El español como lengua de poder en el fallido proceso de paz colombiano (página 2)
Este recrudecimiento de la violencia
política,
que junto con los hechos violentos cotejados por el narcotráfico y por una delincuencia
común que no termina de crecer, podría ser unas de
las tantas explicaciones que serviría para entender por
qué en Colombia el tema
de la paz se convirtió en un asunto político de
primera línea. Pero, este afán por hablar de paz
guarda sus paradojas con la violencia, pues el discurso
contemporáneo de la historia política de
este país viene siendo marcado por el ascenso al poder de una
elites frecuentemente cuestionadas por la comunidad
internacional, debido a sus relaciones con la corrupción y el narcotráfico.
Más no así en el interior del país en donde
se hace una crítica
velada, porque las elites son dueñas de los medios de
comunicación masivos como son los periódicos y
sus revistas, los canales nacionales de televisión, etc. También hay que
hacer referencia a los académicos, historiadores,
escritores, pensadores y demás personas que se han
atrevido a criticar el régimen, sea de izquierda o de
derecha, pues muchos de ellos han sido asesinados o han tenido
que abandonar el país.
Para explicar esta dilación de la crítica con el
poder se debe recurrir a los primeros referentes investigativos,
ya que los analistas de las primeras décadas del siglo XX
asumieron el discurso sobre la violencia como algo que
debía ocultarse a la opinión
pública. Esta posición favoreció a las
elites que siguieron dominando sin contar con ningún tipo
de oposición que analizara, desde su saber y entender, los
asuntos de un poder que permitió que los colombianos
asumieran la violencia como un atavismo cultural que se lleva
hasta ahora como una carga que se debe soportar indefinidamente
por el hecho de haber nacido en Colombia.
Y fue precisamente esta carga atávica la que
movió a los analistas de las últimas décadas
– a pesar del peligro que esto conlleva – a que se
desacralizara el término "violencia"[10],
hasta el punto de convertirlo en un referente histórico
privilegiado, el mismo que ha propiciado no solo la
renovación de la investigación
social sino que ha conducido a que se realicen esfuerzos
colectivos para emprender diálogos de paz entre el
gobierno
colombiano y las FARC-EP.
Estos esfuerzos por lograr la paz datan con más
evidencia desde 1953: el país venía de vivir uno de
los períodos más violentos de su historia y que
tuvo su origen el 9 de Abril de 1948, cuando fue asesinado el
líder
de ideología liberal, Jorge Eliécer
Gaitán. Este hombre
"pertenecía a la Colombia que no se podía mostrar,
a la de todos los días, a la de la miseria. Más
aún, Gaitán la representaba. Con su asesinato
irrumpió precisamente el rostro oculto de Bogotá y
de Colombia; el rostro de la ira, de las frustraciones, el rostro
del pueblo. Una multiforme insurrección, la más
compleja de los tiempos modernos había estallado".
(Sánchez G., Gonzalo, 1989: 132).
El saqueo se convirtió en la forma predominante de esta
protesta social. Así mismo, el terror invadió todo
el territorio: a todo lo ancho y a todo lo largo, la tierra se
fue llenando de cadáveres, cuya muerte se
lograba por medio del asesinato mezclado con rituales de tortura
tan macabros que se convirtieron en una marca indeleble
para la conciencia
colectiva colombiana. Desde ese entonces, Colombia ha asumido la
violencia como algo connatural a su existencia. Para posibilitar
una explicación a esta construcción atávica colectiva,
cabría recordar aquí las palabras de Karl Marx en
El Dieciocho Brumario De Luis Bonaparte cuando dice lo
siguiente:
"Los hombres crean su propia historia, pero no la crean
simplemente como ellos quieren, no la crean en circunstancias
elegidas por ellos mismos, sino en circunstancias directamente
encontradas, dadas y transmitidas desde el pasado. La
tradición de todas las generaciones muertas pesa como una
pesadilla en la mente de los vivos" (Traducción de Oliver Schulze,
2000:2454).
Para las elites de derecha que ostentaban el poder, la
violencia se convirtió en un problema de anarquía
que se debía encauzar. Fue así como se pensó
en el ejercito como primer salvaguarda que ayudara a calmar la
insurrección, y aprovechando un anormal golpe de estado
se les delegó a los militares la tarea política de
pacificar el país, permitiendo que el 13 de Junio de 1953
asumiera el poder el general Gustavo Rojas Pinilla cuyo lema de
gobierno fue "paz, justicia y
libertad".
Este nuevo "pacificador" contó con el regocijo nacional
que vio en el militar la insignia de la paz.
Pero el gobierno de Rojas Pinilla más que aplicar
políticas de paz, se convirtió en un
régimen dictatorial que fue derrocado por los gremios de
industriales, comerciantes y terratenientes, los mismos que
conformaban las elites que antes habían propugnado porque
el ejercito pacificara el país y que vieron en Rojas
Pinilla y en sus programas, una
lesión a sus intereses mercantiles. Con el derrocamiento
del militar, el sector popular quedó desprotegido y los
guerrilleros que no habían entregado las armas se
reafirmaron en su lucha contra el estado,
refugiándose en las montañas para huir de la
persecución de que fueron objeto por parte de un
ejército recién modernizado con la ayuda
económica de los Estados
Unidos.
Fue así como se empezaron a consolidar una serie de
grupos
guerrilleros de inspiración comunista: Ejercito de
Liberación Nacional (ELN), Ejercito Popular de
Liberación (EPL) y las FARC que se harían
más fuertes en la medida en que recibían
influencias de la revolución
cubana. Y así cada gobierno – pasando por la
fórmula del Frente Nacional[11]que
tenía por objeto conseguir la convivencia perdida y
terminar con la violencia que se había incrementado con
los sucesos de 1948; o por la política de paz del
Presidente Belisario Betancur Cuartas que fue el primero en
promover con los grupos al margen de la ley la paz
negociada, la secuencia de la amnistía política, el
cese al fuego y el indulto total para lograr la normalidad en la
nación,
hasta llegar al gobierno del presidente Andrés Pastrana
Arango que bajo su lema "Alianza por el Cambio", se
dio a la tarea de hacer efectivo el clamor nacional por la paz y
aunó el camino para que se realizaran los primeros
diálogos de paz entre el gobierno y las FARC – EP –,
ha convertido la paz en una especie de icono que a medida que
pasan los años, va tomando la forma de un mito
inalcanzable para el pueblo colombiano que percibe cómo la
paz siempre está presente en las contiendas electorales,
pero que desaparece como por encanto cuando se aplican los
programas de gobierno.
Y esta sensación de desesperanza se puede aplicar al
fracaso del proceso de
paz[12]entre el gobierno colombiano y las FARC
–EP que tuvo sus inicios el 15 de Junio de 1998 y su total
ruptura el 20 de febrero de 2002: con el fracaso de un Estado –
Nación
dividido en dos partes, la de aquellos que crean unas leyes inscritas
en la constitución y las acatan y la de los otros
que crean sus propias leyes y las respetan, reina la vaguedad.
Bastó dirigir la ilusión de los colombianos
hacía el fin patriótico de hallar una paz negociada
que evitara más muertos para que todo diera un giro de 180
grados debido, en parte, a la torpeza de las negociaciones a las
que se sumaron la arrogancia, las masacres y los secuestros de
las FARC-EP y de los grupos paramilitares quienes actuaron, en
muchas ocasiones, bajo el amparo del
ejército nacional.
Pero, ¿qué han dejado estas políticas de
paz al país y a las guerrillas?[13] Desde
1982, estas políticas dieron – o quitaron en algunas
ocasiones – a las guerrillas el estatus de interlocutores
válidos, permitiendo que ganaran tiempo para
reafirmarse con fundamentos sólidos de legitimación social. Para el país
quedó la desmovilización de unos cuatro mil
guerrilleros entre 1990 y 1994. Pero muchos de los reinsertados
se volvieron a organizar en diversas formaciones armadas al
margen de la ley, y las elites de estos grupos reinsertados,
entraron a participar en programas políticos de la
administración pública.
Colombia sigue clamando por una paz que nunca llega, y para
abrir nuevas posibilidades que permitan mejorar las condiciones
de otra posible negociación de paz, se hace necesario
estudiar, desde el análisis critico del discurso, parte del
discurso utilizado para construir este primer intento de
negociación, el mismo que permitirá dar respuesta a
la siguiente pregunta:
¿Cuáles fueron, desde el discurso, las
asimetrías de poder que intervinieron para que cesaran los
diálogos de paz en Colombia?
La respuesta, desde el ACD, a esta pregunta será
crucial para llegar a dilucidar inquietudes sociales de gran
relevancia para el país, las mismas que se podrían
resumir en los siguientes interrogantes:
¿Estamos preparados los colombianos para escuchar,
entender y aceptar los diferentes discursos que intervienen
en un proceso de paz?¿Existe una verdadera intencionalidad de paz en
ambos bandos del conflicto?¿A quién le interesa la paz en Colombia?
