- Introducción
- Las
Tecnologías de la Información y
Comunicación - Las TIC en
la Universidad - Conclusiones
- Bibliografía
Resumen
La tecnología ha generado planteamientos y
actitudes muy
diferentes a lo largo de la historia, hay épocas
de escepticismo, de optimismo y de desasosiego ante los logros y
las posibilidades de la tecnología. En la actualidad la
tendencia casi general es de confianza absoluta. El auge de las
nuevas formas de comunicación que se está
experimentando en los últimos tiempos, en el marco de la
llamada Sociedad de la
Información, ejerce una fuerte influencia
hacia todos los ámbitos de la sociedad, la educación, como es
lógico, no queda exenta de ello. Se hace pues
imprescindible una reflexión desde la universidad,
sobre el impacto de estas nuevas herramientas
en el proceso de
enseñanza aprendizaje.
Teniendo en cuenta que el acceso a la información es una
condición indispensable para que se produzca el
conocimiento; que el aprendizaje
constituye la base sobre la cual se apoya el desarrollo, el
progreso de las sociedades y
que la tecnología facilita la información y por
tanto el conocimiento,
queremos llamar la atención sobre la importancia de que las
políticas educativas favorezcan, aún
más, la formación del futuro profesional, en
estrecha correspondencia con las Tecnologías de la
Información y Comunicación (TIC) y desde
luego, con los cambios constantes que ellas experimentan.
Sería imperdonable concebir la formación de
profesionales incapaces de enfrentar los retos que la sociedad le
plantea por el hecho de no desarrollar en ellos una cultura
tecnológica. Proponemos entonces analizar algunos
conceptos, características, ventajas referentes a las TIC,
que demuestran su importancia en la educación.
Introducción
En el mundo antiguo se reconoce la necesidad de la
tecnología pero se sospecha, se desconfía de la
misma, se piensa que es necesaria pero peligrosa, ya que ocasiona
deterioros en la fe (confianza en los dioses como providencia)
Los poetas y filósofos griegos (Platón,
Socrátes, Homero,
Jerofonte…) se muestran recelosos ante la opulencia y el estado de
bienestar que traen consigo las "technai" si no se delimitan
correctamente las fronteras de su actuación. Las personas
se habitúan a las cosas fáciles y eligen lo menos
perfecto cuando lo bello se encuentra en la dificultad y la
perfección se encuentra en el extremo opuesto de lo
sencillo. La tecnología no puede ser la finalidad
última de la mente humana, pues no puede liberar a
ésta de las cuestiones mundanas. Mirando hacia la
tecnología la persona no
podrá nunca desarrollar una sabiduría espiritual,
como máximo podrá alcanzar la sabiduría de
las "technai". La desconfianza frente a la tecnología
presidió la cultura de occidente hasta finales de la
Edad
Media.
El Renacimiento y
la
Ilustración cambian la postura de los hombres hacia la
tecnología considerando que ésta es
intrínsecamente buena y que sólo una accidental
mala utilización de la misma puede causar efectos
perniciosos. Bacon fue uno de los primeros autores en rechazar la
idea de que la técnica ejercía una influencia
corruptora sobre la moral, al
contrario, defendió que los hombres encontrarían en
la tecnología la forma de mitigar el sufrimiento propio de
la condición humana.
Su obra "New Atlantis" (1627) ha sido considerada una de las
primeras utopías científicas al contemplar una
sociedad urbana que progresa gracias a los adelantos
técnicos frente a la concepción clásica de
progreso ligado al refinamiento de las formas
socio-políticas. Adoptando una postura irónica,
Bacon afirmará que la invención de la
pólvora, la imprenta o el
compás han hecho más por la humanidad que todos los
discursos y
debates filosófico-políticos que han tenido lugar a
lo largo de la historia. Posteriormente autores como
D´Alembert, Kant, Hume,…
van a expresar su confianza en la acción
tecnológica de los individuos.
Como consecuencia de la expansión tecnológica
que tiene su hito más llamativo en la Revolución
Industrial en la Inglaterra del
siglo XVIII y los problemas
sociales que ésta genera, surge el movimiento
romántico. El Romanticismo
puede entenderse como una reacción crítica
a la racionalidad científica moderna. Sus representantes
defienden la importancia y legitimidad de la imaginación y
el sentimiento de forma angustiada y ambigua, y cuestionan la
esclavitud que
se oculta bajo el disfraz de lo bueno. Rousseau
(1750) en su obra "Discurso sobre
los Efectos Morales de las Artes y las Ciencias"
escribe:
"A medida que aumentan las comodidades de la vida, a
medida que las artes son llevadas a la perfección y que el
lujo se extiende, el verdadero coraje languidece, las virtudes
desaparecen. (…) El dinero
aunque compra todo lo demás no puede comprar moral y
ciudadanos. (…) Los políticos del mundo antiguo estaban
siempre hablando acerca de moral y virtud; los nuestros no hablan
de otra cosa que no sea comercio y
dinero. (…)
Nuestras mentes han sido corrompidas en la misma medida que las
artes y las ciencias han mejorado"
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