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Alfred Binet: Cien años de la primera prueba de inteligencia (página 2)



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En la Grecia antigua se intentó hacer una
clasificación parecida. Aristóteles propuso una
jerarquía en las formas orgánicas, estando los
seres humanos en la cima del escalafón, ejerciendo dominio
sobre el resto del reino animal (Toulmin y Goodfield, 1966,
citado por Skanes 1984). Esta propuesta de Aristóteles se
retomó en la Edad Media, luego, en el siglo 18, esta
conceptualización dio paso a la noción de La
Gran Cadena del Ser
, la cual consideraba a toda
creación, desde Dios hasta el microorganismo más
inferior, como parte de una escala con niveles graduados, con la
humanidad ocupando un nivel entre los simios y los ángeles
(Skanes 1984). Con la aparición del concepto de
evolución, se intentó hallar el "eslabón
perdido" entre los humanos y los simios, teniéndose a la
inteligencia como el primer criterio para clasificar a las
especies en La Gran Cadena (Skanes 1984).

A principios del siglo 19 surgió en la comunidad
científica europea la duda de si las distintas "razas" de
seres humanos provenían de un único origen o si
tenían orígenes múltiples, constituyendo
cada una especies diferentes. Sin llegar a una afirmación
sobre esta cuestión, intentaron clasificar las distintas
"razas" ubicando a la raza europea en la posición tope y a
la raza negra africana en la posición más baja,
utilizando como uno de los criterios principales el grado de
inteligencia (Skanes 1984).

Al aparecer las teorías de la evolución a
mediados del siglo 19, creció el interés por
conocer la naturaleza de la inteligencia. Autores como Galton,
Spencer y Romanes consideraban que la inteligencia aumentaba en
las especies "más evolucionadas", defendiendo la idea de
que la adquisición de más inteligencia era un
objetivo de la evolución de las especies (White, 2000),
estando esto en contradicción con la concepción
actual que afirma que la evolución es por azar y necesidad
y que su propósito es la adaptación al medio,
incluso si se tiene que prescindir de la inteligencia (Arsuaga,
2001). Asimismo aparecieron, en la misma época, algunos de
las términos que tienen un vínculo con las pruebas
de inteligencia, tales como genio, retraso y degeneración,
a las cuales también se les dio las interpretaciones
evolutivas de estos autores clásicos (White, 2000).
Según White (2000), estos esfuerzos especulativos para
explicar las diferencias entre seres humanos en términos
evolutivos fueron los que principalmente incidieron en la
aparición de las pruebas de inteligencia, teniendo poca
influencia la investigación psicológica
científica hecha antes; previamente a Binet se
habían diseñado pruebas de inteligencia para
diversos propósitos pero sin la confiabilidad ni validez
que la escala francesa tenía. Este vínculo entre el
estudio de la inteligencia y las teorías de la
evolución del siglo 19 influyó en las ideas
posteriores acerca de lo que medían las pruebas de
inteligencia, produciéndose en el siglo 20
interpretaciones sociales y políticas de los resultados de
las pruebas de inteligencia en base a mitos evolutivos y no en
base al conocimiento científico disponible de lo que eran
y medían las pruebas de inteligencia (White, 2000), esto
llevó a discriminaciones raciales, ya que las pruebas de
inteligencia tenían sesgos culturales que
favorecían un grupo cultural (ej. blancos) por encima de
otro (ej. afroamericanos y latinos), hecho que los hereditarios
interpretaron erróneamente como producto de la
dotación genética y que les llevó a criticar
los programas de intervención con retardados para el
mejoramiento de la inteligencia promovidos por los que
creían en el ambiente como una variable importante en el
desarrollo de la inteligencia (Weinberg, 1984).

La cultura griega distinguía dos tipos de
inteligencia llamados con los nombres de nôus y
mêtis, la primera hacía referencia a la
"capacidad de organizar un mundo abstracto, estático e
impersonal de relaciones invariantes". La segunda estaba ligada
principalmente a los contextos interpersonales, que requieren "de
la comprensión de claves sutiles en la relación con
otras personas" (Riviére y Nuñez 1996, citado por
Rosas, Boetto y Jordán., 1999). Los estudios
contemporáneos de la inteligencia sólo consideraron
hasta hace unos años una parte de la primera inteligencia,
que se traducía en las capacidades cognitivas
lógico-matemática, verbal y no verbal. Con la
aparición de la propuesta de inteligencias
múltiples (Gardner, 1983) se cuestionó seriamente
la idea de que los puntajes de las pruebas de inteligencia de
corte factorial eran un estimativo válido de todo el
comportamiento inteligente. Ya que se proponía que no
había uno sino varios tipos de inteligencia, los puntajes
generales de los tests tradicionales no hacían una
valoración completa de las inteligencias en el individuo,
puesto que los tests podían sólo evaluar la
inteligencia de tipo académico, además de no
predecir el desempeño del individuo en los campos laboral
y personal (De Zubiría, 2004). Predecían,
También, de forma poco fiable el desempeño en el
campo académico, ya que este y los otros campos
necesitaban de capacidades que ayudaran al individuo a afrontar
contextos cambiantes y con grados de incertidumbre a los que se
podría responder de maneras variadas e igualmente
válidas, "contextos con problemas y situaciones del mundo
real que muy poco o nada tenían que ver con los problemas
propuestos por las pruebas tradicionales de inteligencia" (De
Zubiría, 2004). De las inteligencias que propuso Gardner,
las que produjeron una mayor atención fueron las
inteligencias que tenían que ver con el trato con las
demás personas y con el manejo de sentimientos y
emociones, las inteligencias inter e intrapersonal
respectivamente, pues se demostró que tenían una
influencia importante en el desempeño exitoso de las
personas, ya sea a nivel educativo o laboral o en su vida
cotidiana (De Zubiría, 2004, Rosas y cols., 1999). Por
otra parte, para la evaluación de estos contextos
cambiantes, Sternberg (1985), autor de la teoría
triàrquica de la inteligencia, propuso pruebas de
inteligencia novedosas para este tipo de contextos (Rosas y
cols., 1999).

La aparición de la corriente hereditaria en el
estudio de la inteligencia tuvo el patrocinio e influencia de
Francis Galton, padre de la eugenesia y pionero en el estudio de
las diferencias individuales. En el estudio de las diferencias
individuales Galton aplicó la teoría de los
caracteres heredados, aplicándolo al estudio de las
diferencias en inteligencia, proponiendo que la inteligencia se
heredaba (Skanes, 1984). Por otra parte, al tener éxito en
medir y tratar estadísticamente características
físicas e intelectuales individuales promovió la
creencia de que la inteligencia podía también ser
medida (con precisión) y tratada estadísticamente
(Siegler, 1992). Esto impulsó el estudio de la naturaleza
de la inteligencia y su medición. Al estudiar el
intelecto, Galton distinguía dos tipos de inteligencias,
la Tipo A, que era "el subyacente biológico de
todas las actividades cognitivas, responsable de las diferencias
individuales en la habilidad para ejecutar tareas cognitivas"
(Weinberg, 1989), y la Tipo B, influida por "factores
socioeconómicos, educativos y culturales, así como
por un rango de factores individuales… [que distinguen] la
vida de una persona de la de otra" (Weinberg, 1989). Debido a su
opinión de que las características que
hacían a una persona inteligente eran heredadas,
consideraba a la medición de la inteligencia tipo A el
estimativo adecuado de la inteligencia de un individuo,
medición que debía ser de naturaleza
biológica y fisiológica (Weinberg,
1989).

En línea con las ideas de Galton, propuestas
actuales en el estudio de la inteligencia abogan por la
investigación de sus bases biológicas. En un
artículo escrito por Deary, Austin y Caryl (2000) se hace
una propuesta para estudiar los subyacentes fisiológicos
del comportamiento inteligente. Se proponen como medidas
fisiológicas del funcionamiento cerebral inteligente la
velocidad de producción de juicios perceptuales simples en
el tiempo de inspección del estimulo y tareas de
procesamiento visual rápido (Deary, McCrimmon, y Bradshaw,
1997, Deary y Stough, 1996, citados por Deary y cols., 2000).
Estas mediciones, de acuerdo con estudios hechos, podrían
explicar hasta el 25% de la varianza de los puntajes de las
pruebas psicométricas de inteligencia (Deary y cols.,
2000). Los tiempos de reacción al tomarse decisiones
elementales, y variabilidad de los mismos, estarían
también relacionadas a la inteligencia (Jensen, 1993;
citado por Deary y cols., 2000) pero el vínculo no es tan
fuerte como en las primeras medidas (Deary y cols., 2000). Estos
estimativos fisiológicos, explican los autores, no
pretenden sustituir las pruebas de inteligencia tradicionales,
sino ayudar a comprender la naturaleza de la inteligencia en
términos biológicos, erigiéndose este
enfoque como alternativo en el estudio de la naturaleza de la
inteligencia.

El determinar hasta qué punto la inteligencia es
influida por factores biológicos, genéticos o
innatos, y hasta qué punto es influida por factores
culturales y ambientales, ha causado debates que han durado hasta
la actualidad. Dos consecuencias de esta disputa en el
ámbito aplicado son el cuestionamiento de la utilidad de
los programas de intervención para mejorar la inteligencia
y la crítica a las pruebas de inteligencia por ser
sesgadas culturalmente (Weinberg, 1989).

