B. Fase del pensamiento
intuitivo (4 ; 7 años) Se basa en los datos
perceptivos. Así dos vasos llenos de la misma cantidad de
bolitas, el niño dirá que hay más en el vaso
largo. En este periodo el desarrollo del
niño va consiguiendo estabilidad poco a poco, esto lo
consigue creando una estructura
llamada agrupación. El niño comienza a razonar y a
realizar operaciones
lógicas de modo concreto y
sobre cosas manipulables. Encuentra caminos diversos para llegar
al mismo punto (sabe armar rompecabezas).
En la infancia se
produce el egocentrismo, es decir, todo gira entorno al "yo" del
infante y es incapaz de distinguir entre su propio punto de vista
y el de los demás. También en este periodo
predomina el juego y la
fantasía, por lo que el infante gusta de cuentos,
fábulas
y leyendas.
Mediante su exaltada fantasía dota de vida a los objetos y
se crea un mundo psicológico especial.
Desarrollo afectivo, sexual y social: Se
distinguen tres fases:
Fase oral: El niño nace preparado a conservar
la vida mamando, y mientras se nutre tiene las primeras
relaciones con los demás, creando de este modo un nexo
entre afecto y nutrición y entre necesidad de los
otros y actividad oral. El niño llevará –
para experimentar y comunicar con los demás: todo a la
boca, (siente placer).
La relación oral incluye la
comunicación a través del tacto, el olor, la
posición del cuerpo, el calor, los
nexos visuales, el rostro de la madre, etc. Esta etapa se supera,
pero siempre nos quedan rezagos tales como mascar chicle, fumar,
llevar objetos a la boca. Hay casos en que no se supera esta
etapa, entonces tenemos el carácter oral como el sujeto totalmente
dependiente e inseguro.
Fase anal: Se denomina así porque el
niño ya comienza a controlar sus esfínteres y
obtiene un placer reteniendo los movimientos intestinales que
estimulaban la mucosa anal.
Hay que tener en cuenta que el efectivo control de la
defecación se alcanza sólo luego que ha sido
posible el control muscular a través de la
maduración de los rasgos nerviosos de la médula
espinal. Por tanto una educación prematura a
la limpieza lleva a fijar a la persona en el
carácter anal; por ejemplo: El avaro. El coleccionar
objetos es un rezago de analidad.
Fase elíptica: El infante
desarrolla un intenso amor por el progenitor del sexo
opuesto. El niño se apega a la madre y la niña
al padre.
El niño es posesivo, de aquí que el padre
es sentido un intruso y un rival (complejo de edipo). En esta
rivalidad frente al padre, el niño teme ser destruido por
el padre (complejo de castración). Al mismo tiempo nace
una angustia en el niño o por el temor confirmado de
poder ser
destruido por el padre o por su hostilidad frente a un padre que,
pese a todo, lo quiere (sentimiento de culpa). Finalmente el
niño descubre que para llegar a poseer a su madre tiene
que llegar a ser todo un hombre como su
padre (principio de identificación). Aquí es cuando
el niño comienza a interiorizar las normas de los
padres conformándose el "super yo". Analógicamente
se llega a la identificación de la niña con su
madre.
La mayoría de los problemas en
las etapas posteriores tienen su origen en un Edipo no resuelto.
Son manifestaciones de una fijación en esta etapa cuando
hay falta de identificación con su propio sexo.
Concluimos afirmando que, en esta etapa, el niño aprende a
ser varón y la niña a ser mujer.
La Niñez
Se sitúa entre los 6 y 12 años.
Corresponde al ingreso del niño a la escuela,
acontecimiento que significa la convivencia con seres de su misma
edad. Se denomina también "periodo de la latencia", porque
está caracterizada por una especie de reposo de los
impulsos institucionales para concentrarnos en la conquista de
la socialidad.
