Abstract
El paciente cumplía apenas
cuatro años, hijo único de padres jóvenes de
orígenes caucásicos.
Sufría de tics con comienzo
agudo, ¿qué hacer?, se preguntaban sus
papás.
Procedían de Bogotá donde
viven.
Los padres hicieron la decisión de
venir a Punta Cana en consulta después de haber
leído algunos de mis artículos acerca del
síndrome de Tourette, y después de haber discutido
el caso conmigo vía el internet.
"Noel"
Llamaremos al niño Noel.
Alrededor de las navidades pasadas, los
padres se preocuparon porque notaron que su hijo comenzó a
hacer movimientos extraños por nadie, de antes, nunca
vistos.
Retorcía un hombro circularmente, o
hacía muecas con la nariz, la cara y los ojos.
Los movimientos se volverían
más frecuente y más complicados ya que cada vez
involucraban un mayor número de grupos
musculares.
Los padres, por admisión mutua e
independiente, se caracterizan a sí mismos como "las
típicas personas psico-rígidas" que mantienen un
hogar organizado, regimentado y nítido.
Asimismo, entienden que gozan de una
relación muy especial con Noel, a quien consideran bien
disciplinado en todas sus rutinas.
En el preescolar que
asiste, todos "adoran" al niño por su comportamiento
cooperativo y actitud
placentera.
Corea de Sydenham
Para ellos resultó sorpresivo el
hecho de que, cuando conminaran a Noel a no hacer más de
los movimientos — que a ellos preocuparan — la
situación, en vez de mejorar, como era de esperarse con el
niño, se acentuó.
Muy preocupados, después de las
navidades decidieron llevar al chiquillo a un salón de
emergencias en un hospital cercano a su morada para que fuera
reconocido.
Varios especialistas en pediatría,
incluyendo un pediatra cardiólogo, una neuróloga de
niños y
el pediatra del niño fueron consultados y estuvieron
presentes durante el proceso de
evaluación.
Basados en la presencia de soplos
cardíacos ligeros y bilaterales, el cardiólogo
consideró la presencia de insuficiencias valvulares muy
ligeras produciendo este síntoma, por lo que
solicitó un ecocardiograma que fuera negativo.
Basada en la historia de posibilidad de
un proceso reumático, la neuróloga consideró
que el diagnóstico podría ser entre la
corea de Sydenham o el síndrome de Tourette, decidiendo
ingresar el niño en el hospital por varios días,
mencionando a, los padres alarmados, la posibilidad del uso de
haloperidol para el tratamiento de los movimientos del
niño.
Considerando esta maniobra muy
drástica, los padres la opusieron, y decidieron esperar
hasta que una junta médica que sería convocada a
fines del mes de enero fuera conducida, para decidir el mejor
curso de seguir.
Buscando en el internet encontraron mi
artículo: Tics nerviosos en el niño: Mejor se
ignoran (en el Blog Sistema
Límbico).
Alentados, pero no satisfechos, decidieron
enviarme un detallado correo
electrónico solicitando mi opinión.
Después de haber leído las
respuestas a unas preguntas que les enviara, donde lo
único de alguna importancia médica adicional fue
que el niño tuvo una operación a principios del
mismo mes, para el reparo de un hidroceles bajo anestesia
general, y sin secuela alguna, les dije lo siguiente:
"Como sabrán, no existen
pruebas de
laboratorio
que son específicas de esta, benigna,
condición.
"Lo mejor será esperar, ya que
ustedes describen un niño feliz y sin, aparentes
trastornos emocionales.
"Démosle hasta el fin de enero
para ver cómo todo sigue, y si se considera necesario, me
haría disponible a ustedes para una consulta
telefónica".
Tic simple
En lugar de esperar, los padres hicieron la
decisión de viajar a esta área turística
para que yo evaluara a Noel.
Antes de proseguir es importante que
discutamos el valor de la
técnica diagnóstica PANDAS, que ya ha sido
publicada en este Blog, y en la que los especialistas basaron el
diagnóstico de Noel.
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