Mientras que Galton era partidario de la
consideración de la inteligencia como una entidad unitaria
y esencialmente hereditaria, para Alfred Binet, ésta
podía ser vista como el promedio del número de
habilidades del individuo e influida de manera importante por
factores ambientales (Eysenk, 1985). Binet desarrolló una
fórmula para expresar la estimación de la
inteligencia de los individuos, la cual se basaba en una "edad
mental" que era comparada con la edad cronológica, esta
fórmula fue reelaborada por el alemán W. Stern
(Rosas y cols., 1999), dada la imprecisión de la primera,
dándosele el nombre de coeficiente intelectual o CI.
Posteriormente, en base a medidas de desviación, se
propuso otro CI que igualmente expresaba el nivel cognitivo
general.

Binet distinguía tres elementos en el
enfrentamiento inteligente a un problema: dirección,
adaptación y control. La dirección consiste en
saber qué hacer y cómo lograrlo, la
adaptación hace referencia a la selección y
monitoreo que se hace de la propia estrategia durante la
resolución de una tarea, "teniendo el pensamiento una
serie de selecciones sucesivas, ordenadas de acuerdo a un plan
interno", y, por último, el control es el elemento que se
"refiere a la habilidad de criticar los propios pensamientos y
acciones"[1] (Rosas y cols., 1999). Binet era
partidario de la importancia del aprendizaje en el desarrollo de
la inteligencia, estando en desacuerdo con la esencia de los
postulados hereditarios.

El uso de pruebas de inteligencia confiables y validas
como las de Binet en contextos prácticos como el
educativo, se extendió al de selección de personal,
siendo la Primera Guerra Mundial uno de los momentos
históricos en los que se utilizó de manera masiva
las pruebas de inteligencia para seleccionar reclutas. En este
proceso de adaptar a los ambientes aplicados las pruebas de
inteligencia, la escala Binet-Simon jugó un papel
importante, al aportar la estructura general de prueba y su forma
de calificación. En un artículo Terman (1918)
explica las razones prácticas por las que se justifica el
uso de los test de inteligencia y cómo era el proceso de
selección de soldados en base a esta cualidad. Empieza
afirmando que es necesario estimar la inteligencia de las
personas que van a ser reclutadas pues ésta predice la
posibilidad y la rapidez con las que aprenderían nuevas
tareas, ya que son personas civiles con ocupaciones diferentes a
las del ejército, pudiéndose ubicar a cada persona
en una ocupación de acuerdo a sus capacidades, reduciendo
por tanto el tiempo de organización y entrenamiento de
personal. Para este propósito se contaba con cinco
distintos tests de inteligencia general:

– El test Alpha, una prueba de aplicación grupal,
diseñada para personas que escribieran y leyeran
inglés, medía "la habilidad […] para
comprender, recordar y seguir instrucciones, discriminar entre
respuestas relevantes e irrelevantes a preguntas de sentido
común, combinar ideas relacionadas en una totalidad
lógica, descubrir por razonamiento lógico el
esquema presente en un grupo de términos abstractos,
mantener la mente dirigida hacia un objetivo sin ceder a
sugestiones, y finalmente, comprender y retener elementos
diversos de información".

– El test Beta, también de aplicación
grupal, se diseñó principalmente para personas que
no supieran ni leer ni escribir inglés, tales como los
analfabetas y extranjeros. Sus instrucciones no eran escritas
sino se suministraban por medio de demostraciones y pantomima.
Asimismo, evaluaba la inteligencia a través del uso de
materiales concretos. Medía "la capacidad para comprender
instrucciones a través de la pantomima, el grado de
perspicacia e ingenio, la habilidad para descubrir esquemas en
materiales dados, la capacidad para formar asociaciones
arbitrarias rápidamente, la habilidad para hallar
semejanzas y diferencias entre símbolos impresos, detectar
absurdos, y recordar y combinar elementos relacionados en un
complejo lógico".

– Tres tests de aplicación individual, el
Yerkes-Bridge Point Scale, el Stanford-Binet Scale y el
Performance Scale. Estos tests eran usados cuando los reclutas no
pasaban los tests grupales. Uno de estos, el Performance Scale,
se aplicaba especialmente a extranjeros.

Esta aplicación masiva impulsó la
utilización de las pruebas de inteligencia en
ámbitos educativos y ocupacionales. Los tests usados en el
reclutamiento y la prueba Binet-Simon, entre otras pruebas
mentales, contribuyeron posteriormente al diseño de las
escalas de inteligencia de más uso en Occidente: las
escalas Wechsler (Boake, 2002). La prueba Binet-Simon, en
especial contribuyó a ser el modelo de estructura de las
escalas, y no sólo de estas sino por extensión de
los tests de inteligencia actuales, aportando el procedimiento
básico de combinar diferentes tests mentales para producir
un puntaje compuesto. Fue igualmente fuente de contenido de las
subpruebas y origen de algunos de los ítems en las escalas
Wechsler (Boake, 2002).

El propósito del presente trabajo es hacer un
recuento histórico de la vida del creador de la primera
escala científica de inteligencia, Alfred Binet, mostrando
sus aportes al campo de la medición de la inteligencia y a
la psicología en general. Se abordarán aspectos
biográficos de Binet, y se expondrán sus aportes
teóricos y metodológicos, haciendo una
contextualización de la época en la que
vivió. Finalmente, se hará una discusión en
la que se contrastará el pensamiento de Binet acerca de
cómo se debía hacer la evaluación de la
inteligencia, y el rumbo que tomo la misma durante al principio
del siglo 20. Esta monografía, le permitirá al
interesado, hacerse una idea del proyecto que tenía en
mente Binet sobre la medición de la inteligencia y su
influencia en la investigación posterior que se hizo del
mismo tema.

Objetivo General

– Exponer el trabajo de Binet acerca de la inteligencia
y de la mente humana, abordando su teoría de la mente y su
método al estudiar y medir la inteligencia, indagando
igualmente el contexto en el que vivió el autor de la
prueba.

Objetivos
Específicos

– Hacer una biografía de Alfred Binet.

– Hacer un recuento de los principales trabajos del
Binet sobre psicología e inteligencia.

– Exponer el método de Binet al estudiar la
inteligencia y su medición.

– Contextualizar el trabajo de Binet a la luz de las
teorías de la época acerca de la
inteligencia.

– Comparar el trabajo de Binet en inteligencia con
propuestas de otros autores contemporáneos de la
época de Binet.

El autor de la
primera escala de inteligencia: Alfred Binet

Alfred Binet fue un psicólogo y psicopedagogo
francés, partidario de la psicología experimental y
del estudio de la normalidad ("hombre normal") en Francia,
oponiéndose a la tendencia psicopatológica
imperante en ese país a finales del siglo 19 y comienzos
del siglo 20. Fue el principal creador de la escala de
inteligencia que lleva su nombre, la que creó por mandato
del gobierno francés para seleccionar niños con
deficiencias intelectuales y después de una
investigación de cerca de 10 años. Además de
sus estudios en inteligencia y medición de la
inteligencia, realizó estudios en desarrollo infantil,
memoria, psicología del testimonio, psicología
comparada, psicología social, estilos de pensamiento,
entre otros. Después de estudiar leyes, se interesó
por la psicología leyendo obras de autores influyentes en
ese tiempo. Luego de este primer acercamiento a la
psicología, empezó a realizar estudios con
hipnotismo, en los que trataba de interpretar fenómenos
mentales -tales como el razonamiento- a la luz de las
teorías asociacionistas inglesas, en boga por ese tiempo.
Luego de retirarse del hospital de la Salpetriére, en
donde hizo estos estudios con hipnotismo, ingresa al laboratorio
del fisiólogo Balbiani en 1887 en el Collége de
France, en el que gracias a un estudio sobre el sistema nervioso
de los insectos obtiene un doctorado en ciencias naturales en
1894. En 1890 empieza a estudiar la inteligencia, publicando dos
artículos. En 1891, conoce al fisiólogo Beaunis,
con el que empieza a trabajar en el mismo año en el
recién creado laboratorio de psicología
fisiológica de la universidad de Paris (La Soborna). Su
trabajo en este laboratorio fue fructífero y copioso,
publicando numerosos artículos sobre diversos temas. En
1894 junto con Beaunis, fundan L"Année
Psychologique
, primera revista francesa exclusiva de
psicología. En esta misma revista publica en 1895 un
artículo en coautoría con Victor Henri en el que
exponen un programa de investigación para desarrollar una
prueba de inteligencia. En 1899, ya siendo director del
laboratorio, conoce a Théodore Simon, médico con el
que diseña y publica en 1905 la primera versión de
la escala de inteligencia por petición de la
"Comisión sobre la educación de los niños
retardados", con el objetivo de seleccionar niños que no
rendían en las escuelas debido a causas mentales.
Posteriormente, en 1908, sin la colaboración de Simon,
publica una revisión de la prueba, la cual recibe muchas
críticas. En 1911, publica la última
revisión de la prueba en colaboración con Simon,
antes de morir en octubre de ese mismo año.

Durante su carrera Binet publicó cerca de 300
escritos entre libros, artículos y reseñas,
defendió la idea de que la inteligencia era susceptible de
mejora, además de que era de naturaleza variada más
que unificada, y que subyacía a la mayoría de las
conductas realizadas por el individuo e intervenía en
todos los procesos mentales (Varon, 1936). Sus estudios en
desarrollo se asemejaron a los realizados por Piaget, quedando la
posibilidad de que este último hubiera sido influido por
el primero (Siegler, 1992). Fue también uno de los
primeros en estudiar la psicología del testimonio, siendo
uno de los pioneros en este campo.

