El efecto se puede obtener de forma natural
o artificial, es decir, existe la opción de escoger
sonidos directamente del medio real, mediante la grabación
de los sonidos, por ejemplo, de los pájaros, del ruido del
tráfico, etcétera.
O bien, a través de la
creación del hombre,
ayudándose a veces, con equipos técnicos. Por
ejemplo, podemos reproducir el sonido del fuego,
sencillamente arrugando un papel de celofán. (Proceder tan
viejo como la radio) El
efecto es reconocido por el perceptor en la medida que
está asociado a una realidad, a un objeto, a un
fenómeno meteorológico, etcétera. Cada
barrio tiene su sonido y hay objetos que jamás se le
conoce efecto ¿alguien sabe como suena la luna? Sin
embargo si UD escucha el aullido de un lobo con efectos de
grillos en la noche, inmediatamente piensa en la luna llena. Un
código
preestablecido a través de generaciones.
Por otro lado, los efectos sonoros se
corresponden con una serie de funciones
según su intencionalidad. Se distinguen las
siguientes funciones: descriptiva-ambiental,
descriptiva-expresiva y narrativa.
La primera, contribuye a la
compresión de la situación, ayuda por tanto, a
percibir el entorno donde se desarrolla el mensaje. Por
ejemplo, si hablamos del campo, el trinar de los pájaros,
del sinsonte nos aporta un matiz más que nos sitúa
en ese ambiente en
que se contextualiza el contenido.
La función
descriptiva-expresiva, enfatiza el lenguaje
radiofónico, es decir dota de mayor expresividad el
mensaje acentuando su valor, pero no
constituye un matiz imprescindible para la comprensión de
éste. Por ejemplo, en el contexto de una
situación tensa o de discusión, se puede apoyar
esta sensación con el sonido de un trueno.
La tercera función, la narrativa, se
corresponde a aquellos efectos sonoros que por sí solos se
identifican con una situación sin lugar a equívoco
y, sin necesidad de otro componente adicional. Por ejemplo,
el ruido que produce un motor de coche al
encenderse, sólo nos invita a pensar en esa acción.
El efecto fade-out, es frecuentemente
utilizado en el medio de la radio, consiste
en la desaparición progresiva del sonido. Por
ejemplo, el cesar paulatino de la lluvia, hace entender al oyente
que la lluvia ha terminado.
Los componentes del lenguaje
radiofónico, o, dicho de otro modo, las materias primas
con las que trabaja la radio son cuatro: la voz (o el lenguaje de
los humanos), la música (o el lenguaje
de las sensaciones), los efectos sonoros (o el lenguaje de las
cosas) y el silencio. Como es lógico, el uso que se hace
de estas materias varía en función del tipo de
programa y,
así, mientras que en un informativo predominan las
voces de
aquellos reporteros y locutores que relatan las noticias, en
una discoteca o en una revista
musical es precisamente la música la que tiene un papel
protagonista.El principal denominador común de los
componentes del lenguaje radiofónico es, ante todo, su
ilimitada riqueza expresiva y su gran poder de
sugestión. Utilizando sólo la voz, o sólo la
música, o la voz y la música, o la voz y el
silencio, o todas las materias primas a la vez, podemos lograr
que el oyente se alegre o se ponga triste, que visualice en su
mente un paisaje, que recree un movimiento,
que sienta miedo, que se entretenga o que se aburra… Porque, en
el universo
radiofónico, todo es posible.
EL profesor
Armand Balsebre, catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la
Universidad
Autónoma de Barcelona, aporta muchísimo sobre estos
temas en el libro que,
precisamente, lleva por título "El lenguaje
radiofónico" el autor habla de conjuntos de
formas sonoras y no-sonoras representadas por los sistemas
expresivos de la palabra, la música, los efectos sonoros y
el silencio, cuya significación viene determinada por el
conjunto de los recursos
técnico-expresivos de la reproducción sonora y el conjunto de los
factores que caracterizan el proceso de
percepción sonora e imaginativo-visual de
los radioyentes (1)
El discurso
radiofónico y su lenguaje formado con sonidos, voces,
entonaciones, silencios, músicas, etc., así como
las mezclas
posibles se caracterizan, a diferencia de los signos
lingüísticos, en su naturaleza
analógica puesto que es más difícil
determinar las lejanías entre el signo y su significado si
reparamos, por ejemplo, en los sonidos de una ambulancia o del
auricular telefónico. Estos signos tienen un gran parecido
con la realidad.