Las socializad que comienza a desarrollar es
"egocéntrica": "Todo sale de mí y vuelve a
mí", "Te doy para que me des". Sus mejores amigos son los
que le hacen jugar, le invitan al cine o un
helado". El niño, al entrar en la escuela da pie al
desarrollo de sus funciones
cognoscitivas, afectivas y sociales.
F. Cognoscitivas: El niño desarrolla la
percepción, la memoria,
razonamiento, etc.
F. Afectivas: En cuanto que el niño sale
del ambiente
familiar donde es el centro del cariño de todos para ir a
otro ambiente donde es un número en la masa; donde aprende
y desarrolla el sentimiento del deber, respeto al
derecho ajeno amor propio,
estima de sí, etc.
F. Social: La escuela contribuye a extender las
relaciones sociales que son más incidentes sobre la
personalidad.
Características principales en
esta etapa:
Aprende a no exteriorizar todo, aflora, entonces, la
interioridad.Son tremendamente imitativos, de aquí que
necesiten el buen ejemplo de sus padres.El niño se vuelve más objetivo y es
capaz de ver la realidad tal como son.Suma, resta, multiplica y divide cosas, no
números.Adquiere un comportamiento más firme sobre
sus realidades emocionales.
La Adolescencia
Es la etapa en que el individuo deja
de ser un niño, pero sin haber alcanzado aún la
madurez del adulto. Sin embargo, es un tránsito complicado
y difícil que normalmente debe superar para llegar a la
edad adulta. Se considera que la adolescencia
se inicia aproximadamente a los 12 años promedio, en las
mujeres y a los 13 años en los varones. Este es el momento
en que aparece el periodo de la pubertad, que
cambia al individuo con respecto a lo que hasta entonces era su
niñez.
En la adolescencia se distinguen dos
etapas:
1) Pre-adolescencia (fenómeno de la
pubertad)
2) Adolescencia propiamente
dicha.
1. La Pre-adolescencia:
Desarrollo físico: Se produce una intensa
actividad hormonal. Se inicia a los 11 o 12 años en
las mujeres y a los 13 o 14 años en los varones. En
las mujeres aparece la primera menstruación y en los
varones la primera eyaculación; pero en ambos
todavía sin aptitud para la procreación. En
ambos sexos aparece el vello púbico.
Se da también un rápido aumento de
estatura, incremento en el peso, aparición de caracteres
sexuales secundarios; en las mujeres: senos, caderas, etc. En los
varones: Mayor desarrollo muscular, fuerza
física,
aumenta el ancho de la espalda, cambio de voz,
pilosidad en el rostro, etc.
Desarrollo cognoscitivo: No confunde lo real con lo
imaginario y por tanto puede imaginar lo que podría
ser. Usa con mayor facilidad los procedimientos
lógicos: análisis, síntesis…
Descubre el juego del pensamiento. Desarrolla su
espíritu crítico. Discute para probar su
capacidad y la seguridad del adulto. En ocasiones es
fantasioso, pero con poca frecuencia. Hay una
proyección de sí en el porvenir; pero
también a veces evade lo real.Desarrollo tendencial: Tiene necesidad de seguridad
pero a la vez una necesidad de independencia de sus padres.
Esto hace que despierte la necesidad de libertad, de ser
independiente y libre; para ello emplea la desobediencia como
una necesidad.Desarrollo afectivo: Presenta gran intensidad de
emociones y sentimientos. Hay desproporción entre el
sentimiento y su expresión. Las manifestaciones
externas son poco controladas y se traducen en tics
nerviosos, muecas, refunfuños, gestos bruscos, gritos
extemporáneos. Pasa con facilidad de la agresividad a
la timidez.Desarrollo social: Creciente emancipación de
los padres. Busca la independencia pero a la vez busca
protección en ellos. Se da mutua falta de
comprensión (con sus padres). Tiene necesidad de
valorarse, de afirmarse, de afiliación y de sentirse
aceptado y reconocido por los de su entorno. Su principal
interés son las diversiones, el deporte,
etc.Desarrollo sexual: Tendencia a la
separación entre chicos y chicas. Gran curiosidad por
todo lo relacionado con la sexualidadDesarrollo social: Va pasando de la
heteronomía a la autonomía. Aquí influye
mucho la moral de la familia como testimonio. Así el
adolescente será capaz de: Fijar metas y objetivos
propios. Organizar su actividad en conformidad con sus
proyectos. Organizar mejor y eficientemente su tiempo
libre.Desarrollo religioso: El desarrollo religioso puede
ser problemático cuando: Los padres no dan testimonio,
usan la religión como disciplina y no son estables.
