- 1.
- 2. Radio,
periodismo y relaciones públicas - 3. Radio: ideas
y pensamientos - 4. La radio por
inventar - 5. Bibliografía
consultada
Los filósofos de la antigüedad se
preocuparon por el lenguaje y
los signos, este
punto de vista inicial nunca dejó de ampliarse y
diversificarse, el propio Aristóteles dividió el drama en seis
partes: alma,
personaje, pensamiento,
dicción, música y
espectáculo.
Hoy día los que hacemos radio debemos
ocuparnos de la semiótica en dos campos básicos de
la
comunicación, sin olvidar el pensamiento de nuestros
ancestros. El primero en una dimensión externa, me
refiero hasta donde llega el sonido, donde se
percibe esa señal que se esparce, no para el
consumo
social, sino individual.
El segundo plano es más
difícil, tiene que ver con el yo interno del
realizador, del que está detrás del
micrófono. Los que producimos contenidos para este
versátil medio debemos someternos a constantes
autoanalisis porque que hay tendencias a imponer
nuestros gustos, y hacer espacios con puntos de vistas
personales.
El yo interno hay que
alimentarlo como un disco duro de
una PC con aires renovadores, y que sea una síntesis
de los gustos de la mayoría.
¿Cuál es el fenómeno
que plantea la radio?
¿Emitir, recibir o facilitar el mensaje que nace en la
comunidad?
¿Quién ofrece las declaraciones en una entrevista?
¿Es el primer emisor? ¿Es por tanto la radio una
recolectora de mensajes? ¿Son tan parecidos sus programas o son
los oyente los que se parecen?
Los signos y los códigos que
permiten una acertada comunicación de la radio con su
mercado de
audiencia pululan en la psiquis de la gente común. Las
funciones del
signo no son solo patrimonio de
los medios
gráficos y visuales. El hombre y
la mujer que
hacen radio hoy deben hurgar en los sonido de los campos y
ciudades emitidos por los protagonistas naturales y artificiales,
con el objetivo de
apropiarse de los modelos y
patrones semióticos que sirvan de referencia para la
comunicación.
Esas muestras sonoras deben archivarse y
actualizarse periódicamente por que acompañan la
existencia del medio radial desde su surgimiento a principios del
siglo XX.
La radio a diferencia del cine,
nació con lenguaje
articulado desde el principio; la radiodifusión canta y
hace bailar a generaciones de escuchas que la asumen como
un medio acompañante. Múltiples funciones la
caracterizan.
Sin la existencia de un lenguaje, de
un código
o conjunto de normas y reglas
que den sentido a ese lenguaje, difícilmente
podríamos hablar de comunicación, de la misma
manera que tampoco sería posible entablarla si no se
dispone de un canal que la haga viable, si no se da una
situación que la propicie -por mucho que deseemos
conversar con alguien, raramente lo podremos hacer si no tenemos
interlocutor-, o si no hay mensaje alguno que
transmitir.
En la radio, al igual que en los otros
medios, convergen todas y cada una de las condiciones necesarias
para hacer de la comunicación una realidad, ya que, entre
otras cosas, tiene un lenguaje y códigos
específicos de los que se sirven sus profesionales para
construir toda la constelación de mensajes/sonido que
llegan a nuestros oídos a través de los aparatos
receptores.
Cinco aspectos constituyen la base de las
creaciones artísticas y técnicas
en la conformación de contenidos radiofónicos
mundialmente. Fade out, fade in, cross, corte directo y los
planos. Tanto el Cine como la TV usan estas
terminologías.
De hecho, si sintonizas una emisora de
radio te darías cuenta, de que constantemente se
suceden y alternan voces y
músicas, y en algunos casos, otros sonidos como el cantar
de los pájaros, las olas del mar, ambiente de
plena naturaleza, o
el de un motor y un claxon
de un auto.
Observarías, igualmente, que
todo está perfectamente ordenado y que, por ejemplo, una
voz aparece cuando ha callado otra, que un fragmento musical que
emerge al inicio de un informativo (fade in) desaparece
lentamente (fade out) que un locutor presenta una canción
mientras se escucha el sonido, a un volumen
más bajo, las primeras frases de la música, y
así un largo etcétera. Todo eso que se relacionan
son signos, códigos o convenciones que se usan lo mismo en
la radio de China, La FM
Radio Taino de la Habana, La Voz del Níquel en Moa, en el
oriente de Cuba o la
Radio Nacional de Venezuela, en
Caracas.
Los efectos sonoros desarrollan un papel
fundamental para la producción radiofónica, al igual que
la voz y la música. La radio, es un medio
comunicativo que se puede calificar de "ciego", ya que el
receptor (prefiero llamarlo perceptor) no recibe ninguna imagen, ni
ninguna información visual. La radio,
sólo cuenta con los recursos sonoros,
como la voz, la música y los efectos sonoros. Todos
ellos, en su conjunto, deben lograr que el oyente visualice en su
mente el mensaje que se le quiere transmitir, además de
percibir cada uno de los matices de la situación.
Los efectos sonoros, por tanto, persiguen el objetivo de
describir paisajes sonoros.
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