- Amor
verdadero vs autoestima-perfeccionismo - Amor
personal y psicoterapia - La
paradoja del poder del psicoterapeuta - La
derrota del psicoterapeuta y del paciente - Proceso
terapéutico de la terapia de la
imperfección - Encuentro
humano - La
actitud del terapeuta - Marco
clínico referencial - Herramientas
terapéuticas - Postulados
terapéuticos
Desde el perfeccionismo, la psicoterapia
podría ser sólo una forma más de
enfermar.
Muchas veces me han preguntado ¿cómo le haces
para no deprimirte escuchando y "resolviendo" los problemas de
tantas personas?
– "Eres un ángel en mi vida, no sé
qué hubiera hecho sin ti".
Ante esta situación los psicoterapeutas tenemos dos
opciones: desde la perspectiva perfeccionista creer consciente o
inconscientemente que es real, que tenemos poder sobre
los demás y su vida, después de todo a quién
no le gusta recibir una caricia al ego, sobre todo cuando en eso
tenemos puesta nuestra valía personal y
profesional y no en el sí mismo. Desde la perspectiva de
la imperfección sabemos que es imposible, que la
ilusión de poder sobre el otro es sólo eso, una
ilusión. Que incluso el poder sobre nosotros mismos
está coloreado de espejismo.
La ilusión
de poder sobre el otro
Sin embargo desde la perspectiva perfeccionista muchas
personas otorgan al psicoterapeuta un poder que desde
luego no tiene, poder que implica expectativas idealistas.
Pero desde esta misma perspectiva muchos psicoterapeutas
también se adjudican y demandan a sí mismos y a sus
pacientes capacidades ilimitadas con sus correspondientes
expectativas que lo alejan de su realidad humana. Por desgracia
he visto como algunos queridos y muy buenos terapeutas han
sucumbido ante esta trampa de la perspectiva perfeccionista. Como
decía Dilthey "si ves al hombre como
está siendo terminará siendo peor, pero si lo ves
como puede llegar a ser siendo él mismo, se
encaminará a ello". Así que si rechazo la
humanidad propia y del otro ¿qué modelo le
puedo proponer?
Yo me pregunto ¿Desde esta perspectiva
perfeccionista, puede la psicoterapia ser un proceso de
crecimiento que facilite al otro ser quien verdaderamente es?
Y si la persona no "es",
¿podrá amarse verdadera y profundamente? Desde
luego me refiero a lo verdadera y profundo que puede ser el amor
humano.
Esto es algo que me preocupa y ocupa enormemente por lo que me
parece indispensable clarificar conceptos como: ser
humano, amor personal,
crecimiento, autoestima,
perspectivas de infalibilidad y falibilidad, indigencia,
soberbia, humildad. Porque sinceramente creo que desde el
perfeccionismo, la psicoterapia podría ser sólo una
forma más de enfermar.
Amor verdadero vs
autoestima-perfeccionismo
A lo largo de casi veintinueve años de práctica
psicoterapéutica he podido concluir que el fondo de la
problemática de y en cada persona es la falta de amor y su
necesidad de sentirse amada por si misma, por los otros y por un
Ser Superior; así como de vivir su capacidad de amar y
autotrascender. Debajo de cada uno de los comportamientos humanos
existen dos grandes motivos: el amor y el miedo. Y evidentemente
el miedo neurótico a no ser o no sentirse amado; la idea
consciente o inconsciente de no ser digno de ser amado, de no
merecer amor y por ello, la búsqueda desesperada del amor
de otros o "autoestima externa", especialmente a través de
la ilusión de controlar la vida y a los otros, es el
motor de la mayor
parte de patrones de comportamientos autodestructivos y por ello
de múltiples problemas psicoafectivos como la
codependencia, las adicciones,
trastornos de angustia, etc.
La perspectiva perfeccionista o "ansia de perfección"
hace imposible el amor personal porque ya de inicio el precio para
ser valiosos y dignos de ser amados es ser lo que no somos, ser
"perfectos"
Así que la reconciliación con nuestra realidad
humana errática, falible, finita, carente y limitada, es
la única posibilidad de amor personal profundo, y este
amor es la mayor "medicina" o
psicoterapia para la recuperación personal y la
solución de los problemas, disfunciones, trastornos de
la
personalidad, la mayoría de las patologías
más severas y de los problemas que aquejan a la
humanidad.
Seguramente extrañará la propuesta
del subtítulo que asocia la autoestima con el
perfeccionismo, y se debe a una inquietud personal que
trataré de explicar:
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