Algunas de las palabras que usamos
comúnmente para significar algo familiar son
términos poco apropiados. La palabra influenza viene del
italiano donde se refiere a la influencia que antes
creíamos que las estrellas ejercen en nuestra salud.
Neuroglia
Exploradores europeos en búsqueda de
una ruta alternativa que los llevarían a la India
terminaron descubriendo el Nuevo Mundo, decidiendo llamar a sus
aborígenes "indios".
Los neurocientíficos, ellos mismos,
disfrutan, muy a pesar, de sus meteduras espectaculares de
pata.
Las células
del cerebro
A mediados del siglo XIX los
histólogos descubrieron células en
el cerebro que no
eran como las otras neuronas — las últimas las
células conocidas del encéfalo —
llamándolas "glías", la palabra griega por
pegamento.
Y, a pesar de que la masa encefálica
contiene más de un trillón de glías — diez
veces más que las neuronas — la creencia era que esas
células no eran más que un soporte pasivo para ese
órgano.
Hoy sabemos que esta idea está
totalmente equivocada.
En este artículo vamos a conocer el
olvidado 90% de las células cerebrales, trataremos de
elucidar sus funciones.
Las glías, de hecho, son estructuras
versátiles, que guían el desarrollo del
órgano cerebral y que lo sostienen durante todas nuestras
vidas. Estas células asimismo "escuchan" a sus
células vecinas y se comunican entre ellas por medio de un
lenguaje
químico propio.
Los neurocientíficos aún no
entienden el idioma de las glías, pero se sugiere que
éste forma parte de la conversación
neurológica que ocurre a medida que aprendemos y formamos
nuevas memorias.
Si existe algo a qué culpar por la
impresión errónea que existe acerca de estas
células, ese "algo", es la electricidad.
Experimento de Galvani
El fisiólogo del siglo XIX Luigi
Galvani, descubrió que si él tocaba con un metal
electrificado, el nervio expuesto en una pierna de rana, que la
pierna se estremecía.
Galvani y otros, demostraron que el pulso
eléctrico leve que se movía a través del
metal era responsable por esta reacción.
Por dos mil años médicos y
filósofos, antes de este descubrimiento
habían tratado de entender los "espíritus animales" que
movían el cuerpo, lo que Galvani lograra por
serendipia:
Galvani había descubierto que esta
energía era la misma que reside y determina los
relámpagos.
La energía
eléctrica…
Por los siguientes doscientos años,
los científicos lograron un entendimiento más
preciso del modo cómo las señales
de estas células actúan.
Veamos
Cuando la punta al fin de la estructura de
una célula
nerviosa o neurona, es
estimulada, un impulso nervioso se descarga viajando hacia el
cuerpo de la
célula.
Otras ramas celulares, asimismo, pueden
enviar impulsos separados simultáneamente.
Entonces, el cuerpo principal de la
célula nerviosa transmite esos impulsos a una rama
emergente o axón, que se divide en numerosas otras ramas,
cada una de las cuales, casi, toca las otras neuronas.
El espacio ligero que existe entre dos
neuronas se llama la hendidura sináptica.
La neurona que envía la
señal, descarga sustancias químicas dentro de este
espacio, mientras que la neurona recipiente de la señal
absorbe algunas de estas materias, descargando una nueva
pulsión eléctrica.
Todas las neuronas poseen ciertos atributos
característicos: axones, sinapsis, y su habilidad de
producir señales eléctricas.
Pero, a medida que los científicos
observaron piezas de tejido cerebral bajo el microscopio,
ellos descubrieron otras células que no se amoldaban a
este patrón.
Neurona
Cuando se las atravesaban con electrodos
éstas no producían pulsos
eléctricos.
Si, la electricidad era el lenguaje de
los pensamientos, entonces, esas células eran
mudas.
Rudolph Virchow acuñó el
término glía en el 1856, y desde entonces, y, hasta
muy recientemente, estas estructuras fueron tratadas como
habitantes pasivos del cerebro.
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