Los niveles de ayuda como Base Orientadora de la Acción (BOA) en las guías de estudio de ciencias médicas
Resumen
Los autores de este trabajo
consideramos que pedagógicamente el profesor
universitario actual debe encontrar las maneras más
adecuadas de vincular el contenido de la enseñanza con las necesidades de aprendizaje. Es
necesario un profesor diferente, que ya no es dueño del
saber, aquel que estimule el diálogo y
la socialización del conocimiento,
que brinde un espacio para la reflexión y el debate
participativo orientado y dirigido por él, capaz de
provocar intereses comunes, que permita la resolución de
las tareas planteadas mediante la interacción entre los alumnos y entre ellos
y él.
Se ejemplifica a través de una guía de
estudio la importancia de los niveles de ayuda como base
orientadora de la acción,
para alumnos de nivel superior en Ciencias
Médicas, basados en el Enfoque Histórico Cultural y
la Teoría
de la Actividad portadora de la concepción teórica
y metodológica para el análisis de los componentes estructurales
del proceso de
enseñanza aprendizaje y sus relaciones, lo que permite
entender las acciones que
debe realizar el estudiante sobre el objeto de
asimilación, para lograr las transformaciones propuestas.
Consideramos que el profesor al elaborar las guías de
estudio, debe tener conciencia que
ese documento constituye una propuesta a presentar a sus
estudiantes que contiene todos los elementos
analizados.
Introducción
La existencia misma del ser humano como ser social, y
dotado de una psiquis humana, tiene un origen y una
mediatización social e histórica: es a
través de la educación,
entendida en su más amplia acepción como la
transmisión de la cultura de una
a otra generación, que el individuo
entra en contacto con la experiencia humana y se la apropia.
Precisamente, el proceso de apropiación constituye la
forma exclusivamente humana de aprendizaje.
El aprendizaje resulta ser, en realidad, un proceso
complejo, diversificado, altamente condicionado por factores
tales como las características evolutivas del sujeto que
aprende, las situaciones y contextos socio-culturales en que
aprende, los tipos de contenidos o aspectos de la realidad de los
cuales debe apropiarse y los recursos con que
cuenta para ello, el nivel de intencionalidad, consciencia y
organización con que tienen lugar estos
procesos.
Como toda actividad humana, el aprendizaje
representa un proceso sujeto a una regulación
psíquica. En su nivel superior, el aprendizaje activo
adquiere un carácter autorregulado, y descansa en el
desarrollo de
la responsabilidad creciente del sujeto ante sus
propios procesos de aprendizaje, lo cual se expresa en el paso
progresivo de una regulación externa a la
regulación interna, en el dominio paulatino
de las habilidades y estrategias para
aprender a aprender.
Situándonos en los marcos del aprendizaje escolar
universitario, esta perspectiva nos permite trascender la
noción del estudiante como un mero receptor, un
depósito o un consumidor de
información, sustituyéndola por la
de un aprendiz activo (e interactivo), capaz de realizar
aprendizajes permanentes en contextos socioculturales complejos,
de decidir qué necesita aprender en los mismos,
cómo aprender, qué recursos tiene que obtener para
hacerlo y qué procesos debe implementar para obtener
productos
individuales y socialmente valiosos (Betts, 1991). De esta
perspectiva deriva igualmente la noción de un aprendizaje
eficiente, siempre que se den las bases orientadoras de la
acción y existan los niveles de ayuda correspondientes,
que en ocasiones los pedagogos de este nivel no utilizamos, sin
percatarnos que el influjo de conocimientos actuales y la enorme
cantidad de fuentes de
información pueden desvirtuar las estrategias de
aprendizaje individuales y colectivas de estos
alumnos.
Organizar el proceso de enseñanza aprendizaje
fundamentado en estos principios cambia
los criterios tradicionales seguidos para la selección
de las formas, medios y
métodos de
enseñanza. Se pretende que el diseño
de la tarea contemple las acciones previstas en los objetivos, que
la forma en que se organiza la enseñanza, potencie la
interacción y el intercambio entre profesor y estudiante y
entre ellos mismos, de modo que permita una construcción conjunta de la
orientación. Es necesario que los medios de
enseñanza utilizados, sean verdaderos apoyos para el
aprendizaje del sujeto y se elaboren niveles de ayuda en función de
las necesidades de aprendizaje.
Es conocido que la infinita riqueza y diversidad del
aprendizaje humano se expresa básicamente en tres esferas
particulares:
? Los contenidos o resultados del
aprendizaje? Los procesos o mecanismos a
través de los cuales las personas se apropian de estos
contenidos diversos
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