Teniendo en cuenta que en una democracia tan
débil como es la colombiana, los medios de
comunicación pertenecen a las elites y que son
utilizados por estas para reproducir sus discursos, se
podría buscar en estos medios algunos
elementos del discurso que lleven a entender la falta de consenso
de ambos bandos para llegar a la paz. Pero, bien se sabe que
medios como los periódicos, solo escriben aquellos
artículos y reportajes que alimentan los perjuicios de sus
lectores. En palabras de Van Dijk, un prejuicio es
una actitud social
de grupo y viene
a formar parte de la cognición social: "la gente no tiene
prejuicios cuando nace, es algo que se aprende; pero,
¿cómo se construyen? A través de trabajos de
investigación se sabe que proceden de
relaciones con otras personas, de la socialización de la familia;
pienso que también colaboran en su construcción la
prensa,
la
televisión, las noticias, los
textos escolares en la escuela, la
comunicación profesional, los textos
científicos, pues todavía hay investigadores que
hacen trabajos sobre relaciones étnicas (T. A. Van Dijk.
Discurso. Poder y discriminación. Conferencia
UNESCO, 1984). Las noticias refuerzan estereotipos cimentados en
la sociedad y
utilizan con frecuencia argumentos, metáforas y figuras
retóricas que puedan alimentar ciertas actitudes
prejuiciosas. De esta forma, el discurso
político y los medios de comunicación ejercen su influencia sobre
las formas y la intensidad del discurso prejuicioso e inciden en
la formación del discurso público: "cuando la
prensa repite más o menos lo que dicen los
políticos o la clase
dirigente, entonces se crea un círculo muy difícil
de romper" (T. A. Van Dijk, 1984). Es el mismo círculo que
se inserta en las mentalidades de aquellos que dependen del
discurso de las elites para explicar su realidad.
Esta es la forma como las actitudes y creencias de los grupos
dominantes, de las elites sociales, bien sea políticos,
profesores, gerentes, periodistas, especialistas, etc., son
transmitidas por los medios de comunicación para controlar
el discurso público, pues ellos conforman el grupo de la
gente que tiene el poder, y son quienes utilizan el discurso y la
comunicación como su principal recurso para manipular los
actos de los demás: los grupos dominantes son los que
tienen acceso a la manipulación y al uso de las estructuras
discursivas de dominación, de desigualdad y limitaciones
de libertad (Van Dijk, 1984, 1987, 19993). Las elites,
según Bourdieu (1976) están formadas por aquellas
personas que de una u otra forma determinan el capital
simbólico del discurso público, es decir, que son
quienes formulan o evalúan los distintos asuntos que
guardan relación con los asuntos minoritarios, y en virtud
de su habilidad para determinar un conjunto inicial de
parámetros discursivos que tengan incidencia en lo
público, así son capaces de formular un consenso de
rechazo hacia las ideologías de los grupos disidentes, en
este caso, los colombianos.
En este trabajo nos
centraremos en el discurso público utilizado no solo por
las partes en conflicto sino
por la sociedad civil,
discurso que fue utilizado parta dar inicio y progresión a
las negociaciones, hasta llegar a la total ruptura del proceso.
Como ya se dijo antes, la
investigación se enfoca desde el análisis
crítico del discurso (ACD) que utiliza el acercamiento
interdisciplinar[14]para poner en evidencia los
problemas
sociales relevantes y que por lo común aparecen
develados por el grupo en cuestión (Wodaket al, 1990).
A este respecto Van Dijk dice que "más allá de
la descripción o aplicación
superficial, la ciencia
crítica se plantea preguntas de mayor alcance en los
distintos dominios, preguntas referentes a la responsabilidad, los intereses y la
ideología. En vez de centrarse en problemas
puramente académicos o teóricos, parte de los
problemas sociales imperantes, y a partir de ahí elige las
perspectivas de aquellos que sufren más y analiza
críticamente a aquellos en el poder, aquellos que son
responsables y que tienen los medios y las oportunidades
solucionar tales problemas. Tan simple como eso" (1984). Pero,
para hallar los planteamientos correctos en la
construcción de aquellos interrogantes que lleven a
dilucidar las asimetrías de poder en el fallido proceso de
paz colombiano, esta investigación no solo se avala por la
ciencia
crítica sino por unos objetivos
precisos que ayuden a delimitar el alcance en dominios tales como
los intereses de clase y las ideologías.
Objetivos
Los valores que
inspiran esta investigación – desigualdad,
injusticia social y relaciones de poder – han de ser revelados
por medio del análisis crítico de los discursos que
se generaron en los diferentes contextos[15]del
proceso de paz. Por eso, este trabajo parte del objetivo
central del ACD:
Saber cómo el discurso contribuye a la reproducción de la desigualdad y la
injusticia determinando quiénes tiene acceso a estructuras
discursivas y de comunicación aceptable y legitimada por
la sociedad.
Llegados a este punto, se hace indispensable mencionar los
objetivos más importantes del ACD (Menz, 1980; Wodak,
1990) y que serán las metas a las que pretende llegar esta
investigación:
Desenmascarar la desigualdad, las relaciones de poder, las
injusticias, etc. Debe ser el interés principal del
investigador.Investigar el comportamiento del lenguaje en situaciones
naturales de habla con relevancia social (Instituciones,
medios de comunicación, etc.).Hacer un estudio interdisciplinar de los fenómenos
sociales para develar su complejidad.Reflejar en la teoría y en la metodología la
perspectiva histórica, teniendo en cuenta que los
procesos sociales son dinámicos y no
estáticos.Tratar los temas de la investigación como ideas que
le ayudan al investigador a tomar partido, ya que la
investigación incluye a los "investigados" a quienes,
si es posible, se les deberá ayudar.Incluir propuestas para la puesta en práctica de
los resultados de la investigación.Elucidar estrategias de uso de legitimación y de
construcción de la dominación que se enmarcan
en el abuso de poder.
Marco
discursivo
Al analizar discursivamente un texto se
precisa hacer la distinción entre texto y
contexto, ya que el acercamiento se hace más
eficiente en la medida en que se evidencia el marco discursivo
del mismo, es decir, en cuanto se manejen las
características sociales y de género en
las que el texto se enmarca y que son necesarias para comprender
su significado y su valor dentro
del orden discursivo. Siguiendo a Foucault (1999),
se podría decir que cada sociedad configura determinados
mecanismos que afectan la producción de los discursos (restringiendo
a determinados individuos, seleccionando los temas que puede
abarcar, controlando su distribución, por ejemplo, así como
su recepción, limitando el acceso al mismo, o
seleccionando determinados valores de verdad para ellos), de tal
manera que el conjunto de discursos que la sociedad genera deben
ser considerados como "prácticas discontinuas que se
cruzan, a veces se yuxtaponen, pero que también se ignoran
o se excluyen" (Foucault,
1999:53).
Para el ACD, estos mecanismos que afectan la producción
del discurso se conocen como acceso activo controlado,
es decir, que las elites tienen acceso activo controlado a muchos
elementos del evento de la comunicación: establecen la
determinación de los tópicos determinado
quién debe hablar, sobre qué y en qué
momento. Los otros, los grupos dominados tienen acceso activo
solamente a conversaciones privadas, acceso pasivo a los medios
de comunicación y un acceso parcialmente controlado a los
diálogos institucionales (Van Dijk, 1984).
Cabría hablar aquí también de la
economía de los discursos
(Martín Rojo, 1998: 14) que determina cómo se
regula socialmente la producción discursiva en nuestra
sociedad; cómo se establecen normas y
restricciones que los discursos deben cumplir en los distintos
contextos, cómo se bloquea o, al menos, obstaculiza el
acceso a aquellos discursos que no satisfacen estas
regulaciones.
Un concepto que
podría ayudar a comprender mejor el marco discursivo es el
aportado por Norman Fairclough en su obra Discourse and
social Change (1999: 23): "Si se pretende llevar a cabo un
análisis sobre un texto (o corpus de texto) determinado,
se debe atender a sus condiciones discursivas, es decir, a las
características que tiene en relación con el
género en el que se encuadra, así como las
particularidades de ese género (que no tiene por
qué coincidir con los géneros discursivos
actuales). Además, en un nivel
macrolingüístico, se debe imbricar el texto como
práctica discursiva de una sociedad concreta, para la cual
desempeña determinadas funciones y tiene
unos valores relativamente estables.
Esta noción de marco discursivo del texto conduce a la
noción de estructuras y estrategias
discursivas (Van Dijk, 1984, 1987, 1993) las mismas que al
analizar un texto, permiten hacer una distinción entre
texto y contexto.
2.1 Análisis del contexto
En el contexto, como ya se dijo antes, se tiene a los
participantes, el tiempo y el lugar de la situación de
producción del discurso. Para el caso que nos ocupa, como
es el fallido proceso de paz colombiano, el contexto del discurso
se empezó a delimitar desde las primeras reuniones que
sirvieron para emitir comunicados conjuntos en
los que se dejaba muy claro el nombre de los participantes,
elites conformadas por representantes del gobierno nacional, cuyo
principal represente se designó con el nombre de "Alto
Comisionado de Paz". Así mismo, estaban las elites de la
guerrilla, todos ellos pertenecientes a lo que en su estructura
armada se conoce como Estado Mayor de las FARC – EP, y que
fueron designados como Negociadores. El gobierno nacional
envió también a sus negociadores, todos ellos
miembros de las elites políticas, académicas y
económicas del país.
