán fue quien
fundió los cañones que trajo San Martín a
Chacabuco. En el Perú prestó también a la
causa americana útiles servicios; pero injustamente
desairado un día, en Trujillo, por el Libertador, Fray
Luis Beltrán intentó asfixiarse. Aunque salvado a
tiempo por un amigo, nuestro franciscano quedó loco. La
figurita, como llamaba el infeliz patriota a Bolivar, era tema
constante de su locura. El comandante Beltrán pudo curarse
y regresó a Buenos Aires, donde volvió a vestir el
santo hábito, muriendo poco tiempo después. (Ob.
Cit,1987:278)
5.3.2. Papel de los curas patriotas de
doctrina
En los documentos analizados se coligen que los
doctrineros del Valle, al tener noticias del desembarco de las
fuerzas de San Martín en Pisco, iniciaron su acción
propagandística contra la "tiranía" de los
realistas; aprovechando los púlpitos, desde donde clamaron
al pueblo, especialmente indígena para plegarse contra los
españoles.
El Expediente de Purificación que los curas del
Valle del Mantaro presentaron ante San Martín fueron 15
curas doctrineros que demostraron su patriotismo (Expediente de
Purificación de Curas CDIP, Tomo XX, vol.1), los cuales
fueron:
a) Curas patriotas del Curato de
Jauja
Francisco Javier de Aquinagalde.-Fue cura
propio y vicario de la Villa de Jauja, en su condición
de Doctor en Teología, desde mucho antes del 20 de
Noviembre, reunía en su casa en Jauja tanto a criollos
como mestizos para hablarles sobre los derechos de la
libertad americana. Sus declamaciones contra la
tiranía española eran encendidas de patriotismo
y respaldado por citas que hacía circular
clandestinamente, en los pasquines que publicaban por
entonces los criollos independentistas de Lima. Estos
impresos como la Gaceta "Papel de los Andes" incitaban el
levantamiento general contra los tiranos, en manos del
doctrinero, eran leídos pasados de manos en mano,
secretamente.
En 1819, cuando Juan Ignacio de las Ríos se
hallaba preso en las mazmorras de Jauja, acusado de conspirador,
Aguinagalde lo visitaba constantemente, era su soporte
ideológico y amigo de confianza con quien se podía
hablar sobre la causa americana.
Sus accionar conspiratorio al comienzo clandestino, se
hizo público. En una homilía delante del
subdelegado del Partido de Jauja, Don Domingo Ximenez,
condenó severamente el orden injusto que había
instaurado los españoles. Este hecho granjeó las
iras realistas, por lo que tuvo que huir a Lima, abandonando sus
beneficios y viviendo miserablemente.
El 14 de Enero de 1822, estuvo expedito para ocupar
nuevamente su doctrina en Jauja.
Marcos Lira.-Natural de la Villa de Jauja,
fue uno de los más claros patriotas que expresó
en forma pública su patriotismo a la llegada de
Arenales al Valle del Mantaro. En Huaripampa, conjuntamente
con el cura Felipe Vivar; reunieron a toda la
población y les predicó en lengua
vernácula, la justeza de la causa. Lo mismo hizo,
cuando supo de la victoria de Arenales sobre O'Relly en Cerro
de Pasco, celebró misa y sermón solemnes,
haciendo jurar a los feligreses defender la "causa
patriota".
Así mismo, fue un activo propagandista de las
ideas anticoloniales, fue apresado cuando esparcía las
proclamas impresas del "protector". Tras un mes de
encarcelamiento continuó desempeñando su papel de
informante, enviando datos sobra la ocupación enemiga del
Valle, situación y número de la tropa, proyectos de
sus jefes, etc. En la ciudad de Lima, Pedro José
Gonzáles recepcionaba dichos informes y los comunicaba al
mismo San Martín.
Aprovechando su condición sacerdotal, cuando los
soldados enemigos se le acercaban a la confesión, les
hablaba de la injusticia de la causa que defendían,
inspirándole la necesidad de abandonar las filas enemigas.
