La contaminación marino costera: Actividades Degradantes y Controles para su Prevención (página 2)
Contaminación por elementos
nutritivos
Varios
estudios indican que en algunas áreas los contaminantes
originados aguas arriba son responsables de un 70% de la
contaminación causada por elementos nutritivos.Este exceso
de elementos nutritivos sobrefertiliza el mar, provocando
florecimientos algales que agotan el oxígeno. Estos
florecimientos pueden causar muerte masiva de peces e
invertebrados, cambios en la composición de las
comunidades bénticas y sofocación de los arrecifes
coralinos.Ciertas algas producen por naturaleza sustancias
tóxicas. Los moluscos bivaldos que se alimentan de dichas
algas acumulan toxinas y pueden provocar envenenamiento
paralizante y diarreico cuando son ingeridos por los seres
humanos. En ciertas partes, las toxinas han restringido las
pesquerías.
Contaminación por productos
químicos tóxicos
Los
metales pesados y compuestos orgánicos sintéticos
son absorbidos por los organismos marinos mediante la cadena
alimenticia, una gran cantidad de productos químicos se
acumulan en los peces depredadores. Dichos productos pueden
causar lesiones y tumores en los peces y acumularse en los
humanos que ingieren el pescado. Se pueden acumular elevados
niveles de compuestos orgánicos sintéticos (v.g.
DDT, bifenilos policlorados) en los mamíferos marinos que
se alimentan en aguas contaminadas y se sospecha que dichos
compuestos reducen la resistencia de los animales a las
enfermedades. En años recientes, ha habido brotes de males
virales fatales en mamíferos.Los metales pesados se
concentran principalmente en los sedimentos y en la materia
orgánica en suspensión, de los cuales se alimentan
las especies detríticas, filtradoras y
suspensívoras. Entre los efectos que las altas
concentraciones de metales pesados producen se pueden citar:-
reducción de la diversidad del sistema;-
bioacumulación de metales pesados en los tejidos de los
organismosmarinos a lo largo de la cadena trófica hasta
llegar al hombre;- mutaciones en las poblaciones que va en
detrimento de la viabilidadgenética y de la calidad del
producto; – patologías en peces bénticos y
pelágicos: lesiones en el hígado, erosiónde
las aletas.
Destrucción de los
hábitat costeros
Los
hábitat costeros, especialmente las tierras
húmedas, los manglares y plantas que crecen en la arena se
están eliminando con el fin de crear áreas urbanas,
industriales y recreativas, así como para establecer
estanques para acuicultura. Los contaminantes, la
acumulación de sedimentos por la erosión aguas
arriba, el uso de la dinamita, el veneno en la pesca y la
minería de materiales de construcción destruyen los
arrecifes de coral.Es difícil obtener mediciones de la
pérdida de hábitats costeros. En los países
tropicales la pérdida de manglares promedia más del
50 % del área preagrícola.Es importante la
pérdida de hábitats costeros porque el 90% de la
pesca marina del mundo se reproduce en esas áreas. Los
peces del mar profundo se alimentan frecuentemente de aquellos
que desovan en las áreas costeñas. Se estima, en
algunas áreas, que entre 75% – 90% de la pesca comercial
corresponde a especies que dependen para su supervivencia (v.g.
reproducción, cría, producción de alimentos
o migración) de las tierras húmedas de los
estuarios o esteros. El deterioro de los hábitats costeros
puede tener consecuencias a largo plazo para las poblaciones.Los
sedimentos entran al océano por procesos de
escorrentía. Generalmente son acarreados por los
ríos que llegan al mar. Estos sedimentos se establecen en
los estuarios y zonas aledañas a la costa. Estos
sedimentos sumergen la vida marina.Los sedimentos absorben un
alto porcentaje de sustancias químicas, y las transfieren
directamente a aquellos organismos de interés comercial,
que desarrollan gran parte de su ciclo de vida dentro o sobre los
sedimentos, entre ellos podemos hallar desde crustáceos
(camarones, langostas, cangrejos), los moluscos (almejas,
pianguas), hasta peces y ané1idos.La decoloración
de los arrecifes coralinos tiene su origen en la
contaminación y la sedimentación. Se advierte que
el calentamiento mundial podría dañar seriamente a
los corales.