En cuanto al lugar de la situación de producción
del discurso, el gobierno ante la desconfianza y el rechazo de
las FARC –EP de iniciar los diálogos en el Palacio
de Nariño, en Bogotá, pues temían
convertirse en un blanco fácil de los grupos de
ultraderecha, se vio en la necesidad de crear por medio de la ley
418 de 1997 una zona especial de diálogo,
nombrada para la ocasión como zona de despeje. De
esta forma, y por consenso, ("el poder no se restringe
al ejercicio de la fuerza o al
imperio de la ley, sino que se extiende a las asimetrías
entre los participantes en los eventos
discursivos, o en sentido inverso, una difusa y desigual
capacidad para controlar la distribución,
producción y consumo de
textos (Fairclough, 1996; Wodak, 1996). Gran parte de este poder
que se invierte y circula en el discurso funciona por consenso,
aunque se sostiene gracias al apoyo de una estructura
económica y política de medios de
comunicación")[16] ambas partes emitieron a
la opinión pública comunicados como el
siguiente:
Comunicado N-2 de la Mesa de
Negociación
Acuerdo de metodología
Los voceros designados por el gobierno nacional y las FARC-EP
para las negociaciones, reunidos en el municipio de San Vicente
del Caguán, el día 2 de noviembre de 1999, con
relación al desarrollo de
la negociación de la agenda acordada el 6 de mayo de 1999,
acuerdan la siguiente metodología:
1. Sesiones: la mesa de negociación se reunirá
los días jueves, viernes, sábado y domingo, cada
dos semanas pero podrá realizar mas reuniones cuando
así lo disponga. En cada reunión se acordaran los
temas o asuntos a tratar en la siguiente.
2. Lugar para las reuniones de la mesa de la
negociación: teniendo en cuenta que el gobierno nacional
de conformidad con la ley 418 de 1997, determino la
creación de una zona especial para que las partes puedan
adelantar las conversaciones tendientes a buscar una
solución política negociada al conflicto social y
armado que vive Colombia, establecen como sede principal de la
mesa nacional de los diálogos de la negociación, el
municipio de San Vicente del Caguán. Allí
establecerá un lugar en donde se realizarán las
reuniones correspondientes. Sin perjuicio de lo anterior, las
partes podrán celebrar reuniones en cualquiera de los
otros cuatro municipios de la zona de distensión.
3. Invitación a expertos o a otras personas. La mesa de
los diálogos para la negociación podrá
solicitar el concurso de expertos o de personas o instituciones
en los asuntos que deba evacuar.
4. Grabaciones: de las reuniones de la mesa de
negociación no se levantaran actas ni se realizaran
grabaciones de ninguna especie. Cada una de las partes llevara a
cabo sus propias a notaciones y las decisiones constaran en los
comunicados conjuntos a la opinión publica.
5. Medios de comunicación: según lo acordado en
la reunión celebrada en Uribe el día 25 de octubre
y con el fin de mantener debidamente informada a la
opinión publica, y cuando la mesa de negociación lo
considere pertinente, se expedirán comunicados conjuntos,
que permitan expresar en una sola voz, el desarrollo de las
negociaciones. Solamente los voceros designados por la mesa
podrán dar declaraciones a los medios sobre los temas
tratados.
6. Los integrantes de la mesa de los diálogos de la
negociación escucharon el informe de los
coordinadores del Comité Temático, los cuales
fueron analizados con la presencia de la totalidad del
Comité Temático. Después de realizados los
comentarios correspondientes se determino realizar los ajustes
del caso para ser presentados nuevamente a su
consideración el próximo día 5 de noviembre
por conducto de los coordinadores.
Por el Gobierno Nacional
Víctor G. Ricardo Alto Comisionado para la
Paz
Camilo Gómez
Fabio Valencia Cossio Pedro Gómez Barrero
Juan Gabriel UribeGonzalo Forero DelgadilloNegociadores
Nestor Humberto MartínezCoordinador
Comité Temático
Por las FARC
Raúl ReyesJoaquín
GómezFabián Ramírez
Negociadores
Iván RíosCoordinador Comité
Temático
Agencia de noticias Nueva Colombia. http://www.anncol.com/
El contexto se controla a través de los sujetos
más poderosos, los mismos que seleccionan el lugar, los
participantes, las audiencias, los actos de
habla[17]el tiempo, los temas[18]el
género[19]y los
estilos[20]En el control del
contexto existe un control sobre las estructuras de interacción que se pueden identificar de la
siguiente forma:
Selección de turnos, distribución de
papeles. Los grupos dominantes pueden determinar quién
puede hablar (escribir) de un determinado tema, a
quién puede dirigirse, de qué manera y en
qué circunstancias.
Aquí toma gran importancia el papel discursivo del
hablante y las categorías fijas tradicionales que se han
definido socialmente: quién comienza el discurso,
quién lo puede continuar, quién lo puede cerrar. En
el caso del proceso de paz, se creó un comité
temático como único organismo encargado de
seleccionar los temas, los turnos y la distribución de
papeles, quedando registrado de la siguiente manera:
Comunicado N-3 de la Mesa de
Negociación
Acuerdo sobre audiencias públicas los voceros
designados por el gobierno nacional y la FARC-EP para las
negociaciones, reunidos en el municipio de San Vicente del
Caguán, el día 5 de noviembre de 1999, acerca del
desarrollo de las audiencias publicas y el funcionamiento del
Comité Temático Nacional acuerdan:
I. Funciones y facultades del Comité Temático
Nacional
1. El comité temático nacional es un
órgano anexo, auxiliar y dependiente de la mesa nacional
de diálogos y negociación, creado por esta de
manera paritaria con hasta veinte integrantes para que, con base
en las instrucciones y los lineamientos que de común
acuerdo se definan en ella, sirva de puente entre todos los
sectores de la sociedad colombiana que han de aportar propuestas
e ideas en torno a los temas
de la Agenda Común por el Cambio Hacia una Nueva Colombia,
que se sometan a su consideración, a través de las
audiencias publicas.
2. El Comité Temático Nacional tendrá dos
coordinadores, uno designado por el Gobierno Nacional y otro por
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC-EP, quienes
trabajaran de común acuerdo con base en las orientaciones
de la mesa nacional de diálogos y negociación, y le
informaran a esta periódicamente acerca de los resultados
de la participación popular en las audiencias publicas.
Elaboraran cronogramas periódicos, un formato para
entregar la información a la mesa nacional de
diálogos y negociación, así como fichas
técnicas de las propuestas, apoyados para
esto en una secretaria técnica. Deberán convocar
reuniones preparatorias de las audiencias en las cuales se
distribuirán las tareas a los miembros del
Comité.
3. Los integrantes del Comité Temático
asumirán roles asignados por los coordinadores en las
reuniones preparatorias de las respectivas audiencias, como el de
moderadores y relatores.
4. El Comité Temático organizara las audiencias
publicas, dirigirá las reuniones, escuchara a la gente,
tomara atenta nota de los planteamientos y los sistematizara
desarrollando las opciones recomendadas por los asistentes a las
audiencias, para luego transmitirlos a la mesa de diálogos
y negociación. El Comité no tendrá autoridad para
hacer compromisos. Tampoco podrá desarrollar reuniones
distintas a las que oriente la mesa nacional de diálogos y
negociación. Sus integrantes deberán abstenerse de
utilizar el espacio del proceso de audiencias para hacer
proselitismo político, electoral, o para otros objetivos
personales o de grupo.
5. Los pronunciamientos públicos del Comité
Temático, en los casos en que sean pertinentes y
necesarios, se harán a través de comunicados
elaborados en conjunto y con la autorización de la mesa
nacional de diálogos y negociación. Para estos
efectos actuaran como voceros los coordinadores del
Comité.
6. Los coordinadores del Comité Temático
podrán adoptar medidas conducentes al cumplimiento por
parte de sus integrantes, de las normas aquí
establecidas.
7. La sede del Comité Temático será en el
municipio de San Vicente del Caguán. Podrá haber
sedes alternas transitorias en uno cualquiera de los otros
municipios de la zona.
II. Metodología de las audiencias publicas.
1. Las audiencias publicas son encuentros presenciales del
Comité Temático con diferentes sectores de la
sociedad, en los cuales se escuchan y recogen los planteamientos,
ideas y propuestas de los colombianos, sobre los temas que
determine la mesa nacional de diálogos y
negociación con el objetivo de enriquecer en esta la
discusión de la agenda y dimensionar la
participación de todos los colombianos en el proceso de
búsqueda de la reconciliación.