Cuando se hallaban en la Hacienda de Pachacayo, anexo de
Huaripampa, logró la deserción de los soldados
enemigos, auxiliando a los desertores a llegar a los puestos
patriotas pagando sus costos de su propio peculio. Por tal motivo
el Coronel Monet, quiso prenderlo inútilmente. Gracias a
su sagacidad logro huir a Lima en busca de la protección
del Supremo Gobierno abandonando sus bienes y beneficios. El 22
de Marzo de 1822, la Junta lo consideró un patriota muy
distinguido.
b) Curas patriotas del Curato de
Sicaya
Manuel de Arancibia.-Natural de Huancayo,
Teniente de Cura de la Doctrina de Sicaya, al momento de
presentar su expediente a la Junta de Purificación se
encontraba en Lima en calidad de refugiado. Fue el
"único eclesiástico que se ha distinguido en su
patriotismo cuando Arenales llegó al Valle del Mantaro
y juró la Independencia del Perú en Huancayo lo
mismo hizo él, en su doctrina de Sicaya. Atizó
a la población para recibir a los ejércitos de
la libertad con jolgorio y aceptación. Mandó
que el pueblo se embanderase y en cada esquina se 1evantasen
arcos triunfales matizados con colgaduras y flores. Toda la
población daban vivas que ahogaban la
atmósfera"(Expediente de
Purificación).
Así mismo, entregó a Arenales 8
acémilas de su propiedad para el uso del ejército
libertador y toda ayuda posible tanto en especie como en dinero.
Personalmente logró comprar una cantidad no definida de
fusiles con sus respectivas bayonetas, y formituras y
entregó al Comandante José Félix Aldao, que
se hallaba en el puente de Izcuchaca.
Al tener noticias de la avanzada de Ricafort hacia el
Valle, recorrió los diferentes pueblos circunvecinos de
Sicaya y organizó la resistencia, hablándoles al
pueblo luchar contra los colonialistas hasta la muerte. Cuando la
ocupación del Valle era inminente, optó por salir
del lugar. Se presentó ante Paula Otero
ofreciéndose como Capellán del ejército sin
cobrar salario alguno, así se puso en la vanguardia del
ejército, en las posiciones de mayor peligro,
"exponiéndome a todo trance y riesgo solo por defender a
mi patria". A pesar de hallarse enfermo, continuó firme,
infatigable hasta que Agustín Gamarra aquilatando sus
servicios, le nombró como Capellán del Estado
Mayor.
Durante la ocupación enemiga del Valle, sus
bienes tanto en Huancayo como en su doctrina fueron saqueados. En
Huancayo su casa fue saqueada y demolida por Ricafort. Durante la
segunda ocupación del Valle, su apoyo a la causa patriota
fue total. Levantó a los pueblos contra Carratalá
disponiendo que los indígenas corten los puentes, derriben
caminos é hiciesen toda clase de hostilizaciones al avance
enemigo.
Finalmente, al decir de su testigo; "Este
eclesiástico se ha prestado en servicio de la Patria con
tanta franqueza, que, más veces ha hecho avanzadas
peligrosas: otras se ha introducido de incógnito entre los
enemigos, para observarlos, cuyas comisiones los ha
desempeñado, con mucha actividad, y buen suceso: En fin
desde que juró la Independencia en dicha Provincia, ha
sido inseparable de nuestras tropas, sirviéndolas de todos
modos, sin sueldo alguno: En suma se ha sacrificado con un
heroísmo muy generoso obsequio de nuestra sagrada
causa"(J. Antonio Gonzales, en CDIP. T. XX. Vol. I, pág.
64).
Cuando su vida peligraba, huyó hacia
Huánuco, donde fue hecho prisionero y encarcelado,
logrando fugarse de dicha prisión por ayuda del padre
Ramón Moreno y desde entonces se instaló en la
ciudad de Lima.
Manuel María Trujillo
Ordoñez.-Cura de la doctrina de Santo Domingo de
Sicaya, vivía en Lima, al momento de elevar sus
expedientes a la Junta en Octubre de 1821. En su doctrina,
defendió en conversaciones públicas y privadas
su adhesión a la "sagrada causa de la Patria". Fue un
"adicto al sistema de la libertad, por convencimiento de sus
ventajosos provechos". Por tal motivo se ganó la
enemistad de los colonialistas a quienes los consideró
siempre sus enemigos. A su vez, éstos, lo tuvieron por
"sospechoso" de alta traición. Sus padres que
vivían con él, optaron por retirase a
España. Suplicando que también se retire del
Valle, lo que desoyó y se quedó sólo,
sin familiar, apoyando a la causa patriota.