Alfred Binet nació en Niza (Francia) en 1857, fue
hijo único de Eduardo, un médico y de Moïna,
una pintora. Sus padres se separaron cuando el era muy joven,
quedándose Alfred con su madre. Ella le inculcó el
gusto por el arte, estando Binet atraído especialmente por
el teatro, para el que compuso y dirigió varias obras, las
cuales abarcaron temas dramáticos (Wolf, 1982, citado por
Siegler, 1992). Tanto sus abuelos paterno y materno, como un
antepasado que sirvió a Napoleón fueron
médicos. En Niza, estudió hasta la edad de 15
años. Luego, él y su madre viajaron a Paris para
continuar su educación en el famoso liceo Louis-le-Grand.
En 1872 empezó a estudiar derecho, terminó en 1878,
pero se interesó luego por la psicología, siendo su
verdadera vocación (Wolf, 1973, citado por Siegler, 1992).
Su primer acercamiento a la psicología provino del
asociacionismo británico, en especial del trabajo del
asociacionista John Stuart Mill, el cual leyó junto a
otros autores cuando trabajó en la Biblioteca Nacional de
Francia. Además de Mill, leyó obras del
escocés Alexander Bain, del inglés Herbert Spencer,
y de sus compatriotas Hippolyte Taine y Théodule Ribot,
este ultimo considerado padre de la psicología francesa.
Leía regularmente las revistas Revue
philosophique
dirigida por Ribot y Mind, dirigida
por Bain (Wolf, 1973, citado por Siegler, 1992). Esta
preparación autodidacta fue la única que obtuvo, ya
que Binet nunca recibió capacitación formal en
psicología. Su primer artículo –escrito en
1880- y su primer libro –escrito en 1886-, además de
sus primeros ejercicios en psicología, estuvieron
dedicados a extender los principios del asociacionismo para dar
cuenta de aspectos de la percepción y el razonamiento,
entre otros fenómenos psicológicos (Siegler,
1992).

Su primer artículo, aceptado y publicado por
Ribot en la Revue philosophique, y titulado "De la
fusión de sensaciones semejantes" (De la fusion des
sensations semblables), fue una "discusión
[teórica] del concepto de "fusión" puesto al
servicio de explicar el umbral psicológico táctil
de un punto" (Wolf, 1964). Este artículo fue duramente
criticado por J. L. Delboeuf, un fuerte crítico de sus
obras sobre hipnotismo. Delboeuf indicó en este
artículo algunos errores de observación de Binet,
además de su descuido al no darle crédito por su
explicación de la "experiencia" en umbrales
psicológicos táctiles diferénciales de dos
puntos, pues Binet había escrito el artículo como
si las ideas fueran únicamente de su autoría (Wolf,
1964).

Posteriormente en 1882, empezó a trabajar en el
hospital de la Salpetriére con pacientes
histéricos, intercambiando ideas con Charles
Féré y Jean-Martin Charcot, y explicando lo
observado en los pacientes desde un enfoque asociacionista y
especulativo (Wolf, 1964). Trabajó después con
Féré haciendo experimentos con sujetos
histéricos hipnotizados, y dentro del marco teórico
de las hipótesis y métodos de Charcot, más
precisamente desde sus caracterizaciones nosológicas de
los tres estados "físicos" de la hipnosis y sus estados
mixtos. Féré y Binet lograron los mismos resultados
obtenidos por Charcot, y en el mismo tipo de pacientes,
histéricos e histéricos-epilépticos (Wolf,
1964).

Entre 1884 y 1885, en la Salpetriére se
reportaron fenómenos de transferencia con
estesiógenos (magnetos), en los que supuestamente se
transfería percepciones y movimientos de un lado a otro
del cuerpo del hipnotizado por medio de un imán, ubicando
el imán cerca al lado opuesto en donde ocurrían
tales percepciones y movimientos. Esto, se aseguraba,
sucedía sin el conocimiento o la participación
activa del sujeto (Wolf, 1964). Binet y Féré
reportaron fenómenos de este tipo en sus experimentos,
también reportaron otro tipo de fenómeno similar
conocido como polarización. Además produjeron en
los pacientes emociones complementarias, provocando sentimientos
de miedo para después tornarse en tranquilidad, el odio en
amor o la alegría en desesperación, todo esto,
decían ellos, por influencia de los magnetos. (Wolf,
1964). Sobre estos fenómenos Binet escribió el
libro titulado El magnetismo animal en coautoría
con Féré, en 1887 (Wolf, 1964).

Estos experimentos condujeron a una polémica
entre las dos principales escuelas de hipnotismo en Francia, la
escuela de Nancy y la escuela de Paris, representada por Charcot.
La escuela de Nancy hizo fuertes objeciones y críticas a
los experimentos con magnetismo de la Salpetriére
afirmando que se provocaba la transferencia por medio de la
sugestión y no por medio de los magnetos. Los partidarios
de Charcot, incluidos Binet y Féré, "no
veían nada sugestionable, pues –argumentaban- a los
pacientes se les inducía el estado de somnambulismo para
que no pudieran simular; tampoco veían en estos
fenómenos nada sobrenatural, pues se suponía que el
magnetismo actuaba sobre el sistema nervioso del mismo modo como
lo hacía la electricidad" (Wolf, 1964).

Para resolver la cuestión, Delboeuf, que era
partidario de la escuela de Nancy, viajó al Hospital de la
Salpetriére, para observar de primera mano los
procedimientos usados en los experimentos con magnetismo.
Encontró en los procedimientos, evidencias contundentes
que mostraban una manipulación involuntaria, por parte del
experimentador, de conductas del hipnotizado -como el hablar en
voz alta durante el procedimiento- que invalidaba los resultados
de la experimentación. Esto aumentó la disputa
entre las dos escuelas, involucrándose el mismo Binet,
escribiendo artículos en los que criticaba la incapacidad
de los miembros de la escuela de Nancy para replicar los estados
hipnóticos de Charcot, y a partir de ahí, los
fenómenos de transferencia y polarización. Binet
asumió una postura dogmática sobre el asunto, la
cual abandonó paulatinamente al triunfar las
críticas de la escuela de Nancy y Delboeuf sobre la
ausencia de control para evitar la sugestión en los
pacientes y sobre la inespecificidad de los estados
físicos propuestos por Charcot. Debido a esta derrota
científica, Binet abandonó el hospital de la
Salpetriére y sus estudios con el hipnotismo (Wolf, 1964).
En su libro de 1892, Las alteraciones de la
personalidad,
se puede observar su capitulación
respecto al tema de la sugestión en los experimentos de
magnetismo:

"Cuando estos estudios de hipnotismo y somnambulismo
fueron regresados a un lugar honorable por Charcot, hubo un gran
movimiento de entusiasmo, [ahora] podemos […] admitir que
el entusiasmo ha disminuido un poco. Se ha reconocido que estos
estudios presentan muchas fuentes de error, que muchas veces
falsean los resultados, [esto] sin el conocimiento del más
cuidadoso y prudente examinador. Una de las causas del incesante
error es la sugestión, eso es, la influencia del operador
por sus palabras, gestos, actitudes e incluso silencios" (Binet,
1892, citado por Wolf, 1964).

Binet no retornó a la hipnosis como método
para estudiar procesos psicológicos, sin embargo, el tema
de la sugestión, que estaba asociado con el trabajo en la
Salpetriére, fue de su interés permanente; este
interés decantó en la publicación de un
libro de más de 300 páginas titulado La
sugestión
(Binet, 1900), que lo convirtió en
pionero de la psicología del testimonio (Wolf,
1964).

Binet fue miembro de la Sociedad de psicología
fisiológica la cual presidía Charcot, fundada en
1885. A pesar del nombre de la sociedad, ésta tenía
una orientación psicopatológica, siendo el
hipnotismo un tema frecuentemente tratado (Nicolas, Segui y
Ferrand, 2000).

En 1886 publicó su primer libro, titulado La
psicología del razonamiento
, producto de estudios
hechos en la Salpetriére, de acuerdo con Nicolas y Ferrand
(2002), fue una obra

"en la cual la teoría del razonamiento es
puramente asociativa. Los procesos implicados en el razonamiento
son similares a los que se mantienen para la percepción:
la impresión o idea de un objeto despierta por similaridad
la idea de un objeto similar anteriormente experimentado, que a
la vez eleva por contiguidad otras ciertas ideas; así el
paso es hecho del término menor, pasando por el medio,
hasta el mayor".

Los estudios en los que se explicaba por medio del
asociacionismo los fenómenos histéricos y el
razonamiento condujeron, sin embargo, al rechazo de las leyes de
la asociación como explicación última de los
fenómenos mentales en general; Binet encontró
evidencia de que

"dos o más conciencias (o personalidades) pueden
coexistir en el mismo individuo y pueden, a cierto alcance,
trabajar juntas (ej. compartir ciertas memorias), no explicando
las leyes de la asociación cómo el vacío
entre las dos conciencias es llenado cuando […] aparece, o
por qué en otros casos […] no es en absoluto
llenado. [Así, las leyes de la asociación] no
pueden explicar por qué ciertas memorias, especialmente
recientes, son recordadas, y porque otras no son recordadas
nunca" (Varon, 1936).