2. En las audiencias no se deberá discutir el
mérito de las propuestas, opiniones y planteamientos, ni
formular calificativos relativos a las personas. Tampoco las
audiencias son para debates, ni se pretende en ellas llegar a
consensos entre las partes, ni entre estas y terceras
personas.
3. Las audiencias publicas se realizaran en la zona que fue
creada para que todos los colombianos tengamos un espacio sin
confrontación armada en el cual podamos encontrarnos,
conversar y ponernos de acuerdo en cual es el país que
queremos. La sede principal para las audiencias será en el
área del municipio de San Vicente del Caguán y se
podrán realizar en cualquiera de los otros cuatro
municipios de la zona. La posibilidad de realizarlas en otros
sitios o en el exterior con los colombianos que viven fuera del
país, la decidirá la mesa nacional de
diálogos y negociación.
4. Como herramientas
complementarias especialmente para la promoción, convocatoria y
explicación a los colombianos acerca de las audiencias
publicas, el Comité Temático podrá
desarrollar teleconferencia. La mesa nacional de diálogos
y negociación considerara cuando autoriza el uso de
teleconferencia para facilitar la participación en las
audiencias. Igualmente el Gobierno Nacional propiciara un
mecanismo de correo normal, correo
electrónico, telefonía y telefax gratuitos, para que las
personas que no puedan asistir a las audiencias, puedan enviar
sus propuestas y se posibilite responderles acusando recibo.
5. La campaña masiva de promoción y
explicación de las audiencias se debe iniciar lo mas
pronto posible utilizando materiales
elaborados conjuntamente en forma de cartillas didácticas,
afiches, pagina Web, cassettes y
videos para transmitir a través de los medios masivos de
comunicación, programas en señal Colombia con
extensión a pantallas gigantes donde sea posible, y de la
radiodifusora nacional.
6. En concordancia con los temas que la mesa vaya acordando,
se harán llamamientos y convocatorias publicas muy
amplias, utilizando todos los medios posibles, para que asistan
las personas interesadas por la problemática a tratar en
cada momento. En todo caso, el Comité Temático
garantizara la convocatoria y participación
representativa, abierta, democrática, ordenada y plural de
los colombianos.
7. Para los llamamientos y convocatorias el Comité
Temático determinara las organizaciones en
las cuales se pueda apoyar en las diferentes zonas del
país.
8. El Comité Temático organizara un sistema de
inscripciones y control de los asistentes a las audiencias
9. Las audiencias serán transmitidas en directo o en
diferido por señal Colombia y la radio
nacional. También se utilizaran para esto las pantallas
gigantes, cuando sea posible.
10. Los Coordinadores del Comité Temático
acordaran el apoyo logístico necesario para las
audiencias. El gobierno nacional facilitara los mecanismos y
recursos
necesarios para el buen funcionamiento de aquellas.
11. Las modalidades de las convocatorias y de las audiencias
publicas pueden ser: según la temática abordada por
la mesa nacional, o según los sectores afines aun tema,
que la mesa nacional acuerde llamar.
12. Se creara la gaceta de las audiencias, como boletín
de circulación mensual, exclusivamente para publicar los
informes
oficiales de las actividades del Comité.
Por el Gobierno Nacional
Víctor G. Ricardo Alto Comisionado para la
Paz
Camilo Gómez
Fabio Valencia Cossio Pedro Gómez Barrero
Juan Gabriel UribeGonzalo Forero DelgadilloNegociadores
Nestor Humberto MartínezCoordinador
Comité Temático
Por las FARC
Raúl ReyesJoaquín
GómezFabián Ramírez
Negociadores
Iván RíosCoordinador Comité
Temático
Agencia de noticias Nueva Colombia.
http://www.anncol.com/
Acceso diferencial a los actos de
habla[21]Quien tiene el poder determina el
género que se utilizará en una situación
de habla. Quien controla el género discursivo ejerce
también un control sobre los actos de habla.
En resumen, el contexto discursivo no solo está
compuesto por los elementos lingüísticos que nos
proporcionan los datos que son
necesarios para entender el mensaje, sino por todos aquellos
elementos físicos y culturales que acompañan la
emisión y la recepción del discurso. Por eso,
cuando las personas leen un texto luego no recuerdan tanto su
significado sino más bien el modelo que
construyen acerca del hecho sobre el que trata el texto.
2.1.1 El concepto de modelo
La comprensión de la noción de modelo se hace
más que necesaria para entender esta parte del contexto
dentro del análisis crítico de discurso. En
palabras de Van Dijk, el modelo en el discurso funciona porque
"(…( los usuarios del lenguaje no
construyen meramente una representación (semántica) del texto en su memoria
episódica, sino tambien una representación del
hecho o situación de la que trata el texto. Primero de
todo, las oraciones (o sus proposiciones) se definieron
simplemente como coherentes en relacion a un modelo. Es decir, si
la gente es capaz de construir un modelo posible y plausible para
una secuencia o un texto completo, entonces el texto es (al menos
subjetivamente) coherente. De modo semejante las
'macroestructuras' de los textos podían relacionarse con
las 'macroestructuras' de modelos de
nivel superior. En segundo lugar, los modelos tambien
proveían una elegante explicación para el hecho de
que cuando la gente recuerda un texto, usualmente, recuerdan
'falsamente', información que nunca fue expresada en el
texto original. Sin embargo, si suponemos que la gente durante el
entendimiento tambien construye un modelo de un hecho, y si mucha
de la información en tal modelo puede ser derivada desde
un conocimiento
mas general, sociocultural, entonces estos falsos recuerdos
pueden ser explicados en términos de los contenidos del
modelo construido para un texto. En otras palabras, lo que la
gente recuerda de un texto no es tanto su significado, sino
más bien el modelo que construyen acerca del hecho sobre
el que trata el texto. Esto es por supuesto trivial cuando
advertimos que la mayoria de los lectores estan interesados no
tanto en el significado abstracto de un texto, sino en la
información acerca de la 'realidad'. En resumen: entender
un texto significa que la gente es capaz de construir un modelo
mental para el texto. E inversamente, en la producción del
texto, el modelo es el punto de partida para todo procesamiento:
la gente sabe algo acerca de un hecho, y este conocimiento esta
representado en su modelo del hecho, y este modelo servirá
como la base, por ejemplo, para contar una historia acerca del
hecho.
Finalmente los modelos tambien explican como el
conocimiento general está relacionado con el
procesamiento del texto: mientras los modelos son personales,
subjetivos y ad hoc (unidos al contexto actual del
entendimiento), el conocimiento puede ser visto como una
generalización y abstracción desde tales
modelos. El aprendizaje a
través de las experiencias propias, es por lo tanto
típicamente una operación sobre modelos.
Inversamente, el conocimiento general es usado por fragmentos de
'instanciación' de tal conocimiento en modelos
específicos. Muchos experimentos
posteriores en psicología cognitiva
confirmaron que los modelos ciertamente juegan un rol crucial en
la comprensión y el recuerdo". (Van Dijk, 1994).
2.1.2 El modelo de los hechos
Este modelo se construye a partir del hecho sobre el que trata
el texto. La información acerca de la realidad es lo que
más llama la atención del lector. Por eso, entender un
texto significa que la gente es capaz de construir un modelo
mental para el texto. E inversamente, en la producción del
texto, el modelo es el punto de partida para todo procesamiento:
la gente sabe algo acerca de un hecho, y este conocimiento esta
representado en su modelo del hecho, y este modelo servirá
como la base, por ejemplo, para contar una historia acerca del
hecho (Van Dijk. 1994).
El modelo contextual
Además de los modelos de los hechos, los usuarios del
lenguaje tambien construyen modelos del hecho comunicativo en el
cual participan. Estos así llamados 'modelos del
contexto', tienen como características representaciones
subjetivas de sí mismo, de los otros participantes del
habla, del Entorno (Tiempo y Espacio), de las relaciones sociales
entre los participantes y sus propósitos, y objetivos
generales. Tales modelos del contexto por lo tanto tambien forman
la base mental para dar cuenta de los actos de habla dependientes
del contexto, del estilo y de la retórica. Dicho de otro
modo, estos modelos controlan de qué manera se selecciona
la información de los modelos de hechos y eventualmente se
expresa en el discurso (Van Dijk, 1994). Además, el modelo
de contexto orienta la manera que se tiene para emitir la
información sobre una situación determinada y que
va a ser enmarcada dentro del texto. En el proceso de paz, el
modelo contextual colectivo quedó plasmado en el siguiente
comunicado:
COMUNICADO # 6La paz es de todos
Al acercarse el final de 1999 y el inicio de un nuevo siglo y
un nuevo milenio, con optimismo frente al proceso de paz y de
transformación de Colombia hacia un Estado fundamentado en
la Justicia Social, los voceros del gobierno nacional y de las
FARC-EP, integrantes de la Mesa de Negociación y Dialogo,
Declaran:
1. Que continuaremos trabajando conjuntamente en la
búsqueda de una solución política al
conflicto social y armado, que conduzca hacia la
construcción de una Nueva Colombia por medio de
transformaciones políticas, económicas y
sociales.
