- Resumen
- La inflamación
muscular de aparición retardada - La
IMAR los neutrófilos y el daño
muscular - Conclusiones
- Bibliografía
Resumen
La inflamación muscular de aparición
retardada (IMAR) se caracteriza por ser un proceso de
dolor agudo y difuso muscular, Esta sensación se
caracteriza por dolor muscular durante las primeras 24 horas,
alcanzando su máximo de dolor entre 24 y 48 horas y
remitiendo pasados 5-7 días.
Casi todas las teorías
actuales reconocen que la acción
excéntrica es un factor iniciador de esta
inflamación muscular y que está asociada con
microlesiones musculares las cuales incluyen daño a:
el sarcolema, los túbulos T, miofibrillas, proteínas
del citoesqueleto y el retículo sarcoplásmatico.
Los neutrófilos representan del 50 al 60 por ciento de
todos los leucocitos circulantes, estas células
son parte del sistema inmune,
además juegan un papel de defensa importante en el
organismo y están involucrados en la generación de
la IMAR. Según la teoría
del segundo daño los neutrófilos que invaden el
musculo pueden producir un daño adicional al liberar
sustancias citotóxicas y citolíticas. Por tanto, la
IMAR constituye un riesgo de
daño muscular y su regulación es importante para
reducir este riego en la práctica deportiva.
Palabras claves. Inflamación muscular de
aparición retardada, neutrófilos, daño
muscular.
Introducción
Como resultado de las numerosas investigaciones,
en la actualidad se han establecido regularidades fundamentales
del desarrollo de
la adaptación por la influencia de las cargas
físicas en el proceso de entrenamiento que
se conocen como principios
biológicos del entrenamiento. Uno de ellos es el principio
de sobrecarga, de acuerdo con este, los cambios de
adaptación manifiestos en el organismo pueden ser logrados
sólo en el caso de que las cargas físicas aplicadas
en el proceso de entrenamiento sobrecarguen la función a
entrenar y de por sí estimulen su desarrollo (Menshikov y
Volkov, 1991). En el entrenamiento, para lograr la
adaptación al rigor del ejercicio físico se trabaja
en el límite de las posibilidades físicas del
deportista, o sea, en la frontera de la
fatiga muscular.
El ejercicio puede conducir al estrés
oxidativo que provoca alteraciones en lípidos,
proteínas y el AD. Además, estimula el paso de
neutrófilos hacia el músculo, estos leucocitos
liberan proteasas y otros mediadores químicos que
dañan el músculo (Tidball, 2005).
Se plantea que el proceso inflamatorio asociado al
ejercicio está relacionado con la hipertrofia muscular;
pero debe ser estrictamente regulado pues puede producirse
daño adicional del tejido y miopatía (Tidball,
2005). Uno de estos procesos es la
inflamación muscular de aparición retardada
(IMAR).
La
inflamación muscular de aparición
retardada
La inflamación sentida durante e inmediatamente
después del ejercicio puede ser el resultado de la
acumulación de los productos de
deshecho del ejercicio y del edema de los tejidos, que se
produce por el desplazamiento. Ésta es la sensación
de inflamación de la que el deportista es consciente
después de un duro entrenamiento de resistencia o de
fuerza. Este
dolor e inflamación suelen desaparecer al cabo de unos
pocos minutos o hasta varias horas después de finalizado
el ejercicio. Por lo tanto, esto recibe con frecuencia la
denominación de inflamación muscular (Wilmore y
Costill, 2001).
El otro tipo de inflamación muscular, que lo
padecen tanto los deportistas de alto rendimiento como los
principiantes, se produce un día o dos después de
una fuerte sesión de ejercicios y recibe la
denominación de inflamación muscular de
aparición retardada (IMAR) (Wilmore y Costill, 2001;
Miñarro, 2000). La realización de ejercicios no
acostumbrados o de ejercicios extenuantes y el componente
excéntrico de la acción muscular están
relacionados con la formación de la IMAR (Wilmore y
Costill, 2001; Córdova, 2001; Smith, 1991).
Esta inflamación se caracteriza por ser un
proceso de dolor agudo y difuso muscular, Esta sensación
se caracteriza por dolor muscular durante las primeras 24 horas,
alcanzando su máximo de dolor entre 24 y 48 horas y
remitiendo pasados 5-7 días tras el ejercicio (Hilbert,
Sforzo y Swensen, 2003). Como consecuencia de la IMAR se produce
reducción del rango de movimiento,
alteraciones, incluso en los patrones de reclutamiento
de fibras, con lo que aumenta la posibilidad de sufrir lesiones
(Cheung, Hume, Maxwell, 2003).
Armstrong (1998) propuso un mecanismo para la IMAR que
incluye las etapas siguientes:
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