Cuando Arenales llegó al Valle del Mantaro
denunció los desmanes que los españoles
cometían contra la población y exhortó a sus
fieles para plegarse a la causa de la libertad, como lo hizo el
mismo, enrolándose en el ejército, abandonando todo
su beneficio que tenía en su doctrina.
c) Curas patriotas del Curato de San
Jerónimo de Tunán
Alvaro de Arias.-Cura y Vicario de San
Jerónimo de Tunán, fue un sacerdote que
abrazó la causa de la libertad no sólo en el
Valle del Mantaro sino en otras lugares. Estando en la
Provincia de Andahuaylas, durante la Revolución del
Cuzco de 1814, dirigidos por los Angulo, apoyó el
movimiento y al ser reprimido, salvó la vida a tres
patriotas sentenciados a muerte.
Estando en el valle, en su doctrina de San
Jerónimo, amparó a varios patriotas perseguidos
entre los que se encontraba el testigo Ramírez de
Arellano. Enterado de sus inclinaciones patrióticas. El
Virrey Pezuela ordenó su inmediata captura y
prisión, de lo que se salvó gracias a la pronta
ayuda de sus amigos quienes le ayudaron huir hacia
Lima.
d) Curas patriotas del Curato de
Huancayo
Mariano Avellaneda.-El cura Avellaneda fue
natural de Huancayo y Doctor en Teología. Estando en
su doctrina del pueblo de Huancayo, vio con "Horror el manejo
despótico del Gobierno español", que no solo
explotaba a los runas de Huancayo, sino también la
hacía con mestizos y españoles pobres. Estando
de doctrinero en Yanahuanca, mucho antes de la llegada de
Arenales a la Provincia de Jauja, estuvo a favor de los
indígenas, a quienes les protegió de los
horrores del tributo, rescatándolos con su propio
dinero. Al tener noticias de la llegada de las tropas
libertarias hizo pública su adhesión a la causa
justa.
El doctrinero Avellaneda fue un cura muy rico,
tenía depositado su caudal en el comerciante
español D. Martín Errasquín; después
de su adhesión a la Patria, cambió de depositario
en el criollo Manuel Satomayor. Asimismo, fue dueño de una
hacienda en Yanahuanca, de los que entregó a los patriotas
para su sostenimiento 44 reses evaluados en más de 1,000
pesos. Su casahacienda sirvió como cuartel a las tropas de
la libertad, donde también entre víveres y otras
cosas de mantenimiento tomaron hasta por 2,000 pesos de valor.
Estando en Huancayo sirvió a la causa predicando en lengua
vernácula indicando a sus feligreses o haciendo
erogaciones para el sostenimiento de la tropa
patriota.
José Herrera y Mendoza.-Fue
patrón y capellán de la Hacienda La Mejorada,
del Curato de Huancayo y dueño de la hacienda Parco;
sirvió en diferentes doctrinas como cura inter. En
1800 estuvo como cura interino en la doctrina de Orcotuna,
con el salario de 500 pesos, mesa puesta, donde
demostró su idoneidad por un año, pero
cesó para dedicarse a la administración de su
hacienda. También estuvo de inter en la doctrina de
Sicaya. Entre 18061809, se desempeñaba como Teniente
de cura en la doctrina de Mito. De ahí, al ser
promovido su cura, el padre Santiago Ofelan a la doctrina de
Acobamba fue llamado como ínter hasta 1812. A la
muerte de su tío el presbítero Mariano Herrera
(1812), abandonó la doctrina de Acobamba, para
dedicarse a su hacienda y las doctrinas del Valle que estuvo
a cargo de su tío. En las diferentes doctrinas que
sirvió abogó por la justicia de la
independencia, predicando a sus feligreses las bondades de la
libertad.
Cuando Arenales hizo su ingreso al valle se
decidió "Declaradamente a cooperar a los progresos de la
causa con un ardiente entusiasmo" Marcelo Granados, Gobernador de
Huancayo; lo nombró como primer capellán interino
del Regimiento de Caballería (21 de Diciembre de 1820) que
había formado en el valle para enfrentar a los enemigos de
la patria. Al proseguir las tropas de Arenales hacia el Norte,
Herrera, se quedó como cura doctrinero en Chupaca, con la
misión de espiar los movimientos del enemigo, cuyos
informes llegaban con toda regularidad hasta el alto mando
patriota.