Amenazas a la superficie del
océano
Aunque
el alta mar parece estar relativamente limpio, estudios
realizados recientemente indican los posibles peligros a plantas
y animales microscópicos que viven en el océano y
constituyen una parte importante de la cadena alimentaria
oceánica. Los contaminantes tienden a concentrarse en la
capa superior del océano, una zona decisiva para la
reproducción y la alimentación de muchas especies
de importancia comercial.
Biodiversidad
La
diversidad biológica del mundo es un recurso enorme y
subvalorado. Incluye todas las formas de vida, desde el menor de
los microbios hasta el mayor de los animales, y los ecosistemas
que ellos integran. Es para la Humanidad fuente de bienes y
servicios, que le dan alimento, energía, materiales y
genes que protegen las cosechas y curan enfermedades. La mayor
parte de las especies se encuentran cerca del Ecuador, donde sus
bosques tropicales y los arrecifes de coral tienen la
máxima diversidad.Las especies mueren al destruirse sus
hábitats, la explotación excesiva con intereses
comerciales han puesto en peligro a un gran número de
especies. La contaminación industrial y agrícola ha
cobrado su precio, así como la introducción de
especies en competencia dentro de ecosistemas establecidos han
tenido efectos devastadores.Actualmente, la pérdida de
diversidad biológica de la Tierra es uno de los asuntos
ambientales y de desarrollo más apremiante. Hasta ahora,
los esfuerzos dirigidos especialmente a la protección de
la diversidad biológica en el medio marino han sido
limitados. En primer lugar, porque su biodiversidad no se
considera amenazada.
En
segundo lugar, el carácter de propiedad común que
tienen los espacios y los recursos marinos, incluyendo la
noción generalizada de que los océanos son
infinitos e inagotables; y en tercer lugar, la falta de
tradición en la administración de las zonas
marinas.En general el método tradicional de
designación de áreas costeras y marinas protegidas
deja de lado la interdependencia del área protegida con
los ecosistemas vecinos a ella y los efectos
socioeconómicos que trae su designación y
gestión.La efectividad de un área protegida depende
del tamaño del área, de las actividades que
están limitadas y de la capacidad que tiene el área
para restringir, evitar o reducir las actividades generadoras de
contaminación y de otras formas de deterioro ambiental
ubicadas en la costa.El alto grado de comunicación entre
los mares facilita el intercambio genético y de especies,
así como la transmisión de sustancias contaminantes
a través del medio acuático, por lo que la
integridad de las comunidades marinas es difícil de
mantener y los efectos de la contaminación marina sobre
las especies, son difíciles de
contrarrestar.
Actividades que degradan el medio
marino – costero
Entre
las múltiples actividades realizadas por el hombre que se
sabe deterioran la calidad del agua en las áreas costeras
se halla la tala, la agricultura, la construcción de
presas para energía y riego; también la
contaminación causada por la urbanización, la
transportada por el aire y la provocada por las
embarcaciones.
La
mayor parte de la degradación del suelo es causada por
actividades humanas, el apacentamiento excesivo, la
deforestación, la administración decreciente de la
tierra y la sobre explotación. El 15% de la tierra del
mundo se ha degradado. De esta pérdida casi un 55,7% ha
sido causada por la erosión del agua; el 28% por
erosión del viento; el 12% por degradación
química; y el 4% por interferencia física, la cual
resulta en inundaciones, solidificación y hundimientos. La
tala de árboles y la construcción de caminos para
las operaciones de explotación forestal exponen el suelo
subyacente directamente al viento y a la lluvia. Los sedimentos
transportados por la escorrentía a los arroyos y
ríos sofocan los hábitats costeros sensibles que se
encuentran cercanos a las riberas.En los trópicos, se
destruyen cada año 16,8 millones de hectáreas de
bosques. Los bosques constituyen uno de los medios principales de
la naturaleza para la ordenación del agua (v.g. cuando se
talan los árboles, torrentes de agua pasan corriente
abajo, sin retención alguna, bajando de las laderas,
causando avalanchas e inundaciones).