Aunque existen referencias sonoras
universales, cada país acumula las suyas, de ahí
que en las programaciones que son para audiencias
multiétnicas el producto de
audio que se emite debe localizar una media o de lo contrario, lo
que puede parecer o ser un signo para una región ya
preestablecido para otra no existe.
Los fabricantes de sonidos para la
radio deben acumular una memoria auditiva
y a la vez investigar mucho, la audiencia, su mercado, porque
los gustos varían de acuerdo a sus culturas.
En la radio, como en la pequeña
pantalla televisiva no es una recreación
fría y lejana, como en los periódicos impresos,
sino que, se ven y se sienten personas de carne y hueso que
cantan, hablan, se equivocan, están ahí, dicen que
están ahí y que nosotros estamos en contacto con
ellos, creyéndoles en toda la realidad que nos da el habla
directa y viva.
Creerles, en este caso, depende
simplemente de su capacidad de mostrarse de manera emotiva y
auténtica; calurosa y personal.
¿Cuánta necesidad tienen, entonces, los formatos
radiofónicos de diferenciarse y ganar "independencia"
respecto de hechos y opiniones como la prensa escrita
para ser creíbles? ¿Es posible conseguir los mismos
niveles de credibilidad que los de la prensa sin recurrir a los
prototipos periodísticos?
El oyente prefiere la anécdota,
frente a la noticia. La narración de los hechos donde el
tiempo y el
poder de síntesis
deben animar cada día los nuevos signos que se impongan en
la radio moderna. Ojo hay cortos espacios que parecen horas y
horas que son minutos y dejan el oyente tan conectados que dicen
al final ""se acabó muy pronto"".
La radio de éste siglo 21 bien
pudiera convertirse en más anuncios y promociones de bien
publico y menos comerciales que atiborren el éter de
etiquetas brillantes multicolores en busca de vender
lo más inverosímil. Mientras el escucha espera y no
encuentra la historia que quiere
oír, no solo para informarse sino para entretenerse y
aprender, nosotros hombres y mujeres de radio debemos ser
más críticos y más hacedores de arte cada
día con una amplia base teórica que alimente una
señal más acabada cuando la amenaza de otros
medios y
tecnologías es evidente. Hay que sembrar ya una nueva
radio.
La radio un
fenómeno comunicacional
Desde finales del siglo XX el concepto
comunicar asumió dimensiones diversas para los medios y de
manera particular en las personas que reciben los productos
originados en los periódicos, la
televisión y la radio. Si la
comunicación es un vocablo del latín
"comunicare" y su significado es hacer a otro
partícipe de lo que uno tiene, no hay dudas que estamos
ante la acción más trascendente del ser humano.
Lamento que la comunicación no sea considerada una
ciencia.
Para hacer efectivo el acto de comunicar la
profesión periodística utiliza diversos
géneros como puente de herramientas
útiles para sostener o transformar los
contenidos de las fuentes
noticiosas, en un proceso de comunicación con la
intervención de varios elementos: emisor o fuente, el
mensaje, el medio y el destino o perceptor.
Un producto comunicacional se
transforma de acuerdo donde se utilice. En el caso de
la radio, como medio sonoro el poder de síntesis lo
patentiza, por su inmediatez, lo caracteriza, de
ahí la reiteración indispensable.
El hecho que la radio no posea
imagen no es
una desventaja frente a la TV, porque si la tuviera tampoco
sería radio. Al disponer de recursos sonoros
se convierte en una virtud que desarrolla la
imaginación.
