Latones y zamak para componentes en contacto con el agua potable
LATONES Y ZAMAK PARA
COMPONENTES EN CONTACTO CON EL AGUA
POTABLE
Resumen
Son muchos los dispositivos metálicos que
intervienen en las instalaciones destinadas al control y
distribución del agua potable,
tanto en las etapas de captación como en la de
desinfección, así como en las redes generales, arterias y
sistemas de
distribución domiciliaria, abarcando desde las grandes
llaves de paso a las zonales de los cuartos húmedos de las
viviendas o a los pequeños dispositivos de corte de los
aparatos sanitarios, desde los acometidas a los contadores o a
las griferías domesticas, pasando por las conducciones,
racores, manguitos, revestimientos (metálicos y
orgánicos), soldaduras y accesorios. Todos ellos son
elementos que están en contacto con el agua destinada
al consumo
humano. Entre los metales
utilizados se encuentran el cobre y el
cinc y sus aleaciones,
los aceros inoxidables, aceros fundidos al carbono, la
fundición nodular etc. y teniendo en cuenta que el punto
de cumplimiento de los criterios de calidad del agua
potable debe realizarse a la salida del grifo, se dedica especial
atención a las aleaciones de cobre para
fundir o estampar y a las de cinc y aluminio para
inyectar en molde por ser las mas utilizadas para la
fabricación de estos elementos y sus componentes,
describiendo algunas de sus características, ventajas e
inconvenientes, así como las soluciones que
el estado
actual de la técnica permite aplicar.
Introducción
Los materiales a
utilizar para la distribución y control del agua potable
deben cumplir los requisitos que establece la Directiva de la
Unión
Europea 89/106/ EEC de productos de
la construcción, no debiendo suponer riesgo para la
salud,
rechazándose aquellos materiales que transmitirán
al agua sustancias o propiedades que contaminen o empeoren la
calidad de la procedente de la captación provocando, ya
sea por disolución o migración,
concentraciones de productos peligrosos superiores a las
indicadas por la
Organización Mundial de la salud (OMS) y por el
Comité Científico de Toxicología y Ecotoxicología (1),
recogidos en gran parte por la Directiva de la Unión
Europea 98/83/EC de aplicación en todos los países
de la Unión Europea e incorporada al derecho interno
español,
con carácter de Norma Básica (de
obligado cumplimiento), mediante el Real Decreto 140/2003 por el
que se establecen los criterios sanitarios de calidad del agua de
consumo humano", fijando los valores de
los parámetros químicos a controlar en el grifo del
consumidor que
son, en lo que afecta a los metales que nos ocupan, el cobre,
cromo, níquel, hierro, plomo
y otros cuando se sospeche que la instalación interior
tiene colocado este tipo de material. En lo que afecta a las
analíticas muestrales a realizar en el grifo del
consumidor, la
administración, antes del 1 de enero del 2012,
iniciará campañas periódicas en locales,
establecimientos públicos o privados y domicilios
particulares representativos de cada abastecimiento construidos
con anterioridad a 1980, con especial atención a la
determinación de los parámetros relacionados con
los materiales de las instalaciones interiores.
Aunque no existen indicaciones especificas sobre los
materiales a utilizar en la fabricación de los componentes
de las instalaciones de distribución de agua potable,
salvando las genéricas sobre la inocuidad para la salud
humana o la de no generar alteraciones en su calidad alimentaria,
la Norma UNE 19-703-2003, así como la mayoría de
las aplicadas en los restantes países de la Unión
Europea, en el caso de las griferías y válvulas
sanitarias, indican que los materiales a emplear han de ser
preferentemente aleaciones de Cu-Sn y de Cu-Zn definidas en la
norma UNE 37-102. En Europa el
material utilizado son las aleaciones de Cu-Zn (latones),
mientras que en algunos otros países y entre ellos en USA
y áreas de su influencia técnica y comercial se
inclinan mayoritariamente por las aleaciones de Cu-Sn
(bronces).
Figura1. Algunos de los materiales
utilizados en contacto con el agua potable
En el apartado "Comportamiento
químico e higiénico" se especifica que hasta una
temperatura de
90 ºC todos los materiales que estén en contacto con
el agua destinada al consumo humano, no deben representar
ningún peligro para la salud, ni tampoco generar
alteraciones de la calidad, el aspecto, el olor o el gusto del
agua.
La Norma UNE-EN 200 2008 en su apartado "Materiales"
señala que, dentro de los límites de
presiones y temperaturas de utilización establecidos para
el funcionamiento del grifo (10 bar y 90 ºC), los materiales
deben cumplir los requisitos indicados anteriormente, no
experimentar ninguna alteración que afecte al
funcionamiento del grifo y que las partes sometidas a presión
deben ser resistentes, dentro de los citados límites de
utilización, precisando también que los materiales
que no presenten una resistencia
suficiente a la corrosión deben ser protegidos contra
ésta.
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