Las
operaciones agrícolas pueden liberar niveles elevados de
sedimentos. Los contaminantes, que incluyen pesticidas y
fertilizantes, se adhieren a las partículas de sedimentos
y son arrastradas aguas abajo donde se depositan en estuarios no
profundos, en los que son peligrosos porque, por lo general, se
estancan y no salen a alta mar donde podrían diluirse.
Muchas muertes colectivas de peces suceden cerca de las cuencas
donde se utilizan muchos pesticidas. Existen estudios que indican
que el consumo regular de pescado y mariscos de estas
áreas representa grandes riesgos para los fetos y
niños.Los pesticidas son órgano-clorados como el
dieldrín, endrín, y bifenilos policlorados. Estos
pesticidas son concentrados en las superficies aceitosas y entran
al océano a través de la atmósfera, que es
limpiada por la lluvia. Los pesticidas entran luego por
escorrentía de las tierras altas al mar.El
nitrógeno y el fósforo de los fertilizantes y el
estiércol de origen animal, penetran en las aguas costeras
por medio de la escorrentía o de la migración a
través de las aguas subterráneas.
Las
presas pueden obstaculizar la migración de peces; evitar
el suministro adecuado de elementos nutritivos a los estuarios y
a los esteros; alterar la salinidad más allá de la
tolerancia de las especies que habitan; e introducir
contaminación debido al riego (v.g. productos
agroquímicos).
Cada
año, se adicionan entre mil y dos mil nuevas sustancias
químicas orgánicas e inorgánicas a unas cien
mil que ya se producen. Todas las sustancias químicas son
tóxicas. El riesgo a la salud pública y al medio
ambiente depende del grado de toxicidad y de la duración
de la exposición. En los últimos 20 años se
ha extendido la preocupación sobre los efectos agudos a la
salud, para incluir tales efectos crónicos como defectos
de nacimiento, trastornos genéticos, neurológicos y
el cáncer.Se liberan sustancias químicas
tóxicas al ambiente directamente (v.g. pesticidas y
fertilizantes) e indirectamente como desechos de otras
actividades (v.g. minería, procesos industriales,
incineración, combustión de combustibles). Una vez
liberadas, muchas de las sustancias químicas experimentan
transformaciones y otras puede que sean transportadas para
producir contaminación local, regional o mundial.A
principios del decenio de 1980 comenzó la
preocupación por la exportación de desechos
peligrosos para su eliminación y tratamiento. Si bien, a
medida que los países industrializados han hecho
más estrictos sus controles sobre el movimiento y
eliminación de los desechos peligrosos, han aumentado la
descarga y el tráfico ilegales.
La
industria es el contaminante de grado superlativo del mundo. Es
responsable de cerca del 90% de los óxidos de azufre, 50%
del dióxido de carbono e hidrocarburos y hasta un 44% de
los óxidos de nitrógeno y de los contaminantes
atmosféricos só1idos que la humanidad libera al
ambiente.Dos terceras partes del enrarecimiento del
oxígeno de las aguas de superficie pueden atribuirse a las
aguas de desecho, de los cuales nueve décimos de su
contaminación se deben a sustancias
tóxicas-.Mundialmente, la industria genera más de
dos billones de toneladas de desechos só1idos y 338
millones de desechos peligrosos al año. Aunque se reciban
algunos, muchos de los desechos requieren manejo apropiado para
reducir su impacto sobre el ambiente.La ubicación de las
industrias y sus impactos están cobrando una importancia
que va en aumento. Tradicionalmente, las industrias utilizan
materias primas, fabrican productos para la venta y desechos para
eliminación. Este modelo está gradualmente
cambiando hacia sistemas que consumen un mínimo de
energía y de materiales, genera desechos al mínimo
y emplea las salidas de un proceso como la materia prima para
otro.