El único medio que puede comunicar
hasta de espalda, a ciegas, es la radio; permite al oyente
cualquier posición mientras realiza otras labores
y escucha. Los sucesos que desprende el aparato
receptor establecen un juego de
imágenes producidas por las palabras, los
efectos, la música y el silencio.
Para que exista coherencia en el acto
comunicacional de la radio se impone como en la propia prensa
plana un dominio de la
escritura
periodística, con mensajes claros y reiterados las
veces que sea posible en el cuerpo del texto, porque
la sintonía no es permanente, en ocasiones se llega a la
radio en medio de la lectura
noticiosa.
El papel de la radio en la era moderna de
Internet es
vital porque mientras los sitios WEB trabajan con
imágenes fijas y en movimiento, el sonido verbal y
efectos sonoros de una emisora acompaña como valor
agregado al internauta. La radio es un complemento eficaz para la
red de redes, bien usada es
incalculable su efecto en el acto de comunicación
individual. Mientras hoy la radio se aleja cada día
más de la TV se acerca a la Internet
vertiginosamente, en una fusión
de intercambio de sabias comunicativas, en una palabra: se
retroalimentan.
El periodismo
radial es un fenómeno de comunicación por
excelencia con la inmediatez indiscutible que lo
caracteriza en contacto diariamente con diversas
audiencias. Si las Relaciones
Públicas son un esfuerzo deliberado, planificado y
continuado de establecer y mantener un entendimiento mutuo entre
una organización y su público, con esta
máxima, la radio es un ejemplo.
A través de este medio sonoro
surgido a principios del
pasado siglo los expertos en comunicación pueden analizar
tendencias sociales y formular consecuencias. No hay dudas para
los sociólogos cercanos al medio radiofónico que
éste constituye, un puente para evaluar las actitudes
públicas, sus gustos, con el ánimo de identificar
las políticas
y procedimientos
adecuados con el fin de estimular las audiencias perdidas en los
últimos años por el impacto de las nuevas
tecnologías.
Utilizar más las Relaciones
Públicas en la radio, en aras de provocar un cambio y
propiciar nuevas actitudes entre los individuos desde la defensa
del carácter de una nación,
pasando por el cuidado del entorno hasta los detalles
domésticos del hogar para hacer más llevadera
la familia y
tener una salud optima
con el objetivo de
elevar la calidad de
vida, es imprescindible en el mundo de hoy.
Los que consideran las relaciones
públicas un medio para vender más y penetrar los
mercados en el
orden financiero poseen un criterio reduccionista,
además de esa condición en la radio, mediante la
publicidad, un emisor comunica a muchas personas un determinado
mensaje, para ejercer influencia sobre sus decisiones de consumo o
sobre sus actitudes hacia un tema o una circunstancia
específica.
Un adecuado plan de comunicación
social en una emisora de radio persuade, alienta y
muestra el
camino a grupos e
individuos en la comunidad. Se
debe usar cada día más el intercambio individual,
intimo entre el comunicador desde la radio con el oyente que
capta el mensaje en su radiorreceptor.
Radio, periodismo y
relaciones públicas
El periodista es un profesional
ligado constantemente a diversos públicos, el ir y venir a
las fuentes noticiosas constituye el modo de realizar su labor en
contacto con los protagonistas de la noticia. Al ser
redactor-reportero de la radio y trabajar para
programas que
generan contenidos diversos, estamos en presencia de
productos comunicacionales fruto de las relaciones
publicas.
Si en el proceso de formación de
periodistas incorporamos las relaciones públicas como
asignatura de seguro el
éxito
de la profesión será superior. En los primeros
años del siglo pasado, Joseph Pulitzer, célebre
industrial en el campo de la información norteamericana se
interesó porque el periodismo se desarrollara como
una disciplina
superior.
El ejercicio profesional del periodista
debe asumirse como una carrera por la vida, una labor
eminentemente humanista, de aportes incuestionables al
mejoramiento humano, para lograrlo se impone la calidad del ser
que realiza el cultivo de valores con la
palabra y la pluma.
