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Combate de Chimehuin – Junin de los Andes, 6 de diciembre de 1882 (página 2)



Partes: 1, 2

El número de indios era de unos 200 hombres de los
cuales cerca de 100 iban a caballo.

El
Combate

Transcripción del informe oficial
del Combate.

Campamento de Auquenco, Diciembre 7 de 1882.

Al Señor Gefe accidental del Regimiento 2 de
Caballería de Línea. Teniente

Coronel D. Roque Peitiado.

Tengo el honor de comunicar a Ud. el resultado de la
comisión que se me confirió en la noche del 5 del
presente. Siguiendo sus instrucciones vadie el río
Chinhuin y en combinación con el teniente 2º D.
Vicente Grimau, cargue los toldos que se encontraban sobre la
margen izquierda de dicho río, cuyo resultado Ud conoce.
Enseguida se me presento el citado oficial con 14 individuos de
tropa y doce que yo tenia hicieron un total de 26, con los
cuales, seguimos y llegamos a otro toldos después de haber
marchado como una legua y notando que recién habían
sido abandonados seguí los rastros y como a una legua tome
trece indio de chusma que huian y avistando una toldería
muy cerca, me diriji a ella; siendo esta la del capitanejo
principal de Ñancucheo el que teniendo conocimiento
por los indios fugados de la anterior toldería, de nuestra
aproximación, había pasado a la margen derecha del
río Chinhuin; algunos indios que se encontraban de este
lado huyeron a mi vista. Ya los caballos estaban cansados y
resolví acampar tomando para ello las precauciones del
caso, pues sobre un médano de la margen derecha del
río se veía un grupo de
indios como de noventa, los que levantaron una bandera en
señal de parlamento y habiéndole contestado de la
misma manera, bajo a la orilla del río el capitanejo
acompañado de un lenguaraz y tres indios , desde
allí me hizo presente que quería la paz lo mismo
que su cacique, que debía presentarse con 400 y tantos
indios que tenia, contando los que pertenecían a
Namuncura.

En vista de esto mande, al baqueano que llevaba
acompañado de un cabo y dos soldados a fin de poner en su
conocimiento todo lo susodicho, dándole cuenta al mismo
tiempo de que
a una señal de humo, se reunían los indios llegando
de todas direcciones, pero por la parte del río en que
ellos se encontraban, y avisándole el estado de
los caballos. Mientras tanto volví a conferenciar con el
Capitanejo dos veces mas, pasando este con varios indios
desarmados a donde yo estaba, y al retirarme la ultima vez fui
atacado como por doscientos indios aproximadamente que durante al
conferencia
habían vadeado el río sigilosamente, por un punto
imposible de descubrir para nosotros. El ataque lo trajeron
divididos en tres grupos, dos a pie
y el otro a caballo, armados de lanzas y carabinas, siendo la
primera el arma que tenían el mayor número de
ellos. Los que cargaron a pie serian como unos cien, quienes
llegaron hasta nosotros, haciéndome imposible la defensa
de la caballada, que estaba atada y maneada a poca distancia,
arrebatándomela una parte de los indios montados; a pesar
de habernos cargados muy de cerca; valiéndose para ello de
los accidentes del
terreno y de la arboleda de la costa, fue tal el fuego hecho por
los soldado, y los golpes de sables de los mismos que pronto
comprendí la desmoralización de los salvajes, y
entonces redoblando nuestros esfuerzos, conseguimos
después de media hora de combate, ponerlos en precipitada
fuga quitándoles trece lanzas y seis caballos, de los
cuales uno era nuestro y los otros de ellos, estando estos
últimos ensillados. Del total de lanzas tomadas, que es el
mismo de muertos del enemigo, entrego a usted diez, pues las
otras quedaron inútiles en el lugar de la acción,
varios indios mas perecieron ahogados, pues se arrogaban al
río, los que no tenían otra salvación;
perecieron de la misma manera, toda la chusma prisionera, quien
durante el combate también se asoto al río.

Las perdidas sufridas por nuestra parte, son los soldados
Toribio Oliva y José Lacasa, muertos; el primero
recibió un lanzazo al costado a consecuencia del que cayo
al río, y el segundo otra herida también de lanza
en la misma naturaleza que
la del primero, con lo cual basto para dejarlo fuera de combate,
pero así mismo su cuerpo presentaba otras heridas. Los
heridos son, el que suscribe de dos lanzazos de poca gravedad, y
un golpe de bola perdida; el Cabo 2 Juan Guilleguer, de un bolazo
en la pierna izquierda, el soldado Juan Chaparro, también
herido de lanza en seis partes, y por ultimo el soldado Pedro
Trejo presenta en el cuerpo veinticinco heridas, siendo algunas
de gravedad; a mas salieron contusos de golpes de bola perdida,
el Sargento Samuel Pérez, los Cabos Ignacio Tabeada y
Jacinto Morales y los soldados Venancio Zarate, Bernabé
Sosa y Sandalio Villarroel.