Al ingresar Ricafort al Valle desató una feroz
embestida contra los patriotas, que había jurado la
Independencia, se lanzaron contra los pueblos indefensos. En
Chupaca la masacre fue cruel, pocos se salvaron por el oportuno
aviso del doctrinero. Ricafort, enterado de su ayuda a los
patriotas ordenó el saqueo de las haciendas La Mejorada y
Parco que fueron incendiadas y demolidas totalmente. Herrera al
verse en inminente peligro huyó hacia Lima, donde
sobrevivió de la limosna que recibía. (Expediente
de Purificación de Curas).
e) Curas patriotas del Curato de la
Asunción de Matahuasi
Manuel De Burgo.-De Burgo fue cura y vicario
de la Doctrina de Santa Ana de Sincos, anexo perteneciente al
Curato de Matahuasi. A la fecha de presentación de su
expediente, se hallaba en Lima, refugiado, pero siempre al
servicio de la causa justa. Estando en Sincos, siempre ha
predicado su adición a la causa de la Independencia,
con mucha energía y ardor, según sus testigos
se hacia "Merecedor de una Mitra".
Entregó un caballo castaño para el
ejército libertario muestra de su adhesión
patriótica. Por sus ideas, Del Burgo, fue perseguido por
los colonialistas. Estuvo a salvo en Lima, donde continuó
sus prédicas contra los españoles.
f) Curas Patriotas del Curato de San
Francisco de Orcotuna
Antonio Caballero.-Caballero fue cura y
vicario de la Doctrina de Orcotuna, cuando presentó su
expediente de purificación, se encontraba refugiado en
Santo Domingo de Chincha; enfermo, sin recursos a causa de la
persecución que sufrió por su adhesión a
la causa patriótica. Fue uno de los patriotas
más decididos que ha predicado la necesidad de la
Independencia de América mucho antes de la llegada de
Arenales al Valle del Mantaro. Los realistas lo persiguieron
y para salvar su vida huyó hasta Chincha. Al saber la
noticia de la entrada triunfal de Arenales al valle,
sacó pasaporte para ir hacia su doctrina de Orcotuna,
pero no pudo llegar porque las fuerzas de Ricafort ya
habían ocupado el valle y saqueado sus beneficios en
su doctrina de Orcotuna.
g) Curas patriotas del Curato de
Chongos
Pablo Marticorena.-Marticorena fue natural de
la Villa de Xauxa fue cura y doctrinero de la Doctrina de
Chongos. Por hallarse preso en las mazmorras de Pativilca en
1821, su hermano Dn. Juan de Dios Marticorena presentó
su expediente de purificación.
El cura Marticorena cuando el ejército de la
libertad hizo su ingreso en el Valle del Mantaro, a
proposición de Paula Otero, fue nombrado como cura
interino de Chongos, cargo que lo aprobó y tomó
posesión de el, hasta que con motivo de haber ocupado la
Provincia las tropas enemigas, se retiró al Departamento
de Huaylas.
Su labor de agitador en Huancayo aún antes del
desembarco de las patriotas fue reconocido por sus testigos como
del Gobernador de la Provincia de Jauja Dn. Marcelo Granados,
quien dice "que el cura Dn. Pablo Marticorena es de patriotismo
conocido y que su adhesión a la justa causa que defendemos
es grande, constándome que aún antes de que las
tropas libertadoras desembarcasen en el Perú, proclamaba e
invitaba al sistema a las personas que conocía
podían servir para sostener dicha causa".
Antes de su nombramiento como inter de Chongos, se
desempeñaba como doctrinero en el Curato de Chunchanga, se
hallaba en Huancayo con licencia de sus superiores. Su accionar
propagandístico fue grande en Chunchanga y Pisco gracias a
ello, los encomendados de Palmar, Casacancha y otras de Pisco,
ayudaron al avance del ejército libertador,
ofreciéndoles caballos y reses para su mantenimiento,
durante el paso de Pisco a Ica.
Posteriormente fue nombrado y reconocido doctrinero en
la Doctrina de Chavín de Pariarca.
h) Curas patriotas del Curato de
Apata
Ramón Moreno.-Moreno fue cura de Apata
y Vicario de Jauja. Participó en la revolución
de Huánuco de 1810, donde sobresalió su figura
y patriotismo. El apoyo que brindó a los movimientos
de Huánuco, provocó el odio colonialista, por
lo que se vio apremiado a fugar hacia Lima.