Varon (1936), cita un pasaje de la obra Alteraciones
de la personalidad
(1892) en donde Binet explica porque el
asociacionismo no puede explicar los procesos psicológicos
en un individuo:

"Si…por lo tanto, no hay ninguna respuesta a este
lazo de similitud, debe ser porque el juego de la
asociación de ideas no es bastante fuerte para
despertarlo, y la asociación no es por lo tanto suficiente
para explicar el desarrollo de la vida mental. Indudablemente,
algo aparte de estas ataduras es necesario para conectar las
ideas. Más profundas causas, cuya naturaleza es
difícil de determinar, simplemente porque son
inconscientes, operan al repartir nuestras ideas, percepciones,
memorias y todos nuestros estados conscientes en síntesis
libres e independientes. Cuando estamos en una de estas
síntesis tenemos dificultad para evocar una idea que
pertenece a una síntesis diferente. En general, la
asociación de ideas no es suficiente; pero cuando los
elementos de esta segunda síntesis una vez han sido
revividos por una razón u otra, entonces la
síntesis entera reaparece" (Binet, 1892, citado por Varon,
1936).

En 1887, Binet empezó a trabajar en el
laboratorio de Eduardo Balbiani, un reconocido biólogo y
profesor de embriología del Collége de France. En
este laboratorio realizó un estudio sobre la
anatomía y la fisiología del sistema nervioso
subintestinal de los insectos. Por este trabajo La Sorbona le
otorga en 1894 un doctorado en ciencia natural. También,
durante su permanencia en el laboratorio, escribió un
pequeño libro y varios artículos sobre la vida
psíquica de microorganismos e insectos (Nicolas y Ferrand,
2002). Allí conoció a la hija de Balbiani, Laure
Balbiani, con la que contrajo matrimonio y tuvo a sus dos hijas,
Madeleine y Alice, con las que hizo algunos de los primeros
estudios sobre inteligencia. Con ellas también hizo
estudios sobre estilos cognitivos, percepción y desarrollo
(Foschi y Cicciola, 2006, Siegler, 1992, Varon, 1936). Los
estudios en inteligencia los comenzó en 1890
después de abandonar el asociacionismo como doctrina para
explicar los fenómenos psicológicos. En uno de los
experimentos en los que se estudiaba la inteligencia,
intentó determinar el grado al que los niños pueden
percibir diferencias mínimas en los tamaños de dos
semicírculos, calculando que su hija Madeleine
podía percibir la mínima diferencia de 3/40 partes
del semicírculo más pequeño y que el adulto
promedio percibía las 2/40 partes. Planteó en este
estudio la necesidad de estudiar la percepción de forma
longitudinal, midiéndola desde la niñez hasta la
adultez, no constituyendo de ninguna forma esta medición
un estimativo de la inteligencia. En este estudio planteó
también la posibilidad de medirse la inteligencia, y que
esta medición sería cualitativamente diferente en
el niño y en el adulto (Binet, 1890, citado por Varon,
1936).

También en 1887, le fue otorgado un premio en la
Academia de Ciencias Morales y Políticas por un reporte
sobre la percepción exterior que había escrito en
1886 (Andrieu, 1996, p. VII, citado por Foschi y Cicciola, 2006).
Publicó en 1888 el libro Estudios de psicología
experimental
en el que incluyó capítulos sobre
la histeria, la hipnosis y la vida psíquica de los
microorganismos (Foschi y Cicciola, 2006). En 1890,
publicó la obra Sobre la doble
conciencia
[2]una colección de 8
capítulos que escribió para la revista
estadounidense Open Court. El tema de la doble
conciencia fue tratado de nuevo en el libro Las alteraciones
de la personalidad
, texto influenciado por las
teorías de Charcot y Ribot y por el que se le
otorgó de nuevo un premio en la Academia de Ciencias
Morales y Políticas (Foschi, 2003, Foschi, 2002, citados
por Foschi y Cicciola, 2006). Este libro incluye discusiones
sobre las personalidades sucesivas en el sonambulismo
espontáneo e inducido y sobre las personalidades
coexistentes (Nicolas y Ferrand, 2002).

En 1891, por un encuentro casual, Binet conoce a Henry
Beaunis, director fundador del Laboratorio de psicología
fisiológica de la universidad de Paris, fundado en 1889 en
colaboración con Ribot (Nicolas y cols., 2000). Beaunis
era un fisiólogo de la universidad de Nancy, había
publicado escritos en los que explicaba la fisiología del
sonambulismo y había tomado parte en la polémica
entre los hipnotistas de la escuela de Nancy y los de
Salpetriére, estando de acuerdo con el papel que la
sugestión jugaba en los supuestos fenómenos de
magnetismo (Foschi y Cicciola, 2006). Binet fue aceptado en el
laboratorio para el cargo de asistente. En 1892, fue nombrado
asistente director. En 1893, Binet junto con Beaunis, empezaron a
publicar el boletín Trabajo del laboratorio de
psicología fisiológica de La Sorbona

(Travaux du Laboratoire de Psychologie Physiologique de la
Sorbonne
), que informaba de las actividades del laboratorio
(Foschi y Cicciola, 2006). En los dos únicos
volúmenes del boletín, Binet escribió para
la mayoría de los artículos, los cuales trataron
temas como memoria visual y experticia de los jugadores de
ajedrez y los calculadores expertos (Nicolas y cols., 2000). En
1894, Binet reemplazó a Beaunis como director general,
cargo que mantuvo hasta su muerte en 1911 (Carroy y Schmidgen,
2002, citado por Foschi y Cicciola, 2006). Este cargo no fue
remunerado, al igual que el desempeñado en la
Salpetriére. También en colaboración con
Beaunis, fundó en el mismo año la revista
L"Année Psychologique, la primera revista
francesa y una de las primeras en el mundo dedicada
exclusivamente a la psicología (Nicolas y cols., 2000).
Esta revista aún se publica y presenta artículos
tanto franceses como de otros países haciendo
énfasis en la investigación de laboratorio (Carroy
y Plas, 2002, Carroy y Plas, 1994, citados por Foschi y Cicciola,
2006). De acuerdo con Nicolas y Segui (2000), L"Annèe
Psychologique
fue una propuesta de Binet, quien no estaba
satisfecho con la forma de publicación del boletín
y quería, por medio de esta publicación incrementar
la reputación del laboratorio, el primero de
psicología experimental en territorio francés. En
una carta dirigida a Beaunis, Binet propuso publicar no
sólo artículos del laboratorio sino también
resúmenes y comentarios críticos de trabajos hechos
por otros investigadores, en los que se incluiría dibujos
de los equipos utilizados y una crítica experimental, que
Binet calificó como "la única verdadera
crítica, de hecho" (Nicolas y cols., 2000). El primer
volumen de L"Annèe Psychologique tuvo en un
principio problemas financieros que se paliaron luego con el
apoyo del departamento de educación superior del gobierno
y con las muchas suscripciones a la revista. El contenido del
volumen se dividió en tres partes: una presentando
experimentos originales, otra reseñas y criticas de libros
y artículos, y la última un índice
bibliográfico (Nicolas y cols., 2000). En la
introducción del volumen Beaunis subrayó la
importancia de que la psicología se hubiera emancipado de
la filosofía
metafísica[3]convirtiéndose en una
ciencia natural con la ayuda de la fisiología (Nicolas y
cols., 2000).

Otra publicación que Binet fundó y
dirigió fue la revista Intermediario de los
biólogos. Órgano Internacional de zoología,
botánica, fisiología y psicología

(Intermédiaire des Biologistes. Organe International
de Zoologie, Botanique, Physiologie et Psychologie
) en 1897,
con el propósito de ser otro órgano de
comunicación para los psicólogos, esta revista era
autónoma y no tenía una influencia especial de
ninguna corriente psicológica (Foschi y Cicciola,
2006).

En 1899 conoce a Théodore Simon y a Henri
Piéron, quienes ingresaron al laboratorio de
psicología fisiológica en calidad de asistentes.
Piéron sucedió a Binet en la dirección del
laboratorio y de la revista L"Année
psychologique
, hoy en día es considerado uno de los
principales expositores de la psicología francesa de
principios del siglo 20 (Foschi y Cicciola, 2006, Wolf, 1961).
Simon, médico de profesión, estuvo interesado en la
psicología y la filosofía desde antes de estudiar
medicina, leyendo artículos que Binet había escrito
sobre estos temas. Conoce a Binet cuando Simon va a pedirle
asesoría para tratar a niños que estaban bajo su
cargo en el asilo Perray-Vaucluse, del que era medico interno
(Wolf, 1961). Posteriormente Simon entra a trabajar en el
laboratorio, la primera tarea que le asignó Binet fue el
tomar medidas de las dimensiones físicas de niños
de la colonia de Perray-Vaucluse, tales como la altura, el peso,
el perímetro toráxico y la envergadura, entre
otras, para un estudio que estaba realizando Binet sobre la
relación que había entre el desarrollo
físico y la inteligencia (Wolf, 1961). Este estudio
además sirvió como tesis doctoral de medicina a
Simon y le hizo ser aceptado en el laboratorio de manera
definitiva. Además del trabajo en la escala de
inteligencia, Binet y Simon escribieron, entre 1909 y 1910, una
serie de artículos sobre alineación mental que
incluían consideraciones sobre la psicosis y las
deficiencias mentales (Wolf, 1961).