Las relaciones publicas en la radio cubana
ostentan desde hace más de tres lustros una estrategia bien
definida con un pensamiento
practico entre los medios emisores y las fuentes que generan
contenidos que van más allá de la noticia. El
vínculo con el entorno no es un acto fortuito u ocasional,
en todo caso lo acompaña la intencionalidad con la
aplicación de técnicas
atractivas en el mundo de las relaciones
interpersonales de diferentes grupos para lograr resultados
en las búsquedas, aunque para encontrar hay que
llevar.
El profesional de la palabra en la radio
debe llevar elegancia en su expresión corporal y
espiritual acompañada de conocimientos que le permita el
dialogo con un
ministro, un obrero, una anciana o un niño. El periodista
tiene "bandera blanca" para contactar con cualquier miembro de la
comunidad, su misión es
superior a la de un simple informador, por tanto necesita un
dominio perfecto de la lengua.
Cuando no hay conocimientos de las
relaciones públicas en el acto de búsqueda de
contenidos se corre el riesgo de un
resultado parcial en ocasiones arbitrario: da al traste con la
calidad de las emisiones.
Las Relaciones públicas en la
radio y en otros medios deben ser igual a: acercamiento a nuevos
y variados contenidos, enriquecimiento de las relaciones
humanas, reforzar los códigos de una
organización institucional capaz de proyectar su imagen en
la comunidad y hacia el extranjero. No podemos olvidar que la
revolución
en las nuevas tecnologías hace que una emisora bien
pequeña, ubicada en intricados parajes cuente con una
página en Internet y sus mensajes sean vistos en cualquier
parte del orbe.
La labor de comunicación de un
periodista en la radio es apasionante, su formación y
preparación desde la universidad y dentro de los propios
medios debe reunir algunos requisitos esenciales plateados por
José Villaseñor García, fundador de la
carrera de ciencias y
técnicas de la información en la Universidad
Iberoamericana (Fernández Christlieb, 1997: 94)
escribió acerca del perfil del egresado de la
licenciatura en comunicación: "Su misión es
comunicar el rico saber acumulado en su mensaje mediante
técnicas de difusión, relaciones públicas,
publicidad, radio, televisión, cine y
periodismo. Controlar esos tremebundos poderes que moldean, como
dócil arcilla al hombre contemporáneo".
(2)
Si ser periodistas entraña
sabiduría, humildad, capacidad para meditar y al propio
tiempo mente ágil, debe sumársele las condiciones
para presentarse ante la sociedad,
requisitos que constituyen patrimonios de las relaciones publicas
al propiciar mayor productividad en
la generación de contenidos y estrechar los
vínculos de la prensa con las instituciones.
Radio: ideas y
pensamientos
La radio es el medio por excelencia para
trasmitir ideas, es un escenario de pensamientos rodantes a
través del éter, una pista interminable que lleva
las palabras y el sonido de un punto a otro al instante sin
límites
de espacio. El italiano Guillermo Marconi (tan distante en el
tiempo con su descubrimiento no imaginó que aquellas
ondas
contribuirían a la
globalización de la humanidad; la onda corta primero,
antes que los satélites,
contribuyó al acercamiento de los pueblos a través
de los diexistas mas adelante La AM, FM y desde finales del siglo
XX el arrollador medio que ofrecen las sendas virtuales del
INTERNET.
La globalización es fruto de la
comunicación y NO de la economía como algunos pretenden signar a
este fenómeno. La radio sin dudas ha contribuido al
vínculo entre las culturas, a crear un carácter
nacional, continental y mundial de acuerdo al alcance de las
señales
y la recepción de estas. Sobre este particular he
manifestado en algunos foros que las radios se parecen a sus
pueblos, pero antes, debemos pensar que si los frutos
comunicionales que se emiten a través de las antenas son el
resultado del intelecto individual, entonces esa obra a
quien se parece primero, es al hombre o a la mujer que la
realiza.