2. Que durante el año que culmina, a pesar de las
dificultades propias de un proceso tan complejo, hemos logrado
significativos e históricos avances en búsqueda de
la reconciliación nacional, entre los cuales queremos
destacar los siguientes:
2.1. Con el establecimiento de una zona de distensión o
despeje y gracias a la voluntad de las partes, hemos logrado un
fluido dialogo dentro de un ambiente de
confianza, respeto y
tolerancia.
2.2. Que en una primera etapa, mediante el dialogo, se
acordó la "Agenda Común por el cambio hacia una
Nueva Colombia" así como los mecanismos de participación ciudadana.
2.3. En virtud de este acuerdo hemos avanzado a la etapa de
negociación en la que nos encontramos actualmente y en la
cual continuamos avanzando.
2.4. Hemos conformado el Comité Temático
Nacional integrado por representantes de las FARC-EP y por
distintos sectores representativos del Estado colombiano, con el
fin de recoger y evaluar las propuestas de los compatriotas,
orientadas a enriquecer los temas de discusión que
serán decididos por la Mesa de Negociación y
Dialogo.
2.5. Se han establecido diferentes mecanismos de
comunicación que permitan a todos los colombianos
mantenerse informados acerca de los avances del proceso de
paz.
2.6. Acordamos la metodología mediante la cual se esta
adelantando el Proceso de Negociación y Dialogo así
como los procedimientos y
mecanismos para facilitar la participación de los
colombianos.
3. Que consciente de la responsabilidad histórica que
tiene sobre los resultados del proceso, ha venido estudiando y
analizando serena y profundamente, el tema que inicialmente
será tratado en la Mesa de Negociación y
Diálogo y con el cual se iniciaran las audiencias
publicas. En la definición de este tema estamos avanzado,
pensado siempre en los intereses del pueblo colombiano y buscando
facilitar una amplia participación ciudadana.
4. Que coincidimos en que la participación de la
comunidad internacional es de la mayor importancia y
trascendencia para el proceso de paz. De la comunidad
internacional esperamos una decidida cooperación dentro de
los principios de la
no intervención y libre determinación de nuestro
pueblo.
5. Que reiteramos a los medios de comunicación la
importancia de mantener informados a los colombianos y a la
comunidad internacional acerca del desarrollo del proceso de paz,
en forma objetiva, veraz e imparcial.
6. Que reafirma que el proceso de paz pertenece a todos los
colombianos por igual, sin distingo de partidos, intereses
económicos, sociales o religiosos. Los intereses del
proceso son los intereses del pueblo colombiano y no interpretan
ningún interés
personal o de
grupo.
La Mesa de Negociación y Dialogo llega cargada de
esperanza y mira con optimismo al nuevo año, el nuevo
siglo y el inicio del próximo milenio. Confiamos en el
futuro de Colombia y expresamos a los compatriotas nuestra
invitación y deseo ferviente para que podamos construir
entre todos un país justo y en paz.
La próxima reunión se realizara el día 13
de enero de año 2000, en el corregimiento de Los Pozos,
municipio de San Vicente del Caguán, sede permanente de
los diálogos y negociaciones.
Víctor G. RicardoAlto Comisionado para la
Paz
Raúl ReyesVocero de las FARC-EP
Fabio Valencia CossioNegociador
Fabián RamírezNegociador
Pedro Gómez BarreroNegociador
Gonzalo Forero D.Negociador
Agencia de noticias Nueva Colombia.
http://www.anncol.com/
Análisis del texto
Para entender un texto se necesita presuponerse una vasta
cantidad de conocimiento socio- cultural del "mundo" (…(, en
otras palabras, para entender un texto, los usuarios del lenguaje
normalmente activan uno o más guiones, y usan la
información pertinente en la construcción de una
Representación del Texto en la Memoria
Episódica (Van Dijk, 1994). Siguiendo este lineamiento de
análisis del texto, se necesita definir el término
desde varias corrientes lingüísticas que ayuden a su
comprensión. Es así como por
texto[22]se puede entender "un registro verbal
de un acto comunicativo" (Brown: Yule, 1993: 24); "Un conjunto de
oraciones que constituyen relaciones de cohesión dentro y
entre ellas, es decir, textura" (Brown: Yule, 1993: 236); "Unidad
abstracta (teórica) conformada únicamente por las
secuencias de oraciones que poseen
macroestructura[23](Van Dijk, 1997:55).
2.2.1 Formas de control del texto
Para detectar las formas de control del texto, se debe tener
en cuenta que este control se ejerce sobre todos los aspectos del
discurso y de la comunicación, y para detectarlas se puede
partir del análisis de los niveles del discurso
escrito o hablado, es decir, de las propiedades o
categorías que los discursos poseen y que le permiten a
las elites legitimar, convocar y tener control sobre los oyentes
lectores, bien sea por medio de la selección
y distribución de turnos, o por medio de la
división entre acción/sentido y
expresión/formulación de los criterios que permitan
decir que existe una desviación e inaceptabilidad con
respecto a las normas y reglas, estableciendo un acceso
diferencial al discurso. Es así como se puede detectar una
forma de control del texto por medio del análisis de las
estructuras de interacción, tomando en primera
instancia a las estructuras de superficie que son:
El control de la entonación, partiendo del
principio del ACD cuando dice que las personas realmente
poderosas, con poder supremo, no necesitan gritar.El control de las estructuras del tema: ¿de
qué habla la gente, de qué se puede hablar y
quién impone las limitaciones?El control de la estructura sintáctica: el orden de
aparición de la secuencia oracional.El control de las estructuras del tema y de los
contenidos: si el tema no es importante para los grupos
dominados, entonces éste pasa a un segundo plano.El control de las superestructuras.
El control de las estructuras semánticas locales:
los textos establecen una coherencia semántica entre
las proposiciones que lo conforman, y que se basa en
relaciones de niveles de cognición, pues, cuando se
controla el discurso, se controlan los tipos de
relación de coherencia, utilizando relaciones causales
que valen para uno pero para el otro no, u oraciones
compuestas con conectores complejos, etc.
El nivel léxico es el más controlado
dentro del esquema de control lingüístico. Por eso se
hace necesario observar la selección de palabras, sobre
todo en la manera que se tiene para definir a la gente, ya que
esta definición determina la posición de quien
habla o escribe dentro del discurso.
El nivel de especificidad y grado de completud del
texto determina que la secuencia de eventos se puede hacer a
diferentes grados de generalidad, algunos muy detallados y
claramente focalizados, y otros muy vagos y difusos. Esto se debe
a que si los hechos son incómodos para el grupo dominante,
se describen en términos globales, y los que no lo son, se
describen de forma detallada.
En cuanto al control de las formas retóricas,
éstas determinan el uso de las metáforas,
comparaciones, hipérboles, y demás formas que
tienen una relación muy directa con aspectos sociales y
culturales determinados por el discurso.
El análisis
del discurso
Para determinar con más precisión el siguiente
estudio, se hace necesario definir una serie de categorías
y conceptos que serán aplicados en el análisis del
corpus. El primero de ellos es comprender que cuando se analiza
un discurso, se está considerando una interacción
entre las personas que usan formas lingüísticas
variadas (repertorio comunicativo) y contextualizadas en lo
lingüístico, cognitivo y sociocultural, elegidas para
construir una práctica social compleja y con diversas
formas de comunicación y de representación del
mundo, sean reales o imaginadas y con intenciones y finalidades
concretas.
El discurso es una unidad observacional (Van Dijk: 1984), es
decir, una unidad que es interpretable al ser vista o escuchada
como emisión. Desde esta perspectiva, el discurso es toda
forma de comunicación oral o escrita; es más
que un reflejo directo del mundo, intermediado por la lengua como
instrumento de acción desarrollada entre sujetos.
Conservando esta línea de comprensión, se
podrían señalar como funciones del discurso las
siguientes:
Socialización del ser humano.
Construir, mantener y cambiar las identidades
sociales.Propiciar las relaciones de poder, solidaridad,
dominación y resistencia.Construir estrategias que permitan alcanzar determinados
fines.Expresar las ideologías y las concepciones del
mundo que tiene cada grupo cultural en una situación
histórica determinada.
El análisis del discurso (A del D) es un instrumento de
acción social que se utiliza para entender los discursos
como prácticas sociales producidas en los ámbitos
de la vida social, usando tanto la palabra escrita como la
hablada. Además trata de descubrir cosas no dichas por el
hablante, sentidos configurados como los actos
elocutivos[24]presupuestos: según Austin
(1967), la distancia que hay entre lo que significa la
emisión y lo que el hablante quiere significar con ella es
bastante profunda. Lo que diga en hablante en un momento
determinado, puede significar una pregunta, una aserción,
una orden, o la expresión de un deseo, etc. Estos son los
actos elocutivos, nombrados así por Austin.