El 17%
de la energía mundial es suplida por plantas nucleares. La
preocupación con respecto a la energía nuclear
está enfocada hacia el efecto de las radiaciones en las
personas, la seguridad de las plantas nucleares, las
repercusiones en el ambiente del manejo de los desechos
radioactivos y los riesgos del material nuclear que se
desvía para propósitos no pacifistas. Los
accidentes en Three Mile Island en 1979 y en Chernóbil en
1986 han aumentado la oposición a la energía
nuclear.Además, es importante recordar que el agua de mar
es usada como refrigerante en plantas térmicas y nucleares
y es devuelta al mar con incrementos de 11 a 22 grados
centígrados respecto a la temperatura
inicial.Asentamientos humanosCada año los pueblos y
ciudades en el mundo en desarrollo deben absorber más de
80 millones de personas nuevas. Las comunicaciones, el
transporte, los servicios y las reservas de agua se deterioran
bajo la presión. El resultado es, en el mejor de los
casos, la urbanización caótica; tugurios;
infrecuente recolección de basura; disposición, sin
tratamiento, de las excretas humanas que son depositadas en los
cuerpos de agua y en el mar.
Contaminación del
aire
Otra
fuente, recientemente reconocida de contaminantes costeros es el
aire. Por la atmósfera se incorpora nitrógeno,
prácticamente todo el plomo, cadmio, cobre, hierro y zinc
que entra a los océanos. Aproximadamente un tercio de las
sustancias contaminantes que acaban en el medio marino, provienen
de emisiones aéreas, gran parte de las cuales se depositan
en aguas costeras.Entre los riesgos que se ciernen sobre los
mares en un futuro previsible, a pesar de la incertidumbre que
los rodea, destacan los cambios atmosféricos globales. Con
el enrarecimiento de la capa estratosférica de ozono, a
causa de las emisiones a la atmósfera de
clorofluorocarbonos y otros compuestos químicos
destructores de ozono, son cada vez mayores las cantidades de
rayos ultravioleta, perjudiciales para los tejidos
orgánicos, que alcanzan la superficie del mar. Su
incremento está ya mermando la productividad del
fitoplancton en el océano Antártico.Los mayores
niveles de rayos ultravioleta recortan la producción de
fitoplancton en por lo menos un 6-12% en las zonas situadas bajo
el agujero de ozono, con lo que se empobrece la cadena
alimentaria y su contribución al bombeo
biológico.
Otras
especies marinas, como las larvas de aguas superficiales y los
corales, pueden también resentirse de niveles mayores de
rayos ultravioleta y el deterioro podría multiplicarse si
continúa el empobrecimiento en ozono.Los efectos en
potencia del calentamiento global en los mares son menos
conocidos y más complejos. El aumento de la
formación de anhídrido carbónico y de otros
gases de invernadero en la atmósfera es casi seguro que
eleve las temperaturas y probable que altere otros
fenómenos climáticos, como los regímenes de
viento y lluvia, y provoque grandes tempestades. Un calentamiento
rápido podría trastornar ecosistemas sensibles a la
temperatura como los arrecifes coralinos. Son ya muchos los
arrecifes que han padecido extinciones de corales asociadas con
temperaturas más altas del agua.
La
elevación del nivel del mar se aceleraría con el
calentamiento global y podría inundar hábitats
costeros. Los cambios de corrientes marinas podrían
alterar climas locales y modificar el bombeo biológico.Con
lo devastadoras que en teoría pueden resultar estas
mutaciones, si se dan tras una degradación constante e
incontrolada de las aguas litorales, sus resultados pueden
parecer menores en comparación con los daños ya
ocasionados. La extinción de corales en los últimos
años, por ejemplo, ha sido asociada con temperaturas
locales muy altas, pero los científicos se han dado mucha
prisa en demostrar que es el calor lo que ataca a los corales,
pero vállase a saber si es el calentamiento global la
causa del calor. Los científicos que se reunieron en un
seminario sobre arrecifes de coral en 1991, llegaron a la
conclusión de que las extinciones podrían ser
simplemente consecuencia de la contaminación y que, con o
sin calentamiento global, los arrecifes coralinos están ya
afectados de forma muy grave por la polución y la
destrucción directa.