Son los sentimientos que transitan por las
ondas hertzianas los que ponen la etiqueta del
carácter de la comunidad. Virtudes y vicios son reflejados
intencionalmente. Antonio Checa, de la Universidad de Sevilla,
España
escribió unas reflexiones sobre la radio de hoy y su
salud, muy atinados, al asegurar que este medio asumió
tres revoluciones sucesivas: la popularización de la FM,
que favoreció un extraordinario desarrollo de
la radio de proximidad y especializada, aún no concluido,
luego llegó Internet, la radio electrónica, que devolvió al medio
la internacionalidad que le diera en su día la onda corta,
y cuyo desarrollo está actualmente en plena fase
expansiva; de inmediato, al terminar el siglo pasado, llegaba la
tercera revolución, la de la radio digital, aún en
sus primeras fases. Se inicia incluso otra revolución, la
escucha de la radio vía teléfono móvil (4)
Todos estos profundos cambios
favorecen el acercamiento de la radio, a las minorías de
todo tipo, hasta el punto de que hoy esa radio es mucho
más compañera, confidente o cordón umbilical
que ningún otro medio, y el concepto de minoría,
gracias a la radio, no se reduce al de grupo
étnico o religioso que ocupa un territorio reducido, sino
que incluye minorías internacionales que se vinculan
gracias a la radio en la red de redes, incluso se reconocen como
tales minorías vía medio
radiofónico.
La radio llega a ser muy barata, en
comparación sobre todo con la prensa escrita o la televisión, tecnológicamente
asequible, capaz de superar fronteras y distancias largas,
intensamente renovada vía Internet, abierta al futuro de
la digitalización, la radio de nuestros días es
vehículo siempre relevante, primordial en muchos casos,
para todo tipo de minorías, lo mismo en países
desarrollados que a lo largo y ancho del heterogéneo
Tercer Mundo, incluso del olvidado Cuarto Mundo.
No es lo mismo la emisora con
música o contenidos informativos muy concretos que se
sintoniza desde un auto, que la pequeña emisora, que lo es
todo para una aislada comunidad. En el barrio la radio hace de
altoparlante. La radio orientada a las minorías se hace
necesaria, en muchos casos imprescindible.
La Radio es el más íntimo de
los medios, y llega a ser muchas veces más que la
propia vivencia del ser humano, porque su pantalla es la
imaginación del individuo.
Albert Eistein dijo alguna vez que: ""el don de la
fantasía significaba para él más que su
capacidad para asimilar el
conocimiento"".
Cuba como Colombia,
México,
Venezuela,
Brasil,
Argentina, Perú y otros
países de América
son muy ricos en ejemplos que validan con lujo de detalles
la buena trayectoria en la eficacia de la
radio.
La radio tiene cerca de cien años-
para muchos esta vieja de edad- es cierto, pero en desarrollo y
evolución técnica cada
día es mas joven, parece que nació ayer.
Ejemplos sobran en América.
En el caso de Cuba, el
oyente es extremadamente exigente, muy preparado en el
orden educacional y nivel cultural. La radio tendrá las
características de siempre: su flexibilidad y
adaptación frente a las diferentes circunstancias que se
generen y su inmediatez. Debemos reconocer que la radio tiene un
lenguaje que codifica la expresión sonora con todos los
recursos posibles, integrado en un mismo mensaje lo
semántico y lo estético. Esta integración semántica y estética es esencial para comprender la
dimensión artística de la creación
radiofónica.
La radio por inventar
No todo esta inventado. La radio -no es una
excepción- nacida en el siglo XX
transita por trechos de creación y
transformaciones innovadoras, con el objetivo de
enfrentar el desarrollo vertiginoso de las comunicaciones. Y más que la tecnología, el oyente
del siglo 21 posee mayor conocimiento,
exigencia, tiene además una diversidad de opciones
lúdicas y comunicativas sorprendentes.
Los nuevos años que vivimos, los que
están por venir constituirán un renacer del medio
radial, el soporte digital, la Internet y la explosión del
mensaje virtual pueden convertirse en aburridos esquemas.
