La Maestría Pedagógica: La Aspiración de todo profesor de Ciencias Médicas
Justificación
La universalización de la enseñanza en la educación
médica cubana y la integración
docente-asistencial-investigativa, son característica
relevante de la revolución
científica técnica del sector de la salud en Cuba (1)
El estudio y el trabajo,
como componente esencial del proceso que
propició la vinculación educación producción y servicio–investigación; ha constituido en esencia la
base para el desarrollo de
los procesos de
universalización de la educación médica
cubana. (1)
Es imposible hablar de universalización de la
educación médica si no se menciona la
universalización de los servicios
asistenciales, pues ambas ideas marchan unidas en un solo
propósito, proporcionar mayor calidad de
vida a la población cubana.
Las actuales condiciones de estudio-trabajo en las
ciencias
médicas en el país exigen un óptimo trabajo
de las instituciones
formadoras y asistenciales para garantizar la formación de
un técnico o profesional con profundas convicciones
éticas y humanas, una elevada motivación hacia su profesión y un
alto compromiso con la sociedad.
(2)
Se deberá trabajar intensamente en la
preparación y superación del claustro a partir de
los nuevos conceptos y el modelo
pedagógico asumido para convertir los escenarios de la
atención primaria y secundaria en
verdaderos espacios docentes e
investigativos y en la creación de condiciones materiales
para cumplir, garantizando patrones de calidad,
pertinencia y eficiencia.
(3)
La policlínica ha pasado por diferentes etapas y
concepciones como escenario de formación, hasta alcanzar
hoy la categoría de policlínica universitaria con
todas las exigencias que conlleva, y el consultorio del
médico de la familia se
convierte de hecho en el escenario real de actuación e
interacción entre el profesor
integral y el alumno desde el inicio mismo de la carrera, lo que
reforzará el paradigma
socio-médico de las profesiones de la salud. (4)
El proceso de transformación de la universidad
médica dirigido en primer lugar a ampliar las
posibilidades de los jóvenes para acceder a esta carrera
responde también a la necesidad de formar profesionales
preparados para enfrentar las crecientes demandas de estos
servicios dentro y fuera del país, lo que hace de este
proceso una tarea prioritaria. (5)
Partiendo de la fundamentación teórica de las
tendencias actuales de la didáctica contemporánea, donde se
enfatiza el rol del profesor como conductor del proceso de
enseñanza-aprendizaje, y se
privilegia la acción
de la orientación sobre la de información, cuando se abandona cada vez
más la enseñanza de estrado, en el camino de
transformar la práctica metanarrativa por la de la
participación activa de los estudiantes en la construcción de su propio aprendizaje.
Ante este reto al profesor de los albores del nuevo milenio,
no le es suficiente poseer una alta preparación
científico- técnica, que se traduce en el dominio de los
contenidos de la enseñanza, sino que requiere
además dominar los elementos fundamentales de la teoría
de la
comunicación y desarrollar capacidades
pedagógicas y psicológicas que le permitan aplicar
un modelo comunicativo, donde la utilización del diálogo
deviene como elemento esencial de la labor educativa, así
como de los diferentes métodos
que contribuyen a estimular la
motivación por el aprendizaje
activo de sus estudiantes. (6)
En la Educación Médica Superior, se necesita
formar una serie de cualidades que deben caracterizar la
personalidad de todo futuro profesional, una de las
habilidades Imprescindibles en esta formación es la que
permite establecer una adecuada comunicación, por ser ésta un
elemento esencial, para que el médico desarrolle el
método
clínico, utilizado en esencia por todos los profesionales
de la salud, para realizar con eficiencia su labor
diagnóstica, pronostica, terapéutica y de
profilaxis. (6)
El profesor en su práctica docente debe garantizar un
estilo comunicativo en el que converse de, con y junto con los
educandos, mostrarles el cómo desarrollar su tarea
docente, proporcionándole oportunidades para la
práctica independiente y a su vez supervisarlos,
exigirles, evaluarlos y retroalimentarlos, a fin de que alcancen
sus objetivos de
aprendizaje. (7)
En la enseñanza superior la relación adecuada
profesor-estudiante se da precisamente al establecerse entre
ellos un alto nivel de comunicación, basado esencialmente
en el respeto y
confianza, dado de forma bi-direccional.
Otro aspecto fundamental para garantizar la
comunicación es la capacidad de escuchar y de captar el
contenido del mensaje, lo que permite la retroalimentación. (8)
El profesor además de las capacidades comunicativas,
las del dominio de su ciencia y del
trabajo en grupo, debe
desarrollar y consolidar otras habilidades vinculadas con los
métodos didácticos y la psicología del
aprendizaje, así como de los principios
éticos de su profesión.
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