EMOTIONS AND HEALTH
Resumen
El presente trabajo tiene
como propósito establecer la relación desde un
punto de vista teórico-reflexivo, entre las emociones y la
salud del
organismo humano. Se fundamenta en los principios de la
neurociencia y
en especial de la neuroafectividad, tomando en cuenta los
factores subjetivos de la personas, para evaluar los
acontecimientos ambientales, las conexiones entre el sistema limbico y
la corteza frontal, las habilidades y recursos con lo
que cuenta el organismo para afrontar las demandas ambientales.
Se apoya en los postulados de Goleman (2006), (2003), (1999),
Palmero Y Fernández- Abascal (1999). Se concluye la
necesidad de buscar nuevas estrategias y
enfoques que le permitan al hombre hacer
frente a las crecientes demandas que se dan en el entorno y la
necesidad de un cambio
emocional que favorezca la salud y en consecuencia una calidad de
vida optima.
Palabras Claves: Neurociencia, emociones positivas,
emociones negativas.
ABSTRACT
The present work aims to establish the relationship from
a theoretical point of view, thoughtful, between emotions and
health of the human body. It is based on the principles of
neuroscience and particularly the neuroafectividad, taking into
account the subjective factors of the people, to assess
environmental events, connections between the limbic system and
frontal cortex, the skills and resources with which the body to
cope with environmental demands. It relies on the tenets of
Goleman (2006) (2003) (1999), palms, and Fernández-Abascal
(1999). The conclusion is the need to seek new strategies and
approaches that allow the man to cope with the increasing demands
that occur in the environment and the need for change that
promotes emotional health and therefore an optimal quality of
life.
Keywords: Neuroscience, positive emotions, negative
emotions.
Introducción
Las emociones se han estudiado por el papel adaptativo
que han jugado a través de la evolución
del hombre. Gracias a las emociones se produce una
activación que proporciona la energía necesaria
para responder, rápidamente, a un estímulo que
atente al bienestar físico o psicológico,
permitiendo así, la supervivencia. De esto se deduce que
no hay emociones buenas, ni malas y que la forma en que son
percibidas dependen de la
personalidad del de cada quien.
Civilizaciones antiguas, ya le daban una importancia
crucial a las emociones y a la forma como los seres humanos
reaccionaban a los estímulos ambientales, incluso llegaron
a relacionar ciertos estados emocionales con enfermedades y elementos de
la naturaleza
como el fuego, la madera,
el agua, el
metal y la tierra.
Cada elemento iba relacionado con una enfermedad y con una
emoción determinada. Así por ejemplo, las personas
pertenecientes al elemento metal, suelen sufrir de enfermedades
respiratorias y las emociones predominantes que desencadenan
estas patologías son la melancolía, la tristeza y
la depresión.
(Dr.Sarmiento, 2008, Coordinador del Instituto de Medicina
China de
Maracaibo).
La Medicina y en especial la Psicología, tardaron
años para aceptar que los tipos de personalidad,
las emociones, la forma de controlarlas y la salud, estaban
íntimamente relacionadas, rompiéndose el dualismo
que se mantuvo durante mucho tiempo entre
la mente y cuerpo.
En los últimos años, se ha descubierto que
las emociones pueden ser, también, perjudiciales para la
salud, influyendo en la contracción de ciertas
enfermedades, perdiendo, en este sentido, su valor
adaptativo.
Finalmente se empieza a aceptar que disturbios
psicológicos leves o intensos pueden causar enfermedades
en el cuerpo. Nuestros antepasados, la gente popular y las
abuelas ya lo sabían: nos decían que la tristeza,
la preocupación obsesiva y otros sentimientos
podían dañar el corazón,
provocar úlceras, arruinar el cutis y hacernos más
vulnerables a las infecciones (Damasio, 1994).
Este vínculo entre las emociones y la salud, va
mucho mas allá de que ciertas emociones, las negativas,
hagan más vulnerables a las personas a contraer una
enfermedad, o que otras emociones, las positivas, favorezcan la
recuperación de una dolencia. Con esto, se está
estableciendo la relación mente/cuerpo.
Esto trae consigo todo un cambio en el tratamiento de
enfermedades, ya que ahora se deberán tomar en cuenta,
como relevantes, los factores psicológicos de las personas
enfermas, para así intervenir sus emociones con el
objetivo de
mejorar la salud.
Las emociones, según recientes estudios, entre
ellos los referidos por Goleman (2006) están claramente
relacionadas con estructuras
cerebrales que incluyen el sistema limbico y la corteza cerebral,
en especial el neocortex. En sus estudios Goleman, junto a otros
investigadores, hace referencia a la plasticidad cerebral, en la
cual se establece la capacidad que tiene el cerebro de
adaptarse a través de nuevas conexiones sinápticas,
a patrones conductuales y emocionales diferentes a los que ya se
tenían. Con esto, se pone de relieve que
el hombre es
capaz de gestionar y controlar sus emociones, a través de
esa práctica también puede mejorar su salud y ser
mucho más feliz.
Desarrollo
teórico
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