La radio que otrora cabía en un bolsillo y se daba
el lujo de ser la reina, se encuentra ahora con otros
medios en el trono de la comunicación, que exigen del
factor competitividad, no para expender banalidades
y productos del mercado, sino para ""venderse"" a si misma
y más que comercializarse ofrecer un producto de
ideas, pensamientos nuevos y atractivos. ¿Dónde
esta la clave? En el como hacer.
Nadie discute que el poder de los medios de
comunicación para trasmitir ideas, valores y formas de
pensar es enorme. La radio esta llamada a monitorear y ""tallar""
como un artesano la conducta social
de los individuos y que ese propio perceptor vaya a la radio como
emisor a contar sus experiencias enriquecedoras. La respuesta
siempre ronda los contenidos traducidos en QUE se dice,
COMO se dice, CUANDO se dice, QUIEN lo dice y CUANTO se dice.
Mientras en la Internet no existen trabas para decir las mayores
tonterías la radio siempre se ha vestido de la elegancia
del buen decir así lo confirma la Monografía
Mutaciones, desfiguraciones o adaptabilidad del idioma español en
la red de redes.
El medio radial cuenta con programaciones
variadas divididas en espacios de música, revistas,
noticieros y otros programas que generalmente responden a la
audiencia del entorno, pero debemos preguntarnos
¿cuál es la estrategia comunicacional de una
emisora local o de otra de mayor alcance?
En el mundo de hoy, toda
organización u empresa,
cualquiera que sea su misión, establece su
funcionamiento sobre una estrategia. Si queremos éxito en
la gestión
radial en la planificación, organización de los
recursos
humanos, de los contenidos que se emiten y deseamos poner en
antena, se necesita de un plan
estratégico comunicacional desde el entorno hacia el
centro emisor y desde allí al oyente.
La estrategia es el objetivo que se propone
la actividad que realiza la dirección de la empresa,
encaminado a que su organización funcione de manera
eficiente, y la mejor manera de que esto ocurra es que los
conflictos en
una emisora se asuman como la energía de choque para
extirpar esquemas y dogmas que pululan lamentablemente en el
entorno creativo.
Los directivos de las emisoras
planificaran su estrategia en función de los
objetivos que
persiga, par lo que debe definirse claramente lo que quiere
conseguir, la forma de asumir los planes temáticos fijados
y un posterior sistema de
control.
En el contexto comunicacional se le
denomina Formulación e Implantación de la
estrategia, los cuales no se quedan sólo en el estudio
previo porque esa estrategia comunicacional para que surta efecto
debe ser dominada por toda la empleomanía o colectivo de
trabajo, ya
que hasta la mas humilde de las funciones en un centro radial se
subordina a los programas, la razón de ser del medio que
representa.
Si para la guerra, el
deporte o las
cosechas se trazan estrategias la
radio no es una excepción y muchos menos hoy día en
que vivimos un mundo tan agitado y extraño. Dotar de
conocimientos teóricos y prácticos a funcionarios,
gerentes y creativos del medio es la clave para comenzar a
darnos cuenta que en la radio no esta todo inventado.
El equipo de expertos que diseña una
estrategia para una empresa de
productos comunicacional es como es la radio debe saber responder
claramente las preguntas: ¿qué
objetivos perseguimos? Y ¿qué acciones hemos
de desarrollar para el logro de tales fines? El fin de una
emisora es que sus programas se escuchen.
En el campo de la Dirección
Estratégica se consideran varias condiciones claves
para el logro del éxito de la estrategia: Objetivos
sencillos, coherentes y a largo plazo. Los objetivos marcados han
de tener estas características, entendiendo la coherencia
como las posibilidades reales de la empresa para conseguirlos. El
hecho de que sean a largo plazo lo relacionamos con la
difícil vuelta atrás que tienen las decisiones
estratégicas que se toman.