Cuando el muchacho encuentra serias dificultades en el ramo
de la sexualidad. Cuando la religión, en el ambiente
social, es considerado como "cosa de mujeres", "pueril".
Cuando la catequesis recibida en la infancia ha sido
formalista y separada de la vida y de lo contrario el
desarrollo religioso es satisfactorio.
2. La Adolescencia propiamente
dicha:
Desarrollo Cognoscitivo: La adolescencia es la etapa
donde madura el pensamiento lógico formal. Así
su pensamiento es más objetivo y racional. El
adolescente empieza a pensar abstrayendo de las
circunstancias presentes, y a elaborar teorías de
todas las cosas. Es capaz de raciocinar de un modo
hipotético deductivo, es decir, a partir de
hipótesis gratuitas y, procediendo únicamente
por al fuerza del mismo raciocinio, llegar a conclusiones que
pueden contradecir los datos de la experiencia.
La adolescencia es también la edad de la
fantasía, sueña con los ojos abiertos ya que el
mundo real no ofrece bastante campo ni proporciona suficiente
materia a las
desmedidas apetencias de sentir y así se refugia en u
mundo fantasmagórico donde se mueve a sus
anchas.
Es también la edad de los ideales. El ideal es un
sistema de
valores al
cual tiende por su extraordinaria importancia. El adolescente
descubre estos valores y trata de conquistarlos para sí y
para los demás. Aunque este hecho no afecta a todos los
adolescentes.
Depende de la formación recibida.
Desarrollo motivacional: En el
adolescente sobresalen los siguientes motivos:
Necesidad de seguridad: Se funda en un sentimiento
de certeza en el mundo interno (estima de sí, de sus
habilidades, de su valor intrínseco, de su equilibrio
emocional, de su integridad física) y externo
(económica, su statuts en la familia y en el grupo).
El adolescente puede sufrir inseguridad por los cambios
fisiológicos, la incoherencia emotiva o por la falta
de confianza en los propios juicios y decisiones.Necesidad de independencia: Más que una
existencia separada y suficiencia económica,
significa, sobre todo, independencia emocional, intelectual,
volitiva y libertad de acción. Se trata de una
afirmación de sí.Necesidad de experiencia: Fruto del desarrollo y la
maduración que en todos sus aspectos son dependientes
de la experiencia. Este deseo de experiencia se manifiesta
claramente en las actividades "vicarias" (TV, radio,
conversación, cine, lecturas, juegos, deportes). Por
esto mismo se meten en actividades poco recomendables:
alcohol, drogas, etc.Necesidad de integración (de identidad): Que
es un deseo inviolable y de valor personal.Necesidad de afecto: Sentir y demostrar ternura,
admiración, aprobación).
Desarrollo afectivo: Es difícil establecer si
la adolescencia es o no un periodo de mayor inestabilidad
emotiva. Pero nada impide reconocer la riqueza emotiva de la
vida del adolescente y su originalidad.
La sensibilidad avanza en intensidad, amplitud y
profundidad. Mil cosas hay ante las que ayer permanecía
indiferente y, hoy, patentizará su afectividad. Las
circunstancias del adolescente, como la dependencia de la
escuela, del hogar, le obligan a rechazar hacia el interior las
emociones que
le dominan. De ahí la viveza de su sensibilidad: al menor
reproche se le verá frecuentemente rebelde,
colérico. Por el contrario, una manifestación de
simpatía, un cumplido que recibe, le pondrán
radiante, entusiasmado, gozoso. El adolescente es variado en su
humor.
