- Introducción al tema
- Vicios
- Espíritu, alma y cuerpo
- Clasificación de las necesidades
- Prioridades personales
- El mundo interior y el mundo exterior
- Patrones viciosos (relaciones de emoción y dependencia)
La Dependencia Emocional es uno de los mas grandes males de estos últimos tiempos, sólo que no la detectamos porque se presenta en múltiples formas, y en millones de personas, que aparentemente no tienen nada en común.
Este curso te desafiará a interpretar alguna problemática existente, en tu vida, en tu grupo familiar, entre tus amistades, compañeros de estudios o trabajos, tus vecinos, en fin cualquier persona que este a tu alrededor.
Introducción al tema
Para poder desarrollar una mayor comprensión acerca de este tema a tratar, comenzaremos revisando los conceptos de las palabras Dependencia, Emociones, Sentimientos, Motivación, Estado de Ánimo, y Vicio.
Dependencia: La dependencia es la situación de una persona que no puede valerse por sí misma. Es un grado elevado de discapacidad y disfuncionalidad que obliga al concurso, a la intervención, a la ayuda, al auxilio, al soporte y al cuidado personal por terceros. Hay diferentes grados y calificaciones de la dependencia (física, mental, psicológica, económica, social, cultural). Las habilidades funcionales se definen como aquel conjunto de destrezas que se requieren para llevar una vida independiente y que poseen las personas para desenvolverse por sí mismas en su entorno próximo.
Emociones: Son fenómenos psicofisiológicos que representan modos eficaces de adaptación a ciertos cambios de las demandas ambientales.
Psicológicamente, las emociones alteran la atención, hacen subir de rango ciertas conductas en la jerarquía de respuestas del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria.
Fisiológicamente, las emociones organizan rápidamente las respuestas de distintos sistemas biológicos, incluyendo expresiones faciales, músculos, voz, actividad del SNA y sistema endocrino, a fin de establecer un medio interno óptimo para el comportamiento más efectivo.
Conductualmente, las emociones sirven para establecer nuestra posición con respecto a nuestro entorno, impulsándonos hacia ciertas personas, objetos, acciones, ideas y alejándonos de otras. Las emociones actúan también como depósito de influencias innatas y aprendidas, poseyendo ciertas características invariables y otras que muestran cierta variación entre individuos, grupos y culturas (Levenson).
Estado de ánimo: Es un estado emocional que permanece durante un período de tiempo relativamente largo. Se diferencian de las emociones en que son menos específicos, menos intensos, más duraderos y menos dados a ser activados por un determinado estímulo o evento.
Los estados de ánimo suelen tener una determinada valencia, o lo que es lo mismo, se suele habar de buen y de mal estado de ánimo. A diferencia de las emociones, como el miedo o la sorpresa, un estado de ánimo puede durar horas o días.
Motivación: Motivación son los estímulos que mueven a la persona a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación. Este término está relacionado con voluntad e interés.
Sentimiento: Es el resultado de una emoción, a través del cual, el consciente tiene acceso al estado anímico propio. El cauce por el cual se solventa puede ser físico y/o espiritual. Forma parte de la dinámica cerebral del hombre, que le capacita para reaccionar a los eventos de la vida diaria.
Vicio: Es toda aquella práctica o hábito que se considera inmoral, depravado y/o degradante en una sociedad. Con menos frecuencia, la palabra puede referirse también a una falta, a un defecto, a una enfermedad o tan sólo a un mal hábito pero, por supuesto, en ninguno de estos casos el uso de la palabra puede considerarse objetivo e imparcial. Algunos sinónimos de este término son: falta, depravación, exceso, mala costumbre, afición, desviación. El Diccionario de la lengua española editado por Espasa-Calpe1 lo define como una "excesiva afición a algo, especialmente si es perjudicial", como una "mala costumbre, el hábito de obrar mal" y como una "cosa a la que es fácil aficionarse". La palabra proviene del latín vitium, que significa "falla o defecto" aunque, por supuesto, el significado social que se le ha dado a la palabra vicio se ha ido ampliando para incluir muchas otras acepciones.
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