El desarrollo de
la escala

A partir de 1890, Binet empieza a estudiar la
inteligencia, enfocándose en comprender y medir las
diferencias individuales. Su experiencia estudiando el
funcionamiento intelectual en una amplia variedad de dominios, le
lleva a tomar una perspectiva diferente de la mantenida por
figuras preeminentes como Galton, Spearman y Cattell (Siegler,
1992). Mientras que el trabajo de estos autores se enfocaba sobre
las capacidades simples y fáciles de medir tales como
discriminación sensorial y tiempo de reacción
simple, Binet proponía trabajar con los procesos mentales
complejos, ya que los consideraba como la causa principal de
diferencias intelectuales individuales (Siegler, 1992). Esta idea
se manifiesta en el artículo escrito por él y Henri
en 1895 titulado "La psicología individual" (Psychologie
individuelle), en el que se hace una crítica a los
enfoques de los otros investigadores:

"Si uno mira en una serie de experimentos realizados
–tests mentales como expresa el inglés- uno se
asombra por el considerable espacio reservado a las sensaciones y
a los procesos simples y por la poca atención prestada a
los procesos superiores….[el motivo citado] es que los
procesos elementales pueden ser determinados con mucha más
precisión que los procesos superiores. Esto es verdad,
pero las personas difieren [en estos procesos] elementales de
forma más endeble que en los procesos complejos; no hay
necesidad, por lo tanto, de un método tan preciso para
determinar lo primero, como para lo último […]"
(Binet y Henri, 1895, citado por Siegler, 1992).

Este artículo también describe
detalladamente el plan de Binet y Henri para desarrollar una
prueba que evaluaría las diferencias individuales del
funcionamiento mental, sería de fácil uso, barata,
de puntuación objetiva y predictora del desempeño
escolar (Siegler, 1992). Incluiría medidas de 10 funciones
mentales que Binet juzgaba como más importantes a la hora
de evaluar la inteligencia. Cada función mental
sería evaluada por un test, con múltiples
ítems para poder obtener una evaluación fiable,
estos tests evaluaban, uno por uno, lo siguiente: memoria,
naturaleza de las imágenes mentales, imaginación,
atención, comprensión, sugestión,
sensibilidad estética, sentido moral, fuerza muscular y de
voluntad, y rapidez de movimiento y de mirada (Siegler, 1992,
Warren, 1895). Binet igualmente afirmaba que los ítems
eran apropiados al entorno al que el individuo pertenecía
y que su aplicación no tomaría más de hora y
media, esto para evitar cansar al niño (Wolf, 1973, p.
243, citado por Siegler, 1992).

Respecto a la realización de este plan, en 1909
Binet escribe:

"No hay nada como la necesidad de generar nuevas ideas.
Nosotros indudablemente hubiéramos retenido el statu quo
usando los tests fragmentarios, si un asunto de interés
social hace tres años no habría hecho para nosotros
obligatorio medir la inteligencia por el método
psicológico. Había decidido tratar de organizar
algunas clases especiales para niños anormales. Antes que
estos niños pudieran ser educados, debían ser
seleccionados. Cómo se podría hacer esto? Fue bajo
estas circunstancias que […] formulamos un plan para medir
la inteligencia el cual llamamos "escala métrica de
inteligencia"". (Binet, 1909/1975, pp. 104-105, citado por
Siegler, 1992).

En 1905[4]Simon y Binet publican la
primera versión[5]de la escala de
inteligencia, esta constaba de algunas de las mismas subpruebas
que están presentes en la escala Stanford-Binet tales como
retención de dígitos, vocabulario,
reproducción de diseños de bloques, doblado de
papel, comprensión y similitudes (Siegler, 1992). Han
permanecido también, en la Stanford, ítems
específicos de la primera versión. Otras
características mantenidas es el arreglo de las preguntas
en orden ascendente de dificultad, advertencias para que el
experimentador no diera pistas a los niños ni actuara como
si enseñara, y una recomendación para evaluar los
niños sin los padres o el tutor a menos que fuera
necesario para tranquilidad del niño (Siegler,
1992).

Esta primera versión de la escala tenía
una falla importante de construcción, se basaba en una
muestra pequeña y poco representativa de niños,
pues incluía solamente 50 niños, diez de 3, 5, 7, 9
y 11 años, todos escogidos por sus profesores por ser de
habilidad promedio (Binet y Simon 1905b, citado por Siegler,
1992). Asimismo, la escogencia de ítems no se basaba en un
análisis estadístico masivo y sistemático,
sino en las impresiones, de Binet y sus colaboradores, acerca de
cuales ítems discriminaban mejor entre niños de
varios grados de inteligencia, y aunque reflejaban la experiencia
de aproximadamente 10 años de observación con el
objetivo de seleccionar tales ítems, estaba apoyada
principalmente en estadísticas implícitas
más que explícitas (Siegler, 1992).

El diseño de la escala estaba orientado hacia la
medición del retardo mental a fin de seleccionar a los
niños que se ubicarían en las clases
especializadas, teniendo poca precisión para "medir" las
inteligencias normal y alta, Binet nombró a este
método de selección método
psicológico
y lo comparó con otros
métodos de selección de niños con
déficit cognitivo, como el método
médico
y el método pedagógico.
El método médico estaba principalmente dirigido a
identificar los signos físicos (fisiológicos,
antropométricos, y fisiognómicos) del retardo
mental. El método pedagógico consistía en
determinar el retraso constatando la falta de progreso en la
escuela. Sin embargo, Binet y Simon sostuvieron que el
método psicológico llevaba a una
individualización más específica de los
signos de retardo, en contraste con los otros métodos
(Binet y Simon, 1905, citado por Foschi y Cicciola,
2006).

Binet y Simon revisaron el test en dos oportunidades.
Las muestras para estas subsiguientes versiones fueron mucho
más grandes y más diversas intelectual y
socio-económicamente. También incluyeron un rango
más amplio de edades. Algunos ítems fueron sacados
del test original, otros modificados o adicionados. Estas
versiones revisadas, como la original fueron rápidamente
puestas en uso en gran parte del mundo occidental. Sin embargo,
en Francia, la escala fue ignorada hasta la década de
1920; incluso cuando se puso en uso, fue conocida más como
la prueba Terman-Merrill que como la escala Binet-Simon o
Stanford-Binet[6](Siegler, 1992).

En 1908, Binet publica la primera revisión de la
escala, para esta revisión Simon no puede colaborarle ya
que es asignado a un asilo en la provincia de Rouen, para
trabajar con niños recluidos.

Vattier (1910a), citando a Binet y Simon (1908) y a
Binet (1909), afirma lo siguiente:

"El principio que gobierna esta escala de inteligencia
es evidente de la precedente: es arreglar un cierto número
de tests de dificultad creciente, tests que serán tan
rápidos y precisos como sea posible, [para esto, se
probaran] en un gran número de niños de diferentes
edades, anotando los resultados obtenidos, y [después]
seleccionando [los] tests en los que se tiene éxito [a]
cierta edad y en los que [fracasan] niños más
jóvenes. De esta manera una escala métrica de
inteligencia permite determinar si el sujeto tiene la
inteligencia de su edad, o si es retardado o avanzado. Los
experimentos se hicieron no sólo en niños de la
escuela elemental, sino también en adolescentes de ambos
sexos y en soldados".

En otro apartado Vattier (1910a)
continúa:

"El primero y mejor de los tests empleados consiste en
mostrarle un dibujo al niño y nombrarle los objetos
representados en este. [Al aplicar el test] descubrimos
[…] que le ha impresionado más, cual [es] su idea
directriz, cual es el grado de su mentalidad, cómo
percibe, interpreta y razona. […] este test tiene las
enormes ventajas de divertir al niño y sacar respuestas de
forma inmediata. […]. Cuanta más edad tengan mas
objetos nombran, describen más precisamente las personas y
comentan sobre las cosas que ven. […] A la edad de cuatro
años a los niños les es pedido nombrar y definir
ciertos objetos ubicados ante él, comparar pesos, copiar
un cuadrado, señalar la oreja izquierda o derecha. En una
edad más avanzada, se les pide leer, decir su edad, decir
el número de sus dedos, dibujar un romboide, identificar
una moneda, nombrar los días de la semana y los meses del
año. A los 11 años se les pide criticar oraciones
que contengan declaraciones sin sentido, repetir el número
de palabras más grande posible en un dado tiempo, y
definir […] términos abstractos".

Para 1911, Binet y Simon publican la última
versión de su escala (ver apéndice B) en respuesta
a las críticas de la revisión anterior (Berry,
1912).

En un artículo de 1912, Berry, describe los
cambios de la versión de 1908 a la de 1911. Reporta que de
los niveles de seis a nueve años nueve tests
(ítems) han sido retirados de la prueba, uno porque es
similar a un test de la edad cinco, algunos de los otros porque
en gran medida son influidos por la enseñanza escolar o la
instrucción del hogar, no constituyendo verdaderos tests
de inteligencia, de acuerdo con Binet. Asimismo, se adicionan 4
tests nuevos entre el nivel de 10 años y adulto. Se
transpuso también 26 tests de un nivel de edad a otro.
Binet encontró que los tests de 11, 12 y 13 años
eran muy difíciles para la mayor parte de los
niños, por lo tanto trasladó los tests de la edad
11 a la de 12, los de 12 se ubicaron bajo la edad 15, y los de 13
se ubicaron bajo el nivel adulto (tomado como "mayor de 15
años"). Otro cambio significativo en la escala, fue
distribuir de forma más homogénea los tests a lo
largo de las edades. En las series de edad de 1908 el
número de tests variaba de 3 en el nivel de trece
años a 8 en el nivel de 7. En la versión de 1911 se
ubicaron 5 tests por cada edad excepto en la edad 4 que
quedó con 4 tests. Se estableció un método
distinto de conteo como último cambio efectuado a la
prueba. En la versión de 1908 se tomaba la edad en donde
se pasaban todos los tests excepto uno como edad base, en la
versión de 1911, se tomó como edad base la
última edad en donde se pasaban todos los tests. Sobre
esto Berry (1912) comenta:

"En las series de 1908, si el sujeto, por ejemplo,
ejecutaba correctamente todos los tests bajo edad seis, todos
menos uno bajo edad siete, tres bajo edad ocho y dos bajo edad 9,
edad siete era tomada como base y al sujeto se le daba
crédito para año adicional por cada cinco tests
correctamente ejecutados por encima de esa edad. En el caso
supuesto que el haya ejecutado cinco tests bajo las edades por
encima de siete, su edad mental entonces es ocho. Pero con el
nuevo método de conteo, seis, el año en el cual
ejecutó correctamente todos los tests, es tomado como
base, y, como en el otro caso, se le da crédito para
año adicional por cada cinco tests ejecutados
correctamente arriba de la edad que ha sido tomada como
base."