Desarrollo social: Tanto el desarrollo cognoscitivo,
como el motivacional y afectivo agilizan el proceso de
socialización. El adolescente tiene en su
comportamiento social algunas tendencias que conviene
reseñar:
A medida que crece, son mayores y más
variadas sus experiencias sociales.Este mayor contacto con la sociedad favorece un
conocimiento más real de la sociedad.Mayor conciencia de los demás, así
como una progresiva conciencia de pertenencia a una clase
socialOtras tendencias importantes son la madurez de la
adaptación heterosexual, la búsqueda de status
en el grupo de compañeros de la misma edad y la
emancipación de la familia.
En este proceso de
socialización encontramos en el adolescente
una serie de oscilaciones tales como: Oscilación entre
excitación y depresión:
trabajo y
ocio, buen humor y llanto. Oscilación entre sociabilidad e
insociabilidad: delicados e hirientes, tratables e intratables.
Oscilaciones entre confianza y desconfianza de sí mismos.
Oscilaciones entre vida heroica y sensualidad. En esta
época aparecen rivalidades y luchas para obtener el poder
y ejercerlo sobre lso demás. Prueba sus fuerzas
físicas y así se convierte en agresivo, lo que se
manifiesta con ciertos actos exteriores (se golpean unos a
otros), palabras agresivas (se insultan), manifestaciones
reprimidas y ocultas, agresividad contra sí mismos,
agresividad contra las cosas.
La situación del adolescente frente a la familia es
ambivalente: Por una parte está la emancipación
progresiva de la familia, lo que
implica un riesgo; y por
otra, el adolescente percibe que su familia es fuente de seguridad y
ayuda, con miedo a perderla.
Esta situación puede o no ser conflictiva.
Depende cómo los hijos son educados. Será entonces,
conflictiva:
Por las relaciones personales precedentes
defectuosas.Por el sentido de inutilidad por parte de los
padres.Por sobreprotección parental o por
abandono.Por dudas de parte de los padres en torno a la
responsabilidad de sus hijos.Por el fenómeno de la constancia perceptiva,
a través de la cual a los hijos se les ve siempre
"niños".Por las frustraciones de los padres proyectadas a
sus hijos que llevan a una identificación a la inversa
y a una mala interpretación.Los padres afrontan los problemas de hoy en contexto
de ayer.Por el hecho de que los padres son adultos y
representan a la clase privilegiada, que niega al adolescente
el "status" del mismo género.Por el "conflicto de generaciones" debido a los
contrastes que pueden surgir por la diferencia de edad entre
dos generaciones.
Una línea de solución está en la
comprensión, en un gradual proceso decisional comunitario.
Durante la adolescencia, la escuela favorece la
reorganización de la personalidad
sobre la base de la independencia.
La escuela facilita:
La emancipación de los padres
Un status autónomo fundado sobre su propia
acción.La constitución de grupos
Una mayor independencia volitiva al tratar con los
adultos.
Pero también la escuela puede presentar los
siguientes obstáculos:
Puede desatender problemas vitales (si se limita a
lo intelectual)Ignora al estudiante como individuo (sólo
exige rendimiento)Prolonga las relaciones adulto –
niño.Algunas escuelas son el campo de batalla de
contiendas ideológicas y políticas.
Hemos de ver también las relaciones entre
adolescentes: La amistadentre adolescentes se caracteriza por la
sinceridad, el altruismo, la delicadeza. Se precian de tener los
mismos gustos y opiniones, se imitan, se tienen mutua confianza,
se quieren con exclusividad, se sacrifican unos por
otros.
Entre ellos predominan los grupos primarios,
se reúnen con frecuencia, participan de las mismas
diversiones, peligros y emociones. El grupo
proporciona a los adolescentes bienes
diversos:
Les da sentimiento de seguridad, protección y
solidaridad.Facilita las amistades
Es una escuela de formación social
Ayuda a emanciparse de sus padres
Reduce el conjunto de frustraciones.
Desarrollo sexual: La sexualidad del adolescente no
es sólo un fenómeno psico – fisiológico,
sino también socio – cultural. Los valores,
costumbres y controles sexuales de la sociedad en que vive el
adolescente determinan en gran parte su actitud y
comportamiento psicosexual.
Todos los adolescentes en un momento dado se preocupan
más o menos de su desarrollo sexual pero de ello no hablan
espontáneamente sino en un clima de gran
confianza. La tensión sexual que tiene todo adolescente es
el resultado de tres tipos de estimulantes que operan de forma
compleja: La acción
de mundo exterior, la influencia de la vida psíquica y la
acción del organismo.
En la adolescencia comienzas las primeras atracciones
heterosexuales, la chica es más corazón y
el chico es más cuerpo. La chica es más
exhibicionista que el chico.
Desarrollo moral: La moral para los adolescentes no
es una exposición de principios, ni un conjunto de
convenciones sociales; es, ante todo, un comprometer todo su
ser a la búsqueda de la imagenideal de sí
mismo, donde pone a prueba la fuerza de la voluntad, la
solidez de las posibilidades y cualidades personales. Hay
algunos valores morales que ellos prefieren por ser
más brillantes, más nobles y porque exigen un
don de sí más absoluto.
• El sentido del honor: sentimiento de
la nobleza y de la dignidad del
hombre frente al hombre.
• La sinceridad, signo de una
personalidad que se afirma.
• La valentía, motor de muchos
actos.
• La lealtad.
Desarrollo religioso: En la adolescencia se pone en
movimiento exigencias particulares como el encuadramiento del
propio yo en un mundo que tiene un sentido absoluto; estas
exigencias hallan respuesta sólo en una
específica dimensión religiosa. En esta edad,
lo trascendente son afirmados como tales. Sin duda que para
esto influye la educación dada por los padres, la
ecuación de la escuela y el medio ambiente.
La juventud
Es la etapa comprendida aproximadamente de los 18 a los
25 años. Es la etapa en la que el individuo se encuentra
más tranquilo con respecto a lo que fue su adolescencia,
aunque todavía no ha llegado al equilibrio de
la adultez. El joven es capaz de orientar su vida y de ir
llegando a la progresiva integración de todos los aspectos de su
personalidad.
En el campo del conocimiento: El joven es más
reflexivo y más analítico. Es la mejor
época para el aprendizaje intelectual, porque el
pensamiento ha logrado frenar cada vez más los excesos
de la fantasía y es capaz de dirigirse más
objetivamente a la realidad. Tiene ideas e iniciativas
propias, pero no deja de ser un idealista; sus ideales
comienzan a clarificarse. De ahí nace el deseo de
comprometerse.En el aspecto moral: Los valores
empiezan a tener jerarquía en la que predomina la
justicia y es capaz de distinguir lo prioritario y lo
urgente. Rechaza la imposición, no con agresividad
sino con una sana rebeldía. Asume una conciencia
propia de sus actos y les da el valor moral que les
corresponde.
Su desarrollo puede desembocar en la
autonomía y entonces sabrá integrar a sus
convicciones personales los valores
presentados por la sociedad, la
religión,
el grupo y el ambiente de trabajo o de estudio. Pero
también puede desembocar en la dependencia,
entonces será arrastrado por lo que los otros, será
como un barco sin anclas en el que las olas le harán
bailar hasta que la primera tempestad le haga naufragar. Nace en
el joven el concepto de bien
y de mal.
En el ámbito vocacional: Es el
momento en el que el joven se orienta hacia una
profesión, hacia el mundo del trabajo, todo se
concretiza en el PROYECTO DE LA EXISTENCIA. Ese proyecto es
el conjunto de valores en el que el joven crece, le da una
orientación a la propia vida y lo orienta
dinámicamente hacia el futuro.
Puede el joven desviarse escogiendo un proyecto
consumístico, egocéntrico; un proyecto
válido ha de tener en cuenta el hecho fundamental de la
existencia, las convicciones religiosas, el compromiso…
Todo esto supone una opción inteligente y libre. En esa
medida será una opción que responda al hecho
fundamental de la existencia: "ser para el otro" será una
opción de amor.
En la vida afectiva y sexual: Mirando hacia
atrás, un joven se ríe de sus fracasos
sentimentales, porque empieza a descubrir lo que es realmente
el amor. El joven varón, luego de sentirse
atraído por el físico de las chicas y por las
chicas que llenaban determinadas cualidades, ahora necesita
amar a una sola persona con quien proyectar posteriormente
una comunidad de vida.
La joven deja de soñar en su príncipe
azul, para aceptar un muchacho como es, e iniciar un diálogo de
amor auténtico. El amor ya no es para él o para
ella un simple pasatiempo, una necesidad social, un escape, una
compensación, sino un compromiso serio y respetuoso con la
persona a quien ama. Todo esto implica que el joven es ya
dueño de sí, controla sus impulsos y así se
desempeña oportunamente.
Su socialización: Frente a los demás,
el joven actúa responsablemente, es decir, haciendo
uso de su libertad es capaz de responder de cada uno de sus
actos, de tener conciencia de lo que dice y hace en orden a
la realización del proyecto de vida. Esto significa
que el joven:Asume la vida como tarea
Es consciente de su solidaridad con los
demásEstá convencido que su vida es
para los demásEstá abierto a nuevas
responsabilidades
El joven va concluyendo la emancipación de la
familia mientras que se abre cada vez más a
múltiples relaciones sociales. Descubre las
ideologías y se orienta por un ideario político,
pero también entra en conflicto ante
diversas pretensiones totalizantes que lo llevan a relativizar
todo (para él vale tanto Julio César, como Mao,
Jesucristo o Mahoma). Otro peligro es caer en la
politiquería.
Desarrollo religioso del joven: En el joven se
verifican profundas transformaciones en el pensamiento
religioso. Así, el joven fundamenta
críticamente la religión con mayor base
motivacional, pero también puede acentuar su
crítica sobre determinadas formas institucionales que
se oponen al ideal de un pueblo de Dios en marcha.
Para algunos jóvenes la visión religiosa
del hombre y del mundo puede servir de soporte a la
autonomía moral. A las
antiguas motivaciones de origen parental (es malo porque
está prohibido por los padres) o de rigen social (es malo
porque está prohibido por el grupo o la sociedad) se
sustituye la mueva motivación racional y religiosa (es malo
porque está contra el orden establecido por Dios para la
realización del hombre).
En esta época se presentan las dudas religiosas.
Aquí hemos de distinguir entre una duda positiva y otra
negativa. La duda positiva es de la persona que busca una
más grande verdad, desarrollando una función de
ulterior maduración. La duda negativa, en cambio, es
síntoma de una personalidad religiosa en crisis fruto
de un pasado religioso harto de dificultades.
El joven al ingresar a la universidad o a
un centro de estudios superiores, se encuentra con una serie de
ideologías que pretenden dar una explicación
exhaustiva del hombre y del mundo. Frente a este fenómeno
el peligro es el de querer relativizar todo.
La adultez
Es la etapa comprendida entre los 25 a los 60
años aproximadamente, aunque como es sabido, su comienzo y
su término dependen de muchos factores personales y
ambientales. En esta etapa de la vida el individuo normalmente
alcanza la plenitud de su desarrollo biológico y
psíquico. Su personalidad y su carácter se
presentan relativamente firmes y seguros, con
todas las diferencias individuales que pueden darse en la
realidad.