Los heridos del enemigo me supongo que son muchos por la
sangre que se
notaba en el trayecto de su fuga. Me falta hacer presente a Ud.
que la munición ha sido de tan mala calidad que
varios soldados se vieron en la imperiosa necesidad de abandonar
su carabina, porque los cartuchos no detonaban, siendo así
que tres de ellos resultaron sin carabina, habiéndose
reventado una y la otra cayo al agua.
Viéndome casi completamente a pie, resolví buscar
la incorporación, haciendo montar los heridos y cargar las
monturas en los caballos restantes, marchando la fuerza a pie.
Como los soldados venían bastante pesados y los indios me
seguían, resolví dejar las monturas, ocultas en un
bosque de los que encontré en mi trayecto, distante del
paso del río como unas dos leguas, trayendo tan solo
cuatro que fueron los caballos que se pudieron ensillar. Sobre el
camino encontré charcos de sangre y una medalla de las
acordadas últimamente por el superior gobierno a los
soldados, lo que me vino a demostrar mis sospechas sobre el
baqueano, pues no puede dudarse de que el cabo Alarcón y
los soldados Pedro Bustos y Telmo Domínguez han sido
muertos por los indios, en vista de no haber llegado a este
campamento ninguno de ellos. Réstame recordar a Ud. la
digna comportacion del Tte. Grimau, lo mismo que el puñado
de valientes que tenia a sus ordenes y que han demostrado una vez
mas, la pujanza en la pelea, el sufrimiento en la fatiga, la
pronta obediencia y la ciega disciplina de
que están poseídos.

Dios guarde a Ud.

Vicente Bustos.

Para tener en
Cuenta

En el informe, el mayor Bustos expresa que:.después de
haber andado mas de tres leguas, llegamos a unos toldos,
(.)después de haber marchado como una
legua(+).seguí los rastros y como a una legua tome trece
indio de chusma que huian y avistando una toldería muy
cerca me diriji a ella siendo esta la del capitanejo principal
del cacique Ñancucheo.los caballos estaban cansado y
resolví acampar.sobre un médano de la margen
derecha del río se veía un grupo de indios.los que
levantaron una bandera en señal de parlamento.

El historiador Gregorio Álvarez plantea la siguiente
situación: Bustos en su panorama; sereno, midió el
campo de batalla y analizo la situación y sin titubear,
mando sacar los sables y cargar. Bustos, sin embargo menciona en
su informe, que él fue atacado por indios que le tendieron
una emboscada. Queda entonces claro que quienes iniciaron el
ataque fueron los indígenas.

La estrategia
indígena versus la estrategia militar

Desde tiempos de Calfucura y hasta la primera década
del siglo XX, en la Campaña al Chaco, los indígenas
fueron mostrando diversos modos de acción. Durante
años actuaron organizando grandes malones sobre los
distintos poblados, otras veces solo organizaban atentados como
el ocurrido el 29 de febrero de 1884 en el Fuerte Junin. En el
combate de Chimehuin, jugaron un papel muy importante diversos
factores netamente de carácter estratégico. Por el lado
militar, hay que subrayar elementos vitales de la estrategia, tales
como, cualidades y acciones del
espíritu, el talento del comandante de la
operación, la virtud guerrera de la tropa y el
espíritu de colectividad de la misma.[2]

De los
indios

El factor sorpresa:

Según el informe, Bustos, dispuesto a conferenciar con
los indígenas, mientras se encontraban en tratativas, un
grupo de indios cruzo a la margen del río donde se
encontraban las tropas, por un punto imposible de ver para los
soldados, dando origen mediante esta acción sorpresiva, al
combate en si.

Clausewitz (.), lo que la sorpresa gana en este sentido en
facilidad (ganar posiciones, caminos, etc.) lo pierde en eficacia.

Y así fue que si bien sorprendieron a los soldados con
la acción, estos estaban preparados, tal es así que
su espíritu guerrero, pudo después de media hora de
combate, desbaratar la intentona indígena.

El factor astucia:

La astucia supone un propósito oculto, contrapuesto a
la manera de obrar directa y llana, esto es inmediata. Cuan
astuto fue Platero. Mostró una bandera para instar a una
conversación "amigable". Mientras esta conversación
se efectúa, su gente cruza el río sin ser vista y
ataca a la gente de Bustos.Considero interesante ver y tratar
analizar cuan meditado fueron los movimientos de los
indígenas para llegar a este punto.Del Ejército. El
factor moral:
Clausewitz (.), "el espíritu de las tropas (entusiasmo,
creencias, opiniones) se manifiesta eficacísimo en las
guerras de
montaña, donde cada uno, hasta los soldados aislados,
deben obrar por si." Fue este espíritu de tropa, las
cualidades y acciones de este espíritu, el talento del
comandante de la operación, la virtud guerrera de la tropa
y el espíritu de colectividad de la misma, lo que salvo a
los hombres de Bustos de tan premeditada acción.

A modo de
epílogo

No ha sido intención de este trabajo,
contar la historia del combate de
Chimehuin, sino tratar de ver este hecho desde lo
estratégico y al hacerlo surgen algunas dudas. No queda
claro la orden de Peitiado a Bustos. ¿Por qué?,
Peitiado ordena cruzar el Chimehuin. Se sabia desde hacia ya
tiempo que Ñancucheo (a quien debía perseguir
Bustos) habitaba la margen Sur del Huechulafquen, por ende lo mas
lógico para llegar a objetivo sin
obstáculos seria remontara el río por su margen
derecha ¿Por qué cruzarlo entonces? Si Bustos
estableció su campamento en Auquinco, es porque el estaba
a la derecha del río. En ese caso ¿cruzo el
Chimehuin?, ¿en que dirección? Si cruzo el río en
dirección Norte/Sur, buscaría a Ñancucheo
por la margen correcta. Caso contrario ¿Dónde se
ubicaría el Campamento Auquinco?

Bustos en su informe expresa que los indios habían
cruzado a la derecha del río, quedando el a la izquierda.
Cuando Bustos menciona posiciones, ¿lo hace teniendo
conciencia real
de la posición en que esta? ¿o lo hace teniendo
solo como referencia su avance Este/Oeste? En fin, el combate fue
desastroso.

Las dudas quizás algún estudioso las pueda
responder, pero por algún lado había que
comenzar.

 

 

 

 

Autor:

Luciano José García Marín

Partes: 1, 2
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