Su expediente no ha sido localizado, sólo se
reduce a 2 documentos muy parcos. El primero firmado por Toribio
Rodríguez de Mendoza elevando los expedientes
recepcionados por la Junta de Purificación y la segunda el
documento de su calificación firmado por
Echague.
i) Curas patriotas del Curato de San Juan
Bautista de Chupaca
José Noriega.-El cura Noriega fue
vicario de la Doctrina de Chupaca. Está considerado
como el "americano de origen", nacido en Lima de padres
criollos estudió en el Convictorio de San carlos y en
Santo Toribio. En el primero llegó a ser maestro en
Filosofía, y Teología con el grado de Doctor y
en el segundo fue su ViceRector y Regente de Estudios. Como
buen "carolino" fue nombrado un "acérrimo adicto a la
causa justa". En Lima, se reunían con Fernando
López Aladana quien llegó a ser Ministro de
Justicia en el nuevo régimen; Manuel Ríos,
Carlos Orbea y Luis Morales con quienes tuvieron largas horas
de instrucción en favor de la libertad
americana.
Tras la masacre colonialista de Huancayo y Jauja
perpetrados por Ricafort, durante la primera y segunda
ocupación del Valle; al tenerse noticias de tales hechos
en Lima, Noriega condenó los crímenes en
público. Por lo que sufrió la agresión
secular como simple ciudadano, en el cabildo eclesiástico
como presbítero y en la Universidad como
Doctor.
Entregó un oficio gratulatorio, al "Protector",
con la firma de 10 curas y fue publicado en la Gaceta del 25 de
Agosto de 1821. Inflamado de patriotismo hizo juramentos solemnes
a favor de la independencia en los cabildos.
j) Curas patriotas del Curato de
Concepción de Achi
José Faustino Pérez.-Cura y
Vicario de la Doctrina de Concepción, Partido de
jauja. Fue hermano uterino del Gobernador de Jauja, el
Coronel Pedro José Gonzáles. La
educación que recibió, le permitió
comprender la justeza de la lucha contra los
españoles. El cura Pérez nos dice: "que desde
los primeros momentos que comuniqué a mi alma las
ilustraciones que me proporcionó la educación
de mis padres, sentí en ella una inclinación
nata a abrazar y proteger los derechos que la naturaleza me
había comunicado".
Cuando Arenales llegó al Valle del Mantaro su
participación por la libertad, fue decisiva. Nos dice
"convoqué a mis feligreses, y habiéndoles predicado
con la mayor eficacia, logré inteligenciarlos del objeto
de la misión de este valiente General; aquí es que
el pueblo de la Concepción decidido en nuestra causa, se
ha sostenido en los peligros é incursiones con que el
enemigo invasor en reiteradas ocasiones lo ha cometido".
(Expediente de Purificación de Curas).
El cura Pérez ha contribuido con dinero y granos
al sostenimiento de las tropas libertarias.
Dichas entregas la hizo a través del Teniente
Gobernador de Concepción Dn. Baltazar Santa
Cruz.
Como consecuencia de su adhesión a los
"patriotas", fue perseguido y despojado de sus bienes. Sobre este
nos dice, "como inspirada por la naturaleza, se ha calificado de
criminal por los jefes del exército del Rey"…. "he
experimentado las más tenaces persecuciones hasta el
término de ser despojado de todos mis bienes, en diversas
emigraciones que me ha sido preciso hacer para huir del furor de
ellos"(Expediente de Purificación).
