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La ninfomanía o "hipersexualidad": Entidades confusas en espera de ser aclaradas (página 2)




Enviado por Felix Larocca



Partes: 1, 2

Mujeres, quienes lo reportan, pueden ser
jóvenes o mayores de edad, pre-menopáusicas — o
en uso de terapia de reemplazo hormonal para el período de
la post-menopausia — solteras, o casadas.

La característica distintiva
consiste en la presencia de sentimientos persistentes de
congestión vaginal y otros signos físicos de
estimulacion sexual en la ausencia de deseos que lo provoquen o
lo acompañen.

A pesar de que la excitación sexual
puede conducir a la masturbación o al envolvimiento en
actividades sexuales con una pareja, para disminuir la
sensación de congestión vaginal, la pasión
no se extingue con el orgasmo.

En algunos casos, la estimulación
sexual puede durar días o meses.

En la mayoría de los casos, las
mujeres que presentan este síntoma lo consideran intrusivo
e indeseable.

En algunos casos, sin embargo, los
sentimientos de estimulacion sexual, más o menos
constantes, se consideran placenteros, aunque oscuros.

En esos casos, la mujer puede soslayar
evaluación y tratamiento.

Es por la última razón que el
problema no se reporta con la frecuencia posible, aunque
represente un aspecto de mucha importancia en la respuesta sexual
femenina que merece mayor reconocimiento y
evaluación.

Rasgos distintivos
del síndrome de la excitación sexual persistente en
la
mujer (SEPM)

  • La respuesta fisiológica
    característica de la estimulacion sexual femenina, con
    congestión vascular en el área genital y de la
    vulva, y sensibilidad en los senos, persiste por un
    período prolongado (horas o días), sin amainar
    por sí sola.

  • Los signos de excitación
    fisiológica, no se resuelven con la experiencia del
    orgasmo, pudiendo requerirse orgasmos múltiples, en un
    periodo de horas, o días, para hacerlos
    remitir.

  • Estos signos fisiológicos de
    excitación sexual, se experimentan usualmente, como no
    siendo relacionados a ninguna sensación subjetiva de
    estimulación o apetito sexual.

  • La excitación sexual persistente
    puede, no sólo ser desatada por la actividad sexual
    misma, sino que también puede aparecer en respuesta a
    estímulos no-sexuales o a estímulos que no son
    aparentes.

  • Los signos fisiológicos de la
    excitación sexual persistente se experimentan como
    inoportunos, intrusivos e indeseables.

Cuando sentimientos de estimulación
genital, persisten por días, semanas o meses, éstos
se pueden volver angustiantes y preocupantes. Aunque se entiende
que, para algunas mujeres, no lo son.

Aquí, resulta de importancia,
diferenciar SEPM con la hipersexualidad, con la cual puede
confundirse.

La
hipersexualidad

La hipersexualidad, aunque no se considera
un problema común para la mujer, se ha reportado,
ocasionalmente entre ellas.

En estos casos se manifiesta por
masturbación excesiva, fantasías sexuales
persistentes, frecuentes e intrusivas, o coito en exagerada
frecuencia.

Esta condición se asocia a menudo,
con varias condiciones psiquiátricas y
neurológicas, o con el uso de levo dopa.

Pacientes con estados maníacos la
sufren, como asimismo lo hemos reportado en un caso de
TOC.

Mientras que la hipersexualidad se refiere
al deseo excesivo — sin la excitación sexual persistente
— SEPM se refiere a una estimulación sexual en la
ausencia de deseos conscientes, siendo este último aspecto
de la misma, lo que la hace tan desconcertante.

Mientras que algunas mujeres pueden
identificar un provocante causador por los sentimientos de
excitación sexual, otras no pueden precisar la fuente para
los sentimientos de estimulación e hinchazón
persistentes en la región genital, y la sensibilidad de
los pechos.

Por temor a que sean resultado de problemas
físicos es que, a veces, algunas mujeres visitan al
médico.

Algunos casos han sido reportados en la
literatura médica incluidos, como referencias, en la
bibliografía al final de este trabajo.

No se ha establecido si SEPM es una nueva
condición, o una que se ha comenzado a detectar
recientemente.

Esta distinción es de mucha
importancia, porque si SEPM es verdaderamente un nuevo
fenómeno, entonces, es posible que factores del entorno
modernos, como los aditivos comerciales a los alimentos, agentes
infecciosos, jeans muy ceñidos, o montar bicicleta por
distancias extendidas, merecen atención
especial.

La prevalencia será difícil
de determinar con certeza, debido a que muchas mujeres prefieren
ignorar su presencia.

Proseguiremos, desde
aquí, con el auxilio de las neurociencias

Las investigaciones neurocientíficas
del deseo y la estimulación sexual desde el punto de vista
del cerebro y de la mente no son nuevas, pero, gracias a
técnicas diagnósticas revolucionarias, hoy son
más efectivas.