Según la teoría
de los actos de habla, para que se produzcan estos actos
elocutivos se necesita la utilización de los verbos
performativos que en español,
entre muchos otros, tenemos los siguientes: afirmar, aseverar,
advertir, señalar, comentar, ordenar, decretar, solicitar,
pedir, criticar, aprobar, someter, objetar. Cuando el hablante
utiliza un performativo para construir una emisión
realiza, por lo menos, tres tipos de actos: el acto de
emisión lingüística (emisión de
morfemas, palabras, oraciones); el acto proposicional
(identificar entidades y predicar algo de ellas), y el acto
elocutivo[25]que puede significar, en su
momento, una pregunta, una advertencia, una orden, etc. A estos
tres tipos de actos, Austin agregó uno más y lo
llamó acto perlocutivo y que consiste en
determinar el efecto que el acto elocutivo del hablante tiene
sobre el oyente.
Otro término que revista cabal
importancia en el análisis del discurso es el
sentido. Para su comprensión se hace necesario
observar varias acepciones: en la lingüística, la
referencia a los sentidos
abstractos y conceptuales propios de las palabras, oraciones y
discursos se efectúa mediante la expresión
"representaciones semánticas". Desde un enfoque
lingüístico cognitivo más empírico, la
referencia al sentido se basa en la asignación de sentido
al discurso por parte de los usuarios a través de la
comprensión / interpretación más que a la
referencia de un sentido intrínseco del discurso en si
mismo (Van Dijk: 1997 © 2000: 31). Según Benveniste,
existen dos formas de significar: La semiótica y la semántica. En la
semiótica la unidad de significado es el signo
lingüístico y en la semántica es la
oración. El sentido radica en la oración que forma
parte del discurso y los signos
adquieren sentido solo en ella y en situación de
referencia con el universo
extralingüístico.
El sentido de un discurso debe considerar las estructuras
lingüísticas y las estructuras sociales e
individuales. El sentido presupuesto
implicado del discurso es lo que hay que descubrir decodificando
e interpretando datos objetivos. El analista crea una
producción de sentido y pretende restituir con ello el
sentido a su discurso. Es por eso que pone en orden los elementos
de información que le brinda el texto, lo cual constituye
un segundo discurso que al igual que el original está
sometido a las normas que regulan la producción de
texto.
En un sentido más amplio, el objeto de estudio del A.
del D. es cualquier discurso entendido como expresión
lingüística con forma y significado, producto de un
proceso mental entendido como práctica social compleja,
estructurada, jerarquizada, interactuante, con funciones
contextualizadas y situadas dentro de una sociedad o de una
cultura.
Entendido así, el objetivo central del A. del D.
será "establecer relaciones teóricas entre los
discursos y la sociedad". Y para el cumplimiento de este
objetivo, se hace necesario el estudio de los conceptos de
acción, contexto, poder e ideología.
La ideología es una de las dimensiones del
funcionamiento de los discursos y su análisis se determina
por las huellas[26]o elementos identificables
dejados por las condiciones sociales en que se produjo el
discurso. Lo ideológico tiene relación con la
gramática cuando se comprende como el
modelo de reglas que caracterizan la producción o la lectura que
una clase social puede hacer de otra. Es decir que la
gramática de un discurso ideológico representa todo
lo que depende entre el discurso y sus relaciones con los
mecanismos básicos de la sociedad en donde se ha producido
ese discurso. La forma última del poder consiste
en influir en el querer de las personas, y el discurso puede
influir en la sociedad a través de las cogniciones
sociales de aquellas. Si se tiene claro este punto, se puede
llegar a dilucidar cómo se construyen los conocimientos
sobre el mundo, las ideologías de grupos, las actitudes
sociales, los prejuicios.
Para poder influir en grandes masas o en grupos de personas,
éstas y éstos tienen que comprender el discurso
(cognición, interpretación individual y social).
Los grupos dominantes son los que tiene acceso a la
manipulación y uso de las estructuras de
dominación. La dominación tiene que ver con la
relación desigual entre grupos
sociales que controlan a otros grupos, con las
limitaciones de verdad que ejercen sobre un grupo (Van
Dijk: 94).
Para comprender la manera como el discurso puede influir en la
sociedad es necesario comprender lo relacionado con la
ideología de grupos, debido a que la noción de
poder tiene que ver ante todo con el concepto de control
de los actos de las personas y de la mente de las personas,
porque hablar de poder es hablar de control.
El poder moderno consiste en influir en los otros por
medio de la persuasión para lograr que hagan lo que se
quiere (Van Dijk: 1994). Es por eso que el poder se considera
como otra dimensión del funcionamiento de los discursos
sociales y se puede entender como un sistema de relaciones entre
un discurso y sus efectos en contextos históricos
y sociales distintos.
Los grupos que pueden acceder a las formas persuasivas de
poder y de control social tienen a su vez acceso al discurso
público, y este logra afectar una masa en la medida
en que la masa reconozca la lengua, así como ciertos
esquemas cognitivos que le permitan inscribir en ellos la
realidad.
Analizando productos se
apunta a procesos. Por
eso, el A. Del D., tanto social como político, utiliza la
noción de práctica social como una dimensión
mucho más amplia y compleja que los actos de
interacción entre los usuarios del lenguaje. El
análisis lingüístico que no supera la barrera
de las frases, no se preocupa de los fundamentos sociales del
lenguaje, por tanto, "solo en el nivel de la discursividad el
sentido manifiesta sus determinaciones sociales y los
fenómenos sociales develan su dimensión de
significante (Verón, 1983).
El análisis del discurso posibilita el estudio de la
constitución real de lo social, evitando de esta manera el
subjetivismo del actor. Así, la pretensión del
analista de los discursos sociales y políticos se debe
cimentar en la idea de traspasar la red discursiva para tomar
forma en la
organización material de las relaciones sociales que
son las encargadas de producir el sentido y esto se logra por
medio del análisis crítico del discurso.
3.1 El Análisis Crítico del Discurso
Tanto el análisis del discurso (A. del D.) como el
análisis crítico del discurso (A.C.D.) tienen por
objeto el estudio del lenguaje, y ambas disciplinas estudian las
formas lingüísticas y las estrategias discursivas en
situación o contextualización mediante una
metodología básicamente cualitativa. Lo que las
diferencia es el claro interés del A.C.D. por las
problemáticas sociales desde una óptica
crítica, especialmente las problemáticas
relacionadas con la discriminación (Martín –
Whittaker, 1998:23).
El A.C.D. es un programa de
investigación interdisciplinar regido por ocho principios
interpretativos (Fairclough y Wodak, 1989: xiiiff: Wodak et al.,
1990; Menz, 1980):
El A. C. D. cimenta el interés de su
investigación en los problemas sociales; desenmascarar
la desigualdad, las relaciones de poder, las injusticias,
etc.Las relaciones de poder son discursivas; las relaciones
asimétricas de poder tienen una existencia real en el
conjunto de las prácticas sociales, incluidos los
discursos.El discurso constituye la sociedad y la cultura.
El discurso realiza una tarea ideológica.
El discurso es histórico porque se incluye en la
perspectiva histórica y tiene en cuenta los procesos
sociales que son dinámicos. Esto se tiene que reflejar
en la teoría y en la metodología (Ej. el
acercamiento discursivo histórico).La relación entre texto y sociedad es mediata.
El A.C.D. es interpretativo y explicativo.
El discurso es una forma de acción social.
El A.C.D. es considerado como una práctica
tridimensional: práctica textual (estudio del discurso
como texto, como producto oral o escrito de la producción
discursiva); como práctica discursiva (inserción en
una situación social determinada); como práctica
social (estructuración de áreas de conocimiento,
expresión refleja de entidades prácticas,
relaciones sociales, constitución y conformación de
entidades, prácticas y relaciones) (Martín –
Whittaker, 1998: 12).
De esta forma, las relaciones entre discurso – poder
– ideología pueden ser estudiadas mediante una
práctica interdisciplinar, ya que los fenómenos
sociales son demasiado complejos para tratarlos dentro de un solo
campo.
El A.C.D. implica una serie de cuestionamientos con el
análisis de problemas sociales, estudiando "como el
discurso actúa, expresa, perdona o contribuye a la
reproducción de la desigualdad" (Van Dijk, 1998). En
él se estudian las diferentes formas de abuso de poder en
las relaciones de género, étnicas, de clase,
religiosas, políticas, etc.
El A.C.D. se basa en el análisis de discursos
cotidianos, de la prensa, manuales, de las
elites, de las corporaciones, de sindicatos, de
organizaciones específicas, de parlamentarios,
gubernamentales, etc., investigando en ellos las relaciones
existentes entre los discursos, el pode y la
ideología.
El A.C.D. considera las ideologías como aquellos
sistemas
básicos de la cognición social, representaciones
mentales compartidas socialmente y que controlan otras
representaciones mentales tales como las actitudes sociales de
grupo (incluyendo los perjuicios) y modelos mentales (Van Dijk,
1995).
Los discursos pueden transmitir ideologías y estas a su
vez controlan los discursos y otras prácticas sociales.
Así, "el significado lingüístico es
inseparable de la ideología y ambos dependen de la
estructura
social, entonces el análisis lingüístico
deberá ser una herramienta poderosa para el estudio de los
procesos ideológicos que mediatizan las relaciones de
poder y de control" (Fowler, 1983:248).