Operación de embarcaciones y
derrames de petróleo
Las
embarcaciones suelen contaminar con aguas de sentinas y residuos
de hidrocarburos generados en los espacios de máquinas;
con basuras, incluyendo materiales plásticos contenedores,
bolsas, redes); con aguas negras.Los puertos deben tener
servicios de recepción y tratamiento de estos desechos que
genera la navegación, no obstante esto sigue siendo un
problema sin resolver en muchos países.Los derrames de
petróleo se originan debido a la colisión o
encallamiento de tanqueros. Los derrames accidentales pueden ser
reducidos mejorando la navegación, la construcción
de barcos, los sistemas de transferencia de petróleo y el
adiestramiento de personal.Algunos derrames ocurren
intencionalmente. Dentro de esta categoría están el
lavado, operación de lastreado y operaciones de
transferencia de combustibles.
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Exploración de petróleo y producción de
desechos
Los
productos desechados son lodos de perforación, agua
producida durante la separación de petróleo y gas,
derrames de petróleo. Estas descargas contienen
petróleo, metales pesados y compuestos
orgánicos.
Controles para su
prevención Aspectos
generales
El
manejo de la zona costera es un tema largamente analizado y
debatido en el plano nacional e internacional, al que la
búsqueda del desarrollo sostenible ha dado un contenido
nuevo y clarificador.Aún cuando las zonas costeras no
resistieran esa importancia fundamental en cuanto a sus impactos
sobre el medio marino, la necesidad de estrategias de manejo se
justificaría solamente por su condición de que
proporcionarán, en el ámbito mundial, subsistencia
para aproximadamente dos billones de personas para el año
2000; albergarán los mayores núcleos de transporte
y comunicaciones; proporcionarán oportunidades de empleo
en todos los sectores de la economía y serán las
áreas más urbanizadas e industrializadas del
planeta.Muchas veces se ha tendido a considerar a la zona costera
como una entidad autónoma y autosuficiente, que
podía analizarse de manera independiente de las
políticas generales sobre los recursos naturales,
preservación ambiental o desarrollo sostenible.Se da
lugar, así a una categoría denominada zona costera,
sobre la que se plantean alternativas de usos, conflictos,
superposición de competencias y resolución de
litigios que no parecían responder a realidades situadas
en contextos de carácter más
general.
Se
hace propuestas de coordinación institucional,
creación de autoridades ad-hoc, establecimiento de
instancias de competencias delegadas, pero los problemas
subsisten, ya que el enfoque está acotado a una parte del
problema.Cuando nos situamos en la realidad de que una
política de manejo de la zona costera está a su vez
inmersa en una política de usos del mar, lo que a su vez
pertenece a una política oceánica nacional, resulta
más claro el fracaso de cualquier planificación que
no atienda a esa circunstancia, y al hecho de que aún una
política oceánica nacional continúa siendo
un aspecto del desafío.
El contexto
internacional
Una
política sobre el borde costero (zona costera) que sea un
instrumento para el desarrollo sostenible, debe apuntar al uso
equitativo de los recursos naturales y a la durabilidad de los
beneficios derivados del aprovechamiento, más allá
de los intereses coyunturales. Existen otros principios que
contribuyen a configurar el marco general, denominados
precautorios, vale decir, pago por el uso de la capacidad
ambiental y de evaluación del impacto ambiental, los que
en definitiva apoyarán las políticas que producen
equidad.