Recordando el pasado

El 11 de abril del 1944, un médico
llamado T. C. Erickson presentó a una asamblea de la
Sociedad Neurológica de Chicago, la historia de una
paciente a quien llamara C. W. quien a la edad de 43 años,
comenzó a despertarse en medio de la noche sintiendo como
si estuviera envuelta en relaciones sexuales y con una
sensación de calentura generalizada por todo el
cuerpo.

Con el transcurso de los años, los
episodios de ardor la visitaron más a menudo, aún
durante las horas del día, seguidas de ataques que la
dejaban sin poder hablar.

Erickson examinó esta mujer y la
diagnosticó como un caso de la
ninfomanía.

Le recetó un tratamiento que era —
horripilantemente — común en aquéllos
días:

Le bombardeó los ovarios con rayos
X.

A pesar de los rayos X, los ataques
empeoraron, dejándola paralizada y sintiendo como si yemas
de huevos estuvieran bajando por su garganta.

Erickson, entonces, comenzó a
sospechar que las sensaciones sexuales no emanaban de los
ovarios, sino de la cabeza.

Neurocirujanos operaron en el
cráneo, descubriendo un tumor de crecimiento lento,
presionando el cerebro.

Luego de la extirpación del tumor,
la paciente se recuperó totalmente.

La experiencia de esta paciente es rara,
pero no única.

En el 1969 dos médicos en La
Florida, escribieron un artículo en la revista
Neurology, acerca de una paciente que sufría de
ataques de pasión similares a los de C. W.

Esta mujer, se daba puñetazos en el
pecho, demandando al esposo que la satisficiera
sexualmente.

El orgasmo de la mujer, del que ya hemos
escrito, puede ser consultado en esta
coyuntura…

Generalmente, esta mujer
experimentaría un orgasmo, sin recordar la experiencia,
pero, algunas veces, se desplomaba al suelo sufriendo una
convulsión generalizada.

Los médicos la diagnosticaron como
sufriendo de un caso de epilepsia, probablemente resultado de
daño cerebral residual a un ataque de sífilis del
que había sufrido.

Más recientemente, en el 2004,
médicos en Taiwán, describieron una mujer que se
quejaba de orgasmos que la sobrecogían cuando se cepillaba
los dientes.

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Electroencefalograma

Sentimientos de vergüenza la
mantuvieron callada, hasta que los episodios le hicieron perder
la conciencia.

Cuando los médicos la examinaron, le
diagnosticaron epilepsia, causada por una placa pequeña de
tejido cerebral cicatrizado.

Prosiguiendo

Cada una de esas historias clínicas
contiene una pista acerca de las claves a los enigmas de la
neurociencia del sexo.

Recordando el
psicoanálisis

Hacen cien años, que Sigmund Freud
mantuvo, que el deseo sexual era la energía primordial en
la vida del ser humano.

Desde entonces, psicólogos y
sociólogos, han estudiado las variaciones enormes de la
sexualidad humana.

El sexo, y lo que a éste se
relaciona, se vende bien, aunque, como sucede con los trastornos
del comer, aun no se entienda bien.

Actualmente, las compañías
farmacéuticas, con sus productos, ganan miles de millones
al año revitalizando órganos sexuales
inertes.

Pero, a pesar de todos esos esfuerzos
dedicados al sexo, los neurocientíficos han permanecido
detrás en el progreso, hasta ahora, logrado.

Lo poco que se conociera, derivaba de casos
como los de C. W.

El estudio de estos casos clarifica algunas
cosas.

Para comenzar, ellos demuestran que el
placer sexual no es una simple concatenación de reflejos
en el cuerpo que proceden al azar.

No puede ser así, ya que conocemos,
que descargas eléctricas en el encéfalo, operan de
manera organizada para desencadenar todo tipo de sensaciones,
desde el deseo sexual hasta el éxtasis.

Los ejemplos clínicos asimismo, nos
indican las áreas del cerebro que pueden estar
involucradas en la experiencia sexual.

En el año 2007, la científica
cognitiva Stephanie Ortigue, y el psiquiatra Francesco
Bianchi-Demicheli, demostraron que, en casos de orgasmos
espontáneos, en casi el 90% de ellos, éstos eran
resultado de actividad epiléptica en el lóbulo
temporal.

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PET escáner

Investigarlos fue muy difícil, como
resultado de los obstáculos inmensos a la
exploración electromagnética de la sexualidad
humana, por carencia de los métodos e instrumentos
adecuados para hacerlo.

Como consecuencia, los primeros estudios de
imaginería del sexo en el cerebro, solamente han comenzado
a ser publicados muy recientemente.