Debido a la muerte de Binet, la investigación de
la escala se detuvo ya que Simon no estaba capacitado, por su
preparación académica, para continuarla.
Después de 1911, Simon continuó su trabajo como
psiquiatra, llegando a ser doctor en jefe de varios servicios
diferentes en las grandes instituciones mentales en Paris (Wolf,
1961). Fue presidente del "Congreso de alienistas y
neurólogos de Francia y otros países franco
hablantes", en su discurso presidencial a este congreso
exhortó a los asistentes a estudiar la normalidad (Wolf,
1961), estando en línea con una de las premisas
principales de investigación de
Binet[7]

De acuerdo con Siegler (1992), Binet, entre 1905 y 1911
no sólo trabajó en el mejoramiento de su escala de
inteligencia sino que además realizó estudios sobre
la relación mente-cerebro, ideas de los niños,
niños con déficit cognitivo, psicología de
artistas famosos, la relación lenguaje -pensamiento y los
efectos de la fatiga en la ejecución
intelectual.

El estudio de la
inteligencia

Después de haber abandonado el concepto de
asociación como paradigma para estudiar la mente, Binet
optó por estudiar la inteligencia ya que veía en
ésta un concepto que podría abarcar el
funcionamiento general mental (Varon, 1936). Influido por la
definición y teorización de Taine sobre la
inteligencia, Binet la consideraba principalmente como una
facultad para conocer, en 1890 da la siguiente definición:
"eso que es llamado inteligencia en el sentido estricto del
término, consiste en dos cosas: primero, percibir el mundo
externo; y entonces demandar de nuevo estas percepciones en el
estado de memoria, manipulándolas [y luego] meditando
sobre ellas." (Binet 1890, citado por Varon, 1936).
Después en 1892 propone a la inteligencia como el proceso
por medio del cual se coordinan y sintetizan los esfuerzos de las
demás facultades de la mente, ya sean complejas o simples,
superiores o inferiores (Varon, 1936). Mientras que en la primera
definición identificaba a la inteligencia con facultades
tales como percepción, memoria y pensamiento, en la
segunda distingue la una de las otras proponiendo a la
inteligencia como un proceso coordinador de las otras facultades
mentales, advirtiéndose aquí la impresión
general que tenía Binet acerca de la mente: que mientras
da la apariencia de unidad funcionando como un todo, esta
constituida de procesos muy distintos y numerosos (Varon, 1936).
Sin embargo, Binet no explicita en qué forma se relacionan
la función general (inteligencia) y las funciones
específicas (razonamiento, percepción, etc.)
(Varon, 1936).

De los procesos superiores que consideraba como los
más adecuados para estimar la inteligencia, Binet
proponía el juicio o sentido común como el que
diferenciaba de manera más clara a personas con
inteligencia promedio de personas con inteligencia baja siendo su
evaluación de más importancia a la hora de medir el
intelecto (Varon, 1936). En sus estudios Binet halló que
las funciones más básicas se desarrollaban antes
que las funciones superiores, observándose diferencias
más grandes en estas últimas al compararse dos
individuos, pudiéndose hacer una mejor comparación
entre las inteligencias de varios individuos a partir de estas
(Varon, 1936).

En el artículo "La psicología individual"
(Binet y Henri, 1895), se expone la metodología que Binet
usaba en la investigación psicológica, y por
extensión, en el estudio de la inteligencia. Propone un
método correlacional: "El objetivo de la psicología
individual … es estudiar los diferentes procesos
psíquicos del [ser humano.] … [La psicología
individual] estudia las propiedades de los procesos
psíquicos que varían de un individuo a otro;
[determina] las propiedades variables y entonces [establece] a
qué punto y cómo varían de acuerdo al
individuo …" (Binet y Henri, 1895, citado por Varon,
1936). Se establece las características que son variables
en los procesos de un individuo y se determina cómo
varían, luego se determina qué procesos mentales
cambian de la misma forma en el individuo. Se induce un cambio en
un proceso mental para luego comprobar si cambian de la misma
forma otros procesos (Varon, 1936). En este orden de ideas la
inteligencia sería una facultad que está
relacionada con los procesos superiores, los cuales
presentarían diferencias más dramáticas de
individuo a individuo, se dispondrían de determinados
tests para evaluar estos procesos y por lo tanto saber como
correlacionan con medidas de inteligencia, que en este caso son
las evaluaciones de desempeño escolar. En el
artículo de 1895 Binet propone valerse de los siguientes
procesos para estudiar y medir la inteligencia: memoria,
imágenes mentales, imaginación, atención,
comprensión, sugestión, sentimiento
estético, fuerza muscular, fuerza de voluntad y capacidad
de observación (Varon, 1936). Por otra parte, Binet no
hablaba de medir la inteligencia en el sentido físico de
la palabra, sino que buscaba un método de
clasificación:

"no creo que uno pueda medir una de sus aptitudes
intelectuales en el sentido en el que uno mide una longitud o una
capacidad […,] una persona […] puede retener siete
figuras después [de habérselas presentado una vez,
y] puede uno clasificarlo, […] detrás del individuo
que retiene ocho figuras bajo las mismas condiciones, y antes de
los que retienen seis. Esta es una clasificación, no una
medición. […] nosotros no podemos conocer,
[…] si la diferencia entre una memoria para cinco figuras
y una memoria para seis figuras es o no igual a la diferencia
entre la memoria para siete figuras y la memoria para ocho, no
sabemos, además, cual es el valor de esta diferencia
[…]" (Binet, 1898, citado por Varon, 1936).

En 1903 Binet publica L"étude
expérimentale de l"intelligence
, en este libro
discute el valor de muchos de los tests que propuso en 1895 para
medir la inteligencia, también reporta un estudio hecho
sobre pensamiento e imaginería, concluyendo que el
pensamiento del niño con severo y moderado déficit
cognitivo es un pensamiento sin imágenes. Propone una
clasificación similar a
introversión-extraversión como formas de
reacción del individuo, con esto buscaba un "factor
general cualitativo" que pudiera ayudar a explicar tanto el
aspecto emocional como intelectual (Varon, 1936).

En 1908, Binet expone su teoría de los tres
elementos constitutivos de la conducta inteligente
(dirección, adaptación y control). En 1909, propone
una teoría ligeramente diferente, proponiendo cuatro
elementos para explicar el accionar de la
inteligencia:

"En nuestra opinión, la inteligencia, sin tener
en cuenta los fenómenos de la sensibilidad, la
emoción y la voluntad, es por encima de todo una facultad
de conocer, la cual esta dirigida hacia el mundo exterior, el
cual trata de reconstruirlo como una totalidad, por medio de los
pequeños fragmentos [que percibimos] de este […].
Lo que nosotros percibimos [del mundo] es el elemento "a", y todo
el complicadísimo trabajo de nuestra inteligencia consiste
en unir a este primer elemento un segundo, el elemento "b". Todo
conocimiento es así esencialmente una adición, una
continuación, una síntesis, [no importa] si la
adición toma lugar automáticamente como en una
percepción externa […] o después de una
búsqueda conciente […], en esta adición
[…] hay […] una multitud de facultades trabajando:
comprensión, memoria, imaginación, juicio, y sobre
todo, habla. Retengamos solamente lo más esencial, y, ya
que todo esto culmina en la invención de un elemento "b",
llamemos a la operación una invención, la cual es
ejecutada después de una comprensión. La
operación no puede ser ejecutada sin nuestro conocimiento
de cuál es la cuestión, sin nosotros adoptar una
cierta línea, de la cual nosotros no nos desviamos;
así una dirección es necesaria …. Las ideas
deben ser juzgadas tan rápido como ellas son producidas y
rechazadas si no establecen el fin perseguido; debe haber,
así, una censura. Comprensión, invención,
dirección y censura; la inteligencia está contenida
en estas cuatro palabras" (Binet, 1909, citado por Varon, 1936).
Estos cuatro elementos serían descripciones cualitativas
de cómo trabajan las facultades o procesos de la mente al
producirse una conducta inteligente, no explicaría
cómo es el "mecanismo" de la inteligencia (Binet, 1909,
citado por Varon, 1936).

También en 1908, Binet encuentra una
relación directamente proporcional entre los grados de
inteligencia y atención. Igualmente, encuentra que el tipo
de sintaxis usada al expresarse verbalmente varía con el
nivel de inteligencia, sirviendo además para diferenciar
entre el individuo "retrasado" y el "demente". Por último,
hace una distinción entre inteligencia y aptitud
escolástica (la que considera como principalmente memoria)
y entre madurez y rectitud de inteligencia (Binet y Simon, 1908,
citado por Varon, 1936).