k) Curas patriotas del Curato de
Huaripampa
Pedro Felipe Vivar.-Cura de la Doctrina de
Huaripampa, al momento de presentar su expediente de
Purificación, se encontraba en Lima refugiado por las
persecuciones, sin mayores sustentos. Según las
declaraciones del Coronel Gobernador de la Ciudad de Santa Fe
de Jauja, Dn. Pedro José Gonzáles el cura Vivar
"es uno de los patriotas de distinguidos méritos por
su carácter propio de párroco ávido de
imprimir en los corazones de sus feligreses las luces y
conocimientos de nuestra sagrada emancipación;
así es que desde que ingresaron las tropas de la
Patria a la Provincia de Jauja, fueron los de su Doctrina los
más decididos en alistarse y tomar asuntos contra los
enemigos de nuestras armas con solemnes misas de gracia
oficiosamente por cuya conducta, cuando entró Ricafort
la primera vez a dicho valle fue atropellado y amenazado de
muerte por el comandante de su caballería
Ramírez después de quitarle las bestias de su
uso y pensionarlo en muchas contribuciones: más lejos
de desmayar por esto al contrario recrecía su
entusiasmo en cooperar a los progresos de nuestra
regeneración. En las ocasiones que las tropas enemigas
han ocupado aquella Provincia, ha auxiliado a las familias
patriotas, especialmente de los emigrados no solo de su
doctrina, más de los de la capital de Jauja, cuyas
casas han tenido en la actual dilatada emigración su
única protección. El sólo me ha pasado
desde aquel centro del exercito enemigo sus frecuentes avisos
de las ocurrencias del país con palpable riesgo de su
vida, sin que hubiesen arredrado los fuertes saqueos que
sufrió de su casa cural por diversas ocasiones
rompiéndosele las puertas, y la persecución que
lo tenían por instantes veía la muerte que se
le presentaba sobre pensiones y denuedos, hasta que ya no
pudiendo tolerar más, tomó el recurso de fugar
a esta Corte. Por medio de él se han pasado muchos
oficiales y soldados de las tropas enemigas a las nuestras
auxiliados, que por la notoriedad de su patriotismo se lo
acogían; varios de estos que se han presentado, entra
ellos un oficial Alzamara vecino de esta Corte me han
expuesto lo mismo con expresiones de gratitud a dicho
señor cura Vivar. Por último su bondadoso
carácter y nativo patriotismo la hacen acreedor en
eminente grado a las superiores consideraciones de la
Señoría Ilustrísima el señor
Gobernador Eclesiástico y el Supremo
Gobierno"(Expediente de Purificación).
5.4. NATURALEZA DEL CLERO Y BREVE PARALELO ENTRE EL
CLERO DEL SUR (Cuzco) Y DEL VALLE DEL MANTARO
5.4.1. NATURALEZA DEL CLERO
La iglesia históricamente y desde su
constitución como institución "espiritual",
demostró ser en la práctica, un conglomerado de
intereses fundamentalmente económicos y, en consecuencia,
políticos, aunque traten de negarlo infructuosamente. En
la historia universal, la iglesia, con respecto a procesos de
carácter progresista tuvo una posición marcadamente
contrario, notándose esto en el Periodo Medieval
(oscurantismo), donde la institución católica tuvo
un papel fundamental de contención social, no solo a
través de la predica religiosa, sino con la
implementación de la Santa Inquisición, cuyos
resultados fueron igual o más eficientes que la
Prédica Católica.
Por su puesto, es necesario remarcar que no existe en el
mundo ninguna institución en cuyo seno todos sus miembros
comparten al unísono las teorías o dogmas,
en el caso de la iglesia, pues de la misma surgirán
elementos progresistas comprometidos con el desarrollo de la
humanidad, de la equidad, de la justicia, pero que fueron voces
muy aisladas de sacerdotes de muy grande lucidez, como
recientemente la corriente progresista de la teología de
la liberación.
Sin embargo, cabe una necesaria aclaración, en
este análisis no existe un anticlericalismo, es decir, una
anatematización en contra de la religión y la
doctrina, pues la consideramos encomiable y hasta cierto punto
necesaria. El punto en cuestión, ante todo es la postura
de la jerarquía eclesiástica, el punto de vista de
la iglesia como institución que se mostró reacia a
los cambios históricos que exigían los nuevos
tiempos y, que se negaban interesadamente a querer aceptar,
cediendo a posiciones políticas provenientes directamente
de la corono hispánica.
En el contexto nacional de la independencia nos sumamos
a las diversas conclusiones incluidas las del Reverendo Padre
Armando Nieto Vélez, que coinciden en sostener que
la iglesia jugó un papel favorable en el proceso de
emancipación, resaltando sobre todo la función del
clero del sur, en especial del Cuzco; pero es necesario aclarar
ciertas salvedades como el papel del convento de Santa Rosa de
Ocopa y la función específica que jugó la
Santa sede, función marcadamente antipatriota, pero a
quienes el reverendo padre Armando Nieto Vélez absuelve de
responsabilidad en unos casos y atenúa en otros; como se
explicará más adelante.