El
principio precautorio es el referido a la necesidad de adaptar
medidas para impedir la degradación ambiental frente a un
peligro del daño grave o irreversible, aún cuando
no exista certeza científica absoluta.Este principio
constituye una reversión de la carga de la prueba en
materia ambiental, ya que ahora se acepta que no corresponde
producir la prueba a quienes invoquen el posible daño,
sino a aquellos que consideran que dicho daño no se
está produciendo o no se producirá. La
política ambiental en los años previos al proceso
preparatorio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), se basaba en la
modalidad de emisiones o descargas permitidas -conocida como el
concepto de la "capacidad asimilativa"- fundamentada en la
suposición de que el ambiente tenga una capacidad de
recibir y de convertir en inocuas las enormes cantidades de
contaminantes que recibe.Si se quiere revertir el actual
patrón de degradación ambiental, la carga de la
prueba no debería ser responsabilidad de aquellos que se
preocupan de la protección del ambiente, a fin de que
demuestren un daño específico, sino del eventual
contaminador para que pruebe que no se producirá
daño.La adopción del principio de acción
preventiva significa un cambio de enfoque: cuando existan dudas
respecto al impacto sobre el ambiente y la salud humana, es mejor
equivocarse en beneficio de los posibles contaminadores que del
lado del riesgo de daños irreversibles.
Este
principio da origen a que la evaluación del impacto
ambiental sea un instrumento de política nacional y un
mecanismo imprescindible respecto de cualquier actividad
propuesta, que probablemente haya de producir un impacto negativo
considerable en el ambiente, y que esté sujeta a la
decisión de una autoridad nacional competente.Finalmente,
existe otro principio de política auxiliar para el
desarrollo sostenible, que es el del pago por el uso de los
recursos naturales.Este principio, cuya versión más
difundida es la del contaminador pagador, pero que en realidad
tiene una naturaleza más amplia y debe extenderse a todos
los bienes ambientales, representa las salvaguardias tomadas por
la sociedad para evitar el menoscabo de los bienes comunes. Lo
que se procura es una intenalización de los costos
ambientales, entre otras cosas, mediante el uso de instrumentos
económicos, a fin de que sea el que usa los recursos
ambientales quien asuma los gastos que significa evitar su
menoscabo.
La
aplicación de estos principios determinará diversas
medidas de la autoridad competente con respecto al uso del borde
costero, los que tendrán que incluir sistemas de
transferencia de beneficio a las comunidades que se puedan ver
perjudicadas.El Capítulo 17 del Programa 21, contiene un
área que trata sobre el ordenamiento integrado y
desarrollo de las zonas costeras y marinas. Esta área debe
considerarse de manera interrelacionada con la referida a la
Protección del Medio Marino, especialmente en 1o
relacionado con las fuentes terrestres de contaminación
marina. El tratamiento de este tema en el Capítulo 17,
destaca la necesidad de negociar un instrumento que
ampliará y perfeccionará las Directrices de
Montreal sobre la Contaminación Marina de Fuentes
Terrestres.Como la propia Convención de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar lo señala en su
Preámbulo, los problemas de los espacios marinos
están relacionados entre sí y deben considerarse en
su conjunto. Así como una adecuada consideración de
los impactos sobre la zona costera no puede efectuarse sin
atender el tema de las cuencas hidrográficas, como lo
señala el Capítulo 17 del Programa 21, igualmente
debe atenderse el conjunto de los ecosistemas marinos vinculados
a las áreas costeras-.Si bien a los fines prácticos
de sistematización y facilitación de la
adopción de decisiones, se colocan como límite de
la zona costera las doce millas de mar territorial, debe
entenderse que concepciones más amplias
considerarían la zona económica exclusiva e
incluso, puede recurrirse a enfoques globales como el de los
grandes ecosistemas marinos.E1 hecho de atender al complejo de
ecosistemas de la zona costera o de aquellos que están
relacionados con ella, responde también a la necesidad
impostergable de considerar a la zona costera, como un ecosistema
fundamental en la conservación y uso sostenible de la
biodiversidad costera y marina.
El
Convenio sobre la Diversidad Biológica establece que su
aplicación a los espacios marinos deberá regirse
por los derechos y obligaciones de los Estados con respecto al
derecho del mar.Este determina que los países deben
proceder a una elaboración destinada a formular un marco
de análisis que, identificando y manejando la
especificidad de la biodiversidad marina, permita las
imprescindibles interacciones con las estrategias generales de
conservación y uso sostenible de la diversidad
biológica general.Los arrecifes de coral y otros
hábitats marinos y costeros, como los manglares y
estuarios, se encuentran entre los ecosistemas más
diversos, integrados y productivos del planeta. Estos ecosistemas
cumplen importantes funciones ecológicas, protegen las
costas y constituyen recursos críticos para la
alimentación, la energía, el turismo y el
desarrollo económico.