Serge Stoléru y sus colegas, de la
Universidad Pierre y Marie Curie, en Francia, publicaron un
artículo acerca del deseo sexual en el 2003.

Él y sus colaboradores, les
mostraron a quince voluntarios — todos hombres — una serie de
películas, algunas eróticas, algunas
ordinarias.

Para determinar la actividad en los
cerebros de los voluntarios, los investigadores utilizaron PET
(tomografía por emisión de positrones)
escáneres.

Procedieron inyectando trazadores
radioactivos en los voluntarios y, entonces, determinaron
cómo los trazadores se movían dentro de la masa
encefálica.

La señal radiactiva, se acumulaba en
áreas donde las neuronas se activaran, mientras que su
energía se reabastecía de los vasos
sanguíneos circundantes.

Ocho de los hombres eran ordinarios, en el
sentido de la sexualidad. Los otros siete sufrían del
trastorno sexual hipoactivo.

Personas sufriendo de este último
trastorno muy pocas veces experimentan deseos o fantasías
sexuales.

Stoléru y sus colegas encontraron
diferencias definitivas entre ambos grupos. Especialmente, en un
grupo de neuronas en la proximidad de la parte frontal del
cerebro.

Una región conocida como la corteza
órbitofrontal, se activaba en los hombres con el deseo
disminuido, pero permanecía inactiva en los voluntarios
normales.

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Escáner

Entre sus funciones, la corteza mediana
órbitofrontal, mantiene nuestras emociones bajo absoluto
control emocional.

Quizás hombres con deseo sexual
hipoactivo no pueden sentir deseos, porque sus cerebros mantienen
sus emociones embotelladas.

Desafortunadamente, PET escáneres
toman varios minutos para captar una simple imagen.

Mucho puede suceder en ese lapso de tiempo,
especialmente, cuando se trata del sexo.

Así que Stoléru y otros
científicos han cambiado al uso de métodos
más prestos, como la RMf (o resonancia magnética
funcional). La que monitorea niveles de oxígeno
cerebrales.

Esta técnica puede capturar una
imagen de cerebro activo en un par de segundos, mientras localiza
áreas de dinamismo de menos de un milímetro de
diámetro.

Las porciones del cerebro que se iluminan
durante las experiencias sexuales, están vinculadas con
algunas de las formas más complejas de la actividad
encefálica.

Con el uso de la RMf, los
científicos han logrado ubicar un número de
regiones en este órgano, que se despiertan cuando las
personas sienten el deseo sexual.

Como era de ser esperado, varias de entre
ellas están en el lóbulo temporal.

Una de esas regiones, la amígdala,
coordina emociones muy poderosas.

Otra, el hipocampo, controla nuestras
memorias.

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RMf

Éste se activa cuando asociamos
imágenes y olores de previas experiencias
sexuales.

Pero, a pesar de lo que Freud pensara, las
experiencias sexuales, no son asunto de simple asociaciones y
emociones primordiales.

Las partes del cerebro que se encienden
incluyen regiones que se asocian con nuestras formas de pensar
más complicadas.

La ínsula anterior, por ejemplo, es
lo que usamos para reflejar el estado de nuestros cuerpos —
para percibir "mariposas en el estómago" o mareos ligeros
— asociados a la presencia de la persona amada.

Regiones del encéfalo relacionadas
con el entendimiento de los pensamientos e intenciones de otros,
parecen igualmente estar involucradas con los sentimientos
sexuales.

Aún los estudios RMf no son de tanta
rapidez, como para detectar la actividad total de este
órgano.

Éstos, aún no pueden
determinar cuál región cerebral se activó
primero y cuál se activó más
tarde.

Así, que algunos científicos
están laborando, en conjunto, para lograr el desarrollo de
electroencefalogramas más veloces, lo que nos
asistirá en localizar con mayor rapidez y exactitud las
áreas cerebrales activas en cualquier momento, en lo que
respecta a nuestra sexualidad.

En
resumen

Como hemos visto en mi artículo
acerca del pseudotumor cerebrii, disponible en mi blog
"sistema límbico", en monografías.com, el
cerebro es el órgano más responsivo a todas las
vicisitudes de nuestra vida instintiva.

No es extraordinario que lesiones que
afecten su integridad funcional resulten en comportamientos fuera
de lo común, como síntomas.

Por esa misma razón es buena idea
que el entendimiento de la fisiología de este
órgano sea de la mayor importancia para el médico
y, para el público educado.

Bibliografía

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    Desde el punto de vista darvinista, la mujer siempre
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  • Larocca, F: (2007) TOC y el
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    en monografías.com

  • Larocca, F: (2008) Comprendiendo el
    cerebro: Una guía concisa para el usuario y para el
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  • Larocca, F: (2008) El orgasmo de la
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    monografías.com

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Autor:

Dr. Félix E. F.
Larocca

Partes: 1, 2
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