Se precisa un análisis crítico de lo
lingüístico – discursivo porque los
significados sociales habitualmente están implicados en
el lenguaje
que no es un mero reflejo de las estructuras organizativas de la
sociedad sino que las expresa, las confirma y a la vez las
reproduce. El A.C.D. se orienta no en contra del lenguaje o de
los usuarios sino contra las estructuras sociales que posibilitan
procesos de asimetrías de poder. El A.C.D. es "una
crítica de las estructuras y las metas de una sociedad que
ha impregnado su lenguaje de significados sociales, muchos de los
cuales consideramos negativos, deshumanizante y restrictivos en
sus efectos" (Fowler, 1983: 263).
En conclusión, tanto el A. del D. como el A.C.D. tiene
por objeto el estudio del lenguaje, y ambas disciplinas estudian
las formas lingüísticas y las estrategias discursivas
en situación o contextualización mediante una
metodología básicamente cualitativa. Lo que la
diferencia es el claro interés del A.C.D. por las
problemáticas sociales relacionadas con la
discriminación, un interés que se evidencia en la
medida en que se relacionan las estructuras del discurso con las
estructuras sociales presentes en las ideologías
(Martín – Whittaker: 1998:23).
3.2 Análisis del Discurso Ideológico
El Análisis del Discurso Ideológico – A.D.I – es
un tipo específico del análisis del discurso
sociopolítico que intenta relacionar las estructuras del
discurso con las estructuras sociales, en cuanto a que "las
relaciones entre sociedad en interacción, y por tanto
entre sociedad y discurso, son necesariamente indirectas y
están mediadas por representaciones mentales compartidas
de los actores sociales en tanto miembros de grupos" (Van Dijk,
1996 (a): 18). Como bien se sabe, las ideologías son
sistemas que sustentan las cogniciones sociopolíticas de
los grupos, y "un conjunto de personas constituye un grupo si y
solo si, como colectividad, comparten representaciones sociales.
Para los miembros individuales del grupo esto significa que parte
de su identidad
personal (si mismo) está ahora asociada con una identidad
social, o sea, la auto representación como miembros de un
grupo social" (Van Dijk, 2000:182).
Las ideologías incluyen los valores
más significativos para un grupo y una selección
propia y específica de sus valores socioculturales. Los
intereses del grupo pueden ser definidos a través de
categorías como puede ser la identidad cuando se
entiende como un "constructo personal y a la vez constructo
social. Son representaciones de sí mismo como
construcciones respecto de grupos ubicados en la memoria
episódica y en relación a la construcción de
modelos de acontecimientos, modelos que incluyen interacciones
sociales e interpretaciones de discursos, por lo cual las
identidades se relacionan con construcciones socialmente
construidas y compartidas (Van Dijk, 2000:152-153). Así
mismo, los intereses de un grupo se pueden definir a
través de las actividades, metas, normas, valores,
posición social y recursos que necesitan los miembros para
su interacción.
Una persona puede
compartir distintas ideologías en la medida que comparte
distintos grupos sociales. Si éstas son incompatibles, el
hablante contextualiza cada ideología en cada
interacción social, negociándola para hacerla
compatible con cada contexto. Se pueden compatibilizar
ideologías de género, etnia,
profesión, cultural, políticas, religiosas, etc.,
pues éstas no se limitan a grupos sociales relacionados
con prácticas de dominación de poder, de lucha de
clases, sino que también se extienden a grupos de
profesionales, instituciones, etc.
Antes de que el hablante materialice sus o su ideología
en un discurso, existen distintos factores de orden social que
influyen en él. Por eso, en el A.D.I., las
ideologías no se leen directamente en los textos o en los
actos de habla, ya que no son explícitas sino
implícitas, y la articulación de lo superficial o
explícito en los textos y en los actos de habla con las
ideologías constituye un proceso analítico
complejo.
El objetivo del A.D.I. es descubrir ideologías
subyacentes en un discurso determinado y, fundamentalmente,
estudiar los nexos entre las estructuras discursivas y las
estructuras ideológicas que están presentes en
dicho discurso. Para el estudio de dichos nexos se hace necesario
observar cómo se relacionan las unidades léxicas
seleccionadas con las estructuras ideológicas y a su vez
con una semántica ideológica subyacente. Así
mismo, se deben observar las representaciones mentales del mundo
situado ya que éstas implican evaluaciones que
también influyen en la selectividad léxica.
En el A.D.I. la noción de modelo sigue revistiendo
cabal importancia, pues los modelos son personales, subjetivos y
están relacionados dialécticamente con lo real
representado, es decir, con las ideologías. En palabras de
Van Dijk, "el modelo es una representación mental en la
memoria de un evento, de una situación (…) Todos tenemos
un cúmulo de conocimientos que construimos durante nuestra
vida, durante el proceso de socialización, conocemos lo
que pasa en nuestra cultura. Cuando digo que en un modelo tenemos
conocimientos generales, éstos se comparten con otras
personas de nuestra cultura, con personas de nuestro grupo (puede
ser profesional) que tienen conocimientos especiales acerca de
guerras,
armas, coches, etc. Lo que estamos haciendo al oír o leer
la noticia no es construir la representación
semántica del texto sino la estructura esquemática,
episódica del acontecimiento del que trata el texto. El
texto es uno y trata de un hecho, un evento de la realidad (un
accidente, o cualquier otro evento) y es sobre esta realidad y no
sobre el texto que se construye el modelo (Van Dijk, 1994).
En cambio, en el texto se establece una relación
textual de lo que ocurre en la realidad. Por eso, para la
comprensión de un texto es decisiva la construcción
de modelos de los hechos. Esta construcción depende de la
información sociocultural, de tal manera que se pueden
presentar errores en la comprensión de un texto, errores
derivados de las construcciones de modelos con informaciones
erradas. De ahí que la coherencia textual se defina como
una coherencia entre oraciones y modelos porque lo que se
recuerda de un texto no es su significado sino el modelo
construido a partir de ese texto.
En la producción de textos, el punto de partida es un
modelo de los hechos que está determinando por la
representación de los hechos mismos. En cambio, los
modelos de acontecimientos están formados sobre
los hechos que se conocen por medio de experiencias personales o
por medio de prácticas comunicativas. Dichas
prácticas representan aquello que se comunica, o sea los
contenidos, mientras que los modelos de contexto
están formados sobre los actos comunicativos en que se
participa. Éstos definen la situación comunicativa,
las creencias subjetivas sobre los participantes, los objetivos,
las metas, el entorno, etc. Los modelos de contexto son
fundamentales para la producción y comprensión de
los discursos ya que regulan cómo se establece la
comunicación. Así, las relaciones entre estructuras
sociales y discursivas están intermediadas por los actores
sociales, sus representaciones e interpretaciones que vienen
determinadas tanto por los modelos de hechos como por los de
contexto que se basan en los principios ideológicos de los
grupos.
En el A.D.I. otro concepto que reviste capital importancia es
el de la opinión. "no se puede leer un texto sin
implícitamente dar una opinión. Mi teoría es
que tenemos un modelo y parte del modelo es la opinión que
tenemos sobre un evento las opiniones también son
personales, al igual que el modelo, pero éstas son
posibles sólo cuando compartimos cogniciones
sociales (Van Dijk, 1994).
Las opiniones son creencias valorativas que se determinan por
los valores de un grupo o cultura. Son juicios valorativos, y
dependiendo de los criterios de juicio, se puede distinguir entre
una opinión (juicio valorativo) o una creencia objetiva
(conocimiento). Una norma, un valor cultural o de grupo es una
creencia-opinión. Su los fundamentos son un criterio de
verdad social, compartido, la creencia es objetiva, susceptible
de ser verdadera o falsa.
Los juicios de opinión y los juicios de creencias
objetivas son relativas en lo social, histórico, cultural,
personal y en la grupal. Así mismo, la falsedad o
veracidad de las creencias objetivas están determinadas
por los criterios de falsedad o veracidad cultural y grupalmente
aceptados. Si estos criterios favorecen a un grupo en particular,
el sistema de conocimientos y los criterios de verdad pueden
estar basados en la ideología. Las opiniones no son falsas
creencias. Las falsas creencias son objetivas si pueden ser
evaluadas de acuerdo con criterios de verdad social compartidos.
Las opiniones y las ideologías, en la medida en que
implican normas y valores, son valorativas y no objetivas.
En síntesis,
de acuerdo con la psicología cognitiva las creencias
socialmente compartidas son representaciones mentales y no
estructuras discursivas ya que pueden o no expresarse en el
discurso. Los discursos basados en modelos contienen creencias
evaluativas, opiniones sobre hechos sociales y comunicativos,
opiniones que no son personales y opiniones socialmente
compartidas por uno o varios sujetos que intervienen en la
enunciación, como son las actitudes y las
ideologías.
