- Globalización
- Aprendizaje de los adultos
para el cambio en un mundo global
Efectos de la globalización en la educación para
adultos
El proceso de globalización y su impacto
educativo-cultural
Finalidad y objetivos de la globalización en la
educación para adultos
Proceso, estrategias y actividades de la globalización
en la educación para adultos
Conclusiones
Introducción
Al
considerar las necesidades locales y el contexto global de manera
conjunta, en el caso de América
Latina, es posible emitir una perspectiva de cómo
la
educación para adultos puede contribuir a articular
políticas educativas que contribuyan a
afianzar la gobernabilidad de los estados, desde la perspectiva
social, y a fomentar relaciones sociales más
armónicas, en la medida en que la educación contribuye
al desarrollo de
los países:
Primero, es importante articular políticas
educativas que consideren los problemas de
las regiones de cada país y que deriven en proyectos
concretos para atender necesidades locales
particulares.
Segundo, la educación para adultos en América
Latina debe orientarse a tener un impacto claro en las
oportunidades de los individuos para mejorar su calidad de
vida, no sólo en los ámbitos de la
educación formal, sino en aspectos muy prácticos
relativos a su interacción cotidiana: el mejor
aprovechamiento de los recursos
naturales; una mayor conciencia
cívica; la capacidad de usar y aprovechar nuevas
tecnologías en diversos ámbitos de trabajo.
Tercero, la educación para adultos en
América Latina ofrece un terreno fértil para el
intercambio de conocimientos y el desarrollo de acciones de
cooperación conjunta, mediante la identificación de
problemáticas comunes entre los países y de formas
colaborativas para resolverlas. Así, es recomendable que
la formulación de políticas educativas en la
materia se
nutra del trabajo conjunto entre los países, a fin de
articular rumbos claros para cuya gestación se aprovechen
los esfuerzos específicos realizados en cada nación.
Globalización
La palabra globalización inevitablemente nos remite al
concepto
neoliberal donde se pone en el centro al mercado, a
través del conjunto de políticas económicas,
donde las manos expertas de unos cuantos administran los recursos
naturales, humanos y económicos; y que en el mediano y
largo plazo podrá beneficiar a todos.
Por otro lado también es inevitable pensar en la
revolución
de la tecnología en comunicación. Las ONG"s hemos
aprendido a utilizar y beneficiarnos de estas últimas, lo
que nos ha permitido crear redes y movimientos
globales.
Tener siempre presente al ser humano en estas
redes y movimientos globales, se impone como tarea constante que
nos distingue de los procesos
globales del neoliberalismo. Si buscamos crear políticas
económicas y sociales que no nos deshumanicen, entonces
nos es necesario poner lo humano en el centro de nuestra
práctica.
Quienes habitamos este mundo tenemos experiencias,
visiones e incluso de nuestras costumbres, diferentes, diversas y
en muchas ocasiones contrastantes e inimaginables.
Si creemos que la diversidad es un valor
importante en la construcción de ese otro mundo con el
colectivamente soñamos, nos es necesario aprender a vivir
inmersos en esa diversidad cultural, política y religiosa
(espíritu ecuménico).
Aprender desde lo vivencial la diversidad, para
poder crear
redes y movimientos globales que nos lleven a un trabajo integral
e incluyente fue el reto de las tres semanas.
Por otro lado, el
conocimiento de otras experiencias nos permitió, la
luz de la
realidad global dimensionar nuestros trabajos locales y al mismo
tiempo, los
análisis y propuestas globales buscaron ser
acordes a las necesidades locales.
Aprendizaje de
los adultos para el cambio en un mundo global
La globalización desde el sistema
neoliberal busca la homogenización de los individuos,
negando la diversidad de estos. Las expresiones culturales se
convierten en un mero espectáculo que genera ganancias
para unos cuantos. La vida en su conjunto está por debajo
de los intereses del mercado. Incluso los derechos humanos
son tomados como mercancía negociable en el discurso
político y la tendencia de ver a la ONU como un
"corporativo" y no una institución internacional que medie
en la relación de los países y que a través
de sus organismos vigile la universabilidad, exigibilidad y
justiciabilidad de los derechos humanos, para que
los ciudadanos y ciudadanas del mundo garanticen una vida sin
temor a la guerra,
la pobreza, la
injusticia, la exclusión, la desaparición cultural
y muerte.
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