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El trabajo en
talleres, asumido por los docentes como
un recurso y un procedimiento
dirigido a mostrar un compendio de acciones para
la enseñanza y el aprendizaje,
es en la actualidad, una manifestación del desempeño pedagógico,
académico e instruccional dentro de las aulas de clases.
Sin dudas, ello obedece a la necesidad de proporcionarle al
colectivo que aprende un ámbito donde se ofrezca la
oportunidad de indagar, averiguar, explorar, experimentar y
descubrir un buen número de actividades significativas que
indiquen el camino a seguir para lograr la activación del
pensamiento y
el desarrollo de
competencias y
habilidades.
Abundando en la misma línea de opinión,
para la autora y facilitadora del taller "Como Informar por
Escrito", el propósito de hacer talleres en los espacios
educativos, es conducir y generar ante todo un ritual de saberes
y aprendizajes propios, autonómicos, individuales y
grupales con material especializado, como una propuesta o como un
modelo de
enseñanza que señale de manera precisa, efectiva y
eficaz la vía para favorecer y transformar el
conocimiento.
Ahora bien, en estos momentos, la formación de
nuevos profesionales exige una verdadera y cabal
renovación conceptual, metodológica y actitudinal
de los programas de
formación. Porque se desea moldear ciudadanos y ciudadanas
que sean capaces de construir sus aprendizajes, sus saberes, sus
metas y sus aspiraciones de vida; y estos cambios o
transformaciones surgen gracias a la reflexión,
aplicación y desarrollo de talleres como una herramienta
formadora y dinamizadora que abarca la relación existente
entre disciplinas distintas que buscan un objetivo en
común: formar a la población con el ánimo expedito de
ayudar a mejorar cualitativa y cuantitativamente a ese nuevo
profesional. En otras palabras, presentarles a los estudiantes
universitarios una nueva dinámica instruccional, fundamentada en
cambios esenciales, es decir, darles la oportunidad de manifestar
nuevos modos de pensar y actuar. A través de la entrega de
una gestión
eficaz, más participativa, donde el aprendizaje, uso
y aplicación de nuevos conceptos y la práctica de
nuevas destrezas como por ejemplo saber informar por escrito se
obtenga no sólo con la introducción de nuevas técnicas y
estrategias sino
con la aceptación de la innovación, con la concepción de
asumir el cambio,
sustentado los saberes con la praxis e
integrando ideas existentes con acciones que beneficien las
demostraciones prácticas en las aulas de clases o en otros
espacios destinados para los procesos de
enseñanza y de aprendizaje. En conclusión, adoptar
nuevos métodos de
trabajo para
tener una razonable comprensión de lo que implica invertir
tiempo y
dedicación al momento de implementar las
transformaciones.
Para ilustrar las ideas planteadas, a
continuación se mostrarán algunos conceptos de
taller. Según Esté, Parra, Velón y otros
(2006)…
El taller se caracteriza por el trabajo práctico,
la
investigación aplicada y el descubrimiento
científico. Con él se busca que los y las
participantes actúen a través de la
indagación, la reflexión, la sistematización
y el uso de material especializado relacionado con temas en
específico para la elaboración de productos
tangibles… (p. 35).
Según el Diccionario
Enciclopédico Larousse (1999) un taller de
enseñanza y aprendizaje se remite a "un conjunto de
alumnos y colaboradores que trabajan o han trabajado bajo la
dirección de un mismo maestro para tratar
un tema o asunto específico". (p. 952).
Monereo, (2004) sostiene que el taller como actividad
que abraza el conocimiento,
como proceso
autorregulador del aprendizaje, debe apreciarse y valorarse
como…
una enseñanza que favorece la autonomía
del aprendizaje, entendiendo autonomía del aprendizaje
como la posibilidad que tiene el estudiante de autorregular su
propio proceso de estudio y aprendizaje en función de
los objetivos que
se persiguen y de las condiciones del contexto que determina la
consecución de ese objetivo.(p. 11).
Quiere decir pues, que el taller como estrategia de
acción
cognitiva, conduce a la praxis dentro de escenarios presenciales
y virtuales porque propicia procesos mentales en las y los
participantes y permite a la vez, compartir entre todas y todos
análisis, reflexiones, contraste de ideas e
interpretaciones sobre un contenido, tema, noción o asunto
puntual.
En términos generales, y en opinión de la
autora de este texto, el
taller en el aula de clases debe sugerirse como una acción
pedagógica muy rentable para todos los niveles educativos,
porque genera un modelo de enseñanza que muestra de forma
clara y precisa los mecanismos conducentes al desarrollo de
competencias, habilidades y destrezas dentro de una secuencia
metodológica. Siempre y cuando se asuma desde una
perspectiva donde interactúen equitativamente facilitador
y participantes o formadores y estudiantes.
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