La
enunciación en el discurso del proceso de paz
colombiano
"Un enunciado es un segmento informativo emitido por un
hablante a un oyente en unas determinadas circunstancias
comunicativas. (…( Dependiendo de su intención, el
hablante establece sus límites.
De este modo, si elige como estructura gramatical un complejo
oracional, o simplemente un sintagma, es porque de ello se
derivan intenciones distintas" (Fuentes C.,
1999; 39). Es decir que un enunciado encuentra su sentido en la
medida en que se convierte en la descripción de su
enunciación. De ahí que informar – que fue lo que
hicieron, en su momento, el presidente de Colombia al Cuerpo
Diplomático acreditado en Colombia; las FARC-EP a los
países amigos del proceso de paz, y la comisión de
Notables a la opinión nacional e internacional -, se
convierta en una actividad semiológica por medio de la
cual un emisor (E) se dirige a un destinatario (D) para modificar
su estado de conocimientos, transmitiéndole por medio de
algún instrumento significativo, datos que supone que de
algún modo le son nuevos (S. Gutiérrez
Ordóñez, 1997:18).
La información tiene en cuenta tanto lo que el
interlocutor pregunta como lo que el sujeto de la
enunciación cree que necesita saber. Esta
descripción le atribuye a la enunciación uno o
varios sujetos que serían su origen. Hay que distinguir
esos sujetos, o al menos dos tipos de personajes como son los
enunciadores y los locutores (Ducrot, 1986: 197-198).
4.1 El sujeto de la enunciación en los tres discursos
que conforman el corpus de estudio
O. Ducrot (1984 y 1986) denomina "Sujeto de la
enunciación" lo que tradicionalmente se ha conocido como
hablante o emisor del discurso y reconoce en él tres
propiedades que le sirven para instalarse dentro del enunciado.
Estas propiedades son las siguientes:
El sujeto de la enunciación tiene a su cargo toda
la actividad psicofisiológica necesaria para producir
el enunciado.Es el autor y origen de los actos ilocutivos que se
cumplen al producirse un enunciado."(…( estar designado en un enunciado por las marcas de
primera persona, cuando designan un ser
extralingüístico: él es en este caso el
soporte de los procesos expresados por un verbo cuyo sujeto
es yo, el propietario de los objetos calificados de
míos, él es quien está en un
lugar llamado aquí…" (O. Ducrot,
1986:95).
Bajo esta figura del sujeto de la enunciación se
esconden tres figuras que se pueden reconocer en cualquier
discurso y que son: el sujeto empírico que
sería el autor real del enunciado, del texto, o sea su
productor. En segundo lugar tenemos al locutor, "uno que
en el sentido mismo del enunciado, es presentado como su
responsable, es decir, como alguien a quien se debe imputar la
responsabilidad de ese enunciado. A él remiten el
pronombre yo y las otras marcas de primera
persona" (O. Ducrot, 1986, 198). En tercer lugar se tiene a la
figura del enunciador y que está formada por
"esos seres que supuestamente se expresan a través de la
enunciación sin que por ello se les atribuyan palabras
precisas; si ellos "hablan" es solo en el sentido de que la
enunciación aparece como si expresara su punto de vista,
su posición, su actitud, pero no en el sentido material
del término, sus manifestaciones concretas" (O. Ducrot.
1986:208 –209)
En los tres discursos que conforman el corpus de esta
investigación, se podría hablar de que hay una
total ausencia del sujeto empírico, es decir de
aquel que se designa como el productor del texto. Esto se debe,
en parte, a que durante el tiempo que duró el proceso de
paz, los receptores de los discursos daban por hecho que el
discurso era producido por el locutor. Así mismo, el
carácter colectivo de dicho proceso
impidió que los discursos más trascendentales
tomaran un carácter individual. De ahí, la total
ausencia del pronombre yo y de otras marcas de primera persona,
sobre todo en el discurso de las FARC-EP y en el de la
Comisión de Notables.
En el discurso del presidente Andrés Pastrana se puede
identificar al locutor, pues él se
presentó ante los Embajadores como la persona responsable
del enunciado y a él se le remite toda la responsabilidad
cuando utiliza el pronombre yo y las otras marcas de
primera persona. En cambio, en el discurso de Las FARC- EP es
más clara la figura del enunciador, pues como
dice Ducrot, en este discurso la enunciación expresa su
punto de vista, su posición, su actitud, pero no en el
sentido material del término, sus manifestaciones
concretas. Igual sucede en el discurso de la comisión de
notables en el que hay una total ausencia del sujeto
empírico así como del locutor, más funciona
con la figura del enunciador, ya que el objetivo del discurso de
la Comisión de Notables era precisamente expresar su punto
de vista, su posición y su actitud sobre el proceso de paz
y el problema de los paramilitares que, para la fecha,
acrecentaron sus actos violentos por todo el territorio nacional
con el propósito de impedir la reconciliación entre
las partes. Pero, para perfilar con más precisión
la presencia o ausencia de estas figuras de la
enunciación, hay que recurrir al estudio de sus voces dentro
del discurso para comprender los rasgos polifónicos
presentes en los mismos.
4.2. Las voces en el discurso del proceso de paz
colombiano
En el análisis crítico de un discurso es
importante develar la fuente, la voz que habla, para saber
quién sostiene la argumentación (Fuentes
Rodríguez y alcaide Lara, 2002: 114). Es así como
la voz que narra en cada uno de los discursos del corpus, retoma
un carácter colectivo en la medida en que representa a un
grupo social determinado, como puede ser el del gobierno – en
cabeza del presidente de la
república, – el de la guerrilla – representado
por los miembros del Comando Central de las FARC –EP, y el
grupo de notables – personajes con notoriedad
pública que fueron escogidos por la Mesa de diálogo
y negociación (Comunicado No 29) para que representaran a
la sociedad civil en un momento en que la negociación se
detuvo, debido a los ataque que se inflingían ambos bandos
del conflicto.
Esta voz que narra implica que el discurso producido asume la
presencia de una subjetividad de la que emanan los contenidos que
aparecen en cada uno de los textos. Esto se debe a que en los
tres discursos el enunciado está relacionado con una voz
colectiva designada por un nosotros que, como estrategia
enunciativa, se usa como un deíctico que tiene como fin
colocar el discurso en una situación concreta de
enunciación que posibilita la identificación del
referente. También se sabe que la instancia enunciativa
que se introduce en el discurso mediante un deíctico
plural puede incluir o excluir al destinatario del mensaje. "En
estos casos los autores pretenden constituir una sola persona
moral, y
hablar con una sola voz: su pluralidad aparece fundida en un
personaje único que engloba a los diferentes individuos.
Lo que motiva mi pluralidad es la existencia, para ciertos
enunciados, de una pluralidad de responsables dados por distintos
e irreductibles" (Ducrot, 1986: 198).
Esta sola persona moral se puede distinguir fácilmente
en la medida en que se designa dentro del discurso escrito, tal y
como ocurre en la Mesa Nacional de Diálogo y
Negociación que recoge, entre otros asuntos, el sentir de
las partes implicadas en el proceso de paz. Así mismo,
cuando es la sociedad civil la que emite el discurso, se puede
distinguir esa sola persona moral que habla por medio de la
Comisión de Notables o Comisión de
Personalidades.
En cuanto a las voces que representan al presidente de la
república se hace evidente al comienzo del discurso la
aparición de la primera persona del singular, para luego
diluirse en una sola persona moral que habla desde un nosotros
colectivizado por el término "Colombia". Pero, para
observar con más detenimiento la polifonía
existente en los tres discursos que componen el corpus, se hace
necesario analizar cada uno de los componentes que integran el
acto de la enunciación como son el emisor y el receptor
del mensaje.
4.2.1.1 El emisor político en el discurso
presidencial
El hablante o emisor, también llamado enunciador o
locutor (Ducrot, 1986) se complejiza en este discurso en la
medida en que deja percibir la presencia de dos emisores: "El
hablante físico real, como ser del mundo, y el hablante
como ser del discurso. Este último (el emisor discursivo)
se construye en el discurso a través de las relaciones que
establece con otros componentes de la situación
comunicativa el receptor especialmente" (Fernández
Lagunilla, 1999: 26).
Para ilustrar lo anterior, se cuenta con el siguiente texto en
el que aparecen ambos emisores discursivos, el que habla como
miembro del gobierno utilizando la primera persona del singular,
y el que habla como presidente de la república que se
fusiona continuamente en una sola persona moral representada por
un nosotros y definida a veces por la palabra –
símbolo[27]Colombia, pues, cabe recordar
que en un discurso presidencial el "nosotros" puede tener varios
referentes como un nosotros los del gobierno, un nosotros los
colombianos, un nosotros los de un determinado grupo de poder, o
un yo con ustedes que me están escuchando. Estos
referentes colectivos se logran identificar por medio del
contexto lingüístico que inmediatiza al
deíctico, así como por el contexto
sociopolítico en el que se desarrolla la
interacción discursiva. Pero, para una mayor
comprensión del emisor político, se debe observar
el comportamiento
tanto del yo como del nosotros en el siguiente fragmento del
discurso presidencial:
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