El influjo que ejerce la pobreza dentro del campo de la educación en Argentina
- A nivel
general
La isla perdida
El octavo pecado capital: el hambre
La tarea del docente
Una luz de esperanza- Anexo
Conclusión
Bibliografía
Dentro del ámbito de los efectos producidos por
la falta de poder
adquisitivo nos limitamos al estudio de desnutrición. Y dentro de Argentina
elegimos restringirnos a la Isla Maciel, situada en la provincia
de Buenos Aires,
en el partido de Avellaneda.
Introducción
En el siguiente trabajo
hablamos superficialmente sobre la influencia de la
desnutrición por falta de poder adquisitivo en la educación en la
Argentina y, dentro de ésta, más precisamente sobre
un espacio geográfico puntual; la Isla Maciel en el
partido de Avellaneda. Queremos resaltar la palabra
"superficialmente" porque suponemos que dentro de la Isla Maciel
hay mil historias por contar y también muchos temas en los
cuales profundizar, aún así limitándonos a
éste tema sólo llegamos a hablar desde nuestra
mirada hacia su superficie.
Al principio del trabajo la idea era limitarnos al
ámbito de capital
federal, pero cuando comenzamos a buscar información, nos encontramos con la gran
cantidad de casos de chicos que sufren desnutrición en la
Isla Maciel.
Quisimos escribir la monografía
desde nuestro propio enfoque, como adolescentes,
en una clase social
determinada, porque consideramos a la objetividad como Nietzsche
consideraba a la verdad; como una "gran mentira
colectiva".
Así este trabajo intenta ser también una
crítica, pero una crítica que acaba
en propuesta de algo nuevo.
Durante el trabajo nos
encontramos con que la información sobre la Isla Maciel
describía situaciones con pocas salidas, que dependen de
muchos factores. Sin embargo, no lográbamos dar con
datos precisos
como porcentajes y censos. Esto es una de las tantas cosas que
demuestra cuanta indiferencia recibe. Nadie sabe exactamente
cuánta gente vive allí, podemos tener
información a partir de algunas referencias de la
Asociación Miguel Bru. También escasea
información sobre la Escuela Nro. 6 y
nos gustaría haber encontrado datos sobre las demás
escuelas a las que asisten los niños.
Encontramos más información general que de dicho
barrio, de todas maneras creemos que esa información
también se aplica allí.
A pesar del pesimismo que nos embriaga, escribir es un
acto de esperanza. Esta palabra va a ser significativa durante el
trabajo
Desarrollo
A nivel
general
Cuando hablamos de educación,
también es necesario que hablemos de salud porque la una y la
otra condicionan tanto al desnutrido como al niño
marginado y a quienes soportan la educación como algo
acabado y desenlazado de sus articulaciones
habituales con la realidad. Estos niños dominados por su
condición no pueden atender al maestro, ni aprender a
pensar, ni producir conocimientos; de esta manera se arroja al
cesto de basura el derecho
del niño de desarrollarse como sujeto de saber. Así
queda anulado el objetivo del
sistema
educativo pero se refuerza el hecho de que su
alocución no sea cuestionada, porque los niños al
no poder pensar, le ceden ese poder a otro.
Educación y poder se relacionan de una forma en
la que justamente los marginados quedan dentro. En cuanto quienes
se encargan de manejar el país no puedan excluirlos de
esta relación, porque no logran dar con la solución
o tal vez porque les surge un pensamiento
capitalista y egoísta, se perderán, además
de niños que tengan una infancia, de
muchos médicos, periodistas, carpinteros, abogados,
escritores, maestros.
Desnutrición, marginalización, baja
autoestima,
incapacidad para socializar y bajo rendimiento escolar, quedan
perfectamente ligados en esta cadena desesperanzadora y
desesperante ya que generalmente al provenir estos niños
de familias con padres que trabajan todo el día, que no
tienen una visión y no piensan en crecer, los chicos se
contagian de la desesperanza.
En América
Latina, los niños y los adolescentes suman casi la
mitad de la población total. La mitad de esa mitad vive
en la miseria. Sobrevivientes: en América
Latina mueren cien niños, cada hora, por hambre o enfermedades curables, pero
hay cada vez más niños pobres en las calles y en
los campos de esta región que fabrica pobres y
prohíbe la pobreza.
Niños son, en su mayoría, los pobres; y pobres son,
en su mayoría, los niños. Y entre todos los rehenes
del sistema, ellos
son los que peor la pasan. La sociedad los
exprime, los vigila, los castiga, a veces los mata: casi nunca
los escucha, jamás los comprende. (1)
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