Binet tuvo conocimiento de las teorías sobre la
inteligencia de Spearman y de Thorndike, hace una
comparación entre ellas y con su propia teoría de
inteligencia. Concluye que las teorías de estos dos
autores son opuestas en esencia, pues Spearman propone un factor
general de inteligencia (g) que subyace a toda conducta
inteligente, mientras que Thorndike propone no una facultad sino
varias facultades independientes una de la otra que subyacen a la
conducta inteligente (Binet, 1909, citado por Varon, 1936). El
propone una posición intermedia en la que se
consideraría a la mente de manera más
dinámica, asumiéndose varias facultades no
estrictamente independientes; no avanza más en la
proposición, ya que su trabajo estaba enfocado a la
recolección de datos, estando la teorización
relegada a segundo plano.

La Sociedad libre
y la Comisión para niños
retardados

En 1900, Binet con la ayuda de Simon colabora con
Ferdinand Buisson[8]en la organización de
la "Sociedad libre para el estudio psicólogico del
niño"[9] (Société Libre pour
l"Etude de l"Enfant), de la que Binet fue presidente hasta 1911.
La Sociedad libre era una asociación de psicólogos,
profesores y directores de centros educativos, preocupados por
los problemas pedagógicos prácticos que se
presentaban en las escuelas. Su propósito principal era el
facilitar el estudio sincero, libre y desinteresado de los
niños por parte de sus miembros (Buisson, 1900, citado por
Foschi y Cicciola, 2006), lo que implicaba la
investigación a nivel colectivo e individual del
desarrollo físico y psíquico del niño.
Tenía un boletín (editado por Binet) que informaba
de las actividades de la misma. Esta sociedad, además,
actuó como defensora de los intereses de los niños
y fue influyente en la creación de la
"Comisión[10]sobre la educación de
los niños retardados" en 1904, comisión para la que
se desarrolló la escala de inteligencia (Foschi y
Cicciola, 2006).

En 1905 creó un laboratorio de pedagogía
experimental[11]para la Sociedad libre, a fin de
aplicar los resultados de las investigaciones psicológicas
en la enseñanza escolar. (Foschi y Cicciola, 2006,
Vattier, 1910a). En uno de los estudios que condujo en esta
escuela-laboratorio Binet (1907) halló que aproximadamente
el 5 % de los niños tenían dificultad en la escuela
simplemente porque no podían ver el tablero. Para paliar
esto, él y Simon diseñaron una prueba de
visión de fácil administración que los
profesores podían usar sin la presencia del médico.
Esta prueba al principio fue criticada por los médicos, en
respuesta Binet solicitó a algunos oftalmólogos
revisarla y probarla, subsiguientemente la respaldaron.
Posteriormente, la prueba alcanzó amplio uso en las
escuelas de Paris y Burdeos (Siegler, 1992).

También en 1905, Binet escribió un reporte
a nombre del subcomité pedagógico para el pleno de
la Comisión sobre la educación de los niños
retardados. En este reporte, dio especificaciones
técnicas, para las locaciones, los límites
espaciales, la programación, la constitución y los
principios pedagógicos requeridos para las clases
especializadas con anormales (Vial y Hugon, 1998, citado por
Foschi y Cicciola, 2006). En 1906, se le dio autorización
para comenzar algunas clases especiales como experimento,
anticipándose a las introducidas por la ley de 1909 (Vial,
1986, Vial, 1990, citados por Foschi y Cicciola, 2006). La
primera clase se programó para enero de 1907,
incluyó a 19 niños temperamentales y
retraídos; la segunda comenzó en abril e
incluyó 17 niñas, finalmente la tercera se hizo en
junio para 17 estudiantes de una escuela. Otras cinco clases se
hicieron para un total de ocho (Foschi y Cicciola, 2006). Acerca
de estas clases Vattier (1910a) citando a Binet (1909)
comenta:

"En la clase experimental comenzada en una escuela
primaria en Paris los defectuosos no son separados de los alumnos
normales; los últimos actúan como "pequeñas
madres" para los jóvenes defectuosos. Los alumnos antiguos
actúan como monitores, permaneciendo casi el día
completo en las clases de anormales y ayudando a los más
jóvenes. Un niño que ha servido como monitor no
retorna por un mes o dos, a fin de que no se quite la
espontaneidad de los niños normales ni para mimar a los
defectuosos. Dos veces a la semana los monitores dan
instrucción individual a sus pupilos. Cada pequeño
profesor sirve por una quincena, y al final de su periodo de
servicio escribe un reporte de dos o tres páginas sobre lo
que ella ha observado en conexión con su pupilo. La
siguiente quincena es reemplazado por otro, a fin que los
jóvenes tutores no se desgasten. Naturalmente, esta
organización es únicamente posible con muy atenta
colaboración del director". Estas clases para niños
anormales –que ya se habían creado por iniciativa
privada- se instauraron para escuelas estatales por medio de la
ley del 15 de abril de 1909, seleccionándose con la escala
diseñada por Binet los niños para estas clases.
Respecto a estas clases Foschi y Cicciola (2006)
comentan:

"Las clases especializadas –que fueron
diferenciadas de acuerdo al sexo y fueron anexadas a las escuelas
estatales elementales- admitirían niños de 6 a 13
años. Además, la ley proporcionó el apoyo de
estos niños hasta la edad de 16 años en la forma de
escuelas especializadas para el entrenamiento vocacional para
completar su educación primaria. Dos años antes de
que la ley entrara en efecto, Binet experimentó con estas
clases en algunas de las escuelas de Paris. El científico
francés adoptó la siguiente regla de
selección: todo niño que no se ajustara a los
métodos de enseñanza y disciplina de una escuela
primaria era considerado anormal. De acuerdo a Binet [(1908)],
los candidatos para la escuela especializada habrían
mostrado un retardo intelectual, como el que se medía por
la escala de inteligencia, de al menos dos
años".

Respecto al entrenamiento de estos niños
"anormales", Vattier (1910a), citando a Binet (1909),
señala:

"El principal objetivo en el entrenamiento de
defectuosos es despertar la emulación, y el método
para lograr esto ha sido llamado ortopedia mental, en
comparación con la ortopedia física para la
corrección de los defectos físicos. Para este
propósito se comienza con ejercicios de inmovilidad; los
pupilos permanecen inmóviles como estatuas por
quizás un minuto al día. Entonces se les pide
ejecutar ejercicios que demandan control motor tales como llevar
platos llenos de agua. Un ejercicio usado frecuentemente es el
test de fuerza con el dinamómetro. Antes de cada ensayo, a
fin de estimular al alumno, el resultado del ensayo precedente se
pone de manifiesto, y ya que el objetivo no es incrementar la
fuerza física del niño sino enseñar una
lección para aumentar el esfuerzo, pronto se observa que
el promedio de las presiones crece de forma constante.
Continuamente en el entrenamiento de los defectuosos se tienen en
cuenta los siguientes objetivos: estimulación de la
atención, la memoria, la percepción y la voluntad,
inculcar lecciones de disciplina, para enseñar a los
niños cómo aprender antes que tratar de incrementar
el conocimiento, -en resumen, hacerles activos."

Postulación a cátedras de
psicología

En 1901, Binet se postula para la
cátedra[12]de psicología comparativa
y experimental del Collége de France, a la cual
había renunciado Ribot, debido a su retiro de la vida
académica. A ésta también se postula Pierre
Janet, un discípulo de Ribot, psicólogo con fuerte
inclinación por el estudio de las psicopatologías
como su maestro. Janet era doctor en artes y medicina y
conferenciante en psicología de la universidad de Paris y
tuvo el favor de la mayoría de la asamblea a cargo de la
elección del nuevo catedrático, siendo elegido para
el puesto (Nicolas y Segui, 2002). Después de este fracaso
para conseguir una vacante en el Collége de France, Binet
se postula para el cargo de conferenciante sobre
psicología experimental dejado por Janet en la universidad
de Paris, para el cual también se presenta George Dumas,
otro discípulo de Ribot. Dumas era doctor en artes y
ciencias y director del laboratorio de psicología de la
facultad de medicina de la universidad, tuvo el favor del
comité encargado, siendo Binet rechazado de nuevo para un
cargo académico en psicología (Nicolas y Segui,
2002).

En el trasfondo de la competencia entre Janet y Dumas
con Binet se hallaba la rivalidad que había en la Francia
de la época entre dos corrientes psicológicas, la
psicopatológica, encarnada en Ribot y sus
discípulos y la experimental, de la que Binet era uno de
los mejores representantes (Nicolas y Ferrand, 2002). De acuerdo
con Nicolas y Ferrand (2002), la corriente psicopatológica
perpetuaba la rama filosófica de la escuela
ideológica de finales del siglo 18, mientras la corriente
experimental trabajaba con el "hombre normal" y con las ciencias
fisiológicas y biológicas desarrolladas en la
segunda mitad del siglo 19.