5.4.2. EL CLERO PATRIOTA DEL SUR
En cuanto el Cuzco podemos considerarlo como centro de
irradiación de la insurgencia, debido a que en esta
ciudad, desde la penumbra de los angostos callejones, los
mestizos ya discutían resueltamente la fecha en la que
tomarían por asalto algún cuartel. Indios,
criollos, partidarios de la rebelión, así como
eclesiásticos, en su mayoría se preparaban para el
estallido de la próxima conmoción, es decir, poco a
poco crecía más y más el fervor
revolucionario, por ello que el Cuzco fue considerado cuna y
bandera de la libertad, ¿pero esta inconformidad del clero
ante la corona española fue siempre?, ya que no se conoce
ni se sabe nada de su participación en los años a
1780, acaso hubo algún motivo fuerte que no les
permitió participar o reclamar contra los abusos y
atropellos cometidos, ¿Por qué es que es
recién a partir de 1780 se hicieron oír?, Ante esta
interrogante la respuesta cae por su propio peso, y es que el
cambio coincidió con la instalación de la
Universidad San Antonio Abad en esta ciudad, privilegiando la
difusión de las ideas reformistas y la consiguiente
"Siembra ideológica".
Es así que Santiestebán Ochoa
Julián citado por Aparicio Vega, manifiesta que: "Los
líderes de la Revolución de 1814 estudiaron en San
Antonio de Abad, allí recibieron una propedética
ideológica, el impulso revolucionario para luchar
heroicamente".
De esta manera el clero cuzqueño, incluso desde
la revolución de 1814 participó a favor de la
independencia, con acciones que van desde la preparación
de los planes de levantamiento, en la recolección y
acotación de fondos para la revolución, en la
redacción de pasquines, en la predica de sermones y
arengas a favor de la patria, en la siembra ideológica
dentro de las instituciones patrióticas como: El cabildo
eclesiástico, el cabildo constitucional, diputación
provincial y la Universidad San Antonio Abad, o así mismo
destacó la participación del clero en las
expediciones de campaña militar tanto como jefes ,
capellanes, soldados, enfermeros, auditores, etc. también
en la organización de una serie de ceremonias
patrióticas como la instalación de la Junta
Protectora, bendición de la Bandera de la Patria, homenaje
al Jefe máximo del Movimiento José Angulo Torres, a
los mártires de la Patria y en otros actos de probada
insubordinación. Todas estas acciones desplegadas por el
clero a favor de la causa patriota pintan a este como una de las
fuerzas impulsoras de la revolución peruana a diferencia
de otras Diócesis del Perú, que actuaron tibiamente
y, en el mayor de los casos con un cuestionable
oportunismo.
Así, Cuzco se constituyó en un
bastión de la "independencia" a diferencia de lo sucedido
en el Valle del Mantaro como lo veremos en un análisis
posterior.
5.4.3. EL CLERO DEL VALLE DEL MANTARO
Ocopa como un centro de formación religiosa, fue
fundada precisamente para posibilitar la penetración a
través de la catequización de la Selva Central,
cuya población aborigen se mostraban reacios a la
intromisión de estos elementos ajenos a sus
comunidades.
Esto fue el motivo por el cual varias expediciones de
colonizadores españoles perecieron en sus intentos por
ingresar a estas zonas. Así mismo los primeros religiosos
de Ocopa que irrumpieron en estas zonas selváticas fueron
diezmados, y solo tras muchas peripecias lograron ingresar
gradualmente entre estas tribus, incorporándolos a la
colonia.
Es así que Ocopa cumple un papel fundamental en
cuanto se refiere a la incorporación de territorios,
confirmando aún más la eficacia de la
religión sobre las armas. En segunda instancia y no por
ello menos importante ya consolidada la colonia, le
correspondía el papel de contención social a
través de la prédica de la promesa del
paraíso eterno, y ese consuelo durante la vida
terrenal.
Definido el objetivo y la misión de la iglesia y,
en particular del convento de Ocopa, es lógico concluir
que el papel que jugó Ocopa durante el proceso de
emancipación fue obviamente a favor del colonialismo
hispano. Esta afirmación puede ser fácilmente
corroborado por diversas evidencias como: la orden (decreto) de
Bolívar de convertir el convento de Ocopa en Colegio de
instrucción para los hijos de los caídos a favor de
la lucha por la independencia, pues se sabía harto que en
Ocopa había jugado un papel marcadamente antipatriota
estado que representaba un peligro extremado para el naciente
estado republicano, pero incluso este decreto no se dio por
cumplido debido fundamentalmente al proceso de acomodo o
reacomodo del clero peruano en el nuevo esquema del Poder
Republicano.
