Uno de los aspectos fundamentales del ser humano que van
de la mano con la calidad de
vida, es disfrutar de seguridad,
serenidad, tranquilidad, calma, certidumbre, certeza,
garantía y confianza. Sin embargo, dado las circunstancias
sociales actuales, esto desaparece en cierto modo, por temor a
ser objeto de un acto delictivo, violento, inesperado e
incontrolable.
La seguridad es definida en el portal de
Club de Exploradores como "el estado de
confianza basados en el
conocimiento de que no existe acechanza de peligro en su
actividad como resultado de una adopción
de acciones y
disposiciones que les permiten estar libres de un riesgo
determinado".
Por su parte, Buzan (1991) citado por Domínguez
(2005), define a la seguridad como "librarse de la amenaza y ser
capaz, bien sean el Estado o las
sociedades, de
mantener su independencia
en lo que se refiere a su identidad y su
integración funcional, frente a fuerzas de
cambio
hostiles".
Sin embargo, la seguridad personal ha
pasado a ser una preocupación de la población en general, en virtud de que la
violencia, ya
sea política o
de carácter delincuente, pone en tela de
juicio –según Rolland (2008)- la institucionalidad
en Latinoamérica y debilita el Estado de
Derecho.
Ante este contexto, la temática de la seguridad,
se ha vuelto prioridad principal entre las demandas sociales de
todos los habitantes de Latinoamérica, quienes ven con
preocupación la falta de verdaderas políticas
públicas, que solventen de forma permanente este flagelo
social.
Rolland (2008), plantea que la política de
seguridad
ciudadana interrelaciona una pluralidad de actores y no
sólo las instituciones
del Estado, "lastimosamente estas políticas tienden a usar
métodos
muy represivas, lo que no disminuye los índices de
inseguridad en
los países latinoamericanos, sino que los
aumenta".
Con respecto a este tema, la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela,
especifica en el artículo 55 que "toda persona tiene
derecho a la protección por parte del Estado a
través de los órganos de seguridad ciudadana
regulados por la ley".
Explica además este artículo de la Carta Magna
que los ciudadanos y ciudadanas podrán participar en
programas,
destinados a la prevención de la seguridad ciudadana,
cuyos objetivos
serán regulados por una Ley Especial.
Pero así como lo establece la legislación
venezolana, muchos son los países latinoamericanos cuya
legislación es similar a la nuestra, pero a pesar de esta
similitud, sigue siendo "Latinoamérica una de las regiones
más violentas del mundo," según los descrito en
el ensayo, Las
Políticas de Seguridad de América
Latina (2008).
Texto en donde se explica además que
países como Guatemala,
Honduras, Nicaragua, Brasil y Colombia, son
representativos en la deslegitimación de las
instituciones, sin embargo en Venezuela, la
deslegitimación de las instituciones y la carencia del
Estado de Derecho, se resumen en la carencia de una verdadera
política de seguridad ciudadana, evidenciada todos los
fines de semana, cuando las cifras rojas se incrementan de manera
exacerbada.
Sí a esta situación le sumamos el discurso
omnipresente de violencia que se emana desde el Ejecutivo
Nacional y a la vez, en los medios de
comunicación social del país, el terror y
angustia que se siembra en la población, es realmente
significativo.
Ejemplo de la violencia televisiva se tiene a diario en
los diversos noticieros de los canales privados del Estado,
quienes en vez de abrir estos espacios noticiosos con
informaciones agradables, en la mayoría de los casos,
inician su programación con las noticias de
sucesos acontecidas en el país o con los mensajes de
miedo, zozobra y de violencia que emiten los personeros del
gobierno.
Ante esta realidad tangible de la
televisión venezolana, me hago, una pregunta:
¿Esta programación está hecha para alarmar a
la población venezolana o más bien para alamar al
Estado? Ya que a diario se demuestra la ineficacia e ineficiencia
de los cuerpos de seguridad y sobre todo del Estado, quien en 10
años que tiene en el poder no ha
podido combatir de forma tajante a los índices de
inseguridad.
Sin embargo, la interrogante no sólo me la hago
yo, sino que durante los días 26 y 27 de noviembre se
reunieron en Santiago de Chile, convocados por la
Secretaría General de la
Organización de Estados Americanos, un grupo de 13
destacados académicos y expertos provenientes de 9
países latinoamericanos, en donde explicaron que "en la
sociedad
contemporánea, se muestra una vasta
presencia de violencia y criminalidad en los medios masivos
de comunicación, (…) cobertura que pone
especial atención en la responsabilidad de los gobiernos en la tendencia
hacia el aumento de la magnitud del problema".
Es decir, que los medios de
comunicación, caso contrario a lo que plantea Rollan
(2008), no quieren sembrar la convivencia ciudadana, porque la
realidad del país, es otra, vivimos en una guerra diaria,
y el gobierno se queda de brazos cruzados, porque sabe que la
inseguridad en Venezuela, se les salio de la
manos.
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