Ribot era un opositor de la filosofía
espiritualista y crítico de los métodos
introspectivos que ellos usaban para estudiar la mente (Nicolas y
Ferrand, 2002). Binet, en cambio, era partidario de combinar los
métodos introspectivos y experimental, criticando lo que
llamaba "introspección personal" por llevar a falsas
generalizaciones, pues a partir de lo observado en un individuo,
se establecerían verdades psicológicas para todos
los individuos, lo que no conducía a la verdad.
También criticaba la experimentación altamente
objetiva, en el que el observador y el sujeto experimental
están en cuartos distintos o se le da a este último
un limitado número de opciones de respuesta, Binet se
oponía a estos métodos porque, en el segundo caso,
se perdía información relevante al no interactuar
directamente con el sujeto, o, se manipulaba o distorsionaba los
datos al dar sólo algunas opciones de respuesta al
individuo no "dejándolo expresar libremente", como en el
primer caso. Proponía por lo tanto lo que llamó
"introspección comparativa", por medio de este
método las condiciones son aún controladas, pero al
observado le es permitido reportar libremente, y el
experimentador no sugiere la forma de sus respuestas; se utiliza,
además, varios sujetos y/o poblaciones para tener
posibilidad de generalizar discerniendo que es común a
todos los individuos y que es peculiar en cada uno (Varon,
1936).

Estudios en
desarrollo

En 1909 publica Las ideas modernas acerca de los
niños
, libro en el que resume gran parte de su
trabajo sobre el desarrollo. De acuerdo con Vattier (1910b), en
este libro Binet intentó demostrar que no había lo
que se llamaba un "niño típico", sino que cada uno
tenía diferencias individuales que hacían que se
desempeñaran cada uno a un diferente grado, por esto
había que diseñar métodos distintos de
enseñanza para cada tipo de niño, ya que la misma
estrategia pedagógica no era adecuada para todos.
Aquí Binet proponía la escala de inteligencia como
una herramienta para clasificar a los niños midiendo su
capacidad de aprendizaje, mostrándose por medio de tal
medición "el progreso real de cada alumno,
[pudiéndose ademàs] estimar el valor profesional de
los profesores [y el de] los métodos pedagógicos"
(Binet, 1909, citado por Vattier, 1910b). También en el
libro, propone que se hagan exámenes de visión y
oído a los niños, ya que encontraba que una parte
importante de ellos tenía problemas con alguno de los dos
sentidos. En otro capítulo del libro, explica la propuesta
para medir la inteligencia en los estudiantes y expone sus
razones para considerar a la inteligencia como susceptible de
mejoramiento, presentando como apoyo a esta posición las
observaciones realizadas y las resultados obtenidos por él
en clases de niños "anormales", teniendo sus
intervenciones un énfasis particular en la memoria,
demostrando que ésta podía ser medida y
desarrollada con ejercicios graduados y metódicos. En otro
capítulo aborda las aptitudes en los niños y
distingue tipos de inteligencia (estilos cognitivos) tales como
reflectivo e intuitivo, objetivo y subjetivo, práctico y
literario (Vattier, 1910b). En la última parte aborda la
pereza y la educación moral de los niños (Vattier,
1910b).

Siegler (1992) cita este libro para afirmar que Binet
tenía similitudes sorprendentes con Piaget en cuanto a los
estudios de desarrollo:

"Como es evidente a través de este libro, y
aunque Binet no creyó en los estadios discretos del
desarrollo, su perspectiva general sobre el desarrollo cognitivo,
su enfoque metodológico, y un número de tareas y
hallazgos particulares que él describió parecen
sorprendentemente cercanos a Piaget. […] Las opiniones
[tales como] que el desarrollo cognitivo es un proceso
constructivo, que el propósito del desarrollo cognitivo es
la adaptación a los mundo físico y social; que los
niños asimilan nuevas experiencias a las existentes
maneras de pensamiento; y que la inteligencia satura todas las
actividades, simples como complejas, [eran comunes a ambos]. Otra
creencia compartida era que los altos niveles de actividad
física, particularmente de juegos, eran esenciales para el
proceso de desarrollo".

Siegler (1992) atribuye la causa de estas similitudes al
contacto de Piaget con personas que habrían sido cercanas
a Binet tales como Simon y Claparede, lo que probablemente le
habría permitido conocer sus teorías y forma de
trabajar.

A pesar de que Binet hizo numerosos experimentos con
niños, parece improbable que haya planteado una
teoría formal del desarrollo, ya que en su trabajo se
enfocó en la recolección de observaciones y hechos,
estando la discusión teórica relegada a una
posición secundaria (Varon, 1936).

El estudio de la
memoria

Uno de los fenómenos más estudiados por
Binet fue el de la memoria. Para estudiar este fenómeno
realizó experimentos con niños examinando su
memoria de prosa, también trabajó con los
testimonios dados por testigos infantiles e intentó
establecer el papel que esta jugaba en la habilidad de
cálculo de los calculadores expertos (Siegler,
1992).

En un experimento de memoria de prosa, realizado por
Binet y Henri en 1894, se presentaban párrafos de entre 11
y 86 palabras a niños de 9 a 12 años para luego
pedirles escribir lo que recordaban, hallaron que el recuerdo de
los niños se enfocaba no en palabras aisladas sino
más bien en lo que los autores definieron como "memoria de
ideas" (Thieman y Brewer, 1978, citado por Siegler, 1992). Binet
y Henri también encontraron que este enfoque sobre las
ideas o la esencia de los párrafos era más
pronunciado a medida que se incrementaba el tiempo de retraso
previo al recuerdo, también que las ideas más
importantes del párrafo eran más probables para
recordarse (Siegler, 1992). Además, observaron que las
palabras concretas y las formas sintácticas que se usaron
en la fase de recuperación incluyeron numerosos errores de
intrusión, influyendo en el contenido y la forma del
material recordado el conocimiento que tenían los
niños. Por otra parte, concluyeron que la memoria de
palabras aisladas y la memoria para el discurso eran
cualitativamente diferentes (Siegler, 1992). Valga anotar que
estos hallazgos fueron redescubiertos en la década de 1970
en los Estados Unidos, teniendo el estudio de la memoria de esa
época similitudes en la forma de abordar el
fenómeno con la investigación de Binet sobre el
mismo tema (Siegler, 1992).

La investigación sobre calculadores expertos
(Binet y Henneguy, 1894, citado por Siegler 1992) implicó
el análisis detallado de los famosos calculadores Inaudi y
Diamandi. Los calculadores podían hacer sustracciones de
números de hasta 21 dígitos sin ningún
registro externo de los números iniciales ni de los
resultados de las operaciones intermedias. En este estudio Binet
y Henneguy encontraron que estas hazañas con los
números se debían a la forma en que los
calculadores se representaban la información
numérica en la mente, descartándose el efecto de
una inteligencia superior, del contexto o de las habilidades
memorísticas de los expertos. También, los
resultados y conclusiones de estas investigaciones fueron
replicados en estudios realizados 70 años después
(Staszewski, 1988, Chase y Simon, 1973, citados por Siegler,
1992).

Por otra parte Binet realizó estudios sobre
memoria de palabras (Siegler, 1992) y sobre memoria de dibujos
(Binet, 1909, citado por Vattier, 1910a).

Conclusiones

La escala de inteligencia tuvo una buena
aceptación en la comunidad científica y profesional
de la época debido a las varias innovaciones que
presentó Binet con su diseño. Antes de la escala se
habían desarrollado varios tests de inteligencia, de los
cuales Binet tomó prestado algunos para la
construcción de su prueba (Boake, 2002), sin embargo no
tenían la confiabilidad que tenía la escala Binet,
pues sólo se valían, al contrario de la escala, de
una manifestación del funcionamiento cognitivo total (ej.
retener dígitos en la memoria). En concordancia con su
visión de la mente, Binet pensaba que era mejor evaluar la
inteligencia de diversas maneras, por medio de los procesos
cognitivos más complejos, que eran los que él
había observado como difiriendo en mayor grado de
individuo a individuo. Esta premisa hacía igualmente que
la escala pudiera examinar los procesos que presuntamente
correlacionaban más con la inteligencia, dándole
una mejor validez al instrumento.

Esta característica fue criticada años
más tarde, argumentándose que la escala estaba
cargada verbalmente, lo que la hacía inadecuada para
personas con problemas de lenguaje, que no conocieran el idioma
en el que estaba escrita la prueba o que tuvieran poca
preparación académica (Boake, 2002).

Otra crítica a la prueba que se hizo años
después fue la imprecisión del método de
agrupar ítems por edad (year scale) para aplicar
la prueba y luego determinar el nivel intelectual del
niño. Esta crítica fue planteada por Robert Yerkes
(Boake, 2002, Mayrhauser, 1992), afirmando que este tipo de
procedimiento infringía las leyes del desarrollo mental
(Mayrhauser, 1992). Propuso en reemplazo la escala de punto
(point scale), en esta escala se agrupaba ítems
similares en subtests, en vez de agruparse los ítems por
edad, como en la prueba Binet-Simon. Eran administrados
comenzando por el ítem más fácil,
procediéndose en orden de dificultad hasta terminar el
subtest. Esta escala de punto fue llamada el Yerkes-Bridges Point
Scale Examination, y estaba constituida en esencia por los mismos
ítems de la Binet-Simon (Yerkes, Brigdes y Hardwick, 1915,
citado por Boake, 2002).

Además de esta revisión de la prueba se
hizo otra que agrupaba no solo ítems de la escala
Binet-Simon sino de otros investigadores tales como Bonser (1910,
citado por Boake, 2002) (ítems de razonamiento
aritmético) y Healy y Fernand (1910, citado por Boake,
2002) (ítems de láminas de formas, form
board
). Esta revisión y extensión de la prueba
fue conocida como la Escala de Inteligencia Stanford-Binet
(Terman, 1916, citado por Boake, 2002), diseñada por Lewis
Terman en la Universidad de Stanford. Esta versión de la
primera escala de inteligencia es la que ha permanecido hasta la
época actual.

Partes: 1, 2, 3
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