- Justificación
- El
Virreinato - La
educación en la colonia - Juan
de Espinoza y Medrano - Conclusión
- Bibliografía
consultada
Introducción
"El florecimiento de las literaturas nacionales, coincide, en
la historia de
occidente, con la afirmación de la idea política
nacional"[1]
Bajo este contexto social, en un periodo de batallas y
conquistas sociales e ideológicas, el arte literario
gana campo a medida que se va estableciendo el sistema colonial
en el Perú. Es en estas circunstancias que "El Lunarejo"
es el prosista y orador más destacado que nos diera las
letras hispanoamericanas.
En efecto, Juan de Espinosa Medrano fue un prosista seguidor
del barroco y de
su espectáculo pomposo.
El lunarejo suele ser más admirado que leído. En
nuestros tiempos su fama se deba más a estudiosos y
biógrafos que a la lectura de
sus obras. Resulta irritante que los mismos profesores peruanos
de literatura
desconozcan por completo sus obras.
Como pocos de su época, fue gongorino elegante,
ilustrador de imágenes,
a nuestro modo de entender el Góngora peruano que se
acercó al conceptismo lírico.
No escapó de la influencia de España, de
ese siglo que estuvo bajo el encantamiento del arte gongoriano y
que por supremacía implantó en un ambiente donde
causó admiración.
Estudioso y esforzada pluma, constituye conjuntamente con
Amarilis y Caviedes, las personas que después de Gracilazo
de la Vega, merecen mencionarse en medio del vasto y medio
crisado panorama de nuestra literatura colonial.
Por ello, el presente trabajo de
investigación está orientado a
brindar una síntesis
de uno de los autores más prolíficos y destacados
del inicio del periodo colonial en el Perú pero al que no
se le ha brindado el análisis e importancia debido por parte de
historiadores y analistas literarios. Este olvido trae consigo el
desconocimiento general de las personas que están a cargo
la exposición y enseñanza de las letras en nuestro
país.
Justificación
Se pueden mencionar unas cuantas razones las que motivaron por
las que el presente trabajo ha salido a la palestra. Uno de
ellas, el afán de buscar nuevos conocimientos en base al
campo de la cultura. Otro
es la presión a
las que nos vemos sometidos los estudiantes para poder
sobrellevar con aplomo los estudios universitarios y así
cumplir con nuestro objetivo
primordial.
OBJETIVOS.
OBJETIVO PRINCIPAL.
Valorar la producción literaria de Juan Espinosa
Medrano dentro del contexto cultural y social de la literatura
peruana e hispanoamericana.
OBJETIVOS SECUNDARIOS.
Analizar el complejo contexto que vivió el
Perú durante la Etapa Colonial como parte del
desarrollo histórico.Sintetizar la información relevante respecto
al mundo literario como parte de la cultura colonial
peruana.Enfocar desde un punto de vista descriptivo e
informativo sobre la vida y obra de Juan Espinosa y Medrano,
El Lunarejo.
El
Virreinato
Se conoce como virreinato del Perú al período en
el que los españoles inician la dominan el Perú,
desde que, acaudillados por Francisco Pizarro capturan al inca
Atahualpa el 16 de noviembre de 1532 en la ciudad de Cajamarca.
La extensión que cubría toda Sudamérica, con
la excepción de Caracas (perteneciente a Nueva
España, México) y
la mitad de lo que hoy es Brasil
(perteneciente a Portugal).
Además, cabe señalar, que el virreinato de Nueva
Granada (Colombia,
Venezuela,
Ecuador) se
instaló en 1740, y el virreinato del Río de la
Plata (Argentina, Paraguay,
Uruguay y
parte de Bolivia) lo
fue en 1776. En suma, se podría decir que el virreinato de
Nueva Granada duró 70 años, el del Río de la
Plata, 33 años y el del Perú, 300 años. Ese
inmenso Perú permaneció hasta inicios del siglo
XVIII, en donde poco a poco empezó a desmembrarse con la
creación de los virreinatos de Nueva Granada y Río
de la Plata.
Contexto histórico social.
En los inicios de la Colonia se vieron diversos movimientos
bélicos debido a las guerras
internas entre los primeros conquistadores y por la resistencia que
evidenciaron los incas a la
llegada del poder español. A
pesar de ello, aproximadamente a fines del s. XVI, durante el
gobierno del
Virrey Toledo, la estructuración del virreinato
había llegado a su punto culminante.
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