Instrumentos para la prevención
y mitigación de los efectos
Existe
una amplia gama de instrumentos que los gobiernos pueden usar
para enfrentar los problemas ambientales de las zonas costeras en
una economía de mercado. En general, ellos pueden
clasificarse de acuerdo a su forma de operación en:a)
Mecanismos de control y comando;b) Mecanismos de incentivos
económicos; yc) Medidas directas de gobiernoEn general, el
desempeño de estos instrumentos se mide tanto por su
impacto efectivo sobre el fenómeno que se desea controlar
(eficacia) como por los costos y beneficios relativos asociados a
su uso (eficiencia o costo-efectividad).
Conclusiones
Los
mecanismos de control y comando (CC), consisten en un conjunto de
reglamentaciones que rigen directamente la conducta de los
agentes económicos (productores y consumidores), en
relación con sus acciones con efectos ambientales. Por lo
general, establecen estándares o niveles permisibles de
emisión, autorizaciones específicas (permisos /
licencias) o prohibiciones temporales y/o de uso de áreas,
recursos, tecnologías y otros; y se aplican en forma
común o diferenciadas, según la fuente del efecto
(emisor difuso o puntual). Su aceptación es obligatoria y
su no cumplimiento es sancionado.Los mecanismos de incentivos
económicos (IE), consisten en medidas que tienen por
objeto inducir a los agentes productivos a asumir conductas
apropiadas en el uso de los recursos naturales y ambientales. Las
decisiones respecto de los niveles de emisión o
alteración de los recursos naturales, se dejan en las
manos de los agentes productivos, los cuales, guiados por sus
funciones y objetivos (v.g. minimización de costos o
maximización de utilidades) toman sus decisiones frente a
opciones alternativas. En general, estas medidas están
basadas en el principio de "lograr los precios adecuados" y de
asegurar que los derechos de propiedad están claramente
definidos, seguros y transables. Intentan en cierta forma,
"internalizar" los efectos ambientales en las decisiones de los
agentes.
Las
medidas directas de gobierno apuntan a proveer un marco
institucional para los agentes económicos, tendiente a
lograr en ellos un cambio en percepciones, valores o prioridades.
La tendencia en América Latina, con relación a los
aspectos ambientales de la zona costera, ha sido de priorizar el
uso de mecanismos de comando y control estableciendo
estándares que, generalmente, son copiados de aquellos
establecidos por países desarrollados y, por tanto, no
realistas para las condiciones medias de la región.
Ciertamente, esta práctica ha mostrado sus claras
ineficiencias. Las falencias de estos procedimientos radican,
entre otros: en la falta de medios apropiados para el efectivo
control y vigilancia en las zonas costeras; en la falta de
voluntad política para la implementación de las
regulaciones; la actitud evasiva ("resquicios legales") o
fraudulenta de algunas unidades productivas; la corrupción
de los funcionarios encargados de la vigilancia en algunos
países; y, por último, la falta de
información o registros de los procesos de
contaminación, sus emisores y efectos.
Como
consecuencia, en América Latina se sigue sufriendo los
nefastos impactos de procesos productivos y comportamientos
inadecuados en el uso y explotación sostenible de los
recursos naturales y ambientales de zona costera.La experiencia
de los últimos años en países
industrializados, muestra que los mecanismos de incentivos
económicos (o incentivos de mercado) parecen ofrecer una
alternativa mucho más efectiva que los de comando y
control, tanto desde el punto de vista de eficacia como de
eficiencia (o costo-efectividad), para los países en
desarrollo.
Referencias
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Editorial Temis. Bogotá.16. Vera Jurado, D. J. 1994. "La
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Madrid.
Autor:
Maribel Hernández
Fernández
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