El surgimiento de grupos que se
constituyen en torno a un
territorio y definen su razón de ser por motivos
estéticos, posesión de objetos o referencias a
imaginarios ideológicos radicales (nazismo,
izquierdismo, etc.) como búsqueda de identidad
difusa, no es un fenómeno nuevo.
Ya desde los años 20, en Los Estados Unidos,
en plena post-guerra y con
la llegada de los inmigrantes europeos, se empieza a hablar de
las pandillas que se forman en la periferia urbana de las grandes
ciudades.
Posteriormente en los años sesenta, fundamentalmente en
Europa y los
Estados Unidos vuelven a surgir las andillas juveniles, dentro
del contexto de la Contracultura y los movimientos sociales
contestatarios.
Luego en los años ochenta aparece una variada gama de
grupos que se sitúan en el espectro ideológico de
la ultraderecha racista y la ultraizquierda: grupos neo-nazis,
skin heads, punky,etc.
En Venezuela,
para los años sesenta y bajo el influjo de la
contracultura, los medios de
comunicación y el movimiento
protestatario, surgen las pandillas juveniles, como un
fenómeno esencialmente urbano.
Estos son grupos violentos juveniles que se constituyen para
combatir con otros grupos, sin armas de fuego y
sin propósitos expresamente delictivos. Eran los
"patoteros" que protagonizaban enfrentamientos callejeros para
demostrar supremacía en un territorio determinado pero que
no llegaban a la muerte
violenta.
En América
Latina, a partir de los años ochenta y
fundamentalmente en Centro América, surgen las pandillas violentas de
carácter delictivas, denominadas "Maras".
Al terminar la guerra, muchos de los jóvenes que regresan
de los Estados Unidos, conforman este tipo de pandillas que
controlan territorios para el tráfico de drogas y la
consumación de delitos de
alto nivel de violencia.
En Venezuela, el fenómeno de las pandillas delictivas o
bandas, como un fenómeno de importancia
sociológica, aparece a mediados de los 90. Pero el
contexto sociocultural y sociopolítico, no es ya el de los
movimientos contraculturales y protestarios de los años 60
que desafiaban abiertamente el sistema
capitalista, la ideología de la dominación burguesa
con sus valores
fundamentados en el trabajo
asalariado, la producción, la familia y
el éxito
material como pivote del modelo de
auto-realización y realización social.
Ahora estamos hablando de un contexto de implantación
definitiva del sistema capitalista global o capitalismo
mundial integrado, en donde el mercado es la
matriz
societaria civilizatoria de la producción de sentido; por
lo tanto los valores
asociados a esta estructura son
hegemónicos y las nuevas bandas participan ahora de este
sistema de valores.
Posesión material de objetos-valores-signo y consumo
compulsivo, como única vía para construir identidad
significativa y reconocimiento social; goce y poder asociado
a estos valores.
Desde el punto de vista sociopolítico, encontramos el
desencanto por el sistema democrático representativo y sus
mediaciones sociales, como palancas para acceder a la
participación en los bienes
materiales,
sociales y culturales anunciados por éste. Esto
significaba el cierre de las posibilidades de realización
social de acuerdo al modelo establecido.
Por otra parte, tenemos en Venezuela a partir del
último tercio del siglo XX, la instalación de un
proceso
salvaje de anomia que pulveriza no solo las mediaciones
normativas y valorativas tradicionales, sino también
instituciones–matrices en
cualquier sociedad
moderna como es la familia.
En atención a la insurgencia de la violencia
interpersonal como el principal problema de salud
pública en Venezuela, el cual vinculamos en
términos de "cadenas epidemiológicas" con el
proceso de descomposición social salvaje que hemos
denominado como de pulverización social, nos propusimos
indagar por el fenómeno de las bandas delictivas.
Utilizando la metodología de las historias de vida y las
entrevistas de
profundidad, entrevistamos a un grupo de
sujetos que cumplen condena por homicidio y que
habían pertenecido (o pertenecen) a bandas que operan en
la región Guayana.
En esa investigación encontramos algunos elementos
que nos permiten acceder de manera preliminar, a una fenomenología de las bandas delictivas que
se ubican en los barrios urbanos de bajo nivel
socioeconómico de las principales ciudades de esta
región.
Tribus urbanas
contemporáneas
El fenómeno del resurgimiento de las tribus en la
actualidad es el resultado más visible del proceso de
descentralización y deculturación
que afecta al hombre
contemporáneo.
Carente de ideología o simplemente recuperando las
antiguas, con ausencia de propuestas de mediaciones
simbólicas y en su lugar un carácter
estratégico total (búsqueda del poder en forma
irrestricta), fundamentadas en solidaridades mecánicas o
simplemente estratégicas; las tribus representan la
disolución de un cosmos (espacio político) y el
consiguiente advenimiento de un caos que supone la
abolición de todo lo que le sirve de fundamento a lo
social en strictu sensu.
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