Narra la incorporación forzada del protagonista
al ejército, la huida y su amistad con Cruz.
Todo el poema está impregnado de denuncia social y
encierra grandes verdades políticas
como la falta de educación, la mala
organización judicial y militar, la
deficiencia de la policía rural y, sobre todo, un profundo
resentimiento de la clase popular
de campaña contra las clases urbanas. El lenguaje
del libro es un
claro exponente del habla rural.
Con un lenguaje
diáfano, vigoroso y creador, su protagonista, el gaucho y
payador Martín
Fierro canta de manera humana su lucha por la libertad,
contra las adversidades y la injusticia.
Argumento de la
obra
El poema de José Hernández esta dividido
en dos partes (conocidas también como La Ida y La vuelta)
las cuales fueron publicadas con siete años de
diferencia.
Martín
Fierro empieza a narrar la historia de su vida,
pintándonos el ambiente de la
pampa, donde el hombre
trabajaba satisfecho y agregando que se lucia por habilidad, sin
esfuerzo alguno, en las tareas rurales. Luego llega el Juez de
Paz, la autoridad, que
en un reclutamiento
para obtener elementos destinados a defender las fronteras,
marcha hacia el fortín.
Fierro cuenta la vida en el cantón, los
entreversos con la indiada y los peligros de los malones, que
pasan arrasándolo todo. Así aguanta tres
años de servicio hasta
que huye para ser un perseguido de la justicia. Al
volver a sus pagos, nota que nada queda de su hogar y no hay
referencias de sus familiares, dispersados por la necesidad. Jura
venganza contra la sociedad y, en
una ocasión, entre bebidas mata a un negro. Mas adelante,
en otro boliche, le da muerte a un
pendenciero. La huida se vuelve constante y vive atento al menor
ruido aunque
una noche debió enfrentar a los policías. En dicho
enfrentamiento nace la amistad con el Sargento Cruz y juntos
logran poner en fuga a los sobrevivientes policiales. Luego de
revelarse la historia de Cruz, similar a la de nuestro hombre, ambos
deciden partir al desierto.
En La Vuelta de Martín Fierro,
Hernández comienza narrando los sucesos de Fierro y Cruz
entre los indios, el cautiverio donde proyecta detalles de sus
costumbres, la visión de los malones, de las fiestas y los
bailes. Una epidemia de viruela causa la muerte de
Cruz.
Fierro socorre a una mujer cautiva y
huye a tierras cristianas luego de matar a un indio. Encuentra
grandes cambios a su regreso, la policía ya no lo busca,
se entera de la muerte de su mujer y encuentra a dos de sus
hijos. El mayor, narra su historia en la Penitenciaria, acusado
falsamente por la muerte de un boyero. El segundo hijo aparece
bajo la tutela del Viejo
Vizcacha (personaje ladino, blasfemo y salvaje). La muerte de
Vizcacha produce un desarticulado inventario de sus
bienes y el
mozo termina recordando sus desdichados amores con una viuda, y
su final en la frontera.
Picardía, se incorpora junto a Martín
Fierro, con una historia casi paralela a el. Este resulta,
según sus relatos, hijo del sargento Cruz. Aparece,
también la figura de un cantor moreno que llega desafiando
en una payada. Por encima de ellos se presiente el
desafió, el llamado de la sangre y la idea
primitiva de vengar otra muerte, pero el duelo esta vez no se
produce. Fierro se retira con Picardía y sus hijos y les
da consejos paternales. Deciden separarse todos, uno para cada
punto cardinal.
Ambiente
natural
El escenario del Martín Fierro es la pampa, que
hasta fines del s XIX estuvo dividida por una línea – a
trechos difusos y cambiantes, según las vicisitudes
históricas – a la que se llamó la frontera; en esta
franja trágica se sucedieron, en el curso de trescientos
años, los choques, relaciones y contactos entre indios y
blancos. Esta región enorme, extendida desde la Patagonia
hasta Córdoba y desde la costa bonaerense hasta Cuyo,
comprende lo que se llamó el desierto y también
tierra
adentro.
Ambiente
histórico y social
No sería exagerado esbozar tres períodos
para comprender el desarrollo
total del poema: la época de Rosas (hasta
1852), coincidente con aquella época feliz para el gaucho
(la pampa sin alambrados ni fronteras en la que se podía
galopar a voluntad, bolear avestruces y potros, vivir con
absoluta libertad y mudar de pago); los gobiernos de Mitre
(1862/1868) y de Sarmiento (1868/1874), bajo los cuales sufre el
protagonista sus desdichas ante la realidad del alambrado, el
ferrocarril, de la inmigración en masa, de las instituciones
todavía amorfas y torpes que vinieron a intimarle
rendición o muerte.
Naturalmente, el gaucho, por ser quien era, no pudo
entregarse sin pelear. Nadie comprendió entonces que
actuaba como mero agente de un enorme y complejo proceso que se
manifestaba en esos choques de dos concepciones de la vida, hacia
un lado, la sociedad y el estado, con
sus instituciones opresoras y la resaca de su elemento humano, de
todo lo cual el fortín era la expresión; hacia el
otro, tierra adentro, el dominio del
indio, respecto del cual el gaucho fue a su turno, agente de otro
proceso paralelo al que él mismo sufría. Todo esto
contribuyó a su derrota y a su exterminio sin intentar
comprender, no obstante que se trataba del señor
legítimo de la pampa.
Literatura
gauchesca
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