- Desarrollo
- Las transformaciones
puberales - Las transformaciones
biológicas y psicosexuales de la
adolescencia - Que necesitamos saber
padres e hijos - Más sobre la
adolescencia - Referencias
bibliográficas
Introducción
La salud de los adolescentes y
jóvenes es un elemento básico para el avance
social, económico y político de un país. Los
cambios que ocurren desde el punto de vista biológico,
psicológico y social hacen que sea la adolescencia,
después de la infancia, la
etapa más vulnerable del ciclo vital, por lo que debe ser
privilegiada y atendida de manera especial.
Este trabajo
pretende realizar un análisis de lo que los adolescentes y
jóvenes deben saber sobre los cambios y transformaciones
que ocurren en esta etapa del desarrollo en
este grupo
poblacional con el objetivo de
esclarecer los puntos más vulnerables, hacia los que debe
orientarse el trabajo
educativo en adolescentes y jóvenes, de manera que se
abarque el adolescente como individuo, su
familia, el
grupo escolar y el contexto socioeconómico en que se
desarrolla.
Desarrollo
Jean Jacques Rosseau y G. Stanley Hall. (L., Kaplan. ,
2004) destacan el hecho de cómo la adolescencia es una
noción ambigua que se confunde fácilmente con otras
parecidas: pubertad,
juventud… Es
una noción en claroscuros, por decirlo de algún
modo. Todos nos la imaginamos de algún modo, creemos
conocerla, reconocerla. Cada disciplina
científica la define a su manera, por lo que existen
definiciones médicas, psicológicas,
etnológicas, jurídicas, históricas y
sociológicas de la adolescencia. Sin embargo, ninguna de
ellas podría dar cuenta de la complejidad de un
fenómeno que es biológico y mental, pero que no
podría suceder ni ser pensado fuera de lo cultural y
social.
Es necesario desde este momento de análisis
evitar confusiones que nos llevaría a considerar ciertos
elementos como una totalidad. La adolescencia no es la pubertad,
o más bien es solo uno de sus componentes. Evitemos
también caer en el prejuicio,
según el cual, la pubertad marca el comienzo
de la adolescencia.
Estamos inclinados a pensar que hoy en día, los
fenómenos culturales, y no de la pubertad, marcan la
entrada a la adolescencia, cada vez más temprano, y
también cada vez con más fuerza, por
medio del lenguaje, el
modo de vestir, los gustos musicales…
Ya no podemos confundir las palabras. Ya no reduzcamos
la adolescencia a un asunto de cuerpo y espíritu, es
también y sobre todo un conjunto de prácticas
culturales y de conductas sociales, es un grupo de edad y no
sólo de cuerpos hermosos en formación o mentes
traviesas que entran en acción.
Es plural, y es singular.
A Jean-Jacques Rousseau se
atribuye la invención de la adolescencia, como fase de la
vida distinta de las demás, que no existió hasta
fines del siglo XVIII, o bien que la adolescencia moderna fue una
imaginativa construcción de Rosseau. En realidad, este
filósofo no inventó la adolescencia, solamente
llamó la atención al mundo moderno, sobre el
particular problema humano que se plantea, cuando alguien hasta
entonces considerado como un niño, tiene que comenzar a
asumir las responsabilidades sexuales y morales de la edad
adulta.
Este problema existía esperando ser descubierto,
y ya le había otorgado reconocimiento cultural las
civilizaciones cazadoras-recolectoras y de la antigüedad que
precedieron la
Ilustración. A principios del
siglo XX, el psicólogo norteamericano G. Staley Hall
redescubrió la adolescencia y encontró en ella las
mismas tensiones sexuales y morales que describiera Rosseau unos
ciento cincuenta años antes
Petrovsky hace coincidir los límites de
la adolescencia se ha convertido "naturalmente" en la edad de
todos los peligros, de todos los excesos, mucho se ha escrito
sobre la "crisis de
adolescencia", nosotros todavía vivimos con esa idea, que
también evoca excesos, y en cuyo nombre se frustra, se
margina y se aparta la adolescencia de los centros de
decisión.
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