La postura antipatriota de la Santa sede puede continuar
a través de los documentos institucionales
(encíclicas, breves), remitidas durante el proceso de
emancipación los cuales analizamos brevemente.
Ya en el periodo de gestación de la
"independencia" el 30 de enero de 1816, el papa Pío VII
emite la encíclica "ETSI LINGISSIMO" en donde aconseja al
clero de América que trabajen por pacificar las sediciones
y que exhorten a los fieles a someterse a vuestro Rey
Católico.
Aunque el reverendo padre Nieto Vélez manifiesta
que esta encíclica no tiene un carácter
conminatorio debido a que no contiene sanciones canónicas
a excomuniones a los insurgentes, es innegable que dicha
encíclica denota una clara oposición con respecto
al proyecto de emancipación.
Asimismo, el reverendo padre Armando Nieto Vélez
manifiesta que en un segundo momento la Santa sede manifiesta una
postura aparentemente "neutralista", esto a partir de la misiva
que el papa Pío VII envía al obispo Lasso, en donde
hace una distinción entre los asuntos políticos y
religiosos y que siendo la independencia un asunto
político, la religión católica y la iglesia
distaba de este asunto.
Como hemos podido apreciar, esta postura neutralista que
reclama el reverendo padre para la Santa Sede está basada
en una simple misiva que son generalmente de carácter
personal en la cual difícilmente se emiten opiniones de
carácter institucional como en el caso de la
iglesia.
Un tercer momento que identifica el reverendo padre
Nieto Vélez en la postura de la Santa Sede es a partir de
la publicación del breve "ETSI IAM DIU" ya con el papa
León XII a la cabeza, la cual era desfavorable a la
independencia, calificándolo como un "desliz" de la Santa
Sede por presión de la Santa Sede y la restaurada Santa
Alianza, y que manifiesta asimismo que el móvil no fue un
sentimiento hostil hacia los americanos.
Podemos afirmar que en realidad esta fue una postura
constante durante todo el proceso de independencia, y este breve
no es sino la confirmación de la política de la
Santa Sede.
Conclusiones
1. La participación del Convento de
Ocopa fue netamente hispanista quien con sus numerosos
integrantes y su radio de acción tuvo un rol
colonialista relevante, el cual no se hace, sino
referencia.2. El clero del Valle del Mantaro a diferencia
de otros como el del Cuzco, en cuanto a la
emancipación del Perú tuvo una
participación mayoritariamente favorable a la causa
hispanista, esto se desprende de la poca cantidad de
sacerdotes de esta zona (18) que presentaron las pruebas
testimoniales que solicitaba La Junta Eclesiástica de
purificación por orden de San Martín para que
prueben su patriotismo, por lo que existe una
generalización errónea de la
participación anticolonialista de los
sacerdotes.3. Un argumento presentado frecuentemente para
sostener que el clero sostuvo una postura anticolonial es de
que en el Perú, en el contexto de la lucha
anticolonial y posterior a esta no se vivió un
anticlericalismo o persecución de la
iglesia.4. Consideramos que la "independencia" peruana
no fue la negación de la estructura colonial en su
conjunto, sino el divorcio de la metrópoli en
especial, pues como lo notara Mariátegui los antiguos
encomenderos pasaron a ser los conductores de la
república. Esto explica la no existencia de un
anticlericalismo en el Perú, y no precisamente por su
postura patriótica.
Sugerencias
1. Se sugiere a los estudiantes y profesores
investigadores que profundicen los estudios sobre el
verdadero papel que desempeñaron los miembros del
clero dentro del Valle del Mantaro.2. Es de suma importancia esclarecer algunas
verdades a medias para ello es necesario tener la
disposición de las instituciones; por ello sugerimos
un convenio especial que no revista burocratismos para la
investigación entre la universidad, Archivo Nacional y
la Biblioteca del Convento de Ocopa.3. Para entender la independencia peruana es
necesario evitar los unilateralismos y tomar en cuenta todos
los factores posibles que intervienen en las acciones
humanas, más aún históricas.
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Autor:
Aranda Rivera, Marino
César
Aranda Rivera, Flor De María
Mayela
Rivera Soto, Héctor
Jaime
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DEL
PERÚ
FACULTAD DE PEDAGOGÍA Y
HUMANIDADES
CIENCIAS SOCIALES E HISTORIA
HUANCAYO – PERÚ
2008
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