Así, hay adultos de firme y segura personalidad
capaces de una conducta eficaz
en su desempeño en la vida; hay otros de una
personalidad no tan firme ni segura; finalmente existen los que
adolecen de una pobre y deficiente manera de ser (personalidad)
que los lleva a comportamientos ineficaces y hasta
anormales.
El adulto maduro se distingue por
las siguientes características:
Controla adecuadamente su vida emocional, lo que le
permite afrontar los problemas con mayor serenidad y
seguridad que en las etapas anteriores.Se adapta por completo a la vida social y cultural.
Forma su propia familia. Ejerce plenamente su actividad
profesional, cívica y cultural. Es la etapa de mayor
rendimiento en la actividad.Es capaz de reconocer y valorar sus propias
posibilidades y limitaciones. Esto lo hace sentirse con
capacidad para realizar unas cosas e incapaz para otras.
Condición básica para una conducta
eficaz.Normalmente tiene una percepción correcta de
la realidad (objetividad), lo cual lo capacita para
comportarse con mayor eficaciay sentido de
responsabilidad.
El adulto inmaduro presenta
características completamente opuestas:
Es contradictorio en su comportamiento (incoherente)
y no controla sus reacciones emocionales.No percibe la realidad tal como ésta es
(falta de objetividad).Menos consciente, responsable y
tolerante (falla en el trabajo)No se adapta adecuadamente a la vida
social (inadaptado)
La ancianidad
La etapa final de la vida, conocida también como
tercera edad, se inicia aproximadamente a los 60 años. Se
caracteriza por una creciente disminución de las fuerzas
físicas, lo que, a su vez, ocasiona en la mayoría
una sensible y progresiva baja de las cualidades de su actividad
mental. La declinación biológica se manifiesta por
una creciente disminución de las capacidades sensoriales y
motrices y de la fuerza física; las crecientes
dificultades circulatorias, ocasionadas por el endurecimiento de
las arterias; y en general, el progresivo deterioro del
funcionamiento de los diversos órganos
internos.
El anciano va perdiendo el interés
por las cosas de la vida, y viviendo cada vez más en
función del pasado, el mismo que evoca constantemente, ya
que el presente y el futuro le ofrecen pocas perspectivas. Por
eso es predominantemente conservador y opuesto a los cambios,
pues así se siente seguro.
Como consecuencia de la declinación
biológica, y por factores ambientales, también se
van deteriorando las funciones intelectuales
(inteligencia,
memoria,
pensamiento, etc). Pero este deterioro es muy distinto en las
diversas personas, dándose el caso de ancianos de avanzada
edad que se conservan en excelente forma.
Los rasgos de la personalidad y del carácter se
van modificando. Los ancianos que han tenido una adultez inmadura
no saben adaptarse con facilidad a sus nuevas condiciones de
vida. Manifiestan entonces una marcada tendencia a la
desconfianza, el egoísmo, la crítica
aguda (especialmente a los jóvenes) y reaccionan
agriamente contra sus familiares y el ambiente social.
En cambio, otros ancianos, que fueron adultos maduros,
se adaptan mejor a su nueva situación y muchos hasta
parecen exagerar el optimismo, buen humor y generosidad. Esto se
deba a que, en el fondo, en la vejez se
acentúan los rasgos que distinguieron el carácter
en la adultez, por lo mismo que el individuo ya no es capaz de
ejercer un completo control y dominio de sus
manifestaciones psicológicas.
En los individuos especialmente dotados, la ancianidad
es una etapa de gran comprensión, equilibrio y productividad.
Tal es el caso de personalidades ilustres que siguieron
contribuyendo activamente a la vida social y cultural de su
época cuando ya la mayor parte de sus coetáneos
descansaban en sus cuarteles de invierno. La ancianidad es la
etapa final de la vida y debe merecer el más grande
respeto, consideración y protección.
Autor:
Liliana
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