Monografias.com > Uncategorized
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Los dueños de la economía y el poder (página 2)




Enviado por Tamara Madariaga



Partes: 1, 2, 3

En 1916 se realizaron las primeras elecciones presidenciales con la nueva ley electoral y el triunfo, para asombro de los conservadores, fue para Hipólito Yrigoyen, candidato para la UCR.

Victorino de la Plaza

Fue un abogado y político argentino, que ocupó la presidencia de la Nación entre el 9 de agosto de 1914 y el 12 de octubre de 1916.

Obra de Gobierno

El presidente Victorino de la Plaza (en ese entoces como vicepresidente) inaugurando la Línea A.

Hipólito Yrigoyen

Fue un político argentino, dos veces presidente de su país (1916-1922 y 1928-1930) y figura relevante de la Unión Cívica Radical. Fue el primer presidente de la historia argentina en ser elegido por sufragio universal masculino y secreto.

El impulso inicial de la conquista de los derechos democráticos se vio frenado, ya que la UCR no controlaba el Senado ni la gobernación de muchas de las provincias. Yrigoyen recurrió en varios casos a la intervención federal, ahondando el enfrentamiento con los sectores conservadores.

Económicamente, la Argentina se benefició del fin de la Primera Guerra Mundial, con la apertura de los mercados a los productos primarios (carne y cereales) que eran la base de su riqueza. Argentina era conocida como el granero del mundo y figuraba entre los primeros puestos en producto bruto por habitante.

A pesar de sus medidas de tono social, como la obligatoriedad del descanso dominical, reprimió o permitió a sectores del ejército y grupos paramilitares reprimir con grandes matanzas varias movilizaciones de obreros. En particular, la Semana Trágica en Buenos Aires y los fusilamientos de la Patagonia.

A indicación suya, el candidato radical para las elecciones de 1922 fue Marcelo Torcuato de Alvear. Éste resultó electo, y pronto se puso al frente de la facción antipersonalista de su partido, es decir, la opuesta a Yrigoyen.

Semana Trágica

Se conoce como la Semana Trágica a una serie de disturbios que sucedieron en Buenos Aires en enero de 1919. Para esa época estaba viva entre los obreros la llama de la revolución social; corrientes de pensamiento revolucionario marxista y anarquista habían llegado a las costas del Río de la Plata de la mano de la abundante inmigración europea. Las recientes experiencias de la Revolución Mexicana y la Revolución Rusa eran además vistas como un estímulo por los obreros y como una amenaza por las clases dominantes. Simultáneamente, se daba en Argentina un incipiente proceso de industrialización en forma paralela al modelo agroexportador imperante, lo que permitió la formación de un proletariado urbano.

Los sucesos comenzaron el 7 de enero con una huelga en los Talleres Metalúrgicos Vasena en la Ciudad de Buenos Aires, que se encontraban donde hoy se encuentra la Plaza Martín Fierro (Barrio San Cristóbal). Los huelguistas reclamaban la reducción de la jornada laboral de 11 a 8 h, mejores condiciones de salubridad, la vigencia del descanso dominical, el aumento de salarios y la reposición de los delegados despedidos. La empresa intentaba seguir funcionando con obreros rompehuelgas, crumiros (carneros) provistos por la Asociación del Trabajo, una asociación patronal. Un disturbio entre los obreros en huelga terminó con la intervención de la policía, que disparó con armas largas contra la multitud. Los disturbios no tardaron en extenderse a las zonas cercanas, con rotura de vidrios y levantamiento de adoquines de las calles. El saldo fue de cuatro obreros muertos y más de treinta heridos, algunos de los cuales fallecieron después.

En repudio a este hecho las asociaciones obreras del momento, la Federación Obrera Regional Argentina del IXº Congreso (FORA del IXº), socialistas, comunistas y sindicalistas revolucionarios y la Federación Obrera Regional Argentina del Vº Congreso (FORA del Vº), anarquistas, propiciaron una huelga general que se dio a partir del día 9 de ese mes. Desde las 15:00, numerosos obreros se convocaron para asistir al entierro de los asesinados el día 7. A las 17:00, llegaron al Cementerio de la Chacarita de la Ciudad de Buenos Aires. Allí, mientras se oía el discurso de uno de los delegados, un grupo de policías y bomberos armados abrió fuego sobre la concurrencia. El diario La Prensa contabilizó 8 muertos, el diario socialista La Vanguardia elevó la suma a más de cincuenta. Este incidente marcó el inicio de una lucha desordenada y caótica contra la policía.

De entre las clases altas surgieron grupos paramilitares, como la llamada Liga Patriótica Argentina, creados para defender los valores conservadores, la tradición y fundamentalmente la propiedad. Estos grupos no dudaron en perseguir y matar a dirigentes obreros, anarquistas, pero también arremetieron contra todo aquel que pareciera extranjero. Así, apalearon y detuvieron a judíos, rusos, polacos y alemanes, entre otros. El caso de los judíos fue notorio por el alto grado de antisemitismo de estos grupos. Según fuentes obreras (el periódico "La Vanguardia" del 14 de enero), el saldo de la Semana Trágica fue de 700 muertos y 4.000 heridos. De la pequeña comunidad judía hubo 1 muerto y 71 heridos. "El barrio judío de Once fue atacado con saña por las bandas patrióticas que se dedicaban a la "caza del ruso". Allí fueron incendiadas sinagogas y las bibliotecas Avangard y Paole Sión. Los terroristas de la Liga atacaban a los transeúntes, particularmente a los que vestían con algún elemento que determinara su pertenencia a la colectividad. La cobarde agresión no respetó ni edades ni sexos. Los "defensores de la familia y las buenas costumbres" golpeaban con cachiporras y las culatas de sus revólveres a ancianos y arrastraban de los pelos a mujeres y niños" (Los mitos de la historia argentina III, de Felipe Pigna, Editorial Planeta, 2006)

En resumen, la enérgica represión de la policía, el ejército sumado la violenta actuación de la Liga Patriótica Argentina y las presiones del Yrigoyenismo para que Pedro Vasena, dueño de la fábrica, aceptara los reclamos de los obreros lograron dar punto final al movimiento el 17 de enero de 1919.

De todos modos, los obreros superaban a los policías y los grupos paramilitares; el diario La Prensa mencionaba la amenaza de "guerra revolucionaria". Ante esta situación el presidente Hipólito Yrigoyen puso la ciudad bajo las órdenes militares del coronel Luis Dellepiane, quien movilizó tropas por toda la ciudad, dando lugar a semanas de enfrentamientos en las calles que dejaron un saldo cercano a los 1.000 muertos. Posteriormente la situación fue medianamente controlada y el Ministerio del Interior ofició de interlocutor con los obreros, quienes consiguieron aumentos que iban en el rango del 20 al 40%, además de la liberación de los dirigentes de la FORA.

El triunfo del radicalismo

Con el triunfo de la UCR en las elecciones de 1916 concluyeron 35 años de presidentes conservadores elegidos mediante el fraude electoral. A partir de ese momento, la UCR se convirtió en el movimiento político más poderoso del país. En este partido se sentían representados pequeños y medianos propietarios rurales, obreros y amplios sectores de clase media urbana, integrada por comerciantes, empleados y profesionales, que en su mayoría eran hijos de inmigrantes.

Marcelo T. de Alvear

Máximo Marcelo Torcuato de Alvear (1868-1942), más conocido como Marcelo T. de Alvear, fue un político y presidente argentino, líder de la facción antipersonalista de la Unión Cívica Radical, en oposición a la figura carismática de Hipólito Yrigoyen.

Tras el primer gobierno radical, de Hipólito Yrigoyen, se planteaba el problema de la sucesión presidencial. Ante las disputas en el seno del partido, Yrigoyen resuelve darle su apoyo a De Alvear, en ese momento embajador en Francia. De Alvear pertenecía a la facción menos reaccionaria de la UCR, de origen social patricio y terrateniente, y con pocos vínculos con la base popular del partido. Con el decisivo apoyo de Yrigoyen, a pesar de tener marcadas diferencias ideológicas y de estilo, De Alvear triunfa sobre los conservadores en las elecciones y accede a la presidencia

La economía argentina alcanza durante su gobierno la situación más próspera que jamás haya tenido en su historia, debido principalmente a un favorable frente externo, con la reactivación posterior a la Primera Guerra Mundial.

Las divisiones en el radicalismo

A partir de 1924, los problemas dentro del radicalismo fueron aumentando hasta provocar la división del partido en dos tendencias opuestas. Las disputas estaban centradas en torno de la figura de Yrigoyen y del estilo de conducción que ejercía en la UCR.

Los denominados personalistas respaldaban el liderazgo yrigoyenista, mientras que los grupos antipersonalistas lo cuestionaban duramente porque consideraban que manejaba el partido en forma autoritaria.

Estas diferencias se acentuaron cuando la UCR se presentó en las elecciones presidenciales de 1928. Los radicales antipersonalistas llevaron un candidato que también apoyaban los conservadores y los socialistas. El otro grupo encabezó la formula con Hipólito Yrigoyen, que triunfó ampliamente con el 57% de los votos.

Segunda presidencia de Yrigoyen (1928-1930)

Yrigoyen fue electo presidente nuevamente en 1928, para un período que debió ser 1928-1934, derrotando a una coalición de conservadores y radicales antipersonalistas.

En 1929 se produjo la Gran Depresión* mundial. El radicalismo dirigido por Yrigoyen no supo responder a las nuevas tendencias socio-político económicas que la crisis estaba señalando, en un contexto de desintegración de todo un paradigma económico mundial.

Yrigoyen intervino las provincias de Mendoza y San Juan, gobernadas por radicales opositores (el lencinismo en la primera, y el bloquismo de los Cantoni en la segunda). A fin de año, el Senador opositor mendocino Carlos Washington Lencinas fue asesinado por un militante yrigoyenista. El crimen causó estupor en el país; lógicamente, Yrigoyen fue acusado de haberlo ordenado, aunque no es probable que ello haya ocurrido. Un mes más tarde, hubo un atentado anarquista* contra Yrigoyen al salir de su casa para ir a la Casa de Gobierno.

El año 1930 se inició con otro asesinato de un opositor en una provincia intervenida por el gobierno, el del abogado bloquista Manuel Ignacio Castellano. El 2 de marzo se realizaron las elecciones parlamentarias, en las que la Unión Cívica Radical perdió estrepitosamente en la Ciudad de Buenos Aires, frente a los 100.000 votos obtenidos por el Partido Socialista Independiente, seguidos del Partido Socialista original, con 84.000. Los radicales obtuvieron 83.000. En todo el país, la UCR retrocedió en su caudal electoral, obteniendo 655.000 votos, mientras la oposición alcanzó 695.000.

En plena crisis económica y política, y cuando aún faltaban cuatro años para las elecciones presidenciales, la debilidad del gobierno de Yrigoyen se hizo crítica. El radicalismo estaba completamente dividido y el gobierno no tenía diálogo con la oposición.

El 6 de septiembre de 1930, fue depuesto por el primer golpe de estado de la época constitucional. En el curso del golpe de estado, turbas de manifestantes ingresaron a la casa de Yrigoyen para saquearla.

Primer golpe de Estado: 06/09/1930

El golpe militar del 6 de setiembre de 1930 fue liderado por el General José Félix Uriburu y derrocó al Presidente Hipólito Yrigoyen de la Unión Cívica Radical, quien había sido elegido democráticamente para ejercer su segundo mandato en 1928. Paradójicamente el General Uriburu había sido uno de los organizadores de la Revolución de 1890, un levantamiento cívico-militar que dio origen a la Unión Cívica Radical.

El 10 de septiembre, Uriburu fue reconocido como presidente de facto de la Nación por la Corte Suprema mediante la acordada que dio origen a la doctrina de los gobiernos de facto y que sería utilizada para legitimar a todos los demás golpes militares.

Siguiendo una tendencia que habría de ser general en los futuros golpes de estado, Uriburu designó a un civil en el cargo de ministro de economía, José S. Pérez, vinculado a los grandes terratenientes y a los sectores más conservadores.

El gobierno militar estableció un gobierno de inspiración fascista y le encargó la redacción de su proclama inicial al escritor Leopoldo Lugones, quién había adherido a las ideas fascistas en 1924, al pronunciar ante los jefes militares un difundido discurso en el que sostuvo que había «sonado la hora de la espada». Una de sus primeras medidas fue establecer una estructura estatal represiva ilegal, creando una "sección especial" de la policía para utilizar sistemáticamente la tortura contra los opositores, siendo la primera en utilizar la electricidad con tal fin, mediante las picanas diseñadas para el ganado

Luego de proscribir a la Unión Cívica Radical, el régimen organizó una salida electoral aparente, restringida y controlada por las Fuerzas Armadas que dio origen a una serie de gobiernos conservadores fraudulentos y corruptos que fueron conocidos como la Década Infame. El 20 de febrero de 1932, el general José Félix Uriburu le entregó el poder al general Agustín P. Justo, verdadero artífice intelectual del golpe de estado.

José Félix Uriburu (1930-1932)

José Félix Uriburu fue un militar argentino, que ocupó de facto* la Presidencia de la Nación desde el 8 de septiembre de 1930 hasta el 20 de febrero de 1932.

El 6 de septiembre de 1930, Uriburu encabezó dicho golpe de estado que derrocó al gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen y estableció una dictadura militar, la primera de una serie que se extendería hasta 1983.

Uriburu le encomendó al poeta Leopoldo Lugones la redacción de la proclama revolucionaria, pero la primera versión fue criticada por sus contenidos fascistas* por parte del coronel José María Sarobe y el general Agustín P. Justo. Lugones debió entonces modificarla. La proclama dice:

José Félix Uriburu y Agustín Pedro Justo.

El Ejército y la Armada de la Patria, respondiendo al calor unánime del pueblo de la Nación y a los propósitos perentorios que nos impone el deber de argentinos en esta hora solemne para el destino del país, han resuelto levantar su bandera para intimar a los hombres que han traicionado en el gobierno la confianza del pueblo y de la República el abandono inmediato de los cargos, que ya no ejercen para el bien común, sino para el logro de sus apetitos personales. Les notificamos categóricamente que ya no cuentan con el apoyo de las fuerzas armadas, cuyo objetivo primordial es defender el decoro personal, que ellos han comprometido, y que no habrá en nuestras filas un solo hombre que se levante frente a sus camaradas para defender una causa que se ha convertido en vergüenza de la Nación. Les notificamos también que no toleraremos que por maniobras y comunicaciones de última hora pretendan salvar a un gobierno repudiado por la opinión pública, ni mantener en el poder los residuos del conglomerado político que está estrangulando a la República.

El 10 de septiembre, Uriburu fue reconocido como presidente de facto de la Nación mediante una célebre y cuestionada Acordada de la Corte Suprema de Justicia que dio origen a la doctrina de los gobiernos de facto. Disolvió el Congreso, declaró el estado de sitio*, intervino todas las provincias y, en rasgos generales, quiso implantar un gobierno elitista autoritario de naturaleza fascista, régimen del que era admirador.

El 18, los embajadores de los Estados Unidos e Inglaterra, país en el que había sido agregado militar, hacen saber a Uriburu que las potencias por ellos representadas han reconocido al gobierno provisional.

Aunque públicamente Uriburu declaraba respetar la constitución, personalmente sentía que el país necesitaba retornar al régimen de gobierno conservador, previo a la sanción de la Ley Sáenz Peña de voto universal y secreto para varones. En un discurso pronunciado en la Escuela Superior de Guerra, Uriburu expresaba su oposición al sufragio universal con las siguientes palabras:

José Félix Uriburu, con uniforme de gala y banda de presidente de la Nación Argentina.

Debemos tratar de conseguir una autoridad política que sea una realidad para no vivir puramente de teorías… La democracia la definió Aristóteles diciendo que era el gobierno de los más ejercitados por los mejores. La dificultad está justamente en hacer que lo ejerciten los mejores. Eso es difícil que sucede en todo país que, como en el nuestro, hay un sesenta por ciento de analfabetos, de lo que resulta claro y evidente, sin tergiversación posible, que ese sesenta por ciento de analfabetos es el que gobierna al país, porque en elecciones legales ellos son una mayoría.

Estableció un régimen represivo que incluyó por primera vez la utilización sistemática de la tortura contra los opositores políticos mediante la creación de la Sección Especial de la Policía Federal con ese fin. Detuvo a varios dirigentes políticos, entre ellos a Hipólito Yrigoyen, impuso censura a los diarios, intervino las universidades anulando el régimen de autonomía y cogobierno establecido desde la Reforma Universitaria de 1918.

A principios de 1931 llamó a elecciones en la provincia de Buenos Aires, pero luego las anuló debido a que había ganado la Unión Cívica Radical. En noviembre de ese año convocó nuevamente a elecciones luego de prohibir las candidaturas del radicalismo y organizar un sistema que se reconocía públicamente como fraudulento. En esas condiciones resultó electo presidente el general Agustín P. Justo, quien representaba el conservadurismo liberal que había terminado con la sanción de la Ley Sáenz Peña.

Agustín Pedro Justo (1932-1938)

Agustín Pedro Justo fue un militar, diplomático y político argentino, que usurpó la presidencia de la Nación entre 1932 y 1938; su época se denominó Década Infame debido a la corrupción que imperó en el país.

Fue elegido presidente el 8 de noviembre de 1931, apoyado por la dictadura militar gobernante y los sectores políticos que integrarán poco después la Concordancia, alianza formada por el Partido Demócrata Nacional, la Unión Cívica Radical Antipersonalista y el Partido Socialista Independiente. Sobre las elecciones que lo consagraron pesó la acusación de fraude electoral —el llamado fraude patriótico fue un sistema de control establecido entre 1931 y 1943, mediante el cual los sectores conservadores buscaron evitar el acceso del radicalismo al poder —, y tuvo durante su gobierno la persistente oposición de los sectores yrigoyenistas de la Unión Cívica Radical.

La destacada labor diplomática de su canciller, Carlos Saavedra Lamas, fue uno de los mayores logros de su mandato. Pero esta labor fue empañada por constantes acusaciones de corrupción y de haber entregado la economía nacional a los capitales extranjeros, en particular los británicos, con los que su vicepresidente suscribió el pacto Roca-Runciman. Su nombre sonó como candidato a un nuevo período durante el accidentado gobierno de Ramón Castillo, pero su temprana muerte, a los 66 años de edad, frustró sus esperanzas.

Justo y el golpe

Alrededor de Justo se congregó otra facción, no menos decidida sin embargo a tomar las armas contra el gobierno constitucional de Yrigoyen. Activamente promovida por el general José Luis Maglione, compañero de camada de Justo, y por el coronel Luis J. García —que luego sería una de las cabezas del GOU, y había liderado la Logia San Martín—, se expresó en las páginas de La Nación y de Crítica. Declaraciones de Justo en julio de 1930 acerca de la inconveniencia de intervenir militarmente para no poner en peligro la "legalidad constitucional" testimonian el enfrentamiento entre las facciones. A diferencia de la Armada, más radicalizada, buena parte del Ejército apoyaba la opción de Justo, con la notable excepción del núcleo nacionalista que luego convergería en el GOU. Ante la promesa de José Félix Uriburu, cabeza del bando extremista, de mantener el orden institucional, Justo dio su acuerdo al golpe, que se produjo en la madrugada del 6 de septiembre, instaurando por primera vez desde la firma de la Constitución un gobierno militar. No se sumó a su dirección ni, en una primera instancia, al grupo gobernante, que encabezaría Uriburu con un gabinete compuesto, en buena parte, por los adalides locales de las multinacionales petrolíferas.

Justo buscó expresamente distanciarse de Uriburu, que contaba con un amplio predicamento entre la oficialidad, pero que no podía concertar el apoyo de los partidos políticos, que se dividieron rápidamente tras la desaparición de Yrigoyen, foco de su común antipatía. Rechazó la vicepresidencia que Uriburu le ofreciera, y aceptó solo brevemente comandar las fuerzas armadas, renunciando poco más tarde. Cuando el fracaso de Uriburu en implementar en la provincia de Buenos Aires el modelo corporativo con el que deseaba reemplazar el sistema republicano le costó a este la carrera política de su ministro de Interior, Matías Sánchez Sorondo, Justo rechazó nuevamente las ofertas de Uriburu de concertar un gobierno de coalición. Con el apoyo de lo que luego será la Concertación, una alianza del conservador Partido Demócrata Nacional, el Partido Socialista Independiente y la rama más antipersonalista del radicalismo, se presentó a las elecciones de 8 de noviembre de 1931 como candidato a presidente; proscripto el yrigoyenismo, que había tomado el camino de la "abstención revolucionaria", triunfó con holgura en ellas contra la fórmula de Lisandro de la Torre y Nicolás Repetto, aunque las sospechas de fraude en Buenos Aires y el interior serían notorias. Lo acompañó en la fórmula Julio Argentino Roca , de la facción conservadora.

Roberto Marcelino Ortiz (1938-1942)

Jaime Gerardo Roberto Marcelino María Ortiz, fue un político argentino, presidente de su país entre 1938 y 1942.

Ortiz intentó impulsar sin resultado reformas que permitieran restablecer un régimen democrático. En este aspecto no dudó en intervenir la Provincia de Buenos Aires, gobernada por el célebre caudillo conservador Manuel Fresco, luego de las elecciones legislativas fraudulentas de febrero de 1940, impidiendo la asunción como gobernador de Buenos Aires de Alberto Barceló. Igual medida había adoptado al intervenir la Provincia de Catamarca luego de las elecciones de febrero de 1940, al denunciarse irregularidades electorales que beneficiaron a los conservadores.

Ramón S. Castillo (1942.1943)

Ramón s. Castillo, más conocido como Ramón S. Castillo, fue un abogado, juez y político argentino conservador perteneciente al Partido Demócrata Nacional, que fue elegido Vicepresidente de la Nación Argentina en 1938, acompañando al Presidente Roberto M. Ortiz y que al fallecer éste en 1942 asumió como 25º Presidente de la Nación Argentina, hasta ser derrocado por un golpe de estado militar conocido como la Revolución del 43. El mandato de Roberto M. Ortiz y Ramón Castillo ha sido cuestionado generalizadamente por los historiadores en su legitimidad, debido al fraude electoral masivo realizado en las elecciones de 1938, así como el alto grado de corrupción, dentro de un período de la historia argentina conocido como la década infame (1930-1943).

Arturo Rawson 4 – 7 de junio de 1943

Arturo Rawson, fue presidente de facto de la Argentina desde el 4 al 7 de junio de 1943 llegó al poder de la mano de la Revolución del 43.

Se graduó en 1905 del Colegio Militar, del que luego fue profesor. En la década de 1920 participó en campañas militares contra los indios chaqueños como oficial de caballería. El papel de Jefe Militar lo llevó inesperadamente a la escena política ya que los militares temían un nuevo fraude electoral a favor de Robustiano Patrón Costa, lo que significaría una perpetuación del Gobierno del General Justo. Este hecho sumado a otros llevo a la formación del Grupo de Oficiales Unidos (GOU), una organización secreta de la cual Rawson no formaba parte. El 4 de junio de 1943, el General Ramirez, perteneciente al GOU, le comunica al Presidente Castillo que sería reemplazado por Arturo Rawson. El 7 de junio le comunican que no contaba con apoyo del ejército razón por la cuál debió renunciar. La renuncia fue presentada al General Ramírez, gesto con el que Rawson reconocía la verdadera Jefatura del movimiento. Rawson aceptó el Cargo de embajador argentino ante Brasil, cargo al que renunció al poco tiempo en virtud al desacuerdo con los proyectos del gobierno.

El 8 de octubre de 1952 a la edad de 67 años falleció por un ataque al Corazón.

Revolución del 43

Se conoce como Revolución del 43 en la Argentina, al golpe de estado militar producido el 4 de junio de 1943 que derrocó al gobierno fraudulento de Ramón Castillo y la serie de gobiernos militares que resultaron del mismo hasta la asunción del gobierno electo de Juan Perón el 4 de junio de 1946. En su transcurso emergió la figura del entonces coronel Juan Perón originándose el peronismo. Tres presidentes se sucedieron en el mando durante la Revolución del 43: los generales Arturo Rawson, Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro Farrell.

Pedro Pablo Ramírez (7 de junio de 1943 – 25 de febrero de 1944)

En los últimos días de mayo de 1943 un grupo de dirigentes de la Unión Cívica Radical le propuso al General Pedro Pablo Ramirez encabezar una fórmula presidencial contra el candidato oficialista. Enterado el presidente Castillo le exigió la renuncia el 3 de junio, hecho que desencadenó la llamada Revolución del 4 de junio de 1943, un golpe de estado encabezado por el General Arturo Rawson y el propio General Ramírez y dirigido por el GOU, que depuso al Presidente Castillo.

Originalmente asumió como presidente el General Rawson, pero debido a su empeño en designar en el gabinete a un grupo de ministros reconocidamente conservadores y derechistas, fue desplazado por los militares para designar en la presidencia al General Ramírez, quien asumió la presidencia de la Nación el 7 de junio.

Ramírez gobernó sólo siete meses.

Edelmiro Julián Farrell (1944-1946)

Edelmiro Julián Farrell fue un militar argentino, que ejerció de facto la Presidencia de la Nación de 1944 a 1946.

En 1943 participó en el golpe de estado llamado Revolución del 43 desempeñando los cargos de Ministro de Guerra y Vicepresidente de la Nación bajo el gobierno del General Pedro Pablo Ramírez hasta que éste fue removido, fecha en que asumió por delegación del cargo como Presidente de la Nación (de facto) interinamente desde el 25 de febrero de 1944 y definitivamente por renuncia de Ramírez, desde el 9 de marzo hasta el 4 de junio de 1946. En 1945, en el mes de julio, Farrell anunció que se llevarían a cabo elecciones presidenciales, en las que fue electo democráticamente como nuevo jefe de estado Juan Domingo Perón.

Obra de Gobierno

  • Declaración de guerra a Alemania y Japón.

  • Argentina firma el Acta de Chapultepec.

  • Dictamen del Estatuto de los partidos políticos.

  • Dictamen del Estatuto del Peón.

  • Decreto estableciendo el aguinaldo.

  • Creación de la Justicia Laboral.

El sufragio femenino

En 1947, se sancionó la ley reconociendo a todas las mujeres mayores de 18 años el derecho a votar y ser votadas (sufragio femenino), existiendo recién entonces sufragio universal en la Argentina. El derecho ya había sido reconocido en San Juan por la reforma constitucional de 1927. A nivel nacional, el derecho al voto venía siendo reclamado por las mujeres desde 1907, cuando Alicia Moreau y otras mujeres fundaron el Comité Pro Sufragio Femenino. Sin embargo ni la Unión Cívica Radical ni los conservadores apoyaron institucionalmente el reclamo y los proyectos presentados fueron sistemáticamente rechazados.

Sin embargo las resistencias al sufragio femenino no estaban ausentes tampoco en el peronismo. En ese sentido Eva Perón (Evita) jugó un papel importante. Luego del 17 de octubre de 1945, a propuesta de Evita, Perón desde su cargo de Vicepresidente, intentó sancionar la ley del voto femenino. Sin embargo las resistencias tanto dentro de las Fuerzas Armadas en el gobierno, como de la oposición, que alegaba intenciones electoralistas, frustraron el intento. También influyó el hecho de que la influencia de Evita dentro del peronismo era relativamente débil antes del 24 de febrero de 1946.

Luego de las elecciones de 1946, Evita comenzó a hacer abierta campaña por el voto femenino, a través de mitines de mujeres y discursos radiales, al mismo tiempo que su influencia dentro del peronismo crecía. El proyecto de ley fue presentado inmediatamente después de asumido el gobierno constitucional (1 de mayo de 1946). A pesar de que era un texto brevísimo en tres artículos, que prácticamente no podía dar lugar a discusiones, el Senado recién dio media sanción al proyecto el 21 de agosto de 1946, y hubo que esperar más de un año para que la Cámara de Diputados sancionara el 9 de septiembre de 1947 la Ley 13.010, estableciendo la igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres.

Segundo gobierno de Perón (1952–1955)

El segundo gobierno peronista se caracterizó por el agotamiento de la política distributiva que caracterizó al primer gobierno. Las huelgas y los conflictos sociales se generalizaron. En 1952 Perón convoca a sindicatos y empleadores al Congreso Nacional de la Productividad, con el fin de generar un proceso de diálogo social tripartito para enfrentar la crisis. El Congreso fracasa por la incomprensión de los mecanismos de diálogo social tanto por parte de los sindicatos como de las empresas, e incluso de los propios funcionarios del gobierno peronista.

A partir de su reelección, en la cual obtuvo la victoria con un 62% de los votos, se producen algunos cambios significativos en el plano económico. Los salarios, que habían aumentado considerablemente hasta ese momento, se congelaron al igual que los precios por medio de contratos bianuales. El IAPI comenzó nuevamente a subvencionar al sector agrario. Se logró controlar el proceso inflacionario. El llamado al capital extranjero con el propósito de desarrollar la industria pesada fue motivo de polémicas, y atrajo las críticas de los opositores, entre ellos Frondizi.

En 1954 Perón envía y logra la sanción de la Ley Nº 14.394 cuyo artículo 31 incluye el divorcio como parte un enfrentamiento con la Iglesia Católica que había apoyado activamente al peronismo hasta ese año. Tras el derrocamiento de Perón, este artículo fue suspendido mediante el decreto ley 4070/1956. El divorcio recién volvería a ser aceptado en 1987 mediante la sanción de la Ley Nº 23.515.

José Domingo Molina (21 – 23 de septiembre de 1955)

José Domingo Molina (1896-1969) fue un gobernante interino de la Argentina que integró la junta militar que gobernó provisionalmente la Argentina entre el 19 de septiembre y el 23 de septiembre de 1955.

Eduardo Lonardi

Eduardo Lonardi fue un militar y político argentino, que ocupó de facto la presidencia del país entre el 23 de septiembre de 1955 y el 13 de noviembre de 1955.

Ocupó la presidencia de Argentina luego del golpe de estado de 1955 contra Perón dada la necesidad de la llamada Revolución Libertadora (en rigor, un movimiento golpista) de presentar un nombre de prestigio que unificara a las Fuerzas Armadas. Lonardi inicia medidas tendentes a lograr la "reconciliación nacional" pero es obligado a renunciar por los sectores más duros del Ejército y la Armada.

A él se le atribuye la famosa frase:

"Ni vencedores ni vencidos"

Estas palabras pueden haber sido inspiradas en la misma frase pronunciada por el general Justo José de Urquiza después de la batalla de Caseros, en 1852.

Durante su corto gobierno intentó pacificar el país infructuosamente, manteniendo los cambios políticos y sociales que se habían gestado durante el gobierno democrático de Perón. Pero posiciones irreductibles dentro del ejército y los partidos de la oposición aunados en la Junta Consultiva Nacional hicieron imposible este proceso provocando la posterior caída de este.

En su primer discurso criticaba el manejo de la economía durante los gobiernos de Perón:

"Ha terminado el sistema de ocultación de la verdad, el país quiere conocerla, por más que sea dura y penosa. Diez años de irresponsabilidad y corrupción nos han llevado a la situación más desastrosa de nuestra historia económica. El país se ha empeñado en hacer lo que nadie puede cumplir, impulsado por una tremenda insensatez, ha tratado de consumir más de lo que producía y así ha gastado sus reservas monetarias"

Golpe del 16 de septiembre de 1955

La llamada «Revolución Libertadora» fue una dictadura militar originada en el golpe de estado que derrocó al Presidente Juan Domingo Perón entre el 16 y el 23 de septiembre de 1955, día éste último en que el jefe de la insurrección juró con el título de «presidente», a la vez que disolvió el Congreso. Al día siguiente designó como «vicepresidente» al almirante Isaac Rojas.

La Revolución Libertadora contó con una Junta Consultiva integrada por la mayor parte de los partidos políticos: Unión Cívica Radical, Partido Socialista, Partido Demócrata Nacional, Partido Demócrata Cristiano y Partido Demócrata Progresista.

El grupo golpista se dividió en dos sectores: un sector nacionalista-católico liderado por el General Eduardo Lonardi, que tomó el gobierno al comienzo, y un grupo liberal-conservador liderado por el General Pedro Eugenio Aramburu y el Almirante Isaac Rojas. Este último sector terminó predominando y dando un golpe palaciego, por el cual Lonardi fue reemplazado por Aramburu como «presidente».

La dictadura impuso la proscripción del Partido Justicialista (peronista) y persecución de sus simpatizantes, que se mantendría por 18 años, y la intervención de los sindicatos. También, en un caso sin precedentes en la historia argentina moderna, fusiló a opositores, en algunos casos en forma pública y en otros clandestinamente.

El gobierno militar asignó el Ministerio de Economía a un civil, sucediéndose Eugenio Folcini, Eugenio A. Blanco, Roberto Verrier y Adalberto Krieger Vasena, que llevaron adelante una política inspirada en los criterios de los sectores socialmente más acomodados y poderosos económicamente.

Una de las medidas institucionales más importantes de la dictadura militar fue dictar una proclama derogando ipso facto la Constitución Nacional vigente, conocida como Constitución de 1949, para reemplazarla por el texto de la Constitución de 1853. Esta medida sería luego avalada por una Convención Constituyente elegida con proscripciones, que sesionó bajo el régimen militar y le agregó el artículo 14 bis.

En 1958 la Revolución Libertadora convocó a elecciones limitadas y controladas por las Fuerzas Armadas, con proscripción del peronismo que fueron ganadas por la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), un sector de la fracturada Unión Cívica Radical, liderado por Arturo Frondizi, quien había realizado un pacto electoral y político con Perón con el fin obtener el apoyo del decisivo voto peronista a su candidatura. El Presidente Frondizi sería a su vez derrocado por los militares cuatro años después.

Pedro Eugenio Aramburu (1955-1958)

Militar y político argentino, gobernante de facto de la Argentina, autotitulado presidente (1955-1958), durante el régimen militar denominado como la Revolución Libertadora. En 1962, fue fundador de Unión del Pueblo Argentino (UDELPA), partido que sostuvo su candidatura presidencial en las elecciones de 1963, en la que salió tercero. En 1970 fue secuestrado y asesinado por la organización guerrillera Montoneros.

Fue uno de los propulsores de la autodenominada Revolución Libertadora que derrocó al gobierno constitucional de Juan Domingo Perón el 16 de septiembre de 1955 y que designó como presidente de facto al general Eduardo Lonardi. La política de éste con una actitud conciliadora hacia el peronismo provocó que el 13 de noviembre de 1955 las fuerzas armadas lo reemplazaran en el cargo por el general Aramburu. El nuevo gobierno mantuvo como cuerpo asesor la "Junta Consultiva" integrada por políticos pertenecientes a partidos y sectores que se habían opuesto al gobierno peronista.

Arturo Frondizi

Con el Justicialismo prohibido, Frondizi efectúa un pacto secreto con Perón, por el cual aquel se compromete a anular las leyes de prohibición del Justicialismo, y éste a indicarle a sus seguidores que voten por su candidatura presidencial.

Su periodo de gobierno se caracterizó por adoptar el desarrollismo como política básica de gobierno, a partir de las recomendaciones de la CEPAL y las definiciones de la llamada teoría de la dependencia desarrollada a partir de los años 1950 por intelectuales de toda América Latina. Esta adhesión al desarrollismo permitió un relativo crecimiento de las industrias automotriz, siderúrgica y petroquímica.

Las protestas populares fueron duramente reprimidas llegando a utilizar el Plan CONINTES (Conmoción Interna del Estado), elaborado durante el Justicialismo, aunque nunca puesto en práctica, que ponía a los manifestantes bajo jurisdicción de los tribunales militares.

Durante el gobierno de Frondizi se sancionó la nueva ley sindical Nº 14455. Se triplicó la producción de petróleo obteniéndose el autoabastecimiento. Se pusieron en marcha grandes proyectos hidroeléctricos como el Chocón. Se construyó una extensa red caminera. Se dio gran impulso a la petroquímica, la siderurgia, la tecnificación del agro y la multiplicación de escuelas de educación técnica, abriendo una década (1963-1974) en la que Argentina registrará las tasas de crecimiento más altas del mundo y se eliminará prácticamente la pobreza (Gerchunoff,309). Como muestra de la importancia de la Ciencia y Tecnología durante su gestión se dio aliento al INTI, al INTA, al Consejo Nacional de Educación Técnica (CONET) con representación estatal, patronal y sindical y al CONICET, presidido por el Premio Nobel Bernardo Houssay.

El gobierno de Frondizi estuvo sumamente restringido por el poder militar. Sufrió 26 asonadas militares y 6 intentos de golpe de estado.

José María Guido (1962-1963)

Fue un abogado y político argentino, que asumió las funciones de los poderes ejecutivo y legislativo, con el título de presidente, como resultado del golpe militar del 29 de marzo de 1962 que derrocó y detuvo al Presidente Arturo Frondizi.

Golpe del 29 de marzo de 1962

El golpe militar del 29 de marzo de 1962 tuvo elementos tragicómicos que determinaron que no fuera un militar, sino un civil, José María Guido, quien accediera al gobierno luego de derrocar al Presidente Arturo Frondizi (radical intransigente).

Frondizi soportó durante su gobierno reiterados planteos e insurrecciones militares, mediante los cuales llegaron a imponerle incluso al Ministro de Economía (Álvaro Alsogaray) y terminaron en el golpe del 29 de marzo de 1962, liderado por el General Raúl Poggi.

El hecho que precipitó el golpe fue la amplia victoria del peronismo en las elecciones realizadas once días antes, en diez de las catorce provincias, incluyendo la Provincia de Buenos Aires, donde triunfó el dirigente sindical textil Andrés Framini. El peronismo había sido proscripto por la dictadura militar de 1955, pero Frondizi volvió a habilitarlo electoralmente, aunque manteniendo la prohibición a Juan Perón de presentarse como candidato y volver al país. Frondizi inmediatamente intervino las provincias en las que había ganado el peronismo, pero el golpe era indetenible.

Producido el levantamiento militar el 29 de marzo de 1962, el Presidente Frondizi, detenido por los militares en la Isla Martín García, se negó a renunciar («no me suicidaré, no renunciaré y no me iré del país». ) Eso llevó a interminables movimientos, amenazas y gestiones que agotaron a los líderes de la insurrección, quienes se fueron a dormir antes de asumir formalmente el poder. En la mañana del 30 de marzo, el General Raúl Poggi, líder de la insurrección victoriosa, se dirigió a la Casa Rosada para hacerse cargo del gobierno, y se sorprendió con el hecho de que los periodistas le comentaban que un civil, José María Guido, había jurado como presidente en el palacio de la Corte Suprema de Justicia.

Guido era un radical intransigente que presidía provisionalmente la Cámara de Senadores, debido a la renuncia del Vicepresidente Alejandro Gómez. Teniendo en cuenta esto, la noche del golpe, algunos abogados relacionados con la Corte Suprema de Justicia de la Nación, entre ellos Horacio Oyhanarte, tomaron el derrocamiento de Frondizi como un caso de acefalía y correspondiendo asumir la presidencia a Guido, por encontrarse en el primer lugar de la línea sucesoria según la Ley 252.

Los militares golpistas terminaron aceptando la situación y convocaron a Guido en la Casa Rosada para comunicarle que sería reconocido como presidente, en tanto y en cuanto se comprometiera por escrito a ejecutar las medidas políticas indicadas por las Fuerzas Armadas, siendo la primera de ellas anular las elecciones en las que había ganado el peronismo. Guido aceptó las imposiciones militares, firmó un acta dejando constancia de ello y fue entonces habilitado por estos para instalarse con el título de presidente, pero clausurando el Congreso Nacional e interviniendo todas las provincias.

Guido hizo cumplir las órdenes militares. Al día siguiente el Congreso anuló las elecciones del 18 de marzo de 1962 e intervino todas las provincias, para luego ser disuelto.

De este modo Guido asumió los poderes ejecutivo y legislativo del país, bajo control y supervisión de de las Fuerzas Armadas, que se reservaron el derecho de removerlo.

Arturo Umberto Illia (12 de octubre de 1963 – 28 de junio de 1966)

Arturo Umberto Illia fue un médico y político argentino. Ejerció el cargo de Presidente de la Nación Argentina entre el 12 de octubre de 1963 y el 28 de junio de 1966.

Luego del golpe de estado del 16 de septiembre de 1955 que derrocó al Presidente Juan Domingo Perón se reinició un largo período de inestabilidad política en la Argentina. Los militares proscribieron al peronismo y sus simpatizantes recurrían una y otra vez al voto en blanco para expresar su rechazo a las elecciones convocadas sin su participación.

Por otra parte la Unión Cívica Radical se dividió en dos, según la postura que cada sector asumía frente al peronismo, rechazando (radicales intransigentes) o aceptando (radicales del pueblo) su proscripción. En 1961, el Presidente Arturo Frondizi (radical intransigente) legalizó al peronismo, que triunfó ampliamente en las elecciones a gobernador del 18 de marzo de 1962. Once días después el Presidente Frondizi fue derrocado y detenido por el golpe del 29 de marzo de 1962, que resultó en la toma del poder por parte de José María Guido, quien anuló las elecciones, volvió a proscribir al peronismo, disolvió el Congreso y convocó a nuevas elecciones limitadas y controladas por los militares. Illía había resultado elector gobernador de Córdoba, en esas elecciones, pero no llegó a asumir debido al golpe.

En esas condiciones se convocaron las elecciones del 7 de julio de 1963 en las que resultó electo Arturo Umberto Illia.

Juan Carlos Onganía (1966-1970)

Luego del golpe, recién asumido como presidente, comunicaba a la población:

"Argentinos, he asumido el cargo de Presidente de la Nación que las Fuerzas Armadas han coincidido en conferirme, con brevedad de la circunstancia nacional que nos impone obligaciones inexcusables. Acepto ésta responsabilidad excepcional persuadido de que es menester producir en la República un cambio fundamental, una verdadera revolución que devuelva a nuestros argentinos su fe, su confianza y su orgullo"

Onganía nombró como su ministro de economía a Adalbert Krieger Vasena, quien revocó las medidas de nacionalización y control de capitales del gobierno de Illia, y contuvo la inflación congelando los salarios y devaluando un 40% la moneda nacional. Se alejó, sin embargo, de la ortodoxia liberal afrontando obras públicas, con lo que mantuvo el ritmo de la actividad industrial. Las exportaciones se mantuvieron altas, pero el sector agrario fue perjudicado por la devaluación y por el aumento de los porcentajes de retención a las exportaciones, así como por la supresión de las medidas de protección. En lo laboral se sancionó una ley de arbitraje obligatorio, que condicionó la posibilidad de hacer huelga.

Durante su gobierno desarrollo la teoria de la necesidad de atender primero el 'tiempo economico' sobre el 'tiempo social' y el 'tiempo politico'. Onganía intentó mantener la participación de los distintos sectores del país en su gobierno mediante la formación de comités consultivos en áreas específicas de la política agraria, industrial y económica. Esta medida recibió fuertes críticas de los sectores más conservadores del ejército; finalmente, la disensión que provocó resultaría en el derrocamiento de Onganía y su pase a retiro.

Golpe del 28 de junio de 1966

El 28 de junio de 1966 un levantamiento militar liderado por el General Juan Carlos Onganía derrocó al Presidente Arturo Illia (radical del pueblo). El golpe dio origen a una dictadura autodenominada «Revolución Argentina», que ya no se presentó a sí misma como «gobierno provisional», como en todos los golpes anteriores, sino que se estableció como un sistema de tipo permanente. Este tipo de dictaduras militares permanentes, se instalaron por entonces en varios países latinoamericanos en esos años (Brasil, Chile, Uruguay, Bolivia, Paraguay, etc.) y fue analizado detalladamente por el destacado politólogo Guillermo O'Donnell quien lo denominó con la expresión de Estado burocrático autoritario (EBA).

La Revolución Argentina dictó en 1966 un Estatuto que tenía nivel jurídico superior a la Constitución y en 1972 introdujo reformas constitucionales, algo que también la distinguió de las dictaduras anteriores. En general la dictadura adoptó una ideología fascista-católica-anticomunista, apoyada abiertamente tanto por Estados Unidos como por los países europeos.

La alta conflictividad política y social generada durante la Revolución Argentina y las luchas entre los diversos sectores militares produjeron dos golpes internos, sucediéndose en el poder tres dictadores militares: Juan Carlos Onganía (1966-1970), Marcelo Levingston (1970-1971) y Alejandro Agustín Lanusse (1971-1973).

Económicamente la dictadura entregó el Ministerio de Economía a los sectores civiles más conservadores-liberales, cuyo máximo exponente fue Adalberto Krieger Vasena, quien ya había sido ministro de la Revolución Libertadora. Hay que señalar sin embargo, que durante la dictadura de Levingston, predominó un sector nacionalista-desarrollista de las Fuerzas Armadas, que nombró Ministro de Economía al radical Aldo Ferrer.

Acosada por una insurrección popular creciente y generalizada, la dictadura organizó una salida electoral con participación del peronismo (aunque impidiendo la candidatura de Perón), en 1973, en la que triunfó precisamente el candidato peronista Héctor J. Cámpora, con el 49,53% de los votos, asumiendo el 25 de mayo de 1973.

Cámpora renunció para permitir elecciones libres, en las que ganó Juan Perón con el 62% de los votos, quien moriría menos de un año después de haber sido electo, y el gobierno peronista, en manos ahora de la Vicepresidenta María Estela Martínez de Perón, sería también derrocada por un golpe militar en 1976.

Roberto Marcelo Levingston (1970-1971)

Roberto Marcelo Levingston es un militar argentino, quien en junio de 1970 fue designado por la Junta de Comandantes en Jefe de las tres fuerzas armadas (Ejército, Marina y Aeronáutica), para reemplazar al presidente de facto Juan Carlos Onganía, quien gobernaba el país desde 1966, a partir del golpe de estado autoproclamado Revolución Argentina.

Este desconocido militar de Inteligencia se desempeñaba hasta entonces como agregado militar en la Embajada Argentina en Washington. Ocupó la primera magistratura durante algo menos de un año, y sería depuesto a su vez por Alejandro Agustín Lanusse, comandante en Jefe del Ejército y por entonces hombre fuerte de la Revolución Argentina.

Alejandro Agustín Lanusse (1971-1973)

Alejandro Agustín Lanusse fue un militar argentino que ocupó de facto la presidencia de la Nación entre el 22 de marzo de 1971 y el 25 de mayo de 1973.

Las divergencias con la política de Onganía y el debilitamiento de la Revolución Argentina ante el clima insurreccional generado por las incipientes organizaciones armadas clandestinas a partir del Cordobazo, lo llevaron a exigir la renuncia de éste y, tras su negativa, a derrocarlo.

La Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, que Lanusse integraba como Jefe del Ejército, reemplazó en dicha instancia a Onganía por Roberto Marcelo Levingston, quien luego de un breve período como presidente, fue a su vez destituido y reemplazado por el propio Lanusse en marzo de 1971.

Comenzó a surgir la idea de un retorno a Juan Domingo Perón. Este apuntaba a dos tácticas. Darle poder al PJ y montoneros, mientras negociaba con los partidos políticos la realización de las elecciones.

Dentro de un clima político de creciente violencia en el que entre otros hechos de sangre ocurrió la Masacre de Trelew, Lanusse se comprometió a convocar a elecciones en 1973; la fórmula ganadora consagró a Héctor José Cámpora como presidente, y tras la asunción de este, Lanusse pasó a retiro.

Héctor José Cámpora (25 de mayo – 13 de julio de 1973)

Acudieron al acto de investidura, entre otros, el entonces presidente socialista de Chile, Salvador Allende, y el de Cuba, Osvaldo Dorticós. En la tradicional Plaza de Mayo, se concentraron para recibirlo más de un millón de personas.

Ese día, Cámpora, custodiado a la par de cientos de seguidores, asumió la Presidencia y en su discurso inaugural dijo:

"Abrigo la esperanza de dar término a mis funciones acompañado por el afecto de mis compañeros y de mis amigos, y el respeto de mis adversarios. Sé que he de lograrlo, como ha sido hasta ahora, porque trataré, con honestidad, de hacer lo que el Pueblo quiere"

Ese 25 de mayo de 1973, el caos también se apoderó de las calles: hubo dos muertos y varios heridos, entre varios desmanes públicos.

Al caer la tarde del 25 de mayo rodeó la cárcel de Villa Devoto una multitud integrada por manifestantes que habían estado en la Plaza de Mayo, a los que sumaron familiares de los presos así como simpatizantes del Ejército Revolucionario del Pueblo que no habían estado en aquella plaza. A las 20 horas eran unas 30.000 personas y estaban también Abal Medina y varios diputados de distintos partidos políticos. El gobierno prefería promover la ley de amnistía que había prometido durante la campaña electoral más que recurrir al indulto y aparecer cediendo a una presión pero, sobre todo, quería evitar reprimir a los manifestantes. A todo esto los presos políticos habían comenzado a controlar la cárcel. Abal Medina habló a la multitud tratando de calmarla reiterando la promesa de liberación y pidió, sin resultado, que se desconcentraran. Luego, desde los muros de la cárcel donde estaba detenido, les habló el dirigente del ERP Pedro Cazes Camarero pidiendo que no se fueran. A las 20:45 Cazes Camarero y Fred Ernest, de Montoneros, hablaron con la multitud diciéndoles que habían dado 40 minutos de plazo a las autoridades para que dieran una definición. y a las 21 Abal Medina les anunció que la lliberación sería esa misma noche. Mientras en la Casa Rosada se preparaba un decreto de indulto, en la cárcel se levantó un acta haciendo constar que los presos eran liberados "bajo responsabilidad" de los siete diputados allí presentes y los beneficiados comenzaron a salir del penal junto con buena parte de los presos comunes que aprovecharon la confusión reinante. La liberación de presos políticos se realizó también en algunas cárceles del interior del país que vivieron la misma situación. La liberación incluyó presos políticos ubicados desde la extrema izquierda a la extrema derecha, pero por sobre todo terroristas de organizaciones armadas condenados por jueces comunes y otros por la Cámara Federal en lo Penal (creada en 1971), por delitos tales como homicidios, atentados con explosivos, toma de comisarías y pueblos, etc. Algunos "juristas" consideraban a la Cámara Federal Penal una comisión especial de juzgamiento prohibida por la Constitución Nacional y la denominaban despectivamente "Camarón" Hay que destacar que luego durante el corto gobierno de Cámpora y el de Perón sus miembros fueron perseguidos, y varios de ellos asesinados por aquellos presos liberados en esta dudosa "amnistía". Posteriormente se dio a conocer el decreto de indulto que legalizaba las liberaciones y el 27 de mayo se sancionó la ley 20.508 que comprendía a los autores de delitos políticos así como "los cometidos con motivo o en ocasión de una huelga, un paro, ocupación de fábrica u otra medida de fuerza o para servir a estos" y disponía que "en razón de la amnistía que se concede nadie podrá ser interrogado, investigado, citado a comparecer ni obligado a soportar ninguna molestia"

Partes: 1, 2, 3
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter