7. En Londres desarrollará una intensa actividad
intelectual, (son conocidas sus intensas sesiones de trabajo en la
biblioteca del
Museo Británico), que le llevará a la
realización de su obra cumbre, "El capital",
colaborando también en el "New-York Tribune". En 1859
publica, como fruto de sus trabajos sobre economía, la "Contribución a la
crítica
de la Economía
política", donde expone su teoría del
valor, que se convertirá en la piedra angular de sus
estudios sobre el capital. No obstante, Marx no deja
completamente al margen su actividad política en el
movimiento
comunista internacional, de la que será una muestra su
participación en la creación, en 1864, de la AIT
(Asociación Internacional de Trabajadores), que
sería conocida también como la Iª
Internacional. Las divergencias en el seno de la AIT con los
anarquistas, así como con los socialistas franceses y
alemanes, sobre todo respecto a la hegemonía del Consejo
General, se saldará con lo que se ha considerado un
fracaso político para Marx, quien no consigue imponer sus
tesis sino
formalmente, aunque gracias a la situación de poder de la
que sigue gozando, consigue que la sede de la Internacional sea
trasladada a Nueva York.
8. En 1867 se publicará la primera edición
del primer tomo de "El capital". Los 2 restantes volúmenes
serán publicados póstumamente por Engels, en 1885 y
1894. En 1871, tras la revolución
que lleva a la Comuna de París, Marx organiza
manifestaciones de apoyo y escribe "La guerra civil
en Francia", que
interpreta la Comuna como el primer intento para instituir la
dictadura del
proletariado.
Fallece el 14 de marzo de 1883, siendo enterrado en el
cementerio londinense de Highgate.
Los escritos de Marx contienen materiales muy
diversos, de tipo filosófico, económico,
político, social e histórico, además de una
amplia correspondencia y numerosos artículos de carácter periodístico en los que se
abordan cuestiones muy concretas, relacionadas con la
situación socio-política de su tiempo.
Algunos de sus escritos, además, fueron realizados en
colaboración especialmente con F. Engels. A
continuación ofrecemos la relación de lo que se
consideran las obras de Marx más
significativas.
Principales Obras de
Marx
1841 Diferencias entre la filosofía natural de Demócrito y la
filosofía natural de Epicuro (Tesis
doctoral) Crítica de la filosofía del derecho
de Hegel.
1844 Manuscritos económico-filosóficos.
(Publicados en 1932)
1845 Tesis sobre Feuerbach.
1847 Trabajo asalariado y capital.
1847 La miseria de la filosofía
1848 Discurso sobre
el libre cambio
1849 La burguesía y la contrarrevolución
(segundo artículo). Publicado en la Neue Rheinische
Zeitung.
1849 Trabajo asalariado y capital.
1850 Las luchas de clases en Francia de 1848 a
1850.
1851-1852 El dieciocho brumario de Luis
Bonaparte.ç
1853 La dominación británica en la
India.
1854 La España
revolucionaria.
1859 Contribución a la Crítica de la
Economía Política.
1864 Manifiesto inaugural de la Asociación
Internacional de los trabajadores.
1865 Salario, precio y
ganancia.
1867 El Capital
1871 La guerra civil en Francia.
1874 Acotaciones al libro de
Bakunin El Estado y la
Anarquía.
1875 Crítica al Programa de
Gotha.
Obras escritas en
colaboración con Engels
El Manifiesto
Comunista: Marx se basa en el trabajo
preparado por Engels y representaba la primera
sistematización de la doctrina del socialismo
moderno. Las proposiciones centrales del Manifiesto, constituyen
la concepción del materialismo
histórico. Marx concluyó en el Manifiesto que
la clase
capitalista sería derrocada y suprimida por una
revolución mundial de la clase obrera que
culminaría con el establecimiento de una sociedad sin
clases. Esta obra ejerció una gran influencia en la
literatura
comunista posterior y en el pensamiento
revolucionario en general.
El capital: Realizada en 1867, fue un análisis histórico y detallado de la
economía del sistema
capitalista, en que desarrollo la
teoría
de la plusvalía.
Crítica de la economía política:
Basado en el concepto del
Materialismo
histórico.
Obras:
1845 La ideología alemana (publicada en
1932)
1845 La sagrada familia
1848 Manifiesto del Partido Comunista.
1850 Circular del Comité Central a la Liga
Comunista.
1871 De las resoluciones de la Conferencia de
Delegados de la Asociación Internacional de los
Trabajadores.
1872 Las pretendidas escisiones de la
Internacional.
1879 De la carta circular
a A. Bebel, W. Liebknecht, W. Bracke y otros.
Los factores que determinaron la aparición del
marxismo
fueron:
la economía política inglesa,
particularmente Ricardo y Adam Smith, estudiada y criticada
por Marx en "El Capital"; el marxismo aspira a explicar la
explotación del hombre a partir de la
comprensión de los mecanismos y leyes de la vida
económica.la práctica revolucionaria: desde sus mismos
orígenes el marxismo se presenta como un movimiento
revolucionario, por lo que la historia del propio marxismo
está trabada con la historia del movimiento
obrero.la filosofía alemana: Marx se inicia en
filosofía con el estudio y crítica de la
filosofía hegeliana, participando en el movimiento
filosófico denominado "izquierda
hegeliana".
Filósofos que
compartieron época con Karl Marx
Engels, Friedrich. Teórico y
militante socialista alemán. Llevó a cabo una
encuesta sobre
los efectos del capitalismo
sobre el proletariado inglés.
Escribieron en colaboración: La sagrada familia en 1845,
La ideología alemana en 1845-1846 y el Manifiesto del
partido comunista. En los prólogos de dichas obras
explicó de forma histórica y científica la
profunda revolución teórica operada por
Marx.
Ludwig Feuerbach(1824-1899),
Médico y filósofo alemán que, junto con
Jacobo Moleschott y Carlos Vogt, es una de las figuras más
significativas del materialismo monista de la segunda mitad del
siglo XIX. Sus libros conoci
eron una amplia difusión hasta bien entrado el siglo XX,
siendo traducidos a las principales lenguas, en
particular Fuerza y
materia.
Hess, MoshÉ (1812-1875), Pensador
judío alemán, dirigente político y precursor
de las teorías
socialistas y del sionismo político. Recibió una
educación
judía tradicional. Durante sus estudios en la Universidad de
Bonn adhirió a ideas radicales, abandonó el hogar
paterno y viajó a Gran Bretaña y España.
Padeció pobreza hasta que
se reconcilió con su padre y regresó a Alemania y a
las empresas
familiares. Moses Hess fue uno de los primeros socialistas de
Alemania, amigo de Marx y Engels. Sus discrepancias respecto al
Manifiesto comunista de Marx y Engels, cuya concepción
materialista negaba por completo el socialismo verdadero del que
Hess se consideraba creador, lo llevaron a cortar relaciones con
ambos.
Para poder entender a un más la
filosofía de Marx, es recomendable analizar lo aportado
por Hegel ya que el mismo propuso una filosofía que supone
una lucha por la falta de la libertad y de
la razón. A su juicio, la situación
histórico-social en que vivía estaba necesitada de
una mayor libertad.
Filosofía hegeliana
En primer lugar, el problema del método. De entrada digamos que en
Hegel no hay, en sentido estricto, un método de investigación de lo real; es decir, no hay
un sistema, ya sea conceptual o instrumental, de referencia
preconcebida, mediante el cual se pretenda reflexionar sobre la
realidad desde una posición de independencia
con respecto a ella. Esto, para Hegel, es un absurdo que lo
único que hace es deformar lo real y dificultar el
despliegue de su movimiento propio. "El hombre
ingenuo, el sabio vulgar, el filósofo no hegeliano se
oponen cada uno a su manera a lo real y lo deforman
oponiéndole medios de
acción
o métodos de
pensamiento que les son propios. Y ello, como de suyo es claro
para Hegel, además de ser un modo superficial de
investigación, es una forma inadecuada de
investigación. Lo que se tiene que hacer es acercarse sin
ningún tipo de presupuesto a lo
real, y convertir así al propio discurso en un fiel
reflejo de su estructura; es
decir, que lo que se tiene que hacer es describir el ser propio
de las cosas.
Por lo cual se puede decir que en Hegel no hay, en
sentido estricto, un método de investigación de la
estructura del Ser y la Realidad. Lo que hay en Hegel es una
descripción positiva de lo Real. Una descripción empírica que, a
diferencia de la ciencia
técnica – sólo que busca conocer y transformar la
naturaleza y
la sociedad en función de
los intereses del hombre, no
tiene mayor finalidad que revelar la realidad sin modificarla o
perturbarla, es decir, revelarla con absoluta fidelidad. La
experiencia hegeliana, escribe Kojeve, "revela la Realidad
concreta, y la revela sin modificarla o "perturbarla". Por eso
cuando describe verbalmente esa experiencia, representa una
Verdad en el sentido estricto del término. Y por ello no
tiene un método específico que le sea
propio en tanto que experiencia, pensamiento o descripción
verbal, y que no sea al mismo tiempo una estructura "objetiva" de
la misma Realidad concreta que revela
describiéndola.
Lo real. Ante todo, se tiene que decir
qué es la Realidad para Hegel. Sin mayores
preámbulos citemos lo que dice él mismo al
respecto: "la Realidad —escribe— es la unidad de la
esencia y la existencia, o de lo interior y lo exterior hecha
inmediata. La manifestación de lo real es lo realismo;
así que este permanece en aquella igualmente esencial, y
solo en tanto es esencial en cuanto está en inmediata
existencia exterior". Por tanto, se tiene realidad (en la
inteligencia y
fuera de ella), en la unidad de lo esencial (lo interno) y lo
existencial (lo externo) hecha inmediata; en la unidad captada
(si se trata del conocimiento)
o manifestada (si se trata del Ser mismo) de esencia y
existencia, de modo inmediato y pleno. Como dice Findlay, "por
"real" Hegel entiende lo que está realizado, plenamente
actualizado y operativo: lleva consigo, al menos en principio,
individualidad, carácter de definido, concreción
sensible, ser aquí y ahora, y un contexto completo de
condiciones.
Conclusión:Hay que tener muy en cuenta
que: Hegel no intenta justificar ninguna forma política
concreta. Lo único que intenta justificar es la
racionalidad del Estado. El que
algunos grupos
políticos hayan querido justificar su propia doctrina
(totalitarismo) apoyándose en Hegel es otra
cuestión.
Introducción a
la filosofía de Marx
Se ha convertido ya en un tópico tradicional
presentar la obra de Marx como el resultado de una triple
influencia: de la filosofía hegeliana, del socialismo
francés, y de la economía política inglesa.
A partir de ellas, Marx desarrollará un nuevo marco
conceptual sobre el que acabará construyendo su
pensamiento: un pensamiento original, creativo, que
ejercerá una influencia considerable en el desarrollo del
pensamiento, (no sólo político y social, lo que
resulta indudable), de la segunda mitad del siglo XIX y de todo
el siglo XX.
En esta primera sesión del seminario
"Karl Marx, un
pensador de nuestro tiempo" me he propuesto hablar de "La
filosofía de Karl Marx". Es cosa obvia que el pensar es
tarea de la filosofía; lo que ya no lo es tanto es que la
filosofía tiene un vínculo esencial con el tiempo,
con nuestro tiempo, con nuestra época en definitiva.
Porque si invocamos a Marx como filósofo hoy, aquí
y ahora, es porque su pensamiento pertenece a nuestro tiempo. De
lo contrario, exponer la filosofía de Karl Marx se
asemejaría a la de encontrarle un lustroso emplazamiento
en algo así como un museo del pensar, situarlo en un
pedestal frente al que lo contemplaríamos maravillados por
su "trascendencia", la "profundidad de sus planteamientos", e
incluso "lo emotivo de sus humanistas conclusiones". Que Karl
Marx sea un pensador de nuestro tiempo, que su obra sea abordable
desde la filosofía, implica que nada de lo que nos diga
puede resultarnos ajeno, que su pensamiento ha de remover los
cimientos más firmes de nuestras convicciones,
haciéndonos dudar, incomodándonos,
obligándonos a actuar.Acerca de algunos malos entendidos a
la hora de abordar la filosofía de Marx convendría
en primer lugar deshacer dos errores interpretativo que ha venido
imponiéndose tanto desde la academia como desde la propia
tradición marxista, y que han terminado por convertirse en
verdaderos prejuicios.1. El primer error estriba en considerar
que Marx habría dedicado sus obras tempranas a la
crítica de la dialéctica hegeliana, de la que
habría tomado su método (la dialéctica) para
imponerle un giro hacia la praxis (el
materialismo). La filosofía de Marx sería entonces
un método denominado "materialismo dialéctico" que
en su obra maestra "El Capital" se aplicaría sobre la
sociedad moderna y el capitalismo. Nuestra tesis es que "el
materialismo dialéctico" o "materialismo histórico"
no son ni de Marx ni son filosofía. La filosofía
marxista se constituye en "El Capital", y se presenta como
"crítica de la economía política" y como el
descubrimiento de la "ley
económica del movimiento de la sociedad moderna". Tratar
de aplicar las categorías elaboradas en "El Capital " a
algún ámbito que no sea la propia sociedad moderna
y capitalista no es coherente con el proceder del propio Marx, es
decir: no se trata de descubrir leyes supra
históricas que den cuenta de toda época, sino de
desvelar las leyes que rigen la propia modernidad.2. El
segundo error consiste en caracterizar a Marx como un
"crítico" de la sociedad moderna, entendiendo la palabra
"crítica" de una forma vulgar: como una cierta
desvalorización o descalificación. Si Marx fuese
"crítico" en este sentido, no se podría en absoluto
entender que la teoría del valor de Marx
constituye una fundamentación de los postulados y valores
propios de la sociedad moderna: el
conocimiento (la ciencia) y el
derecho (las garantías democráticas). Y, sin
embargo, constituye en efecto tal fundamentación. La
palabra "crítica" debe ser entendida en su sentido
etimológico; se trata, pues, de encontrar la naturaleza,
esto es: los principios
(arxai), de algo. Igualmente absurdo sería entender que
Kant
"minusvalora" la "Razón" porque efectúa la
"crítica de la razón", o que cualquier intento de
averiguar qué hay supuesto en la noción de
"Razón" es "irracionalismo".En cuanto a la
fundamentación del Estado democrático, es
explícita. Marx puede ser considerado como un
teórico de los conceptos democráticos y liberales
del derecho y del Estado; su adhesión a esos principios es
tan decidida como (e incluso más libre de coartadas que)
la de los téoricos radicales de la
Ilustración. La diferencia de Marx con respecto a
ellos no está en que su defensa de esos "ideales" se haga
con tales reservas; no hay tales reservas. La diferencia
está, por el contrario, en que Marx no asume esos
conceptos como ideales proclamados simplemente en nombre de la
naturaleza humana, sino que los fundamenta
filosóficamente. La diferencia es del tipo de la que hay
en general entre la Ilustración, por una parte, y Kant y el
Idealismo
alemán por la otra. Lo uno es polémica, lo otro es
filosofía.Porque es "crítico" en el sentido griego
de la palabra, porque apunta a los fundamentos de su
época, Marx descubre en la sociedad moderna dos
contradicciones:2.a. En la racionalización
científico-técnica de la producción.2.b. En la forma de de la
democracia
burguesa.Pero no se queda a esperar que salte por los aires: la
contradicción marca dos
tendencias posibles, y Marx no es neutral (como no lo es Kant
entre inmoralidad y moralidad,
como no lo es Platón
entre paideia o eduacación verdaderamente humana y la
apaiedeia). El pensamiento de Marx no es, ciertamente, "humanismo" en
ningún sentido doctrinal del término; pero
pertenece a la historia que se
inició con Grecia; y el
"socialismo de Marx" es, a fin de cuentas, una de
las últimas variantes de la reivindicación de una
verdad universal.Podemos afirmar por tanto que Marx está
del lado de la racionalidad científico-técnica y
del lado de la
república democrática. Lo uno no es posible sin
lo otro. El objetivo
socialista es la fusión
coherente de ambas cosas.
Capítulo II:
Desarrollo, conceptos
básicos y opiniones
La filosofía de Karl Marx
Ideas filosóficas
Durante su juventud, y
mientras se formaba en filosofía, Marx recibió la
influencia del filósofo alemán predominante en
Alemania en aquel tiempo, Hegel. De este autor tomó el
método del pensamiento dialéctico, al que,
según sus propias palabras, pondría sobre sus
pies; significando el paso del idealismo dialéctico
del espíritu como totalidad a una "dialéctica del
devenir constante" donde la síntesis,
a diferencia de Hegel, no había sido realizada.
Además, sigue utilizando el método
dialéctico para analizar las contradicciones en la
historia de la humanidad y, específicamente, aquella entre
el capital y el trabajo.
Una interpretación sobre el desarrollo de la
obra de Marx, proveniente del francés Louis Althusser,
considera que los escritos de Marx se dividen en dos vertientes.
Esta interpretación es relevante en la exegética
marxista, pero a la vez es muy polémica y pocos autores la
mantienen al día de hoy. Althusser encuentra dos
etapas:
1 – Marx joven (hasta 1845) período en que
estudia la alienación (o enajenación) y la ideología, desde
una perspectiva cercana al humanismo influida en gran parte por
la filosofía de Ludwig Feuerbach.
Marx se pregunta y contesta en sus Manuscritos de
1844:
¿En qué consiste, entonces, la
enajenación del trabajo? Primeramente en que el trabajo es
externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser;
en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se
niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una
libre energía física y espiritual,
sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por
eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del
trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo
suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo
suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado,
trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de
una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las
necesidades fuera del trabajo. Su carácter extraño
se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no
existe una coacción física o de cualquier otro tipo
se huye del trabajo como de la peste. El trabajo externo, el
trabajo en que el hombre se enajena, es un trabajo de
autosacrificio, de ascetismo. En último término,
para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que
éste no es suyo, sino de otro, que no le pertenece; en que
cuando está en él no se pertenece a si mismo, sino
a otro. (…) Pertenece a otro, es la pérdida de sí
mismo.
Paralelamente a estas ideas describe al hombre con
diversas concepciones: lo considera un ser real de carne y hueso;
es únicamente el resultado de la historia
económica, un predicado de la producción de la
misma.
Piensa que el hombre se realiza modificando la
naturaleza para satisfacer sus necesidades en un proceso
dialéctico en que la transformación de agente y
paciente es transformación mutua. La autogeneración
del hombre es un proceso real, histórico –
dialéctico, entendiéndose la dialéctica como
proceso y movimiento a través de la superación
sintética de las contradicciones.
Cuando Marx habla de 'realidad' hace referencia al
contexto histórico social y al mundo del hombre. Asegura
que el hombre es sus relaciones sociales.
Para Marx, lo que el hombre es no puede determinarse a
partir del espíritu ni de la idea sino a partir del hombre
mismo, de lo que éste es concretamente, el hombre real,
corpóreo, en pie sobre la tierra
firme. El hombre no es un ser abstracto, fuera del mundo sino que
el hombre es en el mundo, esto es el Estado y la
sociedad.
La libertad, la capacidad de actuar eligiendo,
está limitada a las determinaciones históricas,
pero es, al mismo tiempo, el motor de
aquéllas cuando las relaciones sociales y técnicas
entran en crisis.
Dios, la Filosofía y el Estado constituyen
alienaciones en el pensamiento, alienaciones dependientes de la
alienación económica, considerada para Marx
única enajenación real.
En líneas generales, Marx defiende la idea de que
la alineación empobrece al hombre sociohistórico
negándole la posibilidad de modificar aspectos de los
ámbitos en los que se ve involucrado, provocándole
una conciencia falsa de su realidad. Sin embargo,
éste es un hecho que puede suprimirse.
Políticamente, el pensador alemán aboga
por una sociedad comunista. Entre el hombre alienado (aquel que
no coincide consigo mismo) y el hombre comunista (aquel que
finalmente es igual a hombre) se coloca el proceso transformador.
Sólo en la sociedad comunista habrá desaparecido
toda alienación.
2 – Marx maduro (1845-1875): Según
Althusser, 1845, el año de La ideología
alemana y las Tesis sobre Feuerbach, marca la
ruptura epistemológica (concepto tomado de Gaston
Bachelard). A partir de la cual Marx rompe con su etapa anterior,
ideológica y filosófica, e inaugura un
período científico en el cual desarrolla estudios
económicos e históricos usando el método del
materialismo histórico. Como diría Althusser, Marx
inaugura el continente historia.
Este es, eminentemente, el período de su magna
obra: El capital. Crítica de la economía
política. No hay que olvidar, por otro lado, los
textos de los que esta obra surge: la Contribución a
la crítica de la economía política (que
dará material para el primer capítulo de El
capital) o los Grundrisse, cuyo tardío
descubrimiento dio mucho que hablar sobre las continuidades de
Marx con su primera etapa, y proporcionó de argumentos a
los críticos de la ruptura epistemológica.
Durante su etapa de madurez, la obra de Marx se vuelve más
sistemática y surgen sus conceptos económicos
más destacados: la teoría del valor, la
explotación como apropiación de plusvalía, o
la teoría explicativa sobre las crisis
capitalistas.
Sin embargo otros autores, incluido Erich Fromm, niegan
la "ruptura epistemológica" y sostienen que la idea de
enajenación es la fundamental durante todo el pensamiento
de Karl Marx. Más cercanos al humanismo, no consideran que
haya un joven y un viejo Marx y reivindican la continuidad de su
obra alrededor de un concepto del hombre y su enajenación
en el capitalismo.
Pensamiento
Testigo y víctima de la primera gran crisis del
capitalismo (década de 1830) y de las revoluciones de
1848, Marx se propuso desarrollar una teoría
económica capaz de aportar explicaciones a la crisis, pero
a la vez de interpelar al proletariado a participar en ella
activamente para producir un cambio
revolucionario.
La obra de Marx ha sido leída de distintas formas. En
ella se incluyen obras de teoría y crítica
económica, polémicas filosóficas,
manifiestos de organizaciones
políticas, cuadernos de trabajo y
artículos periodísticos sobre la actualidad del
siglo XIX. Muchas de sus obras las escribió junto con
Engels. Los principales temas sobre los que trabajó Marx
fueron la crítica filosófica, la crítica
política y la crítica de la economía
política.
Algunos autores pretendieron integrar la obra de Marx y Engels
en un sistema filosófico, el marxismo, articulado en
torno a un
método filosófico llamado materialismo
dialéctico. Los principios del análisis marxista de
la realidad también han sido sistematizados en el llamado
materialismo histórico y la economía marxista. Del
materialismo histórico, que sitúa la lucha de
clases en el centro del análisis, se han servido numerosos
científicos sociales del siglo XX: historiadores,
sociólogos, antropólogos, teóricos del
arte, etc.
También ha sido muy influyente su teoría de la
alienación.
Otros autores, entre los que destaca Louis Althusser,
argumentan que los escritos de Marx no forman un todo coherente,
sino que el propio autor, al desarrollar sus reflexiones
críticas sobre la economía política durante
la década de 1850, se desembarazó de su propia
conciencia
filosófica anterior y comenzó a trabajar
científicamente. Desde esta perspectiva no
existiría una ciencia marxista, sino un científico,
Karl Marx, que fue un pionero en la comprensión de los
mecanismos fundamentales que rigen el funcionamiento de la
sociedad moderna, en especial con su reelaboración de la
teoría del valor, y cuya obra cumbre fue El Capital.
Las obras de Marx han inspirado a numerosas organizaciones
políticas comprometidas en superar el capitalismo. Por una
parte, habría que señalar la interpretación
que han realizado los leninistas, partidarios de que una vanguardia del
proletariado, organizada en un partido revolucionario, preparado,
si es necesario, para trabajar en la clandestinidad, empuje a la
clase obrera a hacerse con el poder mediante la fuerza
insurreccional de masas, para así derrocar a sus antiguas
clases opresoras y dominantes, la burguesía y la
aristocracia, expropiándolas de su control sobre el
aparato de Estado y los medios de producción, y
procediendo a la construcción de un Estado obrero que,
además de instituir a aquélla como clase dominante,
le permita avanzar hacia el socialismo —sociedad
altamente igualitaria y solidaria, sobre la base de la democracia
obrera y la propiedad
social sobre los medios de producción, y un fuerte
desarrollo productivo y cultural, con una economía
planificada capaz de suplir holgadamente las principales
necesidades mayoritarias y la desaparición de la
división de la sociedad en clases, hasta llegar al
comunismo
—sociedad sin clases
sociales y sin Estado, basada en un altísimo nivel de
civilización.
Por otra, la que realiza la socialdemocracia, en sus orígenes contraria
a la táctica revolucionaria y partidaria de avanzar hacia
el socialismo a través de progresivas reformas
parlamentarias (hay que decir que la mayoría de partidos
socialdemócratas han ido poco a poco reformando sus
planteamientos, hasta aceptar la economía de mercado). Otros
teóricos, como los del comunismo consejista son
partidarios de la toma del poder por parte de la clase obrera
autoorganizada y no por parte de un partido.
La triple influencia del pensamiento de Marx
Así, se ha convertido ya en un tópico
tradicional presentar la obra de Marx como el resultado de una
triple influencia: la de la filosofía hegeliana, asimilada
en sus años de estudiante en Berlín; la de la
economía política inglesa, en la que se inicia
durante su primer exilio en París; y la del socialismo
francés, con el que también entrará en
contacto durante su primer exilio en París, (llamado
posteriormente "socialismo utópico", por
contraposición a su propia interpretación del
socialismo, conocida como "socialismo científico"). Esta
triple influencia se puede desglosar en los siguientes
elementos:
1) De la filosofía hegeliana o, más
bien, como resultado de su crítica del idealismo, tal como
lo presentaba Hegel, (o sus seguidores, tanto de la derecha como
de la izquierda hegeliana), conservará algunos conceptos
que resultarán fundamentales en su pensamiento
(especialmente las ideas de dialéctica y de historia como
proceso orientado hacia un fin.
2) Del "socialismo utópico" francés
(Saint-Simón, Fourier,
Proudhom) tomará las ideas socialistas y revolucionarias
de su pensamiento político, como la idea de la lucha de
clases.
3) De la economía política inglesa
(Adam Smith y
David Ricardo),
tomará las herramientas
técnicas del análisis económico y sobre todo
la idea del valor-trabajo como eje articulador de toda actividad
productiva.
Se ha discutido el carácter y la permanencia de
esta triple influencia en el conjunto de su obra. Los estudiosos
del marxismo están de acuerdo, no obstante, en que no se
puede reducir su pensamiento a un simple desarrollo de estos tres
elementos, sino que el pensamiento de Marx va más
allá de las implicaciones de cada uno de ellos tomado
aisladamente, no pudiendo reducirse tampoco a una mera
síntesis entre ellos; por el contrario, a partir de ellos
Marx habría desarrollado un nuevo marco conceptual sobre
el que acabaría construyendo su pensamiento: un
pensamiento original, creativo, que ejercerá una
influencia considerable en el desarrollo del pensamiento, (no
sólo político y social, lo que resulta indudable),
de la segunda mitad del siglo XIX y a lo largo de todo el siglo
XX.
A) La crítica a la filosofía
hegeliana
Marx rechazará la concepción hegeliana de la
realidad, al considerar que la filosofía de Hegel
suponía la afirmación de que todo lo real no era
más que manifestación del Espíritu Absoluto,
de la Idea, por lo que toda la realidad era reducida a idea, en
última instancia. La naturaleza se presentaba, así,
como un momento del desarrollo del Espíritu Absoluto, en
el que lo ideal se niega en lo material, presentándose la
materia como pura negatividad, una materia que debe reconciliarse
con la idea para adquirir un status ontológico "positivo",
pero que no por ello pierde su carácter ideal. La
dialéctica hegeliana supone que, en el despliegue y
desarrollo de la realidad, el sujeto y el objeto se oponen como
momentos de ese mismo desarrollo, por lo que insiste en la
afirmación de su carácter ideal, es decir, negando
que puedan tener realidad independientemente el uno del otro.
Dado que la comprensión de esa mutua dependencia,
simplificando la explicación hegeliana, es el resultado de
la actividad racional, de la conciencia, donde se manifiesta como
tal dependencia, Hegel entiende que es en el desarrollo de la
conciencia donde se encuentra la clave para comprender y explicar
la realidad como un movimiento que va desde la conciencia hacia
la autoconciencia, por lo que, en última instancia, puede
definir el Absoluto como "el pensamiento que se piensa a
sí mismo", como realidad auto pensante, como
Espíritu. La realidad es concebida, pues, como
pensamiento, como algo de carácter estrictamente racional,
por lo que toda forma de realidad no puede ser sino mera
expresión del pensamiento, del Espíritu.
"Así como la esencia, el objeto, aparece como
esencia pensada, así el sujeto es siempre conciencia o
autoconciencia; o mejor, el objeto aparece sólo como
conciencia abstracta, el hombre sólo como autoconciencia;
las diversas formas del extrañamiento que allí
emergen son, por esto, sólo distintas formas de la
conciencia y de la autoconciencia. Como la conciencia abstracta
en sí (el objeto es concebido como tal) es simplemente un
momento de diferenciación de la autoconciencia, así
también surge como resultado del movimiento la identidad de
la autoconciencia con la conciencia, el saber absoluto, el
movimiento del pensamiento abstracto que no va ya hacia afuera,
sino sólo dentro de sí mismo; es decir, el
resultado es la dialéctica del pensamiento puro". (Marx,
Manuscritos económico-filosóficos).
Marx rechazará esta concepción de la realidad
como Espíritu Absoluto, al considerar que no es la
conciencia, (el pensamiento), la esencia o elemento revelador y
productor de la realidad, sino, por el contrario la actividad
material el agente productor de la conciencia. Es cierto que la
realidad es, para Hegel, lo Absoluto, la totalidad de lo real,
pero también lo es que el Absoluto se concibe
esencialmente como sujeto, como Espíritu, por lo que la
relación que establece la filosofía hegeliana entre
el ser y el pensar parece conducir a la tesis de que es el pensar
el que determina y regula el ser de la realidad. Para Marx, por
el contrario, es el ser el que determina el pensar, por lo que la
conciencia se produce, pues, en el seno del desarrollo
dialéctico de una realidad concebida como materia en
movimiento.
Por otra parte, una de las consecuencias del idealismo
hegeliano era la consideración de que la realidad social,
política, está estructurada racionalmente, por lo
que parecía justificar las formas del Estado y de la
organización social de su época como el
necesario y único orden posible de la realidad. La
filosofía hegeliana se presenta, en efecto, como la
exposición del sistema de la realidad, en
el que todos los elementos encuentran su justificación y
su sentido. Ahora bien, esa realidad social, en plena
expansión del capitalismo, Marx la considera contraria a
lo que una ordenación estrictamente racional podría
sugerir, encontrando ahí otro motivo de rechazo a la
filosofía hegeliana.
Por lo demás, para el idealismo, el ser humano es
fundamentalmente espíritu, un espíritu cuya esencia
se resuelve en su autoconciencia, concepción que deriva de
una consideración puramente "abstracta" e irreal del ser
humano.
Para Marx, por el contrario, el ser humano no puede ser
identificado con una esencia o "naturaleza" humana en general; el
ser humano está siempre condicionado históricamente
por las relaciones en que interviene con los demás seres
humanos y con la naturaleza, por las exigencias del trabajo
productivo: es un ente social, y socialmente determinado. Su
"naturaleza" viene definida por las condiciones de la sociedad en
la que se desarrolla su existencia. El idealismo es considerado,
así, como un instrumento ideológico, al servicio de la
burguesía, cuyo objetivo no es otro que el justificar las
formas de explotación dominantes.
No obstante, Marx conservará de la filosofía
hegeliana la idea de que la realidad es dialéctica, es
decir, que no puede concebirse como un conjunto de objetos, sino
como un conjunto de procesos, (lo
que tanto Marx como Engels consideraban la dimensión
positiva, revolucionaria, de la filosofía hegeliana), pero
invirtiendo la dirección en que tal movimiento se produce.
En la medida en que se conserva la idea de que la realidad es
dialéctica, se mantendrá también la
concepción del desarrollo de la realidad como historia: no
como un mero conjunto o sucesión de hechos, sino como el
resultado de la oposición de elementos contrarios que,
superando sus antagonismos, la conducen a un mayor grado de
perfección y desarrollo. La concepción materialista
de la realidad, la dialéctica y la historicidad son
elementos que se generan, pues, a raíz de la
crítica de Marx al idealismo hegeliano.
La filosofía hegeliana se había bifurcado en dos
corrientes, la derecha y la izquierda hegeliana, que tampoco
escaparán a la crítica de Marx. La derecha
hegeliana primaba la interpretación cristiana de Hegel,
apoyándose en la filosofía de la religión, y adoptando
una posición conservadora en las cuestiones sociales y
políticas. La izquierda hegeliana, representada por Arnold
Ruge, Bruno Bauer y Feuerbach, entre otros, primaba la
interpretación crítica de la filosofía de la
religión, partiendo de la crítica que Hegel
había hecho del cristianismo,
y adoptando posiciones renovadoras en lo político. Marx
criticará a la derecha hegeliana su papel justificador de
una sociedad plagada de desigualdades y limitaciones
políticas, al desarrollar una filosofía que propone
la aceptación de la historia y de su resultado final, el
Estado alemán de la época, al que presenta como la
realización suprema y acabada de la dialéctica de
lo Absoluto.
Respecto a la izquierda hegeliana, pese a las simpatías
iniciales por ella y a la amistad que
mantuvo con algunos de sus representantes, Marx criticará
su incapacidad para ir más allá de la
crítica académica de la religión y la
petición de algún derecho
político, expresión de su idealismo
revolucionario e ingenuo, crítica que será recogida
en obras como "La sagrada familia" o "La ideología
alemana". De Feuerbach, no obstante, le atraerá
inicialmente su defensa del materialismo, pero le
decepcionará que se trate de un materialismo mecanicista
(olvidando, pues, la dialéctica), y que sus reflexiones se
queden en un plano puramente teórico. Lo que Marx
consideraba positivo en la filosofía hegeliana, la
concepción dialéctica de la realidad, Feuerbach lo
elimina de su discurso; y lo que Marx consideraba negativo, la
consideración puramente teórica, abastracta, de la
realidad, como algo que ocurre en y para la conciencia, Feuerbach
lo conserva en su discurso.
Particular consideración le merece, no obstante, el
estudio que Feuerbach hace de la alienación, del que
partirá Marx para elaborar su propia concepción,
que ocupará un lugar destacado en el conjunto de su
pensamiento, especialmente acentuado por quienes ven en el
marxismo un humanismo. El resultado de la crítica a la
izquierda hegeliana se plasma en las breves "XI Tesis sobre
Feuerbach", expresión de su ruptura definitiva con el
idealismo hegeliano y el de sus epígonos, que
deberá ser sustituido por una filosofía (si este
término tiene ya algún sentido para Marx) de la
"praxis".
Difusión del
Marxismo
Esta difusión se dio entre el proletariado y pensadores
europeos, y llegó a ser identificado con el socialismo y
el movimiento obrero. Se crearon Partido Socialista Obrero
Español
(PSOE), obrero francés, social demócrata
alemán y social demócrata ruso. El primer partido
que llego al poder lo hizo en Rusia.
CONCEPTOS BÁSICOS DE
TEORÍA MARXISTA
Materialismo Histórico:
Decía que la producción era la base de
todo, el orden social se establecía según la
producción, a lo largo de la historia se han sucedido
diversos modos de
producción:
La comunidad primitiva.
El esclavismo.
El feudalismo.
El capitalismo.
El comunismo.
Todos los cambios sociales y revolucionarios
políticos se han de buscar en las transformaciones
producidas en los modelos de
producción.
Dialéctica:
La base de la dialéctica marxista es la
helegiana. El método dialéctico de Hegel consiste
en que cada manifestación del Espíritu engendra su
propia contradicción, que implica una negación de
lo afirmado. La manifestación del espíritu es la
tesis, esta tesis tiene una contradicción y entonces se
produce una antítesis, ahora bien, tanto la tesis como
la antítesis se perfeccionan en una síntesis en la
que queda absorbido lo afirmado (t) y lo negado (a)
convirtiéndose en una nueva afirmación o tesis que
inicia un nuevo procesos anterior, hasta llegar a la idea
absoluta que es el máximo en perfección. En su
filosofía de la historia Hegel parte de los pueblos
orientales que se desenvuelven dialécticamente hasta
llegar al Estado Ideal.
Carlos Marx criticó el sentido ideal de la
dialéctica de Hegel, en la que dice que está
totalmente desconectado de la realidad. Marx parte de una
concepción materialista. Son las relaciones de
producción y de cambio, es decir, las relaciones
económicas, las que determinan dialécticamente el
curso de la historia, o sea cambio el desarrollo de la idea o
espíritu por el del mundo materialista y
económico.
Marx termina diciendo que no es la conciencia de los
seres humanos lo que determina a su ser, sino el ser social lo
que determina su conciencia.
El método dialéctico lo llevo a sostener
que el capitalismo industrial (afirmación o tesis)
engendra al proletariado (negación) y ambas
contradicciones son superadas en la sociedad sin clases.
Además, Marx definió al hombre en relación
con su dimensión productiva y económica y
encontró en la creación del estado, la propiedad y
el capital el origen de toda la enajenación
humana.
Sin profundizar, la dialéctica es el
método del que se sirve Marx para dar funcionamiento a la
perspectiva teórica que representa el Materialismo
Histórico. Existen diferencias de forma y fondo con los
usos, dependiendo de quién le interprete. Simplemente, en
la lógica
de Marx es básicamente un método.
Propiedad privada:
El marxismo habla de abolir la propiedad de los medios
de producción en cuanto ello está realizado por el
trabajo social, y
no puede pertenecer a nadie privadamente, ya que tal
situación configura un poder en manos de un sector que
determina la explotación de otro. Para el marxismo el
capital no es una fuerza personal, sino
una fuerza social, que se obtiene por medio del trabajo
colectivo. Además sostiene que la propiedad de los medios
de producción debe ser abolida porque institucionaliza la
explotación del hombre por el hombre.
Valor-Trabajo
Para el marxismo, el valor está
determinado por el trabajo que los bienes
contienen, y este se mide por el tiempo necesario para
producirlo. Según él, sólo el trabajo es lo
que posibilita que un bien tenga valor. Con esto quiere decir que
hay bienes con un gran valor y cuya obtención ha costado
poco trabajo. En conclusión a mayor tiempo de corresponde
mayor valor e inversamente a menor tiempo menos valor. Por
trabajo eso, una máquina que tiene una gran productividad,
proporcionará artículos más baratos,
mientras que si el mismo producto es
hecho a mano, costará más caro.
Plusvalía
Al alcanzar la producción de mercancías un
determinado grado de desarrollo, el dinero se
convierte en capital. La fórmula de la circulación
de mercancías era: M (mercancía) – D (dinero)
– M (mercancía), es decir, venta de una
mercancía para comprar otra.
La fórmula general del capital es, por el
contrario, D – M – D, es decir, compra para la venta
(con ganancia). El crecimiento del valor primitivo del dinero que
se lanza a la circulación es lo que Marx llama
plusvalía. Ese "acrecentamiento" del dinero lanzado a la
circulación capitalista es un hecho conocido de todo el
mundo y es lo que convierte el dinero en capital, en una
relación social de producción determinada. La
plusvalía no puede provenir de la circulación de
mercancías, pues, ésta sólo conoce el
intercambio de equivalentes; tampoco puede provenir de un aumento
de los precios, pues
las pérdidas y las recíprocas de vendedores y
compradores se equilibrarían; se trata de un
fenómeno social medio, generalizado, y no de un
fenómeno individual. Para obtener la plusvalía, "el
poseedor de dinero necesitan encontrar en el mercado una
mercancía cuyo valor de uso posea la singular propiedad de
ser fuente de valor, una mercancía cuyo proceso de
consumo sea, a
la par, proceso de creación de valor. Y esta
mercancía existe: es la fuerza del trabajo del hombre. Su
uso es el trabajo, y el trabajo crea el valor. El poseedor de
dinero compra la fuerza de trabajo por su valor, como el de
cualquier otra mercancía, por el tiempo de trabajo
necesario para su producción (es decir, por el costo del
mantenimiento
del obrero y su familia). Una vez comprado la fuerza de trabajo,
el poseedor de dinero tiene el derecho de consumirla, es decir,
de obligarla a trabajarla durante un día entero,
supongamos que durante doce horas. Pero el obrero crea en seis
horas (tiempo de trabajo "necesario") un producto que basta para
su mantenimiento, durante las seis horas restante (tiempo de
trabajo "suplementario") engendra un "plusproducto" no retribuido
por el capitalista, que es la plusvalía. Desde el punto de
vista del proceso de producción, en el capital hay que
distinguir dos partes: el capital constante, invertido en medios
de producción (máquinas,
instrumentos de trabajo, materias primas, etc.) – y cuyo valor
pasa sin cambios (de una vez o en partes) al producto elaborado
-, y el capital variable, que es el que se invierte en pagar la
fuerza de trabajo. El valor de este capital no permanece
inalterable, sino que aumenta en el proceso del trabajo al crear
la plusvalía. Para expresar el grado de explotación
de la fuerza de trabajo por el capital, tenemos que comparar la
plusvalía no con el capital total, sino con el capital
variable.
El concepto Marxista del
Estado:
Marx dice, que las ideas de una época son las de
la clase dominante. En consecuencia el Estado burgués
tiene la tarea de asegurar, no solo, las relaciones de
producción y la propiedad privada de sus instrumentos,
sino la de desarrollar la cultura y
educación burguesa. ¿Y qué es el gobierno? Para
Marx "…El gobierno del Estado moderno no es más que una
junta que administra los negocios
comunes de toda la burguesía…""…El Estado no
tendrá razón de existir cuando se hayan suprimido
las clases sociales…"
La Lucha de clases
Todo el mundo sabe que en cualquier sociedad las
aspiraciones de los otros, que la vida social está llena
de contradicciones, que la historia nos muestra la lucha entre
pueblos y sociedades y
en su propio seno; sabe también que se produce una
sucesión de períodos de revolución y
reacción, de paz, y de guerras, de
estancamiento y de rápido progreso o decadencia. El
marxismo da el hilo conductor que permite descubrir la
lógica en este aparente laberinto y caos: la teoría
de las luchas de clases. Sólo el estudio del conjunto de
aspiraciones de todos los miembros de una sociedad dada, o de un
grupo de
sociedades, permite fijar con precisión científica
el resultado de estas aspiraciones.
El origen de esas aspiraciones contradictorias son
siempre las diferencias de situación y condiciones de vida
de las clases en que se divide toda sociedad. La historia de
todas las sociedades que han existido hasta nuestros días
– escribe Marx en el Manifiesto Comunista (exceptuando la
historia de la comunidad
primitiva)- es la historia de las luchas de clases. Hombres
libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y
siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y
oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha
constante, velada unas veces, y otras franca y abierta; lucha que
terminó siempre con la transformación
revolucionaria de toda la sociedad o del hundimiento de las
clases beligerantes… La moderna sociedad burguesa, que ha
salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido
las contradicciones de clases. Únicamente ha sustituido
las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las
viejas formas de lucha por otras nuevas. Nuestra época, la
época de la burguesía, se distingue, sin embargo,
por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la
sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos
grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan
directamente: la burguesía y el proletariado. Desde la
Gran Revolución
Francesa, la historia de Europa pone de
manifiesto en distintos países con particular evidencia la
verdadera causa de los acontecimientos, la lucha de clases. Ya la
época de la restauración dio a conocer en Francia
algunos historiadores (Thierry, Guizot, Mignet, Thiers) que, al
sintetizar los acontecimientos, no pudieron por menos de ver en
la lucha de clases la clave para la compresión de toda la
historia francesa. Y la época contemporánea, la
época que señala el triunfo completo de la
burguesía y de las instituciones
representativas, del sufragio
amplio (cuando no es universal), de la prensa diaria
barata y que llega a las masas, etc., la época de las
potentes asociaciones obreras y patronales cada vez más
vastas, etc., muestra de un modo todavía más
patente (aunque a veces en forma
unilateral,"pacífica","constitucional") que la lucha de
clases es el motor de los acontecimientos. El siguiente pasaje
del Manifiesto Comunista nos muestra lo que Marx exigía de
la sociología para el análisis objetivo
de la situación de cada clase en la sociedad moderna, en
relación con el análisis de las condiciones de
desarrollo de cada clase: De todas las clases que hoy se
enfrentan con la burguesía, solo el proletariado es una
clase verdaderamente revolucionaria. Las demás clases van
degenerando y desaparecen con el desarrollo de la gran industria; el
proletariado, en cambio, es su producto más peculiar. Las
capas medias – el pequeño industrial, el
pequeño comerciante, el artesano, el campesino -,
todas ellas luchan contra la burguesía para salvar de la
ruina su existencia como tales capas medias. No son
revolucionarias, sino conservadoras. Más todavía,
son reaccionarias, ya que pretenden volver atrás la rueda
de la historia.
Son revolucionarias únicamente cuando tienen ante
sí la perspectiva de su tránsito inminente al
proletariado, defendiendo así no sus intereses presentes,
sino sus intereses futuros, cuando abandonan sus propios puntos
de vista para adoptar los del proletariado. En bastantes obras
históricas, Marx nos ofrece ejemplos profundos y
brillantes de historiografía materialista, de
análisis de la situación de cada clase concreta y a
veces de los diversos grupos o capas que se manifiestan dentro de
ella, mostrando hasta la evidencia por qué y cómo
"toda lucha de clases es una lucha política". El pasaje
que acabamos de citar indica lo intrincada que es la red de relaciones sociales y
grados transitorios de una clase a otra, del pasado al provenir,
que Marx analiza para extraer la resultante de la evolución histórica.
El proletariado como clase
revolucionaria:
El capitalismo convierte en proletariado a más de
la mitad de los individuos de un país, por eso esta clase
social al no querer perecer o morir está obligada a hacer
una revolución: toma en sus manos el poder (dictadura del
proletariado), y convierte los medios de producción en
propiedad del Estado. Así acaba con todas las diferencias
entre clases él, y de esta forma se llegará al
verdadero comunismo.
Relaciones de Producción:
Relaciones Sociales de Producción: Una de
las formas que asumen las Relaciones de Producción, tiene
utilidad
teórica, la otra es la Relación Técnica. Se
define como la relación que se establece entre los
individuos, es decir, son los vínculos que se establecen
entre los hombres que participan en el proceso de
producción, de aquí surgen las clases
sociales.
Relaciones Técnicas: Son aquellas que se
establecen entre un individuo y el
medio de producción y el proceso de trabajo en general. Da
lugar a la división técnica del trabajo.
Fuerzas Productivas:
Conjunto de medios de producción que cada
sociedad utiliza para obtener los distintos bienes necesarios
para la subsistencia.
Comprende las riquezas naturales o materias productivas,
los conocimientos y medios técnicos utilizados para la
producción, y la propia fuerza productiva del ser
humano.
El socialismo desde el punto de vista
marxista
Carlos Marx y Engels crearon una doctrina sólida
basada en la síntesis de la filosofía helegiana, la
economía clásica británica y el socialismo
francés. Marx consideró la sociedad como un todo
estructurado en el que los elementos determinantes eran los
factores y relaciones de producción y la lucha de clases y
vio en la revolución violenta el único medio para
imponer la dictadura del proletariado, un nuevo orden que
habría de conducir a una sociedad justa, igualitaria y
solidaria. Marx denomino a su doctrina socialismo
científico y considero utópicas las anteriores
teorías socialistas. El marxismo conceptúa al
socialismo como el resultado inevitable de las leyes que
condicionan el desarrollo del capitalismo.
Marx y Engels evitaron intencionalmente definir el
socialismo, al que, fundamentalmente lo presentan como una
negación del sistema capitalista en el que el proletariado
sería sujeto y el objeto del cambio revolucionario. Se
trata de transformar el modo de producción capitalista en
uno socialista. Para ello es necesario abolir la propiedad
privada de los medios de producción.
Marx y Engels, ni ningún socialista, hablaron de
abolir la propiedad privada de uso particular. Solamente se
socializará la que es utilizada como instrumento para
explotar a otros hombres. El socialismo pretende ser el
único sistema que puede asegurar a todos el acceso a una
vivienda digna. Este será el punto de partida del
desarrollo socialista.
El objetivo más importante del funcionamiento del
socialismo fue expuesto por Marx en su obra "Crítica del
Programa de Gotha" la cual cita que la táctica del
proletariado debe tener presente en cada etapa de desarrollo dos
partes:
Una parte, aprovechando las épocas de
estancamiento político para desarrollar la conciencia, la
fuerza y la capacidad combativa de la clase de avanzada y por
otra parte, encauzando toda esta labor de aprovechamiento hacia
el "objetivo final" del movimiento de dicha clase.
Esto es lo que permitiría entrar en la segunda
etapa, la de la realización comunista. En ella
desaparecerá el estado, instrumento que era resabio de las
épocas en que la sociedad estaba dividida en clases y se
utilizaba para asegurar el dominio de los
explotadores sobre los explotados. En esta etapa inicial del
socialismo, fue necesario su mantenimiento para consolidar el
triunfo revolucionario y la abolición de las clases
sociales. Ahora, con la extinción de éstas, ya no
será necesario y deberá ser reemplazado por otro
instrumento que solamente se encargue de la
administración de las cosas. Se impondrá la
creatividad
humana, el hombre valorará su doble condición de
individuo y de miembro de la sociedad, lo que posibilitará
e impulsará el crecimiento de los dos términos. Los
seres humanos serán valorados por una doble
condición: capacidad y necesidad.
En la etapa comunista no se establecerán
separaciones entre trabajadores manuales e
intelectuales,
entre hombres de campo y de ciudad entre hombres y mujeres, etc.
La fórmula distributiva será la siguiente: "de cada
cual según su capacidad y a cada cual según se
necesidad"
El beneficio personal se logra por medio, no sólo
del trabajo, sino de la especulación. Además los
seres humanos que viven en el capitalismo, no se ven como tales
sino en función de las cosas que poseen o de las que
quieren alcanzar, para lo cual los otros hombres no son
más que meros instrumentos.
No se puede concebir una sociedad en la que para
producir se empleen máquinas que trabajan
automáticamente y se mantengan las relaciones de
explotación que caracterizan al binomio
capitalistas-trabajadores. El momento en el que el capitalismo
haya desarrollado todas las fuerzas productivas, indicará
el tránsito hacia la sociedad socialista.
El socialismo se implanta también en las naciones
subdesarrolladas. Aquí juegan otros factores: la
oportunidad política, las condiciones extremas de miseria
que las hacen posible, un grupo revolucionario eficaz, coyunturas
internacionales favorables, etc. Sin embargo, en otros casos, la
aplicación del socialismo, pese al apoyo mayoritario de la
sociedad, costará esfuerzos mayores.
Marx llamo socialismo a la fase inferior de la sociedad
comunista. En consecuencia es comprensible por qué muchos
partidos que se llaman comunistas como el PCUS actúan en
una república denominada socialistas hacen referencia a
líderes como Lenin, conocido como comunista, o se refieren
al comunismo como objetivo final.
Del marxismo, o socialismo científico, se han
derivado distintas corrientes que se denominan socialistas o
comunistas, o en otros casos adoptan el nombre de su
teórico principal. A la mayoría se las puede
incluir en el socialismo científico o marxismo.
Diversas opiniones de la doctrina
marxista
La Iglesia ha
rechazado también las soluciones
perversas del colectivismo marxista, que ahoga la libertad,
reprime la iniciativa, reduce la persona humana a
la simple condición de mera pieza de un engranaje, fomenta
el odio y termina en el empobrecimiento que quería
superar, y en la más degradante esclavitud.
(Discurso a los habitantes de la favela Lixiao de San
Pedro, en Victoria, Brasil, 19 de
octubre de 1991.)
La memoria
histórica […] debe acompañarnos para que podamos
atesorar la experiencia de estos interminables decenios en los
que también vuestro país ha experimentado el peso
de una férrea dictadura que, en nombre de la justicia y de
la igualdad, ha
violado la libertad y la dignidad de
las personas y de la sociedad civil.
¿Cómo ha podido suceder todo esto? El
análisis sería complejo. Sin embargo, me parece que
puedo decir que entre las razones no últimas se encuentra
el ateísmo militante en el que se inspiraba el marxismo:
un ateísmo ofensivo incluso contra el hombre, a cuya
dignidad arrebata el fundamento y la garantía más
sólida. A este error se añadían otros, como
la concepción materialista de la historia la visión
ásperamente conflictiva de la sociedad, el papel
"mecánico" atribuido al partido único, señor
del Estado. Todo convergía para que este sistema nacido
con la presunción de liberar al hombre terminase por
convertirlo en esclavo.
(Discurso a los intelectuales en Vilnius, Lituania, 5 de
septiembre de 1993)
Porque tenían miedo de la libertad, los
ideólogos transformaron una puerta en un muro.
Precisamente en este punto de Berlín,
simultáneamente punto de conjunción de Europa y
punto de división artificial entre el Este y el Oeste,
precisamente en este punto se ha manifestado a todo el mundo el
rostro despiadado del comunismo, al cual resultan sospechosos los
deseos humanos de libertad y de paz. Teme, sobre todo la libertad
de espíritu.
(Discurso en la puerta de Brandeburgo, Berlín, en
la ceremonia de despedida de su viaje a Alemania, 23 de junio de
1996)
En un discurso a Moscú el 1 de enero de 1991,
Boris Yeltsin dijo: "Nuestro país no ha tenido suerte…Se
decidió realizar este experimento marxista en nosotros…Y
simplemente nos empujo fuera del camino de los países
civilizados… Al final demostramos que estas ideas no tienen
cabida en ninguna parte."
CAPÍTULO 3
Augusto Comte y su
filosofía
Auguste Comte., cuyo nombre completo es Isidore Marie
Auguste François Xavier Comte. Se le considera creador del
positivismo y
de la disciplina de
la sociología aunque hay varios sociólogos que
sólo le atribuyen haberle puesto el nombre.
Biografía
Pensador francés, nació en Montpellier en
1798, padre del positivismo (1798 – París). Interrumpiendo
la tradición católica y monárquica de su
familia, durante la época de la Restauración se
inclinó hacia el agnosticismo y las ideas
revolucionarias.
Desde 1817 se vinculó al socialista
Saint-Simón, para el cual trabajó de secretario
hasta su ruptura en 1824. Descubierto bajo su influencia el
problema social, Comte. buscó comprender los problemas
sociales a través de conocimiento objetivo propio de
las ciencias
naturales y buscó trasladarlo al estudio de la
realidad social.
Contra la libertad de pensamiento, origen de la
anarquía moral que
atribuía a la Revolución, no oponía el dogma
religioso o los principios de la tradición, sino la
«ciencia positiva» que, al atenerse a los hechos tal
como son, proporcionaba -según él- el único
punto de apoyo sobre el que se podría edificar un futuro
de «orden y progreso». Contrario al individualismo y
a la democracia, confiaba en un mundo regido por el saber, en el
que productores y banqueros ejercerían una especie de
dictadura. Tales ideas, fundamento del pensamiento positivista,
tuvieron un gran éxito
en los países occidentales desde mediados del siglo XIX,
proporcionando un credo laico para
el mundo del capitalismo liberal y de la industria triunfante.
Sin embargo, Comte. vivió una vida desgraciada: el exceso
de trabajo le produjo problemas
psiquiátricos, un intento de suicidio y el
abandono de su mujer. Su
rebeldía y su intransigencia le impidieron insertarse en
el mundo académico: expulsado en 1817 de la Escuela
Politécnica, no pudo acabar sus estudios, que
completó de forma autodidacta; luego, aunque llegó
a enseñar en la misma escuela desde 1832, no pudo obtener
cátedra en ella, y fue expulsado de nuevo en 1844.
Sólo la ayuda económica de algunos admiradores
(como Littré o John Stuart Mill) le salvó de la
miseria. En 1848 creó una Sociedad Positivista, que tuvo
seguidores sobre todo en los países anglosajones. Su
pensamiento, reflejado en obras como Curso de filosofía
positiva (1830-42) o Sistema de política positivista
(1851-54), ha ejercido influencia sobre las más diversas
ramas del conocimiento (filosofía, medicina,
historia, sociología) y sobre diversas corrientes
políticas. En el año 1856 escribe el primer
volumen de
Síntesis subjetiva, obra que quedó
incompleta debido a su muerte,
acaecida el 5 de septiembre de 1857.
Filosofía
La filosofía de Comte entronca con la revuelta
moderna contra los antiguos que inició Francis Bacon y
extendió L'Encyclopédie francesa y que
consistió, a grandes rasgos, en la asunción de la
razón y la ciencia como únicas guías de la
humanidad capaces de instaurar el orden social sin apelar a lo
que él considera oscurantismos teológicos o
metafísicos.
La evidente intención de reforma social de su
filosofía se adhiere, sin embargo, a una postura
conservadora y contrarrevolucionaria en claro enfrentamiento con
las propuestas ilustradas de Voltaire y
Rousseau.
Tomando como trasfondo la Revolución Francesa,
Comte acusa a estos dos autores de generar utopías
metafísicas irresponsables e incapaces de otorgar un orden
social y moral a la humanidad.
Los problemas sociales y morales han de ser analizados
desde una perspectiva científica positiva que se
fundamente en la observación empírica de los
fenómenos y que permita descubrir y explicar el comportamiento
de las cosas en términos de leyes universales susceptibles
de ser utilizadas en provecho de la humanidad.
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