Para hacer una estrategia para la radio es
vital el conocimiento profundo del entorno competitivo. La
empresa debe conocer las reglas del juego a la perfección,
lo que le facilitará ventajas competitivas en caso de ser
dinámica y saber mover a tiempo sus
piezas.
Valoración objetiva de los recursos.
La empresa, persona u
organización cualquiera que aplique estos principios, debe
considerar la autocrítica para competir. Ella misma es
quien mejor se conoce. Una vez que conoce sus fortalezas y
debilidades, tratará de cubrir estas para ensalzar las
primeras.
Finalmente la implantación efectiva.
Una vez que hemos formulado la estrategia con los anteriores
conceptos, toca implantarla con éxito para competir en un
entorno tan dinámico como el habitual.
Edgar Jaramillo asegura en su libro
"Desafíos de la radio en el nuevo milenio" (5), que no
solo vivimos un cambio de época, sino una época de
cambios. Muy de acuerdo con él porque efectivamente,
existe una aparente contradicción en el triángulo
perverso en el que se entrelazan la globalización, la
tecnología y las comunicaciones.
La globalización del mercado
mundial exige alta eficiencia en las
telecomunicaciones para establecer redes y
supercarreteras por donde circulan la información y la
publicidad.
No podemos olvidar que la radio
es un medio tecnológico dependiente de la sociedad. La
difusión de los contenidos regula la conducta
del mercado de audiencia, la distribución oportuna o NO de
mensajes públicos son capaces de detener o crear estados
de opinión favorables o negativos de acuerdo al punto de
vista de los creativos o grupos comunicacionales.
La radio no actúa sobre grupos
o familias como el Cine y la TV, su fortaleza radica en el
diálogo con el individuo, es decir
desde de una posición de interlocutor (ego) determina
sobre la conducta del otro (alter). Aquí se cumple la
teoría
de sobre la ética del
discurso del filosofo alemán Jurgen Habermas, quien
explica que un ego opera a través de un control potencial
sobre la situación en que alter se halla y tiene que
actuar.
Si la regulación es el ajuste en el
funcionamiento de un sistema como consecuencia de la
interactividad, no queda duda que la radio se constituye en un
centro de absorbencia de energía exterior elaborada
internamente por los creativos de la comunicación. En este
punto se transforma el contenido, recibe un proceso de
purificación, se empaqueta y vuelve al entorno de donde
salió como un producto artístico de
sugerencia estética nueva.
La radio comunitaria por esencia es
educativa al establecer formas dinámicas de
apropiación de conocimientos por parte de los oyentes al
escuchar mensajes instructivos o la participación de
profesores de los propios centros educativos y colectivos
cercanos al medio. Una adecuada
expresión radial constituye una gran aliada
del aprendizaje
popular convirtiéndose en fuente de conocimiento y de
investigación para las masas. Bajo esta
premisa encontramos la acción reguladora de la radio en la
sociedad.
Las voces de la radio son capaces de
ofrecer a su auditorio simpatías, interés y
atención. La credibilidad es fruto de la
postura sincera de la palabra nacida en el pensamiento que
penetra dentro de la piel auditiva
y se hace sabia al repartirse en las acciones posteriores de un
perceptor ávido de conocimientos.
La radio confronta las ideas, las filtra a
través del imaginario pensar del público. Cuando
una emisora de la comunidad es capaz de ofrecer y cumplir de
manera fiel la función informativa con una
coherencia en los contenidos donde no medie lo superfluo se
obtiene coherencia, acción reguladora elemental en
el medio radiofónico.
El oyente tiene derecho a recibir una
información veraz, imparcial, a tiempo y
completa; el escucha tiene el derecho además a que
esa información no afecte los principios éticos del
periodismo y del medio que pone en antena una señal para
ser escuchada con calidad.
Una de las debilidades que tiene la
radio hoy, es la falta de preparación y
superación sistemática en la
utilización de los recursos del medio y de nuevas
técnicas periodísticas. La calidad de la
información es uno de los requerimientos para la
realizaron periodística en el mundo de la prensa moderna
donde cada día lo sensacional invade el éter
mientras la objetividad fenece en las redacciones.
Redescubrir la radio no es una quimera. En
la actualidad los géneros periodísticos son
patrimonio de
los espacios noticiosos mientras otros segmentos de la programación carecen de reportajes, radio
documental, comentarios o artículos. Padecemos el
dogma de la noticia al amanecer, NO pensamos en oportunidades,
que al medio día o a media tarde, deben repetirse o
darse nuevas informaciones.
Por otra parte hay que desterrar de la
radio el síndrome del ""lunes silencioso"" síntoma
mundial en todos los medios, se descansa tanto, o mejor,
apenas se trabaja, el domingo, el propio oyente se pregunta
¿No pasó nada el fin de semana?, si pasó,
pero el periodista no estuvo en el lugar de los hechos. Los
hechos que ocurren los sábados y domingos constituyen
viejos titulares para los martes. La radio debe ser cada
día más inmediata y tocar la medula de los problemas de
la comunidad con argumentos creíbles.
Algunos teóricos del medio hablan de
desafíos para el actual siglo veintiuno entre ellos
asegurar una cobertura más completa, alternativas de
programación y, mejorar la calidad de los programas; pero
sobre todo, la radio debe mejorar la calidad del
espectáculo.
La radio debe abandonar sus tradicionales
cabinas de transmisión que la han acompañado
durante casi cien años y volcar la técnica, los
recursos humanos, artistas, sonidistas y periodistas a grandes y
pequeñas realizaciones en exteriores. La radio se salva,
si se reencuentra con su público en la calle, en las
fábricas y campiñas.
Algunos se preguntan ¿si la
radio ha pasado de moda? No creo que
haya pasado de moda porque no es un vestido, debemos recordar que
la moda es el modo o costumbre que está en boga durante
algún tiempo, o en determinado país, con
especialidad en los trajes, telas y adornos, principalmente los
recién introducidos.
La propia interrogante entraña duda.
Realmente ha pasado el tiempo y la radio se ha quedado estática o
mejor, algunos de los que la hacen padecen el inmovilismo y se
pronuncian con cierto mutis ante el empuje de los nuevos
tiempos.
No creo que el medio de los
receptores y las antenas haya pasado de moda. La radio no
puede ser solo música y noticias, es de significar
la necesaria incursión en otras funciones como la
educativa y la facilitación para la orientación
ciudadana, ante las continencias o los sabores de la vida, porque
la radio es brújula
que señala el rumbo geográfico y mental del
escucha.
La radio requiere de textos
originales producidos para el medio ya que el canibalismo de
contenidos a la prensa escrita y de Internet en los
últimos tiempos es desmedido y despersonifica la radio, la
convierten en un reservorio de refritos llegados de otros
soportes.
1 Balsebre, Armando Obras completas,
volumen 2, El
lenguaje radiofónico, Madrid,
2004
2 García, José
Villaseñor, Técnicas de Información,
Universidad Iberoamericana, México, 1997
3 Storni, Martín, Planteamiento de
medios, Buenos Aires,
Argentina, 2003
4 Checa, Antonio, Historia de la Prensa
Pedagógica en España, Sevilla, 2002
5 Jaramillo, Edgar, Desafíos de la
radio en el nuevo milenio, Colección Encuentro, Quito,
2003
6 Habermas, Jurguen, La ética del
discurso y la cuestión de la verdad, Alemania,
2003
Bibliografía
consultada
Actos de Comunicación desde el
compromiso y la esperanza, autor
Manuel Calviño
El arte de bien Hablar, autor Ernest
Wrage
Marketing Radial, autor Héctor
Londoño Libreros
Etica y deontología de la
comunicación social, compilación del Dr. en
ciencias Julio García Luís
Manual de Relaciones Públicas de
Cuba
Autor:
Lic. Carlos Rafael Diéguez
Batista
Dirección de Cine, Radio y TV del
Instituto Superior de Arte de Cuba. Periodista y
Escritor.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |